Sunteți pe pagina 1din 10

El libro VII comienza con el símil de la caverna, que ya comentamos ampliamente en clase.

A
continuación, Platón señala la posibilidad de que el que pase de las "cosas divinas" a las
"humanas" podrá comportarse desmañadamente y quedar en ridículo, por "ver de modo
confuso" y no estar acostumbrado a las tinieblas de la caverna. Luego critica a los que definen
(los sofistas) a la educación como una ciencia que no está en el alma, sino que "ellos la ponen,
como si se pusiera la vista en ojos ciegos"(518c). Por consiguiente, señala Platón, educar será
enseñar a mirar correctamente: "La educación será el arte de volver este órgano del alma del
modo más fácil y eficaz en que puede ser vuelto, mas no como si se le infundiera la vista,
puesto que ya la posee, sino, en caso de que se lo haya girado incorrectamente y no mire
adonde debe, posibilitando la corrección" (518d). La "excelencia del comprender", que Platón
sitúa en el alma, corresponde "a algo más divino" que las demás excelencias del alma y del
cuerpo, pero dependiendo de adonde se dirija, puede ser útil y provechosa o perjudicial.

También el alma de los "malvados", indica Platón, mira con agudeza y penetrantemente. Para
evitar esto, es necesario que desde la infancia "se trabajara podando en tal naturaleza lo que,
con su peso plomífero y su afinidad por lo que tiene génesis..." inclina hacia abajo la vista del
alma (519b).
Estos hombres forjados por el Estado tendrán la obligación de trabajar para la consolidación
del mismo, "pues nuestra ley no atiende a que una sola clase lo pase excepcionalmente bien
en el Estado, sino que se las compone para que esto suceda en todo el Estado", aunque añade
que esta armonía de los ciudadanos se puede conseguir por la persuasión o por la fuerza
(519e). Los gobernantes, educados como "conductores y reyes de enjambres" deben
descender obligatoriamente a la morada común. Sólo el modo de vida de la verdadera
filosofía, según Platón, lleva a no ambicionar el mando político, ni querer aprovecharse de él.

A continuación, se trata de examinar de qué modo se formarán los futuros gobernantes. Las
"artes" son consideradas indignas y el arte de calcular y la aritmética son recomendadas si se
emplean "para conocer y no para comerciar". También la geometría y la astronomía sirven
para apuntar al conocimiento de las esencia, pues "si alguien intenta instruirse acerca de cosas
sensibles, ya sea mirando hacia arriba con la boca abierta o hacia abajo con la boca cerrada,
afirmo que no ha aprendido nada, pues no obtendrá ciencia de esas cosas" ( 529b). Así, el
joven escogido se ocupará, entre los veinte y treinta años, como señalaba B. Russell
(2003:166), en los cuatro estudios de Pitágoras: aritmética, geometría (plana y de volúmenes),
astronomía y armonía. Unos estudios que no serían realizados con un espíritu utilitario, sino
con objeto de preparar su inteligencia para la visión de las cosas eternas.
Al que se demuestre experto en los estudios anteriores se le revelará el poder dialéctico, que
permite llegar a lo que es en sí cada cosa. Deberá tener "buena memoria, perseverantes y
amantes en todo sentido del trabajo". Y así, cree Platón, se podrá vencer "el error y el
descrédito que se abaten actualmente sobre la filosofía", pues "no se la cultiva dignamente"
(535c). Pero también añade Platón que esta instrucción no deberá ser compulsiva, "porque el
hombre libre no debe aprender ninguna disciplina a la manera del esclavo; pues los trabajos
corporales que se practican bajo coerción no producen daño al cuerpo, en tanto que en el
alma no permanece nada que se aprenda coercitivamente"(536e). Añade Platón que se debe
educar a los niños jugando, y divisando "aquello para lo cual cada uno es naturalmente apto".
Sobre la dialéctica, no obstante, Platón advierte de que es necesario tomar todo tipo de
precauciones, evitando dejar gustar de ella a los jóvenes que, en las discusiones, "las practican
indebidamente convirtiéndolas en juegos, e imitando a los que los han refutado a ellos refutan
a otros", precipitándose en el escepticismo respecto de lo que antes creían y conduciendo la
filosofía al descrédito. Parece evidente aquí la critica a la dialéctica sofísta.
Tras cinco años dedicados a la dialéctica, los jóvenes deberán descender nuevamente a la
caverna y ejercer tareas militares y "desempeñar cuantos cargos convienen a los jóvenes",
para así adquirir experiencia (algo en lo que -advierte Platón- no deben quedarse atrás
respecto a los demás). Tras quince años, aproximadamente a los cincuenta, podrá pasar la
mayor parte del tiempo con la filosofía, gobernando el Estado cuando le toque su turno.
Por último, Platón insiste al final del libro VII que todo lo dicho anteriormente vale igualmente
para las mujeres y que "no son castillos en el aire, sino cosas difíciles pero posibles de un modo
que no es otro que el mencionado" (540d).

