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Algunos puntos de partida para pensar lo grupal

Lic. Amilkar M.
Lic. Natinzon A.

Resulta imposible acercarse a pensar el Campo de lo Grupal sin provocar una


alteración en lo ya inscripto como saber acerca de la subjetividad como producción
epocal. La problemática de la subjetividad se constituye como un eje organizador para
pensar los efectos de la grupalidad y de las diversas prácticas grupales. Subjetividad
como producción de un determinado momento histórico – social y abierta a nuevas
construcciones y sentidos en el vínculo con otros.
Consideramos al campo grupal desde su multidimensionalidad y complejidad,
con sus múltiples atravesamientos (políticos, sociales, económicos, ideológicos…) así
como desde sus dimensiones, especificidades y legalidades.
La propuesta es pensar el campo grupal desde un abordaje transdisciplinario en
el camino hacia las ciencias complejas que permite abrirse a las dimensiones filosóficas,
antropológicas, sociales, históricas, psicológicas. El punto de partida es el de un nuevo
paradigma que rompa con la disociación entre lo biológico por un lado y lo psíquico y
cultural por el otro.
Autores como Foucault, Deleuze han sido hitos de gran trascendencia al crear las
condiciones de posibilidad – desde su crítica al pensamiento de lo Uno –. La noción
deleuziana de multiplicidad (Deleuze G., Guattari, F. 1980) trata de aquello que escapa
a dualismos y binarismos generalmente reductivos, que incita a pensar desde lógicas
disyuntivas, desde el Y y el “entre”, y no desde dialécticas de lo Uno, o lo Otro.
No se trata de “pensar una multiplicidad como lo que tiene muchas partes, como
mera adiciones de partes sino como lo que está plegado de muchas maneras” (Deleuze
G., 1988). Desde esta perspectiva, la multiplicidad es el don de lo diverso, de las
diferencias que retornan como intensidades que se repiten configurando plexos de
relaciones rizomáticas (Santos F, 2005)
Desde esta perspectiva, los grupos son pensados como dispositivos sociales de
producción subjetiva que al ser generadores de transformación, producen subjetividad y
provocan su despliegue.
Con la emergencia de nuevas problemáticas (problemáticas del sujeto del grupo
y sujeto del inconsciente; problemática de la subjetividad; problemática de la autonomía
subjetiva en el campo relacional; problemáticas de las condiciones de agrupamiento;
problemáticas del dispositivo grupal) y la caída de las significaciones sociales, se
visualiza un desacople entre las prácticas y los enunciados que las sostienen y
legitiman. Por estas razones ponemos en cuestionamiento nuestras prácticas y la
búsqueda de respuestas a algunas de las problemáticas que éstas visibilizan. Los
dispositivos, las estrategias de operación necesitan transformarse para poder dar
respuesta a las demandas de los tiempos actuales.

Diversos autores apoyados en diferentes referentes teóricos, han producido y


producen en este sentido. Acercamos los lineamientos teóricos de Ana María
Fernández1 y la perspectiva que nos ofrece Rene Kaes2 respecto de la corriente
francesa de las investigaciones psicoanalíticas sobre el grupo.
Ambos presentan diferentes modos de abordaje: A. M. Fernández parte de
considerar lo grupal como campo de problemática, atravesado por múltiples
inscripciones: deseantes, históricas, institucionales, políticas, económicas, etc. Lo
grupal en un doble movimiento teórico: el trabajo sobre sus especificidades y su
articulación con las múltiples inscripciones que lo atraviesan. Una manera de pensar lo
Uno y lo Múltiple, intentando superar los encierros que la lógica del objeto discreto
impone, abriendo la reflexión hacia miradas epistémicas pluralistas, transdisciplinarias.
R. Kaes propone un abordaje psicoanalítico del grupo; centrándose en diferentes
modos de articulación entre el espacio psíquico del grupo, el de los sujetos que lo
constituyen, sujetos del inconsciente y en sus relaciones como producción recíproca. De
este modo queda habilitada la posibilidad de pensar al sujeto en situación de grupo.
Sus investigaciones contemporáneas dan cuenta de “... teorías del vínculo que se sitúan

1
Fernández, Ana María Doctora en psicología, psicoanalista y analista institucional. Actualmente dirige
el Programa de Actualización en el Campo de Problemas de la Subjetividad. Es autora de El campo
grupal: notas para una genealogía (con traducción al portugués), La mujer de la ilusión, La invención de la
Niña, Las lógicas colectivas e Imaginarios, cuerpos y multiplicidades. Es profesora invitada en
universidades de Madrid, Barcelona, Nueva York y París.

