Investigación Educativa

“Investigación Etnográfica
e
Investigación”

Profesor: Ayala Víctor

Alumna: Villalba Dolly

2020
Profesorado de Educación Superior en
Ciencias de la Educación
 MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACIÓN
DE LA PROVINCIA DE FORMOSA
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE CONTÍNUA Y TÉCNICA
“DON CRISTÓBAL DE AGUIRRE” – CLORINDA

ISFDCyT “DON CRISTOBAL DE AGUIRRE”

PROFESORADO EN EDUCACIÓN SUPERIOR EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

Unidad Curricular: Investigación Educativa

Curso: 4 año. Anual

Profesor: Lic. Victor Ayala

Alumna: Villalba Dolly Leticia

Ciclo lectivo: 2.020

Actividades
A partir de la lectura del texto:

1- Dentro del campo de la pedagogía, ¿cómo se presenta el estudio disciplinar teórico-

práctico?
2- Explicar por qué la importancia de la definición del objeto de estudio
3- Explicar la perspectiva de Foucault respecto a la representación del dominio de la
episteme moderna.
4- Explicar la siguiente frase: “En efecto las ciencias humanas se dirigen al hombre en la
medida en que vive, habla y produce”
5- Explicar la falsa dicotomía entre las dos modalidades de construcción de un saber
acerca de la educación: científica versus filosófica a saber:
a. El problema del perspectivismo disciplinar
b. El problema de la complejidad del objeto
c. El problema del conocimiento de los fines de la educación
6- Nombrar y explicar los requisitos que debe reunir una teoría científica de la educación.

Desarrollo

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1- Según el texto analizado, los autores Yuni y Urbano, mencionan que dentro del
campo de la pedagogía, la Investigación Educativa se presenta como el estudio y
disciplina teórico- practica del saber y del hacer humanos, se reconoce como un
modelo metodológico binario, con un método empírico-experimental (observación y
comprobación), y por otro el método discursivo racional, apoyados en el pensamiento y
en el discurso de la razón acerca de los principios y de los fines de la educación.

2- La importancia de la definición del objeto de estudio de la educación, radica de

manera histórica ya que anteriormente se consideraba a la Educación como objeto de
reflexión de la filosofía, y que respondiera a los patrones de producción y reguladas por
los cánones de este saber. Pero han propuesto demarcar de manera radical el
ambiente de la pedagogía como reflexión filosófica y de las Ciencias de la Educación
como tarea de construcción de un campo disciplinar de base científica, ya que esta
última puede ser abordada desde distintas ciencias fácticas (filosofía, psicología,
sociología, etc), y en diferentes niveles.

3- Superando la dicotomía y orientándose a sistemas que atiendan a la

interconexión entre los diferentes campos, objetos, métodos, y que proporcionan
esquemas interactuantes, Foucault afirma desde una perspectiva abierta y circular, que
la representación del dominio de la episteme moderna debe ser concebida como un
espacio abierto de acuerdo a tres dimensiones:
 Ciencias matemáticas y físico-químicas: el orden es un
encadenamiento deductivo y lineal de proposiciones evidentes y
comprobadas.
 Ciencias: relacionan elementos discontinuos pero análogos estableciendo
relaciones causales y constantes de estructura.
 Reflexión filosófica: como pensamiento de lo mismo.

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4- “En efecto, las ciencias humanas se dirigen al hombre en la medida que

vive, habla y produce”

Esta frase hace referencia a que las Ciencias Humanas, ubicada entre las
grietas de tres saberes (ciencias formales, ciencias fácticas, reflexión filosófica),
configura sus límites y posibilidades, la misma puede servirse en ciertas
ocasiones de las ciencias fácticas, pero lo que define su peculiaridad son las otras
dos dimensiones, la ciencia formal y la filosofía, para la representación sobre que
hace y al mismo tiempo que sabe, el hombre de la vida, del lenguaje, de su
trabajo y de sus relaciones sociales. De esta manera la dimensión representativa
pasa a ser constitutiva del hombre, determinando inevitablemente su actuar, y al
mismo tiempo, su existencia cotidiana condiciona sus esquemas de
representación, provocando dificultades y complicaciones, y en contrapartida
también una riqueza para su estatus epistemológico.

