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Malas noticias y apoyo emocional

Bad news and emotional support

M. Ayarra, S. Lizarraga

RESUMEN ABSTRACT
Con bastante frecuencia los profesionales sanita- Health professionals frequently find ourselves in a
rios nos vemos en la situación de tener que dar malas situation where we have to communicate bad news. A
noticias. La falta de formación en áreas de comunica- lack of formation in areas of communication, in general,
ción, en general, hace que dar malas noticias nos gene- means that giving bad news gives rise to anxiety and
re ansiedad e inseguridad, pudiendo incluso provocar insecurity within us, and can even mean that more pain
más dolor del necesario al informar. than necessary is produced when informing.
A través de esta revisión deseamos, inicialmente, By means of this review we wish, initially, to create
crear un espacio de reflexión sobre qué son malas noti- a space for reflection on what constitutes bad news and
cias y si debemos de informar o no en situaciones de whether or not we should communicate this in
mal pronóstico vital. situations where the vital prognosis is bad.
From a practice centred on the patient, we believe
Creemos que desde una práctica centrada en el
that the category of bad news is something that must be
paciente la categoría de mala noticia la debe otorgar
assigned by the person who suffers from it, and the one
quien la sufre y quien la sufre tiene derecho a ser infor-
who suffers from it has the right to be informed if he so
mado si así lo desea.
wishes.
Una vez hecha esta reflexión pasamos a describir Having made this reflection, we go on to describe
algunas habilidades necesarias en la comunicación de certain skills needed in the communication of bad news
malas noticias y una estrategia de información progresi- and a strategy of progressive information by stages
va por etapas (Estrategia de Buckman) que creemos es (Buckman's strategy) that we believe to be appropriate
adecuada a nuestro medio cultural y laboral. to our cultural and work milieu.
Finalmente resaltamos la necesidad del seguimien- Finally, we draw attention to the need for a
to posterior a la información desde territorios educati- subsequent follow-up to the information from the fields
vos y de promoción de salud en lo que concierne a la of education and the health promotion when informing
información y manejo de enfermedades crónicas y about, and dealing with, chronic diseases, and from the
desde el acompañamiento emocional cuando se trata de field of emotional accompaniment when dealing with
enfermedades con mal pronóstico vital; enfatizamos la diseases whose vital prognosis is bad. We emphasise
necesidad de permitir y facilitar la expresión de miedos the need for allowing and facilitating the expression of
en situaciones de incertidumbre terapéutica para reali- fears in situations of therapeutic uncertainty in order to
zar un acompañamiento real y aliviar, en lo que poda- carry out a real accompaniment and to alleviate, to the
mos, el acercamiento a la muerte, en caso de que final- extent that we can, the approach to death, in case this
mente se llegue a ella. should finally be reached.
Palabras clave: Malas noticias. Futuro. Expectativa Key words: Bad news. Future. Life expectation.
de vida. Incertidumbre. Miedo a la muerte. Uncertainty. Fear of death.

ANALES Sis San Navarra 2001; 24 (Supl. 2): 55-63.

Medicina Familiar y Comunitaria. Grupo de Correspondencia:


Comunicación y Salud de Navarra. Centro de Mayte Ayarra
Salud. Huarte (Navarra). Centro de Salud de Huarte
C/ Zarraondoa, s/n
31620 Huarte (Navarra)
Tfno. particular 948-331929
Tfno. centro de salud 948 335080
Fax 948 335079