2
Kaës, René
Psicoanalista individual y grupal, con doctorados en psicología, letras y ciencias humanas. Es profesor de
la Universidad Lumiére-Lyon II, director del Centro de Investigaciones en Psicología y Psicopatología. Sus
constructos y postulados teóricos han revolucionado al psicoanálisis y la concepción de la grupalidad.
Es miembro titular y honorario de diversas sociedades científicas en Francia, Argentina, Uruguay y
Madrid. Es autor de numerosos trabajos y libros publicados en varios idiomas. Recibió el reconocimiento
doctor honoris causa de la Universidad Libre de Bruselas, y recientemente en la Universidad de
Guadalajara.
en el punto de confluencia de las teorías del grupo y de las teorías del sujeto” R. Kaes
(2000).
Ana M. Fernández propone el desafío de hacer de una serie de preguntas una
problemática, en el sentido de un agrupamiento de problemas que se relacionan al
interior de un campo abierto. Problemas que en sus derivas e insistencias presentan
puntos y momentos de conexión y desconexión que enlazan y desenlazan, que insisten y
mutan y que al volver una y otra vez sobre lo mismo, van armando método. Desde la
acepción griega, met-hodos: ponerse en camino. En el camino se va armando método,
trazando circuitos de “problematizacion recursiva” (A.M.Fernandez 2007)
Dice la autora, abrir interrogación, no obturar la incomodidad, de modo que lo
invisible cobre visibilidad, lo impensado se vuelva enunciable. Se intenta sostener una
tensión, mantener una incomodidad como caución metodologica frente a la
consolidación de certezas. Se trata de establecer una demora que instale las condiciones
de posibilidad de un pensar en un campo de problemas, que habilite una experiencia de
elucidación e indagación. Esta modalidad de pensar es necesariamente incomoda,
desdisciplinaria, se construye y reconstruye permanentemente, se despliega en los
limites de lo que ignora e instituye su rigurosidad metodologica desde un criterio de
problematizacion recursiva.
Problematizar es abrir a la interrogación, elucidar. Elucidar en términos de
Castoriadis es “pensar lo que se hace y saber lo que se piensa” (Castoriadis 1989). 3 Una
labor propositiva, una exploración acerca de, inacabada, sujeta a revisiones y ajustes
provisorios, aunque no por eso menos rigurosos, se trata de pensar sobre lo hecho,
mientras se buscara conocer con mayor precisión eso que como hecho, deberá ser
deshecho. Un trabajo elucidatorio supone:
- Las desnaturalizaciones de sentidos comunes disciplinarios

3
Cornelius Castoriadis (1922-1997): filósofo, psicoanalista, militante político, pensador social,
economista. Fue cofundador del grupo-revista Socialismo o Barbarie (que se publicó entre 1948 y 1967),
desde el que inició una crítica radical de la URSS en particular, y del marxismo en general, defendiendo
el autogobierno de los trabajadores. Esto - entre otras cosas - desembocó en un nuevo modo de
pensamiento, que halló expresión en buena medida en el Mayo Francés de 1968, y se expandió a otros
lugares del globo. El pensamiento de Castoriadis ha sido uno de los aportes más importantes a la
elucidación ilimitada sobre el ser humano y la sociedad, en la última parte del siglo XX, abarcando de
modo profundamente interrelacionado, campos como el de la política, el psicoanálisis, la filosofía, la
economía, etc., según su método de encrucijadas del laberinto. Para el psicoanálisis su intervención
implica la introducción en su corpus teórico y en su praxis de conceptos como el de imaginación radical
(que desemboca en la primacía de lo imaginario), la creación (que se agrega a la tríada del recuerdo, la
repetición y la elaboración), la socialización de la psique, la autonomía, la monada psíquica, los objetos
obligados de la sublimación, el psicoanálisis entendido como autoalteración, el surgimiento de una nueva
instancia en la psique, el lugar otorgado a la mortalidad, etc.
- Las reconstrucciones de las lógicas de la diferencia con que opera un campo de
saberes y practicas.
- El rastreo genealógico de las construcciones de las nociones de los cuerpos
teóricos con que se trabaja.

