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En torno al principio de
irrenunciabilidad(*)
Mario Pasco Cosmópolis (**)(***)
El principio de irrenunciabilidad es, sin duda, del principio protector, sino que lo completa, lo
de los más importantes, casi emblemático del perfecciona, le da eficacia. En efecto, si la norma
Derecho del Trabajo. A través de la prevalecencia laboral, impregnada y nutrida por el principio
de la norma sobre los acuerdos entre empresario protector, fuera renunciable, el trabajador en cuyo
y trabajador, protege a este para el real disfrute de beneficio se dio quedaría indefenso frente al poder
los derechos que aquella le otorga. patronal. Por eso se la dota de invulnerabilidad, lo
Definido por Plá Rodríguez (1) como “la cual, en último término, viene a significar que se
imposibilidad jurídica de privarse voluntariamente protege al trabajador incluso contra sí mismo, al
de una o más ventajas concedidas por el Derecho limitarse la autonomía de su voluntad.
Laboral en beneficio propio”, puede ser también No de otro modo se explica que todos los autores
enunciado como “la ineficacia de la privación que han examinado la cuestión de los principios
voluntaria por parte del trabajador de aquellos del Derecho Laboral coloquen a ambos en un mismo
derechos que le resulten indisponibles”(2). plano, y que incluso es frecuente que las
Vinculan estrechamente algunos autores este legislaciones consagren casi universalmente el
principio al principio protector, al punto casi de principio de irrenunciabilidad, pero sean en cambio
hacerlo derivar de él. La irrenunciabilidad sería así escasas las que hayan hecho lo propio con el
una proyección o una prolongación del principio principio protector, mantenido este en la esfera
protector(3), a partir de la premisa de que si las axiológica, pero sin penetrar en la órbita legislativa.
normas laborales pudieran ser objeto de Numerosas son las cuestiones que surgen del
abdicación, carecerían de objeto y quedaría el estudio de la irrenunciabilidad, y tienen que ver
trabajador huérfano de la protección que ellas le con su origen o fundamento, sus alcances, sus
confieren y que son, en esencia, su razón de ser. excepciones, y otras, todas las cuales fomentan
Es indudable que entre ambos principios existe un amplio campo para el debate.
un estrecho vínculo, mas no de subordinación, sino En el presente trabajo, en homenaje al autor que
de complementación; no hay entre ellos una más enjundiosamente ha estudiado el tema de los
relación causal, sino que ambos apuntan en una principios del Derecho Laboral -Américo Plá
misma dirección, comparten una misma finalidad Rodríguez-, abordaremos el de irrenunciabilidad, no
y la irrenunciabilidad opera como un instrumento desde una perspectiva global, sino apuntando hacia
que completa y perfecciona al principio protector. algunas de sus facetas más interesantes o
En nuestro criterio, la irrenunciabilidad no deriva debatibles.
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1 . Fundamento del principio de irrenunciabilidad Así lo expresa Vázquez Vialard (6) quien
considera la opinión más aceptable la que “indica
Plá ubica en la doctrina diversas corrientes como fundamento de la irrenunciabilidad el hecho
acerca de los fundamentos del principio de de que la indisponibilidad surge de la ley como un
irrenunciabilidad, que serían: (i) el principio de modo de asegurar la protección de los derechos
indisponibilidad; (ii) la imperatividad de las normas que ella consagra”; como también Guillermo
laborales; (iii) su carácter de orden público; (iv) la Guerrero Figueroa(7), quien en elaborada síntesis
limitación a la autonomía de la voluntad; y, (v) el distingue entre el fundamento y la finalidad: “El
presunto vicio de la voluntad. Plá expone de manera principio de irrenunciabilidad se desprende de la
acuciosa las diversas opiniones y, sin optar por naturaleza de orden público de los beneficios y
una de ellas, propone más bien que “por caminos garantías, con carácter de mínimos, otorgados a
distintos o, acaso, con simple terminología los trabajadores. El objeto de este principio es la
diferente, se llega a la expresión de la misma idea, protección de quien, por su condición de debilidad
ilustrándola en diferentes aspectos”(4). en lo económico, puede ser fácilmente víctima al
Vázquez Vialard(5) sistematiza esas corrientes renunciar el ejercicio de un derecho, ante la oferta
en dos categorías: “Los autores que se inscriben inferior, pero que le resuelve una necesidad urgente
en la primera, que a su vez destacan como e inmediata. El principio de la irrenunciabilidad
prevalentes aspectos distintos, se refieren ya a la supone una limitación a la autonomía de la
indisponibilidad de la ley como presupuesto de su voluntad. Las reglas laborales de carácter
vigencia real en los hechos, la imperatividad de la imperativo pueden ser derogadas cuando ello se
norma, su carácter de orden público, ya a la hace en favor del trabajador, siempre y cuando
limitación de la autonomía de la voluntad. En dicha derogación no afecte intereses colectivos.