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M. Ayarra, S. Lizarraga

POR QUÉ NOS PREOCUPA CÓMO El diagnóstico de una enfermedad cró-


DAR MALAS NOTICIAS nica, por ejemplo diabetes, afecta a toda la
vida del paciente, a sus hábitos alimenti-
Este tema nos preocupa porque: cios más interiorizados, a su vida de rela-
– Es una práctica frecuente en nuestra ción e incluso puede afectar a su situación
profesión: casi a diario nos vemos, por laboral. Por tanto, decir a un paciente
ejemplo, en la situación de informarle a un “tiene diabetes”, es una mala noticia por-
paciente de que padece una enfermedad que le obliga a cambiar determinados
crónica o sin ser crónica, una enfermedad aspectos cotidianos de su vida y le resitúa
de mal pronóstico. Esto son sólo dos ejem- socialmente como enfermo.
plos de la frecuencia de las malas noticias
(MN) en la consulta. Hay enfermedades progresivamente
incapacitantes, sin horizontes de curación,
– No nos han formado en el área de como enfermedades degenerativas, psico-
comunicación. Nuestras facultades de patías progresivamente desestructuran-
medicina-enfermería han contemplado el tes…, que van a ensombrecer el futuro del
binomio salud-enfermedad desde una paciente y/o su entorno; por ejemplo “su
perspectiva totalmente biológica y, por lo madre tiene Alzheimer”.
tanto, se ha desatendido y se desatiende la
formación en esta materia de habilidades Finalmente, hablaremos de las MN por
de comunicación. excelencia, aquellas que relacionamos con
un pronóstico vital corto y que son gene-
– Ser poco hábiles dando MN puede ralmente las que mayor carga emocional
generar un sufrimiento añadido innecesa- conllevan tanto para los pacientes como
rio en la persona que recibe la MN y un para su entorno y para los profesionales.
deterioro en la relación sanitario-pacien- Según la psiquiatra Kubler-Ross, experta
te posterior. en final de la vida, los profesionales sanita-
– Saber manejar las MN puede dismi- rios se distancian de sus pacientes mori-
nuir el impacto emocional en el momento bundos por su propio miedo a morir y para
de ser informado, permitiendo ir asimilan- protegerse de la frustración y de la impo-
do la nueva realidad poco a poco y afianza tencia. De esta manera el verdadero fan-
la relación sanitario-paciente. tasma, el terror de los moribundos por
encima del dolor y de la propia muerte, es
– Disminuye nuestro nivel de ansiedad
la soledad1.
como profesionales en situaciones que,
generalmente, son difíciles y aumenta En cualquier caso, teniendo en cuenta
nuestro nivel de satisfacción. la gran diferencia de situaciones que
hemos descrito y muchas más que pode-
QUÉ SON MALAS NOTICIAS mos imaginar, la mayoría de los autores
parece aceptar la definición de MN como
Es difícil buscar una definición que aquella que afecta negativamente a las
refleje todas las situaciones que puedan expectativas de la persona, bien por ser
implicar MN. Generalmente, los profesio- ella la directamente afectada por la enfer-
nales de la salud tendemos a dar impor- medad o por ser alguna persona de su
tancia a lo que es importante para noso- entorno la afectada, por ejemplo padres de
tros y no dársela a lo que consideramos un joven fallecido de forma inesperada y a
banal. Pero, parece lógico, que quien debe quienes tenemos que informar del hecho.
decidir si es o no una MN debe ser la per-
sona sobre quien recae el problema, la per-
sona a la que afecta esa información. Este DAR O NO DAR MALAS NOTICIAS
argumento lleno de sentido común en el Siguiendo con el amplio espectro de
terreno de lo teórico es frecuentemente situaciones que hemos considerado al
olvidado en nuestra práctica. definir qué es una MN, es fácil concluir que
En nuestra opinión, la categoría de la duda de informar o no se produce sola-
malas noticias debe ser otorgada funda- mente en el caso de las enfermedades con
mentalmente por quien la sufre. repercusión en el tiempo de vida.

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MALAS NOTICIAS Y APOYO EMOCIONAL

Los profesionales de la salud no duda- las sentencias contra profesionales por no


