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Sobre la Conducción Eléctrica en Sólidos

En este ensayo se trata de explicar de una manera sencilla la conducción eléctrica en sólidos;
para este objetivo se ha dividido el ensayo en ocho partes. La primera parte es una breve
definición de lo que tratan los conceptos de conducción eléctrica. La segunda es una
descripción del modelo de Drude. La tercera parte es una explicación cuántica sencilla de la
teoría de bandas. En la cuarta, quinta y sexta parte  se desarrollan detalladamente los sólidos
conductores, semiconductores y aislantes a partir de la teoría de bandas y se mencionan
algunos ejemplos importantes de aplicación de estos materiales en la tecnología. En la séptima
parte se discute sobre los superconductores y su inclusión en la tecnología actual. Y por último,
una breve conclusión sobre el aporte de este tipo de materiales a la vida cotidiana.

La conducción eléctrica es el movimiento de partículas cargadas a través de un material. El


cual puede ser a consecuencia de la existencia o de un campo eléctrico o de un gradiente de
concentración en la densidad de carga del material. Este movimiento de partículas está descrita
por la ley de Ohm. Esta ley establece que la corriente es proporcional al campo eléctrico que se
le aplica. La conductividad y su inverso, la resistividad son valores que son calculados en
función del campo eléctrico aplicado, y que nos sirven como parámetros para evaluar el grado
de conductividad o resistividad de un material.

Estas propiedades conductivas de los sólidos se pretenden explicar a partir de dos modelos, el
electrones libres de Drude y el modelo de bandas. El modelo de Drude es un modelo clásico,
porque solo involucra a la física clásica y no a la teoría cuántica y es de electrones libres
porque los electrones se consideran pequeñas bolas de materia cargada que son
completamente libres para moverse en el material. En muchos aspectos, los electrones de este
modelo forman un tipo de gas ideal, como si fueran un gas de electrones dentro del material; en
el que a pesar de la presencia de átomos de la red, se supone que los electrones se mueven
aleatoriamente como las moléculas en la teoría cinética de los gases, hasta que un campo
eléctrico es aplicado. Y como los electrones son partículas cargadas, cuando se aplica un
campo externo comienzan a moverse en la dirección de la fuerza eléctrica que se ejerce sobre
ellos, pero a medida que se mueven experimentan colisiones inelásticas con la estructura
cristalina que está vibrando, además de colisiones con las impurezas que pueda haber en el
material y con las imperfecciones de la propia estructura cristalina como dislocaciones o
vacancias. El resultado es que todas estas colisiones frenan el avance de los electrones y
reducen su energía cinética. Este frenado se puede considerar como un tipo de fricción, y la
cantidad de fricción vendría a ser la resistencia. Por otra parte, la energía cinética perdida
aparece como calor. Este modelo explica bastante bien la ley de Ohm, ya que cuantas más
colisiones inelásticas experimentan los electrones cuando atraviesan el conductor, más
resistencia encuentran.  Sin embargo, no pueden llegar a explicar algunas propiedades
térmicas de los metales, el calor específico o la dependencia de la resistencia con la
temperatura. 

El modelo de bandas, por otra parte, considera un análisis cuántico de los electrones. Que
concluye que cuando los átomos se unen en un cristal, cada uno de los estados cuánticos
individuales de los átomos se une con los estados correspondientes en otros átomos idénticos
en el cristal para formar las diversas bandas de energía dentro del material. De hecho, si hay
un total de N átomos idénticos en el material, entonces hay N estados cuánticos dentro de cada
banda. Los electrones en los átomos llenan los estados disponibles dentro de cada banda. Así,
si hay N estados en una sola banda, puede haber hasta 2N electrones en cada banda. Este
razonamiento viene de un análisis sencillo de las funciones de onda de los electrones.
Razonamiento que viene como sigue, se supone que se tienen dos átomos individuales que
van a combinarse para formar una molécula diatómica, cuando estos átomos se acerquen lo
suficiente para combinarse, su distribución de electrones o su densidad de probabilidad de
electrones van a empezar a sobreponerse para formar una nueva nube de electrones.
Analizando las as distribuciones de probabilidad que pueden tomar las posibles combinaciones
de estos dos átomos individuales, se observarían que hay muy ligeras diferencias de energías
entre sí, habiendo incluso estados prohibidos para los electrones. Si se agregara un átomo
adicional, se tendría el mismo paisaje, habrán tres tipos de estados con energías diferentes. Si
se agregara un cuarto átomo, lo propio; cuatro energías diferentes y estados prohibidos
posibles también. En el caso particular de los sólidos, se consideran cantidades astronómicas
de átomos idénticos unidos entre sí, que tiene una densidad de alrededor de 10 a la 23 átomos
por centímetro cúbico. Por lo que es más útil tratarlos como estados continuos en lugar de
discretos. Estados continuos de bandas, con estados prohibidos y sobrepuestos en algunos
casos.

Ahora, por otro lado, cuando un electrón se encuentra dentro de un sólido, es como si estuviera
dentro de un pozo de potencial. Los electrones muy cercanos al núcleo del átomo son jalados
fuertemente hacia el núcleo y se encuentran en lo más profundo del pozo de potencial. Solo los
electrones que se encuentran en estados cuánticos con energías cercanas al nivel de energía
de Fermi pueden ganar energía suficiente para escapar de este pozo de potencial y moverse
libremente dentro del sólido. De acuerdo a este principio, los materiales sólidos pueden
clasificarse según su nivel de conductividad en conductores, semiconductores y aislantes.

