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RESEÑA DEL PRIMER CAPÍTULO DEL LIBRO PEDAGOGÍA DE LA

AUTONOMÍA POR PAULO FREIRE- “NO HAY DOCENCIA SIN


DISCENCIA”

Este libro fue publicado en el año 2004 y editado por Paz y Tierra en la ciudad de Sao
Paulo, por el autor brasileño Paulo Freire quien para nadie es un secreto, es uno de los
críticos más versados de Latinoamérica y el mundo en las últimas décadas. Sus libros
apuntan a concienciar a las personas de desarrollar una crítica profunda a la pedagogía
actual, partiendo de la enseñanza de enseñar a ser profesor, pero un buen profesor que
tenga un permanente encuentro consigo mismo y con su práctica para formar individuos
libres y autónomos.
En esta parte del texto “No hay docencia sin discencia”, El autor nos habla de algunos
saberes o principios que debemos tener en cuenta, donde encontramos que la práctica
educativa crítica se basa en la ética pedagógica, en la honestidad y el respeto que le
deben proporcionar los docentes a sus discípulos (alumnos), en ser amorosos y
tolerantes con ellos y llevarlos por el camino del saber ser y el saber hacer como
dimensiones de la condición humana, que conllevan a un análisis exhaustivo del
quehacer profesional de los maestros, pero del maestro a todo nivel, preescolar, de
primaria, de secundaria, de universidad, tutor, o formador.
Pero ahí no termina todo, se requiere con premura, que los docentes se preparen para
impartir amor, ética, para impartir valores donde haya una actitud crítica, donde haya
investigación pues bien nos habla El autor donde no hay enseñanza sin investigación no
hay investigación sin enseñanza, estos se encuentran enlazados, es necesaria la
indagación, la búsqueda, la investigación, forman parte de la naturaleza de la práctica
docente, pero sobre todo una actitud crítica donde haya humildad, alegría, buenos
juicios y generosidad para formar integralmente a los jóvenes del momento.
Ese apasionamiento con que vive el maestro todos sus momentos para enseñar a
enseñar, se convierte en la autonomía para que los estudiantes sean los líderes del
futuro, los biólogos, los abogados, los médicos del futuro, los futuros profesionales,
pero con idoneidad y autonomía, pero una autonomía basada en el respeto por esos
saberes de las clases populares, saberes socialmente construidos en la práctica
comunitaria, y por supuesto el respeto por los derechos de los demás, como lo
argumentó ROUSSEAU, en su “Contrato social”.
De allí que enseñar exige algunos presupuestos o soportes teóricos y prácticos como son
la exigencia hacia la investigación, la enseñanza implica respeto de los saberes de los
estudiantes o la tolerancia, porque a veces, se desprecia a los alumnos y ellos pueden
tener mejores ideas y conceptos que muchas personas y lo que se hace al enseñar es
dictar una clase tradicionalista, repetitiva y monótona que lo único que hace es castrar la
creatividad que trae curiosidad y el saber ser y el saber hacer de los estudiantes.
Con base en lo anterior, la enseñanza implica ética, decencia y pureza, por eso los
corruptos no caben en la verdadera pedagogía, porque le están usurpando la conciencia
y a capacidad creadora al estudiante de pensar acertadamente con profundidad y no
superficialidad. Por otro lado, la enseñanza exige arriesgar, reflexionar críticamente,
proponer, argumentar nuevas ideas, oponerse al discurso del contrario, cuando esto es
necesario, es decir, refutar o rechazar una idea que nos parece muy poco convincente,
sin embargo, teniendo la claridad de la generosidad y no llegar una rabia desmedida e
irrefrenable que puede llegar a ser mayor que la propia razón del refutar una idea.
También, hay que destacar que la enseñanza con autonomía implica luchar por nuestros
derechos y repensar nuestros actos, es decir no solo pensar acertadamente sino también
hacer acertadamente para trascender en la sociedad, dejar huella y reconocimiento o
testimonio dentro de nuestro contexto socio-cultural.
Es importante resaltar dentro de todo aquello de lo cual El escritor plantea en este texto,
es el rechazo de cualquier forma de discriminación, pues esto también hace parte del
pensar acertadamente, la humildad que esto requiere, y la necesidad que el educador sea
dialógico y no polémico.