mos de si hemos de informar de un diag- haber informado al paciente de enferme-
nóstico nuevo de HTA, diabetes o cirrosis, dades neoplásicas2.
porque de ello se derivarán una serie de 2. Una persona no informada no
medidas de autocuidado, cambio de hábi- puede tomar decisiones y cada vez es
tos y/o tratamientos farmacológicos que mayor y más agresiva la tecnología diag-
ayudarán al enfermo a vivir mejor con su nóstica y terapéutica de las neoplasias. Si
enfermedad, a lentificar la progresión del el enfermo conoce su enfermedad y su pro-
proceso y a disminuir las posibles reper- nóstico podrá decidir.
cusiones que la enfermedad puede tener.
Así pues, con enfermedades crónicas infor- 3. Además de decisiones respecto al
mamos y ofrecemos atención posterior a la proceso podrá, si lo desea y/o lo necesita,
información del diagnóstico, en algunos organizar temas laborales, familiares, etc.
casos el seguimiento está perfectamente 4. El último y, quizá más importante
organizado en protocolos y cada profesio- motivo para informar, es el acompaña-
nal sabe qué tareas debe realizar. miento: si el enfermo y su entorno cono-
Tampoco dudamos de informar del cen el diagnóstico y pronóstico pueden
diagnóstico a una persona VIH+, aunque compartir el sufrimiento y vivir este perio-
en este caso el seguimiento posterior lo do del final de la vida de forma más o
ofrecemos en función de nuestra habilidad menos significativa. Aunque no informe-
para ello y no según lo requiera el pacien- mos, el paciente siempre se entera de que
te. Al ir aumentando la carga emocional se muere, pero en este caso llega a la
que puede implicar un problema, nuestro muerte en soledad.
seguimiento posterior se va diluyendo Hay dos situaciones en las que no esta-
aunque debiera ser al contrario. mos obligados a informar de un diagnósti-
En el caso de las enfermedades cróni- co nuevo:
cas con pobre pronóstico vital, nos surge – Cuando el paciente expresa el deseo
la duda de informar. El entorno del pacien- de no ser informado y no se trata de una
te, que hasta ahora no se había definido en negación de la realidad, como más adelan-
este aspecto, decide y, en muchas ocasio- te veremos que puede suceder.
nes, se proclama propietario de la infor-
mación para hacer con ella lo que, según – En la llamada situación de privilegio
su bienintencionado entender, más benefi- terapéutico, que es cuando consideramos
cie al enfermo. Es en estas situaciones tan que la información le va a producir un
importantes para la vida cuando al enfer- daño psicológico muy grave. Es el caso,
mo se le deja sin información veraz y, por por ejemplo, de enfermedades psiquiátri-
tanto, sin capacidad para decidir. cas severas previas al diagnóstico de cán-
cer.
Es curioso que, según estudios realiza-
dos en España en la década de los 80-90, al
preguntar a las personas si desearían que PAPEL DE LA FAMILIA
sus familiares fuesen informados en caso La familia (padres, pareja, hijos…) va a
de padecer cáncer, el 40% de ellas contes- ser el principal soporte emocional y físico
taba que no lo quería y al preguntar lo del paciente, por lo tanto deberemos darle
mismo a personas que ya tienen un fami- el protagonismo que ese papel de cuidador
liar enfermo de cáncer el porcentaje se principal le confiere, intentar que sea nues-
eleva al 73%2. Es decir, cuando la enferme- tra aliada en lugar de una barrera para la
dad en el familiar es una realidad y no una comunicación con el paciente2-4.
hipótesis es cuando no deseamos que
nuestros seres queridos sean informados. La familia, así como el paciente, va
pasando por diferentes fases y después del
primer impacto emocional va a expresar
MOTIVOS PARA INFORMAR sus propias necesidades, sus miedos y sus
1. La Ley General de Sanidad ampara inseguridades respecto a la evolución del
el derecho a la información y son ya varias paciente, cuidados, etc.

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Si recogemos estos miedos de la familia prever la respuesta emocional ni modular


