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afianzan el modelo económico productivo socialista e impulsa el comercio exterior del país, a través
del estímulo a la inversión extranjera, la satisfacción de necesidades del consumo nacional y el
fomento de una base exportadora.
En este sentido, fue aprobada mediante Decreto Presidencial, la Gaceta Oficial Nº 40.554, de fecha
3 de noviembre de 2014, dando cumplimiento a la Ley de Regionalización Integral para el
Desarrollo Socioproductivo de la Patria, que tiene por objeto regular la creación, funcionamiento y
administración de las distintas unidades geográficas de planificación y desarrollo.
La Zona Económica Especial Fronteriza Ureña-San Antonio, apalancada sobre los centros poblados
de Ureña y San Antonio del Táchira, posee una superficie de 279,49 Km2, y tiene por objeto el
desarrollo de las actividades productivas, comerciales y de servicios, para promover las
potencialidades de los sectores textil, calzado, talabartería, agrícola, automotriz y metalmecánico,
en el marco de la dinámica binacional fronteriza.
Periódicamente, serán definidos los productos que podrán ser comercializados. Se autorizará la
realización de transacciones en divisas bajo esquemas cambiarios establecidos por la
Vicepresidencia Económica Financiera. Además, se crearán condiciones aduaneras especiales para
facilitar los procesos de exportación.
Por su parte, la Zona Económica Especial de Paraguaná, cuyo ámbito espacial se circunscribe a la
Península de Paraguaná del estado Falcón, posee una superficie de 2.687,51 Km2. Su objeto es
impulsar un esquema integral con las potencialidades petroleras, turísticas y pesqueras.
Las empresas instaladas en las Zonas Económicas Especiales de Ureña – San Antonio y de
Paraguaná, podrán beneficiarse de los acuerdos de comercio internacional suscritos por la
República. A ese efecto, el Ministerio del Poder popular para el Comercio, es el encargado de la
expedición de los respectivos certificados de origen.
Recordemos que el año pasado el Gobierno Bolivariano creó también la Zona Económica de la Faja
Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez, que busca facilitar la participación de empresas privadas en
las actividades y proyectos que ejecuta Petróleos de Venezuela (PDVSA) para extraer y procesar
crudo.
MinComercio
Lunes 29 de Junio de 2015 - 14:15
Fotógrafos(as):
MPP de Comercio Nacional
http://www.sencamer.gob.ve/?q=content/zonas-econ%C3%B3micas-especiales-repotencian-
comercio-exterior-del-pa%C3%ADs
El impacto de la frontera colombo-venezolana en la crisis
económica de Venezuela
Jorge Forero
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Análisis
05/12/2018
Foto: maduradas.com
-
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En el presente documento se exponen de manera concisa, a través de un cuestionario, algunas
consideraciones en torno al impacto de la frontera colombo-venezolana en la crisis económica que
experimenta Venezuela en la actualidad. Esta reflexión se plantea como un aporte para el debate, para la
polémica y el disenso ante las narrativas dominantes respecto al tópico central las cuales en opinión del autor,
tergiversan en esencia la realidad concreta.
1. ¿Cuál es la importancia económica de la frontera colombo-venezolana?
La frontera colombo-venezolana posee una importancia estratégica en el continente por su función como
espacio de circulación de intensos e ingentes flujos de mercancías, fuerza de trabajo, bienes tecnológicos e
información; así como por los notables procesos de acumulación y reproducción ampliada de capital que se
derivan de ese intercambio económico.
Cabe señalar que durante el periodo de crecimiento del Producto Interno en Venezuela (2003-2009), se
instauró una lógica orientada hacia el fortalecimiento de las relaciones binacionales a través de las aduanas
localizadas en la frontera compartida, que redundó en un intercambio comercial formal de gran intensidad
(cuya balanza favoreció notablemente a Colombia), el cual se expandió hasta aproximadamente ocho mil
millones de dólares americanos en el año 2008.
De manera simultánea, en ese periodo se acentuó la intensidad de algunos mecanismos de intercambio
comercial informal que han caracterizado históricamente a las regiones fronterizas, y además se configuraron
nuevas formas de intercambio ilegal que crearon una racionalidad de acumulación delictiva de capital, por una
parte, a través de dispositivos para la captación de la renta venezolana (se instauró todo un aparato comercial
y financiero para la transferencia de petrodólares), y por otra parte mediante enormes flujos ilícitos
controlados por grupos irregulares.
