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SUMARIO: I. Introducción. II. Requisitos de Admisibilidad. III. El Caso. IV. Estado de Incertidumbre. V. Dimensión de la
Lesión. VI. Entidad de la Emergencia. VII. Sobre la Legitimación. VIII. Vía más Idónea. IX. Reflexiones Finales.
I. Introducción.
La acción declarativa de inconstitucionalidad (1) llega hasta nuestros días atravesando diversos cauces y doctrinas. En
sus inicios cabe destacar su presencia adelantada en la Constitución de la Provincia de Buenos Aires. En dicho
ordenamiento, ya en el año 1873 se establecían las atribuciones de la Suprema Corte de Justicia para resolver sobre la
constitucionalidad o no, en ejercicio de su jurisdicción originaria, de leyes, decretos o reglamentos, que incidan sobre
materia a ella sometida y se vea alguno de estos dictámenes controvertido por parte interesada. Hoy implica además un
deber de los jueces el enjuiciamiento de la ley misma conforme a los lineamientos informativos y valorativos de nuestro
Bloque de Constitucionalidad Federal. Se trata de un control constitucional difuso (2).
A nivel federal, el proceso fue más resistido (3). Acaso por resguardar el equilibrio entre los tres poderes, que habilita el
control pero no la injerencia tiránica. No obstante por avances pretorianos la ADI fue tomando cuerpo al punto que es ya
indiscutible que la supremacía de la Norma Fundamental (4) metódicamente obliga a no ignorar estas cuestiones cuando
ellas se presentan; máxime luego de la reforma de 1994 donde se introduce la figura del amparo (5). Así la mirada
doctrinaria se abre a un mayor espectro de tutelas y concomitante a ello, concibe sectores sociales vulnerados
históricamente. La jurisprudencia fue haciendo camino y ya en la causa Hidronor (1971) comenzó a objetivarse lo que en
definitiva estaba presente en el ideario común de los estudiosos del derecho: que la ADC constituía ya una causa
atendible. Implica per se que aun cuando se pretende la declaración de inconstitucionalidad de una norma, en tanto de la
acción iniciada sobre la base de un interés legítimo -en virtud de un conflicto cierto y material entre oponentes- pudiere
recaer sentencia con efecto inter partes; esa declaración no invalidará el dictamen en sí, si no su aplicación a ese caso
particular. Así la Corte delimitó la forma en que habría de tramitar6 este control de constitucionalidad, dejando en las
prescripciones del artículo 322 CPCCN los requisitos de admisibilidad para evitar el rechazo in límine de los planteos. De
acuerdo al tema que se ha de abordar, la ADI en el marco federal, resulta adecuado recordar como ilustra Palacio de
Caeiro, que "la competencia federal en razón de la materia atribuye a los tribunales federales el conocimiento y decisión
de todas las causas que versan sobre puntos regidos por la Constitución, por leyes del Congreso o por los tratados
celebrados con naciones extranjeras, de acuerdo a lo establecido por art. 116 de la C.N. y art. 2, incs. 1°, 4°, 5°, 7° y 8°
de Ley 48 y art. 33 incs. 1° y 2° del C.P.P.N." (7).
Para la operatividad de la ADI se requieren determinados elementos similares a los requeridos para el amparo, pero más
adelante se tratarán sus diferencias. Tales supuestos habilitantes son: una relación jurídica, que establezca a su vez, un
estado de incertidumbre. La actualidad de esa lesión, entendida como inminente daño o la continua pervivencia con las
fluctuantes interpretaciones respecto de los alcances de las obligaciones. Una legitimación adecuada en tanto promueva
el interés cierto en que se establezcan con claridad los límites o efectos precisos de esa vinculación jurídica controvertida
y por último, que no exista otra vía más idónea. Todo lo cual coadyuva a poner en cabeza de los ciudadanos y
magistrados la posibilidad de depurar de leyes inoperantes el sistema.
Importa poner de resalto que donde mayores ambigüedades cobran apariencia de legitimidad y donde más desprotegido
se halla el ciudadano es ante el Estado. Y así, mientras los derechos pecuniarios de los particulares se diluyen bajo el
peso de otros derechos jerarquizados como de mayor preeminencia -y sin que esto sea una crítica al resguardo de
aquellos- no obstante, no es tolerable que el Sistema avasalle a los administrados ya sea que el conflicto sobrevenga a
raíz de los años trabajados, los años de aportes previsionales, etc. En definitiva, la cancelación de deudas que el propio
Estado asumió como obligación (9) y sin embargo mantiene en un reprobable desideratum. Esto es comúnmente visible
cuando una de las partes es el Ministerio de Economía y Finanzas ya por Ley 11.192 (10) o 23.982 (11), etc. Los
procedimientos de pago establecidos por estas leyes no hacen más que diferir el plazo de cumplimiento efectivo de lo
pactado y tornar ilusorio el derecho de quien ha suscrito la novación y ha desistido del proceso judicial. Si bien ello
encontraba sentido en un estado de emergencia económica nacional y en la apelación a la solidaridad social para el
bienestar futuro de los ciudadanos, se debe advertir que a casi trece años, es ya insostenible aseverar la existencia de
tal momento crítico. Continuar afirmando ello torna absolutistas las prerrogativas del Estado y configura la falaz legalidad
en tanto se desvirtúen con carácter permanente tales garantías fundamentales e irrenunciables.
A este respecto se advierte claramente que se hallan cumplidos los recaudos del artículo 322 del C.P.C.C.N. (12). En
estos casos en que la hiperinflación legislativa se muestra disfuncional sea porque se hace de ellas un uso que desvirtúa
su cometido teleológico, ético y social, o porque simplemente son mayores los obstáculos que las soluciones que brinda
a la comunidad en temas que la conmocionaron, como las privatizaciones; se comprende que procurar la paz social,
afianzar la justicia, promover el bienestar general (13) son casi letra muerta y están lejos de alcanzarse por estos medios.
Aun reconociendo que se eludió hábilmente el tema de un crescendo del descontento popular o al menos de ciertos
sectores perjudicados, apelando al socorrido y nefasto recurso del agotamiento meramente procedimental. El hartazgo
institucional que produce en el ciudadano hace que los derechos naufraguen en el resignado decaimiento de la vigilancia
del trámite, porque siempre existirá en las múltiples áreas (14) por donde circule el expediente, un requerimiento nuevo
para solicitar, un detalle formal para impugnar, una ilegibilidad documental o un sellado que se cumple en una provincia y
en otra no es menester. Con ello los contratiempos que el administrado eventual justiciable, debe afrontar se tornan cada
vez más extenuantes, debido a que se encuentra en ocasiones teniendo que solicitar a los jueces de su jurisdicción
formalidades que esos ministros no acostumbran a reduplicar; porque justamente son eso: duplicaciones ad infinitum del
testimonio de un acto ya conforme, pero con la exigencia caprichosa de una nota escolástica al margen que reafirme el
carácter o tenor del ya concedido. Aquellos jueces (15) ante petitorios insólitos, acaban denegando el pedido del
administrado por absurdo.
Las leyes que solo persiguen una máscara de legalidad plantearán un escenario laberíntico lleno de falsos avances
procedimentales o lo que los franceses llaman trompe-l´oeil. Para estas situaciones no hay más remedio que peticionar
ante la justicia lo que en primer lugar no debería haber sucedido; no obstante el agravio es un factor existente porque las
reglas que constituyen el sistema son creadas conforme el paso del tiempo y las necesidades válidas del Estado (16) y la
operatividad de ellas es muchas veces lo que ocasiona el dislate. Es así que ante la enorme e irrecuperable pérdida de
tiempo, de costos, de salud, de inestabilidad económica en lo que se perfila ya como un devenir histórico incierto de las
cuestiones así burocratizadas, se hace imperioso el remedio legal y procesal que verifique la constitucionalidad de tal
norma en su aplicación al caso concreto.
V. Dimensión de la Lesión.
A este respecto la hermenéutica que recae sobre la dimensión de la lesión señala aquella que es ya una amenaza
inminente de daño. Aun sin que este último llegue efectivamente a concretarse o incluso si se concreta, solo dará lugar a
una sentencia declarativa. Y en este sentido se corresponde tal exégesis con las prescripciones del artículo 43 de la C.N.
en tanto se ha querido dar al ciudadano una protección eficaz contra "...actos u omisiones de autoridades públicas (...)
que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y
garantías reconocidos por esta Constitución (...)" (17). Se corresponde y se diferencia también de aquel en tanto la ADI
no requiere una menoscabo "manifiestamente arbitrario" como sí es requisito básico del amparo. Obvio es que el
continuum tempore del estado de incertidumbre en los casos mencionados ut supra, configura ya una lesión al derecho
del justiciable. Es no solo una cuestión de operatividad de esas leyes por sus funcionarios sino también una cuestión de
derecho en tanto los llamados por ellas, "organismos de control" no hacen más que subvertir las garantías más valiosas
de la C.N. Se crea ex professo un status de indefensión del administrado ante la imposibilidad de negociar con esas
áreas burocráticas del Ministerio de Economía y de este modo deviene ineludible el cuadro de incertidumbre que
consume los años de salud y de vida y los recursos del particular (18) que en su intento por conducirse conforme a lo
debido, cumple (19) con cada nueva y sorpresiva solicitud formal que se le ordena y así las erogaciones caprichosas van
en aumento y son un elemento más de dilación cuyo corolario es el persistente impedimento. Cabe concluir además que
esas leyes pretendidamente procedimentales, no guardan en realidad nada del espíritu procesal, porque pierden de vista
lo esencial: la vida enérgica que corresponde a los derechos y garantías de las personas y entonces sus reglas no
proponen ni más ni menos que entrampar al ciudadano en la eterna rueda del hamster.
Para abordar la doctrina del estado de emergencia económica y financiera se debe considerar la razonabilidad en la
duración de la restricción de los derechos constitucionales de los ciudadanos, en estos casos a la propiedad, a peticionar
ante la Justicia (20), etc. En tanto esa limitación ha tenido lugar atendiendo a una situación de hecho (21) de tal
envergadura que obligaba a ponderar intereses y conforme a ello resguardar en tal suspensión de garantías una finalidad
social tendiente al Bien Común y a la pervivencia de la Nación. No obstante superada la gravedad de tal escenario o no
subsistiendo las condiciones que le conferían ese tenor, lo ajustado a Derecho y a buen gobierno es remover las
reservas a tales derechos y garantías de la población. Ello responde a ser consecuentes con la noción suprema de que
ningún derecho es absoluto, ni siquiera puede ser irrestricto para el Estado, caso contrario estaríamos constantemente
frente a una gobernanza dictatorial en el sentido romano de la intervención. De modo que la razonabilidad implica
evaluar el real transcurso del tiempo y las mudanzas en el status quo económico-social desde la promulgación de las
mismas hasta la actualidad y si la aplicación de tales términos al caso concreto es proporcional a la télesis de la norma
cuestionada y a los bienes que se proyectó resguardar. Lo que equivale a justipreciar la vigencia actual de estas leyes,
reconocerlas en definitiva obsoletas y arbitrarias, en tanto continúan operando hoy sin causa que las sustente y sobre la
base de una relación asimétrica de poder.
En palabras de Toricelli, referimos el estado actual de la cuestión "ya no se puede impedir el acceso al proceso de quien
no ostente un interés directo y excluyente (22)". Se exige naturalmente legitimación adecuada en el accionante y también
en aquel que se presume interesado en la resolución del pleito (23). En el ejemplo que se exhibe, la legitimación activa
corresponde al particular y la legitimación pasiva al Estado en razón de ser los funcionarios del Ministerio de Economía y
Finanzas los que lesionan, restringen... construyendo así un estado de incertidumbre para el justiciable que se ve burlado
en su buena fe.
En razón de su designio preventivo la vía (24) más adecuada para incoar ADI exige extremos menos difíciles de probar
en comparación con el recurso de Amparo. En función de la no desnaturalización de los remedios legales, siempre que
se trate de arbitrariedad manifiesta en los supuestos del artículo 43 de la C.N. se ha de estar por la admisibilidad de la
tramitación por Amparo (25). Se entiende que este recurso excepcional tiene su razón de ser en el resguardo inmediato,
informal y efectivo de las garantías violentadas. En los demás casos, de no demostrarse sumariamente la ilegalidad o
arbitrariedad manifiesta corresponderá dar curso al trámite, ante el estado de incertidumbre, conforme los jueces
consideren apropiado, ya por ADC o por proceso sumario.
"Las leyes inútiles debilitan a las necesarias". Nunca tan ciertas las palabras de Montesquieu. En este sentido, es válido
considerar por qué tenemos un sistema de Derecho como el que tenemos. Muchas normas permanecen en vigencia
afectando a los ciudadanos cuando son a todas luces contrarias a una presunta télesis cuya causa fundante ha sido el
Bien de la sociedad. Si ya no es solo al individuo a quien limita sino a esa misma comunidad, a la que estas reglas
desconocen incluso su status cardinal, lesionando y restringiendo los derechos constitucionales de los ciudadanos con
mecanismos que caen por fuera de lo meramente burocrático, hasta convertirse en dispositivos de perversión estadual;
entonces es ahí cuando en Justicia y razonablemente se las debería remover del sistema legal, porque son una
desviación del propio espíritu del Derecho. El Poder judicial en su función de contralor de los otros dos poderes debería
no perder de vista la razón de ser y los fines del Estado y del Derecho y para quienes estos son relevantes u obsoletos;
la respuesta no es otra que para la Sociedad. De qué sirve declarar inconstitucional la aplicación de una ley a un caso
particular, cuando esos casos ya no son una particularidad, sino la regla general (26); claramente deberíamos rendirnos
ante lo evidente: la realidad es ya otra, nos interpela y exige nuevas y mejores respuestas que las arbitrarias.
Notas al pie.
(2) HARO, Ricardo; "La Competencia Federal", Edit. Depalma. Bs. As. 1989. "El tema es de capital importancia a poco
que reparemos en que toda declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica es un acto de suma gravedad
institucional a través del cual se manifiesta una de las formas más eminentes de la dimensión política del Poder Judicial,
que en el sistema del control difuso, realizan todos los jueces que lo integran, cualquiera sea su jerarquía y fuero, con la
CSJN como intérprete final." p. 224.
(3) HARO, Ricardo, op.cit. "No obstante que desde 1968 rigió esta acción debieron pasar más de dos décadas para que
recién en 1985 la CS admitiera a través de ella, la acción declarativa de inconstitucionalidad. Esta lamentable resistencia
jurisprudencial originó la presentación de proyectos de leyes reglamentándola en la amplitud de su temática y con
acertada precisión, como es el caso del proyecto del Diputado Nacional Jorge Vanossi que la incorporaba al CPCCN en
un artículo 322 Bis con cinco incisos y diversas normas complementarias para su correcta inserción en el orden jurídico
federal y dentro de la sistemática del citado Código." p. 227.
(4) QUIROGA LAVIÉ, Humberto. "Visita guiada a la Constitución Nacional" Ed. Zavalía. Bs. As. 2006. "El artículo 31
dispone la supremacía del derecho federal -formado por la Constitución, los tratados con las potencias extranjeras y las
leyes nacionales- sobre el derecho de las provincias, formado por las respectivas constituciones y leyes provinciales (...)
el artículo 27 establece que los tratados con potencias extranjeras deben estar en conformidad con los principios de
derecho público de la Constitución (...) el art. 28 consagra la supremacía de los principios, garantías (...) el art. 99 inc.2°
garantiza la supremacía de las leyes..." p. 10.
(5) PALACIO DE CAEIRO, Silvia B. "Competencia Federal Civil-Penal" Ed. La Ley. Bs.As. 1999. "Se superó a través del
artículo 43 de la C.N. la limitación impuesta por la ley 16.986 -Acción de Amparo- que dispuso en su art. 2° inc. D;
Gallegos Frediani, Pablo, "La declaración de inconstitucionalidad en la nueva regulación constitucional del amparo", ED,
26/11/97, Guisado, Hector G., "Algunas consideraciones sobre el control de constitucionalidad en el amparo", ED,
12/5/97" p. 73.
(7) PALACIO DE CAEIRO, Silvia B. op.cit. "Ese cuadro normativo conforma el derecho federal, que se identifica por el
contorno jurídico -materia que regula, por su propósito o finalidad normativa y por el ámbito de aplicación propio que
posee. El contorno jurídico-material está constituido por la Constitución Nacional en el vértice, por los tratados
internacionales y las demás normas inferiores o infraconstitucionales, que regulan materias que hacen a la actividad
propia de la Nación, de sus organismos, de la administración centralizada y descentralizada y de las empresas
privatizadas donde existan intereses nacionales en juego." p. 157-158.
(8) PALACIO DE CAEIRO, Silvia B. op.cit. "la determinación del caso concreto si bien proviene del art. 2 de la ley 27 y
fue un punto examinado en antiguos pronunciamientos de la CSJN, ha cobrado nueva actualidad con la aparición en la
escena jurídica de las acciones declarativas de inconstitucionalidad que emergieron como acciones declarativas de
certeza y que luego tomaron vuelo propio merced a la constante jurisprudencia que las llevó a su consagración definitiva
en el fallo "Peralta C/Ministerio de Economía" (LL, 1991-C, 158. Fallos 313:1513) p. 71. Idem op. cit. En ambas
acciones... se exige un interés jurídico concreto lesionado o de inminente lesión, producido o a producirse por la
aplicación al caso particular de una legislación que se repute inconstitucional, lo que lleva a concluir que resultan
inadmisibles los planteos abstractos,..." p. 72.
(9) PALACIO DE CAEIRO, Silvia B. op.cit. "La CSJN sostuvo que el poder conferido a los jueces debe ser ejercido en
causas o casos contenciosos y no, en declaraciones generales de inconstitucionalidad de las normas o actos de los otros
poderes, pues el examen de inconstitucionalidad debe llevarse a cabo en un pleito o litigio común, "como medida
tendiente a superar el obstáculo que deriva de las leyes o actos impugnados para el reconocimiento del derecho
invocado por el litigante. (Fallo 306:1125 "Baeza Aníbal Roque c/Nación Argentina". La C.A.D.H. en artículos 8 y 25
refiere que toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías dentro de un plazo razonable por un juez o
tribunal competente y la protección judicial que toda persona posee a través de un recurso simple, rápido y efectivo
iniciado en los fueros competentes para lograr el amparo ante actos que violen sus derechos, reconocidos por la
Constitución, la ley o esa Convención".
(10) Resultan interesantes varios artículos pero destacamos el siguiente: Artículo 16°: La consolidación legal del pasivo
público (...) implica la novación de la obligación original y de cualquiera de sus accesorios así como la extinción de todos
los efectos inmediatos, mediatos o remotos que la imposibilidad de cumplir sus obligaciones por parte de cualquiera de
las personas jurídicas u Organismos comprendidos por el artículo 2° pudiera provocar o haber provocado. En lo
sucesivo, sólo subsisten a su respecto los derechos derivados de la consolidación...".
