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AUTOR: KEVIN GEOVANNY BELTRAN MOREIRA

ANÁLISIS DE LA SENTENCIA NO. 282-13-JP, EMITIDA POR EL PLENO DE LA


CORTE CONSTITUCIONAL

La sentencia N° 282-13-J, emitida por la Corte Constitucional se da en base a


una acción de protección iniciada por el Subsecretario Nacional de la Administración
Pública, patrocinado por funcionarios públicos de la Secretaría Nacional Jurídica de
la Presidencia de la República, a nombre de la Función Ejecutiva y el Gobierno
Nacional, en contra de un medio de comunicación privado (Diario la Hora). Esta
sentencia se refiere a la falta de titularidad de derechos constitucionales por parte
de instituciones del Estado y personas jurídicas públicas; la procedencia de las
acciones de protección presentadas por organismos del Estado en defensa de sus
propios derechos; la procedencia de acciones de protección presentadas por el
Estado contra particulares; así como a la relación entre el derecho a la libertad de
expresión y el derecho a la rectificación y respuesta, en particular cuando se trata
de información de interés público.

Se consideraba que el Estado era una persona jurídica de derecho público, por
tal motivo decían que todas las personas tenían todos los derechos, entonces el
Estado sí podía presentar todas las acciones, esto se dio sobre todo por
interferencias del poder público sobre las cortes, por tal razón la Corte
Constitucional indicó que el Estado no es sujeto de derechos ya que estos son
derivados de la dignidad de las personas. Sin embargo, los jueces constitucionales
encontraron que aun cuando el Estado no es sujeto de derechos, aquello no
contraria la posibilidad de que, a las personas jurídicas, incluidas las de derecho
público, se les reconozca las garantías del debido proceso como por ejemplo, el ser
juzgado por un juez independiente, imparcial y competente en procesos
administrativos o judiciales.
Determino que no puede admitirse que el Estado, a través de sus órganos,
presente una acción de protección alegando una vulneración de sus derechos por
parte de un particular, ya que ese actuar se configura como un abuso por el cual el
Estado pretende que se le reconozca subordinación o indefensión respecto a un
particular, puesto que las acciones de protección presentadas por el Estado
proceden excepcionalmente cuando buscan proteger los derechos de personas,
comunidades, pueblos y nacionalidades, e incluso de la naturaleza, y cuando la
supuesta violación no sea producida por un particular.

La Corte Constitucional estableció que el derecho a la libertad de expresión no


es absoluto y que para que una restricción al mismo tiempo se pueda considerar
legitima, los jueces deben constatar que dicha restricción cumpla tres requisitos que
son los siguientes: 1.- Estar expresamente prevista en la ley; 2.- Perseguir un fin
legítimo; y, 3.- ser idóneas, necesarias y estrictamente proporcionales para lograr
dicho fin.

Además, las restricciones deben ser de carácter excepcional e incluso se


encuentran protegidas cuando ofendan o resulten ingratas para un sector de la
población o el Estado, quedando excluidos únicamente los discursos de odio.
Recalcando que la libertad de expresión y de información es un derecho de los
ciudadanos, garantizado en la Constitución ecuatoriana y convenciones
internacionales, que debe ser defendida por los actores sociales y, especialmente,
por los medios de comunicación, sin embargo, hay que dejar claro que en el
Ecuador, esa defensa no siempre se emprende de manera similar y se ejecuta de
acuerdo a intereses y circunstancias, con lo que se convierte en una defensa
selectiva.

Es necesario recalcar que la Constitución confía particularmente a la Función


Judicial la defensa de todos los derechos. Los jueces, por tanto, no sólo tienen la
importante función de velar por el cumplimiento de los derechos fundamentales,
sino también, de permitir que se desarrollen con efectividad aquellas acciones que
tienen como finalidad el tutelar dichos derechos. Son importantes actores dentro del
sistema de justicia que están obligados únicamente a actuar en el marco de la
Constitución y las leyes, sino que cumplen funciones de protección de la Carta
Fundamental mediante instituciones como las garantías jurisdiccionales y el
examen de la constitucionalidad de las normas legales e infralegales que aplican en
el proceso.

Las acciones de protección presentadas por el Estado proceden


excepcionalmente cuando buscan proteger los derechos de personas,
comunidades, pueblos y nacionalidades, e incluso de la naturaleza, y cuando la
supuesta violación no sea producida por un particular.

La Corte Constitucional determino que se debe tenerse en cuenta que las


simples opiniones no pueden ser sujetas a juicios de veracidad o falsedad y que el
requisito de veracidad puede verse satisfecho cuando los medios de comunicación
se hayan limitado a reproducir lo que ha sido manifestado por terceros sin emitir
apreciaciones y que, en este caso, no se podría trasladar la responsabilidad
originada en los contenidos al medio que los reproduce citando su fuente. Todo esto
con la única excepción de que se haya logrado probar que existió intención de
causar daño, conociendo la falsedad de la información difundida o con desprecio
evidente por la veracidad de los hechos

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