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Espacio de la práctica docente

Prof. Edith Alvarez

Orff-Schulwerk

por Dina poch, presidente Asociación Argentina.

Para poder contestar a esta pregunta, primero será necesario hacer un corto viaje al pasado y ver qué nos
aporta al respecto la historia.

Conocido entre los músicos clásicos, principalmente por su obra Carmina Burana y entre los educadores
musicales por su Orff-Schulwerk, Carl Orff (Munich 1895-1982) comenzó a estudiar piano con su madre a los
5 años. Desde 1915 hasta 1917 fue director musical de la Kammerspiel de Munich, experiencia que ejerció un
profundo efecto en su trabajo futuro. Orientado por su mentor y amigo Curt Sachs, comenzó a estudiar a los
compositores del Renacimiento y temprano Barroco, principalmente a Claudio Monteverdi. También estuvo en
contacto con las ideas educativas de Jacques Dalcroze y Laban.

Dado que Dalcroze ha tenido algo que ver con esta historia, ya que algunos de los protagonistas han sido sus
alumnos, vale la pena comentar que una de las preocupaciones de Dalcroze como profesor del Conservatorio
de Ginebra en 1890, era el claro divorcio que se manifestaba en sus alumnos entre el dominio de la música y
la conexión emocional y la comprensión. En consecuencia, comenzó a llevar estas abstracciones de la música
al cuerpo, buscando establecer dicha conexión. Los alumnos bailaban las frases, la dinámica, el ritmo y
muchas otras sutilezas de la música.

En 1923 Orff conoció a Dorothee Günther, artista y coreógrafa especializada en distintos estilos de danza y de
movimiento corporal asociado a la gimnasia de Mensendieck[1], y alumna de Dalcroze y de Laban. Günther
deseaba fundar una escuela de movimiento, danza y entrenamiento rítmico. Ambos descubrieron que tenían
las mismas creencias en cuanto a la simbiosis entre música y danza. Günther quería crear un movimiento de
educación orgánico inspirado en Dalcroze, Laban y en la Gimnasia Mensendieck, ese nuevo estilo de
educación física. En 1924 fundaron una escuela de música y danza que comenzó con 17 estudiantes mujeres
entre 18 y 22 años de edad. Conocida como la Güntherschule, comenzó este emprendimiento en el que las
bailarinas iban a estudiar por igual danza y música. Günther sostenía que “del movimiento la música y de la
música el movimiento”. Esta idea de que los bailarines sean músicos y los músicos bailarines era algo
verdaderamente único dentro del mundo formal de la música y la danza de aquella época. Para lograr este
propósito, Orff tenía que buscar una nueva manera de enseñar música en este ámbito, en consecuencia, su
punto de partida era más bien artístico que educativo.

Al año siguiente de la apertura de la Güntherschule, ingresa como alumna Gunild Keetman y al otro Maja Lex.
Ambas estudiaron varios años con Orff y Günther. No pasó mucho tiempo para que comenzaran a enseñar en
la Güntherschule. Maja Lex como bailarina, toma a su cargo los cursos de Educación corporal rítmico musical
y Danza Artística Moderna, convirtiéndose, también, en la coreógrafa del grupo de danza que se formó en
dicha escuela. Gunild Keetman, con gran talento para la música y el movimiento, comenzó a crear mucha de
la música para dicho grupo de danza.

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Cuando Orff trabajaba con sus alumnas, se encontró con todos los problemas propios de la educación
musical. La música de compositores románticos que se utilizaba en las clases no le pareció la apropiada para
los ejercicios de danza o de euritmia, y pronto descubrió que este tipo de música tampoco propiciaba una
relación satisfactoria con el movimiento. Por lo tanto, desarrolló la idea de que los alumnos deberían
componer su propia música y encontrar, al mismo tiempo, su propio medio de expresión a través de los
movimientos y las danzas. El problema que entonces surgió era cómo hacer posible que no músicos creasen
su propia música. ¿Qué instrumentos podrían ser los apropiados para este propósito? Orff sabía que muchos
profesores de danza y de euritmia empleaban instrumentos de percusión, generalmente con el piano,
usándolos especialmente para obtener ciertos efectos. Esto es lo que él quería evitar. ¿Cómo lo logra?.

Primero utilizó el piano para los ejercicios de improvisación y algunos instrumentos de percusión para
acompañar las danzas, ejecutados muchas veces por las mismas bailarinas. Sin embargo, hubo un hecho
totalmente casual, que habría de marcar el rumbo de su trabajo. Orff conoció a dos hermanas titiriteras suecas
que habían viajado mucho por el mundo y le mostraron fotos de los gamelán de Indonesia. Luego le enviaron
de regalo un xilófono africano cuyas posibilidades rítmicas, melódicas y armónicas deben haber fascinado a
Orff ya que le pidió a Kart Maendler, fabricante de claves, que construyera xilófonos similares. Ello fue, sin
duda alguna, el nacimiento de los primeros instrumentos Orff que habrían luego de ampliarse con metalófonos
y sistros[2], diseñados no como los instrumentos de la orquesta sino más parecidos a los de la orquesta de
gamelán. Con el tiempo se agregaron las flautas dulces, a pedido del musicólogo Curt Sachs, quien le
expresara a Orff los beneficios de incorporarlas como instrumento acompañante. Orff accede a conocer este
instrumento, pese a no estar convencido de ello, pero fue Keetman quien estudió este instrumento para
evaluar sus posibilidades de insertarla en el ensamble de música elemental. Se agregan también instrumentos
de cuerda como la guitarra, el laúd, la viola de gamba y el violoncelo además de los instrumento de percusión
que en aquél entonces se reducían a caja china, claves, pandero, pandereta, triángulo, címbalo, platillo y
cascabel.

