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VI UNIDAD

ANATOMÍA DE ANFIBIOS Y REPTILES

TEGUMENTOS

La superficie externa de los cordados esta recubierta por la estructura conocida como piel o
tegumento, solamente los vertebrados tienen piel; los invertebrados presentan cutícula.
Las glándulas multicelulares son más frecuentes en la piel de los tetrápodos que en la de los
peces.

ANFIBIOS

La piel está además especializada como superficie respiratoria; algunas salamandras carecen
de pulmones y dependen totalmente de la respiración cutánea. La mayoría de los anfibios
primitivos presentaban escamas como las de los peces de los que se originaron. Entre las
formas actuales, las escamas dérmicas solo están presentes como vestigios en algunas
especies de cecilias tropicales (Apoda). Ranas y salamandras carecen de toda traza de
escama dérmica. En las salamandras, la piel de sus larvas acuáticas incluye una dermis de
tejido conjuntivo fibroso formado por un tejido suelto superficial situado sobre una capa
compacta más profunda. En la epidermis hay células basales profundas y células apicales
superficiales.
Por lo general, la piel de las salamandras y ranas incluye normalmente dos tipos de
glándulas multicelulares: glándulas mucosas y glándulas de veneno. Ambos se localizan en la
dermis y desemboca en la superficie mediante conductos.
La piel de la rana es fina y húmeda y se encuentra laxamente al cuerpo tan solo en unos
puntos. Histológicamente la piel está formada por dos capas: una epidermis externa
estratificada y una dermis interna esponjosa. La capa externa de células epidérmicas (que se
renueva periódicamente, cuando una o sapo mudan) contiene depósitos de queratina
(proteina fibrosa y resistente que es una protección contra el desgate y pérdida de agua de
la piel). Los anfibios más terrestres como los sapos tienen acúmulos particularmente gruesos
de queratina; pero la queratina de los anfibios es blanda, a diferencia de la queratina dura
que forma las escamas, garras, plumas, cuernos y pelo de los amniotas.
La capa interna de la epidermis da origen a dos tipos de glándulas tegumentarias que crecen
dentro de los tejidos dérmicos subyacentes. Pequeñas glándulas mucosas secregan un
moco protector impermeable sobre la superficie de la piel, y las grandes glándulas serosas
producen un veneno acuoso y blanquecino que es altamente irritante para los potenciales
depredadores. Todos los anfibios producen veneno en el tegumento, pero su efectividad
varía de una especie aotra y según los diferentes depredadores. El extremadamente tóxico
veneno de tres especies de Phyllobates, un género de pequeñas ranas dendrobátidas
sudameicansas, es utilizado por ciertas tribus para envenenar las puntas de las flechas. Las
especies de la familia dendrobátidos producen secreciones cutáneas tóxicas, algunas de las
cuales se cuentan entre las más potentes secreciones animales.
El color de la piel en la rana es producido por células pigmentarias específicas, los
cromatóforos, localizados principalmente en la dermis. Los cromatóforos de los anfibios,
como los de muchos peces y reptiles, son células ramificadas que contienen pigmento, el
cual se puede concentrar en una pequeña área o quedar disperso en todas las
prolongaciones ramificadas para controlar la coloración de la piel. En la mayoría de los
anfibios aparecen tres tipos de cromatófors: xantóforos, que presentan pigmentos rojos,
anaranjados o amarillos: debajo se sitúan los iridióforos, con un pigmento plateado y
cristalino, y los más profundos son los melanóforos, que contienen la melanina negra o
parda. Los iridióforos actúan como diminutos espejos que reflejan la luz a través de los
xantóforos para producir la brillante coloración tan llamativa de muchas ranas. Quizás
sorprendemente los colores verdes tan comunes en ranas norteamericanas, no son
producidos por pigmentos verdes, sino por la interacción de xantóforos que contienen un
pigmento amarillo y los iridióforos subyacentes que, por reflexión y dispersión de la luz
produce color azúl: la luz azul es filtrada por el pigmento amarillo superpuesto y da una
apariencia verdosa. Muchas ranaspueden camuflarse, acomodando su coloración a la del
sustrato.
La piel de los
anfibios posee
numerosas
glándulas
agrupadas que
presentan una
superficie muy
granulada. REPTILES