y los aliviamos, si explicamos la evolución la información según esta respuesta.
más probable, las posibilidades de trata- Propiciar que el paciente esté acompa-
miento, etc., en definitiva, si apoyamos a la ñado cuando le vayamos a informar o
familia estamos apoyando indirectamente esperar con él hasta que llegue algún fami-
al paciente. Si la familia desea proteger al liar si hemos tenido que informarle estan-
enfermo de la información podemos pre- do solo. También es importante evitar las
guntar “¿por qué crees que es mejor que horas nocturnas para dar la información.
no lo sepa?”. Si insisten en no informar les
podemos preguntar qué harán cuando el Tener en cuenta determinadas circuns-
enfermo empeore y pregunte por su situa- tancias personales y familiares del pacien-
ción. Finalmente, si insisten en no infor- te, siempre que su consideración no impli-
mar, podemos ofrecerles nuestro silencio que agravamiento del proceso. Es muy
informativo salvo que el paciente nos pre- importante tener en cuenta la edad del
gunte qué le ocurre y pedirles que el fami- paciente intentando siempre ser veraces
liar más próximo al enfermo nos acompa- en lo que decimos y adecuándonos al
ñe en las entrevistas para que no se impacto de nuestra información: por ejem-
sientan traicionados. plo, leucemia en un joven de 20 años o cán-
cer de próstata en un hombre de 70 años.
Si el paciente desea estar con nosotros El hecho de la juventud y la gravedad no
a solas y/o desea ser informado respetare- deben inducirnos a engañar. El joven, igual
mos estos deseos intentando siempre que el adulto y el anciano, nota que se
estar receptivos a las necesidades de la muere y tiene el mismo derecho a ser
familia. acompañado en este tramo final de su
vida; además los estudios dicen que los
CÓMO DAR MALAS NOTICIAS jóvenes desean más información que las
personas mayores2. El que a nosotros, pro-
Igual que hay gran variedad de MN no fesionales, nos resulte más difícil y emoti-
hay una única manera de abordarlas. vo informar a un joven no nos exime de
En el caso de enfermedades crónicas, esta obligación de informar. Tal vez, nues-
el manejo lo haremos desde terrenos edu- tro ritmo de información deba de ser más
cativos y de promoción de salud5. lento pero siempre veraz.
Al hablar de MN con pobre pronóstico El profesional debe buscar un tiempo
vital diferenciamos entorno y, habilidades sin prisa para, tras informar, responder ini-
y estrategias. cialmente a las emociones que se van a
despertar en el paciente. Intentar que no le
pasen llamadas telefónicas, ofrecer un
Entorno: dónde, cuándo, con quién, tiempo de calidad, sentarse junto o enfren-
cuánto tiempo te del paciente y decirle con la mirada:
Es importante buscar el espacio físico “aquí estoy, vengo a contarte lo que pasa y
adecuado, siendo conveniente evitar pasi- a apoyarte en todo lo que pueda”.
llos y habitaciones compartidas. Si esto
último es inevitable, existe la posibilidad HABILIDADES Y ESTRATEGIAS
de aislar relativamente la cama del pacien-
te indicando así al otro enfermo que que- Qué decir y cómo decir
remos hablar de temas delicados o íntimos “Un juego de insinuaciones, silencios y
para su compañero de habitación. Si esta- verdades indirectas para conseguir que el
mos en consulta, el espacio dispondrá paciente elabore su propia realidad”.
como mínimo de tres sillas: para el pacien- (J.A. Prados y F. Quesada)6
te, un familiar y un profesional. Si estamos
Al hablar del cómo informar intentare-
en el domicilio del paciente convendría un
mos que nuestro lenguaje verbal (lo que
lugar más o menos tranquilo.
decimos), el paralenguaje (tono que utili-
A ser posible, informar personalmente zamos) y el lenguaje no verbal sean cohe-
y evitar el teléfono porque no podemos rentes. La información la daremos usando

