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Analogía

comparación o relación entre varias cosas,


razones o conceptos

En este artículo sobre derecho se detectaron


varios problemas.

Modelo atómico de Bohr sobre la base de la llamada


teoría atómica, establece una analogía entre el átomo
y el sistema solar.
En muchas culturas el Sol es una analogía de Dios
pues ilumina.

Analogía, del griego αναλογíα (ana


‘reiteración o comparación’ y logos
‘estudio’), significa comparación o relación
entre varias cosas, razones o conceptos;
comparar o relacionar dos o más seres u
objetos a través de la razón; señalando
características generales y particulares
comunes que permiten justificar la
existencia de una propiedad en uno, a
partir de la existencia de dicha propiedad
en los otros.[1]
En el aspecto lógico, permite comparar un
objeto con otros, en sus semejanzas y en
sus diferencias.[2] Una analogía permite la
deducción de un término desconocido a
partir del análisis de la relación que se
establece entre dos términos
desconocidos.

La analogía posibilita una vía inductiva de


argumentar. Nos permite intentar
representar un pensamiento o experiencia
respecto a un objeto a través de una
comparación de distintas dinámicas o
situaciones; dando a entender que éstas
comparten similitudes.

Uso en distintos campos


En la psicología del aprendizaje por
experiencia, la imitación convertida en
reglas de conducta supone la confianza
inductiva de que actuando de la misma
forma en situaciones análogas se
obtendrá el mismo resultado, si éste es
satisfactorio.

En Sociología el proceso de
endoculturación consiste en la valoración
de situaciones análogas para establecer la
moral y las reglas de conducta en la
aceptación de los roles y normas sociales.
La propaganda y la moda explotan
enormemente la tendencia a la imitación
generando modelos a los que compararse
uno mismo, como garantía del éxito y la
estima social.

La artesanía y la técnica encuentran su


fundamento en que, actuando de la misma
forma, en situaciones análogas, siguiendo
las mismas reglas, la acción alcanzará
como resultado el fin que se busca.

En la Lingüística la analogía se percibe


como una tendencia regularizadora en las
lenguas naturales opuesta a otra
irregularizadora denominada anomalía. En
cuanto a cuál sea la tendencia dominante,
dos escuelas antiguas de gramáticos ha
sostenido puntos de vista opuestos al
respecto. Ambas aparecen ya formuladas
en el De lingua latina del romano Marco
Terencio Varrón (libros VIII, IX y X). La
analogía se aplica al problema de las
variaciones semánticas y variaciones
etimológicas, al uso de las palabras o al
sentido del discurso: las figuras retóricas
de la comparación, la alegoría y la
metáfora son las figuras a las que la
analogía da sentido.

En Derecho, la analogía constituye el


fundamento de poder considerar casos
semejantes mediante una cuidadosa
comparación. Tal es el fundamento de la
jurisprudencia.

En Filosofía se destaca la importancia de


la analogía, no tanto como modo de
argumentación, sino como característica
de los términos con los que se construye
el discurso. En este sentido se distinguen,
en la filosofía tradicional, dos modos de
analogía: de atribución y de
proporcionalidad; siendo utilizadas estas
distinciones para precisar el modo en que
es posible para el hombre el conocimiento
de Dios. La filosofía actual considera el
problema de la analogía ligado a lo lógico
y lingüístico y como fundamentación en la
epistemología y filosofía de la ciencia.

En biología se dice que dos caracteres son


análogos si cumplen funciones parecidas
por medios semejantes, a pesar de que
podrían tener un origen evolutivo diferente.

El sentido de la analogía a lo
largo de la historia de la
filosofía
Los matemáticos antiguos en
Mesopotamia y los egipcios utilizaron la
analogía en sus cálculos.[3] De hecho la
unidad de medida ya es en sí misma el
establecimiento de una analogía, pues no
es otra cosa que establecer la proporción
por comparación de un objeto material en
relación a una cantidad fijada de
antemano como unidad.

Los matemáticos griegos entendieron la


analogía como proporción o razón de
proporcionalidad en el sentido en que hoy
hablamos de proporciones y razones en
matemáticas.[4]

Fue Platón quien dio a esta noción un


carácter de trascendencia que ha llenado
páginas en la filosofía y el lenguaje.[5]

Si bien Platón introdujo esta noción de


analogía comparando la «Idea del Bien»
con el Sol,[6] el estudio más detallado de
la noción lógica lo hizo Aristóteles al
considerar la analogía del ente.[7]
Los escolásticos, ya en la Edad Media,
aplicaron la doctrina aristotélica a la
tradición neoplatónica cristiana,
deteniéndose en el uso de los términos.
San Buenaventura distinguió entre
analogía y univocidad[4] y los escolásticos
posteriores siguiendo su doctrina
distinguieron entre un hablar unívoco y
modo de hablar análogo.[4] Tomás de
Aquino argumentó sobre la analogía para
la demostración de la existencia de Dios
como Causa Primera, Primer Motor de
Aristóteles (Esse Subsistens), y la
trascendencia de Dios entendida como
Ser-de-esencia, Idea del Bien (Esse), según
la tradición platónica, concibiendo a Dios
como Ipsum Esse Subsistens, cuyo
contenido se predica analógicamente de
los demás entes por participación,
entendidos estos como criaturas.[8]

En la medida en que el pensamiento y el


lenguaje han ido encontrando la fuente de
su propia fundamentación al margen de la
metafísica, a partir de la Edad Moderna, la
analogía ha ido perdiendo sentido
ontológico, acentuándose su sentido e
importancia en cuanto al uso del lenguaje
y su aplicación lógica en los
razonamientos.

