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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


CARRERA DE ANTROPOLOGÍA

La Fábrica Mundial de Indigentes (FMI)


productora de sangre, sudor y lágrimas,
sacude México y Argentina.

Estudiante: Huáscar Camacho Hinojosa.


Materia: Antropología del desarrollo.
Docente: Ph. D. Harry Soria.

Cochabamba – 2019.
Introducción.

En el presente texto se va a realizar un análisis crítico sobre una de las instituciones más
importantes del desarrollo a nivel mundial como es el Fondo Monetario Internacional y su
relación con la región de Latino América. Desde su creación de la mano de un puñado de países
aliados contra el nazismo en 1944, junto al Banco Mundial, han sido los pilares básicos para el
reordenamiento económico capitalista de la postguerra. Se analizaran algunos casos
emblemáticos por seguir los dictámenes de esta institución como México y Argentina, que nos
ayudaran a generalizar algunos aspectos fundamentales de esta relación.

Desde la mitad del siglo 20 hasta ahora, se sigue debatiendo y padeciendo sobre el
polémico papel que han jugado las políticas económicas que el Fondo decreta para supuestamente
ayudar a los países a lograr el desarrollo, sin embargo el fruto de tales recetas ha derivado en la
ampliación brutal de la brecha entre ricos y pobres dentro de un país y entre países. Después de la
caída del bloque soviético, el capitalismo liberal retorna con el prefijo de neo, pero sigue siendo
la vieja ley de la selva donde manda el más fuerte. Estas instituciones y doctrinas capitalistas no
tienen como fin el erradicar el hambre, la extrema pobreza, las enfermedades curables o el
analfabetismo, sino configurar un mundo regido por la división internacional del trabajo donde
unos países se especializan en ganar y otros en perder, es la legitimación del saqueo y la
subordinación neocolonial de los países del sur global a nombre de desarrollo, modernización y
progreso.

Para ayudarnos a la comprensión de estos fenómenos sociales, vamos a utilizar


conceptos de Amartia Sen sobre sus visiones acerca del desarrollo en la actualidad. Sen hace una
abstracción sobre dos posiciones ideales desde la cuales va a ir pensando la posibilidad del
desarrollo como son los acrónimos de B.L.A.S.T. y G.A.L.A. También usaremos argumentos de
Naomi Klein sobre el impacto destructor y violento, que la imposición de estás políticas
conlleva, generando un estado de conmoción, una sacudida violenta en la sociedad al que
denomina SHOCK. Por tanto veremos que SHOCK y BLAST dentro de la teoría ayudan a
mostrar la carga de violencia que conlleva la imposición de el modelo de desarrollo neoliberal
tutelado por el Fondo Monetario Internacional.

Blast y Shock, aproximaciones conceptuales.

Dentro de las distintas formas que las ciencias sociales han abordado el fenómeno del
desarrollo, tenemos a Sen, quien se refiere a dos categorías de análisis cuyas características son
explicativas de procesos que atraviesan los países en la región y el mundo. Estas son las siglas
BLAST y GALA, la primera hace énfasis en principios individualistas y agresivos, la segunda en
principios más cooperativos. BLAST nos habla de sacrificios sociales.

En esta perspectiva Sen define el Blast como :

El principio del 'sacrificio necesario' para conseguir. un futuro mejor es característico de la


retórica BLAST. El desarrollo pasa por aceptar la existencia de ciertos males
contemporáneos. Este enfoque general adopta formas variadas dependiendo de los'
sacrificios' que se quieran, bajas prestaciones sociales, gran desigualdad social,
autoritarismo, etcétera. De acuerdo con la teoría BLAST, se pueden exigir (al país en
cuestión) sangre, sudor y lágrimas de muy diversas maneras ( Sen 1998 :78).

Como vemos el BLAST es una carta blanca de la teoría que le lava la cara a los dictadores y
legitima la violencia contra los pueblos a nombre de desarrollo.

Para Klein su concepto del Shock no difiere en el sentido de reconocer que implica un alto
grado de violencia parafraseando a los economistas liberales dice que “cuando la economía está
muy distorsionada, la única manera de alcanzar el estado previo era infligir deliberadamente
dolorosos shocks” (Klein 2007 : 80). Así vemos que la violencia es parte estructural de la
imposición de políticas económicas a nombre de desarrollo.