La complejidad implica una dificultad de estructuración clara y universal de

este campo, imposibilitando un orden jerárquico y lineal en las ciencias que se
ocupan del hombre, ya que el desarrollo teórico de sus sistemas, modelos,
técnicas, métodos de verificación y contratación, pueden provocar la aparición de
nuevos esquemas, sectores de pensamiento o la reestructuración parcial o total
de las mismas.

Partiendo de lo anterior nos encontramos inevitablemente con el conflicto de

la relación sujeto y objeto de conocimiento, ya que el hombre ocupa los dos polos
de la relación cognitiva, donde las ciencias humanas tienen por objeto al hombre,
y son elaboradas por el hombre en sus actividades cognitivas, así estas
estructuras se moldean en las actividades que pretendemos conocer.

En resumen las ciencias humanas investigan con los mismos instrumentos

sobre los que recae su análisis.

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5- La falsa dicotomía entre la científica vs filosofía nos habla, que si solo usamos
los métodos de la pedagogía nos quedaríamos con un conocimiento escencilista,
finalista y medida, que no puede dar cuenta de la educación como una actividad, que
sucede en la realidad, con niveles de concreción, y para ello resulta importante superar
esta falta dicotomía, y al circunscribirlo a la ciencia empírica, se nos presentan tres
problemas:
a) El problema de perspectivismo disciplinar: el desarrollo de una disciplina
científica referida a la educación tropieza con varias dificultades, la primera
se vincula con la dificultad que tiene para elaborar su sistema conceptual, y
que la investigación educativa la construcción del conocimiento científico de
la educación, se basa en conceptos previstos por otras disciplinas. La
segunda dificultad, es que al usar diferentes disciplinas se va parcelando el
objeto de estudio como una totalidad y se produce una especialización del
saber, cada modelo disciplinar focaliza un aspecto de los fenómenos,
produciéndose una fragmentación y una multiplicidad de perspectiva. Y por
esta cuestión los autores Blat y Marin Ibañez proponen clasificar las
ciencias de la educación en seis grupos:
 Referido a los fundamentos, constituido por la biología de la
educación, la sociología de la educación, la psicología de la
educación y filosofía de la educación.
 Referido al aspecto metodológico, vinculado a las técnicas de la
investigación, la pedagogía experimental y la pedagogía comparada.
 Referido a aspectos fundamentales del sistema educativo, a
organización escolar, la didáctica, y la orientación educativa.
 Referido a una concepción global de la educación, lo que remite a la
pedagogía general y la historia de la educación.
 Referido a aspectos puntuales de la educación, tales como la
pedagogía diferencial, educación especial, educación compensatoria,
etc.

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Las Ciencias de la Educación como un campo de confluencia de

saberes provenientes de otras disciplinas, garantiza la fundamentación,
científica de la intervención y de las prácticas educativas.

b) El problema de la complejidad del objeto

Un primer aspecto remite al modo binario de entender la teoría de la
educación, ya que hay un sujeto social que conoce, y ese propio sujeto es
el objeto de ese conocer. La educación puede ser concebida como un
hecho real, como algo que se da independientemente de la reflexión
científica del hombre, y al mismo tiempo, el hombre es capaz de pensar
sobre lo educativo y crear con ese acto pensante el objeto de su conocer
teórico.
Un segundo atributo se relaciona con su doble naturaleza, en la educación
coexisten dos planos, la idealidad y la realidad, es decir dos tipos diferentes
de fuentes de conocimiento, en la práctica y otro en la reflexión, o como
sostienen algunos autores (Guyot), su positividad y su reflexividad.
La positivada se trata de un conjunto de hechos que encuentran su
inserción en prácticas sociales específicas, como las prácticas educativas, y
circulan según sus formas específicas de organización social,
desencadenando procesos y procedimientos, acordes con unas
estrategias. Estos establecen y producen vínculos humanos, cuyos sujetos
ocupan un lugar determinado en el proceso educativo, montado sobre
relaciones de saber-poder, determinantes en la producción de
conocimientos y atravesados a su vez por otras prácticas sociales, que se
desarrollan en la vida cotidiana.
Y en cuanto a la reflexividad se entiende por la posibilidad de hacer
cognoscible el objeto educación, ya sea por la vía del conocimiento
experimental (practicas), el conocimiento filosófico o el científico. La filosofía
de la educación y las ciencias de la educación constituyen formas de
articulación de una nueva organización del saber.