cambio, otros autores prefieren fundar el instituto El principio de la irrenunciabilidad de derechos es
en un supuesto vicio del consentimiento. Según absoluto cuando perjudica al trabajador, y relativa
esta segunda apreciación, se presumiría una solo en beneficio de este”.
incapacidad del trabajador para negociar en Sobre esta línea, la doctrina española distingue
igualdad de condiciones(...)”. tres grados a dicha fuerza imperativa o, como
En nuestra opinión, la irrenunciabilidad tiene derivación de ellos, tres tipos de normas: (i)
su fundamento en la imperatividad de la norma, imperativas o categóricas o de imperatividad
que no es sino expresión de su carácter de orden absoluta o de derecho necesario absoluto; (ii) de
público; esa imperatividad, a su vez, tiene por imperatividad relativa o limitadamente categóricas
finalidad consolidar la eficacia del principio o de derecho necesario relativo; y, (iii) dispositivas
protector, a cuyo objeto limita la autonomía de la o discrecionales o supletorias(8).
voluntad y precave al trabajador incluso contra sus Las categóricas -de derecho necesario
propios actos. Todos los criterios expuestos absoluto- son a tal punto imperativas que no
precedentemente confluyen, pues, en un mismo admiten margen alguno para modificación en
propósito, lo cual perfila con claridad su teleología, niveles inferiores, ni siquiera a favor del trabajador.
mas no su fundamento, que radica en la fuerza “No pueden ser desconocidas o modificadas por
impositiva que el legislador confiere a las normas las partes de la relación individual de trabajo ni
laborales. tampoco por las de la negociación colectiva”(9). Son
(11) CAMPOS RUIZ, Luis Miguel. Los principios de norma más favorable y de condición más beneficiosa en las fuentes del
Derecho Español del Trabajo. ET. Colección tesis doctorales. Madrid, 1976. p. 119.
(12) La intangibilidad equivale a lo que Héctor Hugo Barbagelata (El bloque de constitucionalidad de los derechos humanos
laborales. En: El trabajo y la Constitución. pp.380-382), a propósito de los derechos humanos laborales, denomina
principio de irreversibilidad, que se complementa con el principio hermenéutico al que llama de progresividad.
(13) También consagra en el inciso 1 del mismo artículo que “La legislación del trabajo y su aplicación se sujetarán a los
principios del derecho social”, el cual obviamente comprende el de irrenunciabilidad; y en el inciso 4, de modo explícito:
“Los derechos del trabajador son irrenunciables. Será nula toda estipulación que implique su renuncia, disminución o
alteración (...)”.
(14) EGAS PEÑA, Jorge. El derecho del trabajo a través de las constituciones políticas del Ecuador. En: El trabajo y la 219
Constitución. p. 247.
