Escuela de Filosofía Pensamiento Iberoamericano y del Caribe F-4019 Jessick Smith Corao B56904
Resumen de la exposición del texto ¿Existe una filosofía en nuestra
América? Para iniciar es pertinente referir primeramente algunos datos del autor del texto a exponer, saber quién redacta y en qué contexto redacta permite aclaraciones importantes con respecto al trabajo que lee, analiza y comprende. El autor del texto es Augusto Salazar Bondy: filósofo peruano ya difunto. Su periodo de vida abarcó los años 1925 y 1974. Su preocupación por la existencia y autenticidad del pensamiento filosófico latinoamericano es evidente en el presente trabajo a mención. La edición del texto leída para el curso data del año 1975. Ya con esta breve información se puede iniciar la exposición de las temáticas expuestas en el texto. El texto versa sobre tres cuestiones sobre la filosofía latinoamericana, a saber, el desarrollo descriptivo e histórico de dicho pensamiento y su avance cronológico, y la normativa sobre cómo debe ser la filosofía latinoamericana y por ultimo se brinda atención a la interrogante de cómo lo hispanoamericano puede o debe ser un tema de reflexión filosófica en nuestra región. El recuento histórico inicial del desarrollo de la filosofía en Latinoamérica y la exposición del debate de cómo puede o debe ser esta filosofía son de gran importancia para poder identificar al pensamiento latinoamericano a partir de sus modos de operar, señalando así lo que podrían ser sus semejanzas con los pensamientos filosóficos europeos, así como también sus diferencias. Bondy propone que la filosofía latinoamericana tiene sus inicios en el siglo XVI con la llegada de los conquistadores a América, que traen consigo no solo su religión y sus estructuras políticas, sino también sus filosofías. En nuestro caso de conquista corresponde a una filosofía española impuesta a las formas de pensar prehispánicas. La filosofía difundida en lo que se llamó como ‘nuevo mundo’ fue la escolástica, cuya importante influencia de Francisco Suarez se hizo notoria. Las reflexiones de orden filosófico y teológico giraron en torno a lo recién descubierto, se pueden mencionar temas como la humanidad del indio o el derecho a la guerra para el dominio de las tierras y sus pobladores. En este caso se aborda la temática americana, pero desde la perspectiva española. El predominio de la escolástica española se extiende hasta siglo XVIII, la llegada de ‘las luces europeas’ se da en este siglo. Se observan y difunden autores como Descartes y Leibniz (tardíamente), así como también ideas científicas como las de Galileo Galilei e Isaac Newton. También toman importancia autores de pensamiento filosófico-político como lo son Locke, Rousseau, Adam Smith, Cesare Beccarea y entre otros. El siglo XIX resultó ser una época de grandes cambios para el sector latinoamericano en donde tiene auge el periodo independista, la influencia del romanticismo, el idealismo alemán e incluso el surgimiento del positivismo impulsado por Auguste Comte. En esta primera fase de tres siglos se puede identificar una explicita influencia del pensamiento europeo en la producción de la filosofía latinoamericana, pues serán a estos temas a los cuales se dedicó la producción de pensamiento filosófico latinoamericano durante el transcurso de los siglos ya mencionados (XVI, XVII, XVIII y XIX). Durante el avance del siglo XX se puede identificar la recepción del pensamiento existencialista expuesto por autores reconocidos como Sartre, Camus, Marcel y Merleau-Ponty. Cabe resaltar que dicho pensamiento está conectado a las situaciones y necesidades políticas de la época europea correspondiente que posee diferencias con la situación política latinoamericana. Aun así, tuvo impacto en la producción filosófica de nuestro continente. El aspecto literario que suelen tener algunos autores existencialistas, como Camus y Sartre, pueden ejemplificar un caso de adhesión y mayor recepción de estos temas filosóficos debido a su manera de exposición. Obras como La nausea y el Mito de Sísifo son grandes obras literarias de las cuales no se puede dudar el impacto que tuvieron y que aún pueden tener hoy en día. No será sino con los filósofos de inclinación positivista con quienes inicia el cuestionamiento