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GUIA N° 3 CIENCIAS RELIGIOSAS GRADO: 7 DOCENTE: IVIS FIGUEROA

ACTIVIDAD NUMERO DOS

MI FAMILIA TIENE LIMITACIONES

La vida en familia es común a todos los seres humanos. Nacemos, crecemos, nos
desarrollamos en familia. La vida de familia, nos marca profundamente. Como las
realidades vivientes y cambiantes, la vida de familia también ésta conformada por errores,
fallas y limitaciones, que toda familia debe transformar y corregir. Algunas de estas
limitaciones son culpa nuestra porque con nuestros comportamientos y actitudes no
favorecen la convivencia familiar.

Para mi bien o `para mi mal, mi familia ésta ahí. Lo quiera o no. No la escogí yo, pero ésta
ahí. En fin, todo lo que es y ha sido mi familia, me afecta. Ante esta realidad, yo puedo
asumir actitudes diferentes.

Huir del reto que supone el amor familiar: constatar los valores y dificultades de la familia,
pero preferir hacer mi vida por fuera. Quedarme como espectador y huir de los problemas.
Asumir el hogar como el lugar en el cual duermo y como; pero no comprometo mi vida.

Refugiarme en el complejo: vivir angustioso por causa de la marca que me ha dado la


vida familiar y así. Disculpar mi mediocridad aludiendo siempre a mis dificultades familiares.

Ser uno más: no cuestionar, no exigir, no buscar una mejor vida familiar; pactar con lo que
existe, con lo bueno y también con lo malo, con los valores profundos y también con los
falsos valores.

Intentar transformar la familia: intentar llevar a ellas los auténticos valores, intentar
mostrarme como soy y dar los mejor que tengo, intentar ofrecer mi aporte, mi palabra
cuestionadora, mi vida comprometida.

Para asumir mi familia, para poder hacer algo en ella y algo por ella, de nada sirven las
posturas inmaduras como el déjame aplastar por los problemas o refugiarme en un
complejo. Es necesario un inconformismo esperanzado que asuma la vida familiar con
criticidad y comprensión. Esta manera de asumir la realidad familiar debe tener actitudes
como éstas.

Reconocer los acontecimientos, las marcas que ha dejado mi vida familiar:

Descubrir como es mi vida familiar y, por ende, como soy yo. Tener en cuenta que si la
desunión, la falta de la fe, la agresividad, la búsqueda del dinero o el placer, golpean a mi
familia, también me golpean a mi. Amar a mi familia, amarla mucho, pero tener también
coraje para descubrir lo que está bien en mi casa y sobre todo, para ser distinto.

Evitar la rebelión ingenua del gritar, se llena de rabia, acude a la violencia y


culpabiliza a todos, menos a si mismo; esto solo empeora las cosas.
No involucrarme en los problemas: nada se logra en las discusiones a gritos ni en los
enfrentamientos. Poner paz. Tomar una prudente distancia y aguardar el momento para
decir una palabra personal, verdadera y cuestionadora.

Mirar en profundidad la situación de la familia y actuar: analizando la situación con sus


posibles causas, interpretando la situación para ver lo que se puede cambiar, lo salvable,
lo posible y actuando, haciendo pequeñas cosas que a largo plazo tendrán eco.

Analicemos los valores y cualidades de la familia, hemos centrado nuestra atención ahora
en sus problemas. También en este sentido la Iglesia Católica se ha pronunciado
identificándolos. Pero ella no se limita a señalar los principales problemas de la familia en
la actualidad, también indica la forma de corregirlos.

La situación en que se halla la familia presenta aspectos positivos y aspectos negativos;


signos, los unos de la salvación de Cristo operante en el mundo; signo, los otros, del
rechazo que el hombre pone al amor de Dios.

Existen signos de degradación de algunos valores fundamentales. Una equivocada


concepción teórica y práctica de la independencia de los conyugues entre si; las grandes
ambigüedades acerca de la relación de la autoridad entre padres e hijos, las dificultades
concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores; el
número mayor de divorcios, la plaga de aborto, el recurso cada vez más frecuente de la
esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.

En la base de estos fenómenos negativos esta muchas veces una corrupción de las ideas
y de la experiencia de la libertad, concebida no como capacidad de realizar la verdad del
proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia, sin como una fuerza autónoma de
autoafirmación, no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta.

Merece también nuestra atención el hecho de que en los países del llamado tercer mundo,
a las familias les faltan muchas veces bien sea los medios fundamentales para la
supervivencia como son los alimentos, el trabajo, la vivienda, las medicinas; o bien la
libertades más elementales.

Lee y responde en tu cuaderno las siguientes preguntas:


1.- ¿Explique las actitudes que se dan en la vida familiar?

2.- ¿Explique los acontecimientos y las marcas que ha dejado mi vida familiar?

3.- ¿Explique los valores y cualidades de la familia?

4.- ¿Explique las limitaciones de la familia?

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