2. ¿Por qué la frontera se convirtió en un problema para la economía venezolana?
Precisamente esa función de circuito económico-financiero de gran escala, ha redundado en que los nodos
fronterizos1, se hayan convertido en enclaves de especulación financiera (como un medio para la acumulación
de capital), elemento que actúa como un acicate para la devaluación del tipo de cambio en Venezuela. La
importancia de los flujos económicos en la frontera es tan significativa, que históricamente la relación peso
colombiano-bolívar venezolano se derivaba del precio del dólar americano respecto a ambas monedas, pero
en la actualidad se ha invertido la ecuación, pues la cotización del dólar americano en Venezuela se calcula
sobre la base de la relación peso colombiano-bolívar venezolano, es decir, el valor de la moneda venezolana
está determinado por agentes económicos de la frontera colombo-venezolana.
3. ¿En qué consiste la acumulación delictiva de capital en la frontera?
Los procesos de acumulación delictiva de capital están determinados por dos factores esenciales. En primer
lugar, la especulación financiera mencionada, y en segundo lugar la instauración de mecanismos de
transferencia ilegal de renta que han significado en la práctica una fuga de capitales de gran escala para
Venezuela.
4. ¿Cómo funciona la especulación financiera?
En la ciudad de Cúcuta por ejemplo, se ha instaurado un mercado de valores que determina la cotización del
peso colombiano respecto al bolívar venezolano, este proceso es autónomo del Banco de La República de
Colombia y el Banco Central (entidades rectoras de las políticas cambiaria y monetaria de ambos países), y
está enmarcado en un contexto de desregularización financiera dado a partir de la célebre Resolución Externa
del Banco de la República de Colombia Nº8 del año 2000, la cual en su Artículo 75 Parágrafo 1, modificado en
Abril del año 2005 indica que: “El registro de profesionales de compra y venta de divisas que establezca la
DIAN conforme a lo dispuesto en el presente artículo podrá contemplar requisitos y condiciones especiales
para las zonas de frontera".
Dicha desregularización financiera deriva en que múltiples y muy diversos operadores cambiarios2 ejecuten
transacciones económicas de gran escala, las cuales no son objeto de un registro que permita su contabilidad
y su auditoría. Sin embargo, agentes privados (entre los que destaca por su visibilidad la agencia Dólar
Today), usurpan las funciones del Banco de la República y el Banco Central de Venezuela, y establecen la
cotización del Bolívar venezolano respecto al peso colombiano (y como se afirmó anteriormente de esa
cotización se deriva el valor del dólar americano).
Existen elementos que permiten inferir que el mercado de valores instaurado en Cúcuta, tiende a estimular e
inducir la devaluación de la moneda venezolana. En primer lugar, porque a pesar de que los indicadores
macroeconómicos de Venezuela sientan las bases para un proceso creciente y sostenido de devaluación de
su moneda, la escala de ese proceso de depreciación en la frontera no es proporcional con dichos
indicadores, en particular con el denominado dólar implícito, que resulta de una ecuación en la que se dividen
la liquidez monetaria nacional y el valor de las reservas internacionales (para septiembre de 2018, la tasa de
cambio paralela impuesta desde la frontera, quintuplicaba la tasa implícita).
En segundo lugar, porque el tipo de cambio impuesto en la frontera no se corresponde con los flujos
económico-financieros binacionales. De acuerdo con un informe de la CEPAL (2016), "la depreciación
continua y acelerada del tipo de cambio (…) no muestra una relación con la evolución del comercio entre la
República de Colombia y la República Bolivariana de Venezuela”3. Incluso, en un escenario como el actual,
marcado por debilidades severas en el mercado venezolano, el enorme flujo económico ilegal de combustible
y su proceso de comercialización en el oriente colombiano sería suficiente para reducir drásticamente los
desequilibrios y contener la desvalorización de la moneda venezolana.
En tercer lugar, porque las transacciones financieras dadas en la frontera son susceptibles de manipulación
en la medida en que las mismas resultan idóneas para la legitimación de capitales provenientes del
narcotráfico y el contrabando de combustibles (actividades con una presencia notable en la región fronteriza),
gracias a la permisividad de la legislación colombiana y también, hay que decirlo a la ausencia de una política
venezolana para enfrentar esta situación.
5. ¿Cómo funciona la transferencia ilegal de renta?