Cuestiones para el cuaderno: ¿Qué diferencias establece Platón entre filósofos y sofistas?
¿Qué inconvenientes ve el filósofo inglés B. Russell en la aristocracia de sabios platónica?
¿Cómo entiende Platón la educación? Describe brevemente el proceso de educación de los
futuros gobernantes.

Libro VIII

Capítulo I y II
Sócrates-Glaucón
Sobre las diversas formas de gobierno

En forma de resumen, la ciudad debería estar conformada por la comunidad de mujeres e


hijos, la educación de los jóvenes, las ocupaciones en tiempos de guerra y paz y la milicia.
Con respecto a cada uno de los puntos:
Nadie puede tener una propiedad privada y todas las mujeres e hijos deben ser comunes.
La educación tomando como eje fundamental las matemáticas y el uso de la dialéctica.
Los ciudadanos solo se deben ocupar de su profesión y no de múltiples.
Ya que se describe todo esto de la ciudad, ahora se proponen analizar las formas de gobiernos
que existen, y ver si estas son apropiadas para la ciudad.

A continuación nombramos las formas de gobierno nombradas por Sócrates:


El gobierno aristocrático
El gobierno de los cretenses y lacedemonios.
El gobierno oligárquico (el que tiene más popularidad).
El gobierno democrático (contrario al oligárquico).
El gobierno tiránico.
Las formas de gobierno nacen de las diversas formas de ser del hombre, es decir, del alma de
los hombres. Primero nos aparece el gobierno llamado aristocracia donde Platón lo califica de
bueno y justo y sus distintas formas degradadas.

Capítulo III
Sócrates-Glaucón
Sobre el número perfecto y los cambios de la forma de gobierno

Sócrates dice a Glaucón que todo lo que nace está sujeto a corromperse. Entonces los
gobiernos, así como el hombre desde su nacimiento, está sujeto a corromperse en algún
momento; solo los seres divinos permanecen y nunca sufren cambios, siempre son uno solo
debido a que están asignados con un numero perfecto.

¿A qué se refiere que estén asignados con un número perfecto e imperfecto? Los seres
humanos estamos sujetos a la corrupción y eso significa que cambiamos. Es por eso que
estamos asignado con un numero imperfecto que está sujeto a la sustracción y a la adición
constantemente. La divinidad está asignada con un numero perfecto que nunca cambia y
siempre permanece siendo el mismo sin estar sujeto a corrupción.

Entonces, existe una discordia entre las distintas razas de la ciudad, puesto que unas crecen y
otras estarán sometidas a la pobreza. Al existir una diversidad de ciudadanos, existirá también
una guerra entre ellos. Cuando este gobierno se extinga, surgirá uno que esta en medio de la
aristocracia y la oligarquía.