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(...)”. Por tanto, “no debe confundirse con el de a la inaplicación de una norma por acto o contrato
irrenunciabilidad de los derechos del trabajador, privado(18). La inderogabilidad viene a ser así la
que es de carácter subjetivo, ni con la aplicación eficacia de la norma por sobre la voluntad de las
de la condición más beneficiosa del principio de partes en un negocio sinalagmático, en la línea
protección, que solo actúa frente a una nueva del aforismo “El contrato es ley entre las partes”;
ley”(15). esta “ley privada” no puede “derogar” a la ley de
De modo menos intenso y con referencia a orden público.
derechos previsionales pensionarios, la primera Pero si la ley es por esencia abstracta y
disposición transitoria de la Constitución peruana general, la derogación también tiene que serlo: la
de 1993, aunque con penosa redacción, disponía derogación de una norma legal solo es tal cuando
que: “Los nuevos regímenes sociales obligatorios, surte efecto abstracto y general. Aún cuando se
que sobre materia de pensiones de los trabajadores trate de una derogación parcial y no de abrogación,
públicos, se establezcan, no afectan los derechos el efecto se extiende y aplica a todos, aunque
legalmente obtenidos (...)”. Aunque esta extraña beneficie o perjudique solo a unos cuantos.
norma en puridad estaría en la línea de resguardo En los actos que conllevan renuncia -válida o
de los derechos adquiridos y, por consiguiente, no- la norma sigue indemne, no se ve afectada;
del principio de norma más favorable, en la práctica solo deja de ser aplicada a ese caso concreto.
actuó como una fórmula de intangibilidad, ya que Ello, por tanto, no es en sentido estricto un acto
las leyes que se emitieron desde su vigencia no derogatorio.
tuvieron vigencia práctica, puesto que no podían
afectar a aquellos a quienes se dirigían(16). 2.3. Indisponibilidad
Los términos indisponibilidad e
2.2. Inderogabilidad irrenunciabilidad son claramente afines, casi
Por inderogabilidad se asume un efecto menos sinónimos, aunque pueda establecerse alguna sutil
intenso que el recién examinado, y se proyecta diferencia. En realidad, indisponibilidad es un
en realidad al impedimento para que una norma concepto más amplio, que guarda con el de
de un determinado nivel pueda ser afectada por irrenunciabilidad una relación género especie.
otra de nivel inferior. En principio, ninguna ley se El derecho o facultad de disposición es uno
deroga, sino por otra ley y como tal la de los atributos inherentes al derecho de propiedad,
inderogabilidad es atributo de toda norma y comprende no solo la capacidad para renunciar,
jurídica(17). La expresión “inderogabilidad” como sino para transferir. Los derechos laborales, como
sinónimo imperfecto de la “irrenunciabilidad” o, al todo derecho, son bienes que pertenecen al
menos, como un efecto colateral de esta, aunque patrimonio del trabajador, el cual tiene respecto
aparece con gran frecuencia en los estudios de ellos un derecho de propiedad(19). Los derechos
doctrinarios sobre este principio, constituye en laborales son transferibles: un trabajador puede
nuestra opinión, en cierta forma un uso extensivo, disponer de ellos, en tanto la transferencia sea
analógico o un manejo muy laxo del vocablo onerosa y no conlleve renuncia. Así, por ejemplo,
“derogar”, que muchos autores utilizan para referirse la legislación peruana, que confiere preferencia
(17) Los ordenamientos suelen contener otros instrumentos jurídicos con fuerza derogatoria; en la Constitución peruana se
contemplan, por ejemplo, los decretos legislativos, que son leyes promulgadas por el Poder Ejecutivo en uso de una
facultad delegada por el Legislativo; los decretos de urgencia, que emite el Poder Ejecutivo en uso de facultad
originaria, en materia económica y financiera; y las resoluciones del Tribunal Constitucional cuando declaran
inconstitucional una norma de rango de ley.
(18) También se encuentra en el artículo 109 de la Constitución de la República Dominicana.
(19) A este respecto, es interesantísima la construcción teórica elaborada por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en relación con los derechos pensionarios. Estos, curiosamente, no han sido nunca recogidos y ni siquiera
mencionados en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos, lo cual no ha sido óbice para que la Corte
220 se pronuncie en casos que se refieren a ellos, a cuyo efecto, a falta de norma expresa, ha acudido al concepto de
violación del derecho de propiedad. Ver sentencia en el caso “CIDH 12.034 - 5 pensionistas”.