La piel refleja su mayor compromiso con una existencia terrestre. La queratinización está
mucho más extendida y hay menos glándulas en la piel que en los anfibios. Existen escamas,
pero éstas son distintas a las escamas dérmicas de los peces que se forman alrededor del
hueso dérmico. Por lo general la escama de los reptiles carece de hueso de soporte o de
cualquier otra contribución estructural significativa de la dermis. En su lugar, la escama es
un repliegue de la superficie epidérmica. La unión entre escamas epidérmicas adyacentes es
una bisagra flexible. Si la escama epidérmica es grande y en forma de lámina se le
denomina escudo, además las escamas epidérmicas pueden modificarse en crestas, espinas
o salientes que semejan cuernos. Muchos reptiles presentan hueso dérmico, aunque
generalmente no asociado a las escamas, ejemplo las gastralias, una colección de huesos
en la zona abdominal. Los huesos que soportan la epidermis se denomina osteodermos,
placas de hueso dérmico localizadas bajo las escamas epidérmicas. Se encuentran
osteodermos en los cocodrilos, algunos lagartos y ciertos reptiles extinguidos, algunos
huesos del caparazón de la tortuga probablemente sean osteodermos modificados. La dermis
de la piel de los reptiles está compuesta por tejido conjuntivo fibroso. La epidermis
generalmente presenta tres regiones delimitadas: estrato basal, granuloso y córneo. Sin
embargo esta estructura cambia antes de la muda, ya que los reptiles desprenden grandes
jirones de piel cornificada. La muda en tortugas y cocodrilos es modesta si se compara con
aves y mamíferos, en los que se caen pequeños trozos de piel a intervalos regulares. Pero en
los lagartos, y especialmente en las serpientes, el abandono de la capa cornificada,
denominado muda o ecdisis, resulta de la eliminación de extensas secreciones de la
epidermis superficial. Cuando comienza la muda, el estrato basal, que ha dado lugar al
estrato granuloso y córneo, duplica las capas profundas de estos últimos, empujando hacia
arriba las capas viejas. El estrato intermedio, una capa temporal entre la vieja y la nueva
piel es invadido por glóbulos blancos. Se cree que estos glóbulos promueven la separación y
pérdida de la vieja capa superficial de la piel.
Las glándulas tegumentarias de los reptiles por lo general están restringidas a ciertos lugares
del cuerpo. Muchos lagartos poseen filas de glándulas femorales en la parte inferior de las
extremidades superiores, en la región de los muslos. Los cocodrilos y algunas tortugas tienen
glándulas odoríferas. En la cloaca de los caimanes de ambos sexos desemboca un par de
glándulas odoríferas, y otro par en los márgenes de la mandíbula inferior. En algunas
tortugas las glándulas odoríferas pueden producir un olor bastante acre, especialmente
cuando al coger al animal este se asusta. Se considera que la mayoría de las glándulas del
tegumento de los reptiles tienen un importante papel en el comportamiento reproductor y en
la disuasión de los depredadores, pero no se conocen bien la relación entre dichas glándulas
y los comportamientos sociales de estos animales.
Los reptiles presentan
El tegumento Los cocodrilos
el cuerpo
En las tortugas
adquiere notabley presentan la Piel
generalmente
galápagos,
importancia en la protegida por
recubierto con un
piel
el cuerpoes demuy
los gruesas
exoesqueleto de
gruesa,
Vertebrados, escamas
escamas epidérmicas
transformándose
ejemplo de las córneas.
córneas. Pueden
en los escudos
formaciones mostrar coloraciones
del caparazón.
dérmicas muy variadas. En la
(escamas imagen una serpiente
durísismas) de de morro largo.
los cocodrilos y
otros reptiles. SISTEMAS ESQUELÉTICOS Y MUSCULAR