Orff junto con Hans Bergese, su asistente y Wilhelm Twittenhoff comenzaron a estimular a sus alumnos de la
Güntherschule a componer para los diferentes conjuntos y en 1930 Orff publica un volumen titulado Orff-
Schulwerk, donde describe sus teorías y experimentos: ejercicios rítmicos y melódicos, ejercicios para
tambores de mano, timbales, percusión de afinación determinada y flautas dulces, danzas y movimiento con
instrumentos.

Gran parte de ese trabajo se originó en los trabajos de improvisación realizados en la Güntherschule. Dicho
material fue duramente criticado por considerar que el instrumental utilizado era muy exótico. Recién al
finalizar la guerra, una nueva publicación revisada recibe una calurosa aprobación.

En 1936 le piden a Orff preparar una serie de programas radiales para niños. Para este proyecto, Orff trabajó
con Keetman y juntos comenzaron a componer música para esa serie de programas. El programa continuó
hasta 1953. Cabe destacar que Orff nunca trabajó directamente con niños pero sí lo hizo Keetman invitada
por el director del Mozarteum del Conservatorio de Salzburgo, entusiasmado por esta aproximación que se
había difundido por la radio. En 1959 se publica la obra completa que Orff y Keetman habían compuesto para
la radio en los 5 volúmenes conocidos como Música para Niños. Este trabajo no estaba vinculado a edades o
ámbitos educativos sino que se basaba en la integración de música, danza y lenguaje. En consecuencia, llegó
el momento de dar respuesta a la pregunta que lleva como título este artículo ¿El Método Orff es un método?

El Orff-Schulwerk puede ser llamado ideas pedagógicas, aproximación, pero nunca “método” por cuanto no se
trata de una obra con material progresivamente organizado en términos de edad y dificultad, o como una

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currícula de música ya confeccionada. Lo que hace Orff es aconsejar al maestro y darle una fuente poderosa
de inspiración. Propone ideas, ejemplos musicales, pero no le dice al maestro cómo debe proceder para
propiciar el desarrollo de sus alumnos. Se trata de una forma de pensar y de enseñar que se diferencia
considerablemente de los métodos tradicionales.

Las ideas pedagógicas de Orff y Keetman abarcan los siguientes aspectos presentados aquí de manera muy
sintética.

El movimiento que comprende la percusión corporal y la danza, lamentablemente es uno de los elementos
más descuidado y más desconocido en esta práctica habitual. Es a través del movimiento que se pueden
experimentar la mayoría de los parámetros musicales. Las danzas tradicionales son un excelente medio para
aproximarse al repertorio cultural de otros países. Bailar es también improvisar con la música de otros países.

La práctica instrumental es otro aspecto importante en este trabajo a través de la ejecución de simples
instrumentos, de percusión, placas, flauta dulce, y canto. Combinados, proporcionan una experiencia rítmica,
melódica y armónica y constituye un recurso ideal para establecer conexiones con música de distintos
géneros, épocas y lugares del mundo, además del enorme material que aportan los 5 volúmenes del Orff-
Schulwerk, Música para Niños .

La voz: surge como principal instrumento de expresión. Quienes asocian el nombre de Orff únicamente al uso
de los instrumentos de percusión y placas son aquellos que no logran reconocer la importancia central de la
voz en su obra. El Orff-Schulwerk tiene sus raíces en el ritmo hablado (rimas, adivinanzas, trabalenguas,
onomatopeyas), en el ritmo expresivo (cuentos, poesía, teatro), en canturreos, juegos cantados, cantos
tradicionales e improvisación.

La creación tanto en la improvisación como en la composición, es considerada un aspecto esencial por Orff,
donde se vincula al movimiento, a la danza, a la ejecución vocal e instrumental. En el Orff-Schulwerk la
música, el lenguaje y el movimiento no son campos diferenciados.

Música para Niños tiene más de 60 años y en su recorrido y penetración en muchos países del mundo, se ha
enriquecido a la vez que enriquece a otros. El cambio, a partir de aquella idea original es dinámico. Los
materiales nuevos que se introducen deben ser trabajados, al igual que en sus inicios, con un proceso de
aprendizaje y creación activo tendiente a desarrollar la creatividad del alumno.

En una clase donde se utilizan esta ideas, se invita a los alumnos a realizar descubrimientos jugando con los
elementos de la música. Es la palabra hablada, el canto, el movimiento y los instrumentos lo que favorece
todas las formas de hacer música: ejecutar, improvisar, componer, arreglar dirigir, escribir, leer y discutir
críticamente sobre música.

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