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ecorrer y construir el tema de la violencia nos implica en la
presentación de varios espacios y contextos desde los cuales
abordarla, sociales, políticos, filosóficos, etc. Pero el punto de
partida fundamental que me interesa abordar desde el psicoaná-
lisis no puede dejar de referirse a la paradoja ética y lógica que la
estructura edípica instituye en el sujeto humano.
Así nos importan ciertas reflexiones sobre el mito del génesis
acerca de la curiosa prohibición divina de comer del árbol del bien
y del mal, que, sin embargo, introducirían al sujeto en una existen-
cia ética. Ciertos cabalistas, y entre ellos especialmente Moisés de
León, citado por Ch. Mopsik en su Cábala y los cabalistas (6) (10),
insistían en que la diferencia entre lo animal y lo humano giraba
esencialmente sobre el concepto de “nada”. La nada sería, así, el
“invento” humano fundamental o, mejor dicho, la nada y lo humano
se efectúan en un mismo movimiento. La nada no tiene sino mítica-
mente una existencia previa “per se”, ya que la concepción, la crea-
ción, la conservación y la experimentación de la nada, tienen todo
que ver con la particular ética interdictiva que crea la estructura
edípica en la instauración del inconsciente. De esa instauración se
produce el radical desgarro del campo de lo natural que autono-
miza a toda significación de cualquier expresionismo naturalista,
culminando con la creación del concepto de falo. Y justamente en
esa restricción ética donde lo simbólico nace no representando a
lo natural sino produciendo a lo simbolizado “après-coup” como lo
*Jaime Szpilka
Psicoanalista titular en
que cae por efecto de la simbolización misma, se cumple el presa-
función didáctica gio de la serpiente. Ésta le había dicho a Eva que Dios no deseaba
de la Asociación
Psicoanalítica Argentina que comieran del árbol de la ciencia del bien y del mal porque,
y de la Sociedad junto a Adán, devendrían también dioses. La consecuencia es la
Psicoanalítica de Madrid
primera expulsión del paraíso. Y es justamente a partir de la crea-
jszpilka@inicia.es ción de la nada que el sujeto humano deviene en un dios, ya que
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solamente “ex-nihilo” puede comenzar a trabajo como analistas donde una y otra
crear un mundo. Distinto, en cambio, es el vez repetimos ese movimiento violento
conocimiento que se obtiene del árbol de para romper la confluencia circular entre
la vida a través del cual solamente se co- fantasma y recuerdo. Una y otra vez re-
noce de acuerdo a fines de preservación petimos la violenta expulsión del paraíso
animal natural, es decir, que se conoce desde el árbol de la ciencia del bien y del
todo porque no se conoce nada, en tan- mal para que el pasado no sea futuro rea-
to lo cognoscible no tiene merma alguna lizado y se convierta en futuro a realizarse
por mor de lo simbólico. Así no hay “homo en el tiempo infinito de una imposibilidad
sapiens” antes del “homo moralis” (9)(10), de ser (8).