La analogía en la creación y
modificación del lenguaje
En Lingüística se llama analogía la acción
que determina creaciones del habla
conforme a modelos preexistentes. Así se
explican los cambios sufridos por
determinadas formas, bajo la influencia de
las semejanzas asociadas en la mente de
los hablantes.[9]

Analogía semántica …

La analogía semántica es un fenómeno


que se produce por la tendencia a asociar
una palabra a un significado análogo. Un
ejemplo lo constituye el término artístico
"miniatura", que proviene del italiano
miniatura y significa literalmente 'pintura
de pequeñas dimensiones, realizada
generalmente sobre vitela u otra superficie
delicada', aunque, por etimología popular,
ha generalizado su significado, y hoy día
designa cualquier objeto de reducidas
dimensiones.[10]
Analogía léxica …

La analogía léxica es el fenómeno que se


produce por la ayuda de la tendencia a
asociar a cada palabra un sentido
determinado. Se denomina también
paretimología o atracción paronímica.[11]
Esta creación de significado se manifiesta,
en general, o bien por trastrueque
semántico o bien por adaptación fonética
de la palabra.[12] Es el recurso más común
en la etimología popular. Así, por ejemplo,
Sebastián de Covarrubias: … Díjose
albufera, según algunos, de bufido, porque
con el soplo del recio viento en la mar
arroja de sí con ímpetu el agua y la echa
fuera de los límites ordinarios de sus
riberas;.[13]
La analogía en el uso del
lenguaje
El uso concreto del lenguaje produce en el
significado de las palabras o en el sentido
del discurso en su referencia a la realidad,
problemas de muy diversa índole. En el
tema que nos ocupa ponemos la atención
en que la misma palabra o discurso puede
adquirir diversos significados o sentidos
según un uso determinado.

Se hacen necesarias varias distinciones:

Univocidad, equivocidad y
anfibología

Hay univocidad cuando la palabra o el


discurso tienen un significado
determinado en su referencia a la realidad
y el uso concreto que se hace del lenguaje,
responde a dicho significado.

La palabra mesa, usada


unívocamente, viene a significar lo
que todos entendemos como tal. Pero
por analogía hablamos de una mesa
de negociación o una mesa redonda o
mesa petitoria, donde el significante
mantiene su significado propio pero
como soporte del adjetivo que
realmente aporta el sentido de la
expresión.

En cambio en el equívoco y la anfibología


de la palabra o expresión referente a una
"presa" solamente por el contexto
podremos establecer si se refiere a una
mujer en la cárcel, al objeto de una cacería
o a un embalse de agua. Cuando alguien
está sujeto, “apresado” o condicionado por
determinadas cosas o circunstancias hace
un uso del lenguaje cuyo sentido depende
de dichas condiciones o circunstancias.
Se juega con la equivocidad que ofrece la
analogía de palabras, y la anfibología de
las expresiones y situaciones de forma
retórica, sin necesidad de mentir o decir
falsedad plena.

El discurso de un político en vísperas


de elecciones adquiere un sentido
“electoralista” y fuera de ese contexto
no tiene el mismo sentido. Ocurre lo
mismo con el uso del lenguaje en la
propaganda.

El discurso de la ciencia pretende tener


una referencia unívoca mediante un
proceso de formalización del lenguaje,
para evitar toda equivocidad.

La equivocidad y la anfibología es el
recurso retórico de la ironía y el “doble
sentido”, así como del chiste.

¿Cómo quieres que vaya de noche a


verte, si el perro de tu padre sale a
morderme?

Analogía propiamente dicha …

Es aquella palabra o discurso en sí que es


unívoco pero es usado de tal manera que,
conservando el significado propio, en el
uso análogo adquiere un significado o
sentido figurado en relación con el
significado propio como término de
comparación. En las analogías se
conserva el sentido, la relación de
significantes, no los significados.

Homología …

Se produce homología cuando dos cosas


o casos diferentes, aun siendo
estructuralmente semejantes poseen
funciones diferentes. En Biología, la
evolución convergente, es la evolución
independiente de características similares
en especies de diferentes linajes. La
evolución convergente crea estructuras
análogas que tienen una forma o función
similar pero que no estaban presentes en
el último antepasado común de esos
grupos.
Dos géneros, Euphorbia y Astrophytum, solo están
lejanamente relacionados, pero las especies, dentro
de cada uno, han convergido en una forma similar del
cuerpo.

Por ejemplo los brazos de una persona


son homólogos a las aletas de una
ballena, la estructura (significante) es
esencialmente la misma pero la función
(significado) cambia.