El carácter permeable de una frontera tan extensa y con un sistema de relaciones tan complejo, ha facilitado
el despliegue de diversos dispositivos para la fuga de capitales en grandes escalas, los cuales han
presentado variaciones en su comportamiento en la medida en que se han adaptado a condiciones
económicas y políticas determinadas.
En lo concreto la transferencia ilegal de renta se ha producido mediante dos mecanismos:
En primer lugar, hay que referir el conjunto de dispositivos de signo financiero que se crearon en la frontera
para captar de manera directa los petrodólares venezolanos en el periodo de bonanza, entre los que
sobresalen las operaciones de comercio exterior fraudulento, dado a través de importaciones ficticias,
sobrefacturación y otras modalidades de despojo de divisas que se diseñaron en las aduanas fronterizas; y en
menor escala, el uso de mecanismos dolosos para obtener los denominados dólares preferenciales a
personas naturales venezolanas.
En segundo lugar, esa transferencia ilegal de renta se sostiene en gran medida en la extracción irregular de
bienes que representan una descapitalización para Venezuela. En ese orden de ideas es necesario destacar
los volúmenes astronómicos de combustible –cuyos diferenciales de precio son abismales-, que han sido
objeto de contrabando históricamente. Según reportes oficiales antes de la crisis de 2015, el contrabando
desde Venezuela aportaba al menos siete millones de galones de combustible mensuales al mercado del
departamento del Norte de Santander (cerca del 60% de su consumo), y en los departamentos fronterizos de
La Guajira, César, Arauca y Amazonas el 100% de su abastecimiento se producía a través de combustibles
venezolanos, circunstancia que se había normalizado en la institucionalidad colombiana, a tal punto que se
creó en ese país una legislación que estimula y ampara la extracción ilegal de combustibles venezolanos.
Cabe señalar que en la actualidad la empresa ECOPETROL no publica las cifras de abastecimiento y
suministro energético en las regiones fronterizas de Colombia, con lo cual se infiere que los volúmenes de
contrabando siguen siendo de gran escala.
Al contrabando de combustibles hay que sumarle un flujo ilegal de instrumentos, materias primas e insumos
para la producción agroindustrial; así como de mercancías de los sectores alimentos y medicinas, con el
agravante de que el conjunto de rubros mencionados fueron objeto de importaciones a través de divisas
provenientes de la actividad petrolera, por lo cual una operación de contrabando tradicional adquiere un signo
lesivo para la economía venezolana en la medida en que constituye una operación de transferencia-despojo
de renta.
6. ¿Es la frontera la causa de la crisis venezolana?
La frontera es un factor sustantivo de la crisis. Pero la crisis venezolana es multifactorial. Ciertamente, las
operaciones sistemáticas de especulación financiera y fuga de capitales que se producen en la frontera tienen
repercusiones muy graves sobre la economía nacional, pero las mismas no determinan y mucho menos
explican la depresión sostenida de la productividad desde el año 2014 y tampoco la crisis de hiperinflación
instaurada desde noviembre de 2017.
Las distorsiones que se han desarrollado en la frontera no son aisladas de las distorsiones estructurales de la
formación económico-social venezolana. Por ejemplo, la fuga de capitales no es un hecho exclusivo de los
nodos de la frontera con Colombia. Por el contrario, ese fenómeno tan lesivo para la economía nacional ha
penetrado a la racionalidad de los agentes económicos del país. Las cifras de exportación de capitales
venezolanos hacia la banca internacional durante las últimas décadas son escandalosas4 y las mismas no se
producen a través de una aduana fronteriza (subalterna en rango y en escala de intercambio) o de
operaciones comerciales-financieras que resultan marginales si se valoran en el contexto de los flujos de
capitales que se producen desde Venezuela.
La especulación financiera tampoco es un hecho exclusivo de la frontera. Aunque se puede decir que el
mercado de valores de Cúcuta marca la pauta de las tendencias en la cotización de las divisas internacionales
en el mercado venezolano, los procesos de especulación y de reproducción ampliada de capital ficticio se
despliegan especialmente en los grandes centros urbanos del país, en los cuales se llevan a cabo las
transacciones económicas y financieras más significativas por sus escalas.
7. ¿Cuál es el impacto del contrabando en la crisis venezolana?
