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CENTRO ESTUDIOS HISTÓRICO SOCIALES

DEL LLANO VENEZOLANO


(CEHISLLAVE)
SAN FERNANDO DE APURE

VI SIMPOSIO INTERNACIONAL DE HISTORIA DE LOS LLANOS


COLOMBO VENEZOLANOS.

PONENCIA:
Reflexiones para la Historia Regional y
Nacional.
Revisión Bibliográfica.
Recordatoria acerca de los Pobladores Ancestrales de la Región Fronteriza Colombo-
Venezolana y el Estado Apure.
Testimonios dejados por los descendientes de los antiguos pobladores del Estado
Apure: LUIS JESÚS PÉREZ, ANTONIO JOSÉ TORREALBA Y FRANCISCA
HERNÁNDEZ, Epígrafe.

San Fernando de Apure, 6,7 y 8 de octubre de 1999.

Manuel Rodríguez Cortes.

Reflexiones y Testimonios Para la Historia Regional

1. - La Historia Regional y Nacional. Revisión Bibliográfica.

En la época actual y en el arte de escribir historia, si es que así se puede llamar


la historiografía moderna, no deben subestimarse las investigaciones de carácter
regional al frente de los estudios generales o de carácter nacional; estos últimos
enfoques por su extensión y profundidad, es posible que se dificulten a un detenido
análisis; no obstante, que para llegar a ser totalidad histórica, debemos comprender
que necesariamente tenemos que echar manos de las partes que la constituyen, como
hemos dicho los estudios regionales, así podemos decir, que existen viejas historias
inolvidables y también hechos y personajes a nivel municipal por decirlo así, que de
los cuales nadie se ocupa y deberían figurar en esa historia local o micro-historia; en
otras palabras, deberíamos escribir acerca de los mismos sin llegar al extremo de un
regionalismo salido de lo normal, con el sólo propósito de hacer resaltar determinados
valores de tipo personal.

1
Autores como Tulio Febres Cordero, Tavera Acosta y Lisandro Alvarado,
entre otros, desde luego por la excelencia de sus escritos, lograron incorporar sus
regiones a la historia nacional y muchos de sus magníficos ensayos se pueden
considerar como auténticas monografías.

Don Rómulo Gallegos, vino a observar y a escribir, acerca del Apure y el


Cajón de Arauca, y fue tan intensa la inspiración que le produjeron los hechos y
paisajes de nuestro llano, que no sólo inmortalizó su nombre, sino al de nuestro
terruño apureño y Venezuela entera, traspasando los límites patrios.

Y por que, no mencionar en Apure a los siguientes escritores nuestros:

El Dr. Fernando Calzadilla Valdez, en su libro vivencial, porque él conoció


todos los hatos del bajo y alto Apure, a lomo de mula, esta su obra “Por los Llanos
de Apure”, no empalidece su prestigio de escritor ante la inmortal Doña Bárbara.

A Carlos Laya, con su bello e interés trabajo “Del Apure Histórico”, y si


como en el Arco del Triunfo de París, quedó esculpido el nombre del Generalísimo
Francisco de Miranda, en el Obelisco de las “Glorias de Mucuritas”, quedó para la
posteridad el del poeta Carlos Laya.

Así mismo, el Dr. José Manuel Sánchez Osto, tal fue su obra como
historiador, que en junio de 1938, la Academia Nacional de la Historia lo elige como
miembro correspondiente en el Estado Apure. Ocupó, además, el Dr. Sánchez Osto,
en actitud eficiente y honesta los más altos cargos y representaciones en el estado
Apure. Podía vérsele, por tanto, hoy en la Judicatura o en la rama ejecutiva, y mañana
en las corporaciones legislativas o culturales, así como en todo acto público de
glorificaciones patrias.

A José Natalio Estrada Torres, no podíamos dejarlo por fuera en esta narrativa
de los forjadores de la Historia Regional de Apure, fino poeta, gran prosista y hasta
compositor musical, él nos dejó su bello “María del Llano” y su hermoso poema
“Cayena”.