En geometría las figuras “semejantes” son


homólogas, porque poseen una forma o
estructura semejante.
En las homologías la forma o estructura
es lo que permanece semejante mientras
que cambia el sentido, o sea, la relación
entre los significantes.

La esfera y el balón de fútbol, que algunos


llegan a denominar «el esférico».

Comparación …

Se habla de símil cuando el lenguaje


expresa directamente una comparación
entre dos objetos o situaciones reales.

El narrador resalta retóricamente la


fuerza de una hormiga llevando una
hojita al hormiguero diciendo: «es
como si arrastrara hacia su casa un
objeto de 150 kg», dando a entender
que es similar al esfuerzo que haría
un hombre para mover ese peso.
Alegoría …

Cuando la comparación se prolonga a lo


largo del discurso hablando del término
comparado en vez de hablar del propio
objeto de referencia real, entonces el
recurso lingüístico recibe el nombre de
alegoría.

Las parábolas del Evangelio o las


fábulas son el ejemplo más propio de
lo que es una alegoría. El cuento de
Pinocho es una alegoría de lo que no
debe hacer un niño, «mentir». Los
niños tienen que «decir siempre la
verdad», so pena de recibir un castigo.
El mensaje se hace más patente al
niño a través del cuento que la mera
transmisión del mensaje "no mientas".
Ciertas alegorías retóricas se
plasman en imágenes que aportan un
sentido intermedio entre el símbolo y
la alegoría como por ejemplo la
representación de la Balanza
sostenida por una mujer con los ojos
tapados en representación de la
Justicia; o Cupido tirando flechas con
los ojos tapados.
La metáfora …

Se habla metafóricamente cuando el


discurso toma como objeto directamente
el término de comparación, omitiendo la
referencia al término comparado. Si el
amante le dice a la amada: «eres la luz de
mi vida», es evidente que no le está
comparando con una «linterna»; en todo
caso sería con el «sol» en un sentido
figurado; lo que está diciendo en realidad
es que: «así como la luz (del sol) es
esencial para la vida, tú eres para mí tan
esencial como la luz (del sol) y sin ti no
puedo vivir».

La analogía en el aprendizaje
de la conducta y la técnica
El aprendizaje consiste en la
consolidación de una pauta o esquema de
conducta según un contexto ambiental de
estímulo en la psicología de un individuo.

El éxito de la conducta como respuesta


psicológica respecto a la situación de
estímulo que la provocó sirve de
justificación de la consolidación de la
respuesta.

En otras palabras, la repetición de la pauta


de conducta es el supuesto analógico de
que: siempre que se de el mismo contexto
o situación de estímulo, la respuesta
volverá a ser satisfactoria.

Por su parte la técnica consiste en una


conducta sujeta a determinadas "normas
culturales" establecidas como forma de
actuar en orden a alcanzar un
determinado fin. Cuando esas normas
vienen dictadas por la costumbre,
hablamos de artesanía; cuando el
fundamento de las normas están
determinadas por el conocimiento
científico hablamos de ingenierías o
simplemente de técnica.
El supuesto analógico que justifica tanto la
costumbre como la técnica es: siempre
que pretendas alcanzar tal fin, actuar
conforme a estas normas es garantía de
alcanzarlo.

La analogía en la
argumentación

Este modelo del castillo Himeji (a escala 1/20) fue


hecho en 1995 justo antes de que la torre principal
fuera reconstruida. Fue hecho para revisar los
defectos y detalles de la estructura y así asegurar la
integridad de la construcción.
La analogía no pasaría de ser una figura
literaria o expresiva, retórica, si no fuera
porque a la sombra de esta capacidad de
comparación del entendimiento se han
forjado los argumentos analógicos. De
hecho, el razonamiento analógico —que es
su mayor aplicación— es un procedimiento
a posteriori, que consiste en pasar de lo
conocido a lo desconocido, de los efectos
manifiestos a las causas que se nos
esconden.[14]

No cabe duda de que en la literatura y el


arte tales argumentos ofrecen una riqueza
expresiva enorme. En la vida diaria
continuamente practicamos tales
razonamientos. Tales argumentos, como
argumentos inductivos de conclusión
probable y retórica no tienen
inconveniente alguno. Nos acercan al
posible conocimiento de la verdad lo
mismo que cualquier razonamiento
científico.

La ciencia conforme a métodos


claramente determinados utiliza esos
argumentos, siendo de especial relevancia
el método de reducción al absurdo en
matemáticas y lógica[15] y, sobre todo, en
la construcción de modelos lógico-
formales y científicos, bien sean teóricos o
materiales.[16]

En la técnica se usa el modelo material a


escala como representación reducida de
una realidad a fin de poder estudiar su
comportamiento, considerando que la
realidad conservará análogamente las
mismas propiedades que el modelo.
De especial trascendencia es el modelo
político y el modelo económico que
adopta una sociedad para justificar sus
estructuras sociales y de poder.

