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Los presupuestos procesales: concepto y clases.

Concepto y efectos

Para que se pueda constituir válidamente un determinado proceso y el juez


pueda dictar una sentencia de fondo que resuelva definitivamente el conflicto, es
necesario que el actor cumpla con los presupuestos procesales que son requisitos
previos al proceso, sin cuyo cumplimiento no puede válidamente instaurarse el
proceso ni puede el juez entrar en el examen jurídico material de la pretensión, es
decir, no puede satisfacer materialmente la pretensión.

Estos requisitos formales condicionan, pues, la admisibilidad de la pretensión.


Sin su concurrencia el juez no puede entrar a examinar la pretensión o relación
jurídica debatida, quedando imprejuzgada.

Los presupuestos procesales son, pues, requisitos que deben observar las
partes en el momento de la interposición de la demanda o la reconvención y cuya
ausencia, bien impedirá la admisión de la demanda, bien el examen del fondo de
la pretensión, debiendo el juez pronunciar un Auto de inadmisión de la demanda,
de archivo o de sobreseimiento del proceso, o una sentencia absolutoria en la
instancia, resoluciones todas ellas que, por carecer de los efectos materiales de la
cosa juzgada, posibilitan el ejercicio de la acción e interposición de la misma
pretensión en un ulterior proceso declarativo.

Los presupuestos procesales condicionan la admisibilidad de la demanda y, en


cualquier caso, la de la sentencia de fondo. Los que ocasionan el rechazo de la
demanda ex art. 503 y vienen determinados por la falta de jurisdicción, ausencia
de competencia objetiva, funcional y territorial indisponible, falta de capacidad para
ser parte, de postulación y de conducción procesal y presupuestos especiales del
objeto procesal (la autocomposición, la reclamación previa, las cauciones y
requerimientos) deben ser examinados de oficio en el momento de la admisión de
la demanda, si la ausencia de dichos presupuestos procesales y la de todos los
demás es denunciada por el demandado, bien, como cuestión previa, en la
declinatoria, bien, como excepción, en la contestación a la demanda o en la
Audiencia Previa, provocarán una sentencia absolutoria en la instancia.

1.2. Clases

Los presupuestos procesales pueden sistematizarse en:

1. Del órgano jurisdiccional: la jurisdicción y competencia objetiva, territorial


y funcional.
2. De las partes: la capacidad para ser parte y de actuación procesal, la
postulación procesal, la capacidad de conducción procesal y el
litisconsorcio necesario.
3. Del objeto procesal:
o generales: la caducidad de la acción, la litispendencia y la cosa
juzgada, el arbitraje y el pendiente compromiso y la existencia de
actos de disposición del derecho subjetivo material; y
o especiales: la autocomposición (la reclamación administrativa previa,
la reclamación y agotamiento de los recursos en los procesos de
responsabilidad civil de Jueces y de Magistrados y la conciliación en
las demandas relativas a invenciones laborales), las cauciones y los
requerimientos al deudor.

1.4. Los presupuestos de los recursos

Los presupuestos procesales han de ser observados en todas y cada una de las
instancias. Condicionan la admisibilidad de la pretensión en el ejercicio de los
medios de impugnación. Pueden ser sistematizados en:

 comunes: el gravamen (perjuicio que ha de sufrir el recurrente por la


resolución impugnada) y la conducción procesal (o exigencia de haber sido
parte en el proceso de primera instancia)
 especiales o requisitos que han de concurrir en el ejercicio de medios de
impugnación extraordinarios: el cumplimiento de una determinada "suma de
gravamen" para la interposición del recurso de casación y el de prestar un
depósito o caución para la interposición de determinados recursos.

El incumplimiento de tales requisitos impedirá al Tribunal el examen de la


pretensión en la segunda instancia o en la casación, ocasionando, mediante un
Auto de inadmisión del recurso, la firmeza de la resolución recurrida o recaída en
la primera instancia.

Los presupuestos procesales del órgano jurisdiccional: la jurisdicción.

Concepto

Se entiende por Jurisdicción el otorgamiento por el ordenamiento jurídico a un


determinado Tribunal de la potestad de "juzgar y hacer ejecutar lo juzgado",
contenida.
Desde un punto de vista funcional constituye un auténtico presupuesto procesal,
pues es improrrogable, es decir, se tiene o no se tiene, de manera que las
normas que la disciplinan son de orden público, sin que las partes, ni el propio juez
puedan decidir cuándo ostentan la Jurisdicción. Este presupuesto procesal es
apreciable de oficio y su infracción acarrea una nulidad de pleno derecho, la cual
puede ser examinada en cualquier estadio el procedimiento Para que dicho
Tribunal ostente legítimamente la potestad jurisdiccional sobre un determinado
objeto procesal es necesario que el ordenamiento jurídico le atribuya
expresamente esta facultad, para lo cual es preciso conjugar dos criterios, externo
e interno. 
La competencia objetiva.