sobre la existencia de un verdadero pensamiento latinoamericano. La reflexión y autocrítica del pensamiento filosófico latinoamericano da cuenta de una serie de problemas que hacen legítimos los cuestionamientos sobre la autenticidad o incluso la existencia de algo que se pueda identificar con el nombre de filosofía latinoamericana. Debido a la gran influencia que tuvo la filosofía europea en la producción intelectual de Latinoamérica se dan manifiestas diversas opiniones que inician el debate a las cuestiones ya señaladas. Esta revisión histórica permite introducir las distintas respuestas que se dieron a la pregunta que titula la obra: ¿existe una filosofía en nuestra América? Claramente se sabe que se puede responder de dos maneras a esta pregunta: negativa o afirmativamente. Ambas posiciones han sido expuestas y defendidas por numerosos autores y académicos de habla hispana. Primeramente, se van a exponer las posiciones que responden de manera negativa a la cuestión presente. Detallar cada una de las propuestas puede resultar tedioso para cuestiones de la exposición, a causa de eso resulta de mayor conveniencia identificar los factores más relevantes que se presentan a la hora de responder que no existe una filosofía latinoamericana. Es pertinente hacer primero una identificación de elementos importantes en la presente discusión, dichos conceptos son: originalidad, genuinidad y peculiaridad. Estas nociones se mantendrán presentes a lo largo de la discusión sobre la existencia de la filosofía latinoamericana. Iniciando por Juan Bautista Alberdi, él propone que cada región, cada país, puede tener su propia filosofía característica de su región de nacimiento, en el caso de América Latina este no tiene todavía una filosofía de esta índole, pero puede llegar a tenerla. Esta filosofía corresponderá con las necesidades sociales y el contexto político latinoamericano pertinente a la época. Otra postura importante para mencionar es la de Adolfo Reyes, quien sostuvo que la filosofía venidera latinoamericana tiene una ventaja sobre la filosofía europea o norteamericana debido al posicionamiento histórico en el que se encuentra, en donde tal filosofía es heredera del legado histórico previo. Hay posturas que no son tan optimistas como las anteriormente mencionadas, por ejemplo, la de José Carlos Mariátegui, quien observa a la producción intelectual latinoamericana como una secuela de la producción intelectual del continente europeo. Aquí empiezan a vislumbrarse los conceptos antes mencionados, especialmente el de originalidad. Alejandro Korn propone que el pensamiento estrictamente argentino perdió su sello de originalidad; según su propuesta, no se ha dejado de ser colonia en un sentido intelectual. También se resalta el aspecto de la peculiaridad del pensamiento filosófico latinoamericano a partir de su ‘americanidad’. Un autor de pertinente mención para dicha temática es Antonio Gómez Robledo, quien propone a la filosofía como una práctica universal, donde la categoría de nacionalidad solo se da accidentalmente. Hay filosofía, lo latinoamericano vendrá por añadidura. Son varias las posiciones que proponen lo latinoamericano como algo secundario a la narrativa filosófica. Por último, con respecto a las respuestas negativas de la pregunta en cuestión, se puede mencionar también que hay posiciones que respaldan su postura partiendo de una ineficiencia latinoamericana para producir un pensamiento filosófico genuino, debido a existencias de un sistema educativo lo suficientemente eficiente o incluso la dedicación del tiempo al quehacer filosófico, de entre estos autores se pueden mencionar a García Máynez y a Kempff Mercado. En la situación de la respuesta afirmativa a la pregunta en boga, se enfatiza en que la filosofía producida en América Latina tiene distintos modos de operación y que su peculiaridad no radica estrictamente en la propuesta de novedosas especulaciones o propuesta de métodos filosóficos. José Gaos lo propone como un pensamiento de corte estético, de expresiones literarias y ensayísticas, así como también de corte ideológico, enfocado a la política y la pedagogía de las ideas. Samuel Ramos identifica a la filosofía latinoamericana no solo como un medio para el conocimiento y explicación