Capítulo IV
Sócrates-Glaucón
Sobre los sistemas mixtos de gobierno

Considerando que el gobierno timocrático es el gobierno donde mandan los que tienen más
honores, este gobierno no podrá ser posible debido a que están todos mezclados por s
diversidad; por lo tanto, se elegirán ciudadanos mediocres y poco ilustrados.

Estos hombres si estarán ávidos de riquezas como en la oligarquía, pero derrocharán este
dinero en placeres ajenos y los ocultarán como verdaderas propiedades privadas. En este
punto se puede observar la preponderancia de la pasión y la ambición.

Capítulo V
Sócrates-Adimanto
Sobre el hombre que corresponde al sistema mixto de gobierno

El hombre que correspondería al régimen de gobierno que se desea en la ciudad, debe ser
deseoso de honores pero también debe ser obediente hacia la ley. Para hacer esto, la
educación de la filosofía y la música es fundamental. Así, se nos aparece el hombre
timocrático que se encuentra en los regímenes timocráticos.

Adimanto le pregunta a Sócrates como podría nacer este hombre. Sócrates le dice que este
hombre comienza a conformarse cuando escucha a su madre discutir con su padre porque
éste no pertenece a la parte dirigente de la ciudad y esto le hace sentirse humillada. El padre
en este aspecto está preocupado de sí mismo, pero no de las riquezas. Los criados
convencerán a este joven desde pequeño para que cuando crezca, tome venganza de su padre
y no siga su ejemplo.

Debido a la mala influencia que pueden ejercer los terceros, el joven timocrático(1) decidirá
por no ser como su padre (quien se preocupaba de si mismo en cuanto al alma) y en cambio
querrá obtener riquezas y honores.

Capítulo VI
Sócrates-Adimanto
Sobre la oligarquía

Sócrates llama oligarquía al gobierno basado en las riquezas, sin que el pobre tenga acceso al
gobierno. La adicción de las riquezas en la timocracia, conduciría inevitablemente a la
oligarquía. Por el contrario, la virtud sufriría un detrimento, ya que en este tipo de gobierno,
los honores son atribuidos solamente a las riquezas. Los más ricos son los que pueden
gobernar, es decir, el mando del gobierno dependerá de que tan rico sea el ciudadano que
quiere gobernar.

Capítulo VII
Sócrates-Adimanto
Sobre la riqueza y la pobreza en la oligarquía

En la oligarquía, el gobernante es elegido por la cantidad de riquezas que tenga, es decir, no


importan las dotes que tenga para dirigir un gobierno, solo importa las riquezas que tenga. Así,
sería terrible que un ciudadano que no tenga las habilidades para dirigir un gobierno, dirija
este tan solo por que tiene riquezas.

Por otra parte, la ciudad que tenga como gobierno la oligarquía, tendrá que dividirse en dos
ciudades. Esto se debe a que al tener una diferencia tan marcada entre ricos y pobres, la
ciudad se vería dividida ante esta dos clases antagónicas; una conspiraría en contra de la otra.
Sin embargo, si se enfrentan unas con otras, la ciudad se vería expuesta a ser atacada por una
ciudad enemiga y así, sufrir su inevitable fin. De este modo, a los pobres se tendrían que
sustentar de algún modo ¿de que modo? Vendiendo todas sus pertenencias. Si lo hacen, no
tendrán que trabajar en ningún oficio. Este según Sócrates, es el más grande defecto de la
oligarquía.

Capítulo VIII
Sócrates-Adimanto
Sobre la transformación del hombre timocrático en oligárquico

La transición o cambio que hace que el hombre timocrático se transforme en hombre


oligárquico, está relacionado con la misma analogía que hacía Sócrates en el capítulo V.
El joven desde un principio tiene un respeto hacia su padre. Pero en cuanto ve que en la
ciudad existe riqueza y honores, se vuelve adicto a estos y no deja de obtener dichos bienes.
Es así como se forma el hombre oligárquico. El elemento deseante y ambicioso de tener nada
más que riquezas, convierte a este hombre timocrático en un hombre oligárquico.