ANFIBIOS

En los anfibios como en otros vertebrados, el endoesqueleto bien desarrollado de hueso y


cartílago proporciona el punto de apoyo para los músculos del movimiento y protección para
las vísceras y el sistema nervioso. Pero el movimiento en tierra y la necesidad de
transformar las aletas con forma de remos en pata de tetrápodos, capaces de soportra el
peso del cuerpo introdujo una nueva serie de fuerzas y problemas de palanca.. Los cambios
son particularmente notables en los anuros, cuyo sistema musqculoesquelético completo
está especializado para el salto y la natación, mediante potente extensiones simultáneas de
las patas posteriores. La columna vertebral de los anfibios adquiere una nueva función de
soporte del que depende el abdómen y al cual se fijan las patas. Las ranas solamente tienen
nueva vértebras troncales y un urostilo cilíndrico, que representa la fusión de varias
vértebras caudales (cóccix). Las cecilias, que al ser ápodas no han compartido obviamente
estas especializaciones de la locomoción tetrápoda, pueden tener hasta 285 vértebras.
El cráneo de las ranas se encuentra también ampliamente modificado si lo comparamos con
sus antecesores vertebrados; es mucho más ligero, de perfil más deprimido y presenta
menos huecos y menos osificación. La parte frontal del cráneo donde se localiza la nariz los
ojos y el encéfalo está bien desarrollado, mientras que la parte posterior que contenía el
aparato branquial de los peces está mucho más reducida.
El modelo de huesos y músculos de las extremidades es el típico de los tetrápodos, con tres
articulaciones principales en cada una de ellas (cadera, rodilla y talón; o bien hombro, codo y
muñeca). El pie es una estructura básicamente pentarradiada (pentadáctila), mientras la
mano posee cuantro dedos y en ambos existen varias articulaciones en cado uno de los
dedos. ES un sistema repetitivo, que puede derivarse sin mayores problemas de la
estructura ósea de las aletas lobuladas, la cual preludiaba la extremidad de los anfibios.
Los músculos de las extremidades derivan presumiblemente de los músculos radiales que
movían las aletas de los peces, pero la disposición muscular se ha hecho tan compleja en el
apéndice tetrápodo que ya no es posible distinguir paralelismos entre ésta y la musculatura
de las aletas. Podemos reconocer dos grandes grupos de músculos en cualquier apéndice: un
grupo anterior y ventral que tira de él hacia delante y hacia la línea media del cuerpo
(protracción y aducción), y un segundo grupo de músculos posteriores y dorsales que sirve
para mover hacia atrás el apéndice y separarlo del cuerpo (retracción y abducción).
La musculatura troncal, que en los peces está organizada segmentariamente, en una serie de
bandas musculares poderosas (miómeros) para una locomoción con flexiones laterales,
quedó muy modificada durante la evolución de los anfibios. Los músculos dorsales
(epiaxiales) están dispuestos para sostener la cabeza y sujetarla a la columna vertebral. La
musculatura ventral (hipaxial) está más desarrollada en los anfibios que en los peces, ya que
aquéllos deben soportar sus vísceras en el aire sin la ayuda de supone la flotación del cuerpo
en el agua.

REPTILES

Los primeros reptiles eran de pequeño tamaño, con aspecto de lagarto, el cráneo estaba
formado por dermocráneo provisto de abertura para los ojos, el órgano pineal y las narinas.
Los rebordes y salientes de fijación robustos ponen en evidencia la presencia de fuertes
músculos para el cierre de las mandíbulas. El arco hioideo dio lugar a la columnilla, un hueso
del hocico que rodeaba la parte posterior del dermatocráneo contra el condrocráneo.
Ventanas craneanas, la región temporal del dermatocráneo contiene carácterísticas
particularmente reveladoras del linaje de los amniotas. El cráneo anápsido carece de
ventanas temporales, las tortugas actuales presentan entalladuras por encima del borde
posterior del techo del cráneo. El cráneo diápsido presenta dos ventanas temporales, una
característica que se encuentra en Sphenodon, en cocodrilos y afines. El cráneo sinápsido de
los pelicosaurios, terápsidos y mamíferos modernos, la pérdida o reducción del hueso
postorbitario permite la fusión de la ventana temporal con la órbita. Cualquiera que fuera la
función de las ventanas, su presencia sería posible solamente si los orificios no debilitaran la
capacidad del cráneo para resistir las tensiones. La ausencia de ventanas en los
labirintodontos y amniotas primitivos, su presencia en los amniotas posteriores y la aparición
de entalladuras por una vía distinta en las tortugas, implica una compleja y no totalmente
comprendida interacción entre la función y el diseño en los tetrápodos primitivos.
Cinesis craneal en los reptiles, los elementos del cráneo de los reptiles muestran varios
grados de movilidad. Los movimiento más amplios se encuentran en los cráneos de lagartos
y especialmente serpientes. En estos dos grupos existe una articulación intracraneal , una
charnela transversa que se extiende a través del techo del cráneo. Según la posición de esta
articulación se aplican tres nombres: metacinesis, si la articulación pasa a través de la
parte posterior del cráneo; mesocinesis, cuando la articulación pasa a través
dermatocráneo por detrás del ojo; procinesis, cuando la articulación en el dermatocráneo
pasa por delante de las órbitas. Según el número de articulaciones, el cráneo puede ser:
monocinético (una articulación), dicinético o anficinético.
Las mandíbulas de las serpientes son altamente cinéticas, con gran libertad de movimientos.