Quien ha seguido muy de cerca, los trabajos literarios e históricos, de nuestro


gran poeta Julio César Sánchez Olivo, jamás podía negar que en los mismos escritos
hay páginas literarias, poéticas y épicas para la historia regional de Apure; como él
mismo decía del Apure de ayer, de hoy de siempre, sus escritos tienen la prospectiva
de un dilatado horizonte llanero, propio del cajón de Arauca apureño.

Y permítaseme en esta oportunidad y en la primera parte de este trabajo


terminar mencionando a personalidades que han aportado mucho y aún aportan para
la inagotable fuente de la historia de Apure y ellos son: Argenis Méndez Echenique,
Martínez Veloz, Manuel Bermúdez, Leopoldo González Gamarra, mi ex-alumno
2
Pedro pablo Olivares y mi pariente y amigo, el Dr. Eduardo Hernández Casrtens, con
su libro “Venezuela ¿Mutilada e invadida?”. De quien dijera Ricardo Sosa Ríos,
“Venezuela ¿Mutilada e Invadida?” es una justa y apasionada defensa de nuestra
soberanía, integridad territorial e identidad nacional. Hecha por la pluma de uno de
los más notables patriotas y juristas venezolanos como es el Dr. Eduardo Hernández
Cartens”.

Y rompiendo el estilo tradicional de referir historia, he adoptado la nueva idea


de entresacar textos de importantes libros, referidos a los temas tratados, para así
hacer revivir más intensamente los hechos.

2. - Recordatoria Acerca de los Pobladores Ancestrales de la Región Fronterizo


Colombo-Venezolana y el Estado Apure.

En mis investigaciones, escritos y ensayos o como se quiera llamar, he tratado


de ocuparme de personalidades, con especial mención de valiosos educadores, los
cuales muchos de ellos, al partir al más allá, no se les ha hecho ni un solo acuerdo de
duelo y de reconocimiento a su noble labor docente, e igualmente me ha preocupado
el estudio de las culturas indígenas más subestimadas, como son entre ellas y en este
caso particular la PUME o YARURA, que es la etnia dominante en el Estado Apure.

Pero en esta segunda parte de este trabajo no se tuvo como propósito el de


hacer un perfil detallado de la “Historia de las investigaciones Etnográficas y
Denominaciones Tribales”, como se ha hecho en la magnifica obra: “Los
Aborígenes de Venezuela”(p.147-213), monumental trabajo de investigación del
Editor Dr. Water Coppers, a quien estimo mucho desde que lo conocí.

Pero si dar la ubicación exacta y geográfica del territorio ocupado por la etnia
Pumé, desde tiempos ancestrales; así como también mencionar algunas de las
poblaciones indígenas fundadas por los misioneros, muchas de las cuales hoy por hoy
desaparecidas y así mismo borradas de su ubicación que por lo regular se hacía en las
márgenes de nuestros grandes ríos y cerca de sus desembocaduras, como en el Apure,
Arauca, Atamaica, Cunaviche, Capanaparo, Cinaruco, Meta y Orinoco.

Virgilio Tosta, en su apretada obra muy interesante desde luego: “Pueblos de


Apure - Orígenes históricos”, cita a las siguientes poblaciones y dice al respecto:
“Pueblos fundados por los Capuchinos: Payara, Atamaica, Cunaviche, Achaguas, San
José de Arauca, Capanaparo, Guachara, Cinaruco, Setenta, Corocoro, Caicara,
Arichuna, San José de Apurito y San José de Apure; pero recordemos que además de
los Capuchinos, También participaron en la colonia los misioneros Catalanes,
Franciscanos, Jesuitas, etc.

3
La Cultura Pumé o Yarura, ocupa el territorio del Estado Apure comprendido
entre 6° 30” – 7° 30” de latitud norte y 67° 30” de longitud oeste; así mismo se ha
establecido esta población en las intendencias de Arauca y Casanare en Colombia.

Siendo cuatro las subdivisiones de esta etnia indígena: a) Arauca- Cunaviche


en el norte; b) Capanaparo – Riecito en el centro; c) Cinaruco y Brazo Cinaruco al
sur; d) Sabanas interfluviales entre los cursos medios del Capanaparo y río Cinaruco.

Y según el censo del 1982, la población es de 3.859 personas. Datos de la


Oficina Central de Estadísticas e Informática (OCEI – 1985).

