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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LAS ARTES

ÁREA TRANSDEPARTAMENTAL DE CRÍTICA DE ARTES


LICENCIATURA DE ARTES EN LA ESCRITURA

HERRAMIENTAS DEL LENGUAJE VERBAL


Trabajo de cierre de la etapa virtual

Guillermo Francisco Rodríguez


DNI: 20820298
Comisión 04 (Viernes, 18.00 hs)
Profesora: Vanesa Pafundo

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SOBRE LAS DISIDENCIAS SEXUALES EN LA LITERATURA ARGENTINA

A partir de la lectura de “La selva espesa de lo real” y mis ambiciones de


escritor argentino, latinoamericano y gay me interpela la pregunta de qué
historias pretendo contar sobre las disidencias sexuales. Veo en mi aplicación
de Goodreads el ranking de novelas LGBT y lo que aparece son portadas
donde pueden apreciarse jóvenes (siempre jóvenes) cis gay blancos, muy
musculados y bonitos, con sus peinados modernos y ropa de moda, muy estilo
USA. Siento que no me corresponde esa mirada, que no pertenezco a ese
grupo, que es una visión edulcorada, importada, que poco tiene que ver con la
realidad argentina o latinoamericana. Estos modelos impuestos desde el
mercado americano dejan afuera a la mayoría de las disidencias sexuales y
quieren vender una imagen poco real para estas latitudes. Nos invaden con
modelos perfectos y han creado una industria para ellos, desde cosmética
hasta indumentaria. Nos dicen cómo hablar y hasta cómo caminar. La industria
hollywodense se ha hecho eco de este cambio y nos ha invadido con modelos
de gays, lesbianas y transgéneros dignos de pasarela. ¿Hay otra realidad?
Seguro que la hay, pero decidieron no mostrarla.
El autor e investigador mexicano Héctor Salinas (2008) define las
disidencias sexuales como un término complejo, desarrollado por científicos
sociales para nombrar y reivindicar identidades, prácticas culturales y
movimientos políticos no alineados con la norma socialmente impuesta de la
heterosexualidad. Considera que éste es el término adecuado y no el de
“diversidad sexual”, ya que éste engloba todo tipo de sexualidades, incluso la
hegemónica. Este término surge como un intento de englobar a aquellas
identidades, prácticas culturales y movimientos políticos no alineados con la
norma impuesta por la heteronormatividad.
El movimiento gay nacido en Estados Unidos en los ’80 incluía en su gran
mayoría a varones blancos, pequeños burgueses y liberales de clase media
alta. Aquellas personas no identificadas con el colectivo gay rechazaron esta

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denominación para pasar a llamarse queer. Estos colectivos incluían a mujeres
lesbianas, latinas, negras, transgéneros, incluso hombres marginados por no
encajar en el prototipo gay. A diferencia del colectivo gay, afirmarse queer
implica no solo ir contra el mandato hétero normativo, sino también una
posición contra el ideal gay impuesto por el capitalismo, al consumo y al
mercado abierto para ese uso en particular.
Tanto el movimiento gay como el movimiento queer nacen en Estados
Unidos, por lo cual es necesario referirse al contexto de su surgimiento para
después abocarse a lo sucedido en el hemisferio sur. A mediados del siglo
veinte comienzan a surgir diferentes movimientos aislados, siempre a la
sombra y escondidos ante un contexto hostil marcado por la represión sexual y
la homofobia reinante. A partir de la década de los sesenta con el clima
convulsionado por manifestaciones estudiantiles, de trabajadores e
intelectuales, y sumadas a las protestas que se produjeron después de la
redada producida en el bar Stonewall, lugar frecuentado por personas
identificadas con sexualidades disidentes, fue que comenzaron a organizarse
agrupaciones con tintes más políticos. Stonewall fue la patada inicial a la
organización de la subcultura gay, lésbico, trans, travesti. Es interesante ver la
película que toca el tema. Estrenada en 1995, muestra un grupo de jóvenes cis
gay blancos (muy bonitos ellos), los cuales se revelan contra una policía
bastante relajada en su accionar. Apenas se muestra a Marsha P. Johnson
(mujer trans negra, figura central de la lucha), los Panteras negras ni aparecen,
como tampoco las mujeres trans, travestis, lesbianas y hombres gays negros o
latinos. Otra vez intentando manipular la historia para imponer un modelo del
homosexual blanco, lindo y limpito.
En este lado del continente, mientras tanto, la cosa estaba bastante difícil
para todo aquel que osara practicar una sexualidad diferente a la
heterosexualidad. Para la Iglesia se trataba de seres degenerados sin perdón,
para los científicos conejillos de indias para investigar y buscar una curación,
para la Justicia seres sin derechos que debían ser encarcelados y para el resto
de la sociedad eran motivo de burla y discriminación. Los que más han sufrido
esta discriminación han sido los homosexuales de las clases proletarias, ya que
los de clase media acomodada corrieron mejor suerte. Mientras los primeros
sufrían todo tipo de castigos, los segundos podían ejercer su sexualidad

