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Análisis del Movimiento y la Producción Coreográfica en Tango

T.P. I – El Abrazo
Adán Cohen

El abrazo en la cultura
El abrazo es una forma física de intimar, similar al beso. Su origen y función se
remontan al origen de la humanidad, y su análisis materia de especulaciones
diversas. Sin embargo podemos observar gestos muy similares en los animales,
particularmente en los pertenecientes al orden de los mamíferos. Es allí donde
estos gestos son mas fácilmente vinculados a funcionalidades específicas como la
transmisión de alimento previamente masticado o regurgitación, en el caso del
beso, y el sostén de las crías indefensas o mantenimiento de la temperatura
corporal en el caso del abrazo. No obstante y dentro de este mismo orden,
encontramos especies como los cánidos, que tienden a disfrutar menos del abrazo
puesto que cubrir el cuerpo de otro semejante es interpretado frecuentemente
como una señal de dominación1. En la actualidad son pocas las culturas humanas
que no consideran el abrazo como un gesto afectivo, con excepciones como la tribu
Himba, en Namibia, para la cual el abrazo tiene otras connotaciones sociales
diferentes a las occidentales1.
Estas especulaciones sobre los orígenes y funcionalidad del abrazo no deberían ser
tomadas como un deslucimiento de los sentimientos y asociaciones que suscita el
abrazo moderno entre los humanos, sino que su vinculación con necesidades tan
fundamentales para la supervivencia como la alimentación, el sostén y la
temperatura corporal podrían inclusive aumentar el interés antropológico y
psicológico por estas prácticas. Por mi parte, no es muy abundante el material que
pude encontrar al respecto del origen, historia y práctica del abrazo, lo cual me
hace suponer que no es un área investigada extensivamente, lo cual llama la
atención poderosamente.
Desde la medicina se ha comprobado que durante el abrazo el cuerpo segrega una
hormona conocida como oxitocina, activando además la liberación de serotonina y
dopamina, reduciendo la presión arterial, por lo que resulta comprensible la
sensación de bienestar, sedación, armonía y plenitud en el momento del abrazo2.
En la actualidad se han publicado algunos libros sobre la llamada “abrazoterapia”,
partiendo de estas investigaciones y combinándolas con presupuestos
pertenecientes a la cultura conocida como New Age3. En Mayo del 2009, el New
York Times reportó que el abrazo se había vuelto el saludo favorito entre los
adolescentes. Cierto número de escuelas norte americanas han sancionado esta
práctica, lo cual provocó, en algunos casos, protestas estudiantiles contra estas
sanciones1.
Las formas de abrazar son muy diversas y varían en su interpretación y significado
dependiendo del contexto sociocultural, llegando algunas a cristalizarse en tipos
conocidos y muy extendidos, tales como el “abrazo de oso”, “abrazo cucharita”,
“abrazo caracol”, etcétera. A fines de elaborar una definición rudimentaria pero
general, podemos afirmar que un abrazo consta de dos o más personas que
estrechan su contacto físico comprometiendo en ello el espacio personal.