(11) Por demás interesantes las siguientes prescripciones: Artículo 1° "(...) Las obligaciones mencionadas sólo quedarán
consolidadas luego de su reconocimiento firme en sede administrativa o judicial..."Artículo 3° " Las sentencias judiciales,
los actos administrativos firmes, los acuerdos transacciones y los laudos arbitrales que reconozcan la existencia de las
obligaciones alcanzadas por la consolidación dispuesta en los artículos anteriores, tendrán carácter meramente
declarativo con relación a los sujetos del artículo 2°, limitándose al reconocimiento del derecho que se pretenda. La única
vía para su cumplimiento es la establecida en la presente ley".
(12) Art. 322. - Podrá deducirse la acción que tienda a obtener una sentencia meramente declarativa, para hacer cesar
un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades de una relación jurídica, siempre que esa falta de
certeza pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor y éste no dispusiera de otro medio legal para ponerle término
inmediatamente. El Juez resolverá de oficio y como primera providencia, si corresponde el trámite pretendido por el actor,
teniendo en cuenta la naturaleza de la cuestión y la prueba ofrecida. C.P.C.C.N. Edit. Zavalía. Bs.As. 2012.
(13) QUIROGA LAVIÉ, Humberto, op.cit. "Debiendo el Congreso introducir todas las reformas de la legislación que sean
necesarias para que el reconocimiento de los derechos y el ejercicio de los poderes que la Constitución y las leyes
disponen se haga con equidad y sin discriminación (...) promover el bienestar general, como definición política manifiesta
consistente en la instauración de un "estado social de plena justicia y participación (Vanossi)" p. 24-25.
(14) Dirección mesa de entradas y notificaciones, Área de Coordinación, Consolidación y Liquidación de deuda, Bco. de
la Nación Argentina, Dirección General de Asuntos jurídicos, Dirección de Asuntos Judiciales de los Entes liquidados,
Dirección de Asuntos Administrativos Laborales y Financieros, etc. Cada sector parece no tener intercomunicación con
los restantes y a cada uno corresponde una dirección de correo electrónico a la que resulta imposible acceder, v.gr.
edgajuri@mecon. Cabe preguntarse por el acceso a la información entre tantos otros derechos vulnerados por este obrar
flemático de los operadores en consonancia con estas leyes.
(15) Es lógico que ante el fallecimiento del titular, se exija testimonio de la declaratoria de herederos, pero es irracional y
maquiavélico que ese requerimiento se multiplique cada ocho meses con nuevas exigencias de forma que ya revisten
imperativos absurdos a los ojos de los jueces de provincia, además de constituir una argucia para dilatar el pago. Así se
erigen estas leyes aberrantes como una esfinge soberana que, expresado de manera literal, aguardan pacientemente la
muerte de cada titular.
(16) Sobre el Estado de Emergencia Económica ver Apartado VI. p. 8 del presente trabajo.
(18) Estos procesos ante la administración, llevados de tal forma demoran siete años o más. Resulta inconcebible que un
ciudadano albergue esperanzas o Fe en las Instituciones luego de tanta manipulación.
(19) BIDART CAMPOS, Germán. "Manual de la Constitución Reformada" Ediar, 3° re-edición B.A. 2008. "Es casi sacral
la fórmula acuñada por el derecho judicial de la Corte en el sentido de que quien se somete voluntariamente a un
determinado régimen jurídico, no puede después impugnarlo de inconstitucional. La laxitud con que la Corte ha aplicado
muchas veces este principio compromete seriamente el control constitucional. Hay que tener sumo cuidado en no
presumir renuncias tácitas al derecho propio y al control de constitucionalidad, para no suponer que quien se ha
sometido al cumplimiento o a la aplicación de una norma queda, desde allí y para siempre, inhibido de discutir su
constitucionalidad (...) no es ni puede ser un principio, porque el principio es el inverso: nunca se presume que alguien
renuncia al control de constitucionalidad" T° III, p. 448-449.
(21) Principio necessitas ius constituit establece la clase y el estado de emergencia constituye una subclase.
(24) TORICELLI, Maximiliano, idem. "Siendo la acción declarativa excepcional y subsidiaria, y el amparo solamente
excepcional, primero se deberá analizar la procedencia de esta última vía, y en caso que la misma no sea admitida por
no cumplirse los requisitos, entonces procederá la acción declarativa, atento que no existirá otro medio legal para poner
fin al estado de incertidumbre. En este punto de contacto es donde ambos procesos constitucionales tienen claras
similitudes, dado que procuran una tutela preventiva. Tanto es así que en diversas oportunidades la Corte en lugar de
rechazar acciones de amparo intentadas por no...".
(25) Cabe señalar que el Amparo resuelve la cuestión de fondo. En este sentido MILJIKER, María Eva, La
desnaturalización de la Garantía del Amparo "La DADDH prevé en su artículo XVIII que toda persona "debe disponer de
un procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio
suyo, alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente". En particular, corresponde hacer
referencia a la Convención Americana de DH: en primer término porque nuestro país se encuentra sometido a la
jurisdicción de la CIDH, lo que abre la posibilidad de una instancia más ante la violación de los derechos
internacionalmente protegidos; en segundo lugar porque nuestra Corte Suprema ha resuelto que los fallos y opiniones
consultivas de los tribunales internacionales a cuya jurisdicción nuestro país está sometido, son obligatorios en nuestro
derecho interno. En igual tesitura el PIDCCP (art. 2°, inc.3°) y CADH (art. 25). Y Cita: "Cabe resaltar, además, que los
tratados internacionales no diseñan "el amparo" con carácter subsidiario. Y que, por ende, los individuos pueden exigir
-para la protección de sus derechos fundamentales- que el Estado les otorgue la garantía de un remedio sencillo, rápido
y eficaz consagrada por las normas internacionales de modo más ventajoso que el amparo previsto por el derecho
interno. Al respecto, debe recordarse que el incumplimiento de las obligaciones del Estado para con sus habitantes
genera responsabilidad internacional (lo que fue reconocido por la CSJN en la causa "Méndez Valles", LA LEY, 1996-C,
501)." www.palermmo.edu/derecho/noticias/pdf/desnaturalización.
(26) BIDART CAMPOS, Germán. "Manual de la Constitución Reformada" op. cit. 2008."... Tampoco hay acción popular
de inconstitucionalidad, pero podría haberla." T° III, p. 444. De todas formas Bidart Campos sostiene ser partidario de
que se establezca por ley en el orden federal el efecto derogatorio de normas generales cuando una sentencia de la
Corte Suprema las declare inconstitucionales y cit "Ver tomo I, Cap. V, n° 64, 1)" T° III, p.447.
CONTENIDO RELACIONADO
Legislación
l. Introducción
Como Estado federal que es, en Argentina el Hábeas Data tiene una
regulación vigente en el orden nacional, y otras tantas en cada provin-
cia y ahora, también en la ciudad autónoma de Buenos Aires. Aquí nos
ocuparemos de lo primero.
El reciente Art. 43° de la Constitución argentina, sancionado en la
reforma constitucional de 1994, programa una subespecie de Amparo,
o Amparo específico, conocido en el derecho comparado como "Hábeas
Data" 1 • Algunos lo califican como "Amparo informativo" o '1\mparo
informático" 2 •
Conviene aclarar por qué y para qué está el Hábeas Data. Su origen
se explica en virtud del desarrollo del llamado "poder informático".
Quienes "hacen" informática (el productor, el gestor y el distribuidor
El Art. 43o párrafo tercero de la Consrirución nacional dice: "Toda persona podrá
inrerponer esta acción -se refiere al Amparo- para tomar conocimiento de los datos a ella
referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de daros públicos, o los privados
destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión,
rectificación, confidencialidad o acrualización de aquéllos. No podrá afectarse el secreto de las
fuentes de información periodística".
2 Seguimos aquí nuestros trabajos Derecho Procesal Constirucional. Acción de Ampa-
ro, 4a. ed., Buenos Aires 1995, pp. 652 y sgtes .• 677 y sgres; "Amparo, Hábeas Data y Hábeas
Corpus en la reforma constitucional", La Ley 1994-D-1511; "El Hábeas Data: alcances y
problemática", en Varios, El derecho público actual. Homenaje al Pro f. Dr. Pablo Ramella
(Buenos Aires 1994), Ed. Depalma, pp. 179 y sgtes., y "Hábeas Data: su desarrollo constitu-
cional", en Comisión Andina de Juristas, Lecturas constitucionales andinas (Lima, 1994),
N°3, pp. 87 y sgtes. Cfr. asimismo Jorge R. Vanossi, "El Hábeas Data: no puede ni debe
contraponerse a la libertad de los medios de prensa", El Derecho 1 59-948.
178 Néstor Pedro Sagüés
2. Legitimación
3 Humberto Quiroga Lavié, "El amparo, el Hábeas Data y el Hábeas Corpus ... " en
Rosatti Horario D. y otros, La reforma de la Constitución (Santa Fe, 1994), Ed. Rubinzal-
Culzoni, p. 158. En otro orden de ideas, decimos en el texto que el Hábeas Data puede ser
ejercido por personas de existencia ideal, porque aunque ello no sea frecuente, los registros
bien pueden contener información eventualmente discriminatoria o falsa que las perjudique (v.
gr., existencia de un embargo ya levantado, mención de directivos que han dejado de serlo y
cuya reputación es dudosa, ere.).
4 Osvaldo A. Gozaíni, El derecho de amparo (Buenos Aires, 1995), Ed. Depalma, p.
181. Sin embargo, ocasionalmente se ha postulado admitir el Hábeas Data "colectivo", por
ejemplo por el Defensor del Pueblo, para atender a supuestos de discriminación por parte de
un banco de datos, si están afectados una colectividad de personas (caso de derechos difusos,
o de incidencia colectiva): ver Pablo A. Palazzi "El Hábeas Data en la constitución nacional",
Jurisprudencia Argentina 1995-IV-71 O. El claro texto del Arr. 43° de la Constitución parece
sin embargo reservar el Hábeas Data como acción intuitu perso1tae, en favor exclusivo del
afectado.
5 Osear R. Puccinelli, "Hábeas Data: apuntes para una eventual reglamentación", El
Derecho 161-924.
180 Néstor Pedro Sagüés
3. Derechos tutelados
4. Operatividad
160. Este autor sostiene, además, que el actor del Hábeas Data tiene derecho a excluir, además
de la información falsa, aquella otra que, "siendo verdadera, no hubiere sido autorizado su
registro por el damnificado, salvo competencia dispuesta por ley para hacer el registro por
parte de la autoridad o, eventualmente, del particular que tiene a su cargo el banco de daros"
(p. 159).
Respecto a la información verdadera que obre en una base de daros, su cancelación es viable
siempre que resulte ilegítimamente discriminatoria o que pueda lesionar ilegítimamente otro
derecho constitucional. Cabe pensar que el consentimiento del interesado a la inserción de una
información en un registro, y que afecte derechos constitucionales, no impide el posterior
planteo de un Hábeas Data cancelarorio por ese afectado, todo ello en tutela del orden público
constitucional, salvo que se tratase de derechos disponibles (por ejemplo, normalmente, los
patrimoniales).
11 Véase sobre el tema Osear R. Puccinelli, "Hábeas Data ... " op. cit, quien recuerda las
palabras del convencional Delich en el recinto, aparentemente proclives a admitir ese Hábeas
Data, ya "que en el secreto de Estado no se incluye el derecho de decir cualquier cosa de
cualquiera". Puccinelli se indina también a la evaluación judicial en cada caso concreto, aun-
que siempre debiera reconocerse al interesado el derecho al acceso a la información que exista
sobre él, tesis que en principio compartimos. Cfr. asimismo Humberto Quiroga Lavié, "El
Amparo, el Hábeas Data y el Hábeas Corpus", quien sugiere que la ley reglamente el punto,
en función del valor constitucional "defensa común".
En el sentido que el Hábeas Data procede respecto de prontuarios policiales y servicios de
inteligencia del Estado, véase Emilio F. Mignone Constitución de la Nación Argentina 1994,
p. 35.
El Hábeas Data argentino 183
12 No obstante, apunta Osear R. Puccinelli ("Hábeas data ... " op. cit., El Derecho 161-
924), bien podría ocurrir que el dueño de un banco de datos disfrace su registro como propio
de un medio de difusión, constituyéndolo incluso ad hoc, para así quedar inmune del Hábeas
Data. Cabe suponer que en tal hipótesis el Hábeas Data puede servir para impugnar la auten-
ticidad del presunto medio de prensa.
184 Néstor Pedro Sagüés
13 Cfr. Amonio M. Hernández (h) "El secreto de las fuentes de información periodís-
tica", en diario La Nación, 10/11/94; Humberto Quiroga Lavié, "El Amparo, el Hábeas Data
y el Hábeas Corpus", pp. 159 y 161. Por lo demás, hemos seguido las actas provisorias de la
Convención Constituyenre.
En el sentido que el Art. 43° "se extiende no sólo a la hipótesis prevista por dicho artículo -
resguardo del secreto de la fuente-, sino también a cualquier otra en la medida en que confi-
gura una garantía explícita para la plena vigencia de la libertad de prensa", véase Gregario
Badeni, "Reforma constitucional .. .'' p. 255.
14 N estor Pedro Sagüés, "Subtipos de Hábeas Data'', en Jurisprudencia Argentina, 1995-
IV-352.
El Hábeas Data argentino 185
to. Datos que otrora no era vistos como nocivos (v. gr., los referentes
a la identificación étnica de una persona) asumen hoy en ciertas socie-
dades rasgos tan negativos que parece indispensable eliminarlos de los
bancos de datos. En última instancia será la judicatura quien deberá
precisar el concepto indeterminado de "información sensible".
Desde luego, un Hábeas Data puede ser mixto, en el sentido de
comprender un objetivo simplemente exhibitorio o pretender también
actualizar, rectificar, reservar o excluir datos, concernientes a la infor-
mación que obre en un registro.
7. Marco procesal
bién, para admitir el Hábeas Data aunque el acto lesivo no sea mani-
fiestamente arbitrario o ilegítimo). 20
8. Jurisprudencia
20 Véase sobre el tema Daniel R. Altmark y Eduardo Mol in a Quiroga, "Hábeas Data",
La Ley 1996-A-1554.
21 Cám. Nac. Cont. Adm., sala 4a., Jurisprudencia Argentina 1995-IV-350.
22 Cám. Nac. Civil sala H, La Ley 1995-E-294.
23 Cám, Nac. Cont. Adm. Sala 4a. cit. por Marco A. Rufino, "Hábeas Data", Jurispru-
dencia Argentina 28/8/96, con una excelente sinopsis de la evolución jurisprudencia! sobre el
tema.
24 Cám. Nac. Civil sala F, El Derecho 165-255.
25 Juzgado Nac. Cond. Adm. N° 3, cit. por Rufino Marco A., op. cit.
26 Cám. Nac. Civil sala H., La Ley 1995-E-294.
27 Ibídem, Cám. Nac. Civ. sala H, La Ley 1995-E-294.
28 Cám. Fed. Bahía Blanca, La Ley 1996-A-316.
El Hábeas Data argentino 189
10. Conclusiones
1.- CONCEPTO DE RECURSO De acuerdo a la más clásica definición de recurso, estos son los medios o remedios que
la ley procesal pone a disposición de las partes para que una providencia judicial sea modificada o dejada sin efecto.
a) ¿Por qué la definición habla de medios? Para la doctrina italiana hay que distinguir los medios de impugnación de los
medios de gravamen. Los medios de impugnación son mas amplios y comprenden cualquier forma de ataque contra una
providencia judicial, sea por su origen, estructura o forma (nulidades) o por su estructura lógica (recursos); en cambio, el
medio de gravamen queda referido a los recursos exclusivamente.
Para Calamandrei, incluso, la diferencia sería más sutil, ya que el gravamen estaría referido a los recursos,
principalmente el de apelación y el medio de impugnación a la acción de impugnación o a la llamada acción autónoma de
nulidad. Según otra vertiente, medio de gravamen sería una forma de medio de impugnación. Ha dicho el autor
últimamente citado que el medio de gravamen (típicamente la apelación) nace como un instituto de naturaleza
exclusivamente procesal dirigido a remediar la posibilidad de que el error de juicio cometido por el juez pueda dar lugar a
una sentencia injusta. Hecho posible por la formación de una subordinación jerárquica del juez inferior al juez
superior...(la doble o múltiple instancia acotamos). La posibilidad de obtener una segunda sentencia en una relación ya
decidida una vez, está condicionada a la petición de la parte y limitada dentro de un término perentorio; la parte tiene así,
dentro de este término, un derecho de gravamen, que puede definirse como el derecho (derecho potestativo existente
por sí, ...de la existencia de un vicio en la sentencia) de determinar el nacimiento de la condición para pasar del examen
anterior a un ulterior examen de la misma relación controvertida. Medio de gravamen es el ejercicio de este derecho (1).
Con la salvedad apuntada, es decir, la real diferencia entre un medio de impugnación y un medio de gravamen, podemos
utilizar la terminología que, en cierta medida, los sinonimiza (2). Decía Chiovenda que todos estos remedios (3)
conócense en la ley con el nombre de medios de impugnación, lo cual no debe llevarnos a olvidar las fundamentales
diferencias que median entre sí... la apelación es el medio de pasar del primero al segundo grado de jurisdicción (4).
b) Los medios ordinarios y los medios extraordinarios Un medio es ordinario si reúne los siguientes caracteres:
1) con este medio se puede denunciar cualquier vicio de la sentencia impugnada por el sólo hecho de ser parte en el
pleito;
2) el Juez de Segunda Instancia que se pronuncia basándose en un medio ordinario tiene el mismo conocimiento y, en
algunos casos, poderes instructorios análogos a los utilizados por el Juez de Primera Instancia;
3) los medios ordinarios suspenden la ejecución de la sentencia si no ha sido ordenada la ejecución provisional;
4) los medios extraordinarios pueden estar, en su admisibilidad, subordinados a un depósito a título de multa que se
pierde en el caso de desestimación de la impugnación (5).
Es decir, que estos medios de gravamen se dan normalmente en la tramitación del pleito, permitiendo que, el Juez
superior, también denominado ad quem, pueda analizar todas las cuestiones, las de hecho y las de derecho, pueda
incluso, abrir a prueba ciertos hechos y tenga poderes plenos.
Por el contrario, los medios extraordinarios se dan solamente para ciertos cuestionamientos o vicios de la sentencia, no
se refieren jamás a cuestiones de hecho, salvo el supuesto de arbitrariedad, sólo se refieren a cuestiones de derecho o
jurídicas, actuando la Corte o Tribunal Superior con jurisdicción, como vamos a ver en el recurso extraordinario federal,
preponderantemente negativa.
Este es uno de los motivos por los cuales se rechazan la mayoría de los recursos extraordinarios, es decir, la confusión
de este medio de gravamen con una apelación, es decir, pretender que este medio sea en realidad una tercera instancia.