Los primeros contactos con los indígenas de los llanos del Orinoco, los tuvo
Fray Jacinto de Carvajal en 1647. Los Misioneros Jesuitas que tuvieron a su cargo la
evangelización y reducción de los Pumé (Román del Olmo, Forreri, Melis),
subrayaron en su informe el carácter independiente de los indígenas, que los llevaba a
huir permanentemente de las diversas misiones donde intentaban agruparlos. Gilij
(1965, 111: 104 – 105) indica a este respecto que de Olmo y Forero, fueron
prototipos de misioneros “Volantes” que recorrían sin cesar las selvas con el fin de
recapturar a los fugitivos o reclutar nuevos grupos”.

En el censo indígena de 1982, interviene directamente como coordinador del


mismo en la etnia Pumé – Yarura, y el Dr. R. Lizarralde a nivel nacional, actividad
para la cual se nos dio, toda clase de recurso y excelente entrenamiento, tuvimos la
valiosa ocasión el Dr. Lizarralde y mi persona, de visitar conjuntamente con un
equipo de indígena de esta etnia, por aire, agua y tierra a más de 76 comunidades de
Pumé, a todo lo largo y ancho del inmenso estado Apure; y muchas de las fotografías
que figuran en la monumental obra “Los Aborígenes de Venezuela” de Walter
Coppers, fueron tomadas en esta ocasión, quiero dejar constancia así mismo, que
jamás como educador preocupado y entusiasta había tenido la oportunidad, de vivir
tan maravillosas experiencias y tomar notas de inestimable vivencias, las cuales
conservo escritas muy cuidadosamente.

3.1. Testimonios Dejado Por los Descendientes de los Antiguos


Pobladores del Estado Apure.

El indígena Pumé, Yaruro, Luis Jesús Pérez, como dijera el fino escritor
Samuel Eduardo Cuenza: “El más venezolano por autóctono de nuestra raza”.

Como es sabido de todos nosotros, los indígenas de Venezuela, no dejaron


expresiones de su cultura resaltantes en el aspecto material, como fue lo
arquitectónico en Perú y México con los Incas y Aztecas, respectivamente; y así
mismo aquí en Venezuela, fue a partir de la tercera década de este siglo que termina,
cuando se comenzó a reunir una valiosa bibliografía (según el Dr. Hugo Obregón
4
Muñoz y el profesor Jorge Díaz Pozo), referida a varios aspectos de su cultura: el
geográfico, económico, el social y religioso, descubriéndose según estos autores un
vasto y rico campo de su cosmografía, expresada en cantos, oraciones y narrativas,
tomadas directamente de los indígenas y no como antes de terceras personas.

Los investigadores Dr. Hugo Obregón (difunto) y el prof. Díaz Pozo, tan
pronto comenzaron a estudiar la cultura yarura, con especial mención de la lengua, se
dieron cuenta de que el maestro indígena Luis Jesús Pérez, era un buen hablante de su
lengua y dotado de una gran intuición lingüística; ahí que en este trabajo se haya
incluido un relato de la vida de este indígena, para dejar testimonio de lo que fue
capaz de hacer, bajo los auspicios y dirección de tan excelentes investigadores.