En torno al principio de irrenunciabilidad
absoluta a los créditos laborales frente a cualquier consolidados, o, por así decirlo, incorporados ya
acreencia contra el empleador, contempla que al patrimonio del trabajador. Entiendo que se trata
dicho privilegio se extiende a quien sustituya total de una doctrina incorrecta, en sentido jurídico, al
o parcialmente al empleador en el pago directo de no valorar suficientemente los siguientes
tales obligaciones (artículo 2 del Decreto Legislativo elementos: (i) un derecho indisponible no cambia
856). Si los derechos laborales fueran indisponibles, de naturaleza por el transcurso del tiempo, aparte
tal posibilidad estaría cerrada. de que una opinión contraria remite al problema a
Si la ley dispone la irrenunciabilidad de la dificilísima determinación de la entrada del
derechos, no excluye necesariamente la derecho en el patrimonio del trabajador; (ii) los
indisponibilidad de ellos, sino solo de aquellos derechos que pueden reducirse a una valoración
actos de disposición que importen una renuncia. económica dejan de ser derechos laborales y se
A la inversa, si la ley consagrara la indisponibilidad, convierten en partidas de su activo: la renuncia,
implicaría en todos los casos la proscripción de la pues, de estos no puede resolverse con las normas
renuncia. del Derecho del Trabajo; (iii) una cesión de estos
La renuncia es un acto de disposición derechos consolidados será nula en cuanto que
gratuito: la renuncia es necesariamente gratuita. así resulte de los límites generales del
La disposición puede serlo, aunque por lo común ordenamiento jurídico (...); y, (iv) si el trabajador
es onerosa, como sucede sin más en una pretende, con el abandono del derecho, un beneficio
compraventa, por ejemplo. o una liberación para el empleador, no se tipifica
Las legislaciones en general consagran la un negocio jurídico de renuncia, y la nulidad
irrenunciabilidad, aunque algunas, como la derivará, en su caso, de la comisión de actos
española, se refieren a la indisponibilidad. ilegales”(20).
Por ende, hoy la doctrina tiende a asumir que
3 . Alcances de la irrenunciabilidad una y otra formas de renuncia son inválidas(21).
(20) DE LA VILLA GIL, Luis Enrique: El principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales. En: Revista de Política 221
social. Número 85. Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1970. p. 39.
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colisión con la irrenunciabilidad, al menos en pero cierto, y que no sea un derecho impugnado,
apariencia. Interesa por tanto precisar sus porque nadie puede renunciar a una cosa cuya
alcances. propiedad no le sea reconocida ampliamente”. La
conciliación, en cambio, actúa sobre la res dubia
5.1. Transacción y conciliación o la cosa litigiosa, esto es, incierta y en gran medida
En tanto que la renuncia pura y simple improbable.
constituye un negocio jurídico de tipo abdicativo, Hay quienes, con una óptica procedimental,
porque no conlleva contraprestación, transacción diferencian transacción y conciliación solo en razón
y conciliación son negocios jurídicos de tipo de que la primera puede darse y generalmente se
conmutativo, esto es, con contraprestación. da en una esfera privada, mientras que la segunda
Algunos diferencian ambas figuras en que en impone necesariamente la actuación de un tercero,
la transacción hay necesariamente concesiones el conciliador. Ambas serían, pues, figuras
recíprocas: ambas partes ceden algo y obtienen transaccionales sustantivamente iguales,
algo en reciprocidad, o como dice el artículo 1809 diferenciadas únicamente en su comportamiento
del Código Civil español. Es un contrato en el que procesal(23).
las partes “prometiendo o reteniendo cada una En todo caso, es muy certera la previsión de
alguna cosa, evitan la provocación de un pleito o la Ley del Proceso Laboral (LPL) de España, cuyo
ponen término al que había comenzado”. Si hubiere artículo 84.1 admite la validez de la conciliación,
cesión de algo solo de parte de una ellas hacia la salvo que “el órgano judicial estimare que lo
otra, habría renuncia simple, o desistimiento o convenido es constitutivo de lesión grave para
allanamiento si fuera intra procesal, es decir, habría alguna de las partes, de fraude de ley o de abuso
abdicación. de derecho, (en cuyo caso) no aprobará el acuerdo”,
La conciliación, en cambio, procura un ajuste como también el artículo 245 de la misma que
de la pretensión dentro de un proceso judicial - prohíbe la transacción sobre derechos reconocidos
que es por lo general exagerada o extrema, con por sentencia judicial(24).
