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Fábricas de músicas

Comienzos de la industria discográfica en la Argentina


(1919-1930)
Marina Cañardo

Víctor, la Pan American Recording Company, nuevas fábricas y nuevas tecnologías (el micrófono)

Desde comienzos del siglo XX, los productos de la Victor Talking Machine Co. eran ofrecidos al público argentino
por distintos comerciantes locales. Los discos y Victrolas para reproducirlos estaban a la venta en varios negocios de
Buenos Aires como los de Giuseppe Tagini o Max Glücksmann. En 1907, Cassels y Cía. ofrecía “obras y estilos del
país" en discos Victor e incluía en el anuncio la fotografía de una pareja de baile con ropas típicas. Se detallaba además
que se contaba con “todo lo mejor y lo más nuevo en aires, canciones, marchas, bailes, recitados, zarzuelas, etc.”
(ilustración 2.18).

2.18. La Revista Teatral de Buenos Aires, Año IX, N° 3 (01-V-1907), p. 30.

Los discos de música argentina ofrecidos en ese anuncio eran el resultado de las grabaciones hechas por artistas
locales para Victor. El objetivo de la empresa era aumentar el atractivo de su catálogo en cada país. Algunos músicos
argentinos fueron trasladados a ciudades que disponían de estudios de grabación estables. Otros fueron registrados por
estudios portátiles que recorrían el continente. Los datos sobre las grabaciones hechas a principios del siglo XX por la
Victor se conservan en la documentación interna de la empresa. Un grupo de investigadores de la Universidad de
California (Santa Barbara Libraries) se encargó de recuperar y organizar dicha información en una base de datos
disponible on line en la Encyclopedic Discography of Victor Recordings, accesible en http://victor.library.ucsb.edu. Sin entrar
en detalles, los siguientes párrafos buscan sintetizar lo realizado por Victor en materia de música argentina a comienzos
del siglo XX tomando esa base de datos como fuente.
Desde 1904, algunos músicos argentinos viajaron a ciudades en las que había estudios de grabación de la Victor o
empresas asociadas: Londres, París, Nueva York o Camden, Nueva Jersey. Participaron de esos registros hechos mera
de la Argentina músicos como Ángel Villoldo, Alfredo Gobbi y Celestino Ferrer, entre otros. También Osvaldo Fresedo,
Enrique Delfino y Tito Roccatagliata viajaron a la central de Victor en Camden para grabar entre agosto y septiembre
de 1920 una serie de piezas con la Orquesta Típica Select. Esta formación estuvo integrada por los violinistas Alberto
Infante Arancibia y Tito Roccatagliata, el pianista Enrique Delfino, el chelista Hermann Meyer y Osvaldo Fresedo como
bandoneonista y director. Había sido concebida por la empresa especialmente para registrar algunos tangos y lanzarlos
como novedad en el mercado argentino en momentos en que Glücksmann ponía a la venta los primeros discos Odeon
producidos en la Argentina. Y dejó de existir luego de cumplir el cometido de grabar esos tangos.1 Quizás en esta y
otras experiencias similares de la Victor puede encontrarse un antecedente de la Orquesta Típica Victor que sería
gravitante en la escena discográfica del tango a partir de 1925.
Para garantizar cierta regularidad en los lanzamientos, Victor envió además estudios portátiles a partir de 1907 a
través del continente sudamericano con la misión de grabar artistas populares en cada país que visitaban. Los técnicos
asignados a estos proyectos (normalmente dos por viaje) partían de la central en Camden con los equipamientos
necesarios e instrucciones de grabar en determinadas ciudades. En cada metrópoli, contaban con un contacto local que
los ayudaba en la tarea de organizar las sesiones de grabación. Los registros se llevaban a cabo durante algunas semanas
en un cuarto de hotel especialmente acondicionado para la ocasión. En ese lapso, se trataba de que la mayor cantidad
de artistas locales grabaran sus músicas. Con el objeto de optimizar los viajes, las sesiones incluían no solo músicos del
país, sino también otros venidos de países cercanos. Las “ceras” registradas eran mandadas luego a Camden para su
procesamiento y prensado. Los discos fabricados en Estados Unidos eran finalmente enviados para la venta en las
regiones originarias de las músicas. Los recording trips que pasaron por Buenos Aires fueron cuatro en total. El primero
se instaló en la ciudad desde diciembre de 1907 a enero del año siguiente y registró alrededor de 130 temas. Los dos
viajes siguientes fueron los de mayor permanencia en la ciudad y en los que más temas grabaron, dado que incluyeron,
además de artistas locales, a varios uruguayos y chilenos. En la estadía de febrero a abril de 1910 se grabaron así más de
400 registros y en la de enero a marzo de 1912 casi 550. En el último de los recording trips que visitó la Argentina, la
Victor registró 200 temas, entre abril y mayo de 1917. La variedad de artistas que participó de esas grabaciones es
representativa de los distintos repertorios elegidos. Abarca desde las músicas folklóricas de Arturo de Nava o del Dúo
Criollo Bianco-Riverol y los recitados de Juan Zorrilla de San Martín o Enrique Muiño hasta las músicas para el
calendario escolar del Coro de Niños de la Escuela Nicolás Avellaneda y María Elena Achard. Tampoco faltaron los
tangos, que estuvieron interpretados al comienzo por Ángel G. Villoldo, Alfredo Ensebio Gobbi o la Banda del Pabellón
de las Rosas. Con el tiempo, se fueron incorporando progresivamente orquestas típicas como las de Genaro Espósito,
Eduardo Arolas, “Pacho” Maglio y Augusto Berto, entre otras.
Los discos Victor con músicas argentinas, grabadas en el exterior o en el país con estudios portátiles, podían
comprarse en los negocios de Buenos Aires y Montevideo o adquirirse por correo gracias a los catálogos impresos con
ese fin. La empresa Pratt y Cía., perteneciente a un comerciante norteamericano del mismo apellido, fue a partir de la
década de 1910 la representante exclusiva de los productos Victor en la Argentina.2
En 1921, la compañía Victor decidió desembarcar con sus propios directivos en Buenos Aires para seguir más de
cerca la evolución del mercado regional. Harry O. Sooy, empleado de la Victor, recordaba la iniciativa tomada por la
central en Camden en un texto manuscrito titulado Memoirs of My Carees at Víctor Talking Machine Company, 1898-1925,
puesto a disposición en http://www.davidsarn0ff.org.