Capítulo IX
Sócrates-Adimanto
Sobre los deseos del hombre oligárquico y su disposición moral

Hay una similitud entre estos dos hombres y es que los dos tienen un amor por las riquezas y
no quieren dejarlas. Sócrates dice que esto ocurre por falta de educación y por ende, se crían
en este ciudadano, pensamientos parásitos y deseos que son propios del vulgo (el vulgo quiere
siempre tener las mayores riquezas).

Este hombre si bien es cierto, tendrá muchos elogios y será muy respetado. Pero en lo que
concierne a las buenas disposiciones del alma estará muy lejos de eso. Su moral se ve opacada
por el deseo inexorable de riquezas.

Capítulo X
Sócrates-Adimanto
Sobre el origen de la democracia
La democracia se originaría después de la oligarquía. Esta nacería debido al deseo insaciable de
los ciudadanos de obtener riquezas, es decir, lo pobres no aguantaran estar en la misma
situación. La solución para pasar de una oligarquía a una democracia sería la promulgación de
una ley que obligue a los ciudadanos actuar a favor de la virtud. Así no habría riquezas
excesivas y más que al dinero, los ciudadanos se dedicarían a la templanza.

Entonces la democracia se originaría por la dura batalla que tienen que enfrentar los pobres
contra los ricos. Esta es llevada ya sea por medio de las armas o por medio de la intimidación.

Capítulo XI
Sócrates-Adimanto
Sobre la diversidad en el régimen democrático

En este modo de gobierno se pueden encontrar la más diversa de las naturalezas en los
hombres debido a que en este sistema de gobierno, la libertad es algo fundamental. Cada cual
vive como se le plazca. Por lo tanto, este sería el más bello de los sistemas políticos que existe.

Capítulo XII y XIII


Sócrates-Adimanto
Sobre las especies del deseo: necesarios, innecesarios e ilegales

Antes de proceder a indagar al hombre democrático, Sócrates comienza a mencionar los


deseos necesario, innecesario e ilegales:

Deseos necesarios: Aquellos que no podemos rechazar y su satisfacción nos beneficia.


Deseos innecesarios: Aquellos que se orientan la gasto y no a la adquisición.
Deseos ilegales: Aquellos deseos que trasgreden las leyes y se acercan a la perversión.

Los deseos de riqueza y honores hasta la saciedad, corresponderían al hombre oligárquico


mientras que los necesarios a los democráticos. El transito que ocurre para pasar de un
hombre oligárquico al democrático, es justamente escoger la virtud como el máximo deseo y
despojarse de los otros deseos.

Capítulo XIV
Sócrates-Adimanto
Sobre los excesos de la libertad en la democracia

La democracia también tiene un defecto dice Sócrates a Adimanto. Pero antes de indagar en
él, se proponen hacer un sumario de las cosas que desvían a los dos últimos gobiernos
mencionados:
El bien de la oligarquía es la riqueza, pero el exceso de ésta misma la lleva a la ruina.
El bien de la democracia es la liberta, pero el exceso de ésta misma la lleva a la tiranía.
Lleva a la tiranía, ya que la democracia pierde el control de la libertad que le otorga a los
ciudadanos, por eso, debe intervenir un tirano a poner orden en la ciudad. En esta libertad, el
respeto no existe y el gobernado no muestra ningún respeto por el gobernante, así como el
padre no muestra ningún respeto al hijo ni el hijo a su padre, puesto que todo es libertad.
Capítulo XV y XVI
Sócrates-Adimanto
Sobre la raza de hombres producida por la democracia

Así, de la democracia saldría la tiranía, como del exceso de libertad nace la mas excesiva
esclavitud. Sócrates menciona que hay un tipo de enfermedad que nace de la oligarquía y
termina esclavizando a la democracia. Esta enfermedad la traen los hombres perezosos, los
hombres que aprovechándose del régimen toman las circunstancias a su favor, y no aportan
nada a la ciudad.