Ana María Fernández realiza una remisión histórica de los saberes y prácticas
grupales con un criterio genealógico con el interés de indagar cómo se fueron
constituyendo las condiciones de producción de esos saberes (teóricas, epistémicas,
institucionales e histórico sociales) y el análisis de las demandas que les dieron origen.
Se interesa por el “cómo se construyen los conocimientos acerca de lo grupal” y no
por el “qué son los grupos”
No resulta, según la autora, pertinente hablar de un cuerpo sistemático de lo
grupal sino en un damero de opciones posibles tanto teórico como técnicas.
Con el propósito de buscar un orden para la indagación a realizar, señala tres
momentos epistémicos, pensados no en un sentido cronológico sino que expresan
ciertas formas características de pensar las legalidades grupales. Si bien es posible
delimitarlos, frecuentemente se pueden encontrar rasgos de un momento epistémico en
los siguientes:
El primer momento epistémico se organiza a partir de pensar al grupo como un
todo. Cabe mencionar los aportes de la teoría de la Gestalt “El todo es más que la suma
de las partes”. El punto de partida se puede situar a partir de la demanda proveniente de
la práctica social empresarial, con localización en los Estados Unidos de los años 20.
Elton Mayo Y Kurt Lewin permiten demarcar momentos claves para un intento
de reconstrucción genealógica de las teorizaciones sobre grupos. A partir de ellos y sus
continuadores se desarrolla una nueva disciplina: la microsociología.
Las primeras intervenciones fueron las de Elton Mayo (1924) en los talleres de
Hawthorne de la Western Electric Company, cerca de Chicago, donde se descubre que
los trabajadores constituyen espontáneamente entre sí grupos informales con vida y
organización propias y cuyo código implícito determina la actitud de los mismos hacia
el trabajo.
Kurt Lewin, psicólogo de la escuela de Berlin, emigrado en la década del 30 en
Estados Unidos, aportó los principios de la teoría de la Gestalt al estudio de la
personalidad y posteriormente al estudio de los grupos. Explicará la acción individual a
partir de la estructura que se establece entre el sujeto y el ambiente en un momento
determinado. Dicha estructura es un campo dinámico, un sistema de fuerzas en
equilibrio; cuando ese equilibrio se quiebra, se crea tensión en el individuo, y su
comportamiento tiene como finalidad su restablecimiento. El grupo y su ambiente es un
campo social dinámico, cuyos principales elementos son los subgrupos, los miembros,
los canales de comunicación, las barreras. Modificando un elemento se puede modificar
la estructura.
Entre 1930 y 1940 cobran visibilidad conflictos humanos en la problemática
económica, en la salud, en la educación en la familia. Se exigen nuevas formas de
intervención, se inventa una nueva tecnología: El Dispositivo Grupal y un nuevo
técnico: El Coordinador de grupos. El grupo es más que la suma de las partes: existe un
plus grupal. Surge el interés por teorizar ese plus grupal. Además resulta necesario