Después de un retraso considerable debido a cuestiones legales, Charles Althouse, como gerente,
con su nueva esposa, acompañado de W[alter] Hamilton Staats y familia se embarcaron hacia Buenos

1 Groppa, Carlos. “Orquesta Tipica Select”, Tango Reporter, Año IX, N° 93 (II-2004). Disponible en http://www.tangoreporter.com/nota-

select.html
2 Caras y Caretas, Año XXII, N° 1108 (27-XII-1919), snp.
Aires, Argentina, el 21 de octubre de 1921, en el “SS Cruz del Sur” para entrar en fundones en la
recientemente incorporada compañía conocida como Pan American Recording Company ubicada en
Buenos Aires.3

Charles Althouse conocía Buenos Aires pues había participado de los recording trips que llegaron a esa dudad en 1912
y 1917. Una vez instalado, Althouse estuvo al frente de las gestiones para la instalación del primer estudio fijo de Victor
en Buenos Aires, que funcionó a partir de enero de 1922. Los discos seguían prensándose en los Estados Unidos pero
la disponibilidad de medios técnicos para grabar permanentemente en Buenos Aires agilizó el ritmo de producción de
novedades locales.
Luego de un accidente automovilístico, Althouse se vio obligado a regresar a los Estados Unidos v fue sucedido
George K. Cheney. Una vez más, las memorias de Sooy ayudan a reconstruir ese momento:

El Sr George K. Cheney fue elegido para tomar el lugar de Althouse en Buenos Aires, como Gerente
de la planta, y fue a construir la planta para prensar discos, también a ponerla en condiciones de
funcionamiento, y a encargarse de la comercialización en América del Sur. Esta planta consiste en un
Departamento de grabación, una Planta de matrices, y una Planta de prensar discos. Cheney salió en esta
fecha para Buenos Aires, el 22 de diciembre de 1923, para erigir una planta para prensar discos y actuar
como manager del nuevo emprendimiento. 4