En torno al contrabando se han instaurado un conjunto de mitos que tergiversan la realidad. Como se
mencionó anteriormente, la extracción ilegal de bienes y mercancías en general lesiona la economía nacional
en la medida en que significa una descapitalización (en el caso de los combustibles además influye en el
deterioro de la industria petrolera venezolana), pero no es cierto que todos los problemas de
desabastecimiento e inflación sean provocados por el contrabando.
En primer lugar porque el contrabando siempre ha existido en esta frontera (de hecho es inherente a toda
frontera), y en otros momentos históricos no había afectado tan severamente al mercado nacional, por el
contrario en algunos casos estimulaba el crecimiento de la producción al ampliar el espectro de sus mercados.
En segundo lugar, porque los flujos de contrabando no son unidireccionales, es decir, el contrabando no es
exclusivo de mercancías venezolanas hacia Colombia, sino que también hay enormes flujos (con un
crecimiento vertiginoso en los últimos dos años) de mercancías colombianas colocadas de manera ilegal en el
mercado venezolano. De hecho, se estima que en la actualidad el abastecimiento de gran parte de los
alimentos y los bienes de aseo personal de la canasta básica de una proporción muy importante de la
población del occidente del país, depende de ese flujo de mercancías colombianas. Una situación similar
ocurre con mercados como el de las medicinas; el de insumos y matrerías primas agrícolas e industriales;
autopartes y repuestos para vehículos, entre otros sectores fundamentales para la economía.
Hay otros elementos que se deben reseñar, el primero está relacionado con el hecho de que la crisis
económica venezolana (ha derivado en la precarización de los salarios hasta niveles que hacen insostenible
la reproducción social) ese comercio informal se ha convertido en una opción económica en la que se dilapida
gran parte de la población económicamente activa de Venezuela. Hace unos años, el contrabando –el
denominado bachaqueo5 de productos venezolanos hacia Colombia- era una actividad complementaria para
mejorar los niveles de consumo de la población, pero hoy se ha convertido en una actividad de subsistencia
de carácter esencial para miles de familias, no solo de la región fronteriza (como había sido tradición), sino
que se ha producido una migración importante desde todas las ciudades del país en actividades de comercio
informal.
El segundo, tiene que ver con la estigmatización y criminalización de la ciudadanía de las regiones fronterizas,
condicionada en gran medida por las narrativas reduccionistas que se han formulado desde voceros con gran
influencia en la opinión pública, los cuales han caracterizado a la frontera colombo-venezolana como el origen
de todos los problemas nacionales (se llegó a afirmar sin datos concretos y sin fundamento alguno que el 40%
de los productos importados a Venezuela son objeto de extracción ilegal hacia Colombia).
Esa tesis resulta conflictiva en la medida en que concentra en la frontera colombo-venezolana el origen de
una crisis multifactorial, con lo cual desconoce factores estructurales de dicha crisis y omite que el
contrabando no es un fenómeno exclusivo de esta frontera; y en la medida de que resulta imposible que se
produzca un flujo de mercancías tan astronómico sin la connivencia de las más altas autoridades civiles y
militares con competencia en la materia, desde los puertos marítimos del país, hasta todo el sistema de vías
de comunicación terrestre, lo que implica viajes no menores a 700 kilómetros para llegar a los nodos
fronterizos, es decir, en el supuesto negado de que esta tesis sea verdadera, no se trataría de un problema
exclusivo de la frontera.
8. ¿Quiénes son los responsables del contrabando?
Hay evidencias de redes de comercialización ilegal en grandes escalas (es la única manera de explicar la
existencia en localidades fronterizas colombianas de anaqueles con mercancías venezolanas extintas desde
hace tiempo en el mercado nacional. Ese fenómeno no se puede concebir sin la participación de las grandes
empresas matrices de esas mercancías. En ese entramado de corrupción y economía ilegal, están
involucrados carteles de capital privado tales como industrias Polar, pero también están vinculados altos
ejecutivos de empresas públicas administradas por el Estado venezolano, tales como PDVSA, Agropatria,
Lácteos Los Andes, entre otros, pero además están vinculados funcionarios civiles y militares responsables
del registro, control y fiscalización de los flujos económicos en ambos lados de la frontera.