LUIS JESÚS PÉREZ, se desempeñó por un tiempo, como promotor


indígena, en los Núcleos de acción indigenista (NAI) de ORAI-Apure, en Palmarito,
Cinaruco y Riecito; y habiendo observado en él, un comportamiento inteligente,
decente, respetuoso y educado por naturaleza y ser buen hablante de su lengua
vernácula, lo propuse el 21/10/76, como Maestro Promotor para la comunidad
indígena de Palmarito; y en enero de 1978 fue incorporado al trabajo de investigación
de la lengua Pumé (Yarura), promovido por el personal y la Oficina Ministerial de
Asuntos Fronterizos e Indígenas (OMAFI), a cargo del calificado y prominente
educador Francisco Aurelio Reginfo, y dicha investigación dirigida eficientemente
por el Dr. Hugo Obregón Muñoz y el Profesor Jorge Díaz Pozo; y desde el inicio de
este trabajo de investigación científica, Luis Jesús Pérez, permaneció como
comisionado en el Instituto Universitario Pedagógico Experimental de Maracay, (hoy
UPEL: Universidad Pedagógica Experimental Libertador); y allí estuvo dedicado en
tan encomiable labor, logrando publicar las siguientes obras, donde figura como
informante en la primera y en las demás como coautor: 1. “Libro Lectura de yaruro”
(Naenimborea Debapatere pumé Maena), publicado por el Centro de Capacitación
Docente El Mácaro, (abril de 1980). 2. “Libro Leamos” (Noenimboteare), a base
del método global, texto para los primeros grados del “Proyecto Intercultural
Bilingüe”, (Decreto 283), autorizado con carácter experimental por el M.E., según
resolución N° 87 del 17/03/82. 3. “En La Tierra del Kumañi” que es un Canto
Ceremonial de Palmarito, edición bilingüe, publicación del Instituto Universitario
Pedagógico de Maracay, 1983 con 144 páginas. 4. “Diálogos Yaruros”, edición
bilingüe, publicación del Instituto Pedagógico de Maracay, 1984 con 179 páginas. 5.
“Léxico: Yaruro-Español, Español-Yaruro”, libro de unas 2000 palabras, publicado
bajo los auspicios de Corpo Llanos, Calabozo, Estado Guárico, de 500 páginas, año
1984 (publicación póstuma); así mismo en la Octava Bienal de Literatura: “José
Antonio Ramos Sucre”, que organiza desde 1970, la Universidad de Oriente y
Auspician Corporiente, la Asamblea Legislativa del Edo, Sucre, la Gobernación y el
Concejo Municipal de Cumaná, en el “Rubro Testimonio”, premiaron el libro
“Tradición Oral Autóctona de Venezuela: Dos cantos Ceremoniales Yaruros”,
que resultó ser un trabajo de equipo, conformado por el Dr. Hugo Obregón Muñoz.
LUIS JESÚS PÉREZ, Cleto Castillo y el Prof. Jorge Díaz Pozo, es otra publicación y
5
distinción póstuma, como merecido reconocimiento a la labor como maestro de su
etnia y persona de gran intuición lingüística, premiación esta hecha a un año de su
partida.

Más tarde en 1989 a 6 años del fallecimiento (04/08/83), de LUIS JESUS


PEREZ, los investigadores: Dr. Hugo Obregón Muñoz y el Prof. Jorge Díaz Pozo,
publicaron la obra “Morfología Yarura”; y en el prefacio de la misma asentaron lo
siguiente: “La información está expuesta en lo posible en fórmulas y tablas que
persiguen un fin práctico, visual. Los ejemplos pertenecen en parte, al colaborador
LUIS JESUS PEREZ, y en parte fueron tomados de textos orales grabados en
situación de entrevista en varias comunidades, especialmente en Palmarito. El análisis
no incluye observaciones dialectales, dada la precariedad de los estudios sobre ese
campo. Finalmente, los hechos gramaticales descritos fueron revisados por el Maestro
LUIS JESUS PEREZ, fallecido recientemente. Posteriormente, todo el material fue
examinado repetidamente por el Maestro Cleto Castillo, antes de su presentación
final”. Hugo Obregón Muñoz, Jorge Díaz Pozo.

3.2 El Indígena Otomaco, Antonio José Torrealba.

Este indígena Otomaco, dejó escrito unos cuarenta y dos “Libretones de


Contabilidad lleno de versos propios y ajenos”, que el mismo Torralba tituló “Versos
Rústicos” netamente llaneros de autores conocidos y desconocidos como él mismo
dijo.

Y en la publicación que se hace de todo este material, que se intituló: “Diario


de un Llanero”, formando por seis voluminosos tomos de bella presentación.

En su “Edición y Estudio” hecha por Edgar Colmenares del Valle, en su


capítulo titulado “Presencia de Antonio José Torrealba, en Doña Bárbara y
Cantaclaro”, en uno de sus párrafos (XVI-1.2-hasta XVIII), dejó asentado lo
siguiente:

1.2. en 1936, el profesor Angel Rosenblat publicó “los Otomacos y Taparitas


en los llanos de Venezuela”, un ensayo en el que hizo “Un Estudio comparativo entre
la lengua de los Otomacos y la de los taparitas” e intentó “la colocación de ambas en
el cuadro lingüístico del continente”. Su estudio según sus propias palabras (1964:
281) “se basaban en viejos informes, y la reconstrucción lingüística en dos
vocabularios del siglo XVIII bastante deficientes”.