En términos de la teoría de bandas, un material conductor es en el cual existe una


superposición de la banda de valencia con la banda de conducción, donde al menos una
fracción de los electrones de valencia se puede mover libremente por el sólido. En este sentido,
los mejores conductores de electricidad son los materiales metálicos; tales como el cobre, el
oro, el hierro, la plata, el aluminio y sus aleaciones. Su uso en la industria, no solo depende de
su conductividad, sino también de su densidad y de su resistencia a la corrosión. 

Lo totalmente opuesto a estos sólidos conductores, son los aislantes. Estos materiales poseen
una capacidad sumamente escasa de conducción. Este comportamiento se debe a la barrera
de potencial que existe entre las bandas de valencia y conducción, que imposibilita que
electrones puedan saltar la brecha energética, ya que en este tipo de materiales esta brecha es
muy grande. Por lo que no existen estados disponibles que se encuentren cerca en energía y
dentro de la cual los electrones puedan moverse y transportar la corriente. Aunque tenga
muchos estados vacantes en su banda de conducción que puedan aceptar electrones.
Un punto intermedio aparente, los semiconductores. Este tipo de material tiene el mismo tipo
de estructura de banda que un aislante, sin embargo su brecha de energía es mucho menor.
Además, debido a que hay muchos niveles vacíos arriba de los niveles térmicamente llenos en
la banda de conducción, una pequeña diferencia de potencial aplicada puede elevar sin mucho
problema la energía de los electrones de la banda de conducción, obteniéndose como
resultado una corriente moderada. 

Una estructura cristalina semiconductora pura que contenga solo un elemento o un compuesto
es conocido como semiconductor intrínseco. En este tipo de semiconductor existe igual número
de electrones y huecos de conducción. En presencia de un campo eléctrico externo, los huecos
se mueven en la dirección del campo y los electrones de conducción en la dirección opuesta a
este. Por el contrario también existen los semiconductores extrínsecos, que pueden ser tipo n y
tipo p. Los semiconductores tipo n son aquellos a los que se les agregan impurezas con
átomos donadores que pasan de la banda de valencia y entran a la banda de conducción. Y los
semiconductores tipo p son a los que se agregan impurezas con átomos aceptores en lugar de
donadores.

La mayor contribución a la tecnología actual y cotidiana fue hecha por lo semiconductores, más
precisamente por el transistor, quien dio inicio a la revolución electrónica del siglo XX.
Prácticamente la totalidad de los instrumentos que usamos a lo largo de la jornada, en la
actualidad, tienen un funcionamiento dependiente del transistor. Estos dispositivos controlan el
movimiento de los electrones y, en consecuencia, de la corriente eléctrica. Su mecanismo de
funcionamiento se asemeja al de una pileta de agua; a través de este mecanismo de control, el
transistor puede modificar, amplificar, desfasar y modular señales eléctricas; operaciones que
son imprescindibles para el funcionamiento de todos los electrodomésticos y equipos
electrónicos del cotidiano.

Sin embargo, existe un fenómeno en algunos materiales que ni la teoría clásica de los
electrones libres de Drude, ni la teoría cuántica de bandas de Bloch pueden explicar. Y es que
se da una pérdida completa y abrupta de la resistividad al bajar la temperatura a la temperatura
crítica en ellos. Además de presentar características de diamagnético perfecto, pero cuando se
supera la temperatura crítica. A este tipo de materiales se los denomina superconductores. Y
esta propiedad existe como una manifestación de un estado cuántico colectivo en el que los
electrones se aparean formando unos bosones denominados pares de Cooper, que se
condensan en una función de onda cuántica macroscópica. Estos pares de Cooper se forman
porque cuando un electrón se mueve por el sólido atrae a los iones de la red periódica hacia él;
y como el electrón se mueve más rápido que estos, la red se estrecha, y cuando un segundo
electrón, un instante después, pasa por el mismo lugar pero con un momento opuesto se topa
con la red ya deformada y se forma el par de Cooper. El desplazamiento de estos pares a la
misma velocidad y con la misma fase favorece el fenómeno de superconductividad del material.
Su aplicación más importante se encuentra en desarrollo. Actualmente algunos países como
China y Japón implementaron trenes de levitación magnética a sus sistemas de transporte,
logrando alcanzar velocidades de 500 km/h.
A manera de conclusión se puede afirmar que ciertamente la comprensión del comportamiento
eléctrico de los sólidos ha contribuido de gran manera a mejorar  nuestra vida cotidiana en la
actualidad. Sería impensable imaginar un mundo sin las comodidades que nos ha ofrecido el
descubrimiento, la invención y la implementación del transistor en los aparatos electrónicos y
domésticos, por ejemplo. O las mejoras diarias en eficiencia energética cuando se trata de
incluir materiales más eficientes en los sistemas de iluminación. E incluso el uso de materiales
conductores perfectos en sistemas de transporte avanzados de grandes velocidades. Por ello,
incluso ahora es importante estudiar este fenómeno de conducción eléctrica en los sólidos,
porque aún queda mucho que mejorar y bastante por entender. 

Referencias bibliográficas

Orzel, Chad (2015) Why Do Solids Have Energy Bands. En Forbes. Innovation. Recuperado de
https://www.forbes.com/sites/chadorzel/2015/07/13/why-do-solids-have-energy-
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Tomé López, César  (2020) El Modelo Clásico de Electrones Libres de Drude - Lorentz. En
Cuaderno de Cultura Científica. Recuperado de https://culturacientifica.com/2020/04/07/el-
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Mártil, Ignacio (2016) La Invención del transistor, el comienzo de una nueva época. En Público.
Recuperado de https://blogs.publico.es/ignacio-martil/2016/04/08/la-invencion-del-transistor-el-
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https://es.wikipedia.org/wiki/Superconductividad el 12 de julio de 2020.

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