un objetivo táctico- a la realidad manifestada en la
capacidad efectiva para demostrarlos. 5.2. Desistimiento
La transacción, entonces, desde esa Es la abdicación del proceso o de la
perspectiva, solo podría contener de parte del pretensión. En el primer caso -desistimiento del
trabajador concesión respecto de derechos proceso-, no hay renuncia sino postergación: el
disponibles (o no versar sobre derechos trabajador se aparta del litigio iniciado pero sin
irrenunciables), en tanto que la esfera de la mengua del derecho sustantivo, que puede ser
conciliación sería la de derechos inciertos, ejercitado a través de una ulterior acción.
dudosos, aún cuando fueran de carácter El desistimiento de la pretensión, en cambio,
irrenunciable. afecta al derecho mismo, razón por la cual no es
En otras palabras, mientras la transacción admisible si tales derechos no han sido satisfechos
operaría sobre la certidumbre de una cesión de cuando se trata de derechos irrenunciables.
derechos, razón por la cual estos tendrían que ser Por eso, en salvaguarda de ellos, la normativa
disponibles, la conciliación lo haría sobre la res procesal exige en el desistimiento, como en la
dubia o litigiosa, que precisamente por carecer de transacción y la conciliación, la presencia y
certeza representa solo una aspiración, no un participación activa del juez, cuya misión es
derecho cierto. comprobar que bajo ninguna de esas figuras puedan
“La renuncia -dice Plá(22)- se refiere a un afectarse derechos irrenunciables ciertos, tangibles
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(21) La doctrina española es crítica de la jurisprudencia que excluye de la prohibición de renuncia aquellos derechos ya
ingresados en el patrimonio del trabajador. Véase: ALBIOL MONTESINOS, Ignacio y otros. Derecho del trabajo.
Fuentes y contrato individual. Valencia: Tirant Lo Blanch, 1999. p. 184.
(22) Op. cit.; p. 152
222 (23) DE LA CUEVA, Mario. Derecho mexicano del trabajo. 7ma. edición. México: Porrúa, 1963. p. 750.
(24) SALA FRANCO, Tomás. Irrenunciabilidad. En: ALBIOL MONTESINOS, Ignacio y otros. Op. cit.; p. 183.
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inacción, que en la medida en que se prolonga tendría que serlo la imprescriptibilidad. Cualquier
más allá del plazo fijado daña la efectividad de la medida, cualquier plazo, toda limitación, aunque
acción”(27). fuera desmesurada (30 años, 50 años, 100 años)
De otro lado y fundamentalmente, la recibiría la misma objeción que aquella moderada
prescripción no extingue el derecho, sino solo la (un año, dos años, cuatro años). Es un problema
acción para reclamarlo. El derecho como tal de calidad, no de cantidad.
subsiste, aunque adquiera una diversa naturaleza: Por lo demás, si el fundamento de la
la de derecho natural. El trabajador no ha irrenunciabilidad es el carácter imperativo de la
renunciado a él, aunque el ordenamiento no le norma, tal carácter existe en otras normas jurídicas
ofrezca ya medios para hacerlo efectivo. Como ajenas al campo laboral, y en todas ellas impera
expresa De la Villa(28), al criticar a parte de la el principio prescriptorio, sin que existe razón para
doctrina española que habla de renuncia pasiva y dar a la normal laboral, por ese fundamento, una
señalar dos notas diferenciales: “(i) en el no invulnerabilidad al paso del tiempo que contraría la
ejercicio falta el efecto típico de la inmediata pérdida necesidad de seguridad jurídica.