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encerrados en la intimidad de sus departamentos y quintas. Esto se rompe
cuando una denuncia realizada en el año 1942 relacionaba alumnos del colegio
militar en orgías con diferentes señores de Barrio Norte. El escándalo fue
brutal. Hubo varios homosexuales detenidos y otros tuvieron que exiliarse en el
exterior. Nestor Perlhonger en su ensayo “El sexo de las locas” (1997: 31)
cuestiona: “¿Pero dónde está el goce? ¿Qué pensar de esos muchachotes que
raptan a una loca para verduguearla? ¿De esos policías que –se rumorea-
hacían cursos especiales para reconocer homosexuales y lesbianas por el
espesor de sus orejas? ¿Qué pasa con la homosexualidad, con la sexualidad
en general, en la Argentina, para que actos tan inocuos como el roce de una
lengua en un glande, en un esfínter sea capaz de suscitar tanta emoción-
concretamente la erección de todo un aparato policial, social, familiar destinado
a perseguir la homosexualidad?”
A fines de los ’60 y entrados los ’70 comienzan a gestarse diferentes grupos
alzando la voz de los homosexuales. Nace el “Frente de Liberación
Homosexual (FLH)”, de orientación marxista, al cual sei irían sumando voces
de intelectuales. Surge el periódico Homosexual y la revista Somos. Toda una
cultura comienza a percibirse. Lamentablemente, la dictadura militar va a
eliminar de cuajo con todo esto. Gran parte de los desaparecidos en la última
dictadura militar han sido homosexuales. Algunos, como Perlongher tuvieron
que exiliarse. La Conadep silenció estos crímenes por presión de la Iglesia.
“La censura mantiene viva la ilusión de que con la perversión “pasa algo” y
que ese “algo” es un horror” (Perlongher, 1997:32). Un visado rápido por la
literatura argentina del siglo XIX y XX nos pone en evidencia el papel que se le
dio a los disidentes sexuales. En primer lugar, por lo general se tratan de
personajes provenientes de la clase baja, de la periferia de la comunidad;
mientras que en la clase alta, blanca y pura, la heterosexualidad era la manera
de construir una Nación. Ya en “El Matadero” de Esteban Echeverría se puede
observar cómo el proletariado son laso bestias que se proponen violar a un
joven blanco y unitario y éste, a su vez, prefiere la muerte antes de verse
ultrajado, defendiendo su honor. El otro aspecto es la tragedia. No es posible
un amor diferente al heterosexual. El personaje homosexual termina, o bien
muerto o reformado en un ser útil a la sociedad.

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Para Perlongher el tipo ideal del gay y el parámetro aceptable socialmente de
homosexualidad es el que presenta dos hombres masculinos (blancos y de
clase media). Este se opone al modelo clásico: “marica o local chongo”. O sea,
no molesta tanto el ser gay, lo importante es que no se note.
En total oposición al modelo impuesto por el capitalismo, Pedro Lemebel
desde Santiago de Chile describe en su libro Loco afán (Ediciones LOM; 1996),
la problemática de la epidemia del SIDA en los ’90. Los personajes
protagonistas de estos escritos provienen de los lugares más pobres de
Santiago. La comunidad de travestis de los barrios bajos, de origen indígena,
tan alejadas del modelo capitalista blanco importado. Sus viviendas en casas
de cartón, los colchones viejos donde practican el oficio. Lemebel pone en
primer plano estos personajes en esos momentos donde el SIDA hacía
estragos en la comunidad. En el primer relato “La noche de los visones” nos
narra a partir de una foto tomada en año nuevo de 1973, el derrotero de. Esto
sirve de excusa para mostrarnos varios personajes de la fauna travesti de una
villa de Santiago, para decantar en la muerte de cada una de ellas por la
epidemia del SIDA. Lemebel se opone abiertamente al modelo cis gay
dominante en “Crónicas de Nueva York”, donde cuenta su impresión al ser
invitado a conocer el bar Stonewall en Nueva York: “Y cómo te van a ver si uno
es tan refea y arrastra por el mundo su desnutrición de loca tercermundista.
Como te van a dar pelota si uno lleva esta cara chilena asombrada a este
olimpo de homosexuales potentes y bien comidos que te miran con asco, como
diciéndote: Te haremos el favor de traerte, indiecita, a la catedral del orgullo
gay” (1996: 64). Lo más hermoso de este relato es la rebelión de Lemebel a
este modelo donde se siente totalmente excluido: “Por eso no me quedé mucho
rato en el histórico barcito, una rápida ojeada y uno se da cuenta que no tiene
nada que hacer allí, que no pertenece al oro postal de la clásica estética
musculada, que la ciudad de Nueva York tiene otros recovecos donde no
sentirse tan extraño, otros bares más contaminados donde el alma latina salsea
su canción territorial”. Bien por Lemebel.