Ninguna Corte Superior es una tercera instancia ordinaria y su competencia se limita a una porción dentro de la torta de
las cuestiones jurídicas, ya sea que trate de uniformar las soluciones jurídicas (casación), ya sea que trate de sentar la
doctrina constitucional o federal relativa a cuestiones de derecho federal.
c) Remedios Con esta jerga farmacéutica se está queriendo señalar una distinción que no es esencial para nuestro
derecho positivo, vale decir, que no tiene trascendencia procesal. Para nuestra legislación, medio y remedio son
exactamente la misma cosa, todos son recursos.
Sin embargo para la doctrina alemana, por ejemplo, la palabra recurso se emplea únicamente para aquel medio que
importe la existencia de un Tribunal Superior, diciéndolo en difícil, serían aquellos medios de gravamen que importen la
adquisición de competencia por un Tribunal Superior o ad quem.
Recurso es únicamente la apelación, porque importa el cambio de competencia en razón del grado, es decir, la
adquisición de competencia por la Cámara.
Los alemanes, en cambio, reservan el término remedio para aquellos recursos que no importen cambio de competencia
o, mejor dicho, adquisición de competencia por un Tribunal Superior. Es decir, que el mismo juez "a quo", ha de resolver
la cuestión. Por tanto, se consideran remedios, principalmente, el recurso de reposición o revocatoria. Este remedio, para
la doctrina alemana, es resuelto por el mismo Juez que dictó la providencia recurrida que, eventualmente, la deja sin
efecto por contrario imperio. Si tenía un imperio para dictar la resolución, por un imperio contrario la deja sin efecto.
Como vimos, la doctrina y legislación argentina se inclinan por una postura distinta, es decir, que tanto el medio como el
supuesto remedio son recursos o medios de gravamen. No existe una diferencia esencial que permita distinguir el medio
del remedio.
d) Ley procesal Ello significa que el código o ley ritual es el que establece la existencia y extensión de los medios de
impugnación o de gravamen.
e) Las partes. Terceros. Sustitutos procesales Uno de los elementos fundamentales a tener en cuenta en los recursos es
el tema de la legitimación.
Partes En principio sólo pueden interponer recursos las partes. Es decir quien pretende en nombre propio o en cuyo
nombre se pretende la actuación de una norma legal y aquél frente a quien dicha actuación es exigida.
Terceros En algunos casos pueden interponer los recursos los terceros. Y aún los sustitutos procesales.
Podemos realizar una serie de apreciaciones en relación al tema que nos ocupa o nos preocupa del recurso
extraordinario federal.
La doctrina y la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en forma unánime, considera a los terceros,
bajo ciertas circunstancias, legitimados para interponer el recurso extraordinario federal.
Parte de la idea de que si bien el tercero no ha sido parte en estas actuaciones se trata de sujeto habilitado por afectar la
sentencia objeto del recurso extraordinario su interés legítimo.
Decía el maestro Hugo Alsina que los terceros no pueden interponer recursos en los procesos en que no intervengan,
pero pueden hacerlo desde que se incorporan a la relación procesal, porque en ese momento asumen la calidad de
partes. No obstante permanecer en su situación de terceros, pueden interponer ciertos recursos, como el extraordinario
de apelación por inconstitucionalidad, cuando se pretende ejecutar contra ellos una sentencia dictada en un proceso en
el que no han intervenido (VII-18)(6).
Chiovenda indicaba que el derecho de apelar corresponde a cualquiera que haya sido parte o haya sido gravado por la
sentencia, incluso al sustituto procesal... El gravamen que da origen al interés en apelar tiénese ante todo en la sentencia
de fondo que sea no sólo teórica, sino prácticamente desfavorable, en cuanto niegue en todo o en parte un bien de la
vida o lo reconozca al adversario (7).
Se ha admitido la procedencia de los recursos extraordinarios interpuestos por terceros desprovistos de la calidad de
parte cuanto la sentencia dictada sin la intervención de ellos afecta sus legítimos intereses (CSN, Fallos 242:396;
306:1719 y sentencia de la Corte Suprema de la Nación en la causa "C.617" del 27 de septiembre de 1977, con mención
en el dictamen que le precede de la doctrina de Fallos: 118:390; 128:417, y 242:397)(8).
Como directriz general, pues, la Corte admite la procedencia del recurso extraordinario suscitado por los terceros
desprovistos formalmente de la calidad de "partes", cuando la sentencia dictada sin su intervención afecta sus legítimos...
(CSJN, Fallos, 242:396; 251:521; 306:1719)(9).
Sustituto procesal En cuanto al tema teórico si ha intervenido un sustituto procesal y luego comparece el afectado, la
legitimación del mismo es indiscutible. Ello ya que al haberse personalizado el desplazamiento asume el carácter de
parte legítima en la relación sustancial. Decía Chiovenda que, el sujeto particular de la relación procesal no siempre es
necesariamente el sujeto de la relación sustancial deducida en el pleito. Así como en Derecho Privado hay casos en que
se admite a algún sujeto el ejercicio en nombre propio de derechos ajenos, así otro puede comparecer en juicio en
nombre propio por un derecho ajeno. Muchos de los casos que llevamos a esta categoría, explícanse ordinariamente
como casos de representación, pero aunque aquí se produzcan algunos efectos análogos a la representación, porque el
representante procesal obra en nombre ajeno, así que parte en el pleito es verdaderamente el representado, mientras
que el sustituto procesal obra en nombre propio y es parte en el pleito; como tal responde de los gastos del pleito, es
incapaz como testigo, etc.(10).
f) Una providencia judicial Sólo se impugnan providencias judiciales, resoluciones de] juez, no es el objeto de un recurso
impugnar actividades ni actuaciones de las partes, de auxiliares de la justicia, etc.
g) Sea modificada o dejada sin efecto La finalidad del recurso es obtener la modificación de la resolución en crisis o que
la misma sea dejada sin efecto.
2.- LA CASACION La casación nace con el Código Civil francés y tiene por objeto uniformar la jurisprudencia dentro de
los límites de un estado o de un país.
El objeto es evitar doctrinas legales o jurisprudenciales contrarias por los distintos tipos de interpretaciones judiciales.
La Casación fue utilizada, en un principio, para defender el Code Napoleón y luego su intervención fue apuntando a una
concreta y evolutiva doctrina judicial señera en el Derecho Francés.
Es que, en la primera época de la Escuela de la Exégesis no se podía juzgar la ley. Es que el ministerio de los jueces,
según Toullier, era juzgar según la ley y no juzgar la ley.
Con posterioridad este estrecho criterio fue abandonado, por obra principalmente de la Casación.
El Tribunal Superior deja sin efecto la sentencia que no se ajusta a su doctrina. De esta suerte uniforma la jurisprudencia.
Hay dos clases de casación, con jurisdicción negativa y con jurisdicción positiva.
De hecho la Casación nace con jurisdicción negativa. En este supuesto, la Corte de Casación se limita a anular la
sentencia que no se ajusta a su doctrina y devuelve la causa a otro tribunal que debe ajustar su pronunciamiento a la
doctrina de la casación. Se reenvía el expediente para que otro resuelva el fondo.
Si se trata de jurisdicción positiva la Corte anula y resuelve el fondo del litigio; como dice la doctrina española, se dicta
una sentencia rescindente y a la vez rescisoria.
Especialmente el artículo 31 de la Constitución Nacional, el que dice: "Esta Constitución, las leyes de la Nación que en
su consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación;
y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario
que contengan las leyes o constituciones provinciales, salvo para la provincia de Buenos Aires, los tratados ratificados
después de] Pacto del 11 de noviembre de 1859".
Incluso cuando el artículo, en la actualidad 116 de la Constitución Nacional, se refiere a las atribuciones de la Corte
Suprema, así como en el artículo siguiente, en ningún momento se establece explícitamente la facultad de intervenir para
mantener la supremacía de la Constitución. El artículo 116 dispone:
"Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de todas las
causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el
inciso 12 del artículo 75; y por los tratados con las naciones extranjeras; de las causas concernientes a embajadores,
ministros públicos y cónsules extranjeros; de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que la
Nación sea parte; de las causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra
entre los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero".
En tanto que el artículo 117 dice: "En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las
reglas y excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a embajadores, ministros y
cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la ejercerá originaria y exclusivamente".
Como ya dijimos, el recurso se deduce de estas normas de la Constitución y con fundamento en los comentarios de
Story y de Kent a la Constitución Americana, sección 25, la Judiciary Act de 1789, se sanciona la ley 48 la que, en sus
artículos 14 a 16 regula el recurso extraordinario federal.
Art. 14.- "Una vez radicado un juicio ante los tribunales de provincia, será sentenciado y fenecido en la jurisdicción
provincial, y sólo podrá apelarse a la Corte Suprema de las sentencias definitivas pronunciadas por los tribunales
superiores de provincia en los casos siguientes: 1) Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un
tratado, de una ley del Congreso, o de una autoridad ejercida en nombre de la Nación, y la decisión haya sido contra su
validez; 2) Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de provincia se haya puesto en cuestión bajo la pretensión
de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los tratados o leyes del Congreso, y la decisión haya sido en favor de la
validez de la ley o autoridad de provincia; 3) Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un tratado
o ley del Congreso, o una comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la decisión sea
contra la validez del título, derecho, privilegio o exención que se funda en dicha cláusula y sea materia de litigio".
Art. 15.- "Cuando se entable el recurso de apelación que autoriza el artículo anterior, deberá deducirse la queja con
arreglo a lo prescripto en él, de tal modo que su fundamento aparezca de los autos y tenga una relación directa e
inmediata a las cuestiones de validez de los artículos de la Constitución, leyes, tratados o comisiones en disputa,
quedando entendido que la interpretación o aplicación que los tribunales de provincia hicieren de los Códigos Civil,
Penal, Comercial y de Minería, no dará ocasión a este recurso por el hecho de ser leyes del Congreso, en virtud de lo
dispuesto en el inc. 11, art. 67 de la Constitución.
Art. 16.- "En los recursos de que tratan los dos artículos anteriores, cuando la Corte Suprema revoque, hará una
declaratoria sobre el punto disputado, y devolverá la causa para que sea nuevamente juzgada; o bien resolverá sobre el
fondo, y aun podrá ordenar la ejecución especialmente si la causa hubiese sido una vez devuelta por idéntica razón".
Asimismo, la regulación del recurso se encuentra en los artículos 256 y siguientes del Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación.
La última modificación de importancia relativa al recurso extraordinario federal está dada por la ley 23.774 del año 1990,
que establece lo que se ha dado en llamar writ of certiorari, que está enderezado a limitar la admisibilidad del recurso.
Esta norma ha sido cuestionada por violentar el sentido democrático al establecer una selección que, en definitiva, puede
resultar arbitraria al no tener que ser fundada.
Con estos elementos, y sin que esto pretenda ser un tratado acerca del recurso extraordinario, daremos algunos
lineamientos del tema y su procedimiento.
4.- LAS CUESTIONES FEDERALES Desde un punto de vista teórico, las cuestiones federales son tres y únicamente
tres, son las que surgen del artículo 14 de la Ley 48.
En el primer supuesto, el del inciso primero, se trata del desconocimiento de un tratado, de una ley del Congreso o de
una autoridad ejercida en nombre de la Nación. El caso constitucional es muy claro y está enmarcado en la Supremacía
de la Constitución establecida por el artículo 31 de la Constitución Nacional. Aquí se desconoce un tratado, una ley o una
autoridad.
El segundo supuesto trata de una colisión que se verifica entre una ley provincial, por ejemplo, y una ley nacional. En tal
caso, la cuestión federal existirá únicamente si la sentencia definitiva da preeminencia a la ley provincial o local sobre la
ley nacional.
En el supuesto contrario, es decir, que dé preeminencia a la ley nacional, no existe cuestión federal alguna.
En el tercer supuesto, que es el más lato o amplio, se trata del desconocimiento de las cláusulas de la Constitución,
tratados, leyes o comisiones ejercidas en nombre de la autoridad nacional. En tal caso, cuando la decisión sea contra la
validez del título, derecho, privilegio o exención que surja de dicha cláusula, habrá cuestión federal.
Estas son las únicas cuestiones federales por las que se puede hacer reserva del caso federal. Es obvio señalar que
muy difícilmente se presenten supuestos de esta naturaleza, lo que lleva a destacar el criterio de la excepcionalidad de
este recurso.
Por vía de creación pretoriana, la Corte Suprema ha ampliado su competencia, incorporando la doctrina de la
arbitrariedad y del exceso de ritual manifiesto, lo que veremos en puntos siguientes.
5.- REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD a) Término Debe interponerse dentro del plazo de diez días hábiles previsto por el
artículo 257 del C.P.N. b) Sentencia definitiva Debe tratarse de sentencia definitiva, que es la que termina el litigio o
impide su continuación.
Al respecto, Fenochietto y Arazi dicen: "Que se trate de una sentencia definitiva: Es decir que el decisorio haya puesto fin
a la litis (CSJN 27/10/78, LL, 1978-B-35), o que por su naturaleza dé por terminado el proceso (interlocutoria con fuerza
de definitiva) o impida su continuación (CSJN 5/3/85, LL, 1986-D-617, n° 5672), o cause agravios de imposible o
insuficiente reparación posterior. (CSJN 21/9/89, LL, 1990-13-150. Cabe hacer una excepción al principio en las
decisiones referentes a la tenencia provisoria de menores, en aquellos casos en que se podría configurar un gravamen a
la salud y a los intereses del incapaz de imposible o insuficiente reparación ulterior: CSJN 5/9/89, LL, 1990-A-86). El
pronunciamiento puede emanar de un juez de primera instancia, tratándose de una sentencia inapelable por razón del
monto que establece el art. 242, inc. 3°, del CNP. Aquí se trata de una decisión definitiva "dictada por el superior y único
tribunal de la causa", a los fines del recurso extraordinario. (CNFedContAdm, Sala I, 25/10/79, Rep ED, 14-849, n° 29).
Con un criterio amplio la Corte ha equiparado a la sentencia definitiva, a los efectos del recurso, la resolución que por su
índole y consecuencias cause un agravio de imposible o insuficiente reparación posterior.
(CSJN 7/5/85, ED, 114-211)." (FENOCHIETTO-ARAZI, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, comentado y
concordado con el Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires, Tomo 1, Artículo 1° a 303, 2da
edición actualizada, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 1993, pág. 910).
c) Superior Tribunal de la causa Este es uno de los puntos más conflictivos. Según el artículo 14 de la ley 48, para que
proceda el recurso extraordinario federal debe tratarse de sentencia definitiva del Superior Tribunal de la causa, ya que
no existe otro tribunal ordinario ni extraordinario local que pueda resolver la cuestión.
Desde la causa Strada, Juan L., la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene decidido que sólo se concede el recurso
extraordinario una vez agotadas las vías ordinarias y extraordinarias dentro del ordenamiento local (CS, abril 1986,
"Strada, Juan L, c. Ocupantes del perímetro ubicado entre las calles Dean Funes, Saavedra, Barra y Cullen" , LA LEY,
1986-B, 476 - DJ, 986-II-211 - ED, 117-589).
Según doctrina de V.E. sólo procede el recurso extraordinario federal luego de agotadas las instancias ordinarias y aún
las extraordinarias del ordenamiento local. En este sentido se expresó que "Toda vez que la decisión del legislador
plasmada en la ley 48, fue que todo pleito radicado ante la justicia provincial en el que se susciten cuestiones federales,
debe arribar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación sólo después de "fenecer" ante el órgano máximo de la
judicatura local, dado que los tribunales de provincia se encuentran. habilitados para entender en causas que
comprendan puntos regidos por la Constitución, las leyes federales y los tratados internacionales, cabe concluir en que
las decisiones que son aptas para ser resueltas por esta Corte Nacional no pueden resultar excluidas del previo
juzgamiento por el Órgano judicial superior de la provincia. En los casos aptos para ser conocidos por esta Corte según
el art. 14 de la ley 48, la intervención del Superior Tribunal de provincia es necesaria en virtud de la regulación que el
legislador nacional hizo del art. 31 de la Constitución, de modo que la legislatura local y la jurisprudencia de los tribunales
no pueden vedar el acceso a aquel Órgano, en tales supuestos" (CS, diciembre 1 de 1988, "Di Mascio, Juan R.", LL,
1989-B, pág. 417, con nota de Néstor Pedro Sagüés).
Según la doctrina anterior y hasta la causa Strada, el Superior Tribunal de la causa, tanto en el orden local de la Capital
Federal como en las provincias era la Cámara de Apelaciones. Luego de dicha doctrina la Corte Suprema Federal, sólo
ha de entender en los supuestos de provincias, de sentencias definitivas de las Cortes locales, luego de agotadas las
instancias ordinarias y aún las extraordinarias.
Ver esquema La SCBA en la causa "Confederación General de Empleados de Comercio de la República Argentina c.
Zelazny, Silvia" publicado en el diario de, E.D. del 20/9/89, con nota de Bidart Campos, sentó doctrina contraria a la de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa Di Mascio, Juan R. Principio de eventualidad Por ello y en atención a
dicho principio de eventualidad, corresponde la interposición del recurso extraordinario federal cuando, por alguna razón,
el remedio extraordinario local pueda verse frustrado.
La procedencia, en estos supuestos, de la vía extraordinaria ha sido señalada en fallo de Cámara, en recurso,
posteriormente tratado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Así se dijo: "Procede el recurso extraordinario
previsto en el art. 14 de la ley 48 planteado ante la Cámara de Apelaciones que emite el fallo impugnado, en tanto ésta
se convierte en el superior tribunal de la causa cuando el recurrente alega la arbitrariedad del decisorio y los recursos
locales no proceden en virtud del monto del proceso (Del fallo de Cámara)," (CS, junio 27-989, "Cangelosi, Horacio R. c.
Centro de Inquilinos Bahiense" LL, 1990-C, 109).
Se ha dicho que: "Ante la ausencia de un sendero seguro a correr para acceder a la Corte Federal, en los procesos
iniciados en sede local, se deben extremar los recaudos para no esterilizar la impugnación, dejando planteado el recurso
federal ante las instancias ordinarias provinciales, por el principio de eventualidad, además de acudir a las Cortes
provinciales", (Eduardo Oteiza "El recurso extraordinario federal", nota a fallo, LL, 1990-C, pág. 109).
Cuando el Superior Tribunal de la causa es el Juez de Primera Instancia. Existen casos en que, por razón del monto, las
sentencias resultan inapelables. En tal caso, superior tribunal de la causa es el Juez de Primera Instancia.
Esta doctrina es importante destacarla por cuanto veríamos frustrado el remedio federal si interponemos el recurso de
apelación, el que resulta denegado por la inapelabilidad apuntada y luego pretendemos contra ese decisorio plantear el
recurso extraordinario federal.
De la misma manera, si por razón del monto un sentencia de Cámara en la provincia de Buenos Aires no es cuestionable
por vía del recurso de inaplicabilidad de la ley, Superior Tribunal de la causa es, en este supuesto, la Cámara.
d) Que se trate de una cuestiÓn federal o bien de la doctrina de la arbitrariedad o del exceso de ritual manifiesto Debe
tratarse de alguno de los supuestos del artículo 14 de la ley 48, a los que nos referiremos luego, o bien de la doctrina de
la arbitrariedad o el exceso de ritual manifiesto.
e) Reserva del caso federal Debe haberse hecho expresa reserva del caso federal desde alguna oportunidad anterior.