Desde su llegada a Venezuela, Rosenblat se preguntó si “podría completar,


con el contacto vivo, la imagen fragmentada y borrosa que surgía de los viejos
papeles”. Para responderse esta interrogante, él viajó en dos oportunidades en
búsqueda de los Otomacos. La primera, en 1948, “desde Puerto Páez, sobre el Meta,
hasta la Urbana y luego desde la urbana hasta Caicara y Cabruta”. La segunda, en
6
1949, “al pueblo de Cunaviche, el viejo San José Leonisa de Cunaviche, fundado, en
1768, con indios Otomacos y yaruros”. (Cfr.1964: 281). Es este segundo viaje lo
acompañó su discípulo Ricardo Mendoza Díaz.

En Cunaviche, Rosenblat recibió de Gregorio Jiménez, un sobrino de


Torrealba, los manuscritos del diario de un llanero y, a su vez, Mendoza recibió tres
libretos de contabilidad llenos de versos, propios y ajenos que Torrealba tituló versos
rústicos netamente llaneros de autores conocidos y desconocidos. “Mi tío – me dijo
Gregorio en una de las entrevistas que tuvimos – querías que esos papeles llegaran a
Gallegos, pero como ya él estaba en el exilio yo no supe dónde enviárselos y se los
entregué al profesor Rosenblat para que él lo hiciera. Pero el tiempo fue pasando y
tanto él como yo nos desentendimos del encargo. Después no nos volvimos a ver,
aunque permanecíamos en contacto. Una vez supe que los cuadernos andaban todavía
por el Instituto porque Jackson, uno de mis hijos, trabajó con Rosenblat como
secretario y me dijo que los había visto.

Algunos meses después de su viaje a Cunaviche, Rosenblat publicó el artículo


“Grandeza y decadencia de los Otomacos” que ya cité. En él después de hacer un
recuento histórico a propósito de la nación Otomaca, Rosenblat (1950) afirma.

“Don Antonio había muerto hacía un año. Dejó escrito


cuarenta enormes cuadernos de letra menuda, con un título
general: Diario de un llanero. Los diez primeros parece que
los envió a Rómulo Gallegos. Los otros treinta los hemos
traído a Caracas, por generosidad de Gregorio Jiménez, su
sobrino, bisnieto de otomacos, que es secretario de la Corte
Superior de San Fernando de Apure. Esos cuadernos no se
pueden publicar en bruto. Pero tienen una riqueza inmensa de
materiales que adecuadamente elaborados pueden constituir
una obra formidable sobre la vida llanera que se está
modernizando a ritmo vertiginoso”.

En 1964, Rosenblat volvió a publicar su ensayo “Los Otomacos y Taparitas


en los llanos de Venezuela”. En esa reedición, como Epílogo, incluyó algunas de las
informaciones que ya había dado en 1950 con respecto a Torrealba y a sus
manuscritos, y expresó la opinión que entonces tenía sobre estos materiales y lo que
se proponía hacer con ellos.

Antonio José Torrealba, gran conocedor del llano, sirvió de guía a Rómulo
Gallegos cuando éste llegó en 1927 al hato de la Candelaria y le dio rica información
que le sirvió para la elaboración de Doña Bárbara: en la obra aparece representado en
la figura de Antonio Sandoval. Cuando llegamos a Cunaviche había muerto hacía un
año, pero había dejado una serie de cuadernos con el título de Diario de un Llanero.

7
El éxito de Doña Bárbara le había inducido a recoger sus recuerdos y a
novelarlos. Sin tener condiciones literarias, fue llenando cuaderno tras cuaderno (más
de cuarenta a dos columnas), con escenas, coplas, recuerdos de paz y guerra y relatos
y aventuras diversas. Las mejores escenas son las que describen la vida animal. Los
primeros cuadernos se los envió a Rómulo Gallegos y parece que se extraviaron. Los
demás los hemos traído a Caracas, por generosidad de Gregorio Jiménez, su sobrino,
bisnieto de Otomacos, que era entonces secretario de la Corte Superior de San
Fernando de Apure. De esos cuadernos esperamos extraer un relato de la vieja llanera
(Cfr. 1964: 284).