INAUGURACIÓN DE NUESTRA FÁBRICA EN LA ARGENTINA

Cheney también había pasado por Buenos Aires en un viaje de grabación que compartió con el propio Althouse en
1917. La misión de Cheney en este nuevo traslado era instalar la primera fábrica de discos de la Victor en la región.
Cumplió su objetivo cuando en septiembre de 1924 se inauguró oficialmente la que fue la segunda fábrica de discos en
la Argentina. A su “laboratorio de impresiones”, denominación dada por entonces al estudio de grabaciones, sumaba
su propia “fábrica para imprimir discos”. La noticia fue reseñada por una nota especial de la revista The Voice of the Victor
ese mismo año (ilustración 2.19).
El texto que acompañaba a la Imagen explicaba quiénes eran los invitados al evento: “Grupo de prominentes
hombres de negocios y banqueros, figurando entre ellos los distribuidores y comerciantes de Victor en el distrito del
Río de la Plata, que asistieron a la inauguración oficial de nuestra Sucursal Argentina”. Así se comentaba la importancia
que tenía el evento para la empresa:

3 Sooy, Harry O. Memoirs of My Career at Victor Talking Machine Company, 1898-1925 [texto manuscrito], p. 82. Disponible en

http://www.davidsarnoff.org.
4 Ibídem, p.122.
La inauguración de esta fábrica tuvo lugar el 10 DE SEPTIEMBRE DEL CORRIENTE AÑO —lo escribimos
con letras mayúsculas para que quede bien grabado en nuestra mente— fecha memorable en la historia
de nuestra Compañía, ya que señala una nueva época en el negocio Victor y traza un camino orlado, no
tan sólo de promesas sino de realidades halagadoras para todos, tanto para nuestros favorecedores como
para nosotros.5

El tono exultante caracterizaba a esta crónica de lo ocurrido en la “Sucursal de Buenos Aires” situada en la “Calle
Cerviño N° 4431”.6 El elogio alcanzaba al propio Cheney, quien era presentado como el responsable técnico de la obra.

La maquinaria ha sido instalada y dirigida de acuerdo con las indicaciones precisas de nuestro técnico
Sr. George K. Cheney, considerado como uno de los primeros especialistas de nuestra casa, y cuya
experiencia en la impresión de discos abarca un período de más de 25 años. La instalación técnica hecha
por el referido señor es un verdadero modelo en su género, que hace honor a su capacidad científica y
es un nuevo triunfo para la Compañía Victor.7

El pasaje que describe el acto de la inauguración resulta interesante por varios motivos. Por un lado, debido a que
menciona los nombres de los “anfitriones” de Victor permite conocer quiénes estaban al frente de la sucursal argentina.
Por otra parte, porque la demostración de los procedimientos a seguir para la elaboración de un disco resulta altamente
didáctica e ilustrativa del modo de trabajo previo a la invención del micrófono (para un desarrollo del tema ver capítulo
4).

La inauguración de nuestra Sucursal Argentina constituyó un acontecimiento importante en la capital


porteña. Una numerosa concurrencia, en la que figuraban distinguidas personalidades argentinas,
uruguayas, norteamericanas e inglesas, se congregó en nuestra fábrica, y atendidos galantemente por
nuestros representantes Sres. J. Brice Wilrneth, Frank L. Hough, Ernesto J. Alvear, George K. Cheney
y W. Hamilton Staats, que han cooperado muy eficazmente en el nuevo establecimiento, aportando el
caudal de su larga práctica en el negocio Victor, visitaron varias dependencias del local. La concurrencia
tuvo ocasión en ese día de asistir al desenvolvimiento de lo que es y significa la fabricación de un disco,
desde su punto inicial de impresión hasta que sale listo para la venta con su correspondiente etiqueta y
sobre, pasando por algunas de las manipulaciones que el Sr. Cheney demostró a los que estaban
presentes, que presenciaron con vivo interés y complacencia tan curioso proceso de fabricación de un
disco. Ante la bocina de la maquinaria de impresión, instalada en un gabinete especial, el Sr. Cassels, de.
la firma Cassels y Cía., pronunció un interesante discurso en inglés que tradujo luego al castellano,
historiando la evolución de esta industria que desde que él, en calidad de comerciante en productos
Victor, vendió el primer aparato, hace ya unos cinco lustros, en una forma original que es toda una
anécdota y que arrancó los aplausos de la concurrencia. Minutos después fue posible escuchar la
grabación hecha sobre un disco de cera, operación que se realizó en un muy corto tiempo, dando una
impresión de nitidez absoluta, sin perderse una sola sílaba ni pausa de la disertación impresa del Sr.
Cassels.8