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frases cortas y vocabulario lo más neutro to, facilitar la expresión de la emoción con
posible: no curable en lugar de incurable, señalamientos del estilo de: “hoy te veo
tumor en lugar de cáncer, etc. Hay que ase- más triste, ¿quieres contarme algo”.
gurar la bidireccionalidad, es decir, facili- La escucha activa propicia una baja
tar que el paciente o su familiar pregunte reactividad que significa no interrumpir,
todo lo que desee, adaptando la informa- esperar a que el paciente acabe antes de
ción en cantidad y cualidad a las emocio- empezar a hablar, e incluso, si la situación
nes del paciente. En estos casos la infor- lo requiere mantener silencios ya comen-
mación es un proceso y no un monólogo tados.
duro del profesional.
3. Empatía. Podríamos definir la empa-
Es importante al final de las entrevistas tía como la solidaridad emocional: “entien-
resumir lo dicho, asegurándonos de que el do que debes estar sufriendo mucho”, y la
paciente ha entendido, siendo este legitimación de esta emoción: “cualquiera
momento final el adecuado para dar toda en tu lugar sufriría”.
la esperanza e información positiva de que
dispongamos, sin mentir: por ejemplo, si En alguna ocasión podemos oír a los
se trata de una neoplasia con un 30% de profesionales argumentos del estilo de:
posibilidades de salir adelante, al final de “no puedo ponerme en el lugar de todos
la entrevista tras el resumen sería el mis pacientes porque sufriría en exceso y
momento de apoyarnos en ese 30% de no podría ejercer bien mi profesión”.
posibilidades. Nos parece esta una buena ocasión
para aclarar que la empatía y la eficacia,
Habilidades fuera de estar reñidas, se complementan y
que una actitud empática hacia los pacien-
1. Silencio. El silencio es una herra- tes nos aporta sobre todo satisfacciones
mienta de información y de terapia. Puede profesionales y por tanto disminuyen
ser duro responder a una pregunta o afir- nuestro sufrimiento.
mación muy directa como: “a veces creo
que no me voy a curar”. Un silencio del Diferenciemos pues entre empatía y
profesional reafirma al paciente en esa simpatía, según explica Iosu Cabodevilla,
reflexión y, en este sentido, creemos que el experto en pacientes al final de la vida: la
silencio informa. empatía es ponerse en lugar del otro para
entenderle y ayudarle, sería como echar
También es terapéutico el silencio una cuerda al que se está ahogando, y la
cuando el paciente se conmueve, llora o se simpatía sería tirarse al agua y ahogarse
irrita. Un silencio empático mirándole a la con él.
cara, prestándole nuestra atención, es
terapéutico porque sabe que puede contar Creemos que los argumentos de los
con nosotros. Además, si no sabemos qué profesionales, antes mencionados, se
decir en una situación muy emotiva es corresponden con una actitud simpática
mejor que callemos. más que empática.
2. Escucha activa. La psicoterapia 4. Asertividad. Que el paciente crea
empieza por la escucha3,7. El paciente con- que sabemos lo que hacemos y que se
movido por una enfermedad grave puede sienta respetado en sus opiniones. No
querer hablar o no. Debemos escuchar sus basta con saber qué debemos hacer, si
palabras y su silencio. Muchas veces el queremos ser asertivos el paciente debe
silencio del enfermo da más información percibirnos como profesionales seguros
que la expresión verbal. de nosotros mismos. Incluso en situacio-
nes de incertidumbre debemos transmitir
En situaciones muy emotivas los profe- seguridad y que nuestras opiniones estén
sionales tendemos a interrumpir, ofrecer fundamentadas.
soluciones e incluso trivializar las expre-
siones del paciente. Un paciente llora y el
sanitario dice: “no llores que ya se solucio- Estrategias
nará todo” o “no llores que ya se arregla- Al hablar de estrategias para dar malas
rán las cosas”. Sería mejor permitir el llan- noticias vamos a comentar en detalle la

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estrategia de Buckman8 porque es la que bilidad: “ahora veo que no te apetece


habitualmente utilizamos y creemos que hablar, si otro día lo deseas aquí me tie-
permite recorrer el proceso de cómo infor- nes”.
mar al paciente de que padece una enfer- Esta etapa es difícil porque a muchos
medad con repercusión en su tiempo de pacientes les cuesta decidir si quieren
vida y de cómo apoyarle emocionalmente saber o no y puede requerir varias entre-
tras la información. vistas.
Se le llama, también, estrategia de las 6
etapas. Las etapas descritas por Buckman Etapa cuarta. Compartir la
(1992) deben ser recorridas de la primera información
a la sexta, en orden, sin pasar de una a otra
Sólo llegaremos aquí si en la anterior
etapa si la anterior no está acabada, con el
etapa el paciente expresa su deseo de ser
ritmo que el paciente indique y quedándo-
informado y generalmente requiere varias
nos en la que el paciente desee.
entrevistas.
Antes de pasar a la primera etapa nos
La información la iremos dando de
parece interesante hablar de la aclimata-
forma gradual, dando tiempo a que el
ción que podríamos considerar como
paciente vaya asimilando la gravedad,
etapa 0. Cuando hay muchas posibilidades
sobre todo si se encuentra asintomático.
de que tras una exploración complementa-
ria (por ejemplo, una gammagrafía o analí- En esta etapa diversos autores9 hablan
tica) el resultado vaya a ser malo para el de “la verdad soportable” que significa res-
paciente, podemos, a través de alguna pre- petar el ritmo del paciente en su deseo y/o
gunta, ir preparando al paciente para la capacidad para ser informado y la acepta-
realidad que creemos se le aproxima. ción de sus ilusiones y esperanzas sin
Podemos hacer preguntas como, ¿has pen- fomentarlas. Tras la información debemos,
sado en la posibilidad de que tras hacer la en cada entrevista, hacer un resumen com-
resonancia saliera que hay metástasis? probando qué ha entendido el paciente y
Esto permite que se vaya aclimatando a su enfatizando las posibilidades terapéuticas
futuro. y/o curativas si las hay.

