Sunteți pe pagina 1din 3

2.

Deja atrás el miedo al qué dirán

El día a día está lleno de acciones empujados por el miedo. Y si eres emprendedor, el

miedo es parte de tu vida. Miedo a fracasar. Miedo a que te digan que no. Miedo a no

hacerlo bien. Miedo a no llegar a fin de mes. Ojalá fuera fácil emprender sin miedo.

El miedo nos acompaña.

Seamos realistas. El miedo no va a desaparecer. Pero podemos crecernos y combatirlo

para que no domine nuestra vida. ¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Los haters existen tanto en las redes sociales como en el mundo real. Estas son

personas que no resisten ver a otros triunfar. ¡Pero no te preocupes! Si tu deseo de

hacer que tu proyecto destaque es lo suficientemente fuerte, no te verás afectado por

comentarios como los siguientes: “Yo no podría”, “yo que tú lo pensaba dos veces” o

“en estos tiempos deberías quedarte con tu trabajo actual, por si acaso no te sale tu

idea”.

Si escuchas estos comentarios, es mejor hacer caso omiso y dar vuelta a la página.

Esto te permitirá reafirmar tus objetivos y de ahí centrar tu vista y tus pasos hacia

delante.

1. Vence tu temor al rechazo

Si tu felicidad se está viendo obstaculizada por esa barrera, detente a pensar un

momento en esa situación ¿De verdad merece la pena?


Si lo que temes de verdad es ser rechazado por esa familia, esos amigos o esa

sociedad, deberás poner en tu balanza ambas partes para ver qué pesa más en tu

corazón.

No podemos ser aquello que no somos, ni callar eternamente nuestros

pensamientos y deseos. El aparentar ser algo que no somos, deja asomar un día u

otro la frustración, y con ella, la baja autoestima.

No vale la pena. Nuestro equilibrio personal es lo primero, al igual que nuestro

equilibrio psicológico.

2. Es imposible gustar a todo el mundo

Hay algo que debemos tener claro desde el principio, algo que deberían enseñarnos

desde niños: es imposible gustar a todo el mundo. Y no solo es imposible, es

incluso saludable. El miedo al que dirán esta relacionado precisamente con esta

necesidad, la de encajar.

Cada uno de nosotros tenemos una personalidad, unos criterios y una voz. El no

encajar con otras personas pone a su vez unos límites adecuados que nos dan

identidad.

3. Acepta las críticas, deja a un lado el miedo al que dirán

Las críticas forman parte de toda dinámica social. Por tanto, hay que tratar de

analizarlas como lo que son: “otros puntos de vista”. Y como tales, debemos

respetarlas sin llegar a dramatizar.


Cada uno de nosotros dispondremos de un enfoque de lo que es la vida, y con esos

puntos de vista variados y diversos hemos de aprender a convivir. Pero siempre sin

juzgar o llevar a los extremos.

4. Defiende tu posición

Puede que otros quieran imponer sus ideas sobre ti. Que pregonicen sobre sus

propias moralidades, sus propias normas sociales, sobre lo que está bien y lo que

está mal. No lo permitas.

Debes defender tus posturas, tus ideas y tus necesidades, no te dejes vencer o

infravalorar… porque cuando atacan a tus propios valores, estarás perdiéndote a ti

mismo/a.

5. Actúa según tus propios principios

Esta idea es aplicable a cualquier ámbito. Incluso cuando vas a comprarte ropa y te

dejas influenciar por quienes te acompañan. Haz siempre lo que te haga sentir bien,

lo que te permita ser feliz en las pequeñas y en las grandes decisiones. Porque si

vamos perdiendo la voz poco a poco, llegará un momento en que ni siquiera nos

escuchemos a nosotros mismos.

¿Vale la pena? Desde luego que no. Reclama tus derechos y dilo en voz alta. “El

miedo al qué dirán”, es solo un viento frío y rancio que no tiene por qué

afectarte.

S-ar putea să vă placă și