5
The Voice of the Victor, Tomo XI, N° 6 (1924), p. 15.Ibídem, p. 16
6
16 Ibídem, p.16.
7
Ídem.
8
Ídem.
La inauguración de la fábrica de discos de Victor estuvo dirigida principalmente por los empleados de la compañía
enviados desde la casa matriz en los Estados Unidos. Figuraba además un personaje del que poco se conoce salvo que
poseía un apellido patricio argentino: Ernesto J. Alvear. La experiencia del disco grabado por el comerciante local Cassels
y reproducido para demostrar la fidelidad del sonido constituye una escena que remeda los Tone tests. Esos eventos eran
organizados a fines del siglo XIX y principios del XX por la empresa Thomas Edison Incorporated. Se trataba de campañas
publicitarias que se llevaban a cabo en teatros y consistían en la interpretación de artistas y “máquinas parlantes” ante
un público que era desafiado a reconocer cuál era el original9
La Victor Talking Machine Co. eligió el mes de mayo de 1925, con las connotaciones patrióticas que ese mes tiene
en la

Caras y Caretas, Año XXVII, Nº 1389 (16-V-1925). snp

Argentina, para anunciar por primera vez en una publicidad su fábrica instalada en el país el año anterior (ilustración
2.20). Allí se explicaba que “El Repertorio Nacional que actualmente produce la Victor Talking Machine Co. se hace
por completo en la Argentina, por los mejores artistas argentinos y por expertos obreros argentinos, contando al efecto
con su moderna fábrica instalada últimamente en Buenos Aires”.10 En el anuncio se destacaban las estrellas locales que
grababan exclusivamente para Victor, entre las que figuraban los cantantes Rosita Quiroga y Roberto Díaz, junto a los
músicos Osvaldo Fresedo y julio De Caro.
La instalación de la fábrica en Buenos Aires por parte de la Victor seguía un modelo de negocios compartido por
otras empresas discográficas como la anglo-americana Gramophone Company. En un trabajo dedicado a la historia de
esa compañía discográfica, el investigador Geofffey Jones analiza las ventajas que alentaban la inversión en el exterior
de ciertas casas matrices. Jones explica que las motivaciones pasaban tanto por la reducción de costos en tarifas
aduaneras, transportes e inventarios como la importancia de acelerar los lanzamientos discográficos locales para ser más
competitivos.11 Precisamente, la especialización en músicas del “Repertorio Nacional” aparecía como un valor destacado
por un anuncio publicado a meses de la instalación de la fábrica de Victor (ilustración 2.21). Así rezaba el aviso: “Desde
que estableció su propia fábrica en Buenos Aires, Victor se dedica muy especialmente a la impresión de música nacional

9 Thompson, Emily. “Machines, Music, and the Quest for Fidelity: Marketing the Edison Phonograph in America, 1877-1925’’, The Musical

Quarterly 79 (1) (Spring, 1995), pp. 131-171


10 Caras y Caretas, Año XXVII, N° 1389 (16-V-1925), snp.
11 Jones, Geoffrey. “The Gramophone Company: An Anglo-American Multinationaí, 1898-1931”, The Business History Review 59 (1)

(Spring, 1985), p. 87.


y ya ofrece las últimas mejores producciones de los populares y representativos músicos y autores nacionales”.12

Caras y Caretas, Ano XXXII, Nº 1603 (22-VI-1929), snp. Caras y Caretas, Año XXVIl, Nº1395 (27-VI-1925), snp.

Cheney fue sucedido en el cargo por Lewis Layton en agosto de 1925. A principios de 1926, la central de Camden
envió a William John Linderman y james F. Green hacia Buenos Aires con la misión de instalar la novedosa tecnología
eléctrica, es decir, la de grabación por medio de un micrófono.13
El 1o de marzo de 1926 se realizó la primera grabación comercial hecha con un micrófono en la Argentina. Se trató del
tango La musa mistonga, cantado por Rosita Quiroga.
Cumplida su misión técnica, Linderman se quedó un tiempo en la Argentina y llegó a ser el encargado de la sección
“Artistas y Repertorio’’.14 La correspondencia mantenida en 1930 con el músico de folklore Andrés Chazarreta
demuestra que sus atribuciones incluían además la negociación de condiciones contractuales con los artistas que
grababan para Victor.153
En marzo de 1929, la fábrica de la empresa Victor se mudó a un predio más grande situado en el barrio porteño de
Saavedra. El edificio especialmente construido ocupaba toda la manzana comprendida entre las calles Paroissien, Dr.
R. Naón, García del Río y Estomba. Se encontraba ubicado estratégicamente en cercanías de la estación “Luis María
Saavedra” del Ferrocarril Central Argentino. Las instalaciones incluirían con el tiempo un amplio estudio de grabación,
así como maquinaria para fabricar discos, aparatos para reproducirlos y radios. Rodeada de casas bajas, la torre que
coronaba la edificación se visualizaba desde Jejos y era conocida por los vecinos como la torre de la Victor” (ilustración
2.23). La misma se volvió pronto un símbolo del nuevo emprendimiento local de la compañía y aparecía como tal en
los anuncios publicitarios (ilustración 2.22).