del mundo, sino también como instrumento para hallar a Latinoamérica en el mundo. Esto no niega el hecho de que haya existido una intención imitativa del operar filosófico europeo, el cual es criticado también por Ramos. Un aporte importante para la presente discusión es el propuesto por Leopoldo Zea, quien se dedicó arduamente a los problemas que giran en torno al filosofar sobre lo americano. El principal problema señalado por Zea es el de la relación entre la cultura latinoamericana y la producción filosófica latinoamericana. ¿Cuál es la cultura latinoamericana? Ante las carencias de registro histórico y los empobrecimientos de los pueblos prehispánicos, tal identidad culturar no es suficiente para explicar la identidad actual latinoamericana, solo queda como referente la cultura occidental dominante, con aspectos tanto estadounidenses como europeos. Aun cuando tales son las culturas que gobiernan Latinoamérica, no se puede afirmar con autoridad y seguridad que así es la cultura de nuestra región. El ejemplo que cita Bondy resulta muy atinado, somos como bastardos culturales. Esto permite comprender porqué se ha considerado a la filosofía latinoamericana como una mala imitación de la filosofía europea. Ante la crisis de identidad y también ante la crisis de originalidad y genuinidad anteriormente mencionadas, la respuesta que se requiere para una cimentación para la filosofía latinoamericana es una reacción de esta filosofía en búsqueda de una superación de esta tendencia de imitación y de este sentimiento de inferioridad impuesto desde las hegemonías políticas nacionales. Se puede considerar entonces que el pensamiento filosófico latinoamericano no consiste en la creación de sistemas metafísicos o éticos novedosos de estilo europeo. Corresponde al ajuste de los productos ideológicos del pensamiento mundial a la realidad latinoamericana (realizar cita de la página 27). Esta es una de las posibles varias peculiaridades que posee el quehacer filosófico en Latinoamérica, un modo de operar que funciona como reacción ante las imposiciones de las potencias de la política internacional. Por último, es menester mencionar también a Ernesto Mayz, quien sostuvo la postura inclinada a afirmar que la filosofía latinoamericana tenía que ser la que versara sobre la experiencia ontológica del humano americano. Aquí se habla de una originalidad no arraigada en la innovación, sino cimentada en los orígenes de esta filosofía que son tradicionalmente distintos de la filosofía eurocentrista. El ser americano y América misma serian el nuevo objeto de la filosofía latinoamericana. Pese a que pueda haber acuerdos y desacuerdos entre las posturas aparentemente antagónicas aquí brevemente examinadas, no hay que negar tampoco la importancia de la política internacional para poder dar con algunas de estas posturas. ¿Por qué se considera a la filosofía latinoamericana cómo inferior a la europea? ¿Por qué se dio que la primera imitó por largos años a la segunda? Claramente la dominación y la hegemonía política tienen relevancia en esta discusión. Se puede considerar que el estado ontológico del ser latinoamericano es aun un estado de sumisión por potencias cuyo poder es desbordante, donde el ser latinoamericano se sabe sometido y se ha visto lastimado por el subdesarrollo que ha motivado distintos modos de exclusión, incluso en la presente discusión, como exclusión o rechazo intelectual debido a una subordinación intelectual impuesta desde los periodos de la conquista europea. La sujeción y la cultura de dominación son temas que se hacen presentes en la labor de la filosofía latinoamericana, la inautenticidad, dice Bondy, es producto de las condiciones históricas y políticas en las que se ha envuelto Latinoamérica. La autenticidad de esta filosofía resulta ser la conversión en una conciencia lucida de esta condición política. Se sabe que estas condiciones también aplican para demás sectores de lo denominado como ‘tercer mundo’, se sabe entonces que esta condición de sujeción no es exclusivamente americana. ¿Las condiciones políticas serían quienes marcan las diferencias entre las distintas filosofías que se plantean la liberación de la sujeción política? O en otras palabras, la emancipación de los sistemas de dominación.