Hay una narrativa que pretende adjudicar a “los colombianos” la responsabilidad absoluta de las prácticas
economía ilegal que se producen en la frontera, pero la verdad es que es imposible que se produzca un
fenómeno de esa naturaleza sin la existencia de estructuras mafiosas muy complejas –multiagenciales- en
ambos países. Las distorsiones de la economía en la frontera colombo-venezolana no son entonces la causa,
sino la consecuencia de la interacción entre las distorsiones sistémicas de las economías de Venezuela y de
Colombia, en su concreción sobre el espacio fronterizo.
De hecho la crisis fronteriza de 2015 (el cierre del tránsito por el puente internacional y de las operaciones
comerciales binacionales), generó problemas severos en las regiones fronterizas colombianas. Por ejemplo,
en Norte de Santander –cuyo comportamiento económico ha estado condicionado por los flujos y reflujos de
la economía venezolana-, se han profundizado problemas estructurales como el desempleo y la informalidad.
De igual manera se han producido notables reducciones en el mercado y en la productividad, así como una
depresión notable del comercio exterior a través de una caída tendencial de las exportaciones de los actores
económicos de ese departamento. La crisis económica que se ha desencadenado en Venezuela en los
últimos años ha derivado en una contracción económica en la región fronteriza. Precisamente ese fenómeno
de interdependencia en un escenario de conmoción económica, estimula el crecimiento de actividades
informales e ilegales (las cuales reproducen la marginación y la precarización de amplios sectores de la
población) en ambos lados de la frontera.
9. ¿Cuál es el papel de los grupos irregulares en esas economías ilegales?
Los grupos irregulares localizados en la frontera son expresión del conflicto social, político y armado que
azota a Colombia desde hace más de medio siglo. La actuación de los mismos ha sido variable en el tiempo.
Por ejemplo, los grupos insurgentes desarrollaron desde las décadas de los setenta, ochenta y noventa del
siglo pasado, una presencia orientada hacia la consolidación de una retaguardia política y militar, combinada
con una economía de guerra (esta última vinculada a actividades ilícitas como el contrabando y a crímenes
como el secuestro).
Pero la presencia de estos grupos se tornó más intensiva y más cruenta ante la llegada de los grupos
paramilitares a finales de los años noventa. El Bloque Frontera de las AUC, impuso un régimen que trascendió
de lejos la tradicional presencia relativamente clandestina de las guerrillas, e instauró una presencia
dominante que usurpó funciones sustantivas de los Estados. Por ejemplo, estableció un férreo y represivo
dominio social y territorial sobre las localidades fronterizas, con lo cual garantizó el control y fiscalización de
los flujos económicos, el orden público e incluso influyó sobre la cultura fronteriza.
La denominada desmovilización de las AUC, no significó ningún cambio esencial para el territorio fronterizo
colombo-venezolano, en la medida en que sobre su espectro se mantuvieron intactas las estructuras para-
estatales que se habían instaurado. Ese fenómeno es caracterizado en Colombia como neo paramilitarismo,
en la medida en que estos grupos mantienen las características sustantivas de sus antecesores confederados
en las AUC.
En los últimos años se ha producido una agudización del conflicto entre estos grupos y las guerrillas
colombianas por el control territorial en la frontera (concebido como un medio para la captación de finanzas).
Tal situación ha desatado una escalada de violencia que ha convertido en teatro de operaciones de guerra a
las localidades fronterizas, y ha subordinado la dinámica de los flujos económicos ilegales a las correlaciones
de fuerza que se imponen a partir de dicho conflicto.
10. ¿Qué hacer para que la frontera deje de ser un problema y se convierta en una oportunidad
para superar la crisis económica venezolana?
No hay fórmulas mágicas, ni mucho menos recetas. Pero es preciso formular algunas propuestas generales y
sistémicas. En primer lugar, se debe reconocer es que la crisis afecta a los dos países. A pesar de que la
economía delictiva descrita someramente, marque una tendencia a generar procesos de acumulación de
capital que favorecen a Colombia (sobre la base de una carga histórica de intercambio desigual que se ha
instaurado en las relaciones binacionales), lo cierto es que las distorsiones económicas-financieras de la
frontera, afectan los sectores formales de la economía en los dos países, en la medida en que limitan las
potencialidades de desarrollo en la región (en lo concreto, las localidades adyacentes a los nodos de
intercambio fronterizo actúan como una región económica, más allá de los límites político-administrativos).