Sócrates lo trata de explicar dividiendo la ciudad democrática en 3 partes:


La primera parte estará compuesta por los ciudadanos licenciosos, los zánganos(2).
La segunda por los ricos (de quien los zánganos se aprovechan).
La tercera es el pueblo quien hace su trabajo con sus propias manos.
Es el pueblo mismo quien al ver destruida al democracia, hace emerger a un nuevo gobernador
para que ponga orden en el desorden que produce el exceso de libertad.

Capítulo XVII
Sócrates-Adimanto
Sobre la naturaleza del tirano

En un comienzo, cuando el tirano gobierno promete cosas tanto a los públicos como a los
privados y los colma de beneficios. Se muestra muy amable y noble en su tarea de reorganizar
la ciudad. Luego, éste suscita algunas guerras para que el pueblo sienta al necesidad de que
haya un líder que los apoye en una guerra. El tirano eliminará a todo aquél que siga queriendo
la libertad que tenía en el régimen anterior. El tirano frecuenta siempre promover guerras.

Capítulo XVIII
Sócrates-Adimanto
Sobre la vida del tirano

El tirano tendría que aniquilar a todo aquel que estuviera contra él, incluyendo a sus
ciudadanos si es necesario. Por otra parte, también deberá apoyarse por aliados que le
protejan y estos vendrán desde su propia ciudad. A los esclavos los hará ciudadanos para que
sean su propia guardia personal.

Conclusión

Estas son en resumen las distintas formas de gobierno que se presentan en una ciudad. De la
Timocracia hasta la tiranía. Hoy en día pareciera ser que existen solo tres formas de gobierno,
la democracia, la monarquía y la tiranía o como fueron llamadas aquí en América Latina,
dictaduras. Es interesante ver como la disposición del alma y de los hombres es la que concibe
el futuro régimen que tendrá la ciudad.

En el próximo libro ahondaremos un poco más en la figura del tirano y en el concepto de los
placeres que nos propone Platón.

Platón - La República (Libro IX: El tirano y los placeres).


Hoy en día, los tiranos son reconocidos por tener gobiernos nefastos y corruptos donde el
pueblo es oprimido y despojado de todos sus derechos. Platón en este libro, determina la
naturaleza y los deseos de este ciudadano, diciendo que hasta sería capaz de violentar a sus
propios padres si es que le fuera necesario para cumplir sus deseos. Un hombre
absolutamente despótico que nace del desorden de la democracia y la mala educación de los
padres.

Libro IX
Capítulo I y II
Sócrates-Adimanto
Sobre el hombre tiránico y los deseos

De acuerdo con Sócrates, el hombre tiránico nace del hombre democrático. Al tener el
régimen democrático demasiada libertad, la tiranía se hace inevitablemente presente.

Se había establecido que el hombre tiránico en su niñez había sido educado por padres
ahorrativos que preferían los deseos orientados a la adquisición del dinero, despreciando lo
que tenga que ver con el embellecimiento del cuerpo y la diversión. Sin embargo, cuando este
se junta con personas que le inspiran un desprecio a sus padres, entonces éste hombre
comienza a caer en los excesos.

Sócrates le pide a Adimanto que imagine al hijo de éste hombre tiránico. Que al mismo tiempo
imagine que el hijo pasa la misma crianza que el padre. Los padres por una parte querrán
atraerlo hacia los deseos más moderados, mientras que los que sean ajenos a la familia lo
atraerán al vicio y la corrupción. Cada uno de estos personajes extraerá lo mejor de éste hijo
tirano y lo transformarán en un zángano. Por esto mismo, el hijo tirano al ver que estas dos
fuerzas lo exprimen, explota en locura y se entrega a los más impuros deseos.

