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FASE 3: COMPRENSIÓN

CODIGO 90007_17

PRESENTADO POR

YULY ALEXANDRA TRIANA LAITON

CC 1019119220

PRESENTADO A

FABIO ANDRES CRUZ

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y ADISTANCIA UNAD

ADMINISTRACION DE EMPRESAS – CEAD JAG

CULTURA POLITICA

BOGOTA D.C 30 JUNIO 2020


FASE 3 - SECTOR CAMPESINO

2.

El campesino vallecaucano surge y se consolida como sector social durante el siglo XVIII y

principios del siglo XIX, en medio de un sistema económico esclavista. Cuando desaparece

la fuerza de trabajo esclava surgen arrendatarios, agregados y terrazgueros.

Tradicionalmente, antes del siglo XIX, los propietarios de tierras en el valle geográfico del

alto Cauca establecieron grandes posesiones, de río a río o de cima a cima, por lo cual no

tuvieron dificultades de linderos (Almario, 1994).

En 1824 el Estado decreta la suspensión del mayorazgo o derecho de progenitura, y, a

mediados de siglo, la abolición de la esclavitud; para esta época llegan los comisionistas

extranjeros y se asiste a varias guerras civiles. Todo esto llevó a que se agrandaran unas

haciendas y se dividieran otras: se alteró el mecanismo que mantenía las propiedades

territoriales y se dio comienzo a la convivencia de la grande, mediana y pequeña propiedad,

a la reducción, principalmente, en las dimensiones de las haciendas, iniciando así un

proceso de desmigajamiento en parcelas más pequeñas y en pastizales.

Con el rompimiento existente entre la esclavitud, el catolicismo y la gran hacienda se

posibilita la combinación de múltiples universos de referencia: se mezclan culturas.

Mestizos, indios, esclavos, mulatos y blancos articulan sus especificidades y dan cabida a

una diversidad social característica que Oscar Almario denomina vallecaucano de llanura

(Almario, 1994, p. 42). La gran hacienda vallecaucana sufre, pues, un proceso de

transformación debido, principalmente, a la difícil situación minera, a las continuas guerras

civiles y a que la tierra devino mercancía: el conflicto por la propiedad de la tierra significó
fragmentación de los grandes latifundios coloniales. Al tiempo que se fragmentaban las

antiguas haciendas coloniales, extranjeros –algunas veces unidos con gente de la región–

trataron de reagruparlas; en este proceso se destaca el caso de la familia Eder, que unieron

tres haciendas: Guengue, Guavito y La Manuelita. Prosperó el sistema de arrendamiento a

terrazgueros para la realización de las actividades ganaderas y el de peonaje para las labores

agrícolas. Esto originó el fenómeno de los indivisos, que se dan por la venta de los derechos

de hacienda por parte de los herederos de los antiguos hacendados después de la suspensión

del derecho de progenitura.

Este período trata de la época en que se generaliza la privatización de la propiedad de la

tierra (se transforma la hacienda vallecaucana), llega la colonización antioqueña a las

vertientes cordilleranas, se abre paso el modelo económico librecambista y la

modernización del valle geográfico del río Cauca para integrarlo con el resto del país y del

mundo. Estas situaciones contribuyen a alterar el paisaje vallecaucano que describen los

autores vernáculos de mediados del siglo XIX, pues, lo que se buscaba era colocar el valle

geográfico del río Cauca en el camino de la modernización. La producción excedente

(creada por los campesinos) de gran demanda y aprovechada por propietarios y

comerciantes fue consolidando un nuevo ambiente socioeconómico. Prosperaron en las

haciendas los cultivos de cacao y tabaco, por su gran demanda externa e interna;

conjuntamente se llegaron a tener relaciones comerciales muy dinámicas que explican el

surgimiento de entidades financieras para facilitarlas.


3.

3.A. Explicar la relación de la temática investigada con el concepto de cultura política

En la medida en que el escenario principal de la confrontación armada son las áreas rurales,

los efectos desintegradores de la guerra han afectado, ante todo, al campesinado, coartando

sus mecanismos de movilización y sus formas de representación, desarticulando sus

organizaciones; aun así, no todos los efectos de la guerra son negativos. Las guerrillas son

rurales, pero no por ello campesinas, así el agrarismo se mantenga como un núcleo

argumentativo de su plataforma ideológica y predomine dentro de sus concepciones

insurreccionales la idea estratégica de “cercar a las ciudades desde el campo”. Rural es

también la profusión de organizaciones paramilitares existentes; pero su relación con el

campesinado es más conflictiva aún: le son hostiles de modo abierto. Y en el anterior

