Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
El día a día está lleno de acciones empujados por el miedo. Y si eres emprendedor, el
miedo es parte de tu vida. Miedo a fracasar. Miedo a que te digan que no. Miedo a no
hacerlo bien. Miedo a no llegar a fin de mes. Ojalá fuera fácil emprender sin miedo.
Los haters existen tanto en las redes sociales como en el mundo real. Estas son
comentarios como los siguientes: “Yo no podría”, “yo que tú lo pensaba dos veces” o
“en estos tiempos deberías quedarte con tu trabajo actual, por si acaso no te sale tu
idea”.
Si escuchas estos comentarios, es mejor hacer caso omiso y dar vuelta a la página.
Esto te permitirá reafirmar tus objetivos y de ahí centrar tu vista y tus pasos hacia
delante.
sociedad, deberás poner en tu balanza ambas partes para ver qué pesa más en tu
corazón.
pensamientos y deseos. El aparentar ser algo que no somos, deja asomar un día u
equilibrio psicológico.
Hay algo que debemos tener claro desde el principio, algo que deberían enseñarnos
incluso saludable. El miedo al que dirán esta relacionado precisamente con esta
necesidad, la de encajar.
Cada uno de nosotros tenemos una personalidad, unos criterios y una voz. El no
encajar con otras personas pone a su vez unos límites adecuados que nos dan
identidad.
Las críticas forman parte de toda dinámica social. Por tanto, hay que tratar de
analizarlas como lo que son: “otros puntos de vista”. Y como tales, debemos
puntos de vista variados y diversos hemos de aprender a convivir. Pero siempre sin
4. Defiende tu posición
Puede que otros quieran imponer sus ideas sobre ti. Que pregonicen sobre sus
propias moralidades, sus propias normas sociales, sobre lo que está bien y lo que
Debes defender tus posturas, tus ideas y tus necesidades, no te dejes vencer o
mismo/a.
Esta idea es aplicable a cualquier ámbito. Incluso cuando vas a comprarte ropa y te
dejas influenciar por quienes te acompañan. Haz siempre lo que te haga sentir bien,
lo que te permita ser feliz en las pequeñas y en las grandes decisiones. Porque si
vamos perdiendo la voz poco a poco, llegará un momento en que ni siquiera nos
¿Vale la pena? Desde luego que no. Reclama tus derechos y dilo en voz alta. “El
miedo al qué dirán”, es solo un viento frío y rancio que no tiene por qué
afectarte.