Es trascendental como lo hemos venido abarcando en este escrito que la formación de
los profesores debe ser reflexiva y critica sobre la práctica, por esto, se concluye
entonces que enseñar no es dar un poco de conocimientos a un alumno o traspasarle
aquellos conocimientos para que él los capte como una grabadora, sin reflexionar, sin
ser crítico, sin ser progresista, sin disentir de la vida, de nuestro papel como futuros
profesionales o educadores, no es solo enseñar los contenidos, sino también enseñar a
pensar correctamente. Por eso la alegría y la esperanza, que nos irradien nuestros
educadores son vitales y trascendentales, más en estos tiempos de aislamiento social y
de zozobra, donde tan solo un gesto de un profesor puede llegar a representar bastante
en la vida de un alumno.
Finalmente, se puede decir que la convivencia amorosa con los alumnos, dentro de la
práctica escolar son básicos para solventar ambientes favorables para todas las personas,
para lograr la igualdad, la transformación y la inclusión de todos los individuos en la
sociedad, que con sus ejemplos, transmiten buenas relaciones educativas, alientan y nos
fortalecen al saber que muchos profesionales como nosotros terminamos nuestras
carreras y nos vamos a encontrar un mundo golpeado por los mercados neoliberales que
nos avasallan y que cada día juegan con los salarios de los trabajadores, desvalorizando
sus condiciones y derechos.
Sólo resta esperar, que nosotros mismos como futuros educadores y trabajadores en la
Biología y otras áreas, ayudemos a solventar los problemas que tiene la pedagogía
actual, creando una más autónoma, más comprendida en la práctica docente, con más
formación y reflexión sobre la práctica progresista que favorezca la autonomía del ser,
venciendo las nefastas y aberrantes políticas neoliberales que sólo buscan someter al
individuo sin brindarle oportunidades.
Y por supuesto no podemos terminar este escrito sin reiterar que él educar y enseñar
demandan del diálogo y  respeto por el educando y por su concepción del mundo y así
mismo como lo señalamos la educación basada en la interacción entre educar y aprender
requiere seguir unos pasos como lo son observar un rigor metodológico; desarrollar la
investigación; respeto por el conocimiento particular de cada estudiante que es tan
importante; ejercitar el pensamiento crítico; respetar la ética y estética; hacer lo que
dices y arriesgarse aceptando lo nuevo, y al mismo tiempo rechazar cualquier forma de
discriminación, un punto que me pareció trascendental; reflexionar críticamente acerca
de las prácticas educacionales; y asumir nuestra identidad cultural.
Para ir cerrando este escrito sobre del primer capítulo del libro pedagogía de la
autonomía por paulo freire- “no hay docencia sin discencia”, me parece importante que
todos los educadores o profesionales de la educación lean este libro para que ojalá
desencadene la voluntad y actitud para poner en práctica todo lo que abarca sobre la
educación porque el acto educativo es un acto eminentemente humano, vivencial; la
educación es más que una ciencia, es vida; por tanto el propio proceso educativo es un
proceso de vida; requiere una profunda filosofía de vida que sirva de soporte al trabajo
docente y a establecer una escala de valores a fin de poder seleccionar los saberes y
valores esenciales y los medios más eficaces para alcanzarlos.
La conclusión de todo esto, es la naturaleza ética de la práctica educativa para evitar la
exclusión de la gente menos favorecida, de la cual hoy en el estado de pandemia tanto
se han aprovechado para hacer mal uso de los recursos y finalmente no llegarles ni una
mínima parte de las supuestas ayudas humanitarias; de los explotados, de las personas
en estado de indefensión, de los oprimidos, de las personas de escasos recursos, de los
discriminados racialmente como George Floyd, de los marginados y asesinados como
los líderes del Cauca y de Colombia vilmente asesinados y que aunque igualmente en
tiempos de pandemia las actividades económicas han parado, los asesinatos a los líderes
sociales no. Si es posible la práctica educativa, tendremos la posibilidad que ella brinda
de mejoramiento de la humanidad creando un mundo más equitativo, más justo, más
crítico, basado en la pedagogía de la autonomía.

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