La década de 2000 fue la de los derechos ganados. Se constituye la


Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (2007). Se
logran la Ley de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género. Largos debates

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en televisión discutiendo a favor o en contra. Por supuesto la fuerte oposición
de la Iglesia. De repente lo gay, lo lésbico y lo trans se puso de moda. Buenos
Aires se declara como una de las ciudades más gay friendly del mundo. Miles
de cruceros y agencias vieron esto con muy buenos ojos. Comenzaba la etapa
del mercantilismo gay. De nuevo el paradigma capitalista parecía imponerse.
Cada tanto se sucedían crímenes de odio contra gays, lesbianas y trans, pero
cada uno de estos hechos aumentaba el repudio de la comunidad. En el
conurbano bonaerense y el interior la cosa había cambiado poco. Un nuevo
modelo era el que reinaba y el que se encontraba fuera, difícilmente lograba
entrar. La vida de los gays y trans en las villas era igual que antes.

En cuanto a la literatura desarrollada en ésta época, podemos decir que


varios autores supieron seguir el camino dejado por Perlongher y Lemebel
décadas atrás. Una nueva forma se estaba asomando, contando historias que
nos pertenecían y no buscaban encajar en el modelo del gay blanco y bonito
impuesto por Estados Unidos.

Gabriela Cabezón Cámara con su libro La Virgen Cabeza (2009), nos


muestra uno de los personajes más hermosos de los últimos años: “Cleopatra”,
una trans, madre, que recibe mensajes de la Virgen en la villa donde vive. La
autora va a redoblar la apuesta con Las aventuras de China Iron (2017), donde
toma el personaje de la china de Martín Fierro, la trasviste de gauchito y la lleva
a recorrer la pampa argentina.
Otros autores como Juan Solá con su libro La Chaco (2016) o Camila Sosa
Villada (escritora trans) con Las malas (2019) narran historias cuyas
protagonistas son verdaderas heroínas. Dentro de la literatura cis gay podemos
mencionar a Osvaldo Bossi con Adoro (2017) y a Julián López con La ilusión
de los mamíferos (2019) donde sus personajes son abordados desde una
perspectiva totalmente porteña. Por último, el genial Ioshua (José Marcos
Belmonte), artista multifacético del conurbano bonaerense, creador del
movimiento “Cumbiaguei”, nos ha dejado una serie de comics y una poesía
realmente hermosa. Estos son solo algunos ejemplos de lo que se está
gestando.

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A modo de conclusión

Francesca Gargallo en su artículo ¿Existe, se expresa de algún modo el


pensamiento queer en América Latina? (2009) sostiene: “Es decir, queer en
América Latina se utiliza para hablar de sexos raritos en un clima de términos
bonitos, donde no hay putas, ni maricones ni tortilleras, sino de todo un poco
sin pornografía y con un mercado turístico, artístico y hotelero que paga
impuestos y no se toma las calles”. Por otro lado Enzo Cárcano (2019) en un
artículo sobre los poemas de Ioshua dice: “La marginación, en sus múltiples
caras, es violencia: a veces física, a veces simbólica, a veces ambas. En los
barrios menos favorecidos del Conurbano bonaerense, todas estas
modalidades se suman para hundir a sus habitantes en la oscura zona de lo
abyecto, eso que resulta ininteligible desde los principios que la razón moderna
ha impuesto”. Creo que entre estas dos citas se encuentra la cuestión. Desde
el mercantilismo se intenta un mercado queer bonito, donde se crean
diferentes modas para consumir. Se supone que lo feo no es vendible, dejando
a mucha gente afuera. Se supone que a nadie le interesa ver que pasa con las
travestis en los barrios o provincias, así como tampoco con los chicos gays o
chicas lesbianas del conurbano bonaerense, tan lejos del glamour de la tv. Así
Cárcano en el mismo ensayo sentencia: “Contra estos poderes, la literatura
representa un espacio de resistencia que permite deshacer los relatos
normalizados y recuperar, al menos discursivamente, a aquellos que escapan a
las clasificaciones y son considerados, por tanto, peligrosos”.