Cráneo de un carnívoro mostrando sus dientes


La anatomía del cráneo proporciona información sobre el tipo de alimentos que come un
animal. En los carnívoros, la parte frontal del cráneo tiene un par de dientes caninos bien
desarrollados, y la mandíbula inferior se mueve sólo en dirección vertical, lo cual facilita la
captura, la muerte y la sujeción de sus presas. Los premolares y los molares se localizan
hacia la parte posterior de la boca; trituran y mastican la comida para que pueda ser
ingerida y digerida de forma conveniente.

Cerebros de vertebrados
Aunque casi todos los vertebrados comparten el mismo tipo básico de estructura cerebral o
encéfalo formada por tres partes, el desarrollo de sus elementos constituyentes varía a
través de la escala evolutiva. En peces, el telencéfalo (una de las partes, que más tarde
originará el cerebro) es pequeño con respecto al resto del encéfalo (cerebro, cerebelo y
tronco cerebral) y se encarga de recibir información procedente de los sentidos. En reptiles y
anfibios, el telencéfalo es más grande en proporción y comienza a enlazar las informaciones
recibidas y a procesarlas. Las aves tienen unos lóbulos ópticos que están bien desarrollados;
por ello el telencéfalo es más grande. En los mamíferos, el telencéfalo predomina en la
estructura cerebral. El más desarrollado es el de los primates, en los cuales las capacidades
cognitivas son las más evolucionadas.

RESPIRACIÓN Y VOCALIZACIÓN

ANFIBIOS

Los anfibios utilizan tres superficies respiratorias para el intercambio gaseoso: la piel
(respiración cutánea), la boca (respiración bucal) y los pulmones. Las ranas y los sapos
muestran una mayor dependencia de la respiración pulmonar que las salamandras; sin
embargo la piel continúa siendo un importante aporte suplementario de intrecambio gaseoso
en los anuros, especialmente durante la hibernación. Incluso bajo condiciones normales,
cuando predomina la respiración pulmonar, la mayor parte del dióxido de carbono se pierde
por la piel, mientras que la mayor parte del oxígeno se incorpora a través de los pulmones.
Los pulmones están regados por arterias pulmonares (derivadas del sexto par de arcos
aórticos) y la sangre vuelve directamente a la aurícula izquierda a través de las venas
pulmonares. Los pulmones de las ranas son sacos ovoides y elásticos con sus superficies
internas divididas por una red de tabiques, subdivididos a su vez en pequeñas cámaras
aéreas terminales llamadas alvéolos. Estos son mucho más grandes que los de los
vertebrados más evolucionados y por lo tanto el pulmón de la ranas tiene una menor
superficie relativa dispuesta para el intercambio gaseoso. Una rana respira por presión
positiva ya que llena sus pulmones forzando al aire al entrar en ellos, lo que contrasta con
con el sistema de presión negativa de los amniota. Tanto las ranas macho como las hembras
presentan cuerdas vocales, pero las de los machos están mucho mejor desarrolladas. Se
localiza en la laringe o caja de resonancia. El sonido se produce al pasar aire hacia delante y
hacia atrás de las cuerdas vocales, entre los pulmones y un par de grandes sacos (bolsas
vocales) en la base de la boca. La principal función de la voz es atraer a la pareja.