Concepto y naturaleza

La competencia objetiva consiste en el conjunto de normas procesales que


distribuyen jerárquicamente, entre los diversos órganos judiciales de un mismo
orden jurisdiccional, el conocimiento de la fase declarativa de los objetos
procesales.
La naturaleza de las normas que regulan la competencia objetiva son de orden
público, de manera que si a un tipo de Juzgado (Juzgado de Primera Instancia o
Juzgado de Paz) no le corresponde el conocimiento de una determinada materia,
sus actuaciones procesales adolecerán de una nulidad radical (art. 238.1 LOPJ),
que no permite sanación alguna e impedirá un pronunciamiento sobre el fondo del
asunto. Por esta razón, la competencia objetiva es un presupuesto
procesal vigilable de oficio a lo largo de todo el procedimiento (art. 240.2).
Tales normas de ius cogens han de ostentar rango de Ley. Así lo declara el art.
44 LEC: "para que los tribunales civiles tengan competencia en cada caso se
requiere que el conocimiento del pleito les esté atribuido por normas con rango de
ley y anteriores a la incoación de las actuaciones de que se trate". Así, se prohíbe
a la potestad reglamentaria invadir las normas de la competencia objetiva, y
además, dichas normas afianzan el derecho fundamental al juez legal del art. 24.2
CE en su primigenia manifestación de preconstitución del órgano jurisdiccional con
anterioridad al surgimiento del conflicto, con expresa prohibición de creación de
Tribunales ex post facto, lo cual constituiría un claro supuesto de tribunal de
excepción.

3.2. Criterios determinantes

Con la sola excepción de las prerrogativas de determinadas Autoridades, que


permanecen aforadas a órganos jurisdiccionales superiores los criterios
determinantes de la competencia objetiva civil son dos: por razón de la cuantía y
por razón de la materia.

A) Por razón de la cuantía

El criterio más relevante para distribuir la competencia entre los Juzgados de


Paz y los de Primera Instancia es el de la cuantía. Serán objetivamente
competentes los Juzgados de Paz si el valor del bien litigioso no excediera de 90 €
y no se tratara de ninguna de las materias que han de dilucidarse a través de
alguno de los juicios verbales especiales contemplados en el art. 250.1 (así, un
desahucio por falta de pago o un interdicto es competencia siempre de los
Juzgados de Primera Instancia, aunque la cuantía litigiosa no exceda de 90 €).
Serán siempre competentes los Jugados de Primera Instancia, si dicho valor
excediera de 90 €, (art. 47 LEC).
El art. 45 LEC atribuye "a los Juzgados de Primera Instancia el conocimiento, en
primera instancia, de todos los asuntos civiles que por disposición legal expresa
no se hallen atribuidos a otros Tribunales", es decir, les confiere vis atractiva de
todas las materias no comprendidas en el art. 47 LEC.

B) Por razón de la materia: los "Juzgados especializados"

Corresponde a los Juzgados de Primera Instancia los actos de jurisdicción


voluntaria, la ejecución de sentencias y demás resoluciones judiciales y arbitrales
extranjeras (art. 85.2 y 5 LOPJ) y la gestión del Registro Civil (art. 86).
Pero, con independencia de este criterio, la LOPJ creó los "Juzgados
especializados", bien con carácter permanente, bien meramente coyuntural.

La competencia funcional
La competencia funcional consiste en los criterios legales de atribución del
conocimiento del objeto procesal en atención a las distintas fases procesales que
las partes han de transcurrir a fin de obtener la tutela efectiva de sus pretensiones.
Tales fases procesales son 3: la fase declarativa, la de impugnación y la
de ejecución. La competencia funcional exige, pues, la pendencia de un proceso
para determinar a qué órgano jurisdiccional, dentro de los de distinto grado de un
mismo orden jurisdiccional, le corresponde una fase determinada del proceso.
La competencia territorial

Consiste en las normas procesales que, en atención a la demarcación judicial,


asignan el conocimiento en primera instancia de los objetos litigiosos entre los
distintos Juzgados de un mismo grado (es decir, entre los Juzgados de Paz o de
Primera Instancia de todo el territorio nacional).
Tradicionalmente respondía al principio de la autonomía de la voluntad de las
partes, de tal suerte que si ellas habían pactado su sumisión a los Juzgados de
una determinada demarcación (normalmente a través de cláusulas formularías
plasmadas al término de los contratos), devenían ex lege dichos Juzgados en
territorialmente competentes.

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