Son formas argumentales basadas en la


analogía:

Interpolación …

Consiste en determinar cada una de las


variables de las formas en las que se
pueden reproducir y cómo afectan al
resultado. Pero no sólo basándose en su
relación estadística sino también en su
causalidad. Esto constituye las reglas que
se utilizan para llegar a una nueva
conclusión, siempre de forma aproximada.
Es decir, se considera todas las
situaciones posibles y sus repercusiones y
las interpolamos a la nueva situación por
analogía o inducción.

Extrapolación …

Consiste en suponer que el curso de los


acontecimientos continuará en el futuro,
convirtiéndose en reglas que se utilizarán
para llegar a una nueva conclusión. Es
decir, se afirma a ciencia cierta que
existen unos axiomas y éstos son
extrapolables a la nueva situación.

La base para una extrapolación será el


conocimiento sobre el reciente desarrollo
del fenómeno. Se precisa al menos dos
observaciones secuenciales hechas en
puntos conocidos en el tiempo. Las
observaciones son habitualmente
registradas como variables cuantitativas,
medidas en algún tipo de escala. El
material consiste en una serie
cronológica. No obstante, nada impide
extrapolar tendencias que se describan
enteramente en términos cualitativos.

Utilizado para buscar la solución a un


problema (lógica) o de enseñar la misma
(pedagogía), lo convierte en una
herramienta muy utilizada en el marco
profesional y de enseñanza. Esta vía no
excluye necesariamente el método de
interpolación y mucho menos pueden
considerarse como únicas.

Reducción a lo absurdo …
Es usado para demostrar la validez de
proposiciones categóricas; se parte por
suponer como hipotética la negación o
falsedad de la tesis de la proposición a
demostrar, y mediante una concatenación
de inferencias lógicas válidas se pretende
derivar una contradicción lógica, un
absurdo; de derivarse una contradicción,
se concluye que la hipótesis de partida (la
negación de la original) ha de ser falsa, y
la original es verdadera y la proposición o
argumento es válido.

A este método también se le conoce como


prueba por contradicción o prueba ad
absurdum. Parte de la base es el
cumplimiento del principio de exclusión de
intermedios: una proposición que no
puede ser falsa necesariamente es
verdadera.

La modelización …

De especial relevancia para la ciencia y la


técnica es la construcción de modelos.

En la técnica se usa el modelo a escala


como representación reducida de una
realidad a fin de poder estudiar su
comportamiento, considerando que la
realidad conservará análogamente las
mismas propiedades que el modelo.

Más importancia para la ciencia tienen los


modelos teóricos, en especial los modelos
matemáticos, sobre todo a partir de la
informática que hace posible el cálculo
numérico.
De especial trascendencia es el modelo
político y el modelo económico que
adopta una sociedad para justificar sus
estructuras sociales y de poder.

La reflexión filosófica sobre


la analogía

La filosofía tradicional …

La llamada filosofía tradicional en


occidente,[17] ha concebido la analogía
sobre todo en orden a justificar el
conocimiento de la realidad que está más
allá de la experiencia del mundo, la
Metafísica, y es usada de manera especial
en el cristianismo, para la demostración
de la existencia de Dios.
Para ello consideraban el argumento
basado en la analogía concebida de dos
formas:

Como analogía de proporción


Como analogía de atribución
Analogía de proporcionalidad …

En la famosa «Alegoría de la Caverna»[18]


Platón compara el mundo material a un
mundo de sombras que surge a partir de
la luz del Sol, fuente de todo, y que da
origen a la realidad material y sensible
iluminando las ideas. Los entes materiales
son las sombras que los hombres,
prisioneros en el mundo material,
solamente pueden contemplar como
sombras de las ideas proyectadas en la
pared de la caverna, siendo ellos mismos,
en cuanto seres materiales, (cuerpo
material en oposición a la forma como
alma) meras sombras transitorias en este
mundo. El alma, en cuanto es capaz de
liberarse de lo sensible y material puede
llegar a contemplar la verdadera realidad
de las ideas. De esta forma:

El ver es al cuerpo como el pensar es


al alma

Modelo teórico del átomo según Bohr.

Este mundo en su imperfección nos


remite al mundo de las ideas en su
perfección
El ser mudable y material nos remite al
Ser inmutable de las ideas y, en último
término, al Ser Eterno y Perfecto que
es la Idea del Bien

El conocimiento consiste en reconocer,


recordar y contemplar en las cosas
sensibles de este mundo las ideas como
verdadera realidad. El alma pertenece al
mundo de las ideas, las ha contemplado
en una vida anterior; la vida en este mundo
material no es más que un proceso de
purificación necesaria para que, a través
de la Filosofía el alma racional a través del
hombre, pueda liberarse definitivamente
de lo material volviendo a su lugar natural
en el mundo de las ideas. Mientras eso no
se cumpla será juzgada y tendrá que ir
reencarnándose sucesivamente en los
diversos seres del mundo.
Los cristianos encontraron en esta
filosofía platónica la principal fuente de
inspiración para la justificación filosófica
de su Religión: un concepto de Dios Único,
frente al politeísmo. Un mundo que está
hecho según unas ideas, una Providencia
de Dios, un plan Creador. Un juicio que
premia a los buenos y castiga a los malos.
Y un mundo material que impide o dificulta
al alma, encarnada en la materia del
cuerpo elevarse al mundo de las ideas y
en definitiva a Dios, si bien los cristianos
sólo aceptan la existencia del alma
humana como espíritu que trasciende la
materia.[19]

En definitiva, la analogía se convierte en la


forma en la que el entendimiento humano,
la razón o el alma humana, comprende la
verdadera realidad y asciende por medio
de las ideas, la fe en el caso de los
cristianos, al conocimiento de la Verdad, y
el conocimiento del Dios Verdadero, del
que por analogía de las perfecciones
limitadas del mundo podemos predicar
sus atributos como Perfección Absoluta.