REPTILES

Durante las primeras etapas del desarrollo embrionario de los reptiles, en el embrión
aparecen unos pliegues faríngeos e incluso unas hendiduras faríngeas pero como en las aves
no llegan a ser funcionales. En algunos grupos hay una respiración cutánea significativa,
pero para la mayoría de los reptiles, los pulmones, que están apareados son suficientes para
cubrir las necesidades respiratorias. Los pulmones de los ofidios y de la mayoría de los
lagartos típicamente están formados por una cámara central a la que abren una serie de
favéolos, como si se tratase de una bolsa de red, unos delgados músculos lisos definen y
limitan el orificio de cada favéolo. El llenado de los pulmones está basado en un mecanismo
de bomba de aspiración, que actúa sobre las paredes de los pulmones. En las serpientes que
los pulmones son largos y delgados se extienden a lo largo de la mayor parte del cuerpo. La
apertura y cierre de la glotis están sincronizadas con estos movimientos.
En los caimanes y demás cocodrilos, el hígado también interviene en la bomba de aspiración
ya que actúa como un émbolo para la ventilación de los pulmones.
La ventilación en las tortugas representa un problema especial de diseño. El caparazón que
rodea a los pulmones impide los cambios de forma e imposibilita el bombeo de aspiración
mediante los movimiento de la costilla.

CIRCULACIÓN

ANFIBIOS

Al igual que en los peces, la circulación en los anfibios es un circuito cerrado de venas y
arterias que sirve a una vasta red periférica de capilares, a través del cual la sangre es
impulsada por la acción de una sola bomba de presión: el corazón. Los cambios principales
en el circuito suponen el paso de la respiración branquial a la pulmonar. Al eliminar las
branquias se eliminó también uno de los principales obstáculos del flujo de sangre en el
circuito arterial. El corazón de la rana tiene dos aurículas separadas y un ventrículo indiviso.
La sangre del cuerpo entra primero en una gran cámara receptora, el seno venoso, que la
introduce en la aurícula derecha. La aurícula izquierda recibe sangre recién oxigenada
procedente de los pulmones. Ambas aurículas se contraen casi simultáneamente y envían la
sangre auricular derecha e izquierda dentro del único ventrículo, la sangre permanece
fundamentalmente separada, de tal manera que cuando el ventrículo se contrae la sangre
oxigenada pulmonar es enviada al circuito sistémico, y la sangre sistémica desoxigenada es
enviada al circuito pulmonar. La válvula espiral en el cono arterioso puede desempeñar un
papel importante en mantener una distribución selectiva.

REPTILES

Los arcos aórticos simétricos de los embriones se hacen asimétricos en el adulto. Es posible
que la modificación anatómica más importante del sistema arterial de los reptiles sea la
subdivisión de la aorta ventral, da origen a la base de tres arterias independientes que salen
del corazón: arco aórtico izquierdo, arco aórtico derecho y el tronco pulmonar. Estas
modificaciones de los arcos aórticos de los reptiles hacen que en realidad posean un circuito
pulmonar y dos circuitos sistémicos, cada uno de los cuales sale del corazón de forma
independiente.

SISTEMA DIGESTIVO

ANFIBIOS
En los anfibios el esófago es corto y su transición al estómago es gradual, pero se pueden
distinguir ambas regiones. El epitelio esofágico es una capa única o doble de células mucosas
(caliciformes) y células ciliadas. La mucosa del estómago contiene las características
glandulares gástricas, incluyendo las glándulas fúndicas por casi todo el estómago y las
glándulas pilóricas en su parte más estrecha cercana al intestino. El intestino está
diferenciado en un intestino delgado enrollado, cuya primera parte es el duodeno y un corto
intestino grueso recto que desemboca en la cloaca.

REPTILES

El tubo digestivo es similar al de los anfibios, excepto que en algunos reptiles es más largo y
más elaborado. En mucho lacértidos, el estómago tiene una gruesa pared muscular. Los
cocodrilos y caimanes poseen una molleja, una región del estómago dotada con una
musculatura especialmente gruesa que tritura el alimento con objetos duros que ingieren
normalmente, pequeñas piedras tragadas a propósito que quedan retenidas en el estómago.
En los cocodrilos la parte del estómago con paredes delgadas se sitúa frente a la molleja en
la que segregan los jugos gástricos. Con frecuenta en los reptiles se presenta un intestino
grueso diferenciado. En algunos lacértidos herbívoros existe un ciego entre los intestinos
delgado y grueso. La cloaca está diferenciada parcialmente en un coprodeo, una cámara en
la cual desemboca el intestino grueso, y un urodeo una cámara en la que desemboca el
sistema genitourinario.