ya que no hay nada para saber ni conocer Cuando Freud abandona el aparen-
antes de que se crea la ignorancia sosteni- temente perfecto edificio del Proyecto (3)
da por la nada que la ley moral del bien y para una psicología científica, se deshace
del mal introducen en la interdicción edípi- una visión simplista respecto al concepto
ca del goce pleno con lo real materno. No de naturaleza al cual los psicoanalistas
considerar la importancia de la nada como frecuentemente idealizamos como si en-
diferencia, lleva a una idealización de la contráramos en ella una materialidad on-
naturaleza (“Deus sive natura” de Spinoza), tológica firme donde aprehender y definir
a una humanización de lo animal y a una mejor al sujeto que pretendemos desve-
animalización de lo humano, muy en boga lar, su significado, su ética, su verdad, todo
en muchos desarrollos contemporáneos, el cortejo metafísico que en la fascinación
que achatan el valor esencial que desde por la presencia patente e intemporal del
Freud adquirió el Edipo como complejo ente donde reside la eternidad del ser,
nuclear de las neurosis. Si es así, la angus- oculta al mismo tiempo la epifanía del ser
tia al igual que la violencia humana tienen mismo como ente que adviene a la pre-
todo que ver, a diferencia de la agresión sencia. Es a partir de la primacía de lo sim-
animal con la institución ética. Una prime- bólico y de la ley edípica que comienza a
ra violencia, la ley que instituye el bien y el considerarse una serie de desnaturaliza-
mal, inaugura un desgarro de algo que se ciones subjetivas que implican violencia y
constituye “après-coup” como la naturale- angustia. Toda desnaturalización implica
za opuesta a la cultura y que la nada como fundamentalmente la dolorosa constitu-
diferencia impedirá para siempre conci- ción de un antes que no fue y que des-
liar, aunque por eso mismo el sujeto debe pués no puede ser, es decir, que constitu-
procurarse la creación de un mundo nue- ye la imposibilidad. Y si la violencia genera
vo frente a un mundo anterior que nunca la imposibilidad, también se ejerce como
se tuvo y, sin embargo, sujeto a constante intento de deshacerla, mientras que la an-
pérdida. Si la violencia produce ese des- gustia señala el atasco del sujeto entre lo
garrón, la angustia expresa en función de que no fue y lo que no puede ser (lo “un-
la nada que se constituye la imaginería de hemlich”), como que no puede deshacerse
un todo que tanto lo asfixia como signo de lo que no fue ni soportar lo que no es.
ambiguo del atrapamiento en la vieja mo- Recordemos la famosa frase de mayo del
rada que no puede abandonar y el nuevo 68: “sed realistas, pedid lo imposible”. Ya
mundo al que tiene que acceder, marcado Lacan, en su seminario del 21 de noviem-
ya por el dolor que experimenta por el re- bre de 1962 (5), L’angoisse, signe du désir,
cuerdo de lo perdido. Todo esto no puede nos muestra el “impasse” que se crea en
dejarnos ajenos a la violencia de nuestro Hegel en la imposibilidad a nivel imagina-
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consciente, dando cuenta de esa pérdida, el momento mítico de la significación pri-
implica la maldición que se gesta en el ser mordial que pasa por la palabra-ley pater-
por efecto del habla. na, inaugurando la primera interdicción de
Quien no es sujeto de la palabra goce con lo real al proferir: “¡Ésta es tu ma-
nada ignora y nada tiene por saber, por lo dre!”, con lo cual comienza el intríngulis de
cual tampoco se le presenta el problema la cuestión. Porque más allá de la semán-
de la verdad. Verdad que antes de hablar tica vulgar donde ‘madre’ se refiere a una
no era, no había nada para decir ni nada cascada perceptual empírica de un mun-
para callar, pero que después de hablar do razonablemente organizado, instaura
paradójicamente dejó de ser. ¿Cómo re- la primera castración del sentido.
cuperar una pérdida de lo que nunca fue? ‘Madre’ es el primer significado que
Por eso me interesa citar al filósofo Ma- da la razón de lo que toda significación
nuel Cruz que refiriéndose a su maestro implica, ya que todas las interrogaciones
Emilio Lledó en su 80 cumpleaños titula del después refieren monótonamente la
su elogio “Todo cuanto ignoro lo aprendí misma interdicción de goce con lo real,
de él”, enfatizando que la exhortación ilus- una negatividad y una ausencia en el lugar
trada al saber, el grito moderno de guerra de la cosa significada del mundo, un sen-
kantiano “sapere aude”, de manera nece- tido que no se agota en ninguna cosa de
saria tiene un reverso, atrévete a ignorar. lo real. Y por eso el júbilo tautológico “tu
Porque en el comienzo no hay silencio, no madre es tu madre” del porque se dice, se
hay nada, sino un insoportable ruido que puede decir, se vela en la institución del
hay que saber silenciar y anonadar. Aquí porque se dice no se puede decir. Aquí
me interesa discriminar el vacío como rui- yace el motor de la interminable búsqueda
do físico y la nada como efecto legal. del sentido de la vida, que se persigue her-
La herida narcisista se produce como menéuticamente (Heidegger, Gadamer,
paraíso perdido “après-coup” que nunca Ricoeur), que se quiere conformar a las re-
se tuvo, excavada sobre el fracaso del sig- glas empíricas de la lógica positivista (Wi-
nificado que no puede agotar su sentido ttgenstein, Carnap, etc.), o que finalmente
en lo real. Desde esta perspectiva, se con- se quiere ignorar en las deconstrucciones
sidera la instauración ética del inconscien- posmodernas (Derrida, Lyotard, etc.).