El abrazo en el tango
En el tango danza, el abrazo funciona como conductor de la energía o medio de
comunicación entre la pareja. A continuación, un repaso de lo analizado en clase en
cuanto a la relación postural de la pareja mediante el abrazo en el tango:
El peso del cuerpo se descarga a tierra a través de las piernas, las cuales
amortiguan el peso sin trabar o cerrar los músculos que rodean la rodilla. Para
sostener este peso, se produce una fuerza opuesta a la gravedad, y este empuje
constituye la base del eje de equilibrio del cuerpo erguido.
Las plantas de los pies, a su vez, concentran el peso en la zona del metatarso y
dedos. Los dedos relajados buscan la extensión para así tener más apoyo y control
del equilibrio.
Llegando a la zona de las caderas, cuyas crestas están alineadas con los hombros,
encontramos el centro de equilibrio del cuerpo, conocido también como “apoyo”
(Desde la técnica lírica), o “tan tien” (Según el Tai Chi).“El centro de energía que
más se trabaja en los primeros niveles de Tai Chi es Shia Tan Tien que se puede
traducir como: "Shia: inferior; Tan Tien: campo o tierra de cultivo de la energía o
del elixir. Se entiende por Shia Tan Tien a la zona delimitada por el perineo, el
ombligo y un punto entre las lumbares 1 y 2, decimos que su núcleo se encuentra
4 dedos debajo del ombligo y 3 dedos hacia dentro. Es el depósito de la Energía de
Esencia o Cuerpo. La energía de Esencia o de Cuerpo, Ching, está relacionada con
los aspectos materiales del ser humano, las actividades biológicas, fisiológicas,
movimientos, posturas, es la energía que se manifiesta como un cuerpo que siente,
crece, se mueve, etc., y también cuando se altera su equilibro, se bloquea o no
circula como corresponde se manifiesta como un cuerpo enfermo, viejo, etc.,
permite que cada célula cumpla su función específica en la conformación de la
materia llamada "cuerpo", otra manifestación de esta energía es la que circula por
los llamados meridianos de energía.”4
El centro de equilibrio del cuerpo puede experimentarse mediante la imagen de una
plomada que cuelga de una soga que atraviesa las vértebras (separadas lo mas
posible entre si) y sube hasta salir por la coronilla o cremallera. El peso de la
plomada vincula la cintura ilíaca con el suelo, apuntando los ísquiones hacia abajo.
Cierta tonicidad y elevación en los músculos abdominales inferiores y medios nos
permite ajustar la cadera evitando una postura similar a las producidas como
consecuencia de lordosis y sifosis.
La cintura escapular debe estar relajada pero tampoco desarmada, los hombros
abajo y separados entre si. Los brazos cuelgan a los costados y se busca que su
peso no dependa de los hombros sino de las escápulas, donde hay músculos más
grandes y resistentes.
Finalmente, la cabeza se mantiene erguida, con la vista situada hacia el horizonte.
La posición “cero” en tango exige que el peso del cuerpo (pilar del eje) descargue
sobre un pie por vez y no sobre ambos al mismo tiempo. El único momento durante
el cual el peso estará distribuido igualmente entre ambos pies es una fracción
intermedia durante el paso del peso de un pie al otro. La flexión de las piernas
permite controlar el nivel en el que se esta trabajando, manteniendo la conexión
con el suelo. Por conexión con el suelo entendemos una relación con el nivel
diferenciada de, por ejemplo, las danzas clásicas, donde la postura corporal sugiere
una intencionalidad hacia arriba. La danza afro, en ese sentido, es un buen
contrapunto para graficar esta distinción.
El eje del cuerpo no constituye una línea vertical sino que hay una inclinación hacia
delante que es compensada por una inclinación análoga de la pareja, generando un
nuevo eje. Sin embargo la postura erguida no depende de esta contraposición, sino
que la utiliza como código de marca a través del abrazo. Esta contraposición genera
una oposición de fuerzas concentradas hacia adentro.
Los brazos pueden colocarse en infinitas combinaciones. A fines del análisis del
movimiento, podemos partir de un abrazo convencional, en el cual el que conduce
toma la mano del compañero a la altura del hombro del más bajo, manteniendo
algo de aire en la zona de las axilas. La mano derecha se aloja entre las escápulas
del conducido, mientras el conducido deja reposar su brazo sobre el brazo y/o
espalda del compañero. Dependiendo de la contextura física de la pareja.
En el abrazo se genera una oposición de fuerzas concentradas hacia adentro, y de
ese circuito de energía se genera un eje común.

El abrazo y el movimiento en el espacio


El movimiento comunicado mediante el abrazo fue analizado en clase en términos
de Tiempo, Espacio y Energía, haciendo un registro del volumen generado por el o
los cuerpos, de las direcciones sugeridas y la definición del movimiento (contraria a
la hibridación del movimiento), elementos todos que afectan a la composición. Lo
que implica el volumen es la ocupación del espacio, y el espacio es una variable que
modifica y condiciona la lectura visual del movimiento.
Dentro del espacio distinguimos puntos diferenciados, los cuerpos pueden
disponerse unos en relación con otros generando lecturas de centro y periferia; de
espacio total y parcial; de ruido y silencio: ritmos. A estas relaciones que se
establecen nos referimos como vínculos, por lo cual podemos inferir que fuera del
abrazo siguen manifestándose otras formas de comunicación paralelas que
repercuten en el movimiento, su coreografía, ejecución e interpretación por parte
de eventuales espectadores. Podemos preguntarnos hasta que punto esta primera
definición del abrazo como dos o más personas que estrechan su contacto físico
comprometiendo su espacio personal puede ser extensible a una comunicación
entre cuerpos que genera un compromiso espacial y que trasciende el contacto
físico.
Con respecto al espacio escenográfico tradicional, distinguimos entre los lados
laterales, una parte trasera y el proscenio. Dentro de este espacio considerado
como grilla, el análisis del movimiento ubica los ya mencionados puntos, y se
producen recorridos o trayectorias de diversos tipos (lineal, circular, directa,
indirecta). Las trayectorias dibujan líneas y planos dentro de esta estructura
escenográfica, y los recorridos son circuitos o circulaciones, con una determinada
intencionalidad. En clase realizamos circuitos con cambios de energía, intensidad,
tamaño, nivel, velocidades, etc. Se buscó identificar los frentes de esos circuitos
(con sus potenciales expresivos) a fines de poder repetirlos a voluntad y utilizarlos
como elementos compositivos.
La energía mas el movimiento generan una dinámica determinada. Y esta dinámica
surgida durante la improvisación es tomada por el análisis y tenida en cuenta en la
composición. Pero la composición es frecuentemente afectada por un tercer
elemento como es la potencial presencia de música y su interpretación ya sea literal
o contrastada.

Bibliografia:
1 - http://en.wikipedia.org/wiki/Hug
2 - http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=712
3 - Barbery, Lia. “Abrazoterapia. El lenguaje de los abrazos”, editado por Mandála,
2007.
4 – Rosales, Carlos. “Revista Crecimiento Interior” nº78, año 8. 2001.
http://www.deon.com.ar/78taichi.html
5 – Beveraggi, Florencia. “Propuesta Pedagógica Cuatrimestral”

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