Etapa primera. Preparar el entorno Etapa quinta. Responder a los


sentimientos del paciente
Se requiere ya la certeza del diagnóstico.
Prepararemos el entorno tal y como hemos Sólo si somos capaces de apoyar al
comentado anteriormente: lugar, hora del paciente en sus emociones estaríamos
día, momento, apoyos familiares, etc. moralmente autorizados a informarle.
Sería inhumano dar un diagnóstico de cán-
Etapa segunda. ¿Qué sabe? cer no curable a un paciente y abandonar-
le2,3.
Averiguaremos qué sabe de su enfer-
medad a través de preguntas abiertas y Las reacciones más frecuentes son
con técnicas de apoyo narrativo: ansiedad, miedo, tristeza, agresividad,
negación y ambivalencia. Todas las res-
– ¿Qué te han dicho en el hospital? puestas pueden mezclarse en el tiempo y
– ¿Estás preocupado por la enfermedad? hemos de respetarlas y estar atentos para
– ¿Qué piensas tú del dolor? poder ayudar adecuadamente. Una negati-
va persistente puede significar que la per-
sona no está preparada para el diagnósti-
Etapa tercera. ¿Qué quiere saber? co. Las ambivalencias, escapadas de la
Averiguaremos qué desea saber facili- realidad, también hay que respetarlas por-
tándole que lo haga: “¿quieres que te que necesitan salir de su realidad tan dolo-
comente algo de su enfermedad?”. rosa. Respetémoslas sin propiciarlas.
Tenemos que aceptar su silencio, sus Es en esta etapa cuando puede apare-
evasivas o su negativa a ser informado cer la soledad más profunda, sobre todo si
pero ofreciéndole siempre una nueva posi- la información no ha sido clara y compar-

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MALAS NOTICIAS Y APOYO EMOCIONAL

tida por el entorno. A veces, ante diagnós- ansiedad y sufrimiento físico. Debemos
ticos con pocas posibilidades de curación explorar, directa o indirectamente, todos
los profesionales nos aferramos al “toda- aquellos síntomas que puedan ser alivia-
vía hay posibilidades” para no enfrentar- dos.
nos al tema más probable, la muerte, y Como ejemplo de que la comunicación
esto conlleva que el paciente vaya notando de malas noticias y el apoyo emocional
la progresión de la enfermedad, la debili- son una realidad en nuestra práctica que-
dad, la falta de apetito, en suma la falta de remos transcribir brevemente 2 entrevis-
vida sin poder hablarlo claramente. tas realizadas con pacientes ya fallecidos,
Estos pacientes mueren terriblemente el último hace apenas un mes:
solos e incluso, a veces, se culpabilizan
por no esforzarse lo suficiente, por rendir- Entrevista 1
se a lo que para ellos es evidente, la muer- Mujer de 60 años de edad, diagnostica-
te, y para su entorno (familia y profesiona- da de neoplasia gástrica hace 10 meses. La
les) es sólo una terrible posibilidad. enferma conoce su diagnóstico de enfer-
Todos los autores definen categórica- medad tumoral y como hace años fue
mente el paciente terminal como aquel que intervenida de neoplasia uterina cree que
no tiene posibilidades curativas y protoco- también ahora lo superará. Los últimos 15
lizan su abordaje, el enfrentamiento a la días ha empeorado su situación general y
muerte, etc. pasa la mayoría del tiempo en cama o en
Pero ¿qué ocurre con la gran mayoría una hamaca en la terraza. Acudimos ese
de pacientes con enfermedades neoplási- día juntas, enfermera y médica, a realizar
cas que mueren en el camino de sus tera- la consulta diaria y nos relata una familiar
pias, al parecer, curativas? Mantenemos que ese día le había preguntado: “¿qué
una ilusión ciega en esas alternativas tera- pasa que viene tanta gente a verme?,
péuticas descuidando en la mayoría de los ¿estoy muy mala?, ¿quién está peor mi her-
casos hablar de lo que realmente preocupa mana o yo?” a lo que la familiar respondió
a los pacientes: “¿y si yo no me curo?”. Si con evasivas. La hermana a la que nombra
no facilitamos la expresión de este miedo a estaba también con neoplasia y la relación
no curarse no podemos acompañar real- entre ambas siempre había sido muy
mente al paciente ni a su familia, enfermo buena. Tras hacer la visita y cuando ya nos
y familia irán viendo el deterioro, el final despedíamos de ella hasta el lunes nos
de la vida en silencio y por lo tanto en sole- pregunta: “¿estoy muy mala que viene
dad. tanta gente a verme?”. Ante esta pregunta
nos sentamos en el borde de la cama, coge-
mos su mano y mirándole directamente a
Etapa sexta. Plan de cuidados los ojos mantenemos el siguiente diálogo:
Informamos, recogemos la respuesta Sanitaria(S): Un poco malica si que
emocional y le ofrecemos un plan de cui- estás.
dados: nos comprometemos a apoyarle,
aliviarle los síntomas, compartir sus preo- Paciente(P): ¡Está la otra más asustada!
cupaciones y miedos. S: ¿Quién es la otra, tu hermana?
En esta fase concretamos el seguimien- P: Sí.
to, frecuencia de entrevistas, visitas domi- S: ¿Por qué te parece que está tan asus-
ciliarias, etc. y, sobre todo, aseguramos tada?
nuestra disponibilidad, facilitándole acce- P: Por lo que me pasa a mí.
so telefónico.
S: ¿Y qué te pasa a ti?
Es importante explorar síntomas de
depresión, dolor, insomnio, etc. ya que, P: Que estoy así. Hace un gesto con
muchas veces, los pacientes no los expre- ambas manos mostrándose ella tendida en
san espontáneamente por miedo a recono- la cama.
cer agravamiento del proceso. No debe- S: ¿Y cómo estás tú, también un poco
mos permitir noches de insomnio, asustada?