SISTEMA NERVIOSO Y ÓRGANOS SENSORIALES

ANFIBIOS

Las tres regiones del encéfalo anterior (telencéfalo), relacionado con el olfato, encéfalo
medio (mesencéfalo), relacionado con la visión y encéfalo posterior (rombencéfalo),
relacionado con la audición y el equilibrio han sufrido llamativos cambios en su desarrollo, a
medida que los vertebrados pasaron a tierra y mejoraron sus capacidades de percepción del
medio. La evolución de una vida semiterrestre para los anfibios ha requerido una
reordenación de los receptores sensoriales en tierra. La línea lateral (sistema acústico
lateral), sensible a las presiones y propia de los peces, únicamente persiste en las larvas
acuáticas de los anfibios y en los adultos de algunas especies estrictamente acuáticas. En
vez de ello la tarea de detección de sonidos aéreos recae en el oído.
El oído de una rana, comparado con el de los animales es una estructura primitiva: un oído
medio, cerrado externamente por una gran membrana timpánica y que contiene un oscículo,
la columela (el estribo), que transmite las vibraciones al oído interno, este contiene el
utrículo, del que surgen los canales semicirculares y un sáculo con un divérticulo, la lagena.
La lagena se encuentra parcialmente cubierta por una membrana tectorial.
La visión es el sentido dominante en la mayor parte de los anfibios (la cecilia, en su mayor
parte ciegas, son la excepción patente). Se requieren varias modificaciones para adaptar el
ojo de un pez al funcionamiento en tierra firme. Las glándulas lacrimales y los párpados,
evolucionaron para mantener el ojo húmedo, limpio de polvo y protegerlo de heridas. Como
la córnea queda expuesta al aire, se convierte en una importante superficie refractora, que
dispensa al cristalino de parte de su tarea de refracción de rayos lumínicos y de enfoque de
las imágenes sobre la retina. El ojo de los anfibios en posición de descanso está ajustado
para objetos distantes, y se mueve hacia delante cuando debe enfocar objetos cercanos.
En conjunto ranas y sapos tienen una buena visión, algo importante para animales que
dependen de una huida rápida para evitar a sus numerosos depredadores, y de movimientos
precisos para capturar rápidamente sus presas móviles.

REPTILES

El sistema nervioso de los reptiles, en comparación con los anfibios, destaca por poseer un
encéfalo mucho más complejo. Los órganos sensitivos (ojos, oído, olfato y equilibrio) están
bien desarrollados. El órgano vomeronasal, citado anteriormente, es exclusivo y
complementa el sentido del olfato. Un sentido característico de algunos reptiles (serpientes)
es el órgano de Jacobson, consistente en dos fosas que se sitúan entre los ojos y la nariz, y
con capacidad para detectar las presas mediante el calor que emiten.

SISTEMA UROGENITAL
ANFIBIOS

En los anfibios que poseen larvas de vida libre y activa, se puede desarrollar un pronefros y
hacerse funcional durante un cierto tiempo. Además, uno o dos túmulos pronéfricos pueden
contribuir a la formación del riñón del adulto. En las cecilias hay por lo menos, una docena
de túbulos pronéfricos en el riñón del adulto. No obstante el pronefros de los embriones
tempranos es sustituido por un mesonefros larvario que, cuando se produce la metamorfosis
es reemplazado por un opistonefros en la mayoría de los anfibios. Las neuronas del
opistonefros suelen permitir la diferenciación de una región proximal y otra distal antes de
que se formen los conductos urinarios. Los túmulos anteriores se dedican al transporte del
esperma, lo que pone de manifiesto el doble papel de estos conductos, que están al servicio
tanto del sistema reproductor como del urinario.

