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¿Cómo Estudiar la Biblia?

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Introducción: Anotaciones
Jesús Pide Discípulos
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Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mat. 28:19-20).

En la Biblia, Dios usa varios nombres para describir las cosas de importancia
para él, para ilustrar varios aspectos de esas cosas particulares. Por ejemplo, Jesús
es llamado cordero, león, el Cristo, rey, etc. La iglesia también pasa por varios
nombres. Algunas veces es llamada la novia de Cristo. El mismo término iglesia,
significando “llamar fuera”, se refiere a aquellos llamados a salir del mundo a una
relación especial con Cristo y Dios. La Biblia también se refiere a la iglesia como
un cuerpo, en otros ocasiones como un reino.

Alguien pregunta por qué son usados muchos nombres para conceptos impor-
tantes. ¿No sería mucho más fácil entender la Biblia si algo fuera referido nada
mas que por un nombre? Sin embargo, un poco de reflexión nos recuerda que
hacemos la misma cosa. Por ejemplo, yo soy referido por muchos nombres. Una
dama se dirige a mi como padre, otra como marido; otra como hijo. Alguien me
reconoce como físico, un matemático, un escritor, y un predicador. Alguien me
llama cariño; otro me llama hermano. Todos estos nombres describen varias cosas
de importancia acerca de mí. Llevan mucha mas información acerca de mí que
lo que podría un solo nombre.

Así es en la Biblia. Jesús es llamado cordero a causa de su naturaleza pacífica,


su inocencia, y el hecho de que fue un sacrificio. Es referido como león, descri-
biendo su fortaleza y poder. Se es dirigido a El como el Cristo porque es el ungido
de Dios, un profeta, un sacerdote, y un rey, como aquellos ungidos en el Antiguo
Testamento. Es honrado como rey a causa del gobierno absoluto que ejerce sobre
su reino, en vista de que ejerce toda autoridad en el cielo y en la tierra.

Lo mismo es verdad con la iglesia. Es llamada la esposa de Cristo porque está


desposada con Cristo, y debe ser pura y fiel a él. El nombre iglesia se refiere a su
relación con el mundo puesto que está compuesta de aquellos llamados fuera del
mundo por el evangelio. La iglesia es reconocida como el cuerpo de Cristo, lo cual
muestra la relación de aquellos que la componen con Cristo, su cabeza, y de unos
con otros, como miembros del mismo cuerpo. Y la iglesia es llamada el reino de
Cristo para describir la clase de gobierno que Cristo ejerce sobre su pueblo. No
es una democracia, sino una monarquía absoluta.

De esta manera, Dios usa todos estos nombres, para describir a Jesús y la igle-
sia, que son importantes para él, para darnos una cantidad de información acerca
de ellos.

De igual manera, la Biblia da varios nombres para el pueblo de Dios, tal como
santos, siervos, hermanos, cristianos, discípulos, sacerdotes, creyentes, hijos de
luz, etc. Cuando determinamos lo que significa cada uno de estos nombres, lo que
el Nuevo Testamento enseña respecto de ellos, cuáles obligaciones sobrevienen a
nosotros como consecuencia de esto; finalmente, podemos examinarnos a nosotros
mismos para ver si estamos a la altura de ese nombre como Dios desea.

En esta introducción, deseo estudiar solamente el nombre “discípulo”, en vista


de que es el tema de este libro — ser discípulos de Cristo. Puesto que Jesús dijo
a su pueblo que serían discípulos, ¿qué significa eso? ¿Qué enseña el Nuevo Tes-
tamento acerca de los discípulos? ¿Cuáles son las obligaciones de los discípulos
de Cristo? ¿Aquellos de nosotros que afirmamos ser cristianos damos la talla de
esas responsabilidades?
2 ¿Cómo Estudiar la Biblia?
Discípulo Definido
Anotaciones
Por definición, un discípulo es un aprendiz, un pupilo (alumno), o un estudiante
(Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento por Thayer, Pág. 386, bajo mathetes).
Si uno afirma ser un discípulo de Abraham Lincoln o Thomas Jefferson, debería
ser un estudiante de esos hombres. Debería estudiar sus escritos, sus libros, y
sus cartas. En resumen, debería estar interesado en la lectura y estudiar todo lo
disponible de estos hombres.

Así es con los discípulos de Cristo. En Mat. 11:28-29, Jesús dijo de sus dis-
cípulos:

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí ...”

En Jn. 6:44-46, Jesús dijo, refiriéndose a sus seguidores:

“44Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo


le resucitaré en el día postrero. 45Escrito está en los profetas: Y serán todos
enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él,
viene a mí”.

Obviamente, la religión de Jesucristo es una religión enseñada, puesto que debe


ser oída y aprendida. Los discípulos de Cristo han sido llamados por Dios porque
han oído y aprendido la enseñanza de Cristo. Se encuentra evidencia adicional de
que los discípulos deben ser estudiantes y aprendices de la enseñanza de Cristo
en la gran comisión, el mandamiento que Jesús dio a sus apóstoles después de su
resurrección. En Mat. 28:19-20, Jesús dijo:

“19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el


nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén”.

