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Para estudiar con eficacia, es conveniente aplicar diferentes metodologías y estrategias de estudio en función de la materia
curricular.
Para matemáticas practicar, para ciencias experimentar y para historia, relacionar. Estas son algunas de las pautas que se
recomiendan para que los escolares aborden el estudio de determinadas asignaturas curriculares con garantías de éxito. Y
es que, aunque en el momento de estudiar deben prevalecer metodologías comunes para todas las materias, para sacar el
máximo partido a la jornada, se debe atender también a las técnicas y los métodos más efectivos para cada una de ellas.
Estudio diferenciado
Razonamiento, concentración, reflexión, análisis o memoria son algunas de las principales facultades que los
estudiantes deben poner en marcha cuando inician un proceso de aprendizaje de una materia curricular. Todas ellas
son esenciales, pero en el momento de abordar la jornada de estudio, es conveniente que el alumno potencie y
desarrolle en mayor medida aquellas que son más efectivas y adecuadas para cada asignatura.
Cada estudiante tiene que adoptar la metodología de estudio que le resulte más eficaz
Sin olvidar que cada estudiante tiene que adoptar la metodología de estudio que le resulte más eficaz por sus
propias características particulares y su estilo de aprendizaje, cada asignatura tiene una identidad propia y, por lo
tanto, las técnicas de estudio que se utilicen deben ser flexibles y diferenciadas para cada área de conocimiento. Lo
que sirve y es efectivo con una materia no tiene que serlo necesariamente con otra. Por este motivo, para
aprovechar al máximo las horas de estudio, es necesario revisar con antelación los procedimientos y métodos de
trabajo que se adaptan mejor a cada asignatura curricular.
El primer paso que debe dar el estudiante es analizar las exigencias de cada asignatura y, en función de estas,
orientar sus horarios, sus metodologías y sus pautas de estudio. Algunas materias requerirán mayor esfuerzo y
horas de estudio, otras pueden precisar en ocasiones de ayuda externa y algunas, incluso, se favorecen del trabajo
en grupo. Del mismo modo, es posible que determinados temas o contenidos de la materia exijan un estudio más
reflexivo y comprensivo y otros, por el contrario, requieran potenciar las habilidades prácticas y la resolución de
ejercicios.
El propio trabajo sobre la materia proporcionará al alumno las principales pistas sobre cuáles son las técnicas más
adecuadas para superarla con éxito, pero también se debe atender a la metodología de enseñanza del docente en el
aula, para verificar cuáles son sus exigencias y los aspectos que más valora de la asignatura. Con estas dos
premisas, se ha de sacar el mayor partido posible al estudio con los métodos que más se ajustan a cada contenido.
Matemáticas: es una asignatura práctica que requiere claridad de ideas, rigor y comprensión por parte del
estudiante. Los especialistas recomiendan que se aborde con la mente muy despejada, si es posible al inicio de la
jornada de estudio. Para superarla con éxito, es esencial que el alumno base el aprendizaje en los ejercicios
prácticos, evite las prisas y asiente bien los conceptos y operaciones previas antes de proseguir con nuevos
contenidos.
Ciencias Sociales: son materias que exigen una buena dosis de observación y reflexión, pero también del ejercicio
continuado de la memoria. Para retener de forma efectiva los conocimientos, es recomendable hacer uso de
técnicas de estudio como los esquemas y resúmenes, que permiten detallar las ideas principales y establecer
relaciones entre ellas.
Ciencias Naturales: el aprendizaje de las materias de esta área, como conocimiento del medio, biología o física y
química, se basa en la intuición, la observación, el análisis y la lógica. Es aconsejable para su asimilación el uso de
recursos gráficos, como los esquemas o los mapas conceptuales, que ayudan a asociar los conceptos básicos y
facilitan la memorización comprensiva. El estudio debe basarse también en la experimentación y la realización de
actividades en grupo o compartidas.