No se trata de fórmulas sacramentales ni de una reserva fundadísima, pero debe tratarse de un planteo constitucional
realizado en la oportunidad que pueda caber la posibilidad de la aplicación de la norma violatoria de los derechos
constitucionales, salvo, claro está, que se trate de arbitrariedad sorpresiva.
MODELO DE RESERVA DEL CASO FEDERAL Siendo tan evidente el derecho del actor, realizó expresa reserva del
caso federal de ocurrir a la Corte Suprema por vía del recurso extraordinario federal previsto por el artículo 14 de la ley
48, en el supuesto de pronunciamiento adverso que desestimara la demanda o la inconstitucionalidad de la ley 23.928 y
aplicación de la tasa activa solicitada.
La reserva se hace con fundamento en la vulneración eventual de los artículos 16, 17 y 18 de la Constitución Nacional.
Se hace en la primera presentación y debe sustanciarse con un traslado a la parte contraria.
De rechazarse el pago de indemnizaciones se violaría el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y los artículos
concordantes de la Ley de Contrato de Trabajo, con lo que la cuestión encuadraría en los incisos 1 y 3 del artículo 14 de
la ley 48.
Porque si en el pleito se ha puesto en cuestión la validez de una ley del congreso o la inteligencia de alguna cláusula de
la constitución, la cuestión es típicamente federal.
Ante una pretendida teoría, que no tiene la más mínima fundamentación, con relación a que la reserva no sirve o es el
inferior quien debe evaluarla, debo decir lo siguiente:
En cuanto al rechazo de la reserva, con cita de D'Alessio (implícita), la misma no tiene el menor fundamento. Las
reservas (porque son reservas) no se rechazan ni se condicionan; no me imagino a un empleado de Aerolíneas u otra
compañía diciendo a un desconcertado pasajero que no le puede tomar la reserva pues o la misma no sirve o no debió
hacerla (porque había pasajes). Las reservas no se rechazan y no es el inferior el encargado de establecer si la reserva
es oportuna o no, o si ha reunido las formas que establece la doctrina de la CS. Tal posibilidad comprende sólo a la
Corte. Así, el mejor tratadista sobre la materia (11) trata la doctrina D'Alessio como una más, tal vez aventurada. Pero en
lo que importa dice que no están establecidas formas ni solemnidades determinadas para introducir en el pleito la
cuestión federal, por ser ello ajeno a una concepción ritualista (doctrina de Fallos CSN 293:323; 302:326; 307:2080, entre
otros).
Al plantearse la cuestión federal no es necesario que se formule la advertencia de llevar el asunto a la Corte Suprema
(Fallos: 279:146).
La reserva no es un recaudo de la admisibilidad del recurso, salvo que no exista. La procedencia, en cuanto a la
extensión y contenido de la reserva, es cuestión que corresponde a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Es decir, si la Corte Suprema no ha supeditado la reserva a cuestiones formales, no se aprecia cómo los restantes
tribunales puedan limitarla.
Por lo tanto, debe tenerse presente la reserva del caso federal impetrada en la demanda para su oportunidad y
substanciarla con un traslado a la parte contraria.
f) Fundamentación del recurso con arreglo al artículo 15 de la ley 48 El recurso debe encontrarse fundado con arreglo al
artículo 15 de la ley 48.
6.- TRAMITE DEL RECURSO EXTRAORDINARIO Conforme los artículos 256 y siguientes del Código de
Procedimientos Civil y Comercial de la Nación, se regula el trámite del recurso extraordinario federal.
Como en cualquier recurso, se distinguen claramente dos momentos que son: el de la admisibilidad y el de la
procedencia.
Por admisibilidad se entiende la investigación acerca de la existencia de los recaudos formales para que el recurso
pueda ser luego tratado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En este estadio se investiga acerca de la
existencia de las formas del recurso, por ejemplo, si se ha interpuesto en término y en forma fundada, que se trata de
sentencia definitiva del Superior Tribunal de la causa, que se ha realizado en término la reserva del caso federal, que
existen las cuestiones federales (Nos remitimos al punto anterior).
La admisibilidad corresponde al mismo Juez o Tribunal que dictó la resolución recurrida por vía del recurso. Los
Tribunales son muy restrictivos en la concesión del recurso extraordinario federal, prácticamente en todos los casos
deniegan su admisibilidad, terminando los recursos extraordinarios en quejas que van al cuarto piso del palacio, mesa de
entradas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ha llegado a ser una muletilla la expresión de que, no siendo
ninguno de los supuestos del artículo 14 de la Ley 48 y no pudiendo este Tribunal expedirse acerca de la arbitrariedad,
se rechaza el recurso. A nuestro juicio, resulta lamentable este punto de vista y que se dé este marco a la concesión o
denegación del recurso extraordinario. Como quiera que ningún Tribunal admite su propia arbitrariedad y trata de
preservar la sentencia, se reduce todo a una puja meramente formal, donde se está esperando que no se presente la
queja, que se lo haga tardíamente o que no se la realice en forma debida. Es muy loable el propósito de que la Corte
Suprema de Justicia de la Nación no se vea abarrotada de expedientes para resolver acerca de su admisibilidad, pero
también el procedimiento opuesto de restringir la entrada a la Corte a través del mismo tribunal que pronunció la
resolución recurrida, resulta plenamente criticable. Porque en nuestro país se carece del suficiente equilibrio y madurez
como para que se concedan los recursos cuando la cuestión federal resulta muy clara. Es más fácil escudarse en los
meros pruritos formales, ante el miedo de que la sentencia pueda ser revocada por agravio federal en la Corte Suprema.
Tal vez la cuestión pueda resolverse por vía de asignar la admisibilidad a una Sala distinta, por ejemplo, si se trata de
una Cámara, o al Tribunal que sigue en el orden del turno, y en el caso de las Cortes Provinciales, la admisibilidad
tendría que estar en cabeza directa de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El segundo momento del recurso es el de la procedencia sustancial y es el que ha de resolver la Corte Suprema,
haciendo lugar o no al recurso en su fondo.
Sin perjuicio de lo expuesto, y aún concedido el recurso extraordinario, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por
vía del writ of certiorari puede declarar inadmisible el recurso sin fundamentar la mentada declaración (art. 280 del
C.P.C.C.).
El plazo de interposición del recurso extraordinario está previsto por el artículo 257 del C.P.C.C. y es de diez días.
Resulta de toda obviedad que la presentación debe efectuarse ante el mismo Juez o Tribunal que dictó la sentencia
definitiva objeto del recurso extraordinario, dado que ese Juzgado o Tribunal es el Juez de la admisibilidad.
b) Fundamentación Una característica especial de los recursos extraordinarios es que deben ser fundados y, en este
caso, fundados en relación a las cuestiones federales que se han articulado. La técnica recursiva es muy precisa y el
recurso extraordinario federal no puede estar en manos de principiantes. Se trata de una verdadera pieza jurídica que
debe bastarse a sí misma, que debe ser autosuficiente, sin necesidad de remisión a ningún otro escrito.
Toda buena técnica recursiva aconseja empezar por el objeto, en este caso el recurso, seguir con la enunciación de los
requisitos de admisibilidad y la indicación concreta de que se han cumplido, continuar con una concreta y minuciosa cita
de los antecedentes de la causa (escritos constitutivos del proceso, prueba, sentencias de ambas instancias, sentencia
de la Suprema Corte, en su caso, etc.), seguir luego la enumeración de los concretos agravios federales, pasar por la
fundamentación de cada uno de estos agravios y el análisis de las cuestiones federales, en su caso, en los supuestos de
arbitrariedad o exceso de ritual manifiesto, concluir con un breve resumen y la petición.
A este respecto, la primera parte del artículo 257 del C.P.C.C. dice: "El recurso extraordinario deberá ser interpuesto por
escrito, fundado con arreglo a lo establecido en el art. 15 de la ley 48, ante el juez, tribunal u organismo administrativo
que dictó la resolución que lo motiva, dentro del plazo de diez días contados a partir de la notificación".
c) Traslado El recurso extraordinario debe acompañarse con copia, ya que conforme al artículo 257 del C.P.C.C. se
sustancia. Esta es una innovación de la ley 22.434.
La sustanciación impone, obviamente, la imposición de costas por la admisión o denegación del recurso. A este respecto,
la segunda parte del artículo 257 del C.P.C.C. dice: "De la presentación en que se deduzca el recurso se dará traslado
por diez días a las partes interesadas, notificándolas personalmente o por cédula".
Como se vio, el traslado se hace por el plazo de diez días y se notifica personalmente o por cédula.
A este respecto, el artículo 257 del C.P.C.C. dice: "Contestado el traslado, o vencido el plazo para hacerlo, el tribunal de
la causa decidirá sobre la admisibilidad del recurso. Si lo concediere, previa notificación personal o por cédula de su
decisión, deberá remitir las actuaciones a la Corte Suprema dentro de cinco días contados desde la última notificación. Si
el tribunal superior de la causa tuviera su asiento fuera de la Capital Federal, la remisión se efectuará por correo, a costa
del recurrente. La parte que no hubiera constituido domicilio en la Capital Federal quedará notificada de las providencias
de la Corte Suprema por ministerio de la ley. Regirá respecto de este recurso, lo dispuesto en el art. 252".
e) Costas Como ya lo indicamos, la admisión o denegación del recurso importa la imposición de costas.
f) Trámite ante la Corte Suprema - El writ of certiorati El procedimiento ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación es
muy sencillo, en realidad no existe. De hacer un parangón podría asimilarse a un recurso concedido en relación, el
expediente llega a la Corte concluso para el dictado de la resolución. Volvemos a repetir aquí que la Corte Suprema de
Justicia de la Nación no es una tercera instancia ordinaria a la que se pueda acceder normalmente durante el trámite de
un proceso. Se trata de una instancia extraordinaria, susceptible de apertura únicamente para el supuesto de cuestiones
de derecho y no de todas las cuestiones de derecho, sino únicamente de aquéllas que hacen al derecho federal. En
razón de lo expuesto, el acceso a la Corte es sumamente restringido. No se ventilan cuestiones de hecho ni se produce
prueba. Hasta el absurdo en la apreciación de la prueba no deja de ser sino una forma de arbitrariedad en la sentencia.
Para remarcar aún más, si esto cabe, el carácter restrictivo del recurso extraordinario federal, se ha implementado con la
ley 23.774 el llamado writ of certiorati, vale decir, la posibilidad de que la Corte Suprema vuelva a examinar en su sede la
admisibilidad del recurso y pueda declararlo inadmisible sin dar razones de ninguna índole para ello. Esto es, en síntesis,
el writ of certiorari.
A este respecto, dice el artículo 280 del C.P.C.C.: "Cuando la Corte Suprema conociere por recurso extraordinario, la
recepción de la causa implicará el llamamiento de autos. La Corte, según su sana discreción y con la sola invocación de
esta norma, podrá rechazar el recurso extraordinario, por falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones
planeadas resultaren insustanciales o carentes de trascendencia... ".
Por último, la Corte Suprema tiene, para resolver el recurso, dos posibilidades. Es obvio que puede rechazar el recurso
extraordinario federal y y también es obvio que puede admitirlo en cuanto a su fondo. En tal supuesto puede actuar con
la doble jurisdicción, negativa o positiva. En la generalidad de los casos, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
procede a anular el fallo que no se ajusta a su doctrina constitucional (jurisdicción negativa) y devuelve el expediente al
mismo Tribunal para que con otros jueces, dicte un nuevo pronunciamiento que se ajuste a la doctrina de la Corte
Suprema.
También puede actuar con jurisdicción positiva, es decir, resolver el fondo de la cuestión, aunque esto resulta
excepcional. En los casos en que lo ha hecho, es porque ha habido falta de respeto a una doctrina anterior o sentencia
anterior de la Corte Suprema. En ese caso, si el expediente ya llega, por segunda vez, a la Corte con desconocimiento
de un fallo anterior de la misma, el Superior ha optado por dictar una sentencia rescindente y a la vez rescisoria, vale
decir, ha actuado con jurisdicción positiva h) Conclusiones Como se advierte, no es sencillo impetrar un recurso ante la
Corte y menos sencillo es obtener una resolución favorable. Ello porque la Corte Suprema no es un Tribunal ordinario.
7.- DOCTRINA DE LA ARBITRARIEDAD Es condición de validez de los fallos judiciales que sean conclusión razonada
del derecho vigente con particular referencia a las circunstancias comprobadas de la causa (CS, octubre 30 de 1986,
"Olmas, Adriana M. c. Winer, Manuel y otro").
Las sentencias arbitrarias son las "irregulares" o "anómalas", o "carentes de fundamentos suficientes para sustentarlas",
"desprovistas de todo apoyo legal y fundadas tan sólo en la voluntad de los jueces que la suscriben" (Genaro R. Carrió -
Alejandro R. Carrió, "El recurso extraordinario por sentencia arbitraria", tomo 1, página 25).
Según el criterio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación la doctrina de la arbitrariedad encuadra dentro de los
supuestos del artículo 14 de la ley 48. Se ha dicho que esta posición responde positivamente: el recurso extraordinario
contra las sentencias arbitrarias surge del art. 14, inc. 22, de la ley 48, que permite impugnar por tal vía las normas
locales opuestas a la Ley Fundamental de la Nación. En el caso de las sentencias arbitrarias, al crear éstas una norma
individual para el caso concreto (creación que se hace en forma inconstitucional, arbitrariamente) se da, pues, la
situación prevista por el inciso citado. Tal es la opinión de Linares (12) . Para Romero, la Corte no inventó el recurso
extraordinario por sentencia arbitraria, sino que desarrolló el art. 14 de la ley 48, cuyo inc. 22, en efecto, permite atacar
por medio del recurso extraordinario los actos de "autoridad de provincia" que se reputen inconstitucionales: y de ahí la
viabilidad del recurso contra las sentencias arbitrarias, que son sentencias opuestas a la Constitución (13).
Por su parte, Fiorini ubica al tema que tratamos en el inc. 3° del mentado art. 14 de la ley 48, dada la gran comprensión
de situaciones que abarca tal norma (l4). Idéntica postura había sostenido con anterioridad Adrogué (15).
Cabe citar, igualmente, la opinión de Cueto Rúa, para quien, al configurar la sentencia arbitraria un caso de "cuestión
federaL" está captada por la actual redacción del art. 14 de la ley 48 (16).
La tesis que asentamos parece contar con el apoyo de algunos fallos de la Corte Suprema. Por ejemplo, en los autos
"García, Antonio s/Jubilación", el Alto Tribunal dijo que a su juicio "la arbitrariedad no constituye un fundamento
autónomo de la apelación que autoriza el art. 14 de la ley 48 (17), y con mayor precisión, en la causa "Pellegrini
c/Etcheverry" que "en cuanto recurso extraordinario, el de arbitrariedad ha de considerarse comprendido en el art.14 de
la ley 48 porque como quedó dicho, la arbitrariedad comporta violación del orden constitucional en lo esencial de él"(18).
(NESTOR PEDRO SAGUES, Derecho Procesal Constitucional, Recurso Extraordinario, Tomo 2, 3ra. edición actualizada
y ampliada, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 1992; págs. 218 y 219).Por tanto, la
arbitrariedad encuadra dentro de la Ley y es una de las tres cuestiones federales que indica la norma respectiva. Ello
debe tenerse muy en cuenta.
Algunos supuestos de arbitrariedad Para tener una idea de lo que se busca con esta doctrina indicamos un par de
supuestos extremos de arbitrariedad, por ejemplo cuando, so pretexto de calificación jurídica de las acciones, se anulan
reconocimientos de hechos efectuados por las partes. A este respecto tenemos la siguiente ficha con la doctrina:
DOCTRINA DE LA CORTE SUPREMA Con referencia estricta a la arbitrariedad en el principio iura novit curia, se dijo:
"La desarmonía o exceso entre lo decidido por el juzgador y las pretensiones de las partes involucra frecuentemente el
problema de los límites del principio jurídico iura novit curia. Literalmente este principio refiere a que una Corte
tribunalicia conoce los derechos y en la técnica jurídica afirma que la aplicación de normas o principios jurídicos no
invocados por las partes, sin alterar los hechos en que la acción se funda, deriva de esa regla procesal de] iura novit
curia, cuyo ejercicio no comporta agravio constitucional que dé lugar al recurso extraordinario por supuesta arbitrariedad
con la argumentación de haberse apartado el pronunciamiento impugnado de los términos en que quedó trabado el
diferendo (Fallos: 255:21; 256:147; 262:38; 265:293; 266:267; 288:292; etcétera). Se considera privativo de los jueces
calificar las pretensiones de las partes.
Es improcedente el recurso extraordinario deducido contra la sentencia que, sin contradecir las constancias de la causa
ni hacer mérito de prueba inexistente, asignó a los términos de la contestación de la demanda una inteligencia que no
excede de lo razonable (Fallos: 300:1074). El legislador, expresa o implícitamente, reconoce la validez de dichas
facultades judiciales.
Por ejemplo, el art. 163, inc. 6°, del Cód. Proc. Civ. y Com. de los tribunales nacionales confiere a los jueces la facultad
de calificar, (... según correspondiere por ley ... " las pretensiones deducidas en el juicio. En el ejercicio de la facultad de
calificar jurídicamente las pretensiones de los litigantes se ha admitido que el juzgador, inclusive, se funde en la
existencia de una costumbre, que es fuente del derecho, aunque ella no hubiere sido invocada por las partes, siempre
que no se alteren los hechos en que se apoyó la acción (Fallos: 255:206). Empero, el principio procesal iura novit curia
no confiere facultades ilimitadas al juzgador. Son descalificables las sentencias que, excediendo de las facultades
decisorias, introducen ciertos fundamentos no alegados por las partes en el momento oportuno, particularmente si la
introducción de oficio de fundamentos no invocados por los litigantes concierne a elementos fácticos o a circunstancias
de hecho ajenas a las dilucidadas en la causa (cfr.: Fallos: 267:419; 270:22; 284:115; etcétera). En efecto, la admisión de
una defensa no alegada oportunamente, introducida de oficio o en una instancia extemporánea, veda a la contraparte
toda posibilidad de discutir su procedencia; y los jueces tampoco se pueden apartar de lo que resulta tácitamente de los
términos de la litis (Fallos: 300:1015).
Por ejemplo, no puede de oficio el a quo introducir la cuestión de la falta de legitimación de la actora para impugnar actos
del padre en vida de éste (sentencia de la Corte Suprema de la Nación, del 29 de septiembre de 1983, en la causa
"Monlezuán"); o defensas no planteadas por la parte, como la falta de poder o no haberse articulado la rescisión
contractual (sentencia de la Corte Suprema de la Nación, del 2 de diciembre de 1982, en la causa "Banco Hipotecario
Nacional v. Díaz"). En similar orientación se ha declarado que los jueces no pueden alterarlas bases fácticas o la causa
petendi, ni alterar extemporáneamente la acción deducida.