Si hay sustancias como unidad de ser


es porque Dios es el Ser Absoluto,
Unidad Absoluta.
Si hay cosas buenas es porque Dios
es La Bondad Absoluta.
Si hay verdades es porque Dios es la
Verdad Absoluta.
Si hay belleza es porque Dios es la
Belleza Absoluta.
Analogía de atribución …
Hasta la reintroducción del pensamiento
aristotélico por los árabes,[20] el
platonismo fue la filosofía que inspiró al
cristianismo.

Aristóteles habla del uso de los términos y


aplica al ente un uso analógico.[21]

El ejemplo de Aristóteles: Cuerpo sano,


orina sana, alimento sano y medicina
sana.

La salud propiamente dicha únicamente


se predica de un cuerpo sano. Y por
comparación con un cuerpo sano decímos
que:

La orina es sana en tanto que manifiesta


la salud del cuerpo
La medicina es sana en tanto que
recupera la salud del cuerpo
El alimento es sano en tanto que
mantiene la salud del cuerpo.

En todos estos casos la predicación se


hace con referencia a una realidad y con
referencia a ella se aplica a todas las
demás.

No tiene el mismo sentido el verbo Ser en


cada una de las siguientes expresiones:

Este es Pedro
Pedro es un hombre
Pedro es simpático
Pedro es (está) sentado

referidas todas a un mismo sujeto.


En el primer caso hablamos del ser de
Pedro directamente, en su existencia que
se nos manifiesta aquí y ahora, en el
mundo de mi propia existencia,
designándole como realidad. En el
segundo explicamos cómo entendemos lo
que es Pedro. En el tercero afirmamos una
cualidad propia del Pedro que conocemos.
En el cuarto indicamos un modo de ser en
un momento dado del Pedro que
conocemos.

Ser también es usado con referencia a los


objetos posibles, aun cuando no existiera
ninguno. Así por ejemplo cuando decímos:
"Un nieto es el hijo de un hijo con respecto
al padre del primero". Hemos definido un
ser posible lo mismo que “Pegaso es un
caballo con alas”.[22]
Ser también tiene sentido de pasado o
futuro: Napoleón fue emperador de
Francia. - Si actuamos correctamente el
mundo será mejor.

En el caso de la orina, la medicina o el


alimento, la atribución del predicado es
meramente una relación extrínseca a
partir de la relación accidental con el
cuerpo.

En el caso de Pedro la atribución de esos


predicados es relación intrínseca puesto
que atañe a las notas propias que
constituyen a Pedro como tal.

¿Cuál es el sentido propio del verbo ser?

Para Aristóteles no cabe la menor duda:


Pedro y el cuerpo concreto que existe y
que está sano aquí y ahora. Es lo que
Aristóteles llama la sustancia primera.

La sustancia primera es lo que


verdaderamente existe, (es) y todo lo
demás existe (es) en función de y para la
sustancia.

La sustancia es aquello que únicamente


puede realizar la función de sujeto de la
oración y nunca de predicado o atributo de
otra cosa. Es decir: Pedro, Juan, este gato,
esta piedra, etc. La única determinación
posible en el lenguaje es nombrar por
medio de un nombre Propio. A falta de
nombre propio, que solo concedemos a
algunos seres, la única posibilidad es
señalar con el dedo: “Esto”.[23]
La comprensión lógica de lo que es “Esto”,
se hace necesariamente a través de los
sucesivos predicados que se expresan
mediante conceptos universales. Pedro es
un hombre – Esto es un gato – Esto es
una piedra.

Sobre los diversos predicados y modos de


predicación que puede tener la sustancia
véase: categorías y predicables.

Para Aristóteles (para la «filosofía


tradicional» solamente en cuanto al
conocimiento), el ser se manifiesta como
tal en la existencia de sustancias
primeras, es decir, los entes propiamente
dichos. Todo lo demás, cualidades,
tiempos, modos, y relaciones, los
llamados accidentes, existen como
formas referidas a una sustancia real, y se
expresan como predicados de la sustancia
primera mediante conceptos universales.

Los conceptos universales surgen a partir


del conocimiento de la experiencia
mediante un proceso de abstracción que
permite al «entendimiento agente» intuir la
esencia de las cosas. Por eso la atribución
analógica de los predicados tiene en este
modo de pensamiento pleno sentido de
ser, de realidad, aunque sea en sentido
analógico.