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M. Ayarra, S. Lizarraga

P: Sí, estoy asustada. P: Mal, no mejoro, cada día estoy peor.


S: ¿Qué es lo que te asusta? ¿De qué tie- S: ¿Crees que no mejoras?
nes miedo? P: No, no mejoro, creo que me muero.
P: El cáncer. (Contesta rápida y enérgi- S: ¿Realmente te parece que te mueres?
camente. Es la primera vez que utiliza la
palabra cáncer, hasta entonces todas usá- P: Sí.
bamos la palabra tumor). S: Y eso ¿te da miedo?
S: ¿Qué te da miedo del cáncer? P: (Me coge de la mano) No, la muerte
P: Todo. no me da miedo, lo que me da miedo es
sufrir.
S: (Tras respetar un tiempo de silencio
y continuando mirándole a los ojos) Ya ves S: Hasta ahora te hemos aliviado el
que el dolor está bien controlado con la sofoco, iremos solucionando lo que vaya
medicación, esta semana ya no vomitas y surgiendo, no tienes por qué sufrir. A par-
vas comiendo un poco mejor. ¿Hay alguna tir de ahora vendremos Merche (enferme-
otra cosa que te preocupe, algo que quie- ra) o yo (médica) a diario, hablaremos de
ras preguntar o que te gustaría saber? todo lo que sientas e intentaremos aliviar-
P: No (enérgica y con ojos asustados), te. Además ya sabes que nos puedes lla-
soy muy cobarde. mar siempre que lo necesites.
S: Vale, de acuerdo. Si algún otro día P: (Muy emocionado. Sigue agarrando
deseas preguntar algo ya sabes que pue- mi mano e insiste) Ya sabes, me da miedo
des hacerlo. sufrir.
S: Ya lo sé.
Entrevista 2 Estas dos entrevistas recorren las eta-
Paciente varón de 73 años diagnostica- pas cuatro, cinco y seis de Buckman en un
do e intervenido de carcinoma de laringe. solo encuentro. Para llegar a compartir
Recibe tratamiento de quimioterapia post- esta información en ambos pacientes se
cirugía, mejora tras la quimioterapia y rei- habían requerido varias entrevistas en las
nicia su vida normal, paseos por el monte, que no se daban las condiciones adecua-
huerta, etc. das para informar. Debemos de respetar el
momento y ritmo indicados por el pacien-
En otoño de 2000 presenta gran adeno-
te; sólo él sabe cuándo está preparado
patía cervical dolorosa. Le explican que es
para recibir una información tan dolorosa.
una “cría del tumor” y le plantean nueva
quimioterapia. En diciembre de 2000 reci-
be el primer ciclo. En enero de 2001, antes INFORMAR DE SITUACIONES
de acudir al segundo ciclo de quimiotera- INESPERADAS
pia solicita varias visitas domiciliarias por Cuando se trata de informar a los fami-
disnea y debilidad. En una de las visitas le liares de un suceso inesperado como una
pregunto por qué cree que se encuentra muerte en accidente, una enfermedad
así y me responde que por el tratamiento. grave súbita, etc. es aconsejable utilizar la
En esta entrevista no me opongo a su cre- técnica narrativa13, es decir, narrar todo lo
encia y le digo que iremos viendo y que si sucedido desde el inicio: por ejemplo acci-
es por el tratamiento anterior ya mejorará; dente, medidas de reanimación si las
pasados cuatro días vuelvo al domicilio y hubo, transporte, llegada al hospital, etc.
se desarrolla la siguiente entrevista: La narración permite a los familiares ir
Paciente en cama y su esposa sentada adaptándose a la nueva realidad.
al lado en una silla; yo me siento en el Estas situaciones son cada vez más fre-
borde de su cama; durante toda la entre- cuentes en nuestro y medio generan un
vista se mantiene contacto visual facial, el gran sufrimiento. Por eso, debemos tener
ritmo de las palabras es lento y el tono habilidad para informar a los familiares y
suave y seguro. apoyarles emocionalmente en el primer
S: ¿Qué tal vas? momento.