Ello así, pues si bien los jueces no se encuentran vinculados por la calificación jurídica que las partes dan a sus
pretensiones y pueden suplir el derecho mal invocado por aquéllas, ello no justifica que se alteren las bases fácticas del
litigio o la causa petendi; y se incurre en esta extralimitación si la pretensión originariamente deducida como cobro de
cuotas sociales, con fundamento en los arts. 40 y 1721 del Cód. Civ., fue transformada en una acción de contribución
con sustento en un condominio basado sólo en el razonamiento del a quo (sentencia de la Corte Suprema de la Nación,
del 18 de septiembre de 1990, en la causa "Mapuche Country Club Asociación Civil v. López de Marsetti, Hebe E. y
otros" J.A. 1990-IV, 542). Es incompatible con las garantías de los arts. 17 y 18 de la Constitución Nacional que una
sentencia introduzca de oficio una acción no planteada, como sería otorgar a una de las partes una indemnización por
daño moral que no requirió (sentencia de la Corte Suprema de la Nación, del 28 de agosto de 1990, en la causa "
Itzigsohn de Márquez, Martha P. y otro" J.A. 1991-II, 258, con mención de Fallos: 237:328; 239:442; 249:484; 252:13;
298:642; 307:510, 563 y 2445). Con análoga orientación se ha decidido que la determinación de las peticiones de los
litigantes es ajena a la instancia extraordinaria, salvo el caso de arbitrariedad, y que esto ocurre si el objeto de la
condena no resulta congruente con la demanda, lo que configura un exceso no cohonestable con las facultades previstas
en el art. 56 de la ley 18.345 concerniente a la justicia nacional del trabajo, por cuanto lo decidido no significó suplir una
omisión del litigante, sino variar la acción deducida, al admitir la existencia de un vínculo laboral posterior al que se
incovó (Fallos: 297:71). En esta perspectiva, cabe recordar que los pronunciamientos judiciales se deben limitar a lo que
ha sido objeto de litigio entre las partes, pues la sentencia que desconozca o acuerde derechos no debatidos resulta
incompatible con las garantías de los arts. 17 y 18 de la Constitución Nacional; y la invocación del iura novit curia no
suple esa falencia ya que este principio, destinado a reconocer a los jueces la potestad para suplir el derecho
erróneamente invocado por las partes, no justifica que los magistrados introduzcan de oficio acciones no planteadas en
la causa, sin petición de la parte interesada ni audiencia de la contraria (Fallos: 237:328; entre otros, ver también Fallos:
284:116). ELIAS P. GUASTAVINO, Recurso extraordinario de inconstitucionalidad, Tomo 2, Ediciones La Rocca, Buenos
Aires, 1992, pág. 682 a 684).
Otro claro ejemplo es la sentencia que no tiene en cuenta claras constancias y pruebas en la causa.
DOCTRINA DE LA CORTE SUPREMA La doctrina de la Corte, en este punto, incorpora al catálogo de las sentencias
arbitrarias a aquéllas que se dictan sin considerar constancias o pruebas disponibles que asuman la condición de
decisivas o conducentes para la adecuada solución del caso (19), y cuya valoración puede ser significativa para alterar el
resultado del pleito (20). Tal "prescindencia" excede el área de las meras discrepancias entre los puntos de vista de las
partes y del juez (21).
La prescindencia de una o varias pruebas vitales concernientes a hechos, actos y circunstancias relacionadas a una litis,
adopta distintas modalidades. Por un lado, es factible que se consume al ignorar ciertas "pruebas" o "constancias" (la
distinción entre "pruebas" y "constancias" obrantes en un expediente no siempre es delimitable con pulcritud en la
doctrina de la Corte Suprema, y resulta preferible no insistir demasiado en tal diferenciación).
(En concreto, tanto la "prueba" como las "constancias" de un expediente apuntan, normalmente, hacia lo mismo:
demostrar determinados hechos o actos). Por otro, también opera cuando se falla en contravención con pruebas o
constancias glosadas a los autos. De todos modos, con frecuencia, al "ignorarse" una prueba o constancia, se resuelve
"en contradicción" con ella: de ahí que tales supuestos puedan, esencialmente, unificarse. (NESTOR PEDRO SAGUES,
Derecho Procesal Constitucional, Recurso Extraordinario, Tomo 2, 3° edición actualizada y ampliada, Editorial Astrea de
Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 1992, págs. 342 y 343).
Es una vieja y repetitiva doctrina de las Salas de las Cámaras que "...II) Es privativo de la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, determinar si los Tribunales, han incurrido en arbitrariedad y si la cuestión pudiere implicar gravedad
institucional (Fallos CSN 215/199)". Tal doctrina es violatoria de los precedentes de la Corte Suprema que exigen, bajo
pena de nulidad, que se expida concretamente acerca de la tacha de arbitrariedad. Lo que debe decir el fallo
interlocutorio que rechaza o admite el recurso, no es si la Corte es soberana para admitir o denegar la arbitrariedad, sino
muy por el contrario, indicar por qué el fallo de la Excma. Cámara no ha incurrido en arbitrariedad, por qué el fallo ha
respetado las máximas de experiencia, las reglas de la lógica, ha evitado el capricho o voluntad o arbitrio de los jueces
que la sustentan, debe indicar concretamente por qué la sentencia no está incursa en arbitrariedad. La falta de razones
que avalen esa circunstancia es una prueba más de que la sentencia está incursa en arbitrariedad.
Resolución del juez de la admisibilidad tratando el tema de la arbitrariedad bajo pena de nulidad.
Es doctrina de la Corte Suprema que: "Si bien incumbe exclusivamente a la Corte... juzgar sobre la existencia o no del
supuesto de arbitrariedad en la sentencia, no es menos cierto que ello no exime a los órganos judiciales llamados a
dictar pronunciamientos de la naturaleza antes indicada, de resolver circunstancialmente si la apelación federal "prima
facie" valorada, cuenta respecto de cada uno de los agravios que la originan con fundamentos suficientes para dar
sustento a la luz de conocida doctrina de la Corte, a la invocación de un caso de inequívoco carácter excepcional, como
lo es el de arbitrariedad. De admitirse el recurso extraordinario sin atender el requisito de que sea considerada la
arbitrariedad por el órgano judicial llamado a emitir pronunciamientos de esta naturaleza, o bien sin considerar si el
argumento de ese carácter resulta atendible, determinaría de admitirse que la jurisdicción extraordinaria se viese, en
principio, habilitada o denegada sin razones que avalen uno y otro resultado, lo cual irroga un claro perjuicio al derecho
de defensa de los litigantes y al adecuado servicio de justicia de la Corte" (CS, octubre 20 de 1987, "Spada, Oscar y
otros c. Díaz Perera, E. A. y otros", LL, t. 1988-13, pág. 571). Debe, pues, el juez de la admisibilidad expedirse acerca de
la arbitrariedad, bajo pena de nulidad.
8.- DOCTRINA DEL EXCESO DE RITUAL MANIFIESTO Como otra creación pretoriana de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación y abriendo el estrecho campo de las cuestiones federales, ha aparecido la doctrina del exceso de rigorismo
formal. Daremos un breve esquema de la misma.
En realidad, el exceso de ritual no deja de ser más que otra forma de arbitrariedad. Hay un ejemplo patético en la
legislación y jurisprudencia comparada, citado alguna vez por Calamandrei, que revela el meollo de esta doctrina.
Puestos a sentenciar los jueces ingleses acerca del lugar en que se había firmado una letra de cambio, llegaron a la
conclusión de que la misma estaba fechada y datada en Hamburgo. No obstante ello, en el expediente no se había
demostrado que Hamburgo quedaba en Alemania y, como lo que no está en el expediente no está en el mundo, no
pudieron tener por probado ese hecho elemental y notorio. En razón de ello, y admitiendo en su sentencia que ellos no
ignoraban que Hamburgo estaba en Alemania, llegaron a la conclusión que la letra de cambio había sido firmada en la
Iglesia que estaba enfrente del Tribunal inglés, pasando la calle, es decir, la Iglesia de Santa María Lebow.
Aquí se advierte claramente el exceso de ritualismo y cómo es dable exigir que se pruebe todo, aún lo que no merece
prueba. Lo que se trata de corregir con la doctrina del exceso de ritual manifiesto son estas formas de arbitrariedad. El
operario se cayó del andamio, ora bien, nadie probó que el andamio fuera riesgoso. Esta es otra forma de abrir la
competencia de la Corte en esta materia, aunque esta vía es muy restringida.
9.- SINTESIS FINAL El recurso extraordinario federal es una vía excepcionalista, muchos abogados morirán sin haber
ganado un solo recurso extraordinario. A la vez, los criterios actuales llevan a una restricción aún mayor, como es el caso
del writ of certiorari. Por suerte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación no ha hecho un uso abusivo de este remedio.
Analizando las restricciones cada vez mayores, merituando la necesidad de la queja ya que los tribunales niegan
reiteradamente la admisibilidad, nos hacemos una interrogación acerca de si no se ha perdido el equilibrio. Ello es así
porque denegar recursos, cuando son técnicamente admisibles, cuando existe la cuestión federal, es una mala práctica.
Si por un lado, y esto ya lo hemos indicado, no resulta aconsejable una mera admisibilidad formal (se dan los requisitos y
se concede el recurso), tampoco es conveniente que la Cámara o Superior Tribunal de la causa se convierta en el Juez
de fondo del recurso. Porque lo que sucede es que la Cámara o Superior Tribunal analiza si el recurso es procedente o
no en su fondo y no la admisibilidad. Esto es grave y atentatorio del sistema de derecho.
Por último y para terminar este esbozo acerca del recurso extraordinario, vale repetir nuevamente la cita de Cino Da
Pistoia:
"... Ché miei giorni ho male spesi "In trattar leggi, tutte ingiuste e vane, "Senza la tua che scritta in cor sí porta".
("... que mis días tan mal he empleado "En tratar leyes, todas vanas e injustas, "Sin la tuya que escrita está en el
corazón").
Espero que como jurista no tenga que lamentarse de tal suerte y los mecanismos que impiden u obstaculizan el acceso a
la instancia extraordinaria no haga perder de vista que lo que interesa es la justicia, razón última de todo cuanto hacemos
los abogados.
NOTAS AL PIE:
(1)Piero Calamndrei, Estudios sobre el proceso civil, Editorial Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1961, páginas 439,
440 y 441.
(2) Así Francesco Carnelutti en "Cómo se hace un proceso", indica que precisamente porque el juicio del juez, a
diferencia del juicio del consultor, tiene eficacia de un mandato, que como hemos visto determina la ejecución forzada, al
punto de que qué a quien se lo imparte queda sometido a él por la fuerza, es particularmente grave el riesgo del error,
que por desgracia es inherente a todos los juicios humanos. El régimen del proceso está dispuesto, por lo menos
teóricamente, ya que no siempre del mejor modo posible, indudablemente en forma lógica para garantizar ese riesgo; sin
embargo, la ley misma reconoce su gravedad y dispone un medio especial para combatirlo. A ello provee un instituto al
que la ciencia del proceso ha dado el nombre de impugnación. El principio de la impugnación es muy simple; en efecto,
se trata de volver a juzgar. ¿Cómo se si no basta una vez, dos tres veces seguidas: si el resultado no cambia, se
adquiere, si no propiamente la certeza, sí por lo menos una razonable persuasión de que no ha habido equivocación. De
igual modo se procede para verificar la justicia de la decisión ( página 149).
(4) José Chiovenda, Principios de Derecho Procesal Civil, Editorial Reus, Madrid, año 1923, Tomo II, pág. 510.
(5) José Chiovenda, ob. cit. nota anterior, Tomo II págs. 511 y 512.
(6) Hugo Alsina, Tratado teórico práctico de derecho Procesal Civil y Comercial, 2da edición, Tomo IV, página 191 y nota
6. En el número 18 del Capítulo VII, agrega que "En primer lugar debe mencionarse que la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, que, como bien lo ha dicho Jofré, con el genio jurídico que le caracteriza, ha sabido encontrar en el recurso
extraordinario del art. 14 de la ley 48 un instrumento eficaz para la protección del tercero, al establecer que, no pudiendo
nadie ser condenado sin ser oído, de acuerdo con el artículo 18 de la Constitución Nacional, es nula toda sentencia que
pretenda ejecutarse contra el tercero que no ha sido parte en el juicio.
Por aplicación de este principio, ha declarado procedente el recurso extraordinario contra la resolución que intima el
desalojo de una propiedad sin que el ocupante que alega derecho sobre ella como propietario, poseedor o locatario,
haya sido oído y vencido en juicio (Tomo I, páginas 596 y 597, número 18 del Capítulo VII).
(9) Néstor Pedro Sagüés, Recurso extraordinario, Tomo 2, página 398 y sus citas.
(10) José Chiovenda, Principios de Derecho Procesal Civil, Tomo 2, de la edición española, páginas 31 y 32, S 36.
(11) Elías P. Guastavino, Recurso extraordinario de inconstitucionalidad, tomo 2, página 879 y ss.
(12) Linares, El recurso extraordinario contra sentencia arbitraria, en "Revista del Colegio de Abogados de Buenos Aires",
t. 27, pág. 238, 240 y 246.
(13) Romero, Derecho constitucional, t. I., p. 345, 351-352. Ver también, Levitán, Recursos en el proceso civil y
comercial, p. 301.
(15) Ver Linares, El recurso extraordinario por sentencia arbitraria, en "Revista del Colegio de Abogados de Buenos
Aires", t. 27 p. 253.
(16) Linares, El recurso extraordinario por sentencia arbitraria, en "Revista del Colegio de Abogados de Buenos Aires", t.
27, p. 252.
(17) CSJN, Fallos 275:251; 304:1509; 306:1987; 307:1967; íd., 16/2/89, RepED, 23-540, n° 153.
(19) CSJN, Fallos, 268:48; 268:393; 259:790; 306-1095 (omisión de considerar "prueba relevante"); íd., 10/4/90, JA,
1990-III-205; íd., 3-7-90, JA, 1990-IV-123.
CONTENIDO RELACIONADO
Jurisprudencia
Mapuche Country Club Asociación Civil c/ López de Marsetti,Hebe Edith y otros. s/ Recurso de hecho
SENTENCIA.CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION. , 18/0/1990.
Itzigsohn de Márquez, Martha Paulina y otro. s/ arts. 109 y 110 del Código Penal.
SENTENCIA.CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION. , 28/0/1990.
Juan Luis STRADA c/ OCUPANTES DEL PERIMETRO UBICADO ENTRE LAS CALLES DEAN FUNES, SAAVEDRA,
BARRA Y CULLEN s/ TRIBUNAL SUPERIOR - PROVINCIAS - JUSTICIA PROVINCIAL - DEFENSA EN JUICIO -
RECURSO EXTRAORDINARIO - SUPREMACIA DE LA CONSTITUCION Y LEYES NACIONALES - CUESTION
FEDERAL - CORTE SUPREMA - FEDERALISMO
SENTENCIA.CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION. , 0/4/1986.
Confederación General de Empleados de Comercio de la República Argentina c/ Zelazny, Silvia s/ Cobro de aporte
INTERLOCUTORIO.SUPREMA CORTE DE JUSTICIA. , 4/4/1989.
Legislación
CONSTITUCION NACIONAL. CONSTITUCION DE LA NACION ARGENTINA. Art. 25
Constitución Nacional. 22/1994. Vigente, de alcance general
Ley 23774
Ley 23.774. 5/4/1990. Individual, Solo Modificatoria o Sin Eficacia
Ley 23774
Ley 23.774. 5/4/1990. Individual, Solo Modificatoria o Sin Eficacia
Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
El recurso extraordinario federal
La competencia de la CSJN por apelación extraordinaria
Una vez instalada la Corte Suprema de Justicia de la Nación se dictó la Ley 48 en donde a partir
del art. 14 reguló lo relativo a la intervención de dicho Tribunal.
Esa disposición señala que “Una vez radicado un juicio ante los Tribunales de Provincia, será
sentenciado y fenecido en la jurisdicción provincial, y sólo podrá apelarse a la Corte Suprema de
las sentencias definitivas pronunciadas por los tribunales superiores de provincia en los casos
siguientes:
1°) Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un Tratado, de una ley del
Congreso, o de una autoridad ejercida en nombre de la Nación y la decisión haya sido contra su
validez.
2°) Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto en cuestión bajo
la pretensión de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los Tratados o leyes del Congreso, y
la decisión haya sido en favor de la validez de la ley o autoridad de provincia.
3°) Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley del
Congreso, o una comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la
decisión sea contra la validez del título, derecho; privilegio o exención que se funda en dicha
cláusula y sea materia de litigio.
Por su parte, el art. 15 prescribe que “Cuando se entable el recurso de apelación que autoriza el
artículo anterior, deberá deducirse la queja con arreglo a lo prescripto en él, de tal modo, que su
fundamento aparezca de los autos y tenga una resolución directa e inmediata a las cuestiones de
validez de los artículos de la Constitución, leyes, Tratados o comisiones en disputa, quedando
entendido, que la interpretación o aplicaciones que los tribunales de provincia hicieren de los
códigos Civil, Penal, Comercial y de Minería, no dará ocasión a este recurso por el hecho de ser
leyes del Congreso, en virtud de lo dispuesto en el inciso 11, artículo 67 de la Constitución.”
B) REQUISITOS PROPIOS. Son los recaudos que debe cumplir el remedio federal y que se
relacionan con la pretensión del recurrente. La exigencia del cumplimiento de tales recaudos tiene
por objeto el mantenimiento de la supremacía constitucional, en los términos del art. 31 CN.
Compleja Directa
Indirecta
De acuerdo a preceptuado por el art. 14 de la ley 48, la admisibilidad del remedio federal requiere
el análisis relativo a la existencia de una cuestión federal11.
En la cuestión federal simple se presenta un problema en la determinación del alcance e
interpretación de una cláusula constitucional, la disposición de un tratado, o de una ley federal.
En la cuestión federal compleja estamos frente a una disposición que se opone a la Constitución
Nacional. La misma puede ser directa cuando una norma, constitución o ley local se opone a la
C.N. En la indirecta, en cambio, se presenta un problema que compromete la supremacía
constitucional en tanto una norma inferior se opone contra una norma de jerarquía superior que no
es la C.N.
2.- Relación directa. Debe existir inequívocamente, relación directa entre la cuestión federal
introducida y el agravio ocasionado por el decisorio recurrido. Esto es que de la solución a la
11
Fallos, 136:46 y 141; 158:159.
cuestión federal dependa la decisión del litigio y ello, debe ser puesto en evidencia por el
recurrente. No hay relación directa si la cuestión federal es inoficiosa o baladí en los términos del
art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
3.- Resolución contraria. La decisión que se ataca por vía del recurso extraordinario debe ser
contraria al derecho federal invocado en el juicio. Esta puede ser expresa cuando se niega
explícitamente la supremacía de la cláusula federal invocada o tácita cuando el tribunal prescinde
de considerar la cuestión federal.