¿Y entonces? Creo que habría que hacerle caso a Perlongher que en El sexo
de las Locas (1984) dictamina: “La alternativa que se nos presenta es hacer
soltar todas las sexualidades: el gay, la loca, el chongo, el travesti, el taxiboy, la
señora, el tío, etc. -o erigir un modelo normalizador que vuelva a operar nuevas
exclusiones. El sexo de las locas, que hemos usado de señuelo para este
delirio, sería entonces la sexualidad loca, la sexualidad que es una fuga de la
normalidad, que la desafía y la subvierte”. La respuesta está en nosotros, en
mí. Por suerte van surgiendo nuevas voces, voces jóvenes con menos pruritos
que se animan hablar de lo que les pasa. Se los ve en las redes sociales tras

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los pasos de Ioshua,. eEn libros editados por pequeñas editoriales ajenas al
mainstream de los Best Sellers.. Se los ve cantando por los barrios, recitando
sus poesías con sabor a conurbano.

En uno de sus poemas Iosua escribe:

“Que importa si no nacimos para héroes… que importa si no nos


Miran ni nos desean…que importa si estamos rotos y perdidos…
Que importa todo eso si tenemos la calentura terca y furiosa que
Nos aturde y nos hace olvidar un rato la pobreza.

Yo tengo las manos duras, la pija bien dura, y el corazón más duro aún.

Yo solo soy un grito desencajado obsesivo desnudo enloquecido.


Yo soy solo yo y basta.

Pero yo tengo miedo, mucho miedo

Yo estoy huyendo
Desencajado
Obsesionado
Desnudo
Y enloquecido
Del silencio”

Crecí con miedo, miedo a lo que sentía, miedo a mis padres, a los curas de la
Iglesia, a mis compañeros de clase, al castigo divino. Tardé mucho tiempo en
asumirme en mis deseos. Por suerte los tiempos cambiaron. Ya el fantasma del
miedo se va esfumando. Creo que llegó el tiempo de jugarse, de sacarme
paradigmas que no me pertenecen. Por suerte la escritura siempre estuvo ahí,
para desahogarme, para volcar mis secretos. No me siento el mismo que se
sentó a escribir este ensayo. El desafío está ahí, hay mucho para contar.
Lemebel (1996) dice: La esquina de la pobla es un corazón donde apoyar la

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oreja. Creo que se trata de eso. Volver al barrio, abrir bien los cinco sentidos,
asumir lo que me rodea, y empezar a escribir.
Bibliografía consultada

- Melo, A (2011) Historia de la Literatura Gay en Argentina. Argentina.


Ediciones Lea
- Rodríguez, M (2019) Políticas en Disidencia Sexual y de Género. México
Recuperado desde:
https://www.latrochadigital.com.ar/la-importancia-de-politicas-en-disidencia-
sexual-y-de-genero/
- Perlongher, N (1997) Prosa Plebeya. Argentina. Editorial Colihue.
- Lemebel, P (1996) Loco Afán. Crónicas de Sidario. Chile. Editorial LOM
- Gargallo, F (2009) A propósito de lo queer en América Latina. México.
Revista Blanco Móvil. Recuperado desde:
https://francescagargallo.wordpress.com/ensayos/feminismo/feminismo-
genero/a-proposito-de-lo-queer-en-america-latina/
- Cárcano, E (2019) Los pibe de mi barrio son hermosos. Argentina. INTI.
Revista de literatura hispánica. Recuperado desde:
https://conicet-ar.academia.edu/EnzoCarcano
- Ioshua (2010) El Silencio. Argentina. Recuperado desde:
http://pijabirrafaso.blogspot.com/2010/02/el-silencio.html
- Retana,C (2018) Teoría queer y análisis cultural: Una entrevista a David
Halperín. Costa Rica. Recuperado desde:
https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/filosofia/article/view/39750
- Butler, J (1993) Cuerpos que importan. Estados Unidos. Editorial Paidós
- Perlongher, N (2016) Los devenires minoritarios. España. Editorial
Diaclasa.

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