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Experimentos demuestran que los estudiantes que escriben sobre sus aprensiones
antes de un examen mejoran sus resultados. La técnica desbloquea la mente de
quienes la usan. Sebastián Urbina

La temida "mente en blanco". Ese momento de pánico que se apodera de algunos


estudiantes cuando comienzan a leer las preguntas de ese examen determinante, que
puede traducirse en mantener o perder una beca. O quizás en obtener una buena o
mala nota que influirá en su promedio final. Como sea, este bloqueo según los
expertos surge con más frecuencia cuando el desafío es mayor. Y las recetas para
combatirlo hasta ahora han dado escasos resultados.

Con la idea de cambiar esta situación, los psicólogos Gerardo Ramírez y Sian Beilock,
de la Universidad de Chicago, realizaron estudios de imágenes cerebrales de personas
haciendo su mejor esfuerzo en una tarea y de otras que estaban bloqueadas ante un
desafío.

Tras analizarlas procedieron a diseñar una sencilla técnica llamada escritura expresiva.
Ella consiste en que los alumnos -los 10 minutos previos a un examen crucial- redacten
una nota sobre las ansiedades y preocupaciones que les produce el test que
enfrentarán. La técnica actúa desbloqueando la mente de quienes la usan (ver
recuadro).

No da lo mismo

Los experimentos de la U. de Chicago demuestran que alguien que escribe sobre sus
temores antes de una prueba crucial puede rendir hasta un 17% más que quien no lo
hace. "Esto, porque al realizar este ejercicio el estrés de los estudiantes disminuye",
explica Ramírez a "El Mercurio".

El trabajo destaca además que no da lo mismo escribir sobre cualquier cosa, ya que
esta ventaja se produce sólo si se escribe sobre las ansiedades y miedos del reto que se
avecina. Asimismo, quienes más se benefician de esta intervención son justamente los
alumnos más ansiosos.

Ramírez advierte que esta técnica mejora la atención de la persona en lo que debe
hacer, pero hay que tener presente que hay tareas que se efectúan mejor con menos
atención, como las que involucran motricidad. "Habría que probar si la escritura
expresiva ayudaría a una estrella del fútbol a jugar mejor", agrega.

Para David Adasme, académico de la Facultad de Psicología de la U. Diego Portales,


este trabajo es un aporte relevante porque da respaldo científico a esta técnica. "Pero
más importante aún es que optimiza el desempeño de los alumnos, sobre todo
pensando en países con pocos recursos en educación, como es el caso de América
Latina. Sólo se necesita un lápiz y un papel", explica.

Pero Adasme también destaca que este estudio tiene una dimensión ética: "Aquí el
acento está en el sujeto, quien narra con sus propias palabras sus anticipaciones y
miedos. Esto no es un instrumento estandarizado, sino que respeta la subjetividad de
cada cual", agrega.

Otras aplicaciones

Existen experiencias de que la escritura tiene un impacto positivo en la vida de la


gente. Por ejemplo, "pacientes con cáncer u otros problemas de salud, que escriben en
múltiples ocasiones sobre su experiencia, logran aumentar sus defensas", dice Ramírez.
Pero en este caso, la gran ventaja es que se obtienen beneficios significativos con sólo
10 minutos de ejercicio.

La mente en blanco

Varias investigaciones demuestran que cuando los estudiantes sienten un fuerte deseo
por rendir al máximo en una prueba, ellos se preocupan por la situación que enfrentan
y sus consecuencias. Estas preocupaciones -que el alumno comienza a rumiar una y
otra vez- son las que compiten por usar la "memoria de trabajo" que tiene disponible
para responder este test. Esta memoria de corto plazo controla y regula cantidades
limitadas de información que permiten resolver una tarea. Cuando esta memoria es
interrumpida por las preocupaciones, el rendimiento se reduce.

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