Como vemos el Blast y el Shock van de la mano al momento en las economías grandes se
tragan a las pequeñas. Estas instituciones como el FMI están diseñadas para perpetuar un sistema
de explotación y saqueo contra los países del sur global. Por tanto es necesario destruirlos y
abolirlos, como parte de una nueva gesta emancipadora a nivel global, para dar paso a nuevas
instituciones policéntricas, descentralizadas y cooperativas que usen la economía no como arma
de guerra sino como la construcción colectiva del bien común.

El Fondo Monetario Internacional.

En 1944 en Bretton Woods New Hampshire se reunieron 45 países para la conferencia


internacional monetaria de las Naciones Unidas. En donde definen realizar aportes para la
creación de un Ente financiero que otorgue recursos para el desarrollo de los países miembros.
Dos de sus ideólogos fundamentales son el inglés John Keynes y el norteamericano Dexter
White. Estas nuevas instituciones creadas son el Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial, que en un principio se llamaba Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento,
puesto que su primera misión fue la restauración de la Europa devastada por la guerra.

El Fondo es un organismo multilateral de crédito. Entre los principios rectores que desde
su fundación guían su actuar están: “1) fomentar la cooperación monetaria internacional; 2)
facilitar el crecimiento económico y expandir el comercio internacional; 3) velar por la
estabilidad cambiaria, y 4) coadyuvar a establecer un sistema multilateral de pagos” (Aceña
2019: 7). Estos principios son meramente retóricos pues en la práctica el Fondo ha servido para
establecer un régimen de dominio colonial sobre los países del sur global, ricos en materias
primas y mano de obra pero carente de capital de inversión.
En la historia del esta institución financiera, el Fondo ha tenido tres momentos claves en
su desenvolvimiento. El primero es el de su creación con los acuerdos de Bretton Woods para
regular la balanza de pagos internacionales en base al patrón oro, del cual los norteamericanos
eran propietarios en su mayoría. El segundo hito fundamental se da en los años setenta, en pleno
auge de la guerra fría y los gastos que la misma conllevaba, donde sustituye el patrón oro por los
petrodólares poniendo fin a los acuerdos anteriores, garantizando así el dominio pleno de la
economía capitalista mundial a los norteamericanos. El tercer momento clave, se da a finales de
los años ochenta con el llamado Consenso de Washington que establece un protocolo de
procedimientos preelaborados conocidos como el paquete económico cuyo objetivo primordial es
radicalizar el neoliberalismo económico de manera dogmática y taxativa.
Si bien la historia de los préstamos y la deuda de los países latinoamericanos se puede
rastrear hasta los días en que Simón Bolívar pedía créditos a Inglaterra para subvencionar las
gestas libertarias contra el imperio español, en este trabajo nos remitiremos más a la actualidad
contemporánea de la segunda mitad del siglo veinte que signan a la región en un caos de golpes
de estado y gobiernos dictatoriales. Es a partir de los años setenta que la deuda externa de los
países latinoamericanos con el Fondo se dispara, debido a que los gobiernos dictatoriales de la
época comenzaron a adquirir dinero endeudando a sus países mas allá de sus posibilidades, en
donde para pagar deben adquirir más deuda. Ante la falta de pago el Fondo toma el control de las
economías y les impone políticas económicas lesivas a los intereses de los propios países pero
beneficiosas para las grandes transnacionales.

Es la deuda el lazo con el que el Fondo amarra a los países latinoamericanos. Esta
institución en un primer momento ofrece ingentes cantidades de recursos económicos a las
dictaduras latinoamericanas, generando deudas imposibles de pagar. Cuando un país no puede
pagar es el propio Fondo que ya en un segundo momento fundamentalmente desde finales de los
ochenta, les ofrece asesoramiento para reconstruir las economías de los países deudores. Las
recetas que ofrece el Fondo pregonan ante todo la reducción del gasto público, el fomento a la
libre empresa.

El paquete económico que receta el Fondo ideado por personas como Milton Friedman,
no trae consigo las mejoras en la situación económica de las grandes mayorías de los países
donde opera. El liberalismo a ultranza que promueve conlleva al establecimiento de una mayor
desigualdad social generando crisis y bancarrota para las grandes mayorías y bonanza y opulencia
para un puñado de empresas y cipayos locales. Por tanto no está entre sus objetivos generar
sociedades más justas y equitativas, sino gestionar un modelo de acumulación y crecimiento del
capital, junto a un dominio geopolítico que configuran una situación neocolonial y de
subordinación.

