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CIENICAS RELIGIOSAS GRADO: 11 DOCENTE: IVIS FIGUEROA

ACTIVIDAD No. DOS.

CRITERIOS PARA ANALIZAR LA REALIDAD SOCIAL.

a.- DESDE LA FE. En el método de trabajo pastoral, la fe no inicia en el momento de la reflexión que
confronta la realidad con la Palabra de Dios. Ya desde el análisis mismo nos colocamos ante la realidad con
una mirada de fe. Si nos comprometemos en esta lucha tan difícil, es justamente porque tenemos una
concepción religiosa del ser humano y del planeta. Para el creyente, los conflictos sociales son apocalípticos,
pues expresan la lucha entre el proyecto salvífico de Jesús y el proyecto de pecado del Anticristo. La fe
contribuye a prestar atención y discernir mejor los fenómenos sociales, pues como nos dice el concilio: “La
misión propia que Cristo confió a su Iglesia no de orden político, económico o social. El fin que le asignó es
de orden religioso. Pero precisamente de esta misma misión religiosa derivan funciones, luces y energías
que pueden servir para establecer y consolidar la comunidad humana según la ley divina.

b.- DESDE EL POBRE. Todo análisis se realiza desde un “lugar” social. Existen análisis de realidad desde
la perspectiva de los ricos (por ejemplo, los análisis de mercado, en función de las posibilidades de consumo
que pueda tener determinado producto). Ver la realidad “con los ojos de Dios” significa verla con los ojos de
los pobres. Nuestra opción preferencial, amorosa y “compasiva” por ellos, condicionan el lugar desde donde
ver la realidad. Si la vista de cualquier punto es siempre un punto de vista, nuestra óptica será la de los
excluidos del banquete. Eligiendo los últimos lugares de la mesa es, curiosamente, desde donde mejor se
aprecia el conjunto del banquete: los privilegiados, en efecto, como tratan de legitimar una realidad que los
beneficia, tienden a mistificarla y deformarla; mientras que los pobres, como buscan transformar la situación,
tienen necesidad de la mayor objetividad posible. Hay que tener, sin embargo, una vigilancia para que la
cercanía de la acción y la empatía con el pueblo no impida cierto distanciamiento epistemológico, requerido
para la objetividad.

c.- DESDE LA CIENCIA. El trabajo con la gente sencilla no significa de ninguna manera un trabajo fácil,
relegado a los menos dotados. Tomar en serio nuestro compromiso obliga a afinar el instrumental lo más
científicamente posible. No basta conocer la situación de injusticia y de miseria en donde estamos, sino que
se nos pide indagar el porqué se llego aquí, los mecanismos de opresión, muchas veces ocultos y las
justificaciones que para mantener el statu quo se realizan. Trataremos que nuestro análisis sean los más
objetivos posibles, lo cual no quiere decir que sean “neutrales”. Las ciencias sociales, a diferencia de otro
tipo de ciencias, presupone una propuesta anterior de índole extraciéntifica; un economista puede organizar
con su ciencia los recursos de un país o bien según los intereses del grupo dominante o bien según los
intereses de las mayorías; un sociólogo apunta su instrumento hacia lo que quiere ver. .. De ahí que no sea
indiferente la elección de cualquier paradigma científico, sino conocer aquel que nos permita ver la realidad
desde la perspectiva que deseamos.

d.- DESDE LA ACCION. No intentamos realizar nuestro análisis por un vano afán de erudición o por mera
curiosidad especulativa, sino que nos interesa conocer la realidad con vista a transformar la. Es finalmente
la praxis la que falsea las hipótesis iniciales erróneas. Dependerá del nivel en que nos movamos la
profundidad requerida de nuestro análisis; pero siempre habrá de tener un fin práctico.

VISION DE LA REALIDAD ECLESIAL HOY EN AMERICA LATINA.


La visión de la realidad en su contexto social que acabamos de presentar, nos muestra que le pueblo
Latinoamericano va también caminando entre angustia y esperanzas, entre frustraciones y expectativas.

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Las angustias y frustraciones han sido causadas, si las miramos a la luz de3 la Fe, por el pecado, que tiene
dimensiones personales y sociales muy amplias. Las esperanzas y expectativas de nuestro pueblo nacen
de su profundo sentido religioso y de su riqueza humana.

El indiferentismo más que el ateísmo ha pasado a ser un problema enraizado en grandes grupos
intelectuales y profesionales, de la juventud y aun de la clase obrera. La misma acción positiva de la iglesia
en defensa de los derechos humanos y su comportamiento con los pobres ha llevado a un grupo
económicamente pudiente que se creían adalides del catolicismo, se sientan como abandonados por la
iglesia que, según ellos, habría dejado su misión espiritual”. Hay muchos otros que se dicen católicos “a su
manera” y no acatan los postulados básicos de la iglesia. Muchos valoran más su propia “ideología” que su
fe y pertenencia a la iglesia.

Vosotros soy la sal de la tierra… como es bien sabido, una de las funciones principales de la sal es sazonar,
dar gusto y sabor a los alimentos. Esta imagen nos recuerda que, por el bautismo, todo nuestro ser ha sido
profundamente transformado, por que ha sido sazonado con la vida nueva que viene de Cristo. La sal por la
que no se desvirtúa la identidad cristiana, incluso en un ambiente hondamente secularizado, es la gracia
bautismal que nos ha regenerado, haciendo vivir en Cristo y concediendo la capacidad de responder a su
llamada para que ofrezcáis vuestro cuerpo como una víctima viva, santa agradable a Dios. Durante mucho
tiempo, la sal ha sido también el medio usado habitualmente para conservar los alimentos. Como la sal de
la tierra, estáis llamados a conservar la fe que habéis recibido y a transmitirla intacta a los demás. Vuestra
generación tiene ante si el gran desafío de mantener integro el depósito de la fe.

Vosotros sois la luz del mundo… Para todos aquellos que al principio escucharon a Jesús, al igual que para
nosotros, el símbolo de la luz evoca el deseo de verdad y la sed de llegar a la plenitud del conocimiento que
están impresos en lo más íntimo de cada ser humano.

Cuando la luz va menguando o desaparece completamente, ya no se consigue distinguir la realidad que nos
rodea. En el corazón de la noche podemos sentir temor e inseguridad, esperando solo con impaciencia la
llegada de la luz de la aurora.

La luz de la cual Jesús nos habla en el evangelio es la de la fe, don gratuito de Dios, que viene a iluminar el
corazón y a dar claridad a la inteligencia. Pues el mismo Dios que dijo: De las tinieblas brille la luz, ha hecho
brillar la luz en nuestros corazones para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que esta en la faz de
Cristo. Por eso adquieren un relieve especial las palabras de Jesús cuando explica su identidad y su misión:
Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminara en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.

El encuentro personal con Cristo ilumina la vida con una nueva luz, nos conduce por el buen camino y nos
compromete a ser sus testigos. Con el nuevo modo que él nos proporciona de ver el mundo y las personas,
nos hace penetrar más profundamente en el misterio de la fe, que no es sólo acoger y ratificar con la
inteligencia un conjunto de enunciados teóricos, sino asimilar una experiencia, vivir una verdad, es la sal y
la luz de toda la realidad.

Lee y responde en tu cuaderno las siguientes preguntas:


1.- ¿Expliqué los criterios para analizar la realidad social?

2.- ¿Cuál es la misión de la iglesia en América latina?

3.- ¿Qué entiendes por la sal y el bautismo?

4.- ¿Explique el significado de la luz?

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