te y su fundamento en torno a la estruc- En este momento inaugural, lo re-
tura edípica que inaugura la esencial des- primido queda postulado como un bien
naturalización subjetiva. Es lo que Freud “natural” articulado a un mal moral, mien-
considera como identificación primordial tras que el bien moral queda unido a lo se
con el padre de la prehistoria personal, considera como un mal natural. Se crea,
identificación primaria “vera” que conminó así, una paradoja lógica y ética donde,
al sujeto a ser otra cosa que el ser biológi- en torno a la ley del Edipo, se constituye
co u ontológico que fue, deviniendo sujeto un bien en el mal y un mal en el bien. La
humano de los ideales de la cultura, y que discriminación que el alemán hace entre
dice que lo humano es ser lo que no se es “Gute” y “Wohl”, lo bueno moral y lo bue-
y no ser lo que se es. Como que se identifi- no en función de lo placentero y agrada-
ca al sujeto que antes no fue y después no ble, el bienestar, y entre “Böse” y “Weh”,
puede ser, con quien le muestra la direc- lo malo moral y lo malo en función de lo
ción de su deseo como realización imposi- displacentero y desagradable para el su-
ble (“así como yo has de ser”; “así como yo jeto, su malestar, es altamente fecunda y
no has de ser”). Y aquí es esencial señalar apoya la sutil distinción kantiana tanto del
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misma y que su plegamiento moral, acatar norma y el sentido común califican como
la diferencia, esté siempre, además, atra- tal. Vimos cómo el falo juega un rol central
vesado por una elección ética que plantea en la emergencia de la significación, como
un precio a pagar por no acatarla. Así, de boya inconsciente de todo decir, en tanto
la imposible repetición de un mítico haber todo decir se sostiene solamente sobre la
sido, se pasa a la repetición de lo que nun- falta que el falo sostiene en su imposibili-
ca fue, nunca es y nunca podrá ser (10) (8). dad, manifestando la imposible referencia
No tomar al inconsciente como ór- natural, inyectando sentido y sin sentido a
gano natural es lo que hace al psicoaná- la significación, rescatándola de su tauto-
lisis irreductible a cualquier alianza con logía objetivante: “Mi madre es mi madre”,
las neurociencias o a cualquier otra con- que mata la dialéctica entre el significa-
cepción naturalista sobre el sufrimiento do, el sentido y el sin sentido. Pero si esa
humano, que sólo apunta al sujeto animal función se trastoca, en lugar de ser mar-
de una preservación racional a fines de ca de la imposible articulación, adquiere
supervivencia. Justamente porque apunta referencia a una plenitud que solamente
a que el sufrimiento humano se constitu- destaca como índice de una naturaleza
ye en el nudo de la paradoja ética y lógica bruta, “hay o no hay falo”, como que si lo
que trama nuestra existencia. Es en esa hay no falta nada y que si falta puede ha-
identificación mínima con la prescripción berlo. Y ese desfallecimiento del falo como
de la ley, en esa hiancia entre significa- significante de la falta tanto aparece en la
do y sentido sostenida por el falo como estructura perversa como en toda expe-
lo imposible, que se establece al mismo riencia traumática grave en el campo de
tiempo un ordenamiento entre el bien y la sexualidad. Si el falo no vela, se produce
el mal moral, y el bien y el mal natural que un grave defecto en la desnaturalización
permite una estructuración y discrimina- subjetiva, por lo que en sus múltiples fi-
ción entre preconsciente e inconsciente guraciones imaginarias y reales juegue un
y entre el Yo y lo reprimido, solucionando papel tan preponderante en el escenario
parcialmente el conflicto insoluble de la de la perversión. Escenario que ya viene
paradoja lógica y ética que nos atraviesa. dado por la perversión estructurante en la
No en vano, Freud insistía en que la neu- articulación del goce con la ley: “Mi padre
rosis era el negativo de la perversión. En me pega, mi padre me ama” (9).