La caída del Bloque Soviético se muestra como un triunfo de las políticas de libre
mercado, sobre el mercado regulado y planificado desde el estado. Por tanto a nivel global tales
políticas se expanden. Es en la región de Latinoamérica donde centraremos un análisis, en base a
la descripción breve de las operaciones del Fondo en países como México, Argentina, Chile,
Brasil y Bolivia.

México mágico y miserable.

Cuando en este país se da la revolución en 1910 a la cabeza de Madero, Villa y Zapata, y


se realiza la primera reforma agraria del continente, nunca se imaginaron que casi cien años
después volverían a estar sometidos a los poderes externos, al hambre y la miseria de las grandes
mayorías. Si bien México desde la fundación del Partido Revolucionario Institucional, ha sido
una democracia formal, a diferencia de los otros países latinoamericanos cuya historia reciente
está plagada de golpes de estado. No obstante, en la segunda mitad del siglo veinte la aplicación
de las medidas y recetas liberales del Fondo Monetario Internacional, han implicado elevados
costos en cuanto a violencia social ya previstas desde la óptica BLAST que coinciden con las
tácticas de SHOCK que la teoría nos describe y que se aplican a situaciones tales como la
masacre del 2 de octubre en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, aunque se podrían citar y
describir muchas más situaciones de violencia adjunta a los planes y políticas impuestas como
vías al desarrollo.
Mexico posterior a la revolución es uno de los pocos países que se niega a pagar la deuda
externa desde 1914, hasta 1940 cuando la alianza de México con las potencias aliadas como
Norteamérica su principal acreedor aprovecha para pagar la deuda. En esos momentos:
“Eduardo Villaseñor, entonces director general del Banco de México, en su artículo “La
economía de guerra en México”, señala el incremento generalizado de los precios como
una de las consecuencias de la guerra sobre la economía mexicana, postulando que dicho
incremento fue causado por una oferta restringida de bienes (un aumento de las
exportaciones y una disminución de las importaciones) y por una fuerte entrada de
capitales extranjeros. Además, subraya que con la guerra la economía mexicana estaba
adquiriendo una relación más estrecha con la economía de nuestro vecino del norte”
(Romero 2016: 66).
Vemos que uno de los mementos de mayor auge económico para el país fue la segunda guerra
mundial pero a su vez consolida mayores vínculos con Norteamérica.
La visión de país que en la posguerra se implementará en Mexico estará elaborada
enteramente por el Fondo, ya que este fue uno de los países latinoamericanos que ingresaron
primero a formar parte de dicha institución, en condiciones de baja deuda y un alto nivel de
crecimiento económico e industrial. Para la década de los años setentas la deuda del país con el
Fondo era mínima en relación a otras, pero no obstante el país ingresa a las políticas de
endeudamiento aumentando el gasto público, ya que los préstamos eran muy accesibles.
Recordemos que para esas fechas ya el Fondo había abandonado los acuerdos de Bretton Woods
abandonando el patrón oro por los petrodólares, los cuales era necesario ingresar e invertir en
algún sitio dado que de lo contrario los bancos podían quebrar.
México pide préstamo y más prestamos, y ni los bancos y el Fondo le advierten de los
peligros del creciente y acelerado endeudamiento. Ya para el año de 1976 estas dudas hacen que
la economía colapse y los bancos internacionales suspendan los créditos. Los políticos de la
época no le dan gran interés.
El gran milagro que salva al país de la bancarrota es el descubrimiento de los yacimientos
de petróleo en el sureste mexicano. Súbitamente el país se convierte en un rico exportador de
petróleo y su dirigencia política celebra la bonanza y declara que solventará sus deudas,
avizorando un futuro promisorio en que el país comience a desarrollarse con sus propios recursos.
Pero para desarrollar la industria petrolera se endeuda nuevamente alejando los buenos augurios.
En esa época, poco más adelante El fondo sube la tasa de interés y el precio del petróleo
se desploma golpeando, el país sufre una crisis por la fuga de capitales, llevando al país a la
