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Sociedad aborigen prehistórica de nuestra

isla y las características sociales


económicas políticas y culturales

ESTE RECURSO FUE COMPENDIADO POR LA PROF. LEONOR REYES JIMÉNEZ, BASADO EN
LAS SIGUIENTES FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:
• Jaime de Jesús Dominguez82006) Historia Dominicana. Editora ABC. Santo Domingo.
República Dominicana.
• http://www.jmarcano.com/mipais/historia/tainos.htmlLa Cultura Taína

(Siglos XII-XVI d.C.) Consultado el día 29 de junio de 2011.

Los subtemas presentado en este recurso.


# Organización social.
# Actividades productivas.
# La vivienda.

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Los taínos fueron el grupo de habitantes que habían en nuestra isla al momento de la
llegada de los europeos al continente americano en 1492, los mismo procedían de las
costas venezolanas desde navegaban y poblaron todas las islas que componen el
Arco Antillano, estaban organizados políticamente en cinco cacicazgo los cuales a su
vez eran dirigidos por un cacique cuyo cargo o título era hereditario y eran
independientemente uno del otro.

Organización social

Su organización social, política y religiosa fue la más evolucionada entre los


grupos indígenas de las Antillas. Su máxima unidad territorial era el "cacicazgo"
que agrupaba determinadas aldeas o "yucayeques", los cuales estaban dirigidos
por los "caciques", que ascendían a estas posiciones por la vía matrilineal
hereditaria o la realización de un hecho extraordinario.

El cacique se distinguía por el guanín o disco de oro que colgaba sobre su pecho,
y por el uso de cinturones hechos de algodón trenzados con cuentecillas de
pedrería y conchas, al igual que cintas para lucir en la cabeza, insertándoles a
ambos una guaiza o pequeña carátula central.

Cuando el cacique emprendía un viaje distante de la aldea, sus súbditos le


transportaban sobre una litera de madera y paja, mientras que sus hijos, cuando
niños, les seguían cargados en hombros cerca de él.

Los caciques eran asistidos por unos personajes de elevada jerarquía, llamados
nitaínos, siendo los naborías, de menor grado social, sobre quienes recaían
faenas agrícolas y otros trabajos y servicios.

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Los Cacicazgos sus Caciques


Marién:
Guacanagarix

Maguá:
Guarionex

Maguana:
Caonabo

Higüey:
Cayacoa

Jaragua:
Boehechío

El Behíque o médico hechicero de la tribu fue otro personaje de importancia en la


sociedad taína, por tener un vasto conocimiento de la farmacopea primitiva y velar
por la curación de los enfermos mediante prácticas mágico-medicinales,
interviniendo, también, en la confección de los ídolos de la Cohoba y otros objetos
rituales.

• El cacique, era la máxima autoridad.


• El nitaíno, servía como asistente, era el enlace entre el cacique y el resto de
la población.
• El behìque, se encargaba de curar a los enfermos, de guiar las ceremonias
religiosas.
• Naborías, eran el resto de la población.

Cultura Taína
Los taínos desarrollaron una cultura basada fundamentalmente en la producción
agrícola que les permitió incrementar una apreciable actividad artesanal de objetos
utilitarios, tales como vasijas y otros recipientes de barro y de madera, hachas de
piedra bien pulimentadas, objetos de cestería de fibras vegetales y tejidos de
algodón que eran decorados con tintes extraídos de la jagua (Genipa americana) y
de la bija (Bisa Orellana), con los cuales, también se pintaban sus cuerpos en
ocasiones especiales.

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Además, los taínos fueron excelentes escultores que confeccionaron artefactos
ceremoniales de gran expresión artística como los duhos o asientos
ceremoniales, los ídolos o cemíes, los instrumentos para el ritual de la cohoba y
los aros monolíticos.

El cemí (también zemí o zeme), cuya figura, esculpida en diversos materiales y


tamaños, podía actuar a voluntad influyendo de manera decisiva en el normal
desarrollo de la vida humana y del medio natural: podía cohabitar con los hombres
e incluso reproducirse a través de ellos. El cemí era el cuerpo vivo del dios, del
ente mítico, del antepasado deificado. De la maestría con que se le tallase y de la
capacidad para lograr reflejar el carácter del ser dependía en gran medida la
efectividad emotiva que lo vincularía a los creyentes y el adecuado desempeño de
sus prerrogativas espirituales.
La recolección de algunos frutos silvestres, la pesca y la caza marginal
complementaban la alimentación del pueblo taíno, empleando en tales actividades
instrumentos y técnicas que, junto al uso práctico y medicinal dado a ciertas
plantas, denotan su profundo conocimiento del medio ambiente natural.

Al momento de la llegada de los europeos, los taínos habitaban gran parte de las
islas Española y Puerto Rico, al igual que el Oriente de Cuba y parte de Jamaica.