REPTILES

En los amniotas es raro que se produzcan túmulos pronéfricos a partir del extremo anterior
de la cresta renal. Cuando están presentes suelen ser poco numerosos y no intervienen en la
excreción. El riñon embrionario predominante es un mesonefros, pero en todos los amniotas
se ve complementado en las últimas del desarrollo y es reemplazado en los adultos por un
metanefros que desagua por medio de un nuevo conducto urinario, el uréter. Los túmulos del
metanefros suelen ser largos y tener unos tramos proximal, intermedio y distal bien
diferenciados.

Función del riñón:


Eliminación de los productos del metabolismo del nitrógeno.
Osmorregulación (mantenimiento de los niveles de agua y sales)

Equilibrio frente a otras necesidades (la cloaca, vejiga urinaria e intestino grueso también
intervienen en la regulación de los equilibrios salino hídrico.

SISTEMA REPRODUCTOR

El sistema reproductor está formado por las gónadas, los productos de éstas (hormonas y
gametos) y los conductos por los que se desplazan los gametos. Las hormonas son las
encargadas de controlar el comportamiento sexual y el cuidado de las crías, de preparar los
conductos reproductores para recibir los gametos.

ANFIBIOS

Poseen dos ovarios, son huecos y presentan una espesa corteza en la que se encuentra el
epitelio germinativo. Los conductos genitales de las hembras de los anfibios suelen ser
bastante sencillos y estar bien desarrollados. Los conductos arquinéfricos están al servicio de
los riñones opistonéfricos y los oviductos (conductos de Müller) al servicio de los ovarios.
En los machos de los anfibios, puede haber varias configuraciones distintas de los conductos
genitales.
En todos los anuros y e unas pocas especies de urodelos hay unos pequeños conductos que
conectan directamente los conductos arquinéfricos con los testículos, evitando así el
recorrido por la zona anterior de los riñones.
La eliminación de la orina se produce, exclusivamente por los conductos urinarios accesorios.
Así en algunos anfibios adultos el conducto arquinéfrico puede actuar tanto en la
reproducción como en la excreción, mientras que en otras especies está relacionado
exclusivamente con el transporte de los espermatozoides y se desarrollan unos nuevos
conductos urinarios accesorios para desagüar el opistonefros.

REPTILES

Los adultos tienen riñones metanéfricos que desaguan exclusivamente a través de un par de
nuevos conductos, los uréteres (conductos metanéfricos). En las hembras , los conductos
arquinéfricos son rudimentarios. Los oviductos (conductos de Muller) conservan su función
nde transportar los óvulos desde los ovarios y de mantener a los embriones durante su
movimiento por ellos. Los oviductos tubulares poseen en sus paredes unas vainas bien
desarrolladas de musculatura lisa y una luz tapizada por una mucosa secretora. Si la
fecundación es interna, el óvulo y el espermatozoide se unen casi inmediatamente después
que el óvulo llegue a la zona superior del oviducto.
Si la fecundación es externa, los músculos lisos y los cilios que sobresalen en la luz del
oviducto hacen que el óvulo salga al exterior para ser fecundado.
En los machos de los amniotas el conducto arquinéfrico (conducto deferente) actúa
exclusivamente en el transporte de los espermatozoides. Varios túmulos mesonéfricos del
riñón del embrión pueden contribuir a la formación del epidídimo que conecta cada testículo
con uno de los conductos deferentes. Cada riñón se vacía mediante un nuevo conducto, el
uréter (conducto metanéfrico).

Órganos copuladores

Casi todos los anuros presentan fecundación externa, el macho abraza a la hembra
situándose encima de ella, realizando un comportamiento que se conoce amplexo, y va
liberando su sperma por su orificio cloacal a medida que los huevos van saliendo por el de la
hembra. La rana con cola Ascaphus es la excepción. El macho posee una prolongación de la
cloaca, en forma de pequeña cola con un surco espermático por lo que el macho transfiere
su esperma a la cloaca de la hembra.
El pene de los machos de los cocodrilos es similar al de los quelonios, aunque relativamente
más grande y todo el asoma al exterior por la zona anterior de la cloaca. No está claro el
mecanismo de erección.
En los lagartos y ofidios, los machos poseen un par de órganos copuladotes, los hemipenes.
Con un surco por el que el esperma puede ser transportado.

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