crisis. Esta crisis por la deuda lleva al país a declararse insolvente y que no podría pagar a sus
acreedores.
Los grandes bancos como el City Bank, el Chase Manhattan Bank, el Webminster Bank,
etc. Presionan al Fondo para hacer que los países deudores paguen obligados su deuda. Ante esta
perspectiva el Fondo se apresta a realizar un rescate económico que en realidad es una nueva
colonización ya que no solamente se limitará a otorgar créditos sino a intervenir en asuntos
internos de la política de los países.
Entre las recetas del Fondo están abrir las economías al comercio global, pero sin
mecanismos de contrapesos, sin estudios de impacto, por lo tanto al abrir la economía muchos
sectores claves fueron cedidos al control de las empresas privadas transnacionales. El otrora
estado fuerte munido de empresas propias comenzó a ser desmantelado y vendido por jugosas
comisiones por los políticos de la época a amigos y cofrades que aglomerados en grupos de
poder con la connivencia del capital transnacional saquearon las riquezas mexicanas. En esto la
gallina de los huevos de oro era la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos o Pemex la
cual fue preservada lo más posible y hasta último minuto.
Es con el presidente Salinas de Gortari cuando el capital transnacional encuentra patiño
perfecto. Este político entreguista se encarga de aplicar las políticas del Consenso de Washington.
Para 1993 el presidente Salina firma el Tratado de Libre Comercio NAFTA.
Este acuerdo de libre comercio destruye el aparto productivo público y privado, destruye
las bases de las economías campesinas, quita todos los derechos laborales y favorece únicamente
a los empresarios privados coludidos con el gran capital transnacional. Ante esta situación de
política entreguista en desmedro de los intereses de las grandes mayorías del país sobre todo de
los sectores populares es que irrumpe en la política mexicana el movimiento armado conocido
como Ejercito Zapatista de Liberación Nacional el primero de enero de 1994 al mismo momento
que entra en acción el tratado de libre comercio con Canadá y Estados Unidos.
Las relaciones con el Fondo que prometían prosperidad, aumento del bienestar y mejora
de los niveles de vida para todo el país solo han producido lo contrario, una polarización mayor
cada día en base a la acumulación desigual de la riqueza. Con el libre comercio para hacer más
competitivos a los empresarios nacionales el presidente Ernesto Zedillo devalúa la moneda
mexicana dejando todo el peso del atraso económico del país en las capas más pobres de la
población que vieron más reducido aún su poder adquisitivo. No obstante pese a seguir a raja
tabla las recetas del Fondo el país se sumerge en una nueva de las ya recurrentes crisis
económicas que a su vez por sus ahora vínculos globales repercutiría también a nivel mundial con
el famoso Efecto Tequila que lleva a endeudarse nuevamente y más aún al estado mexicano.
Supuestamente con este rescate a la economía mexicana el país iba a mejorar y salir de la
crisis pero de todos modos no salió de la crisis. Este nuevo préstamo sirvió y favoreció ante todo
a los intereses norteamericanos cuyos bancos ya manejaban la economía mexicana. El Tratado de
Libre Comercio aumentó la dependencia del país hacia sus acreedores de la banca internacional
con sede en Washington.
Estas recurrentes crisis económicas llevan a una crisis en el sistema político del país
donde el Partido Revolucionario Institucional que ha guiado al país por más de setenta años deje
el poder en los albores del nuevo milenio. El cambio esperado con el presidente Vicente Fox no
se materializa, más aún el país estrecha lazos más próximos con Norteamérica. Ni las recetas del
fondo monetario internacional, ni sus créditos, ni los tratados de libre comercio, han servido al
país a superar la pobreza de las grandes mayorías del país, haciendo que estén más presentes las
consignas nacionalistas que produjeron la Revolución Mexicana de 1910 que amenazan con
volver a repetirse ante una realidad de un país con toda su riqueza entregada a manos extranjeras
que dejan solo miseria e indigencia en la gran mayoría del país.