Con relación a esto último, ha señalado la Corte que “la omisión de la sentencia apelada, debe
interpretarse como un pronunciamiento implícitamente contrario”12.
4.- Sentencia definitiva. Este requisito se cumple desde que el remedio federal se interpone contra
la resolución definitiva, es decir, contra aquella que pone fin a la causa, hace imposible su
continuación, priva al interesado de otros medios legales para obtener la tutela de sus derechos,
impide el replanteo de la cuestión en otro juicio o causa gravamen irreparable.
Con esta orientación ha decidido la Corte que un pronunciamiento posee carácter definitivo a los
fines del remedio federal cuando resuelve el fondo de la controversia planteada poniendo fin a la
cuestión debatida en forma tal ésta no puede renovarse13.
A través de sus sentencias la C.S.J.N. ha considerado que no resultan sentencias definitivas a los
fines del recurso extraordinario:
a) La decisión que rechaza o concede una medida cautelar;
b) El resolutorio que dispone la caducidad de instancia;
c) La sentencia dictada en el marco de un juicio ejecutivo;
d) La resolución que declara formalmente inadmisible un amparo.
5. Gravamen irreparable: La sentencia que se pretende cuestionar por vía del recurso extraordinario
federal debe provocar perjuicio de tal magnitud que si no se pudiera recurrir por esa vía mediante los a
agravios quedarían firmes.
Con esa inteligencia, el Alto Tribunal entendió en una causa que el gravamen era irreparable en
tanto el agravio producido por la resolución atacada provocaba la lesión constitucional de cláusulas
constitucionales y no podía ser subsanado mediante un procedimiento o juicio ulterior14.
12
Cfr. PALACIO DE CAEIRO, Silvia B., Recurso Extraordinario Federal, Córdoba, Alveroni Ediciones, 1997,
pag. 84.
13
Fallos, 137;354, 188:393.
6. Superior tribunal de la causa. La resolución que se ataca por vía del REF debe emanar de la
máxima autoridad del ámbito jurisdiccional que se trate. Ello implica que la caracterización de
superior tribunal depende de la organización judicial de cada provincia; aspecto que deberá
valorarse en el caso concreto. En Córdoba debe considerarse como tal al Tribunal Superior de
Justicia y a la Cámara Federal de Apelaciones.
Este requisito es dejado de la lado en los casos en que se acude a la figura del recurso de per
saltum o salto de instancia.
Cabe recordar, que esta modalidad que tuvo una amplia y favorable recepción jurisprudencial en la
década del noventa del Siglo 20 habida cuenta que la Corte Suprema Nacional dictó numerosos
pronunciamientos15, en los que fue moldeando los contornos de esta herramienta.
Posteriormente, a comienzos del año 2002 durante la crisis económica el salto de instancia fue
receptado normativamente en el art. 195 bis del CPCCN; precepto que luego quedó excluido del
sistema jurídico al dictarse en ese mismo año Ley 25.58716.
A partir de entonces, la utilización de esta figura dejó de ser considerada por la Corte Suprema. En
tal sentido, ha señalado en la causa “Piragini”17, al rechazar un pedido de per saltum que “la
presentación efectuada no configura acción o recurso que, con arreglo a lo dispuesto en los arts.
116 y 117 de la Constitución Nacional y en sus leyes reglamentarias, habilite la competencia
ordinaria o extraordinaria de este Tribunal, ni un caso de privación de justicia que le corresponda
resolver”.
Sin embargo, esa figura procesal ha recobrado vida con el dictado en 2012 de la Ley 26.790 que
incorporó al CPCCN los arts. 257 bis y 257 ter.
Cabe destacar que se trató de un proyecto legislativo presentado por los Senadores Fuentes,
Fernández, Guinle, Pichetto, Riofrio y Mayans y que según se destaca en sus fundamentos tuvo
por objeto “precisar de la mejor manera posible, los lineamientos establecidos por la Corte a través
de sus diversos pronunciamientos judiciales, y la doctrina durante estos años, y permitir en
supuestos excepcionales habilitar la instancia extraordinaria, a los fines de poder revisar la
resolución impugnada por ante el Alto Tribunal de la Nación”.
En la nueva regulación se deja en claro que cuando aludimos al per saltum hacemos referencia a
una modalidad de recurso extraordinario y no de avocación de la Corte Suprema. Es decir, se trata
de un cauce para que el justiciable solicite –saltando una instancia- la intervención de la Corte y no
14
Fallos: 204:582.
15
Ver Fallos, 313-2:863, “Dromi” (1990); 313-2:1242, “BIBA” (1990); 319:371, “UOM” (1996), 320:2851, “Rodriguez”
(1997), entre otros.
16
B.O. 26/04/2002.
17
C.S.J.N., 17/10/2007, Piragini, Enrique A. y Herrador, Ramón Armando s/ per saltum y denuncia contra la
titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº1.
de una variante de avocación a la que el Alto tribunal puede acudir para intervenir antes de tiempo
en una causa.
Más precisamente, el Proyecto que terminó convirtiéndose en ley dice que “Se trata pues, de un
instituto de excepción, en la vía del recurso extraordinario, por el que la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, que habría sido –en el esquema normal- el último en intervenir, conoce de una causa
radicada ante Tribunales inferiores saltando una o más instancias, siempre y cuando se
configurasen una serie de circunstancias especialísimas que hacen a su procedencia”.
Debe quedar en claro, entonces, que la admisibilidad de ese remedio es de interpretación
restrictiva dado el carácter excepcional del remedio, con lo cual, en caso de dudas, debe ser
desestimado.
Entre los requisitos podemos señalar los siguientes:
1) Debe tratarse de cuestiones de competencia federal no penal.
Ello implica que queda descartada su procedencia cuando se trate de cuestiones ventiladas ante
los tribunales provinciales y aquellas materias que siendo de naturaleza federal se refiere a asuntos
penales. La razón de esta última exclusión obedece a que “el principio de la doble instancia en
estos casos, es un requisito constitucional insoslayable en virtud del Pacto de San José de Costa
Rica y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos”, tal como se afirma en el Proyecto.
Es dable advertir cómo la existencia de una gravedad institucional flexibiliza la presencia de ciertos
requisitos que no pueden obviarse en materia de recurso extraordinario. Nos referimos,
básicamente al tema de las medidas cautelares que como se sabe, como regla no son
considerados sentencia definitiva a los fines del remedio federal.
Sin embargo, es importante destacar que a los efectos del recurso por salto de instancia deben
considerarse impugnables por esta vía las decisiones relativas a medidas cautelares pues en los
fundamentos del Proyecto se indica que “en aquellos supuestos en que se reúnan las condiciones
para que las medidas cautelares, conforme a los criterios esbozados por los diferentes fallos, se
equiparen a las sentencias definitivas en sus efectos o se demuestre que pueden ocasionar
perjuicios de insuficiente o imposible reparación ulterior, en conjunto con las demás circunstancias
previstas en el nuevo art., 257 vis, la Corte podrá hacer lugar la per saltum”.
Por otra parte, resulta imperioso poner de resalto que la decisión que se pretende cuestionar por
ese cauce excepcional debe haber emanado del juez de primera instancia habida cuenta que lo
que se pretende es evitar el tránsito por la Cámara de Apelaciones. En ese orden ideas, en el
Proyecto se afirma que “Al ubicarnos en la competencia de apelación de la Corte, en el orden de
las instancias federales, la sola alternativa posible es –previo necesario fallo de primera instancia
“judicial”- el salto de la segunda, es decir la Cámara Federal”.
Justamente, ese fue el motivo por el cual la Corte rechazó el per saltum intentado por el Estado
Nacional en la causa “Clarín”18. Allí, se resolvió que atento que el recurso se dirigía contra la
decisión emanada de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal por la
cual se había prorrogado, hasta tanto se dicte sentencia definitiva en la causa, la medida cautelar
18
C.S.J.N., 10/12/12, “Estado Nacional - Jefatura de Gabinete de Ministros s/ interpone recurso extraordinario
por salto de instancia en autos: Grupo Clarin S.A. s/ medidas cautelares expte. n° 8836/09".
dictada en favor de la actora, debía ser desestimado dado que no había sido interpuesto contra una
decisión dictada por un juez de primera instancia.
En lo concerniente al trámite el art. 257 ter del CPCCN hace algunas presiones pero también
plantea muchos interrogantes.
En primer lugar, se aclara que el recurso extraordinario por salto de instancia debe interponerse
directamente ante la Corte Suprema. Es necesario que el escrito que lo contenga esté debidamente
fundado y que cumplir con el requisito de la autonomía, que luego precisaremos. Es decir, que
debe contener un relato que permita conocer acabadamente la situación del expediente. En cuanto
al plazo se precisa que debe ser interpuesto dentro de los diez días de notificada la resolución que
se pretende cuestionar ante los estados de la Corte. Entendemos que en estos casos el término
debe ser prolongado en razón de la distancia en los términos del art. 158 del CPCCN.
Rechazo in limine. La Corte Suprema se encuentra habilitada para rechazar in limine el recurso en
aquellos casos en que no se cumpla con los requisitos para su procedencia que hemos analizado.
Para esos supuestos, el legislador dispuso que en ese caso “proseguirá la causa según su estado y
por el procedimiento que corresponda”. Esa afirmación nos deja muchas dudas ya que pueden
darse varias posibilidades. En primer lugar puede ocurrir que quien interpuso el per saltum también
halla interpuesto el recurso ordinario correspondiente, con lo cual si se rechaza el salto de instancia
conserva el primero. Esta parece las más lógica pero habilita a que siempre se intente el per saltum
ya que en caso de rechazo no genera ningún riesgo procesal. La segunda opción es que el
Legislador considere que rechazado el salto de instancia pueda volver e interponer los recursos
que correspondan. Sin embargo ello nos genera dudas dado que se habrán vencido los plazos.
Si lo estimare necesario para mejor proveer, podrá requerir al Tribunal contra cuya resolución se
haya deducido el mismo, la remisión del expediente en forma urgente.
C.- REQUISITOS FORMALES
1.- Introducción de la cuestión federal. Debe interponerse de una manera oportuna y suficiente la
cuestión federal y luego mantenerse en todas las instancias. Ello significa que el recurrente debe
poner de resalto en la primera oportunidad procesal la presencia de la cuestión federal.
A los fines de regular lo relativo a los requisitos formales que debe cumplir el recurso extraordinario
federal y la queja por denegación del dicho remedio, la Corte Suprema dictó la Acordada 4/2007 19,
procurando, de ese modo, homogeneizar las presentaciones que se efectúen y ordenar el trámite
en esa instancia.
La aprobación de la Acordada 4/2007 pone de resalto la intención del Alto Tribunal de lograr la
disminución de la cantidad de causas que son sometidas a su resolución.
En esa reglamentación se regulan los renglones, las páginas, tipo de letra y demás recaudos de
presentación, así como los documentos que deben acompañarse a esa presentación.
A partir de su vigencia20 la Corte ha sido muy estricta en su aplicación. Así en la causa “Fay, Juan
Horacio”21 frente al recurso de queja interpuesto por una entidad bancaria en contra de la
resolución del tribunal inferior que había rechazado el remedio federal intentado, la Corte federal
decidió desestimar la presentación en virtud del incumplimiento de la aludida Acordada.
En el caso, la recurrente había omitido acompañar copia de la decisión impugnada mediante el
recurso extraordinario federal y de la resolución denegatoria del mismo, junto con la pieza
recursiva, desobedeciendo, de ese modo, lo prescripto por el art. 7º en sus incisos a) y d).
En segundo lugar, en la causa “Rearte, Enrique Alberto”22 ante el recurso de queja interpuesto por
el Ministerio de Economía de la Nación en contra de la resolución emanada de Sala II de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, el Máximo Tribunal también
dispuso el rechazo de esa presentación.
A diferencia del precedente analizado, en esta oportunidad, la base normativa para la
desestimación del recurso se halló en el incumplimiento de los arts. 4 y 5 de dicho reglamento.
Cabe destacar, que la primera de esas disposiciones prescribe las exigencias formales y de estilo
que debe reunir la presentación por denegación del remedio federal y el segundo, obliga al
19
Sobre este aspecto puede verse: BUTELER, Alfonso, “La Corte Suprema y la aplicación de la Acordada
4/2007”, La Ley, 16/11/2007, pag. 6.
20
B.O. 21/03/2007.
21
C.S.J.N., 14/10/2007, Fay, Juan Horacio y otro c/ Poder Ejecutivo Nacional y otros”, F. 524. XLIII.
22
C.S.J.N., 17/10/07, “Rearte, Enrique Alberto c/ Poder Ejecutivo Nacional”, R. 742. XLIII.
recurrente a acompañar una carátula en la cual se deben consignar los datos exigidos por el art. 2
así como otros extremos dispuestos por dicha norma23.
En ambas decisiones y a los fines de su rechazo, el Alto Tribunal hizo uso de la facultad prevista
por el art. 11 de dicho reglamento que lo autoriza a desestimar la apelación mediante la sola
mención de la norma reglamentaria pertinente para el caso en que el recurrente no haya satisfecho
alguno de los recaudos exigidos o que lo haya hecho de una manera deficiente.
Sin dudas, que de todas las disposiciones que integran ese plexo normativo la norma que más
interrogantes plantea es el mentado artículo que autoriza a desestimar aquellas presentaciones que
no cumplan con los recaudos exigidos por la Acordada con la sola mención de la cláusula
reglamentaria pertinente.
Luego, esa norma establece que ese límite formal no es absoluto, pues la Corte puede valorar,
según su sana discreción, si el incumplimiento de los recaudos no constituye un obstáculo
insalvable para la admisibilidad de la presentación recursiva.
Como podrá advertirse, esa norma ha consagrado una especie de gravedad institucional que le
permitirá a la Corte ingresar al fondo de la cuestión planteada más allá de la inobservancia de las
exigencias rituales.
Ahora bien, cabe preguntarse si esa valoración también puede ser efectuada por el tribunal
superior de la causa al momento resolver la concesión del recurso extraordinario o esa si
herramienta solo puede ser utilizada por la Corte.
A los efectos de dilucidar la cuestión, merece atención interpretativa el hecho de que la norma
objeto de comentario luego de prescribir que los recursos que no cumplan con las exigencias
formales se reputarán inoficiosos establezca que “Del mismo modo deberán proceder los jueces o
tribunales cuando denieguen la concesión de recursos extraordinarios por no haber satisfecho los
recaudos impuestos por esta reglamentación”.
Esa disposición parece solamente estar dirigida a la declaración de inoficiosidad de las
presentaciones que omitan cumplir con la Acordada sin perjuicio de lo cual, no encontramos
obstáculo alguno para que el tribunal superior de la causa pueda hacer uso de aquella posibilidad.
23
Por su parte, el 5° establece que la pieza recursiva “Contendrá una carátula en hoja aparte en la cual deberán
consignarse exclusivamente los datos previstos en el art. 2°, incisos a, b, c, d y e; y, además: f) la mención del
organismo, juez o tribunal que dictó la resolución denegatoria del recurso extraordinario federal, como así
también de los que hayan intervenido con anterioridad en el pleito; g) la fecha de notificación de dicho
pronunciamiento; h) la aclaración de si se ha hecho uso de la ampliación del plazo prevista en el art. 158 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación; i) en su caso, la demostración de que el recurrente está exento
de efectuar el depósito previsto en el art. 286 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
recurso debe bastar por sí mismo y contener todos los elementos que permitan analizar su
procedencia.
Para la Corte Suprema ello implica que el recurso “debe contener un relato claro y sucinto de los
hechos de la causa, de la cuestión federal en debate y de la relación que habría entre ésta y
aquéllos, como así una crítica concreta y razonada de los fundamentos en que se basa la
decisión del a quo”24.
24
Fallos 305:706.
25
Fallos, 207:72.
26
Fallos, 239:126, 237:74.
27
Cfr. PALACIO DE CAEIRO, S. op. cit., pag. 38.
La causal por gravedad institucional
Con la causal de la gravedad institucional, la C.S.J.N. flexibiliza el cumplimiento de ciertos recaudos
de admisibilidad del recurso extraordinario, justamente, por estar involucrado un interés institucional
que excede la pretensión de las partes del juicio y compromete a la comunidad entera. Por lo
común, la Corte no es exigente con el cumplimiento del recaudo de la existencia de un gravamen
irreparable o de sentencia definitiva (en los casos de Per Saltum)
Dicha circunstancia pone de resalto el rol político que tiene el Máximo Tribunal Federal de la
Nación y el deber de la protección de interés público.
Su creación también tiene un origen pretoriano cuyo origen se remonta a la causa “Jorge
Antonio”28 de 1960. En esa oportunidad el tribunal señaló que “Lo mismo que la ausencia de
interés institucional que la jurisprudencia contempla, por regla general con el nombre de
´cuestiones federales insustanciales´, autoriza el rechazo de plano de la apelación extraordinaria
[...] así también la existencia de aspectos de gravedad institucional puede justificar la intervención
del Tribunal superando los ápices procesales frustratorios del control constitucional de esta Corte.
Se trata, en efecto , de condiciones pertinentes para la eficiencia del control de constitucionalidad y
de la casación federal que esta Corte debe cumplir”.
Sin embargo, como vimos, con la inclusión en el art. 257 bis del CPCCN existe actualmente en el
sistema jurídico una definición de gravedad institucional. Recordamos que allí se señala que
“Existirá gravedad institucional en aquellas cuestiones sometidas a juicio que excedan el interés de
las partes en la causa, proyectándose sobre el general o público, de modo tal que por su
trascendencia queden comprometidas las instituciones básicas del sistema republicano de gobierno
o los principios y garantías consagrados por la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales
por ella incorporados.”
Jurisprudencia
Como vimos en los puntos anteriores ha sido la jurisprudencia de la Corte Suprema Nacional la que
ha ido delineando los contornos del recurso extraordinario federal, tanto por la existencia de una
cuestión federal pero sobre todo por arbitrariedad o por gravedad institucional. Para ampliar puede
verse el Capítulo XIII y XIV de la bibliografía básica.
Trámite procesal
A partir del art. 256 del CPCCN se encuentra regulado el trámite del recurso extraordinario federal.
Éste debe ser interpuesto por escrito, de una manera fundada ante el tribunal superior de la causa
28
Fallos, 248:189.
que dictó la resolución que lo motiva, dentro del plazo de diez días contados a partir de la
notificación.
Del mismo se dará traslado por diez días a las partes contrarias. Una vez contestado el traslado, o
fenecido el plazo para hacerlo, el tribunal de la causa decidirá sobre la admisibilidad del recurso,
para lo que deberá analizar la concurrencia de los recaudos analizados en los puntos anteriores.
Si estima conveniente su concesión deberá notificarlo a las partes restantes y remitir las
actuaciones a la Corte Suprema dentro del plazo de cinco contados desde la última notificación.
Una vez que la causa se encuentre en los estrados de la Corte esa circunstancia implicará el
llamamiento de autos para dictar sentencia.