o extinción del derecho como consecuencia de la Y si se asume que hay también, en la sombra
manifestación, expresa o tácita, de la voluntad de o a la espalda de la irrenunciabilidad, la idea de
renuncia; esto unido a que no interviene la voluntad que el trabajador, cuando renuncia, lo hace
en la pérdida o extinción del derecho por el no compelido por la necesidad, sujeto a una ruda
ejercicio; y, (ii) el derecho no puede proteger el no desigualdad jurídica, urgido por problemas
ejercicio forzando a una actuación concreta, y en económicos actuales, que lo pueden llevar a
cambio, sí limita activamente los actos de sacrificar parte de sus derechos, ninguna de esas
renuncia; incluso es posible que el sujeto realice situaciones es válida ni está presente frente a la
un acto, expreso o tácito, de renuncia, y que, prescripción, que revela por el contrario que el
posteriormente, por el juego del principio de la trabajador ya no está presionado ni por la urgencia
irrenunciabilidad, llegue a ejercitar válidamente el ni por la necesidad, a tal grado que puede
derecho inválidamente renunciado. Admitido lo permitirse dejar pasar un tiempo, por lo general
anterior, parece que tampoco podrá calificarse de muy prolongado, y que en la mayoría de las
renuncia el mero retraso en el ejercicio del legislaciones solo cuenta desde que el vínculo
derecho”. laboral se extingue, eliminando así también la
Por ende, no puede objetarse la prescripción presión psicológica implícita en el contrato de
desde la perspectiva de la irrenunciabilidad, ya que trabajo.
el derecho, aunque en estado de latencia, sigue Lo expresa inmejorablemente Néstor de
vivo y no ha sido objeto de renuncia. Tanto así que Buen(29), “No cabe duda de que, si no estuviera
sí es reconocido recupera instantáneamente su debidamente reglamentada la prescripción
efectividad y vuelve a ser jurídicamente exigible, extintiva, la vida de las relaciones laborales sería
fenómeno que no existe en la renuncia, que intolerable y no habría tiempo más que para atender
destruye el derecho subjetivo y exonera de modo a los conflictos, sin que existiera capital que
irreversible al obligado. pudiera hacerles frente. En ello, inclusive, se
Cierto es, sin duda, que desde una óptica produciría un fenómeno pernicioso para la
pragmática los efectos serán equivalentes, pero estabilidad de las empresas y, por lo mismo, para
peores serían las consecuencias de una los propios trabajadores”.
imprescriptibilidad absoluta y perpetua, que pudiera
extenderse por décadas, transmitirse por 7. El principio de irrenunciabilidad en el
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(artículo 67). Y así mismo: “Los derechos y 8 . La irrenunciabilidad del convenio colectivo
garantías establecidos en este Capítulo serán
considerados como mínimos a favor de los La existencia de una instancia de
trabajadores” (artículo 75). Solo llama la atención intermediación entre el empresario y sus
que un solo artículo regule la nulidad de la renuncia trabajadores, constituida por el colectivo de los
y disponga que la ley regule el contrato. trabajadores, organizados en sindicato o
simplemente coaligados, provoca un juego
7.1.10.Paraguay dinámico de relaciones que hacen que los
“La ley protegerá el trabajo en todas sus conceptos de autonomía y heteronomía adquieran
formas y los derechos que ella otorga al trabajador significados variables.
son irrenunciables” (artículo 86). Es coherente la Así, la contratación colectiva es la
regulación conjunta de la protección al trabajador manifestación suprema de ejercicio de la
y la irrenunciabilidad de los derechos. autonomía colectiva, y su fruto -el convenio
colectivo-, el instrumento arquetípico de esa
7.1.11. Perú autonomía. Pero el convenio, a su vez, no puede
“En la relación de trabajo rigen los siguientes ser dejado sin efecto por acto o contrato individual
principios: (...) 2. Carácter irrenunciable de los y actúa, por ende, como fuente heterónoma
derechos reconocidos por la Constitución y la ley” respecto del trabajador individualmente
(artículo 26). La Carta norma tanto este principio considerado. Para este (como para el empleador)
como otros, pero precisa que la irrenunciabilidad el convenio es norma imperativa, y como tal, fuente
se refiere a derechos nacidos de norma legal. heterónoma.