Argentina te asesina.

Otro ejemplo claro de que el Fondo no es una institución de cooperación y ayuda sino un
ente de dominación y extorsión económica es lo sucedido con la Argentina. El país allá por la
mitad del siglo veinte y gracias a la segunda guerra mundial, se convierte en una de las
economías más pujantes y estables de la región. Sin embargo en los albores del nuevo milenio se
sumerge en inestabilidad política y crisis económico fruto de las políticas dictadas desde el Fondo
y de una clase política sumisa obsecuente y coludida con los intereses transnacionales en
perjuicio de los intereses de las grandes mayorías del país.
Es en este país donde el BLAST y el SHOCK se aplican a plenitud, prueba de ello son las
aplicaciones de las detenciones arbitrarias, la supresión de la libertad de prensa, la tortura, el
exilio, los más de 30.000 desaparecidos. En este país desde la caída de Perón la sucesión de
gobiernos militares dejaron a la sociedad sumida en lo que se conoció como la guerra sucia,
donde violencia estatal y paramilitar eran el pan de cada día en esos tiempos de mugre y miedo.
Es con las dictaduras militares que comienza el aumento de la deuda externa que como dijimos
antes es el lazo primordial de dominación en los países donde opera el Fondo.
Recapitulando la historia del Fondo, cuando se fundó en su reunión inicial no invitó a la
argentina por no ser aliado en la guerra contra el nazismo sino neutral. Cuando gobernaba Perón
su visión nacionalista le llevaba a desconfiar del sistema financiero internacional, pero no
importaba porque la posición de gran productor de alimentos no le hacían pensar que esa
prosperidad pudiera verse amenazada. Argentina no tenía desuda para finales de la segunda
guerra mundial, y las leyes a favor de los trabajadores finalizaron con la caída del General.
Sin Perón el capitalismo foráneo y sus sirvientes oligarcas se apoderan totalmente de la
Argentina. Ahora sí no había ningún obstáculo para que el país comience a adquirir deuda y
formar parte de Fondo aplicando sus recetas. La sucesión de gobiernos militares hizo crecer la
deuda externa a niveles astronómicos, y para cuando Perón regresa no hay nada qué hacer,
dejando al país caer en el caos y la violencia.
Argentina una vez fue el granero del mundo y alimentó a toda Europa en la segunda
guerra mundial, tras todos estos años de aplicar las recetas del Fondo, llegó al final del siglo
veinte con desnutrición y caos social y económico. Justamente en pleno auge de la guerra fría y
del recrudecimiento de las dictaduras militares en el cono sur:
“En 1976 el Fondo apoyó el programa económico ortodoxo y regresivo de la dictadura
militar. Ante el estallido de la crisis de la deuda, provocada por las imprudentes políticas
financieras privadas y oficiales, el brusco incremento de la tasa de interés internacional y
la estatización de la deuda externa privada, el Fondo se constituyó en garante del repago
de los más de 43.000 millones de dólares adeudados principalmente a los bancos de los
EE. UU. a través de los programas de ajuste estructural que condicionaron el margen de
acción en materia económica desde la vuelta de la democracia. Pero los desequilibrios
fiscales y externos derivados del peso del servicio de la deuda sobre un presupuesto cada
vez más reducido llevaron a una moratoria. En este marco, la fuga de capitales disparó la
cotización del dólar, la cual motorizó el estallido de la hiperinflación y la asunción
anticipada del presidente Carlos Menem en 1989 ( Nemiña 2011:14).