De esta forma la afirmación en un juicio de


términos manifiesta una verdad plena de
sentido de ser verdadero como verdad
ontológica, con sentido metafísico
La filosofía moderna …

La reflexión filosófica sobre el


conocimiento cambia completamente de
sentido cuando Descartes enuncia su
principio indubitable de “pienso, luego
existo”. Ahora el objeto de reflexión sobre
el conocimiento ya no es el ser de un
objeto que se nos da en la experiencia del
mundo sino el ser que nos aparece en
nuestra conciencia, que él llamó idea en
un sentido completamente diferente a
como hasta entonces se había entendido
dicho concepto, el sentido platónico.
Ahora la idea es un contenido de
conciencia y por tanto es algo cuyo ser se
manifiesta en el pensamiento subjetivo del
sujeto que piensa.
El mundo deja de manifestar el ser y se
convierte en un fenómeno que aparece en
la conciencia.[24]

Los conceptos dejan de ser una intuición


objetiva del entendimiento y son meros
contenidos de conciencia. El mundo
exterior se convierte en problemático en el
solipsismo.

Los racionalistas, como Descartes,


Malebranche, Leibniz, Pascal, Wolff, etc.
restauran la existencia de Dios y la
metafísica mediante las ideas innatas;
Spinoza, llevando la noción de sustancia y
necesidad lógica al límite de su contenido,
establece un monismo panteísta.

Los empiristas en cambio, Locke, no


admiten más fuente de conocimiento que
la experiencia y por tanto los conceptos,
las ideas, no son más que elaboraciones
del entendimiento para ajustar la conducta
a la propia experiencia. La sustancia no es
más que una idea compleja que no
representa una ´realidad en sí, sino un
“ramillete de percepciones”. Berkeley
incluso llegará a postular la ontología de la
realidad como percepción divina Esse est
percipi: Ser (existir) es ser percibido.

No es posible la metafísica, y la ciencia no


es más que una expectativa hipotética y
analógica basada en la experiencia
pasada, concluirá Hume.

La analogía de la experiencia …

Kant, ante la postura del empirismo


extremo de Hume que niega la posibilidad
de una ciencia necesaria, pretenderá
justificar la ciencia que se muestra en la
Física de Newton como un éxito
incuestionable.[25] [26]

Kant encuentra el fundamento de la


ciencia en las llamadas Analogías de la
experiencia y los postulados del pensar
empírico:

LAS ANALOGÍAS DE LA EXPERIENCIA LOS POSTULADOS DEL PENSAR EMPÍRICO

Permanencia de la sustancia a través Lo que concuerda con las condiciones formales de la


del cambio experiencia es posible

Ley de causa-efecto como reguladora Lo que está en interdependencia con las condiciones
del cambio materiales de la experiencia es real

La simultaneidad implica acción Lo determinado por las condiciones universales de la


recíproca (en las sustancias) experiencia es necesario

Ahora bien, todo esto es referente al


mundo fenoménico, lo que constituye el
Mundo de las percepciones que se dan en
la conciencia, pero el acceso a la realidad
en sí como noúmeno no es posible
mediante el conocimiento y por tanto la
Metafísica no es posible como ciencia.

Sólo podemos llegar a la representación


de Dios mediante un postulado de la
Razón Práctica.

La analogía en la filosofía actual …

John Stuart Mill[27] considera que la


analogía es como un argumento inductivo
pero sin ser inducción completa, y añade
“pero no hay palabra que se use más
vagamente, o con una gran variedad de
acepciones”.

No obstante acepta el argumento


analógico, siempre y cuando se den
ciertas condiciones; no solamente tener
en cuenta las semejanzas, sino también
las diferencias considerando las
relaciones entre ambas en un
conocimiento suficientemente extenso.

Solo se puede admitir el argumento


analógico en la medida en que las
semejanzas son grandes y las diferencias
muy pequeñas, lo que, en realidad,
convierte a dicho argumento analógico en
un argumento inductivo.

Ernst Mach considera la analogía como


una relación entre sistemas de elementos
homólogos que pueden dar lugar a
diferencias y semejanzas, en la medida en
que dichas relaciones pueden
establecerse y medirse.

En cualquier caso tanto para Stuart Mill


como para Mach el argumento analógico
como inducción siempre va de lo
particular a lo particular y no puede pasar
de ser un argumento probable.

Por lo tanto la problemática del argumento


analógico reside en que podamos inferir
algo no perceptible, partiendo de lo
mundano y perceptible en la experiencia, y
conforme a un sistema formal lógico.

Tal ha sido la preocupación de Józef


Maria Bocheński que interpreta la analogía
tomista de la forma siguiente:

La expresión a significa en el lenguaje


l el contenido f del objeto x
Simbólicamente: S(a,l,f,x) llamado
complejo semántico, siendo el
contenido f lo equivalente a la ratio o
proporcionalidad tomista y x una cosa
individual.

Bocheński establece la tabla de relaciones


posibles entre dos complejos semánticos
(16 relaciones) y lo compara con lo que
Russell y Whitehead en sus Principia
Mathematica llamaron 'ambigüedad
sistemática, considerando que ambas
situaciones venían a ser el equivalente de
la analogía tradicional.