Nótese que los apóstoles debían “hacer discípulos”, eso es, estudiantes o apren-
dices, de aquellos a quienes enseñaron. Aquellos a quienes enseñaron exitosamente
debían ser bautizados, y luego enseñados con más detalle. No debía ser bautizado
ninguno que no fuera un aprendiz o estudiante de la enseñanza de Cristo.

Sin invocar las convicciones o sinceridad religiosa de alguien en cuestión, el


nombre discípulo nos dice algo acerca de la práctica del bautismo de infantes. Dios
nos dio autoridad para bautizar discípulos, pero ninguna autoridad para bautizar
a alguien que no sea discípulo, mucho menos a una persona que ni aún posea la
habilidad de ser un estudiante de las enseñanzas de Cristo. Usualmente en el
bautismo de infantes, los padres del hijo declaran que creen en Dios, y en Cristo,
y en el Espíritu Santo, pero esa no es una declaración de la fe del infante, sino de
ellos. Es costumbre que una congregación ore algo como lo siguiente, tomado
de la “Orden del Bautismo de Infantes” para uso en la Iglesia Metodista Unida
(ejemplos de este lenguaje son comunes en los manuales de las denominaciones
que practican la aspersión de infantes):

Padre, te agradecemos especialmente hoy por declarar tu amor por este niño,
antes de que aun pueda oir de ti. Como lo has amado desde el principio así
continua protegiéndolo y guiándolo. Quizás pueda convertirse en un discí-
pulo leal de Jesús.

Obviamente la congregación comprende que el infante no puede oir o entender


la enseñanza de Cristo, que no es un discípulo; de esta manera, oran para que
pueda convertirse en uno. Nuevamente, esto no está cuestionando la sinceridad o
amor de los padres por su hijo, sino que simplemente está haciendo notar que un
no-discípulo está siendo bautizado.
¿Cómo Estudiar la Biblia? 3
Si afirmamos ser cristianos, estamos afirmando ser discípulos; eso es, estudiantes
de las enseñanzas de Cristo. ¿Es eso cierto? ¿Lo soy? ¿Lo eres? Si alguien nos Anotaciones
acusa de ser un estudiante de Cristo, hallarán suficiente evidencia para condenar-
nos? ¿O nuestro bautismo consigue los mismos resultados que el bautismo de
infantes?

Este es el propósito particular de este libro – ayudarnos a cumplir nuestras obli-


gaciones como discípulos. Generalmente, alguien puede tratar de negociar esta
responsabilidad con alguien mas – nuestros padres, el predicador, los ancianos,
etc. Bien haríamos también de negociar nuestra fe con ellos.

Un Discípulo se Adhiere a lo Que Aprende

Habiendo visto que un discípulo es básicamente un estudiante de algo, o de la


enseñanza de alguien, ahora queremos observar otra característica de un discípulo.
Es posible para nosotros ser un estudiante serio de alguien sin ser un discípulo de
esa persona. Por ejemplo, tengo un colección completa de las obras de Robert
Ingersoll, uno sobresaliente ateo americano del siglo diecinueve. En la preparación
para debates con los ateos, he absorbido esos libros por incontables horas. He
sido un estudiante serio de los escritos de Ingersoll, sin embargo sería totalmente
equivocado que se refirieran a mí como un discípulo de Ingersoll. Un discípulo
se adhiere a lo que está estudiando, y yo no me he adherido a las enseñanzas de
Ingersoll.

De igual manera, en la preparación para debates con varios predicadores de-


nominacionales, he sido totalmente un estudiante de los escritos de la denomina-
ción Adventistas del Séptimo Día. He comprado muchas de sus publicaciones,
y conozco muchos de sus argumentos para guardar el día de reposo por parte de
los cristianos al menos también como sus predicadores. Del mismo modo, soy
propietario de una gran cantidad de libros mormones, sin embargo no es correcto
referirse a mí como un discípulo del Adventismo del Séptimo Día o de José Smith,
el fundador del mormonismo, puesto que no me adhiero a sus enseñanzas.

La misma cosa es verdad con los discípulos de Cristo. Una persona puede
conocer mucho de las enseñanzas de Cristo, pero a menos que se adhiera a la en-
señanza, no es un discípulo. Un buen ejemplo es el Dr. Isaac Asimov, el destacado
ateo americano y escritor de ciencia ficción. Asimov era un serio estudiante de la
Biblia y escribió un comentario de dos volúmenes altamente críticos de ella. Sin
embargo, Asimov, no era discípulo de Cristo, puesto que rehusó adherirse a las
enseñanzas de Cristo.

Desde un punto de vista positivo, vemos esto en las enseñanzas de Jesús en


Juan 8:31 –

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros perma-
neciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”.