contexto se perciben, no obstante, por parte del campesinado de varias regiones, formas de

adaptación a un marco generalizado de violencia, estrategias de resistencia específicamente

dirigida a confrontar a los actores armados irregulares, cualquiera sea su signo, tanto

guerrillas como paramilitares; a la vez que la exigencia a la fuerza pública de que su

intervención respete los derechos de la población civil y se ajuste en todos los casos al

derecho internacional humanitario en su conjunto. Donde quiera que esa adaptación esté

ocurriendo, se zanja de manera práctica la disquisición acerca de la ciudadanía, de sus

presupuestos contemporáneos; en otras palabras, el derecho de resistencia en la forma en

que está siendo reivindicado y asumido por el campesinado es una demostración concreta

de la posibilidad de un ejercicio democrático en un contexto nacional desfavorable.


3.B. Explicar cómo el sector social seleccionado aporta a la construcción de la

democracia.

Las organizaciones que se crearon desde abajo tenían enormes dificultades para mantenerse

y establecer una influencia que rebasara los marcos regionales, así como para plantear

demandas que trascendieran sus intereses inmediatos (esencialmente tierra, pero también

producción y bienestar). Sin olvidar la historia de numerosos intentos por construir esta

autonomía, los movimientos eran defensivos, con demandas inmediatistas y sujetos al

liderazgo de personajes excepcionales. En pocos casos lograron establecer una vinculación

con partidos políticos, y si lo hacían quedaban en una situación de subordinación y

dependencia, a menudo manipulados por las propias burguesías regionales y nacionales

dominantes. Es por esta falta de canales de negociación de las demandas sociales que

durante tanto tiempo, y aun a la fecha, los movimientos sociales en el campo brotaron

regularmente de manera violenta y fueron fuertemente reprimidos por los gobiernos.

Durante los regímenes militares y autoritarios muchas organizaciones fueron perseguidas,

desarticuladas o desaparecidas.

La organización social campesina autónoma es, entonces, un fenómeno que tiene, cuanto

mucho, dos décadas de experiencia. De la misma manera que el surgimiento de las

guerrillas fue una respuesta a los regímenes autoritarios y a las dictaduras militares, el

actual crecimiento de las organizaciones sociales autónomas tiene que ver con la llamada

tercera ola de democratización de los países latinoamericanos. Estamos frente a un proceso

en plena construcción, inmaduro, en transformación, con titubeos y errores, en el cual

apenas se van precisando nuevas definiciones ideológicas, proyectos políticos y visiones

del mundo.
Sin embargo, esta nueva ola de democratización se da a la par de otros dos fenómenos de

igual importancia: el retiro del Estado de las políticas de bienestar social, y el incremento

de la pobreza por la caída de los salarios y el desempleo. Así, en contra de todas las

expectativas, vivimos un proceso novedoso no previsto ni por los politólogos ni por los

economistas, que consiste en tener más democracia política con menos justicia social.

Nuestra democracia realmente existente combina la creación de instituciones y reglas que

permiten una mayor participación ciudadana en la vida pública (con los partidos políticos,

las organizaciones populares y las diferentes formas de organización de la sociedad civil)

con procesos económicos que provocan más desigualdad, más pobreza y mayor exclusión

de los derechos sociales (alimentación, trabajo, educación, salud). En otras palabras, la

democracia llegó a América Latina cuando la política perdió su capacidad de influir sobre

la economía para definir el reparto de la riqueza nacional. En el campo, esto se puede medir

con el enorme incremento de la concentración de la producción en empresas

agroindustriales que practican el monocultivo en el marco de una agricultura minera que

busca instalarse en las mejores tierras, a menudo a costa de despojar a sus legítimos

propietarios, para incrementar su renta.


BIBLIOGRAFIA

- Giraldo Díaz, R. (2014). Reconfiguración del paisaje y agroecología en el Valle del

Cauca, 1850-2010. Revista Luna Azul, 38, 252-273. Recuperado de

http://lunazul.ucaldas.edu.co/index.php?option=content&task=view&id=905

https://www.redalyc.org/pdf/3217/321731214015.pdf

-La participación política del campesinado (6-27) Cubides C., Fernando - Autor/a, 2006

http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20100926020223/5CubidesC.pdf

-La construcción de la democracia en el campo latinoamericano / compilado por Hubert C.

de Grammont - 1a ed. - Buenos Aires : Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales -

CLACSO, 2006. 368 p. ; 23x16 cm. (Grupos de trabajo de CLACSO dirigida por Atilio A.

Boron) http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20100926014303/grammont.pdf

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