Aunque algo bajos de estatura, los indios taínos eran de cuerpos bien formados y
piel color cobriza. Fueron gentes lampiñas, de cara ancha, con pómulos muy
pronunciados, labios un poco gruesos y de muy buena dentadura.

Tenían el pelo negro, grueso y muy lacio, cortándoselo por encima de las cejas y
también atrás, a diferencia de los macorixes y ciguayos quienes llevaban el pelo
largo atándoselo atrás con una redecilla a la que insertaban plumas de
"papagayos" (Temnotrogon roseigaster) y cotorras (Amazona ventralis).

Los indios macorixes y ciguayos habitaron en la zona nororiental de la isla de


Santo Domingo, ocupando la península de Samaná y tierras aledañas. Se
caracterizaban por ser muy belicosos y diferir lingüísticamente de los taínos.

Los taínos siempre andaban desnudos, llevando solamente en sus brazos y


piernas unas ligas o fajas de hilos de algodón, aunque algunas mujeres casadas
utilizaban unas faldillas, tejidas también en algodón, denominadas naguas.

Existió entre ellos la costumbre de practicarles a los niños la deformación artificial


del cráneo, sujetándoles con bandas de algodón dos tablillas de palma, una en el
frontal y otra en el occipital, con lo cual lograban que la frente luciera más ancha.
Se perforaban el lóbulo inferior de las orejas con la finalidad de lucir en ellas
pasadores decorativos u orejeras, llamadas en su lengua taguaguas.

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Actividades productivas

Los taínos llamaban conuco al


lugar destinado a los sembradíos,
empleando como técnicas agrícolas
la siembra en montículos y el
sistema de roza o tala y quema del
bosque. En los montículos o
montones, formados por túmulos
circulares de tierra suelta, se
desarrollan mejor las raíces
tuberosas como la yuca (Manihot
esculenta) y los ajes y las batatas
(Ipomea batatas), mientras que el
sistema de roza fue utilizado,
principalmente, para la siembra de maíz (Zea mays), el cual plantaban en época
de luna llena al creer que así se garantizaban el crecimiento de la planta.

Los taínos aprovecharon, igualmente, los ciclos de lluvia para dar inicio a sus
siembras y en la fase final de su evolución ya empleaban ciertos tipos de regadíos
o acequias donde eran necesarios por la aridez de la tierra.

Sus instrumentos agrícolas fueron las hachas de piedra y la coa o pullón, especie
de bastón de madera para cavar, cuya punta era previamente endurecida por el
fuego.

Con la fricción de ciertas leñas los taínos obtenían el fuego, con el que cocinaban
muchos de sus alimentos, cocían la cerámica y derribaban grandes árboles para
preparar sus sembradíos o conucos y confeccionar las canoas.

Cuando caminaban o pescaban por la noche se alumbraban con hachos o trozos


de madera resinosa como la cuaba o pino (Pinus occidentalis) y el goaconax o
guaconejo (Amiris spp.).

Las hachas de piedra, al igual que los raspadores de concha, fueron artefactos de
trabajo muy empleados por los taínos, principalmente para hacer sus múltiples
objetos de madera.

Las hachas más típicas en la cultura taína son las petaloides, nombre dado por
semejarse a pétalos de flores, pero hubieron otros tipos de hachas, como las
hachas de cuello y los buriles, siendo algunas de ellas de uso manual, mientras
que las de mayor tamaño se ataban al extremo de un mazo de madera.

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Para la fabricación de sus hachas los indígenas seleccionaron rocas de gran
consistencia y, por lo general, la superficie del instrumento presenta un reluciente
pulimento.

El principal cultivo de los taínos era la yuca (Manihot esculenta) que rallaban o
"guayaban" obteniendo una masa de la cual elaboraban el cazabí o cazabe (en la
actualidad, casabe), especie de pan seco o torta que, previamente, tostaban sobre
un burén y constituía su alimento básico.

El maíz (Zea mays) fue otro ingrediente importante en su dienta. Lo cosechaban


dos veces al año y lo comían crudo, cuando tierno, y asado, cuando más seco o
maduro. También lo rallaban o trituraban para hacer con agua cierto potaje.

Otros cultivos complementarios fueron la batata (Ipomoea batatas), y el aje


(posible variedad de batata) que asaban entre las brasas, además de la yahutía
(Colocasia esculenta), la guáyiga (Zamia debilis), el lerén (Calathea allouia), el
maní (Arachis hypogea), el tabaco (Nicotiana tabacum), algunas especies de ají
(Capsicum spp.) y frutas como la piña o ananá (Ananas comosus).

Otras muchas frutas, entre ellas el mamey (Mammea americana), la guanábana


(Annona muricata), la lechosa o papaya (Carica papaya), el mamón o corazón
(Annona reticulata), la guayaba (Psidium guajava), el caimito (Chrysophyllum
cainito), el icaco o hicaco (Chrysobalanus icaco) y la pitahaya (Hylocereus
undatus) eran recolectadas en estado silvestre.