crear espacios tácticos con los que se intentará dar respuesta a múltiples problemas que
se despliegan con el avance de la modernidad.
Segundo momento epistémico: Se centra en la búsqueda de los organizadores
grupales. El psicoanálisis hace sus aportes. La polémica se centra en dilucidar si los
grupos constituyen un campo de aplicación del saber y la técnica psicoanalítica, o si
exigirán la elaboración de instrumentos teóricos y técnicos específicos.
Bion realizó una primera experiencia con grupos como psiquiatra militar ingles
durante la segunda guerra mundial. Encargado de un hospital de 400 hombres donde era
imposible realizar abordajes psicoterapéuticos individuales, reinaba la indisciplina y la
anarquía. Tenía como objetivo obligar a esta colectividad a tomar conciencia de sus
dificultades, a constituir un grupo. Las primeras experiencias las fue organizando a
través de sus observaciones que se fueron convirtiendo en aportes teóricos. Enunció que
el comportamiento de un grupo se efectúa en dos niveles: el de la tarea común y el de
las emociones comunes. El primer nivel es racional y conciente. El segundo es la
circulación emocional y de la fantasmática inconsciente entre ellos. Destacó que los
individuos reunidos en un grupo se combinan en forma instantánea e involuntaria para
actuar según unos estados afectivos que denominó “supuestos básicos” , estos estados
son para Bion arcaicos y pregenitales, Todos ellos son producciones grupales que
tienden a evitar las frustraciones inherentes al aprendizaje por experiencia, en tanto esto
implica esfuerzo, dolor, contacto con la realidad. Describe tres de ellos: “Supuesto
básico de dependencia, de ataque y fuga y de apareamiento” (Bion, 1977)
Tercer momento epistémico: Abordaje de ciertas realidades disciplinarias sin
caer en reduccionismos (sociologismo, psicologismo, psicoanalismo). La lógica del
objeto discreto ha demostrado ocasionar problemas para comprender las transferencias
mutuas entre los distintos niveles ya que desde ella no puede pensarse la articulación de
las formaciones de lo singular y lo colectivo. Se plantea la necesidad de abrir el
pensamiento de lo grupal hacia lógicas pluralistas que legitiman epistemológicamente
atravesamientos disciplinarios. En el intento de no caer en el reduccionismo se piensa en
que las producciones grupales se realizan a través de la imbricación caleidoscópica de
sus organizadores, a partir de allí se orienta la indagación hacia la necesidad de
abordajes transdisciplinarios para la teorización de lo grupal. Un criterio
transdisciplinario supone un trabajo de elucidación crítica sobre los cuerpos teóricos
involucrados, abandono de cuerpos teóricos hegemónicos de disciplinas “reinas”. Así
los cuerpos teóricos funcionan como “cajas de herramientas”, que aportan
instrumentos y no sistemas conceptuales.
La caja de herramientas, dispositivos en acción, elucidación de experiencias y
reformulación conceptual permanente, constituyen el circuito de problematizacion
recursiva.

