Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Dentro de los principales pasos para iniciar un proyecto, nos encontramos con la fase de
inicio e investigación, la cual lleva su tiempo, dedicación y esfuerzo. Lo mejor es que usando
herramientas online fáciles de manejar y flexibles, podemos poner cuanto antes a realizar
una primera planificación.
Identificar una necesidad para elaborar un proyecto. En esta fase inicial definimos
objetivos generales y específicos. Estos deben ser claros y concretos. Y es que, desde el
principio, debemos saber qué nos hace embarcarnos en la planificación, en la gestión y
ejecución de un proyecto, sea de la complejidad que sea.
Puede suceder que durante el desarrollo del proyecto, se retoquen tantas cosas que parezca
que hemos cambiado por completo el objetivo inicial. Pero no es así. Por ejemplo, al
desarrollar un nuevo software, podemos tener sólo la información del primer bloque de
desarrollo —ya que se suele seguir una metodología Scrum. Esto hace que no sepamos
hacia dónde se dirigirá el proyecto. Sin embargo, siempre tendremos presente que el
producto que vamos a desarrollar cumplirá una necesidad básica para nuestro usuario. De
ahí, partimos con la idea.
PASO 2: investigación
Primera recogida de información. Una vez sepamos la misión del proyecto, es momento
para recoger los datos posibles en esta fase también temprana. Será los necesarios para
comenzar cuanto antes con la primera planificación del proyecto. En la reunión de arranque
—también conocida como Kick-off—, el equipo se reúne para aclarar los primeros puntos
más generales de su trabajo para las próximas semanas.
Sin embargo, también sirve y mucho, para obtener nuevas líneas de investigación. Lo que
quiere decir que surgen dudas, y cuantas más sin responder, mejor. ¿Acaso no es mejor que
salgan las preguntas antes de que sucedan los contratiempos sin respuesta? Así podremos
elaborar un proyecto más eficaz y con mejores tomas de decisión.
Existen metodologías predictivas, orientadas a averiguar cuanto antes las siguientes fases
del proyecto. Con ellas, sabremos dónde están los cuellos de botella, los plazos de entrega
de las actividades, el camino crítico que debemos seguir para terminar el proyecto en el
plazo que marca nuestra planificación predictiva. Lo que quiere decir que nos ayudan a
priorizar las actividades que pueden afectar más en el avance del proyecto.
Tenemos también las metodologías ágiles, diseñadas para gestionar los contratiempos y
cambios de última hora. Es básica para elaborar proyectos con un alto grado de
incertidumbre. Como en el mundo del software, en donde la información suele venir poco a
poco, y sus entregables son por bloques. Las revisiones continuas son básicas para ir
desarrollando el producto o servicio que tenemos entre manos.
Por suerte, desde hace poco, tenemos la posibilidad de usar herramientas online de gestión
de proyectos productivos como Sinnaps, capaces de simplificar y combinar ambas
metodologías al mismo tiempo, gracias a técnicas PERT y CPM. Aplicando las ventajas de
predictivas y ágiles, para lograr adaptar los proyectos a la actual necesidad del mercado.
Gracias a usar metodologías combinadas para elaborar un proyecto, el resultado será
mucho más efectivo y dirigido a las necesidades reales del cliente. Porque el objetivo es
hacer planificaciones que reflejen verdaderamente la realidad de lo que queremos, buscamos
y tenemos.