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APENDICITIS AGUDA

Se trata de un proceso de elevada frecuencia, siendo la principal causa de cirugía en


la patología abdominal aguda (aproximadamente dos tercios de las laparotomías
practicadas). El 7-12% de la población va a padecer apendicitis en algún momento de
su vida, con una mayor incidencia entre los diez y los treinta años.1
Se pueden distinguir varios tipos de apendicitis en función de los hallazgos
histológicos y macroscópicos que se obtienen en la anatomía patológica. 1

1.1. Anatomopatológica:

1.1.1: Apendicitis catarral

Se observa únicamente edema y congestión de la mucosa, situación que puede


resolverse espontáneamente hacia la curación.1

1.1.2: Apendicitis flegmonosa o supurada

Si el proceso evoluciona, aparecen erosiones y exudados que pueden hacerse


hemorrágicos.1
1.1.3: Apendicitis gangrenosa o necrótica

El siguiente paso es la formación de áreas de necrosis y desestructuración de la


pared.1
1.1.4: Apendicitis perforada

Finalmente, al extenderse la necrosis se produce la perforación del fondo de saco, que


va a dar lugar a la aparición de un absceso o plastrón apendicular. Dicha inflamación
puede permanecer localizada junto a las asas de intestino delgado, ciego y epiplón o,
con menor frecuencia, extenderse y causar una peritonitis difusa con múltiples
abscesos intraperitoneales (pélvicos, subhepáticos y subdiafragmáticos).1

1.3. Topográfica:

1.3.1. Meso celíaca.

1.3.2. Ilíaca.

1.3.3. Pelviana.

En general, predominan el dolor suprapúbico y la frecuencia urinaria. Debido a la


irritación rectal puede haber diarrea y tenesmo. Quizá no haya dolor abdominal a la
palpación, pero puede haber dolor rectal o vaginal en el lado derecho. En el análisis de
orina es posible encontrar hematuria microscópica y leucocitos. El apéndice en
posición pélvica se manifiesta por dolor en el área pélvica, más que en la fosa iliaca
derecha; sin embargo, los signos y su secuencia permanecen inalterables.2
1.3.4. Retrocecal.

Es común que en el flanco derecho haya dolor a la palpación. Debido a la protección


del ciego suprayacente no suele haber rigidez muscular ni dolor a la palpación
profunda. El psoas puede estar irritado y originar flexión de la cadera y aumento del
dolor con la extensión (signo de estiramiento del psoas). Por la proximidad con el
uréter, el apéndice en posición retrocecal puede dar síntomas urinarios. Sin embargo,
la patología urológica no da signos de irritación peritoneal; aunque el apéndice sea
retrocecal siempre hay signos de proceso inflamatorio. El apéndice retrocecal tiende a
localizarse y a formar un absceso en ese sitio, que es el que origina los signos del
psoas y del obturador. En la historia clínica es posible definir los antecedentes que
harán pensar en apendicitis aguda y en el examen físico los signos del psoas y del
obturador, además de los propios de la apendicitis aguda.2

1.3.5. Subhepática.

1.3.6. Izquierda (En situs inversus).

1.3.7. Apéndice pre-ileal y post-ileal

La apendicitis aguda más difícil de diagnosticar es la de localización retroileal. Las


asas del íleon pueden atrapar el apéndice inflamado e impedir el contacto del proceso
inflamatorio con el peritoneo parietal, lo que retrasa la aparición de la contractura de la
pared y del signo de Blumberg.2

1.4. Clínico-etiológica:

1.4.1: Apendicitis aguda no obstructiva:

Es inicialmente una inflamación de la mucosa y submucosa. Al principio, el apéndice


puede tener un aspecto externo normal o mostrar sólo hiperemia. Sin embargo, cuando
el apéndice se abre a lo largo, se ve que la mucosa está engrosada, edematosa y
enrojecida; más tarde presenta infartos hemorrágicos. Por último, todo el apéndice se
vuelve tumefacto y turgente, la serosa se hace rugosa y se cubre de un exudado
fibrinoso. La causa probable de este cuadro es la invasión bacteriana del tejido linfoide
dentro de la pared apendicular. Debido a que la luz del apéndice no se encuentra
obstruida, estos casos raramente progresan a la gangrena. En muchos pacientes, el
ataque inflamatorio agudo se resuelve espontáneamente. Por lo que un episodio de
apendicitis gangrenosa puede estar precedido por varios ataques leves que se resuelven
espontáneamente.3

1.4.1.1: Sin perforación.