la perversión vera, cuyo núcleo esencial Junto a esta falla, se desarticula y se
es siempre el sadomasoquismo, el sujeto desautoriza al inconsciente como órgano
deviene un ateo del inconsciente. Si no se ético, y la ley moral, lo “Gute” que implica
cree en la mítica palabra del padre: “¡Ésta siempre un “Weh”, el silencioso pesar del
es tu madre!”, se trastoca la relación con lo desgarro de lo natural, deja de diferenciar-
real, fracasa la interdicción y falla el pasaje se de lo “Böse”. Al fracasar, la desnaturali-
del estatuto del instinto a pulsión. Se pro- zación subjetiva y creer que se sigue una
duce una vanagloria del naturalismo, un ética natural no se discrimina adecuada-
hipernaturalismo que deshace la “perver- mente la paradoja de un bien en el mal y
sión” normalizante que implica la interdic- de un mal en el bien; deja de funcionar lo
ción del goce en lo real, y la entrada en el que debería ser un puro “Weh” de una ne-
universo de lo imposible donde imperan gatividad en silencio, de un todo imposible
el significado, el sentido y el sinsentido. en la positividad limitada del principio de
Como que se denuncia violentamente que placer, y la conjunción entre sufrimiento
no hay nada menos natural que lo que la y goce hace estallar el más allá del prin-
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za la marcha hacia atrás o hacia delante, para una comprensión diferente del signi-
transformando en meta al objeto causa ficado, la ética, las pulsiones y, por ende,
del deseo en la suposición de que si no la concepción del inconsciente en general.
hay prohibición desaparece la imposibili- Dentro de este marco, se intenta un reco-
dad; aunque finalmente, en la ruptura de rrido sintético para poder reflexionar so-
la diferencia, se termine encontrando con bre dos fenómenos singulares: la angustia
el vacío de la cosa. y la violencia. Para eso importa sostener
Si el inconsciente es un órgano ético, a ultranza el valor de lo que Freud deno-
nuestra tarea es promover y sostener la minó el complejo nodular de las neurosis,
experiencia de lo imposible, experiencia porque es la estructura del Edipo, la que,
que se reduce en los intentos cada vez en última instancia, implica la verdad de la
más actuales de humanizar a lo animal o verdad como falta, y asegura la instaura-
de animalizar a lo humano. Como si con ción de lo imposible.
el afán de una supuesta armonía y per-
fección natural se buscara una cada vez Bibliografía
mayor adecuación del sujeto a su objeto,
a la verdad como correspondencia y ade- Badiou, A. La filosofía otra vez. Errata Natu-
cuación, a la verificación como “Eureka” rae: Madrid.
del encuentro perfecto de la razón con la Freud, S. Introducción del narcisimo. Vol. XIV.
verdad, y a la creencia de que, a través de S.E.
la ciencia moderna, por ejemplo, las neu- ________Proyecto para una psicología. Vol. I. S.E.
rociencias, se podrán realizar los mitos del Juranville, A. Lacan y la filosofía. P.U. 1984.
ser del saber y de la objetividad. Como si París.
se quisiera suponer que el incesto es po- Lacan, J. Seminario del 21.2.1962. Du Seuil.
sible. De allí que se hace tan importante París.
sostener que la esencia de lo psicoanalí- Mopsik, Ch. Cabala y Cabalistas. Albin, Mi-
tico pasa por poder insistir en el valor de chel. 2005. París.
lo que Freud denominaba el complejo no- Szpilka, J. Deseo de Filosofía, deseo de psicoa-
dular de las neurosis, porque la estructura nálisis. Rev. APM-65.12. Madrid.
del Edipo es, en última instancia, la verdad ________La cura psicoanalítica. Tecnipublicacio-
de la verdad como falta y la que, por ende, nes. 1988. Madrid.
constituye lo imposible (11). ________Creer en el inconsciente. Síntesis. 2002.
Madrid.
Resumen ________La razón psicoanalítica, una razón edí-
pica. Mentecata. 2014. Madrid.
Freud, a través de sus sucesivas desna- ________Reflexiones sobre la angustia.
turalizaciones subjetivas, creó las bases RUP.114.2012. Montevideo.