Idiomas: son otra de las asignaturas que exigen un ejercicio muy práctico por parte del estudiante, aunque también
requiere de capacitación para la memoria verbal. Un importante apoyo para el estudio de esta materia son los
materiales audiovisuales, que ayudan a adquirir desenvoltura con la lengua extranjera al alumno. En ocasiones,
puede requerirse la ayuda externa de un profesor nativo para aportar confianza y soltura en el aprendizaje oral de
la materia.
Lengua y literatura: para estudiar los contenidos de este campo de conocimiento hay que diferenciar entre los
pertenecientes a un área práctica, como la gramática o la sintaxis, que requieren una importante labor de análisis y
el desarrollo continuo de ejercicios prácticos, y los que son más teóricos, como la literatura, que exige un trabajo
memorístico. En ambos casos, la lectura frecuente y continua, así como la práctica de la escritura, son beneficiosas
para superar la materia con éxito.
Vvvvvvvvvvvvvvvvvv
Técnicas de estudio
Etiquetas: Metodología, Tutoría
Preguntas de inicio:
1. El ambiente no es propicio.
a. La habitación distrae. SOLUCIONES: cambia de ambiente, o remodela la habitación, o
prueba estudiar en el salón o la cocina, o en usa la biblioteca más próxima.
b. Los amigos me distraen. SOLUCIONES: organiza el tiempo, tiempo para ocio con los
amigos, tiempo para estudio SIN los amigos, nunca quedar con los amigos para estudiar.
a. ¿Tengo claro para que estudio? SOLUCIONES: Aclarar que quiero llegar a ser en el
futuro. Tenerlo presente continuamente. Si no tienes un objetivo concreto, aclara que
condiciones ha de tener tu futuro trabajo para ver si necesitas o no estudiar. Este objetivo
vital no ha de ser inamovible, pero cuanto más claro esté en cada momento mejor.
b. ¿Conozco los beneficios que tiene el estudio en sí mismo, aunque no me sirva el título?
SOLUCIONES: desarrollo cerebral, mejora de la autoestima al ver buenos resultados,
preparación para el mundo laboral al desarrollar el hábito de la responsabilidad, mejora en
las relaciones familiares...
c. No entiendo lo que tengo que estudiar ¿Has pedido ayuda al profesor? SOLUCIONES: El
profesor ha de ayudarte, si él ve que tienes muchas carencias y no va a tener tiempo
suficiente para dedicarte, puede recomendarte ir a clases particulares.
1- Comprensión, de lo que hay que estudiar. Es mucho más difícil y costoso
estudiar algo que se “comprende” que algo que no se comprende y se memoriza
mecánicamente, para ello podemos recurrir al profesor (preguntarle las dudas) o
en caso de que no esté accesible, hemos de buscar nosotros mismos la
información necesaria para entender lo que estudiamos. La información que
necesitamos la alcanzamos preguntando a los padres, en libros de casa, en la
Wikipedia de Internet, etc., y si esto no es suficiente y si podemos permitírnoslo,
recurrimos a un profesor particular.
Técnicas de memorización:
Ghhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Las técnicas de trabajo intelectual son una gran ayuda para el estudiante. Actualmente, los estudiantes,
casi de cualquier curso y nivel, se han convertido en figuras centrales y habituales de nuestra sociedad.
Figuras sobre las que pedagógicamente se debe reflexionar para ofrecerles un apoyo hacia el
aprendizaje, que es el centro de su esfuerzo. La pregunta que surge en los estudiosos de la educación
se centra en determinar qué ayudas básicas se pueden ofrecer desde la Pedagogía a los estudiantes.
La respuesta es compleja ya que en su puesta en práctica intervienen multitud de factores; referentes a
la capacidad de estudio, a las aptitudes y actitudes de los sujetos y a la dificultad del trabajo a realizar.
En este campo, la Pedagogía desde las técnicas de estudio puede aportar su "granito de arena" para
hacer el camino más llevadero.
Hábitos y técnicas
En primer lugar, debemos tener presente la idea fundamental de que tener éxito en los estudios se
consigue estudiando. Requiere un hábito, un ambiente y unas cualidades psicológicas determinadas. Al
mismo tiempo, el estudio tiene una serie de instrumentos y técnicas que hay conocer y utilizar para que
sea una tarea eficaz. No se trata de estudiar mucho, sino de estudiar bien. Para ello se necesita un
método de estudio adecuado que permita obtener el máximo rendimiento de las propias capacidades.