El reconocimiento de esta realidad, debe ser el punto de partida para que los gobiernos de las dos naciones, a
pesar de sus aparentes divergencias ideológicas (en ese orden de ideas vale destacar como ejemplo y
referente el Plan de Desarrollo Binacional creado entre los gobiernos de Colombia y Ecuador bajo la dirección
de dos actores antagónicos: Álvaro Uribe y Rafael Correa), se comprometan con una agenda política, por qué
no aspirar a un Plan de Desarrollo Binacional sobre la base de la participación de los agentes sociales,
económicos y políticos de los nodos fronterizos, que permita la sinergia para garantizar los derechos de la
población y para promover un crecimiento económico sobre la base de la articulación de políticas públicas y la
cooperación económica para la reducción de asimetrías.
En segundo lugar, en relación directa con esa lógica de cooperación entre los gobiernos, se precisa de la
construcción e implementación de acuerdos binacionales en las materias sustantivas del quehacer fronterizo.
Por ejemplo, en áreas clave desde el punto de vista económico como la energética, en la cual es factible que
se produzca un modelo de comercialización de combustibles venezolanos en el oriente colombiano (con lo
que se contiene la fuga de capitales inherente al flujo ilegal de esta mercancía y la balanza comercial se
orientaría a una tendencia hacia el equilibrio); y el sistema de intercambio comercial y financiero, en el que
resulta de gran importancia abolir los instrumentos que estimulan la especulación financiera y la economía
delictiva.
Asimismo, en sectores fundamentales para la garantía de los derechos de la población, tales como las
políticas migratorias, de trabajo, de transporte, de salud, de educación, de seguridad ciudadana, entre otras.
Ese puede ser el principio de nuevas condiciones estructurales para la apertura del tránsito fronterizo y para la
reactivación del comercio binacional.
En tercer lugar, se requiere de una política a nivel estratégico por parte del gobierno nacional, que actúe como
el eje articulador de un conjunto de políticas públicas orgánicas, algunas en clave de emergencia, para
atender las graves distorsiones económicas que dominan la frontera, así como la multiplicidad y complejidad
de problemas que se localizan en esas regiones. En ese orden de ideas, también es pertinente una revisión
de la Ley Orgánica de Fronteras, la cual además de haberse sancionado sin la participación del pueblo de las
regiones fronterizas, no ha sido ejecutada, precisamente porque no trasciende algunas formulaciones técnicas
y jurídicas aisladas en tiempo y espacio de la realidad concreta.
En cuarto lugar, es necesario que se produzca un gran debate nacional acompañado y potenciado en el corto
plazo por estudios interdisciplinares y multiagenciales (en el que se integren factores públicos y particulares),
a través de los cuales se registren y se divulguen las distorsiones económicas. Por supuesto, instituciones
como la Fiscalía General de la República y la Contraloría General deben participar de ese proceso y además
deben actuar en los casos en que la ley lo disponga para imponer la verdad y la justicia.
En quinto lugar, promover la integración de organizaciones sociales, comunitarias y académicas, así como de
experiencias de producción e intercambio de ambos países en un gran movimiento de solidaridad, para
estimular mecanismos de reciprocidad en lo económico y lo cultural desde una perspectiva fraternal, que
permitan el desarrollo de prácticas de complementariedad entre los pueblos.
Jorge Forero
Investigador del Centro Internacional Miranda
Notas
1 Articulados en tres ejes de intercambio comercial formal: 1. El Eje Paraguachón-Maicao; 2. El Eje San
Antonio del Táchira y Ureña-Área metropolitana de Cúcuta (el más importante por las escalas de los flujos); 3.
El eje Guasdualito-Arauca.
2 Miles de operadores de cambio (legales e ilegales) que actúan en las localidades colombianas de la región
fronteriza.
3 Informe CEPAL: “El comercio transfronterizo entre la República de Colombia y la República Bolivariana de
Venezuela: Diferenciales de precios, tipos de cambio y lineamientos para el diálogo”.
4 De acuerdo con unos datos presentados por el economista Manuel Sutherland, provenientes de varias
agencias, entre las que se incluye el Banco Mundial, entre los años 2000 y 2010 se produjo una fuga de
capitales venezolanos que alcanzó la cifra de 153.000. millones de dólares americanos, el equivalente al 43%
del PIB de ese periodo.
5 Término peyorativo que se usaba para caracterizar una modalidad de contrabando al menudeo.
https://www.alainet.org/es/articulo/196982
https://www.alainet.org/es/articulo/196982
Gremios fronterizos creen en la
economía binacional
Buscan establecer mecanismos que permitan definir la tasa cambiaria para las
transacciones binacionales.