En cuanto a los placeres y deseos innecesarios, Sócrates dice que existe una regulación por
parte de las leyes, o bien por parte de la razón. Por otro lado, estos placeres innecesarios (y
que van muchas veces en contra de las leyes) son satisfechos en el mundo de los sueños. Los
sueños son el lugar donde los impulsos pueden desatarse sin ningún problema, ya que estos
pasan en la mente del ciudadano. Estos sueños motivarían aún más el acto de cometer cosas
ilícitas. Sin embargo, si el ciudadano esta entregado a los buenos deseos y a los placeres que
no están fuera de la ley, pues los sueños serán reparadores y no tendrán la tentación de
cometer actos inapropiados.

Capítulo III
Sócrates-Adimanto
Sobre los deseos del hombre tiránico

La naturaleza del hombre tiránico correspondería a un ciudadano que frecuenta las fiestas, los
banquetes y cosas por el estilo. Estos deseos pertenecientes a la naturaleza del tirano, lo harán
gastar mucho dinero y en consecuencia no poder ahorrarlos o gastarlos de manera inteligente;
por lo tanto, todo su capital se verá mermado y sus deseos se mantendrán latentes
independientemente que ya no tenga dinero, diciéndolo de otra manera, estos deseos le
pedirán más y más gastos. De este modo, el tirano tendrá que robar y violentar para obtener lo
que le piden sus deseos.
Serán capaces incluso de atentar contra sus padres para obtener lo que quieren. Cuando haya
guerra, defenderá a un tirano a cambio de dinero y cuando haya paz y tranquilidad, se
aprovechará para cometer engaños. Si es elegido como gobernador, lo hará ejerciendo la
violencia; si no lo eligen, castigará a su pueblo y gobernará por la fuerza con tal de satisfacer
sus deseos de gobernante.

Así, los tiranos no gozarían de la confianza de su pueblo ni de la amistad o del amor debido a
su naturaleza indeseable. Por lo demás, el tirano estaría esclavizado por los placeres indignos
que necesita satisfacer.

Capítulo IV
Sócrates-Glaucón
Sobre la felicidad del tirano

Por lo tanto, un hombre con estas características, no solo recibirá el odio de los demás, sino
que también será muy desdichado. Si gobierna la ciudad, la ciudad se volvería tiránica; y así,
sería una de las ciudades más desdichadas.

Capítulo V y VI
Sócrates-Glaucón
Sobre la ciudad y la desdicha tiránica

Sócrates comienza a relacionar las características del tirano con las características de la ciudad
gobernada por este. Glaucón dice a Sócrates que la ciudad gobernada por el tirano, sería una
ciudad esclavizada. No obstante, Sócrates advierte a Glaucón que aún en la ciudad tiránica
existen hombres libres, pero estos serían unos pocos.

Existe euna similitud entre esta ciudad y la disposición del alma del tirano. Cuando la ciudad es
gobernada por el tirano, se encuentra esclavizada; sin embargo, hay unos pocos hombres
libres: éstos hombres libres serían las cosas perversas que gobiernan el alma del tirano. Estas
partes son las relacionadas con el desenfreno y la ira.

El alma tiránica al esclavizar al ciudadano, no podrá hacer lo que el quisiera, puesto que está
esclavizada. Lo mismo ocurrirá en la ciudad. De este modo, se diría que la ciudad gobernada
por el tirano debiera ser pobre, al igual que el alma del tirano.

Aunque queda establecido que el gobernador tiránico es el hombre mas desdichado de todos,
Sócrates asegura que hay uno aún más desdichado que éste. Estos serían los ciudadanos
particulares y ricos porque en efecto, aquellos se parecen al tirano, ya que ejercen un mando
sobre sus esclavos, pero estos lo hacen con un menor numero en comparación con el
gobernador.

Sócrates le dice a Glaucón que este hombre vive con muchos miedos debido a que los esclavos
pueden tomar la decisión de liberarse de sus dueños. Entonces, el hombre rico debe
transformarse de alguna manera, en adulador de sus esclavos para que estos no se vean en la
necesidad de rebelarse; por lo tanto, este sería uno de los mas desdichados al tener que verse
como esclavo de sus esclavos.