La caza

Para la caza de las aves y


otros animales, tales como
quemíes, curíes, hutías,
iguanas, caimanes, etc.
utilizaron, al igual que para la
pesa, el arco y la flecha, en
cuyo uso eran muy diestros
los indios, además de las
lancetas arrojadas con
propulsores y numerosas
formas de trampas.

En el caso de las hutías y demás roedores, acostumbraban incendiar las sabanas,


acorralando a los animales, para cazarlos en un lugar indicado o simplemente
recogerlos quemados tras el incendio.

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En el terminal de sus lanzas o flechas insertaban, en algunas ocasiones, una
punta afilada hecha de la espina que tiene en la cola el pez raya o una astilla de
hueso de manatí (Manatus sp.) mientras que en otras colocaban puntas extraídas
de la resistente madera del copey (Clusia rosea).

Los taínos no tuvieron animales domésticos, a excepción del pequeño perro


"mudo" o aon, cuya carne consumían, y las higuacas o cotorras (Amazona
ventralis) a las que enseñaban a hablar. Asimismo, se emplearon corrales de
estacas en los mares y ríos para el cautiverio de especies acuáticas y jaulas para
las aves.

La pesca

La pesca fue una práctica común de los taínos, motivo para que sus poblados se
formaran preferentemente a orillas del mar y de los ríos y sus esteros donde
abundaban los manglares. Esa actividad, complementaria de su dieta, era
realizada con arcos y flechas, anzuelos hechos de hueso o de concha de tortuga,
y grandes redes de algodón que sumergían con pesas de piedra.

En la pesca marina usaron el pez guaicano o rémora (Eucheneis naucrotes), el


cual sujetaban por una cuerda y soltaban de nuevo al mar para capturar otras
presas de mayor tamaño a las cuales este pez se adhería fuertemente. Aquí se
puede observar como los taínos, eran expertos en la captura del Manatí, especie
que hoy se encuentra en peligro de extinción.

Los corrales, como sistema de pesca, hechos con hileras formadas por estacas de
madera o caña y bejucos, fueron utilizados en algunas áreas por los taínos,
principalmente en los mares tranquilos y poco profundos.

En los ríos también emplearon ciertas raíces (baiguá) que majaban en el agua
para adormecer a los peces y, cerca de sus desembocaduras, apresaban al
manatí (Manatus sp.) que les proporcionaba abundante carne y de cuyos huesos,
especialmente las costillas, fabricaban amuletos, orejeras y utensilios
ceremoniales, como las espátulas vómicas y los inhaladores de la Cohoba.

En las playas capturaban a las tortugas cuando éstas venían a desovar y


recolectaban algunos crustáceos y moluscos aprovechando sus conchas como
materia prima para elaborar adornos e instrumentos utilitarios.

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La vivienda

Los poblados taínos eran


llamados yucayeques y sus
unidades habitacionales
fueron los bohíos y
caneyes, fabricados de
postes de madera que
enterraban en el suelo y de
cañas sujetadas por
bejucos con techos de
hojas de palma o paja,
dejando en lo alto un
respiradero recubierto por un
caballete, para la salida del
aire y del humo de las
brasas que siempre
mantenían dentro de las casas. Un solo bohío podía albergar a varias familias, ya
que era frecuente entre los taínos que las hijas casadas vivieran en las casas de
sus padres.

Los "bohíos", llamados también eracras, eran de forma circular y techos cónicos,
mientras que el "caney", nombre dado a la casa de los caciques, era
ocasionalmente rectangular y un tanto más espacioso, con techo de dos aguas y
una marquesina frontal de recibo, estando situado frente al batey o plaza donde
se congregaban los miembro de la tribu para celebrar muchas de sus actividades
sociales y ceremoniales.

La casa de los caciques hacía ocasionalmente las veces de tempo cuando se


guardaban en ella los ídolos o cemíes. En otros casos, la casa dedicada al culto
de los cemíes podía encontrarse también en las afueras de las aldeas,
celebrándose entonces dentro de ella las ceremonias religiosas.

Los taínos dormían en hamacas o camas colgantes, las cuales eran tejidas de
algodón (Gossypium barbadense) o maguey (Agave spp.) y sujetadas en sus
extremos por hicos o cuerdas de cabuya (Furcraea hexapetala) o de henequén
(Agave sisalana).

Cuando emprendían algún viaje, los taínos transportaban sus hamacas y otras
pertenencias en cestas, llamadas jabas. Las hamacas eran colgadas de los
árboles o de los andamios de unas enramadas temporales, denominadas
barbacoas, bajo las cuales se guarecían de los efectos del sol y de la lluvia.

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