3.3 Francisca Hernández, Llamada También Familiarmente


Panchita Hernández – 1902 – 1950.

No sé ubicarla en la etnia a la cual perteneció, por no tener esta información


de fuente fidedigna, de ser Yarura, por los comentarios que he tenido, con razón la
voz autorizada de Itala Scott, Etnosicóloga del IVIC, quien acertadamente dijo
refiriéndose a los Yaruros, “De la cultura ancestral, de esa comunidad de poeta que es
el pueblo pumé”.

En la presentación de FRANCISCA HERNÁNDEZ, voy a dejar a su hijo


Oscar Rogelio Hernández, quien en su poemario de ella, titulado “A Mis Hijos”, dejó
asentado en el Prólogo lo Siguiente:

“El presente legajo de poemas y versos de formato netamente


vernáculo es cosecha de Doña Francisca Hernández, mujer
nativa de este llano”.

La poetisa demuestra una sensibilidad espiritual y una inteligencia natural las


cuales afianzan y se puede entrever el profundo sentir de una mujer que luchó a brazo
partido con la suerte, no logrando el destino ingrato amilanar su temple espiritual y
moral aún en este medio tan inhóspito.

Tal vez si se hubiera desenvuelto en otro ambiente más positivo, los


resultados de su inteligencia hubieran sido de proporciones superiores.

Es justicia dar a conocer a estas personas, ante el pueblo que los vio nacer y
cobijó, por tanto, tiempo, y también supo de sus desdichas, los cuales tienen un
pequeño valor en la literatura provincial.

Aunque el ambiente indiferente de la providencia, trate de sepultarlos


definitivamente en el olvido, por falta de un sistema de hondo sentir social, que los
rescate y los haga sentir y conocer con su pueblo, como un pequeño estímulo a las
nuevas generaciones.

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En el último de sus poemas, titulado: (a mis hijos), narra expresivamente lo
duro que fue la vida para con ella, sin embargo, cumplió su gran misión como es la de
ser madre, con toda la nobleza y lealtad unida a una gran moralidad de la cual fue
siempre dotada para no doblegarse ante el dominio absoluto del Dios Oro.

Y uno de sus primeros poemas que se titula: (Reproche), expresa crudamente


el significado elocuente de la verdad, que a todos nos hiere por igual, por que la
verdad es una balanza inflexible. La verdad por la que siempre luchó. Por hacerla
resaltar; y la cual es un estandarte a la que queremos o no, tendremos que llevar en el
devenir inexorable de los tiempos.” (Oscar Rogelio Hernández-mayo de 1972).

FRANCISCA HERNÁNDEZ, resultó ser una gran poetiza, dotada de una


sensible inspiración, en una palabra de alto número, en sus escritos de prosa y versos
se observa una notable nostalgia, posiblemente en su alma fue anidando reflexiones
como ella misma, lo dice en una de sus poesías “Quisiera seguir la senda de
verdadera justicia y paz”, y yo agrego, que al ver y sentir en carne propia, el
comportamiento de cómo una sociedad dominante, que se resiste a sí mismo aceptar
sus raíces más profundas, la actitud etnocida al tratar de homologar la realidad
indígena con lo irracional.

Deja escrito en su POEMARIO A MIS HIJOS, más de cuarenta y cinco


composiciones literarias, siendo el primero de sus poemas escritos en 1933, dedicado
a su hijo Víctor Manuel, y se titula “EL PRIMER DIENTE”.

“EL PRIMER DIENTE”


(A mi hijo Víctor Manuel).
Hoy ya perdido está tu primer diente
yo te contemplo con dolor profundo
porque comprendo que se va la dicha
de tu niñez, y te reclama el mundo.

Mañana cuando llegues a ser hombre


marchitas quedarán tus ilusiones
al comprender que todo pasa y muere
y tan sólo nos quedan impresiones.

Vive feliz, hasta que llegue el día


en que despiertes ante el torpe mundo
tu diente está perdido no hay remedio
más yo te amo con amor profundo.”

Marzo 6 de 1933.