La producción teórica del Dr. Rene Kaes encuentra anclaje en “La corriente
francesa de las investigaciones psicoanalíticas sobre el grupo”.
En Francia igual que en Argentina e Inglaterra, el psicoanálisis desempeña un
papel contextual importante, la cuestión del grupo se inscribe en una doble tradición
cultural, conformada por las Luces y la Revolución. Una de ellas el individualismo,
centrada en el sujeto singular, excluía toda referencia al grupo en su formación y en su
historia.
La otra tradición anclada en la corriente socialista insiste en el grupo como vía
para la revolución y espacio para la libertad de opinión. Históricamente las cuestiones
referidas a los grupos se cristalizan al producirse en la década de 60 rupturas que
afectaron a las instituciones psicoanalíticas.
El Dr Kaes en “Un singular plural. El psicoanálisis ante la prueba del grupo”,
plantea que el interés psicoanalítico por el grupo se desarrolló en etapas que conducen a
considerar de modo cada vez más insistente las articulaciones entre el sujeto y el grupo.
En la Francia de la posguerra el esfuerzo por reconstruir la estructura económica
y social favoreció el interés sobre el grupo en salud mental. Al final de la Segunda
Guerra mundial los psicosociólogos franceses descubren los aportes de Lewin sobre la
dinámica de grupo y de Moreno sobre el Psicodrama. Con estos referentes sus
investigaciones y prácticas llegan a la empresa, la escuela y el hospital psiquiátrico.
Los psicoanalistas encuentran en las técnicas de grupo la posibilidad de tratar a
mayor número de pacientes y, en consonancia con las teorías del momento acerca de las
funciones adaptativas del yo, sostener los procesos psíquicos de adaptación social.
El grupo se transforma en uno de los recursos básicos de la psicoterapia
institucional.
Entre los psicoanalistas surgen adhesiones a dos grandes corrientes:
- la de aplicar los conceptos del psicoanálisis individual al trabajo con grupos y
- la que intenta descubrir los procesos inconscientes que obran en el seno del
grupo.
En los años 60 se produce la primera ruptura epistemológica. Algunos
psicoanalistas franceses ligados hasta entonces a Lacan, entre ellos Anzieu y Pontalis
critican la aplicación directa de los conceptos del psicoanálisis individual al grupo y
plantean que estos conceptos deben se repensados en relación a su nuevo objeto: el
grupo. Critican la impregnación ideológica de Lewin al buscar la buena comunicación
en el grupo, que no tome en cuenta la dimensión inconsciente de los fenómenos
grupales.
El abandono de las técnicas psicosociales no fue inmediato, hubo una transición
hasta que se produjeron las transformaciones que darían lugar a un dispositivo de grupo
netamente psicoanalítico.
Desde mediados de esta década los trabajos de los psicoanalistas franceses se
despliegan sobre cuatro proposiciones fundamentales que serán desarrolladas en la
década siguiente:
-El pequeño grupo como objeto, la producción de la escuela francesa rescata el valor
del grupo como espacio de investiduras pulsionales y de representaciones inconscientes
para sus miembros.
- El grupo es como el sueño, un medio de realización de los deseos inconscientes, D.
Anzieu propone en 1966 un modelo de comprensión del grupo como entidad en cuyo
seno operan procesos inconscientes. Coincide con los enfoques de Bion y Foulkes pero
lo hace a partir del modelo del sueño. Con esto se refiere a que los procesos
constitutivos del grupo como objeto del deseo común de sus integrantes son los
mismos que los del sueño: desplazamiento, condensación, figuración simbólica y
transformación en lo contrario.
Kaes agrega la difracción y la multiplicación del elemento idéntico. Para Anzieu el
grupo es una escena de proyección de las tópicas internas, como el sueño o el síntoma,
el grupo es la asociación de un deseo inconsciente que busca su realización imaginaria
y de defensa contra la angustia que suscitan en el yo esas realizaciones.
Si bien en el grupo se observan procesos y formaciones generales, propias de la
producción del inconsciente, algunas son específicas de la situación grupal, como “La
ilusión grupal”, descripta por Anzieu en 1971.
- Los cuatro objetos de la transferencia y la escucha analítica; Bejarano publica un
estudio en 1972 donde explica las condiciones de la escucha psicoanalítica en un
contexto grupal. Rápidamente se interroga por el régimen de las transferencias. En los
grupos los objetos y contenidos de la transferencia se desarrollan en función de la
situación grupal e individual de sus miembros. El contenido manifiesto así como la
actividad de un grupo oculta y manifiesta contenidos latentes.
Se trata de descifrar estos aspectos, hacerlos conscientes, con la finalidad de que
los agrupados tengan conciencia de los procesos inconscientes que los organizan.