De este modo, querer estudiar y saber estudiar son los dos apoyos fundamentales del estudiante. Por lo
que se refiere al querer estudiar, la intención personal tiene más que decir que la Pedagogía, sin
embargo, ésta es de gran ayuda en lo referente al saber estudiar. En este campo, las técnicas de
estudio pretender aportar una ayuda hacia el estudio exitoso. A continuación se exponen brevemente
los puntos generales de reflexión que no pueden ser olvidados por parte de ningún estudiante ni de
ningún orientador, profesor o tutor interesado en que sus alumnos consigan los resultados deseados.
Objetivos
Lo primero que se debe tener claro son las metas a conseguir. Así, los objetivos que cualquier
estudiante debe marcarse son los siguientes:
1. Objetivos generales
2. Objetivos especificos
Favorecer la concentración
Facilitar el rendimiento.
Evitar la fatiga.
Estudiar de forma planificada, constante y sistemática.
Aprender lo más importante.
Fijar, retener y evocar contenidos.
Evitar el olvido.
Controlar la ansiedad ante el examen.
Constituyen los elementos que, sin convertirse en el propio acto de estudiar, influyen decisivamente
sobre él y, por lo tanto, sobre los resultados.Dentro de estos facilitadores del estudio se debe
recapacitar fundamentalmente sobre el lugar de estudio, los materiales, el horario de estudio y las
condiciones fisiológicas y psicológicas del estudiante.
El lugar de estudio
La mesa ha de ser amplia, de modo que se pueda colocar sobre ella el material de estudio.
La silla ha de favorecer la postura erguida. Debe mantenerse la espalda vertical y permitir a la
vez el cambio de posición.
Es útil disponer de un tablero para recoger anotaciones, cuestiones a recordar y esquemas.
Es importantísimo disponer y elaborar unos materiales de estudio propios, personales. En ellos
se utilizarán las técnicas del resumen, el esquema, el subrayado..., tan conocidas por los
opositores.
El horario de estudio
La mesa ha de ser amplia, de modo que se pueda colocar sobre ella el material de estudio.
Señalar los momentos de descanso. Es imprescindible dedicar un rato a la distracción.
Hay que dedicar a cada tema o asignatura un tiempo proporcional según su dificultad y los
contenidos previos que se posean de la misma.
La distribución del tiempo debe ser personal. No se puede seguir el horario de un compañero.
Se debe procurar alternar los temas de estudio.
Las sesiones de estudio de un mismo tema no deben exceder las dos horas seguidas. Es bueno
cambiar de actividades y contenidos de estudio.
Antes de acostarse conviene dedicar un tiempo al repaso. Lo que se recuerda antes de dormir es
lo que mejor se fija en la memoria.
Es imprescindible cumplir el horario hasta crear hábito.
Para alcanzar el máximo rendimiento intelectual hay que procurar estar en buena forma física y
psicológica.
Es conveniente practicar algún tipo de ejercicio físico (no ha de ser competitivo, sino relajante).
La preparación física y la mental van unidas, así, el relax físico es el mejor modo de evitar el
cansancio intelectual y la angustia ante la oposición.
El sueño. Es necesario dormir entre siete y ocho horas al día. Menos horas de sueño producen
cansancio y más pereza.
Alimentación. Un buen régimen alimenticio es esencial para poder rendir al máximo física y
psicológicamente. Este debe ser equilibrado, variado y rico en vitaminas y minerales.