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c) El problema del conocimiento de los fines de la educación

Este problema se vincula a las funciones axiológicas, éticas y tecnológicas,
se introduce como uno de los elementos en su dimensión normativa que
impulsa la dinámica de la práctica educativa.
La dificultad reside en diferencias entre concepciones ideológicas y la
construcción de justificaciones a modo de defensa de intereses
sociopolíticos concretos.
En este sentido, la aceptación del carácter socialmente determinado e
históricamente contingente de los contenidos y formas ideológicas, dará
lugar a teorías e investigaciones científicas y prácticas educativas, sumando
el elemento ideológico que participa en toda práctica educativa.

6- Postulamos que puede construirse una teoría de la educación, que integre la

positividad y la reflexividad como elementos constitutivos e inseparables y no necesite
disociar analíticamente lo real de lo ideal, las prácticas de las teorías. Los autores
acuerdan en señalar algunos requisitos que debe reunir una teoría científica de la
educación, son los siguientes:
 Debe reconocerse como un saber teórico-práctico, en el que aparecen tres
dimensiones:
i. Relacionados a fundamentos teóricos de naturaleza filosófica o
científica;
ii. Una de carácter descriptivo, fundamentada científicamente y de la
cual pueda derivarse un sistema normativo; es decir una dimensión
tecnológica de mediación.
iii. Una dimensión praxiológica o aplicativa que trata de establecer
normativas y de regular, en una medida justa, la actividad educativa
en sus varias dimensiones.
 Las ciencias de las educación y la pedagogía comparten su objeto y podría
abordarse la realidad desde cualquiera de las dos, aunque constituyen un

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enfoque limitado, y en sentido estricto no serían pedagógicas cuando les

falta la dimensión normativa, es decir, la dimensión que hace referencia a
la educación como conducción, guía, norma de acción o de conducta,
debe considérala como un saber practico y referido a la formación humana
y social de los sujetos.
 Tiene que poder explicar razonablemente como debe llevarse a cabo la
acción educativa, se apoyan, amparan en las teorías científicas, pero
también poseen una carga de creencia personal. La construcción se apoya
en la superación de la dicotomía teoría - practica, idealidad - materialidad,
positividad - reflexividad, y se debe partir de algunos supuestos
epistemológicos, y se destacan los siguientes:
a) La debe considerarse un espacio educativo, es decir el campo de
operaciones de prácticas de transmisión del conocimiento.
b) Este campo es abierto y dinámico, está en constante transformación.
c) A los sujetos que intervienen (docentes, alumnos y familia), tiene un
carácter creador y utilizan múltiples estrategias para reelaborar
permanentemente sus saberes teóricos, sus prácticas y los modos
de representarse a ambas, el deber ser y la realidad, los fines y las
prácticas.
d) Se juegan proyectos educativos, allí es donde la filosofía de la
educación afirma su condición crítica e integradora, y puede operar
la mediación entre la reflexión y la positividad de las prácticas
educativas.
e) La educación puede ser definida como un campo de saber, de
conocimiento que puede ser abordado científicamente y generar
teorías que den cuenta de ello. Encuadrar teorías educativas como
científicas es posible según Foucault, ya que para él las ciencias
sociales son aquellas que se han constituido a partir del

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reconocimiento de la positividad del hombre como ser vivo, que

trabaja y habla, es un sujeto biológico, económico y lingüístico.

Las ciencias sociales y humanas, pueden ser interpretadas por otras, sin límites,
surgiendo nuevas disciplinas, se multiplica, se evapora su objeto. Su coexistencia
denota la necesidad de utilizar de forma combinada y entrecruzada con diferentes
modelos, se trata de pensar que las ciencias humanas y sociales poseen un estatus
epistemológico y metodológico propio, por lo que no es válido evaluarlas con los
patrones epistemológicos de las ciencias naturales.

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Bibliografía:

YUNI, J. Y URBANO, C. (2000). Investigación etnográfica e investigación acción,

Córdoba: Brujas