12 Caras y Caretas, Año XXVII, N° 1395 (27-VI-1925), snp.


13 Sooy, H. O. Memoirs of My Career at Victor..., p. 123.
14 The Voice of the Victor, Tomo XV, N° 3 (ca. 1930).
15 El acceso a esa correspondencia se hizo gracias a la gentileza de Julius Reder Carlson.
Los vecinos más ancianos recuerdan aún hoy que la fábrica modificó el apacible ritmo barrial. Se cree que hacia la
década de 1940 llegó a emplear cerca de 2.000 personas. El barrio se volvió escenario de un desfile incesante de gente,
y entre los miles de trabajadores se mezclaban los músicos que acudían a grabar a los estudios como Aníbal Troilo,
Carlos Di Sarli o Feliciano Brunelli. La propietaria de un taller de reparación de bicicletas, ubicado frente al edificio que
ocupó la fábrica, rememora esa época de esplendor. Por entonces la lechería de su padre, situada en el mismo local, se
mantenía exclusivamente con los empleados de la RCA Victor. Los mismos acudían en la pausa del almuerzo y eran
tantos que no daban abasto con el servicio y debían hacerse varios turnos para abastecer la demanda.16
La torre de la fábrica fue cediendo protagonismo frente a las nuevas construcciones que la rodearon. El cartel que

2.23. Vista aérea de la fábrica da la Victor Talking Machine en Buenos Aires hacia 1930. The Voice of the Victor. Tomo XV, Nº 3
(1930), p. 9.

estaba sobre ella también fue mutando, siguiendo los cambios de la empresa. El letrero luminoso de “Victor - Fábrica
de discos” que aparecía en la publicidad de Caras y Caretas cedió su lugar al logo redondo de la RCA Victor, acompañado
de la famosa figura del perro escuchando la Victrola. Ambos fueron quitados y reemplazados en la década de 1970 por
un nuevo cartel en el que se leía solo la sigla RCA.17 A fines de la década de 1970, se dejaron de usar esas instalaciones para
producir discos y aparatos fonográficos. Símbolo del cambio de los tiempos, la torre ostenta actualmente el cartel de
una empresa de televisión por cable e Internet que se mudó al edificio en 2001.

16 Entrevista personal (Buenos Aires, 06-VIII-2008).


17 Entrevista personal con Luis Herman actual empleado de Sony Argentina (Buenos Aires, 07-VIII-2008).
The Voice of the Victor