De esta manera, un discípulo no es solamente un estudiante de las enseñanzas


de Cristo, sino que también permanece en esa enseñanza, se adhiere a ella. Este
hecho nos ayuda a entender 2 Juan 9, donde Juan dice:

“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a


Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”.

Este versículo describe a una persona que no está contenta con ser gobernada por
la enseñanza de Cristo, sino que da pasos más allá de los límites de esa enseñanza.
No se adhiere a la enseñanza o no persevera en ella. Juan hizo de esto un asunto
de autoridad cuando dijo que una persona que actúa por fuera de la enseñanza de
Cristo no tiene a Dios; eso es, no está en comunión con Dios, no está agradando
a Dios, y no es un discípulo de Cristo.
4 ¿Cómo Estudiar la Biblia?
Un Discípulo se Adhiere a las Enseñanzas de Cristo
Anotaciones Por Encima de Todo lo Demás

El grado al cual un discípulo se adhiere a la enseñanza de Cristo es también una


parte del discípulado. Jesús dijo en Luc. 14:26 –

“Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos,


y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi
discípulo”.

Ciertamente esto se atraviesa y es difícil decirlo, ¿o no? ¿Un cristiano realmente


debe aborrecer (despreciar) a su propia familia, aun si propia vida física, para ser
un discípulo? No es fácil llegar a esta conclusión hasta que uno comprende que
la palabra que Jesús usó para “aborrecer” tiene un significado secundario, que es,
“amar menos” (cfr. Mat. 10:37). Por ejemplo, con sinceridad podría decir que
aborrezco el hígado, pero amo el bistec (chuleta o filete) menos de lo que amo la
comida mexicana. Aunque podría decir que odio el bistec, no lo aborrezco como
el hígado. Simplemente amó el bistec menos de lo que amo la comida mexicana.
Este uso de la palabra aborrecer expresa una preferencia relativa antes que un
rencor (o resentimiento).

Jesús aclaró que esta era la forma en que usó aquí la palabra “aborrecer”, cuando
dijo en el v.33 de este mismo pasaje:

“Así, pues, que cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo”.

Jesús declaró que un verdadero discípulo debe adherirse a su enseñanza por


encima de todo lo demás — por encima de los lazos familiares, del trabajo de uno,
de un pasatiempo (o afición), un hábito (o costumbre), amistades, todo. Cualquier
cosa que estemos considerando mas que adherirnos a la enseñanza de Cristo, eso
es exactamente lo lejos que estamos de ser un discípulo de Cristo. Dicho de otra
forma, si amamos algo mas que lo que amamos a Cristo, algo por lo que tenemos
una preferencia mas relativa que por Cristo, ¡eso es exactamente el grado en que
aborrecemos a Cristo! No lo abominamos, simplemente lo amamos menos de lo
que deberíamos — por encima de todo lo demás.

Un Discípulo Lleva Mucho Fruto

En Jn. 15:8, Jesús da otra característica de un verdadero discípulo:


“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos”.

Llevar fruto es una forma en que son probados los discípulos. Llevar fruto a
través de nuestro estudio de la enseñanza de Cristo es el objetivo de este libro. En
Heb. 5:11-14, el autor de Hebreos mencionó esta responsabilidad de los discípulos:

“11Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto
os habéis hecho tardos para oír. 12Porque debiendo ser ya maestros, después
de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los
primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que
tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13Y todo aquel que participa
de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14pero el
alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el
uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.
El escritor dijo que quería discutir con estos cristianos un importante personaje
bíblico con el nombre de Melquisedec, pero vio un problema: se habían hecho
tardos para oír (lentos para entender) la enseñanza de Cristo. Aunque habían sido
cristianos durante bastante tiempo y debían ya ser maestros, necesitaban un curso
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de repaso (o actualización) de los primeros rudimentos de Cristo. A causa de su
falta de estudio y aprendizaje, necesitaban el ABC del camino de Cristo antes que Anotaciones
el alimento sólido de una enseñanza mas avanzada.

Aquí vemos que Dios da a los cristianos mas maduros una obligación de ser
maestros. Estos no estaban calificados porque no eran estudiantes. Una gran
forma en que los discípulos llevan fruto es por medio de enseñar a otros, lo cual
es una consecuencia del estudio, porque uno no puede enseñar lo que no estudia.

En vista de que el propósito de este libro es ayudar a nuestro estudio de la Biblia,


directamente se relaciona a nosotros siendo un discípulo fructífero de nuestro Sal-
vador. Por consiguiente damos este capítulo breve e introductorio para enfatizar
la responsabilidad que como cristianos tenemos de ser estudiantes de la enseñanza
de Cristo; de esa manera, necesitamos aprender cómo estudiar la Biblia. Luego,
a medida que estudiemos la Biblia, podemos aprender a cómo llevar a cabo (o
cumplir) otras obligaciones a las que estamos comprometidos como hijos de Dios.
Pueda Dios bendecir nuestros esfuerzos de incrementar nuestro entendimiento de
la palabra de Dios de manera que podamos ser fructíferos discípulos de Cristo.

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