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CIBERBULLYING

El ciberbullying o, en español, el ciberacoso es un tipo de acoso que se vale de medios informáticos


para el hostigamiento de una persona. La palabra se compone con el vocablo inglés bullying, que
refiere acoso e intimidación, y el prefijo ciber-, que indica relación con redes informáticas.
Hay una fuerte relación entre el acoso
presencial (bullying) y el acoso cibernético
(cyberbullying), especialmente en redes entre
pares. Es común que los ciberagresores elijan
como víctimas a personas ya victimizadas en
entornos físicos, lo que se convierte en un
precedente y, por tanto, en un importante
factor de riesgo para el ciberacoso. La
particularidad adicional del ciberacoso es el uso principalmente de Internet.
Debido al alcance, difusión, y masificación del uso de Internet, se puede dar ciberacoso prácticamente
en todos los ámbitos en los que se mueve una persona relativamente joven hoy en día:
Académico. Durante la etapa de formación adolescente, hasta la universidad, pasando por cualquier
tipo de escuela adicional (idiomas, cursos, etc.). Las redes sociales clasifican a sus usuarios según los
colegios, escuelas, universidades donde se ha estudiado o se estudia actualmente, de forma que
mediante el buscador interno de la red social, se permite localizar a una persona, y si el ciberacosador
consigue acceder de forma ilegal a su cuenta, puede obtener cuantiosa información privada y del
entorno de la víctima.
Profesional (en el trabajo). Actualmente, la mayoría de las empresas tienen página web, dirección de
contacto, y se trabaja con los ordenadores conectados en red.
Social y amoroso. Del mismo modo que en el ámbito académico, .los miembros más jóvenes de la
familia hacen uso de Internet.
Las formas de ciberagresión más comunes reconocidas por algunos adolescentes son las agresiones
verbales y la exclusión online.
Las víctimas de 'ciberacoso', como las de acoso en la vida real, sufren problemas de estrés,
humillación, ansiedad, depresión, ira, impotencia, fatiga, enfermedad física, pérdida de confianza en sí
mismo, pudiendo derivar al suicidio.
Existen diferentes formas de ciberacoso, como el grooming, la sextorsión, el ciberbullying o la
ciberviolencia de género. En todas ellas actúa siempre internet y una víctima que, por lo general, suele
ser una persona joven. El acosador puede ser de la misma edad que la víctima, excepto en casos de
grooming, donde el acosador es una persona adulta.
Que es la sexualidad
Es el conjunto de las condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológicas que caracterizan a cada
sexo. ... Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana abarca tanto las
relaciones sexuales (el coito) como el erotismo, la intimidad y el placer.
Sexualidad es lo mismo que sexo
En términos sencillos el sexo es una cuestión biológica externa y no está sujeta a elección, así
nacemos. La sexualidad, por el contrario, está relacionada con una cuestión psicológica. El sexo está en
nuestra naturaleza, la sexualidad se elige. La sexualidad se ejerce, requiere exploración y búsqueda. Es
un componente que nos mueve hacia la búsqueda del placer.
Cuáles son las dimensiones
Dimensión biológica
Comprende aquellos aspectos que desde el punto de vista físico y orgánico tienen que ver con la
expresión sexual. Se integran en ella, por tanto, distintos aparatos y órganos regidos por el cerebro
que, tras recibir información desde los órganos de los sentidos, elabora la respuesta sexual humana.
Los órganos de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) son parte esencial de esta dimensión así
como la piel, que en su totalidad constituye el mayor órgano sensorial sexual y es considerada, junto
con las mucosas, un agente erógeno de importancia capital. Los órganos genitales, que se integran en
esta dimensión, a menudo han monopolizado todos los aspectos placenteros de la sexualidad en
detrimento del placer proveniente de otras zonas corporales como la piel.
Dimensiones psicológica y social
Cada persona va perfilando a lo largo del tiempo una actitud propia sobre la sexualidad, que será
facilitadora o inhibidora de su expresión según sus propias experiencias, las referidas por otras de su
entorno, el ambiente social y cultural en el que está inmersa, su formación y su información, sus
creencias religiosas, etc. A la vez, y de forma inevitable, transmite a su entorno una imagen basada en
su conducta y en sus opiniones, que pueden ser coincidentes o no con su íntima realidad. Desde la
infancia, las primeras actitudes hacia el sexo, que a menudo permanecen inalteradas, se basan en lo
que oímos y percibimos de nuestros padres, madres, educadores y educadoras, así como de
compañeros y compañeras. En definitiva, es indudable que el entorno social mediatiza de manera
importante tanto nuestra actitud como nuestra conducta hacia la sexualidad propia y ajena.
Dimensión medioambiental
En los últimos años, algunos expertos señalan una nueva dimensión en la sexualidad, la
medioambiental, movidos por la certeza de que los factores medioambientales influyen de manera
clara en ella. Estos cambios provocan modificaciones diferenciales en la sexualidad de los seres vivos, y
la interdependencia entre éstos y el ambiente es la base de la evolución y de la biodiversidad.

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