La analogía para Bocheński es pues: “Una


relación entre: dos expresiones (nombres
o términos), un lenguaje, dos contenidos
(sentidos) y dos cosas (objetos), teniendo
los nombres la misma forma y siendo las
cosas diferentes.
La dificultad que representa la
formalización es que, frente a la lógica
tradicional, ahora hay que usar
expresiones de expresiones, o símbolos
de símbolos, lo que definitivamente
conlleva que la analogía es un género de
expresiones equívocas.

En definitiva: la analogía es analógica.

Considerar que la idea de padre pueda ser


aplicada como argumento lógico a la idea
de principio solo sería posible en la
medida en que pudiéramos encontrar una
formalización que superara el hecho de
que, mientras el concepto de principio es
transitivo, (un principio puede generar otro
principio), el padre es intransitivo, (un
padre engendra a un hijo) no otro padre.
Para Bocheński las lógicas
trascendentales, históricas, etc. no tienen
sentido. Por el contrario la lógica formal,
con todas sus sutilezas, proporcionan más
enseñanzas que las construcciones
metafísicas grandiosas.

García Bacca,[28] sin embargo, considera


la analogía entre un ser que tiende hacia la
"entificación" y un ser que tiende hacia la
Nada "Aniquilación". El hombre es una
potencia de trascendentalidad como
Metafísica Natural o espontánea en la
medida en que tiende hacia la
trascendentalización pero ésta no es una
teorízación especulativa sino una acción
transformadora del mundo.

Respecto a la aplicación de la analogía


surgen propuestas interesantes y
novedosas de la mano de la Semiótica y la
Hermenéutica.[29]

Hilary Putnam realiza una muy interesante


crítica y valoración de la analogía como
inducción y método.[30]

La esperanza de tener
un método formal,
capaz de ser aislado a
partir de nuestros
juicios sobre la
naturaleza del mundo,
parece haberse
frustrado. Y si
ensanchamos la noción
de un método de
manera que una
formalización de la
psicología completa de
un ser humano
idealmente racional
cuente como un
"método", no hay razón
para pensar que un
"método" en este sentido
deba ser independiente
de los juicios del ser
humano sobre
metafísica, estética o
cualquiera otra cosa.
Después de todo, la
única razón para creer
que el método científico
no tendría presupuestos
éticos (o metafísicos)
era que se suponía que
era un método formal.
Hilary Putnam op. cit. p.
145
Sin embargo el desarrollo de la ciencia,
gracias a la informática, ha hecho posible
la construcción de modelos formales de
lógicas polivalentes, así como la
construcción de modelos complejos
gracias al cálculo numérico, y coloca la
analogía en el centro de la
fundamentación del método científico y de
la epistemología en la consideración
semiótica y hermenéutica del
conocimiento como esencialmente
interpretativo.[31]

Razonamiento analógico
El razonamiento analógico es una forma
de razonamiento que consiste en obtener
una conclusión a partir de premisas en las
que se establece una similitud o analogía
entre elementos o conjuntos de elementos
distintos, por lo tanto éste va de particular
en particular. Consiste en atribuir a un
objeto que se investiga, las propiedades
de otro análogo que ya es conocido.

Por ejemplo: Si se sabe que Marte y la


Tierra, son planetas similares, y que en la
Tierra hay vida, se puede concluir qué,
probablemente, en Marte habrá vida.[32]

Otro ejemplo: El presidente del Parlamento


es como un entrenador de fútbol y por
tanto puede decidir qué parlamentarios
participan en un debate y durante cuánto
tiempo. Como es lógico, la corrección de
un razonamiento como el anterior
depende de lo adecuado de la
comparación. En el caso que nos ocupa, la
comparación entre el presidente del
Parlamento y un entrenador de fútbol no
tendría por qué ser pertinente, o al menos
no en todos los casos, a pesar de que la
conclusión del razonamiento pudiera ser
verdadera.