La revista The Voice of the Victor fue publicada desde 1906 por la Victor Talking Machine Co. con el objetivo de
mantener informados a los vendedores y distribuidores. Incluía tanto las novedades en equipamiento como los
lanzamientos discográficos y argumentos para la venta de ambos. A veces aportaba consejos útiles para mejorar las
ganancias u optimizar las inversiones en publicidad. También se reseñaban las experiencias de comerciantes exitosos
que vendían productos Víctor en distintos lugares de los Estados Unidos. La revista alentaba la competencia entre los
minoristas organizando concursos de las mejores vidrieras. Además ofrecía ayuda práctica a los vendedores, por ejemplo
un “Pronouncing Table of Composers and Singers” para orientar la pronunciación de los nombres de creadores y
artistas extranjeros que figuraban en el catálogo de Victor. Entre las décadas de 1920 y 1930, Victor editó una revista
del mismo nombre pero con artículos en español que se anunciaba como la “edición española escrita especialmente
para la América Latina”. Similar en su cuidado diseño y en las temáticas tratadas a la versión en inglés, esta revista incluía
además algunas noticias que podían interesar a los comerciantes del subcontinente. Los vendedores exitosos de
productos Victor que se mencionaban tenían sus locales en Cuba, México, Argentina o contaban por ejemplo con “Un
moderno establecimiento Victor en Valparaíso”.18 Figuraban también los avances de la empresa en los países de la
región corno la inauguración de la fábrica de discos en la Argentina 19 o la presentación del nuevo sistema ortofónico
en el Río de la Plata.20 La tana de ese número muestra cómo Victor apelaba a personalidades públicas influyentes para
posicionar sus productos. La cubierta presenta en ese caso a “Su Excelencia, el presidente de la República Argentina,
Dr. D. Marcelo T. de Alvear, escuchando su nueva Victrola Ortofónica Modelo Borgia I” (ilustración 2.24).
En la presentación de músicos populares hecha por la revista es donde Victor más evidencia su estrategia de
concebir al mercado latinoamericano como una entidad única. Las representaciones que se ofrecen de los artistas
“locales” acentúan los posibles rasgos en común o el pintoresquismo de ciertos personajes. La línea editorial se pone
en evidencia, por ejemplo, en el artículo sobre Juan Pulido titulado “La canción popular y uno de sus grandes
intérpretes”.21 Se lo presenta como un cantante nacido en Canaria pero dueño de una versatilidad y una variedad de
repertorios que lo volverían un ídolo de todos los países hispanohablantes. La explicación previa a la enumeración de
las dotes artísticas de Pulido muestra la lógica que propiciaba la Victor.

Capítulo VIII
¿Cómo se promocionaban ¡os discos en Francia? “Extraño y familiar”
Ocio, discos y tangomanía: la globalización (temprana) del tango

Apenas comenzado el siglo XX, de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo surgieron los primeros músicos,
cantantes y bailarines, así como las primeras partituras que transportaron el tango hacia otras metrópolis del mundo. En
1913, en sintonía con el espíritu de la Belle Époque, el tango era tocado y bailado en los principales salones de Europa.
La moda había sido iniciada en París con los thé-tango y los dancings a los que se sumaron luego los cabarets, que incluían
el tango entre las principales atracciones.22

18
The Voice of the Victor,Tomo XI, N° 1 (1922).
19
The Voice of the Victor, Tomo XV Nº 3 (1924).
20
The Voice of the Victor, Tomo XI, N° 12 (1926).
21
The Voice of the Victor, Tomo XIII, N° 1 (ca. 1926), p.6.
22 Humbert, Béatrice. “El tango en París 1907 a 1920”, Pelinski, Ramón (comp.). El tango nómade: ensayos sobre la diáspora del tango

(Buenos Aires: Corregidor, 2000), pp. 116-119.


La singular obsesión por el baile del tango parecía trascender las clases sociales y las fronteras. A diferencia del cake-
walk y otros ritmos del momento, el característico abrazo del tango acortaba la distancia entre los cuerpos, generando
una proximidad sin precedentes. Esa cercanía íntima y la asociación con los orígenes marginales del tango generaron
múltiples debates sobre su baile. Incluso la Iglesia misma se sintió obligada a pronunciarse sobre la moralidad o
inmoralidad del tango.23

8.1. Catálogo Odeon Francia (XII-1929), pp. 14-15


240 Fábricas de músicas

En lo que respecta a su música, los profesionales y amateurs de distintos lugares se apropiaron el tango declinándolo
según los diferentes acentos locales. Las llamadas “orquestas gitanas’’ lo tocaban en los salones de las grandes ciudades
europeas y lo grababan para su difusión por medio de la incipiente industria fonográfica. Los cilindros y discos que
resultaban se vendían luego en negocios o por catálogos en los que convivían tangos registrados por orquestas alemanas