Capítulo VII, VIII, IX y X


Sócrates-Glaucón
Sobre los tres componentes de la ciudad y el alma

Así como la ciudad se divide en tres especies (racional, irascible y apetitiva), el alma del
hombre también. La especie apetitiva es uno de los componentes del alma donde podemos
encontrar el ansia de lucro. Ésta característica del alma nos señala que el alma, con respecto a
ésta parte, sería amiga de las ganancias.

Ahora, Sócrates trata de determinar que en la ciudad existe una clase de hombres que encajan
muy bien con estas especies del alma.

Especie de alma
Característica
Inclinación
Tipo de hombre
Alma racional.
Conocimiento.
Verdad.
Filósofos.
Alma irascible.
Sentimientos.
Dominación y victoria.
Guerreros.
Alma apetitiva.
Placeres.
Ganancia de lucro.
Ciudadanos.

Capítulo XI
Sócrates-Glaucón
Sobre el placer verdadero

Sócrates menciona que el componente irascible, en cuanto a lograr su acometidos, podría


resultar nefasto en el hombre y en la ciudad, sin embargo, si estos acometidos están guiados
por la prudencia y la razón, no habría ningún problema en llevarlos a cabo.

Así, si en cada alma la razón no esta presente para guiar sus deseos, entonces estas almas
caerán en el exceso de sus propios deseos, pero con la razón podrán encontrar el disfrute de
los deseos más elevados.

Por lo tanto, los deseos utilizados con la razón y el alma que tiene una tendencia e inclinación
hacia la verdad, será la mejor para gobernar la ciudad. En cambio, la que esta más alejada del
raciocinio gobernará de forma tiránica y la que este menos alejada tendrá un gobierno similar
a la monarquía. En otras palabras, reafirmaríamos lo que dijimos anteriormente, la vida del
tirano es la más desdichada.

En resumen, los placeres que son guiados por la razón, son los placeres verdaderos.

Capítulo XII
Sócrates-Glaucón
Sobre la práctica de la justicia y la injusticia

Una de las primeras afirmaciones que se hicieron en los primeros capítulos de La República,
era una que tenía relación con el hombre injusto. ''Resultaría ventajoso que el hombre injusto
cometiera injusticias con una apariencia de ser justo''.

Para verificar esto, Sócrates le pide a Glaucón que imagine un ser que pueda cambiar de
apariencia cada vez que él quiera. Luego le pide que forme otro ser con forma de león y otro
de hombre, pero que la forma de león sea más grande que la del hombre. Finalmente, le pide
que reúna los tres seres entre sí.

Si pusiéramos delante de ellos a un hombre injusto, éste propagaría la pelea entre los tres
seres de modo que luchen entre sí y se maten. En cambio si fuera un hombre justo el que se
pare frente a ellos, propagaría la justicia y le diría al hombre que logre educar a los otros seres
de manera apacible para no emprender una lucha entre ellos.

Capítulo XIII
Sócrates-Glaucón
Las disposiciones morales y el gobierno de sí mismo

Para terminar el libro, Sócrates dice que la vida del injusto siempre estará vinculada a la
desgracia y a la esclavitud. No es dueño de si mismo y sus pasiones lo llevarán al desenfreno;
por la misma razón, conviene siempre ser un hombre justo, ya que es ésta clase de hombre la
que si es dueña de sí misma y la que vive de mejor manera.

Conclusión

Tanto el hombre injusto como el tirano, serían las personas más desdichadas si se encontraran
en una ciudad. Así lo ha demostrado la historia a través de los castigos que se les da a los
tiranos; sin embargo, es cierto que hay algunos que parecieran no tener castigo alguno y que
siguen gobernando de manera despótica. Finalmente, queda saldado el tema de la injusticia y
la justicia y cual resulta ser más ventajosa. En el próximo libro, veremos asuntos relacionados
con la poesía y su relación con la imitación.

S-ar putea să vă placă și