Representantes gremiales de Colombia y Venezuela pidieron a los gobiernos establecer mecanismos para el
establecimiento de un comercio justo en la frontera.
/ Foto:Eilyn Cardozo
El tercer tema abordado durante la reunión sostenida la tarde del martes, fue la
exigencia de abrir el intercambio comercial y devolver la total transitabilidad al
transporte de carga pesada en la frontera, para permitir el normal flujo de
mercancías, productos terminados y materias primas entre los dos países.
Cuentas pendientes
Eilyn Cardozo
eilyn.cardozo@laopinion.com.co
Del lado colombiano, Bogotá señaló a Caracas de darle un trato "denigrante" a los
ciudadanos colombianos que fueron repatriados por estar en situación ilegal. Pero,
¿qué cambió para que ambos gobiernos le dieran una vuelta de tuerca a la
relación?
Juan Barreto / AFP
Crisis binacional
Esa situación afecta directamente a los habitantes del norte de Colombia. Muchos
de ellos, ha reconocido el gobierno de Juan Manuel Santos, cruzaban diariamente
a Venezuela para suplir sus necesidades de transporte, alimentación y hasta de
combustible porque el país vecino, al menos en la última década, siempre ha
resultado más económico. El cierre fronterizo agudizó esa realidad.
Aunque a finales del año pasado el intercambio verbal entre ambos gobiernos fue
cáustico, la retórica bajó decibeles cuando se deprimió la dinámica en la zona
fronteriza y evidenció la necesidad de sanear el área limítrofe. Miraflores y Nariño
establecieron una estrategia de "normalización" que, aunque tímidos, empieza a
dar sus primeros frutos.
"Después de un año de haber sido cerrado el paso por los puentes fronterizos,
como consecuencia de la acción violenta del paramilitarismo colombiano contra el
pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, se tuvieron que tomar medidas
que permitieran la transformación inmediata de esta frontera", recordó este
martes el ministro venezolano para la frontera, Gerardo Izquierdo Torres, citado
por el diario Panorama.
Mejor abastecimiento
Operadores cambiarios
Uno de los puntos más duros de la negociación entre ambos gobiernos tiene que
ver con el tema cambiario. Este martes, los operadores de la zona se reunieron
para discutir un nuevo convenio que permita robustecer las monedas locales, en
vista de que el esquema vigente es completamente lesivo al bolívar.
La tragedia silente de los wayuu: Morir de hambre en la frontera colombo-
venezolana
Energía
Venezuela tiene la gasolina más barata del mundo. Esa realidad hace que el país
sea apetecible para los contrabandistas. Antes de la crisis en la frontera, el
Ministerio de Energía y Petróleo estimaba que alrededor de 30% del combustible
producido en el país se desviaba hacia Colombia.
En agosto pasado, el presidente Nicolás Maduro dijo que habían "respuestas
positivas" sobre el nuevo esquema de distribución de gasolina al vecino país. Un
litro de combustible en Venezuela cuesta entre 1 y 6 bolívares, pero en el lado
colombiano el costo se incrementa a 600 bolívares por la misma cantidad de
carburante.
Venezuela dejó de importar gas desde Colombia en 2015. Esta es la primera vez
que el país podrá vender gas natural a través de tuberías, ubicadas en la zona
petrolera del Lago de Maracaibo, limítrofe con la Guajira colombiana, precisa el
comunicado de Pdvsa.
La agenda de cooperación que hace un año parecía inviable es hoy una realidad
que ambos gobiernos llevan con celo, mientras -por el lado colombiano- está el
plebiscito de la paz en ciernes y Venezuela toma medidas para resistir el embate
de lo que ha denominado la "guerra económica".
Nazareth Balbás
https://actualidad.rt.com/actualidad/219883-venezuela-colombia-reaniman-relacion-frontera
Facilitación del Comercio y Aduanas
Si bien el concepto de facilitación del comercio puede abarcar una amplia serie de ámbitos
además del aduanero, un importante marco de referencia lo constituye la Organización
Mundial del Comercio (OMC).