1.4.1.2: Con perforación.

1.4.2: Apendicitis aguda obstructiva:

Puede haber obstrucción del apéndice más allá de la cual existe inflamación aguda,
distensión con pus y, en los casos avanzados, progresión hacia la gangrena y, por
último, perforación. Esto es peligroso, ya que el apéndice se transforma en un asa
cerrada de intestino que contiene materia fecal en descomposición. Las alteraciones
que siguen al bloqueo súbito de la luz del apéndice dependen de la cantidad y del
carácter del contenido distal de la obstrucción. 3

En las paredes del apéndice hay inflamación con trombosis vascular debido a que su
irrigación es proporcionada por un sistema arterial terminal, lo que conduce
inevitablemente a la gangrena y a la perforación de la pared apendicular necrótica3.

En alrededor de 2/3 de todos los apéndices gangrenosos se encuentra un fecalito


firmemente impactado en la unión entre la porción proximal del apéndice no inflamada
y la porción distal gangrenosa, mientras que otras causas de obstrucción del lumen
son3: • Materia fecal

• Parásitos (Ascaris)

• Hipertrofia linfática o tumores

Quizá la causa más rara de apendicitis obstructiva sea la estrangulación del apéndice
dentro de un saco herniario,15 la fisiopatología está basada en la obstrucción de la luz
del apéndice.3

1.4.2.1: Sin perforación.


1.4.2.2: Con perforación.

APENDICITIS COMPLICADA
La forma atípica es la que se asocia con un apéndice supurativo o purulento, que es
más difícil de diagnosticar y es la que con más frecuencia causa complicaciones,
incluso si la operación quirúrgica se efectúa con prontitud.2

APENDICITIS CRONICA
es cualquier tipo de dolor crónico que se inicia en el apéndice en coexistencia o
no de inflamación. La amplia gama de patología apendicular puede dividirse en:
apendicitis crónica, apendicitis recurrente y cólico apendicular. 2

La expresión apendicitis crónica sigue siendo un diagnóstico clínico de “buena


fe”; sin embargo, su diagnóstico histopatológico continúa en duda. La patología
apendicular se clasifica en: 1) apendicitis crónica, en la que el apéndice está
infiltrado con células de inflamación crónica; 2) apendicitis recurrente, en la que
el cuadro agudo desaparece espontáneamente antes de la intervención
quirúrgica, y que resulta en fibrosis focal del apéndice y 3) cólico apendicular
secundario a daño luminal del apéndice cecal. 2

El cuadro clínico de la apendicitis crónica es similar al de la apendicitis aguda


en adultos. Sus manifestaciones suelen ser menos intensas y dolorosas, las
concentraciones de leucocitos pueden estar normales o ligeramente
aumentadas, sin desviación de la fórmula blanca hacia la izquierda. 2
1. Quevedo Guanche Lázaro. Apendicitis aguda: clasificación, diagnóstico y
tratamiento. Rev Cubana Cir  [Internet]. 2007  Jun [citado  2019  Oct  01] ; 
46( 2 ). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0034-74932007000200011&lng=es.

2.  Gómez C, Marín A, Rodríguez B. Presentación atípica de apendicitis


aguda. FMC - Formación Médica Continuada en Atención Primaria. 2016; 23
(3): e46.

3. Bahena-Aponte J, Chávez-Tapia N, Méndez-Sánchez N. Estado actual de la


apendicitis. medigraphic [Internet]. 2003 [consultado el 1 de octubre de 2019];
10: 122-128. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/medsur/ms-
2003/ms033b.pdf

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