El convenio colectivo tiene fuerza vinculante
7.1.12. Venezuela entre las partes que la adoptaron. La ley peruana
“Son irrenunciables por el trabajador las sobre la materia agrega: “La convención colectiva
disposiciones que la ley establezca para de trabajo (...) modifica de pleno derecho los
favorecerlo o protegerlo” (artículo 85). Claro y aspectos de la relación de trabajo sobre los que
conciso, este artículo solo refiere a las normas de incide. Los contratos individuales quedan
carácter legal y de contenido protector(33). automáticamente adaptados a aquella y no podrán
contener disposiciones contrarias en perjuicio del
7.2. En la normativa laboral común trabajador (...)”(34).
La ausencia de una norma que El impedimento se refiere a la afectación por
constitucionalice la irrenunciabilidad no es óbice un contrato individual del contenido del convenio,
para que esta se dé a nivel legal. Países en los cuyo estamento como fuente de derecho es
que tal principio está plasmado a ese nivel son, superior, mas no a la posibilidad de modificación
entre otros, la República Argentina (artículos 15 y por otro convenio colectivo, aun cuando lo extinga,
277, párrafo 2, de la Ley del Contrato de Trabajo), reduzca o altere en forma desventajosa para los
España (artículos 3.1 c y 3.5 del Estatuto de los trabajadores, en lo que se conoce como reformatio
Trabajadores) y Uruguay (artículo 13 de la ley 16.074 in pejus.
sobre accidentes de trabajo, artículo 15 de la Ley En tal sentido, las legislaciones en general, y
12.590, sobre vacaciones, y otras), por citar solo entre ellas la peruana, optan por la teoría de la
países en los que no hay norma constitucional al modernidad “conforme a la cual opera una
respecto. incorporación o adaptación provisoria del convenio
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(33) Marcenaro (Op. cit.; p. 112) entiende que el principio está recogido en el artículo 48 de la Constitución de República
Dominicana, que dice:”Las Leyes relativas al orden público, la policía, la seguridad y las buenas costumbres, obligan a
todos los habitantes del territorio y no pueden ser derogadas por convenios particulares”, refiere a las normas
laborales”. HERNÁNDEZ RUEDA Lupo. El Derecho del Trabajo en la Constitución dominicana. En: El trabajo y la
Constitución. Op. cit.; p. 354, considera, por el contrario, que la actual Carta dominicana suprimió el principio de
irrenunciabilidad laboral que había en la precedente, aunque subsiste en el Código de Trabajo.
(34) Artículo 43 inciso a del Texto Único Ordenado de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, aprobado por Decreto 227
Supremo 010-2003-TR.
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colectivo al contrato individual de trabajo, limitada 9 . Derechos nacidos del contrato individual
a la vigencia de aquél”(35), y no la teoría de la
incorporación, conforme a la cual las cláusulas del No hay controversia al respecto. Hacemos
convenio se insertan de manera indisoluble e nuestra la posición de la doctrina española en el
indesligable en el contrato individual, por lo que no sentido de que “La prohibición (…) no afecta a los
resultarían afectadas por las modificaciones que derechos nacidos del propio contrato, que serán
se produzcan en aquel, que es la expresión radical disponibles en todo caso por el trabajador a efectos
del principio de condición más beneficiosa. de modificación o supresión por acuerdo individual,
salvo, naturalmente, de la eventual presencia de
vicios en la prestación del consentimiento”(36).
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(35) FERRO DELGADO, Víctor. El principio de irrenunciabilidad en la interpretación constitucional. En: Los principios del
derecho del trabajo en el derecho peruano. p. 134.
228 (36) SALA FRANCO. Op. cit.; p. 184.
En torno al principio de irrenunciabilidad
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Reflexiones sobre tutela preventiva
Si revisamos la definición que la doctrina nos reaccionar ante la violación o lesión de un derecho,
proporciona sobre la jurisdicción, desde un punto colocándose en medio de los justiciables ya
de vista funcional y general, encontramos que esta enfrentados en una relación de conflicto, para
es “la soberanía del Estado, aplicada por conducto intentar solucionarlo. Se trata entonces, además,
(*) Profesor de Derecho Procesal Civil de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
(1) DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Instituciones Generales de Derecho Procesal Civil. Madrid: Aguilar Ediciones, 1966. p. 231
70.