El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC establece compromisos para todos
los Países Miembros de la Comunidad Andina en la medida que impulsará el comercio y
promoverán su desarrollo. Las disposiciones contenidas se dirigen a agilizar el movimiento,
levante y despacho de mercancías, incluidas las mercancías en tránsito. Además, establece
medidas para lograr cooperación efectiva entre las administraciones aduaneras y otras
autoridades relacionadas a temas de facilitación del comercio y cumplimiento de
procedimientos aduaneros. Asimismo, contiene disposiciones sobre asistencia técnica y
creación de capacidad en esta esfera.
Ámbito de aplicación
Bajo esta norma, se prevé adelantar trabajos sobre diferentes áreas, entre ellas Resoluciones
Anticipadas en valoración aduanera, origen y clasificación arancelaria; Base de Datos
Andina en valoración aduanera; interoperabilidad entre Ventanillas Únicas de Comercio
Exterior (VUCE); Certificados de origen digitales; autorización del despacho aduanero
antes de la llegada de la mercancía; Operador Económico Autorizado Andino; Estrategia
comunitaria de gestión de riesgos; Guía de Auditoría Comunitaria Aduanera;
complementación de sistemas de inspecciones no intrusivas; inversiones en modernización
de laboratorios aduaneros; mejora en los procesos de exportación fácil orientados a micro y
pequeños empresarios; capacitación permanente de los funcionarios aduaneros y
operadores del sector privado en comercio internacional, aduanas y temas relacionados;
impulso al desarrollo de redes electrónicas para la interconexión de las administraciones
aduaneras que permita el intercambio de información.
De manera general. las normas aduaneras tienen por finalidad intervenir, facilitar y
controlar la entrada, permanencia y salida de un territorio nacional, de mercancías objeto de
tráfico internacional y de los medios de transporte que las conduzcan, con el propósito de
determinar y aplicar el régimen jurídico al cual dichas mercancías estén sometidas, así
como determinar los tributos exigibles, aplicar las sanciones procedentes, y ejercer los
controles previstos en la legislación aduanera aplicable.
• Aduanas
Las normas aduaneras tienen por finalidad intervenir, facilitar y controlar la entrada,
permanencia y salida de un territorio nacional, de mercancías objeto de tráfico internacional
y de los medios de transporte que las conduzcan, con el propósito de determinar y aplicar el
régimen jurídico al cual dichas mercancías estén sometidas, así como determinar los
tributos exigibles, aplicar las sanciones procedentes, y ejercer los controles previstos en la
legislación aduanera aplicable.
Ámbito de aplicación
Dentro del ámbito de la normativa aduanera andina se desarrollaron los siguientes temas
b. Valoración Aduanera
También, se cuenta con normativa sobre la Declaración Andina del Valor contenida
en la Resolución 1952 que incorpora el formato electrónico así como su aplicación
en los Países Miembros. Finalmente, los casos especiales de valoración aduanera
han sido actualizados mediante la Resolución 1456, que establece los criterios para
determinar el valor en aduana en ciertos casos especiales en los que no sea posible
aplicar el método principal del Valor de Transacción, ni los secundarios, ni aun
considerando la flexibilidad contemplada en el método del “Último Recurso”,
debido a la particular naturaleza de las mercancías que se han de valorar.
Los Países Miembros vienen aplicando, desde enero de 2006, la Decisión 617 sobre
Tránsito Aduanero Comunitario, modificada por las Decisiones 636 y 787. Este
régimen aduanero permite trasladar bajo una misma operación, mercancías desde la
Aduana de un País Miembro a la Aduana de otro País Miembro, en el curso del cual
cruzan una o varias fronteras de los Países Miembros, con suspensión del pago de
tributos aplicables.
El contar con regímenes comunes facilita a los operadores de los Países Miembros
realizar de manera ágil las transacciones comerciales, estableciendo disposiciones
uniformes en materia de procedimientos aduaneros que contribuyen de una manera
eficaz al desarrollo del comercio exterior, permitiendo un mayor grado de
simplificación y armonización de los regímenes y operaciones aduaneras.
Las normas andinas sobre regímenes aduaneros (Decisiones 618 y 671) permiten la
armonización de los procedimientos y formalidades exigibles en el ingreso y salida
de las mercancías y medios de transporte, así como en el destino aduanero de las
mercancías a un régimen u operación aduanera. La Decisión 671 fue parcialmente
modificada mediante Decisión 716; encontrándose vigente a partir del 01 de junio
de 2010.
http://www.comunidadandina.org/Seccion.aspx?id=323&tipo=TE&title=facilitacion-del-comercio-
y-aduanas