El razonamiento analógico es
generalmente considerado un tipo de
razonamiento inductivo.[33] La analogía es
la base de la mayoría de los
razonamientos ordinarios, por cuanto, la
gente tiende a tomar decisiones
basándose en experiencias pasadas o en
otro tipo de comparaciones.[34] Ningún
razonamiento analógico pretende ser
matemáticamente cierto. Lo único que se
puede afirmar de ellos es un grado de
probabilidad.[35]
Notas
1. Real Academia Española y Asociación
de Academias de la Lengua Española
(2014). «analogía» . Diccionario de la
lengua española (23.ª edición).
Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-
4189-7. Consultado el 25 de febrero
de 2019.
2. Véase concepto
3. Historia de la Ciencia, op. Cit. Vol. I, p.
51.
4. Diccionario de Filosofía, op. cit.
'Analogía'.
5. Platón. República 508; Timeo 31B –
32A.
6. La República. Libro VII.
7. Metafísica, ,2; 1003d 33).
8. quinque viae
9. Gran Enciclopedia Larousse, 10 vol.
Tomo I, Analogía. Ling. p. 446.
10. Enciclopedia Universal Micronet S. A.
1995-2006.
11. Lázaro Carreter, F.: Dicc. de térm.
filológ., pp. 175-176.
12. Walter von Wartburg, Dictionnaire
étymologique de la langue française
(Diccionario etimológico de la lengua
francesa), 2004. ISBN 978-2-13-
054426-5
13. * Covarrubias Horozco, Sebastián de.
(2006). Tesoro de la lengua castellana
o española. Edición integral e
ilustrada de Ignacio Arellano y Rafael
Zafra. Madrid/Frankfurt: Universidad
de Navarra/Iberoamericana/Vervuert.
LXVI + 1639 po. + 1 DVD. ISBN 84-
8489-074-0. Voz: Albufera, p. 86.
14. Mauricio
Beuchot.http://www.ensayistas.org/a
ntologia/XXA/beuchot/beuchot2.htm
. Consultado 01/11/2012
15. Cuyo referente analógico se basa en
la aplicación del principio de no
contradicción al ser comparado con la
consecuencia contradictoria de una
hipótesis que niega lo que se pretende
demostrar
16. Cfr. ciencia, teoría de sistemas y
modelado numérico.
17. De herencia griega sobre todo de
Platón y Aristóteles, completada por
los árabes y la Escolástica en la Edad
Media.
18. La República, Libro VII.
19. San Agustín considera que el
conocimiento verdadero ya en sí
mismo es una iluminación divina, y la
fe es una gracia divina.
20. Avicena introduce, a partir de la
filosofía aristotélica, una distinción
muy importante entre el ser-de-
esencia y el ser-de-existencia
21. Categorías,I, 1a; Metafísica,Γ, 1048 a
37; Θ, 6, 1093 b 19
22. Un ser-de-esencia en el sentido de
Avicena, o ente en potencia como dice
Sto. Tomás. Hoy tales conceptos se
consideran propiedades; y su uso
lógico, como términos sin
cuantificación existencial de
individuos, encuentran su sentido en
una lógica de segundo orden
23. Esta es la manifestación primaria del
ser al ser interpretada lógicamente
mediante el lenguaje: “Esto”, sujeto de
todos los posibles predicados y la
designación por un nombre propio.
“Esto” es lo que percibimos como ser,
como existente; lo que nos aparece en
nuestra propia existencia, como algo
que existe en la misma medida que
existo yo que lo percibo y conozco,
aquí y ahora, en el mundo. Es lo que
señala con el dedito el niño que quiere
algo pero no tiene lenguaje para
designarlo
24. Interesante y curioso libro que
pretende expresar este problema a
modo de novela didáctica: Gaarder, J.
El mundo de Sofía…..
25. Tal es el problema que plantea Kant
en el prólogo a la Crítica de la Razón
Pura.
26. Newton, por su parte presenta su
Física como una “Philosophia
naturalis” en la que el espacio-tiempo
es absoluto puesto que es el
“sensorium Dei”
27. A system of Logic, III, xx, 1-3
28. "La analogía del ser y sus relaciones
con la metafísica" Episteme (Caracas)
nº 3 (1959-1960): 1-64.
29. Umberto Eco, Mauricio Beuchot.Véase
Evidencia (filosofía)
30. Hilary Putnam, op. cit. p.139 y ss.
31. Cfr. ciencia
32. ESCOBAR, Gustavo. El Razonamiento.
En: Lógica Nociones y Aplicaciones. 1
ed. México D.F.: McGraw-Hill. 1999. P.
160.
33. Copi, Irving M. (2005). Introduction to
logic (12th ed edición).
Pearson/Prentice Hall. p. 303.
ISBN 0131898345. OCLC 55037026 .
Consultado el 24 de octubre de 2019.
«Hay muchos razonamientos que no
aspiran a demostrar la verdad de sus
conclusiones como derivación
necesaria de sus premisas [...] reciben
generalmente el nombre de inductivos
[...] Quizás el tipo de razonamiento no
deductivo, o inductivo, usado más
corrientemente, es el razonamiento
por analogía.»
34. COPI, Irving M. Y COHEN, Carl.
Introducción. En: Introducción a la
Lógica. Versión autorizada en español
de la obra publicada en inglés con el
título: Introduction to Logic.
Traducción: GONZÁLES, Edgar A.
México D.F.: Editorial Limusa, 2004. p.
444.
35. COPI, Irving M. Y COHEN, Carl.
Introducción. En: Introducción a la
Lógica. Versión autorizada en español
de la obra publicada en inglés con el
título: Introduction to Logic.
Traducción: GONZÁLES, Edgar A.
México D.F.: Editorial Limusa, 2004. p.
445.

Bibliografía
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teólogo antes que filósofo. Los filósofos
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Vives. ISBN 84-316-2134-6.

Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra
información sobre analogía.
http://www.ensayistas.org/antologia/XX
A/beuchot/beuchot2.htm
Voz Analogía en Philosophica:
Enciclopedia filosófica online
Voz Analogía entis vs. Analogia Christi
en Philosophica: Enciclopedia filosófica
online
http://www.filosoficas.unam.mx/~afmbi
b/mayteAFM/Ponencias/25022.pdf
Archivado el 12 de agosto de 2011 en
la Wayback Machine.
La analogía tradicional (Parte 4.ª)

Datos: Q185816

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