Sunteți pe pagina 1din 4

¿Ante quién somos responsables?

Entre las preocupaciones que se manifiestan hoy en día, están las que se
expresan en torno a diversos aspectos éticos inherentes a la actividad humana,
especialmente en el ámbito de los profesionistas y de su formación. Estas
preocupaciones han desembocado en diversas vías, que van desde la búsqueda
de la reflexión y consensos para dirimir las controversias éticas que se presentan
en el ejercicio del desempeño profesional, pasando por el establecimiento de
reglas o códigos éticos, hasta el fortalecimiento de la formación ética y de valor en
los futuros profesionistas. Por una parte, seríamos responsables ante nosotros
mismos, en tanto que es nuestro propio yo lo que está, en definitiva, en juego en
cada uno de nuestros actos. Por otra parte, también seríamos responsables ante
la sociedad, pues si admitimos la realidad social del hombre, las consecuencias de
todo acto comprometen también a los que con nosotros comparten contexto.
Desde la perspectiva de la ética profesional, somos responsables principalmente
ante los otros a los que nuestra acción se dirige explícitamente o a los que
impacta; en cuanto a nuestro nivel de interacción con los otros, puede variar en
función de si son persona concreta o anónimas, en cada caso nuestra
responsabilidad se verá moldeada por las circunstancias en que se presente. En
base a lo anterior, es decir, el hombre no anda por la vida de manera deliberada
sin rendirle cuentas a nadie, el ser humano debe actuar de manera coherente y
responsable. Responsabilidad-responder”, parece ponernos inmediatamente en
relación con otros.

Responsabilidad de uno mismo ante uno mismo, ser responsable de ser una
persona que debe realizarse como persona. Me compromete a dar a la
individualidad en mí una cierta significación. Soy responsable de lo que “estoy
llamado a ser”, discernir mi persona y responder. Respondiendo me constituyo,
doy a mi vida una significativita adecuada, soy yo mismo. Responder a mi
proyecto global de vida. Debo responder de aquello que me puede ser imputado.

Kant, responsabilidad por la vía de la imputación. Si se nos imputa algo indebido


aparece la culpa y el castigo, en cambio, si se nos imputa una acción meritoria
parece connatural recibir una recompensa.

Responder de la acción o la obra bien hecha, moral o que realiza el objetivo de la


misma. Se debe imputar las consecuencias de una acción ilícita, pero de la
meritoria no ni sus consecuencias.

Somos responsables fundamentalmente ante los otros a los que nuestra acción se
dirige explícitamente o a los que impacta. Relación cliente/profesional puede ser
impacto voluntario o no voluntario personas que interactúan con nosotros desde
su autonomía. Personas anónimas a las que les llegan las consecuencias de
nuestras acciones. Personas que fundamentalmente reciben nuestra influencia sin
casi interactuar con nosotros.
¿En virtud de qué somos responsables?
Somos responsables de nuestra propia vida en la medida en que individualmente
elegimos, razonamos y nos apropiamos de nuestra propia conducta. El conjunto
de nuestras acciones, nuestros afectos, nuestras decisiones y los avatares de la
fortuna componen el conjunto de lo que podríamos describir como una vida. Sin
embargo, de ese complejo entramado sólo podemos distinguir como acciones
propias aquellas que realizamos voluntariamente. La responsabilidad de la
persona supone la atribución de responsabilidades morales (y en su caso
jurídicas) a los comportamientos y acciones de la misma. Esto significa que tales
actuaciones surgen realmente de la libertad de los individuos, aunque esta pueda
estar limitada o condicionada. Si la libertad estuviera totalmente determinada (sea
por los dioses o por el destino o, en sus versiones modernas, por la situación
económico-social o por la estructura pulsional...) no tendría sentido atribuir o pedir
responsabilidades. Se trataría más bien de constatar hechos y de explicar
comportamientos y tendencias. La problemática de la responsabilidad está
íntimamente unida al tema de la libertad en el campo ético. Sólo si hay /libertad
personal, puede haber responsabilidad personal.

No hay que olvidar que lo importante es que lo bueno acontezca.


Posibilidad de que se nos impute por “acciones por omisión”, es decir, aquellas en
las que pudiendo hacer lo debido no se hicieron, permitiendo que se generaran
consecuencias malas.

Lo que se te imputa tiene en primera instancia la cara de la exigencia. La


responsabilidad hace así aparecer el lado adusto de la moral.

El que se nos pueda imputar algo, el que podamos atribuirnos nuestros actos con
sus consecuencias, es la condición de posibilidad de que seamos reconocidos y
que nos reconozcamos como sujetos. Apareciendo así la cara planificarte de la
moral, que debe ser resaltada ante la obligante.

Somos responsables porque somos libres. Dicho de otro modo, no existe


responsabilidad sin libertad. Es importante tener una conciencia recta y bien
formada, que nos permita distinguir entre el buen y el mal uso de la libertad. Si no
se reconoce lo malo como tal, entonces no se puede asumir ningún error, no se
puede responder de ellos ni se pueden corregir. Educar la responsabilidad supone
educar en el correcto uso de la libertad. 
Esto no se enseña solo de palabra. Como toda virtud, la responsabilidad es
necesario practicarla en diferentes ámbitos y aspectos para llegar a adquirirla. Se
empieza con prácticas que invitan a los hijos a asumir su rol en la familia, como
por ejemplo las tareas domésticas o los encargos que dependen de ellos. Parte
del éxito de esas tareas es que las asuman como propias.

BIBLIOGRAFIA
Suarez, D. ¿Qué es ser responsable? 2008.

Recuperado de http://historiaybiografias.com/responsabilidad/

Anónimo. Virtud de la responsabilidad. 2011. Recuperado de


http://lichugorio.blogspot.mx/2007/07/virtud-de-la-responsabilidad.html

Pérez, P. Ética de la responsabilidad. 2012.

https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2228/4.pdf

S-ar putea să vă placă și