62 ANALES Sis San Navarra 2001, Vol. 24, Suplemento 2


MALAS NOTICIAS Y APOYO EMOCIONAL

Creemos que sería conveniente esta- BIBLIOGRAFíA


blecer un sistema de información entre los
1. ROJAS L. Nuestra felicidad. Ed. Espasa.
servicios de urgencias hospitalarios y los
Madrid 2000.
profesionales de atención primaria de
modo que estos últimos fuésemos infor- 2. GÓMEZ M. Cómo dar las malas noticias en
mados de estas situaciones inesperadas, medicina. Madrid 1996. Editorial, Aula
sobre todo de las muertes, para poder Médica.
hacer un seguimiento familiar en caso de 3. DIE TRILL M, LOPEZ E. Aspectos psicológicos
que se necesitase. en cuidados paliativos, la comunicación con
Para finalizar queremos transcribir el enfermo y familia. Ades Ediciones. Madrid
parte de una declaración del Consejo de 2000.
Europa (Comité Europeo de Salud Pública 4. COLELL R, FONTANALS A. Principios de
1981) que creemos refleja de forma clara y comunicación: cómo dar malas noticias.
breve nuestra preocupación por el acom- Clínica Rural 1997; 486: 12-22.
pañamiento emocional a las personas en el 5. ECHAURI M, PÉREZ MJ. Procesos crónicos.
final de su vida: Educar en salud II. Gobierno de Navarra.
“Se muere mal cuando la muerte no es Servicio Navarro de Salud. Instituto de Salud
aceptada; se muere mal cuando los profe- Pública 1998.
sionales sanitarios no están formados en el 6. PRADOS JM, QUESADA F. Guía práctica sobre
manejo de las reacciones emocionales que cómo dar malas noticias. FMC 1998; 5: 238-
emergen en la comunicación con los pacien- 250.
tes; se muere mal cuando se abandona la
7. STUART R. UMDNJ Robert Wood, Johnson
muerte al ámbito de lo irracional, al miedo,
Medical School. Take the time to address
a la soledad, en una sociedad donde no se patients psychosocial needs during exam.
sabe morir”. Publicado por F.P. Report AAFP News
Department. Oct. 1997.
Agradecimientos 8. BUCKMAN R. How to break bad news. A guide
A todos los pacientes que nos han per- for health care professionals. Baltimore: Ed.
mitido acompañarles en el final de sus John Hopkins, 1992.
vidas, ayudándonos a mejorar nuestros 9. CABODEVILLA I. Vivir y morir conscientemente.
futuros acompañamientos. Bilbao. Ed. Desclee de Brouwer, 1999.
A Mertxe, enfermera de nuestra unidad 10. BUCKMAN R, KORSCH B, BAILE WF. Guía práctica
básica, cuyo estímulo y colaboración nos de habilidades de comunicación en la
facilita y completa la atención y el apoyo práctica clínica. Versión española Fundación
emocional a estas personas Ciencias de la Salud Madrid, 1999.

ANALES Sis San Navarra 2001, Vol. 24, Suplemento 2 63

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