La transferencia es múltiple en un contexto grupal: se dirige al psicoanalista
(transferencia central), a los otros participantes del grupo (transferencias laterales), al
grupo como tal (transferencia grupal) y a lo externo al grupo: Institución, otros grupos,
etc.
- El acoplamiento grupal de las psiques: Durante la segunda mitad de la década del
sesenta, Anzieu en colaboración con Kaes trabajaron en la puesta a punto de un
dispositivo psicoanalítico de grupo. Buscaban instaurar las condiciones metodológicas,
clínicas y teóricas que permitieran sostener la hipótesis de que el grupo es sede de una
realidad psíquica propia.
Los primeros trabajos de Kaes se centraron en el estudio de las representaciones
inconscientes, en ese sentido dilucidó los núcleos organizadores de las representaciones
del grupo y distinguió dos grupos: Organizadores fantasmáticos inconscientes-
grupos del adentro- estructurados según las leyes que obedecen a los procesos primarios
y Organizadores socioculturales.
Sigue sus investigaciones con la intención de dilucidar los efectos de la grupalidad
psíquica en la organización de los procesos del grupo y nos trae el modelo del “Aparato
psíquico grupal”, para pensar cómo la realidad psíquica del grupo es producida,
contenida y transformada, ligada y administrada por ese aparato.
Su función principal es establecer las relaciones entre las formaciones
intrapsíquicas, y las formaciones intersubjetivas y transubjetivas producidas por el
grupo. Esta noción nos permite comprender los procesos de investidura, producción y
tratamiento de la realidad psíquica en el grupo y en sus miembros. Considera la
articulación sujeto-grupo y principalmente los anudamientos de los efectos del grupo
con los del inconsciente.
El desarrollo de las investigaciones psicoanalíticas sobre el grupo, desde
comienzos de la década del setenta hasta nuestros días fue siguiendo dos direcciones
principales:
- La primera prosiguió con las formaciones y procesos con asiento en el grupo como
conjunto. Son expresión de ella: los trabajos de Anzieu sobre Ilusión grupal, envoltura
grupal, los de Kaes sobre: El aparato psíquico grupal, las posiciones ideológica, utópica
y mitopoética, las alianzas inconscientes, los espacios oníricos comunes y compartidos.,
los procesos asociativos y las cadenas asociativas grupales.
- La segunda línea de investigación, menos frecuentada, se interesa en la posición del
sujeto en el grupo- funciones fóricas- las cumplidas en el grupo por algunos de sus
miembros cuando son porta palabra, porta síntoma, porta sueño, porta ideal o porta
muerte, etc. Pone especial atención en el papel que desempeña el grupo en la
estructuración del psiquismo.
Kaes, considera que el interés por los grupos está vinculado al debilitamiento de
los garantes metasociales y metapsíquicos, produciéndose una alteración en sus
funciones de encuadramiento, de creencias compartidas y de representaciones
comunes…. Al resquebrajarse estos garantes, quedan afectadas las posibilidades de
organizarse como conjunto social, emergiendo arbitrariedad y anomia.
Frente a estos malestares y dificultades los dispositivos grupales resultan
espacios privilegiados para restaurar las funciones metapsíquicas sobre las que reposan
los apuntalamientos, la eficacia de las prohibiciones estructurantes, los referentes
identificatorios, las creencias y representaciones compartidas.
Se sugiere la lectura de la bibliografía de referencia a los efectos de obtener
mayor consistencia argumental al momento de elucidar acerca de los contenidos
propuestos.
La modalidad que implementa la Cátedra para llevar adelante sus trabajos
prácticos, requiere de la disponibilidad por parte de los estudiantes para pensar sus
pensamientos….encontrarse con la violencia del pensamiento del otro, así como
permitirse acceder a la duda, tolerar la pérdida de certezas e ir dando forma a las ideas
que se van armando para ponerlas en palabras.

Bibliografía de referencia

-Bion W. (1977) Experiencias en Grupos. Ed. Paidós. Bs. As.


-Castoriadis C. (1989)” La institución imaginaria de la sociedad”. Ed Tusquets. Bs. As.
-Fernández Ana María (1989) “El Campo de lo Grupal” Ed. Nueva Visión: Bs As .
-Fernández A.M (2007) “Las Logicas colectivas, Imaginarios, cuerpos, y
multiplicidades”. Ed.Biblos. Bs.As
-Kaes R (2007) Conferencia: Malestar del mundo moderno, los fundamentos de la
vida psíquica y el marco metapsíquica del sufrimiento contemporáneo. Material de
circulación interna.
-Kaes R. (2010)”Un singular plural” El psicoanálisis ante la prueba del grupo.
Introducción y Cap I. Ed. Amorrortu. Bs. As.
-Pintos S. (1990) Aportes de Lewin K. a la psicología de los grupos. (Material interno de la
cátedra)
-Pintos S, Acuña, J. (2003) La polaridad tensional individuo – sociedad. (Material
interno de la Cátedra).

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