En esta instancia, el art. 280 del CPCN que fue instaurado por por la Ley 23.77429 le concede la
facultad a la Corte de acuerdo a su “sana discreción”, de rechazar el recurso extraordinario, por
falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o
carentes de trascendencia con la sola invocación de esta norma, lo que técnicamente se conoce
como writ of certiorari30.
29
B.O. 16/04/1990.
30
Sobre el tema puede consultarse: GELLI, María Angélica, “El writ of certiorari en perspectiva”, L.L. 1994-B,
Quedarán exceptuados de realizar dicho depósito quienes se encuentre exentos de pagar sellado o
tasa judicial, conforme a las disposiciones de las leyes nacionales respectivas, tal como ocurre en
materia penal o frente a la tramitación de un beneficio de litigar sin gastos, o determinadas
cuestiones en materia previsional.
Ese depósito será devuelto al interesado si la queja fuera declarada admisible por la Corte. Si el
recurso es desestimado o si se declara la caducidad de instancia, el depósito se perderá y será
destinado a las bibliotecas de los tribunales nacionales de todo el país.
Bibliografías de referencia
Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo
II. Córdoba: Alveroni Ediciones.
Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial
Universidad.
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SUMARIO
La acción declarativa deducida por una empresa prestataria del servicio público de autotransporte -inscripta en el
Registro Nacional del Transporte Automotor de Pasajeros- contra la Provincia de Córdoba a fin de que se declare la
inconstitucionalidad de los arts. 1° y 2° de la ley 8669 y 2° de su decreto reglamentario 254/03, no tiene un carácter
simplemente consultivo ni importa una indagación meramente especulativa, sino que responde a un "caso" y busca
precaver los efectos de actos a los que se atribuye ilegitimidad y lesión al régimen constitucional federal.
CONTENIDO RELACIONADO
Legislación
Otros Sumarios
Medidas cautelares, medida de no innovar, transporte interjurisdiccional, transporte de pasajeros, provincias, sistema
federal
Corresponde decretar la prohibición de innovar y hacer saber a la Provincia de Córdoba que deberá abstenerse de
adoptar medidas que impidan o perturben a la empresa que planteó la inconstitucionalidad de la ley provincial 8669 el
libre ejercicio del
Medidas cautelares
Como resulta de la naturaleza de las medidas cautelares, ellas no exigen de los magistrados el examen de la certeza
sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud. Es más, el juicio de verdad en esta materia se
encuentra
Medidas cautelares
Si bien por vía de principio las medidas cautelares no proceden respecto de actos administrativos o legislativos habida
cuenta de la presunción de validez que ostentan, tal doctrina debe ceder cuando se los impugna sobre bases prima facie
Hábeas Data
Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
Hábeas Data
La acción de habeas data busca lograr el conocimiento de la información personal que se
encuentre en un banco de datos o registro sea público o privado y en su caso lograr su supresión,
modificación, actualización, reserva, entre otras finalidades.
El Art. 43 de la C.N. señala en su 3º párrafo que “Toda persona podrá interponer esta acción para
tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o
bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o
discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos.
No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística.”
La Ley 25.3261 que regula lo relativo a los datos personales dispone en su Art. 1º que el objeto de
ese cuerpo normativo es “la protección integral de los datos personales asentados en archivos,
registros, bancos de datos, u otros medios técnicos de tratamiento de datos, sean éstos públicos,
o privados destinados a dar informes, para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las
personas, así como también el acceso a la información que sobre las mismas se registre, de
conformidad a lo establecido en el artículo 43, párrafo tercero de la Constitución Nacional. En
ningún caso se podrán afectar la base de datos ni las fuentes de información periodísticas”.
En cuanto a la naturaleza jurídica del habeas data existen dos posiciones doctrinarias bien
marcadas. Por un lado, quienes sostienen que se trata de un proceso autónomo que posee un bien
jurídico tutelado diferente al de otros remedios constitucionales. Por otro lado, se entiende que es
una especie de amparo en virtud de las siguientes razones: 1) La ubicación en el texto
constitucional dentro del Art. 43; 2) La Ley de Protección de Datos Personales (25.326) que la trata
como tal.
Clases. Existen en nuestro sistema jurídico diversas modalidades de habeas data entre las que
se destacan las siguientes:
1) Informativo: Mediante el mismo se procura acceder a la información personal que se
encuentre en un registro o base de datos.
2) Aditivo: Una vez que se ha logrado el conocimiento de la información se persigue la
actualización de datos personales.
3) Rectificador: Busca la rectificación de datos erróneos que se hallen en un registro o base de
datos. Art. 16.6 de la Ley de datos personales establece que durante el proceso de verificación y
rectificación del error o falsedad de la información que se trate, el responsable o usuario del banco
1
B.O. 2/11/2000.
de datos deberá o bien bloquear el archivo, o consignar al proveer información relativa al mismo la
circunstancia de que se encuentra sometida a revisión.
4) Reservador: Se utiliza a los fines de que se disponga la confidencialidad de la información que
se considera sensible.
5) Cancelatorio: tienen por objeto la supresión de información sensible que afecte los derechos de
intimidad, ideología política, religiosa, sexual, otros, que se pretendan utilizar son fines
discriminatorios. La supresión no procede cuando pudiese causar perjuicios a derechos o intereses
legítimos de terceros, o cuando existiera una obligación legal de conservar los datos (Art. 16.5 de la
Ley 25.326)
En el caso 1) el conocimiento de la información tiene un objetivo inmediato. En el resto de las
especies de habeas data es mediato porque se procura el acceso a los fines de solicitar su
modificación, supresión, actualización, confidencialidad, según corresponda.
Legitimación activa: Pueden promover la acción tanto las personas jurídicas debidamente
representadas como físicas, sus tutores, curadores, y los sucesores de estas últimas sean en línea
directa o colateral hasta el segundo grado.
En tal sentido el Art. 13 de la Ley 25.326 establece que “Toda persona puede solicitar información
al organismo de control relativa a la existencia de archivos, registros, bases o bancos de datos
personales, sus finalidades y la identidad de sus responsables”. A su vez, se permite la
participación del Defensor de Pueblo en carácter de coadyudante. (Art. 33)
Legitimación pasiva: sólo puede exigirse la información que se halle en bancos de datos públicos
o privados destinados a brindar información.
Habeas data y derecho de acceso a la información pública. Ya hemos dicho que el habeas
data tiene por objeto el conocimiento de la información personal que se encuentre en bancos de
datos público o privados. En cambio, mediante el derecho de acceso a la información pública lo que
se persigue es el conocimiento de una información pública (no privada!!!) que detenta una autoridad
estatal o privada que lleve adelante algún cometido estatal y que está vinculada con la publicidad
de los actos de gobierno.
Además, el remedio previsto en el Art. 43 exige, para el habeas data, una legitimación especial y
mucho más restrictiva que para el derecho de acceso a la información pública. En el habeas data
se permite la modificación y supresión de la información. En cambio, en derecho de acceso a la
información pública sólo el acceso y su conocimiento.
Procedimiento previo. El Art. 14 de la Ley dispone que los legitimados pasivos pueden obtener
información de sus datos personales a los bancos de datos públicos, o privados destinados a
proveer informes. La información solicitada deberá ser proporcionada dentro de los diez días
corridos de haber sido intimado fehacientemente. Una vez que ha vencido el plazo para ello sin su
satisfacción o si evacuado el informe, éste se estimara insuficiente, quedará expedita la acción de
protección de los datos personales o de hábeas data prevista.
Régimen Procesal La acción de hábeas data tramitará de acuerdo a las disposiciones de la ley
25.326 y por el procedimiento que corresponde a la acción de amparo común. Supletoriamente, se
regirá por las normas del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, en lo atinente al juicio
sumarísimo. (Art. 37)
Trámite procesal. Una vez admitida la acción por el tribunal el juez requerirá al archivo, registro o
banco de datos la remisión de la información concerniente al accionante. Podrá, asimismo, solicitar
que dentro de los cinco días informes sobre el soporte técnico de datos, documentación de base
relativa a la recolección y cualquier otro aspecto que resulte conducente a la resolución de la causa
que estime procedente.
Según el Art. 40, al momento de evacuar el informe los demandados no podrán alegar la
confidencialidad de la información como impedimento para denegar la información, salvo el caso en
que se afecten las fuentes de información periodística.
En aquellos casos en que un archivo, registro o banco de datos público se oponga a la remisión del
informe solicitado por el juez invocando excepciones al derecho de acceso, rectificación o
supresión, autorizadas por la presente ley o por una ley específica; deberá acreditar los extremos
que hacen aplicable la excepción legal. En tales casos, el juez podrá tomar conocimiento personal y
directo de los datos solicitados asegurando el mantenimiento de su confidencialidad.
Al contestar el informe, el archivo, registro o banco de datos demandado deberá poner en
conocimiento las razones por las cuales incluyó la información cuestionada y aquellas por las que
no evacuó el pedido efectuado por el interesado.
Una vez que se ha contestado el informe, el actor tendrá la posibilidad, dentro de los tres días de
ampliar el objeto de la demanda solicitando la supresión, rectificación, confidencialidad o
actualización de sus datos personales, ofreciendo en el mismo acto la prueba pertinente. De esta
presentación se dará traslado al demandado por el mismo plazo.
Una vencido el término para contestar el informe, o si el mismo ha sido contestado (al igual si se
verifica el supuesto de ampliación), el juez dictará sentencia, especificando si la información debe
ser suprimida, rectificada, actualizada o declarada confidencial, estableciendo un plazo para su
cumplimiento.
Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
La acción de inconstitucionalidad
Las distintas variantes del control de constitucionalidad por vía de
acción.
Como vimos en la Unidad 5 el control de inconstitucionalidad de una norma puede ser
efectivizado tanto por vía de acción como de excepción.
A partir de ello, tal como lo destaca Torricelli2, en la actualidad, podemos encontrar en el derecho
comparado tres variantes al control de constitucionalidad por vía de acción:
1) Acción concreta de inconstitucionalidad, que requiere para su procedencia de una causa o
controversia entre partes, esto es de una afectación particularizada de un derecho
constitucional. Esa circunstancia es el motivo por el cual la sentencia sólo alcanza a las
partes;
2) Acción abstracta de inconstitucionalidad, en la cual no se requiere la afectación concreta de
un derecho. Es propia de los sistemas de control de constitucionalidad concentrado. Por lo
general, la sentencias tienen efectos erga omnes; y
3) Acción directa de inconstitucionalidad, en donde si bien quien promueve la demanda de
inconstitucionalidad posee un interés jurídico diferenciable, resultan alcanzados por los
efectos de la norma que se ataca todos los que se encuentran dentro de su ámbito de
aplicación.
2
TORRICELLI, Maximiliano, “La acción de inconstitucionalidad” en AA.VV. Derecho procesal
constitucional, (Manili, Pablo L., coord.), Buenos Aires, Edit. Universidad, 2005, pág. 265 y ss.
3
Fallos, 307:1379.
legitimada en contra de una norma que se considera inconstitucional y que provoca un daño futuro
pero cierto en el actor4. Por ese motivo, la sentencia que se dicte sólo va a alcanzar a las partes del
pleito.
Como fundamento normativo de esa acción se ha utilizado el Art. 322 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación. Esa disposición establece que “Podrá deducirse la acción que tienda a
obtener una sentencia meramente declarativa, para hacer cesar un estado de incertidumbre sobre
la existencia, alcance o modalidades de una relación jurídica, siempre que esa falta de certeza
pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor y éste no dispusiere de otro medio legal para
ponerle termino inmediatamente”.
Como podrá advertirse, esa norma adjetiva, se refiere a la acción declarativa de certeza y no a la
acción declarativa de inconstitucionalidad que, por la envergadura de su objeto, desborda el
marco conceptual establecido por esa disposición procesal. A pesar de ello, la Corte sigue
utilizando esa disposición normativa como fundamento de su existencia en el sistema federal.
Aunque la Corte ha ido relativizando esa exigencia5, debe tenerse presente que el Art. 322 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación requiere para su procedencia la inexistencia de
otro medio legal posible como condición ineludible a la presencia de esta acción.
4
BIANCHI, A., Control de Constitucionalidad, op. cit, T. 1, pág. 262 y ss.
5
Debe tenerse presente que la Corte ha ido atenuando ese criterio (Cfr. TORRICELLI, Maximiliano, “La
acción de inconstitucionalidad”, AA.VV. Derecho procesal constitucional, (Pablo L. Manili, coord.), Buenos
Aires, Edit. Universidad, 2005, 1ª Ed., pág. 285)
6
Fallos, 307:1379.
La acción autónoma de inconstitucionalidad en la Provincia de
Córdoba.
En la Provincia de Córdoba por vía constitucional (Art. 165 Inc. 1°) se dio nacimiento a la acción
directa de inconstitucionalidad como un mecanismo para cuestionar las leyes, decretos,
reglamentos, resoluciones, Cartas Orgánicas y ordenanzas, que estatuyan sobre materia regida por
esta Constitución, y se controviertan en caso concreto por parte interesada. La acción tiene un claro
objeto preventivo por el cual se procura evitar que la norma inconstitucional se aplique y provoque
un gravamen.
Este tipo de acción no requiere una aplicación concreta de la norma general que se cuestiona sino
que, a los fines de su procedencia, resulta suficiente que quien reclama se encuentre entre sus
destinatarios y que la norma violente materia regida Constitución Provincial sin perjuicio de que
también afecte normas de carácter federal.
En estos casos corresponde la competencia originaria del Tribunal Superior de Justicia que debe
resolver la cuestión en pleno. El examen de admisibilidad debe hacerse con criterio restrictivo dada
la extraordinariedad de la competencia originaria, exclusiva y plena del TSJ.
Como puede advertirse el sistema de control de constitucionalidad en Córdoba es de carácter
mixto, ya que para cuestionar normas generales que todavía no se han aplicado de una manera
concreta resulta procedente la acción directa de inconstitucionalidad que debe promoverse ante el
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia. En cambio, para los casos en que se trate de actos
individuales o de normas generales que ya han tenido aplicación, la vía correspondiente es la
acción de amparo o su planteo como vía incidental, según corresponda pero ante la primera
instancia.
7
T.S.J., Sala Cont.adm. “Alberti, Huber Oscar C/ Pcia. de Córdoba- Acción Autónoma de
Inconstitucionalidad, 8/6/99.
8
T.S.J., 4/10/2004, “Contreras Garay Carla C/ Municipalidad de Mendiolaza- Acción Autónoma de
Inconstitucionalidad, 8/6/99.
mediante la cual los accionantes procuran superar la situación de falta de certeza en cuanto
a una probable lesión futura que se materializaría de ponerse en ejecución la normativa
cuestionada en su regularidad constitucional. Dicho interés se concreta, frente a la
posibilidad de ver afectada su zona de interés por la efectiva aplicación de la norma
cuestionada, en cuyo mérito, la declaración judicial se presenta como un medio necesario
para evitar dicha eventualidad, disipando la incertidumbre en torno a los alcances de la
relación jurídica que vincula a los actores9.
La acción declarativa de inconstitucionalidad de una ordenanza municipal habilita la
competencia originaria y exclusiva del Tribunal Superior de Justicia, en tanto se discuta la
cuestión constitucional “en caso concreto”, por “parte interesada” y la misma estatuya sobre
“materia regida por la Constitución de la Provincia”. 2- Tratándose de una acción
declarativa de inconstitucionalidad (Art. 165 Inc. 1º, ap. “a” de la Constitución Provincial), la
misma participa de la naturaleza de las acciones declarativas de certeza o meramente
declarativas (Arts. 413 y 418 Inc. 3º, C.P.C. y C.), por lo que corresponde adoptar el
procedimiento de juicio abreviado, previsto en los Arts. 507 y ss. del CPC. 3- La acción
declarativa de inconstitucionalidad, aunque se trate de una acción declarativa de certeza no
excluye la procedencia de medidas cautelares, en tanto se den los demás requisitos
necesarios para su admisión: a) verosimilitud del derecho invocado; b) peligro en la
demora; c) la cautela no pudiere obtenerse por medio de otra medida precautoria y d)
contracautela (Art. 483 y cc. C.P.C. y C.), en cuya ponderación los razonamientos lógicos
no deben someterse a un rigorismo tal que las haga inadmisibles en la práctica. Cuando se
cuestiona en su validez constitucional una ordenanza dictada por la Municipalidad, la cual
constituye ley en sentido estricto y que emana de una autoridad instituida por la
Constitución Provincial, el criterio de mesura para ponderar la concurrencia de las
exigencias legales condicionantes para el otorgamiento de una tutela cautelar debe ser
restrictivo. Lo contrario, conllevaría al riesgo de suspender la vigencia de una ley que goza
de la presunción de constitucionalidad, en virtud de haber sido dictada en observancia de
los procesos de formación, sanción, promulgación y publicación, establecidos legalmente,
con serio riesgo que tal medida comprometa la eficacia del ejercicio de los poderes
públicos. Así como sólo una arbitrariedad o ilegalidad manifiesta u ostensible justifican la
suspensión de los actos administrativos de carácter individual, con mayor razón tal
9
T.S.J., 16/12/2004, “Petrodual S.R.L. C/ Municipalidad de San Francisco- Acción Autónoma de
Inconstitucionalidad.
recaudo debe exigirse y acreditarse fehacientemente cuando se pretenda la suspensión
provisional de una ley10.
10
T.S.J., 28/12/2000, “Comisión Permanente Fiesta Nacional del Olivo C/ Municipalidad de Cruz del Eje -
Acción Autónoma de Inconstitucionalidad”.
Bibliografías de referencia
Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo
II. Córdoba: Alveroni Ediciones.
Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial
Universidad.
La protección de
los derechos
específicos
Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
La protección de los derechos específicos
Habeas Corpus
El habeas corpus es un mecanismo constitucional de protección de la libertad física, corporal o de
locomoción de las personas.
Este instituto que ya fuera contemplado en nuestro país por el Art. 20 de la Ley 48, ha tenido una
regulación normativa a partir del dictado de la Ley 23.098 en 1984. Esta última contiene una parte
sustantiva que se aplica a todo el territorio nacional y por ende a las provincias y una parte procesal
que sólo rige para el ámbito federal.
Por su parte, la C.N. establece en el Art. 43 4º párrafo que “Cuando el derecho lesionado,
restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la
forma o condiciones de detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de
hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá
de inmediato, aún durante la vigencia del estado de sitio”.
Clases de habeas Corpus. Entre las clases de este proceso constitucional podemos destacar a
las siguientes:
1) Clásico o reparador: Procede contra actos u omisiones que atenten contra la libertad
física o la impidan sin orden de autoridad competente.
2) Preventivo: Funciona en las hipótesis de amenazas ciertas en inminentes que atenten
contra la libertad física de una persona.
3) Correctivo: Puede ser utilizado para los casos en que se agravan las condiciones de la
restricción de la libertad dispuesta legalmente.
4) Restringido: Debe ser utilizado en los supuestos de molestias que perturben o alteren la
libertad física sin llegar a su privación. V.gr. seguimiento a una persona.