Como vemos la aplicación de las políticas económicas dictadas desde el Fondo coincide con el
periodo de violencia en el país, SHOCK y BLAST a raudales.
Este sobreendeudamiento genera una crisis aún mayor que sumerge al país aún más en las
fauces del Fondo. Al haber equiparado el dólar y el peso argentino, abrir la economía a la
competencia externa y reducir las actividades del estado, destruyen todo el proceso
industrializador que el país levantó en la posguerra, era necesario no sólo perseguir al
movimiento obrero y destruirlo por la represión y violencia, sino también destruir sus formas de
reproducción material y social como las fábricas. Gracias a esto el país deja de ser un productor
relevante en el ámbito internacional y se convierte en un mero estado rentista que vive del favor y
la limosna de los organismos multilaterales, generando miseria y hambre en las grandes mayorías
que dejaron de ser obrero industriales para ser lumpen e indigentes.
La política económica del país no era usar la deuda que se adquiría a nombre de toda la
sociedad para reimpulsar la industrialización el consumo interno y la redistribución de la riqueza,
sino para meramente especular en los bancos para volverlos a sacar afuera tiempo después. Una
de las tácticas era endeudar empresas públicas que luego quebraban y luego se privatizaban a
favor de las empresas transnacionales. El argentino común vivía en una economía de abundancia
ficticia que no duraría mucho tiempo.
Cuando sube la tasa de interés que cobraban los acreedores por la deuda en los años
ochenta, quiebran las economías de los países que deben declararse insolventes y pasar a negociar
su deuda con el Fondo quien usará esto como el pretexto perfecto para la injerencia y el dominio
de los países. La Argentina endeudada más allá de sus posibilidades debe cumplir políticas
económicas lesivas a sus propios intereses y suscribirse sin rechistar al consenso de Washington,
que implicaba la pérdida total de su soberanía. Ya no importaba si gobernaban militares
dictadores porque con la cuerda ya estaba enlazada en torno al cuello del país, con el gobierno de
Alfonsín y la recuperación de la democracia ya nada se puede hacer.
Con democracia ya restablecida poco cambian las imposiciones del Fondo, con el
presidente electo Menem la ola de privatizaciones se recrudece a favor de los dictámenes del
Fondo a cambio de más deuda. Las medidas del Consenso de Washington aterrizan en el país
como un dogma de fe que salvaría a los países de su propia incompetencia. La novedad del caso
argentino es que para amortizar un poco la deuda secuestra el dinero de los ahorristas, en lo que
popularmente se conoce como corralito bancario, donde de la noche a la mañana la gente común
que tenía su dinero en el banco pierde una parte.
Para los años noventa una crisis económica producida por la deuda azota la región
comenzando con la crisis mexicana conocida como Tequilazo. Para evitar que esta crisis no
afecte a la Argentina el país adquiere más deuda y los banqueros le otorgaban aún sabiendo que
el país podría ser insolvente, pero era menester aumentar la deuda que es como enlazar más al
país. Cuando Brasil devalúa su moneda como efecto de la crisis regional del Tequilazo, a la
Argentina no le queda más que pedir más ayuda al Fondo el cual gustoso le brinda más créditos
pero le exige más privatizaciones de las empresas del estado y ahora le tocaba el turno a las
gallina de los huevos de oro que era la empresa estatal de petróleo del país YPF que pasa a manos
transnacionales.
A estas alturas ya el país es insostenible y el Fondo deja de dar créditos al país, dejando
que la crisis se adueñe de la economía de un país que en su momento fue considerado el buen
ejemplo de las políticas del Fondo. Al no poder reestructurar la deuda ni planes de rescate, el
Fondo abandona al país quien en su desesperación apela nuevamente al Corralito, castigando a
los ahorristas en su conjunto para tratar de quedar bien con el Fondo y este se compadezca del
país y le otorgue otro crédito para salvarse.
El 20 de diciembre del 2001 trágicos acontecimientos sacudieron el país, muertos,
renuncias presidenciales, vacío de poder, crisis económica y social dejaron al país en las ruinas.
En menos de 10 días se sucedieron cuatro presidentes. Esta crisis trajo devaluación y una deuda
impagable. El Fondo hizo a su placer todos los experimentos liberales posibles, que dejaron al
país con niveles de desocupación, hambre y miseria. Este país que con dictadura y democracia
siguió los mandatos del Fondo, demuestra que esta institución no estuvo ahí para colaborar, sino
todo lo contrario.

Conclusiones

Los petrodólares de la bonanza árabe en el medio oriente, que fueron a parar a los grandes
bancos del sistema internacional que hubieran quebrado de no haberlos invertido en créditos
fáciles a cuanto dictador apareciera, generaron la trampa odiosa de la deuda externa y eterna que
al no poder terminar de pagarse fue la excusa perfecta para la injerencia política en los países
latinoamericanos violando sus soberanía y subordinándolos a nivel colonial. ¿Fue acaso la mera
corrupción e ineptitud de sus políticos y economistas los que dejaron un país en la ruinas?, ¿Por
qué países que tras la segunda guerra mundial eran prósperos y pujantes llegan al siglo veintiuno
sin poder brindar salud y educación básica a sus habitantes? Estos dos ejemplos que hemos visto
muestran claramente que el fondo no más que un ente de saqueo que busca someter y subordinar
a las naciones en base al chantaje económico, dónde la aplicación de SHOCK y BLAST fueron
cotidianos para los latinoamericanos en una lucha global por el reparto geopolítico del poder y los
recursos naturales. Ante esta realidad a Latinoamérica no le queda otra opción que retirarse de
estas instancias de chantaje económico y crear su propia moneda, banca e instituciones
financieras que corten la dependencia colonial con Norteamérica, buscando nuevos socios y
ayudar a crear una nueva realidad global multipolar.
Bibliografía.

Klein, Naomi (1997): La doctrina del shock Buenos aires, Argentina: Paidós.
Nemiña, Pablo (2011): Historia de las relaciones entre la argentina y el Fondo Monetario
Internacional Córdoba, Argentina: Centro de estudios históricos.
Romero, María (2016): Los orígenes del neoliberalismo en México México D.F. México: Fondo
de Cultura Económica.
Sen, Amartya (1998): “Las teorías del desarrollo a principios del siglo XXI”. En Cuadernos de
economía Vol XVII, Num 29. Bogotá.

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