3. EL MÉTODO DE ESTUDIO
Después de conseguir un buen ambiente de estudio se debe poner en práctica un correcto método de
estudio, es decir, adoptar una serie de estrategias y técnicas que conducen a una comprensión y
memorización más eficaz de los contenidos a estudiar. Están constituidos por una serie de pasos o
etapas que, siguiendo un orden lógico, permiten aprender más y mejor. El método de estudio debe ser
personal y reflexivo ya que cada sujeto conoce, mejor que nadie, sus propias capacidades y
preferencias a la hora de estudiar. Sin embargo, cualquier método elegido debe comprender los
siguientes pasos para favorecer el aprendizaje significativo y duradero:
Prelectura
Lo primero que se debe hacer al iniciar el estudio de cualquier tema es examinar el contenido. Realizar
una lectura exploratoria o de reconocimiento; dar un vistazo rápido a todo el tema. Para ello es
necesario leer rápidamente, de principio a fin, la materia de estudio, intentando localizar las ideas
principales y la idea general. Las preguntas más significativas a las que se debe responder con este
tipo de lectura son: quién, qué, dónde, cuándo, cómo y porqué. La prelectura permite tener una visión
de conjunto del tema (un esquema mental esencial para el estudio) y hace posible la relación de los
contenidos a estudiar con otros que ya se poseen (hacer significativo el objeto de estudio).
Lectura
Esta lectura no es rápida, sino pausada y reflexiva; párrafo a párrafo. Hay que leer los párrafos
comprendiendo perfectamente, utilizando diccionarios si se necesitase.
Al leer hay dos objetivos básicos a tener en cuenta:
Seleccionar lo fundamental, tratando de localizar, las ideas y aspectos más importantes del tema
y ver su encadenamiento lógico.
Jerarquizar las ideas, pues no todas tienen la misma importancia. Hay que buscar ideas
fundamentales, debiendo ir del todo a la parte; de lo general a lo particular. Para seleccionar y
jerarquizar hay que subrayar las palabras claves, de manera que sólo leyendo lo subrayado se
conozca lo fundamental del tema.
Síntesis
La sintetización es expresar con brevedad y en vocabulario usual (con las propias palabras) lo leído.
Este paso es fundamental en el trabajo de cualquier estudiante, ya que los temas a estudiar,
normalmente, son elaborados por uno mismo. La función sintética es una técnica de trabajo intelectual
que ayuda a mejorar el orden, la claridad y la asimilación. Para poder ponerla en práctica de manera
sencilla y exitosa se deben seguir los siguientes pasos:
El esquema.
El resumen.
Consiste en expresar con pocas, precisas y propias palabras lo más importante. Deberá
constituir un extracto de las ideas básicas. Para hacer el resumen, se rellena con las propias
palabras el esquema, desarrollando idea por idea y estableciendo la relación entre las mismas.
Elaborar resúmenes ayuda a ser más ordenados, a distinguir lo fundamental y favorece la
comprensión.
Memorización
Este proceso permite fijar unos contenidos retenerlos y evocarlos. Una buena forma de aprovechar la
memoria es seguir estos sencillos pasos:
Para recordar algo hay que tener un propósito; por tanto, hay que concentrarse en lo que se
pretende recordar.
Antes de memorizar, es importante comprender, pues de lo contrario se olvidará con más
facilidad.
Utilizar a menudo lo estudiado, para ello se utilizará un mayor número de entradas sensoriales,
vista (lectura), oído (recitados)... Para memorizar bien debemos los pasos lógicos son: lectura
rápida, lectura detenida, subrayado, esquema, resumen, releer, recitar en voz alta y repasar lo
aprendido
Repaso
Es un paso imprescindible para retener lo aprendido hasta usarlo, es decir, para evitar el olvido. Para
repasar, hay que utilizar, fundamentalmente, las síntesis confeccionadas por uno mismo. Para repasar
utilizaremos estrategias básicas de relectura de libros y el recitado: expresar de viva voz y a nuestra
manera lo estudiado y luego comprobar con el texto la exactitud de lo verbalizado. Cuando se repasa se
puede hacer de forma inicial (antes de que transcurran 24 horas), de forma intermedia (releer la síntesis
a los tres días o pasada una semana) y de forma final (repasar con profundidad lo aprendido cuantas
más veces mejor).