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Los demás escritos los hace en la década de los años cuarenta siendo el último
de los mismos el que título “Versos a mis hijos”, compuesto de 39 estrofas, de fecha
19 de marzo de 1949, poco tiempo antes de morir; escribió seis poemas a sus hijos a
quienes quería con devoción de abnegada y noble Madre.
Transcribimos las últimas cinco estrofas de este poema.

“VICTOR ROGELIO, RAFAEL ALBERTO

He aquí la historia de una mujer


que les dedica sus sentimientos
porque ya vino el atardecer,

De vuestra madre guarda la ofrenda


cual un manojo triste y sombrío
hoy que se aleja por esa senda
hoy que vacila sobre el vacío

que puede darles mi compañía


no tengo halagos ni falsedad
el ave es madre mientras que cría
mi amor es puro, pues es verdad.

Se que a mi lado todo es tristeza


Para vosotros hijos queridos
Las blancas canas de mi cabeza
Son el trofeo de los vencidos.

Solo sermones algún consejo


De mi experiencia podré dictar
Estaba escrito yo no me quejo
Tócome en suerte la soledad”

Cantarrana, 19 de marzo de 1949.

EPÍGRAFE

Y ya para concluir, y atando cabos con la temática de este certamen histórico-


social, quiero hacer unas citas, ciertamente históricas referidas a la frontera colombo-
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venezolana, muy importante, pero tan importante como desconocidas, las cuales son
referidas en la “Historia Militar” de José de Austria y José Curiel Rodríguez en el
secreto del mundo perdido (La Gran Aventura del Amazonas); en Venezuela y
muchos países de América, es muy conocida la revolucionaria actuación, del viejo
prócer chileno-venezolano Cortés de Madariaga, el 19 de abril de 1810.
El revolucionario como aventurero sacerdote, fue un soñador de grandes
ideales, como la independencia absoluta de América, el sistema de navegación
interamericano, etc., etc.; así pues lo deja entrever en su diario escrito “a bordo de
balsa y curiara”, navegando por nuestros grandes ríos.

El día 14 de junio, partió de Santa Fe, metrópoli de Cundinamarca, rumbo


oeste suroeste, en busca del declive de la cordillera, para así huir del excesivo frío, y
así fue como llegó a la confluencia del río Negro y Umea, que se junta con el Umadea
para enriquecer al majestuoso Meta, navegó pues por este río, el Orinoco, Arauca,
Payara, Atamaica, Bucaral, Río Apure y Guárico hasta desembarcar en la población
de Calabozo, después de un mes de aquellas penosa y peligrosa navegación.

Y ahora haciendo un poco de reflexión y retrospectiva, se me viene al


recuerdo, que los que hemos tenido la gran oportunidad, no sólo de observar a través
del parabrisa aéreo, sino de haber navegado desde la piedra del Cocuy para acá y
parte de la ruta, que audazmente cubrió el padre cortés de Madariaga; es para
quedarse asombrado de la hermosura y maravilloso del paisaje de los territorios
bañados por estos ríos, y más asombroso aún resulta de manera impresionante, la
soledad reinante de estos parajes solitarios de la zona fronteriza colombo-venezolana
y brasileña; lamentablemente de lo que aquí pudo ser y no fue.

Esto es para evocar unos versos del romántico latinoamericano Ricardo Nieto,
en la Parábola del Desierto.

“Un audar, dormía en su tienda de campaña en medio del


desierto. Lo acompañaba su hijo. De pronto, en medio de
aquella inmensidad estéril, un viento fuerte, como un huracán
sacude la débil estructura de las carpas. El niño, asustado,
creyendo, que sueña despierto, pregunta a su padre, si es que
ha brotado en el desierto un río, y el padre le responde:

Es el desierto que se queja. Llora. El tiene su dolor


desconocido y piensa con tristeza en esta hora en lo que pudo
ser y nunca ha sido. El pudo ser un mar. Tener sus olas
Coronadas de vividas espumas; Ser un campo cubierto de
amapolas o una selva con túnicas de brumas. Pudo ser y no
fue. Oye, alma mía, La parábola triste del desierto: De todas,
la mayor melancolía. Es estar vivo, más sentirse muerto”.

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