23
Ver: Humbert, B. “El tango en París 1907 a 1920”..., pp.128-141; Cámara de Landa, Enrique. “Escándalos y condenas: el tango llega a
Italia”, Pelinski, Ramón (comp.). El tango nómade: ensayos sobre la diáspora del tango (Buenos Aires: Corregidor, 2000); Matallana, A.
Qué saben los pitucos..., pp. 45-64.
con los de la Garde Républicaine de París. Pocas empresas discográficas dominaban el mercado a escala planetaria y sus
casas centrales estaban principalmente ubicadas en los Estados Unidos y Europa. Hacia allí confluían los artistas de
tango y las matrices originales registradas en los primeros “laboratorios de impresiones” ubicados en Buenos Aires,
hacia donde luego eran enviados los discos ya fabricados para su comercialización local (ver capítulo 2). La Gran Guerra
obligó a una pausa en el ascenso del tango en Europa. El receso terminó junto con el enfrentamiento bélico y en 1919
el mundo parecía listo para retomar el tango.
Hacia comienzos de la década de 1920, el tango tuvo su revival europeo y volvió a disputarse la preferencia de los
bailarines con viejas y nuevas danzas como el maxixe, el foxtrot o el pasodoble. Los medios de circulación de la música
se habían expandido respecto de la primera moda de las danzas de salón en los albores del siglo XX. La producción de
música grabada alcanzaba en la década de 1920 su primer boom y se asistía a “una fiebre internacional del gramófono
cuando los discos eran fabricados a un ritmo vertiginoso”.24 Las pocas empresas crecían en mercados e influencias
gracias a las nuevas filiales y fábricas instaladas en Asia y América. Las primeras prensas de discos llegaron a la Argentina
en la década de 1920 (ver capítulo 2). Eso permitió no solo acelerar el ritmo de lanzamientos, sino capitalizar el interés
mundial por el tango, ofreciendo a través de las casas matrices versiones grabadas por músicos locales a poco de ser
registradas en Buenos Aires. A su turno, la radio y el cine sonoro difundirían también las músicas grabadas amplificando
más aún el fenómeno de la difusión mundial del tango.
La “economía del tango” surgió como parte de esa industria del entretenimiento que desde fines del siglo XIX se
desarrolló para ocupar el ocio de las crecientes poblaciones urbanas. La industria del ocio abarcaba tanto las partituras
que difundían músicas populares para el consumo hogareño25 como las ferias de atracción, los bailes sociales y la prensa
masiva cada vez más numerosa26. El tango comenzó su recorrido por el mundo favorecido por la circulación de
partituras, al igual que otras formas de la música popular urbana.27 Junto con las versiones escritas y los músicos que lo
interpretaban en vivo, el siglo XX incorporó las grabaciones, los múltiples eventos sociales en los que se lo danzaba, los
concursos de baile y de música, los programas radiales que lo difundían y hasta el cine que lo mostraba en sus distintas
versiones. Así fue que el cine mudo y luego el sonoro divulgaron desde la versión “apache” del tango bailado por
Rodolfo Valentino hasta el tango cantado por Carlos Gardel como estrella del público hispanohablante.
En su “vuelta al mundo” beneficiada por la industria del ocio, el tango fue reapropiado por músicos y bailarines que lo
hicieron suyo. De esa manera, el tango porteño (o local) convivió casi desde los comienzos de su historia con el tango
nómade (o relocalizado), según la terminología propuesta por el etnomusicólogo argentino Ramón Pelinski.28 En este
capítulo, se estudiará cómo la industria discográfica llegó a difundir en Francia el tango Adiós muchachos cantado por
Carlos Gardel con acompañamiento de guitarras, por la Orquesta Típica de Canaro o en un particular arreglo de orquesta
típica con guitarras y voz por Eduardo Blanco “et son Orchestre Argentin”, así como versiones “relocalizadas” para el
público francoparlante del mismo tango. Tal era el caso de Adieu Paris cantado por Berthe Sylva “des Concerts Parisiens”
con acompañamiento orquestal, o Adieu por los duetistas Leardy y Verly con acompañamiento “sur Piano Pleyel”. Se
analizará hasta qué punto la difusión temprana del tango a gran escala, favorecida por las nuevas tecnologías de
reproducción sonora, anticipó la compleja circulación de músicas locales escindidas de sus contextos originales propia
de la denominada world music.

24
Gronow, P. / Saunio, I.An International History..., p. 39.
25
Scott, D. B. Sounds of the Metropolis...
26
Hustwitt, Mark. ‘“Caught in a Whirlpool of aching sound’: the production of dance music in Britain in the 1920s”, Popular Music 3
(1983), pp. 7-31; Baxendale, John. “... into another kind of life in which anything might happen ...'Popular music and late modernity,
1910-1930”, Popular Music 14 (1995), pp. 137-154.
27
Scott, D. B. Sounds of the Metropolis...
28
Pelinski, Ramón (comp.). El tango nómade: ensayos sobre la diáspora del tango (Buenos Aires: Corregidor, 2000), pp. 29-36.

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