Autoevaluación
La autoevaluación sirve para comprobar el nivel de conocimientos y la eficacia del estudio. Consiste en
responder a exámenes ensayo, y a cuestionarios de respuesta alternativa. Es un paso decisivo que
permite adelantarnos al momento del examen. Si se han desarrollado estos sencillos pasos de forma
sistemática y durante el tiempo suficiente para abarcar los contenidos a estudiar ya se está preparado
para el momento crítico en el que hay que demostrar los conocimientos adquiridos. El éxito depende
ahora de uno mismo, de la actitud que se demuestre en el examen, la capacidad de control de
ansiedad, de la habilidad que se posea a la hora de responder...
No es fácil, y el éxito no está garantizado, pero los pedagogos estamos seguros de que estas técnicas
pueden ayudar mucho en este periodo tan decisivo de la vida de cualquier persona.
Amparo Jiménez Vivas. Doctora en Ciencias de la Educación. Licenciada en Psicología. Profesora del
Departamento de Orientación de la Facultad de C.C. de la Educación. Universidad Pontificia de
Salamanca.
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Durante nuestra vida estudiantil podemos usar miles de técnicas de estudio, y además cada persona tendrá las
suyas, combinadas de mil formas diferentes más. Hay quien subraya de un solo color o de muchos diferentes, otros
que usan post-its, otros que se hacen tarjetas de estudio, otros que copian y vuelven a copiar el temario hasta que se
lo aprenden, o el típico método de leer y releer hasta que te lo aprendes (yo uso este último, creo que por vagueza
más que nada). Pero, ¿sabemos realmente si nuestros métodos de estudio son los mejores? ¿sabemos que son los
más productivos o simplemente seguimos usando el mismo método por costumbre?
Pues, para nuestra alegría, resulta que si que han detectado cuales son los métodos de estudio más eficaces,
gracias a una investigación llevada a cabo por los investigadores de la Universidad Estatal de Kent, dirigidos por
John Dunlosky. En dicha investigación se estudiaron hasta 10 técnicas de estudio diferentes, las más comunes,
y las examinaron para detectar cuál era realmente efectiva, y cuál no. Son las siguientes:
Pues bien, ¿cuáles de estas técnicas creéis que fueron las ganadoras por su eficacia? Premio, una de ellas fue
la de distribuir el estudio en el tiempo, y la otra, practicar con exámenes de la asignatura que estemos
estudiando. Todas las demás fueron desechadas, haciendo hincapié en las peores, donde entran las técnicas de
“releer”, “subrayar” y “hacer resúmenes”. Si, creo que la mayoría hemos basado nuestros grandes métodos de
estudio en cosas poco o nada eficaces. Así lo expresa Dunlosky:
“Me sorprendió que algunas de las estrategias que los estudiantes utilizan mucho -, como leer y subrayar – parece
proporcionar beneficios mínimos en su aprendizaje y desempeño. Con tan solo reemplazar estas técnicas con la
buena distribución del estudio, los estudiantes se benefician”
Por otro lado hay técnicas que, aunque no han destacado por ser las mejores, si que han recibido críticas
positivas, como son las mnemotécnicas (para conceptos clave específicos, pero no para todo tipo de estudios ni
mucho menos), el estudio intercalado, el interrogatorio elaborado o la autoexplicación.
Así que ya sabéis, aunque hasta el 65% de los estudiantes confiesa usar la técnica de “releer”, esto no quiere decir
que sea eficaz. Lo más eficaz sería distribuir nuestro estudio en el tiempo, por muy complicado que sea y por
mucha voluntad que debamos ponerle al asunto. ¡Ánimo!
Ffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff
Utilizar el sentido comun. No es cierto que en medicina solo tienes que memorizar, tienes que utilizar mucho el sentido
común. Si necesitaras leer mucho, y lo más recomendable es que consultes el mismo tema en varias bibliografias y que
discutas los temas con un "grupo de estudio".
Otra muy buena técnica para estudiar medicina es el ABP (Aprendizaje Basado en el Paciente). Los libros más recientes de
medicina (incluso de anatomía, embriología, semiología, fisiología, etc.) estan incluyendo CASOS CLÍNICOS, en los cuales
aplicas el conocimiento que estudias en el libro en un paciente imaginario. Es una estrategia muy buena, por que de verdad
aprendes mil veces más con un caso clínico que con un resumen.