5) Por desaparición forzada: Tiene por objeto hacer cesar el estado de desaparición
forzada de personas y lograr su localización.
6) De oficio: El inicio y la prosecución del trámite la realizan directamente los tribunales sin
que exista pedido de parte interesada.
7) Colectivo: El pedido de habeas corpus involucra a varias personas. La Corte Suprema
Nacional le hizo lugar a este tipo de reclamos en la causa “Mignone” (2002) para que las
personas privadas de la libertad pudieran votar en las elecciones.
8) Durante el Estado de sitio: Esta clasificación ha sido receptada directamente en el texto
constitucional. Por su parte, la Ley 23.098 en su Art. 4º tiene previsto que “Cuando sea
limitada la libertad de una persona en virtud de la declaración prevista en el Art. 23 de la
Constitución Nacional, el procedimiento de hábeas corpus podrá tender a comprobar, en el
caso concreto: 1° La legitimidad de la declaración del estado de sitio; 2° La correlación entre
la orden de privación de la libertad y la situación que dio origen a la declaración del estado
de sitio; 3° La agravación ilegitima de la forma y condiciones en que se cumple la privación
de la libertad que en ningún caso podrá hacerse efectiva en establecimientos destinados a
la ejecución de penas; 4° El efectivo ejercicio del derecho de opción previsto en la última
parte del Art. 23 de la Constitución Nacional”
9) Contra Particulares: Funciona en aquellos supuestos en que la privación de la libertad o
su agravamiento provenga de una actividad de particulares. V.gr. Instituto psiquiátrico.
Legitimación. El habeas corpus puede ser solicitado por el detenido o afectado, sus parientes,
abogados y cualquier persona a su favor. Recordamos que también procede de oficio.
Trámite. A partir del Art. 11 de la ley 23.098 se regula lo relativo al trámite de esta acción. En tal
sentido, se señala que “Cuando se tratare de la privación de la libertad de una persona, formulada
la denuncia el juez ordenará inmediatamente que la autoridad requerida, en su caso, presente ante
él al detenido con un informe circunstanciado del motivo que funda la medida, la forma y
condiciones en que se cumple si ha obrado por orden escrita de autoridad competente, caso en el
cual deberá acompañarla, y si el detenido hubiese sido puesto a disposición de otra autoridad a
quien, por qué causa, y en qué oportunidad se efectuó la transferencia”.
Para los casos en que se trata de amenaza actual de privación de la libertad de una persona, el
juez competente ordenará que la autoridad requerida presente el aludido informe.
En cambio, si se desconoce cuál es la autoridad que detenta la persona privada de su libertad o de
la cual emana el acto que ha sido denunciado como lesivo, el juez librará la orden a los superiores
jerárquicos de la dependencia que la denuncia indique.
La última parte de ese precepto normativo prescribe que “Cuando un tribunal o juez de jurisdicción
competente tenga conocimiento por prueba satisfactoria de que alguna persona es mantenida en
custodia, detención o confinamiento por funcionario de su dependencia o inferior administrativo,
político o militar y que es de temerse sea transportada fuera del territorio de su jurisdicción o que se
le hará sufrir un perjuicio irreparable antes de que pueda ser socorrida por un auto de hábeas
corpus, pueden expedirlo de oficio, ordenando a quien la detiene o a cualquier comisario, agente de
policía u otro empleado, que tome la persona detenida o amenazada y la traiga a su presencia para
resolver lo que corresponda según derecho”.
Lo ordenado por el juez debe ser cumplido de manera inmediata por la autoridad requerida, salvo
que el juez haya determinado un plazo específico de cumplimiento. Si por un impedimento físico el
detenido no pudiera ser llevado a presencia del magistrado, éste si lo estima necesario podrá
constituirse donde se encuentra el afectado y aún autorizar a un familiar o persona de confianza
para que lo vea en su presencia.
Desde el conocimiento de la orden el detenido quedará a disposición del juez que la emitió para la
realización del procedimiento.
Debe tenerse presente que la orden emanada del tribunal implicará para la autoridad requerida la
citación a la audiencia. La persona que se encuentra privada de su libertad deberá estar siempre
presente.
La audiencia comenzará con la lectura de la denuncia y el informe. Luego el juez interrogará al
amparado proveyendo en su caso a los exámenes que correspondan. Dará oportunidad para que
se pronuncien la autoridad requerida y el afectado, personalmente o por intermedio de su asistente
letrado o defensor.
Si por pedido de las partes o de oficio o el juez considera necesario la producción de material
probatorio determinará su admisibilidad o rechazo de acuerdo con la utilidad o pertinencia al caso
de que se trata. Finalizada la recepción de la prueba se oirá a los intervinientes.
Una vez finalizada la audiencia se dictará resolución “que deberá versar sobre el rechazo de la
denuncia o su acogimiento, caso en el cual se ordenará la inmediata libertad del detenido o la
cesación del acto lesivo” (Art. 17). El Art. 18 exige que la decisión sea leída inmediatamente por el
juez ante los intervinientes y quedará notificada aunque alguno de ellos se hubiere alejado de la
sala de audiencia.
En contra de esa resolución se podrá interponerse recurso de apelación para ante la Cámara en
plazo de 24 horas, por escrito u oralmente, en acta ante el secretario, pudiendo ser fundado. Se
encuentran habilitados para interponer el mentado recurso el amparado, su defensor, la autoridad
requerida o su representante y el denunciante únicamente por la sanción o costas que se le
hubieren impuesto, cuando la decisión les cause gravamen. El recurso procederá siempre con
efecto suspensivo, salvo en lo que respecta a la libertad de la persona (Artículo 17, Inciso 4°), que
se hará efectiva.
El habeas corpus en la Provincia de Córdoba. El Art. 47 del a Const. Pcial. establece que “Toda
persona que de modo actual o inminente sufra una restricción arbitraria de su libertad personal,
puede recurrir por cualquier medio, por sí o por terceros en su nombre al juez más próximo, para
que tome conocimiento de los hechos, y de resultar procedente, mande a resguardar su libertad o
haga cesar la detención en menos de veinticuatro horas.
Puede también ejercer esta acción quien sufra una agravación ilegítima de la forma y condiciones
en que se cumple la privación de la libertad, sin detrimento de las facultades propias del juez del
proceso. La violación de esta norma por parte del juez es causal de destitución”.
El marco legal del habeas corpus está regulado en los Arts. 464 a 474 del Código Procesal penal
aprobado por la ley 3831.
Legislación
Como dijimos en el punto anterior a nivel nacional además del Art. 43 párrafo 4º la cuestión relativa
al habeas corpus está regulada en la Ley 23.098 y es conocida como la “Ley De la Rúa” en honor al
legislador que fue autor del proyecto.
En la provincia de Córdoba el habeas corpus está regulado en los Arts. 464 a 474 del Código
Procesal penal aprobado por la ley 3831 y en el Art. 47 del a Constitución de la Provincia.
SR.JUEZ:
Quien suscribe, Dr. Hugo Omar Seleme, DNI 20.454.432, titular de la
Cátedra de Ética de la Facultad de Derecho y Cs. Sociales de la Universidad Nacional
de Córdoba, Investigador independiente de CONICET, fijando domicilio a todos los
efectos en la calle Andalucía 1985 Barrio Colón, como director del proyecto de
investigación “Acceso a la justicia” del Sistema Argentino de Información Jurídica
(INFOJUS) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, ante V.S.
respetuosamente comparezco y digo:
I. OBJETO
II. HECHOS
Que en los días 2 y 3 del corriente mes de mayo se llevaron adelante en los
barrios Argüello, Autódromo, Sol Naciente, San Roque, Villa Urquiza, Villa El
Libertador, Müller, Villa El Nylon, San Vicente, Bajo Pueyrredón, Marqués Anexo y
Yapeyú, diferentes operativos de "saturación con fuerte ocupación territorial",
consistentes en el despliegue de más de 1000 efectivos en las zonas afectadas.
Que en declaraciones a la prensa, el Jefe de Policía de la Provincia Sr. Julio
Cesar Suárez admitió la “ocupación en los barrios” llevada adelante por efectivos de
diversas dependencias de la Policía de la Provincia de Córdoba, calificando de exitosos
estos procedimientos e informando la detención de 350 personas.
Que en la mayoría de las detenciones se alegó una supuesta infracción al
Código de Faltas de la Provincia de Córdoba y no la comisión de delitos. Así lo
reconoce el Subjefe de la Policía, Sr. Mario Tornavaca al decir “La mayoría de los
detenidos han evadido los controles, se han hecho persecuciones, y por ello se los ha
puesto a disposición del juez de faltas”.
Que todos los relatos coinciden en que las detenciones que se realizaron
afectaron en su mayoría a jóvenes varones, quienes de forma abusiva y sin motivos
fueron detenidos, pasando entre 12 y 20 horas alojados en calabozos.
1
Que no surge constancia alguna que jueces y fiscales de turno libraran órdenes
de detención.
Que en este contexto uno de los afectados denunció: “Cuando preguntaba por
qué estaba preso, me hacían callar con un chirlo”. Antes de ser liberados recibió una
advertencia: “Pórtense bien, no salgan a la calle, porque estos operativos van a seguir
hasta las elecciones”.
Que en este contexto, otros testigos confirmaron que los policías se guiaban por
cifras para realizar las detenciones de los ciudadanos que pasaron la noche del sábado
detenidos e incomunicados, bajo figuras del Código de Faltas.
Que, por otro lado, el Sr. Jefe de la Policía de la Provincia de Córdoba, Julio
Cesar Suárez, declaró que “Seguiremos entrando a barrios complicados, a barrios
difíciles, a hacer ocupaciones, a controlar a personas, pedir DNI, papeles de las motos”,
afirmó el funcionario.
III. PRUEBA
A los fines de constatar los hechos ocurridos y de verificar la amenaza actual a
la libertad de los vecinos de los barrios anteriormente reseñados ofrezco los siguientes
elementos probatorios:
1) INFORMATIVA. Solicito que se libre oficio:
a) a la Policía de la Provincia de Córdoba: 1) a fin de que informe los operativos
realizados y programados a futuro respecto de los barrios nombrados previamente; 2)
a fin de que informe los motivos de las detenciones llevadas a cabo en tales operativos.
b) al Ministerio Público Fiscal y a los Juzgados de Control a los fines de
constatar la existencia de órdenes de detención de personas domiciliadas o con
residencia habitual en los barrios nombrados en relación a los operativos mencionados.
c) a los medios de comunicación de la Ciudad de Córdoba a fin de que remitan
las declaraciones de vecinos, abogados y referentes sociales sobre los hechos
acontecidos.
2) TESTIMONIAL.
Solicito se cite en calidad de testigo a las personas detenidas en los operativos
llevados a cabo en los barrios mencionados los días 2 y 3 de mayo.
IV. FUNDAMENTOS
Que conforme al art 43 de la Constitución Nacional “Toda persona puede
interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más
idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma
actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta,
derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez
podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva”.
Que de acuerdo al art. 3 inc 1 de la ley 23.098 de Habeas Corpus:
“Corresponderá el procedimiento de hábeas corpus cuando se denuncie un acto u omisión de
2
autoridad pública que implique: 1° Limitación o amenaza actual de la libertad ambulatoria sin
orden escrita de autoridad competente.”
Que la amenaza a la libertad física es un supuesto diferente a aquel en que la
privación de la libertad se ha hecho efectiva. Frente a la amenaza procede el
denominado habeas corpus preventivo.
Que “en lo relativo a estos tipos de habeas corpus la doctrina constitucional señala que
para dar contenido a la amenaza actual deberían computarse las circunstancias del caso y la
reiteración de los hechos por parte de las presuntas autoridades” (Gelli, María Angélica,
Constitución de la Nación Argentina, comentada y concordada, 4ta. Edición, Tomo I, La ley,
Buenos Aires, 2009, pág. 660)”. Que los hechos denunciados se vienen reiterando
sistemáticamente desde 2014. Por ejemplo entre el 13/02 y el 28/05 del 2014, en un
período de 101 días, se realizaron 31 operativos, un operativo de este tipo cada un poco
más de 3 días, (Informe “Criminalización de la pobreza y judicialización de las luchas
políticas/sociales en la provincia de Córdoba” del equipo de investigación El Llano en
Llamas” https://drive.google.com/file/d/0B3q1pGtgs3UDaGlQTGczT2tBV3c/edit).
Que para la procedencia del habeas corpus preventivo “deberá constatarse que la
fuerza de seguridad o autoridad pública ponga en peligro la libertad de una persona en forma
ilegítima, esto es, apartándose de las normas que rigen su actuación funcional” (Cámara
Federal de Apelaciones, Sala B, “GIULIANO, D´ANGELO s/ Habeas Corpus
preventivo” del 25 de septiembre de 2012).
Que la reiteración de las restricciones a la libertad tales como detenciones y
controles, y el reconocimiento por parte de las autoridades de que tales restricciones
forman parte de una política que se seguirá desarrollando en tales barrios, hacen
palmaria la existencia de la amenaza. Esta amenaza constituye una afrenta a la libertad
ambulatoria que se encuentra protegida por la Constitución Nacional en sus arts. 14,
15, 43, último párrafo, 75 inc 22 C.N.; y los Tratados de Derechos Humanos con
jerarquía constitucional en los arts. 6º D.U.D.H.; XVII D.A.D.H.; 3º, 18 y 20 C.A.D.H.; 16
y 24 P.I.D.C.P.; 7º y 8º C.D.N.
Que conforme al art.47 de la Constitución de la Provincia de Córdoba “Toda
persona que de modo actual o inminente sufra una restricción arbitraria de su libertad personal,
puede recurrir por cualquier medio, por sí o por terceros en su nombre al juez más próximo,
para que tome conocimiento de los hechos, y de resultar procedente, mande a resguardar su
libertad o haga cesar la detención en menos de veinticuatro horas”. Desde que el texto
constitucional prevé dos tipos de respuestas distintas a las restricciones de la libertad,
podemos concluir que tales medidas se dirigen a dos tipos distintos de restricciones.
Cuando la Constitución manda a hacer cesar la detención se estaría refiriendo a la
detención ilegal como restricción a la libertad. En tanto que cuando la Constitución
manda a resguardar la libertad se estaría refiriendo a otras restricciones a la libertad
distintas a las detenciones ilegales, tales como la amenaza.
Que en relación a la forma colectiva del habeas corpus se aplican de modo
análogo los argumentos vertidos en el fallo de la Corte Suprema “Verbitsky, Horacio
s/ hábeas corpus”. En el mismo se dijo que “pese a que la Constitución Nacional no
3
menciona en forma expresa el hábeas corpus como instrumento deducible en forma colectiva
(…) en el caso, por estar en riesgo su salud y su vida (…), es lógico suponer que si se reconoce
la tutela colectiva de los derechos citados en el párrafo segundo del art. 43 de la Constitución
Nacional, con igual o mayor razón la Carta Magna otorga las mismas herramientas a un bien
jurídico de valor prioritario y del que se ocupa en especial, no precisamente para reducir o acotar
su tutela sino para privilegiarla” (Fallo 328:1146). Asimismo se considera en el mismo
fallo que “es procedente la interposición de un hábeas corpus colectivo efectuada por una
persona colectiva distinta de los afectados, ya que la peticionaria pretende la modificación de
una situación (…), respecto del goce de derechos básicos que afectan el respeto a su dignidad
humana” (del voto en disidencia parcial del doctor Fayt Fallo 328:1146 ).
Conforme al art. 2 de Ley de Seguridad Ciudadana de la Provincia de Córdoba,
ley 9235, “la seguridad pública estará a cargo exclusivo del Estado Provincial que tiene
por objeto salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así como preservar la
libertad, el orden y la paz pública, implementando políticas públicas tendientes a
asegurar la convivencia y fortalecer la cohesión social, dentro del estado de derecho,
posibilitando el goce y pleno ejercicio, por parte de las personas, de las libertades,
derechos y garantías constitucionalmente consagrados”.
Dado que los hechos mencionados suponen la violación de innumerables
garantías constitucionales y Derechos Humanos, lo que es susceptible de acarrear
responsabilidad internacional del Estado, debe instruirse a quien corresponda con la
finalidad de que se haga cesar con urgencia la vulneración de la libertad de los vecinos
de los barrios mencionados.
Que al solicitar que V.S se pronuncie sobre la constitucionalidad de los
operativos de “saturación con fuerte ocupación territorial” cabe destacar, además, que
se ha establecido: “en los procedimientos de hábeas corpus, debido a su estrecha vinculación
con grave materia constitucional y esenciales derechos de las personas, aparece especialmente
inexcusable la obligación de los jueces de fundar sus decisiones, para que los ciudadanos puedan
sentirse mejor juzgados, para contribuir al mantenimiento del prestigio de la magistratura y,
desde un punto de vista técnico, para que quede documentado que el fallo es derivación
razonada del derecho vigente a la luz de las constancias de la causa y no producto de la
individual voluntad del juez” (Fallos: 302:967, y sentencia del 15 de abril de 2004 en los
autos C. 1002. XXXV, "Cai Wenhuang, Yang Guoqiang y Yang Aiqiong s/ hábeas
corpus").
En relación con la prueba ofrecida y “dada la especial naturaleza del hábeas corpus,
sólo una rápida y eficaz actividad judicial puede lograr su finalidad específica, que no es otra
que resguardar y proteger en forma inmediata la libertad
ambulatoria”(AR/JUR/4206/1998). En igual sentido “la acción de hábeas corpus exige el
agotamiento de las diligencias necesarias para hacer efectiva su finalidad” (Szapiro, Edmundo
Daniel y otra AR/JUR/2844/1984).
4
V. RESERVA DEL CASO FEDERAL PLANTEO DE
INCONSTUTICIONALIDAD RESERVA DE RECURRIR ANTE EL SISTEMA
INTERAMERICANO.
Para el caso de que la autoridad rechace esta acción, hago expresa reserva de
interponer el recurso extraordinario federal, hacer el planteo de inconstitucionalidad y
del caso federal, conforme habilitan la C.N y los términos de la ley 48 que prevé el
recurso extraordinario federal. Ello porque están en juego derechos constitucionales y
otros de igual jerarquía, incluyendo el derecho de acceso a la justicia (pacto de San José
de Costa Rica, Arts.8 y 25).
Asimismo, por incluirse en esta acción derechos consagrados en la Convención
Americana de Derechos Humanos, hago expresa reserva de recurrir por ante el sistema
interamericano de protección de Derechos Humanos.
PETITUM
Por lo expuesto, solicitamos a la autoridad:
I) Tenga por presentado el recurso de Habeas Corpus Colectivo Preventivo.
II) Haga lugar a este recurso de Habeas Corpus y ordene las medidas necesarias
para garantizar el cese de la amenaza a la libertad de los afectados.
III) Diligencie la prueba ofrecida.
IV) Se pronuncie sobre la constitucionalidad de los operativos de saturación
policial.
V) Tenga presente las reservas efectuadas.
Provea de conformidad y SERÁ JUSTICIA