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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. 2017-000166

Magistrado Ponente: FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ

En el juicio por acción mero declarativa de reconocimiento de unión

concubinaria, llevado por ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo

Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción Judicial del estado

Bolivariano de Nueva Esparta, por la ciudadana  MAYRA CAROLINA

BARRUETA VILORIA , representada judicialmente por la abogada María

Gabriela Fernández, contra el ciudadano  BRUCE ANDREW PESTANO

TULLOCH,  patrocinado judicialmente por los abogados Belinda Celeste

Rebolledo, Carmen Yecenia Sosa y Víctor Eduardo Rubio Muñoz; el Juzgado

Superior Accidental en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción

Judicial del estado Bolivariano de Nueva Esparta, conociendo en reenvío, dictó

sentencia en fecha 9 de diciembre de 2016, mediante la cual declaró: 1) con lugar

el recurso de apelación interpuesto por el apoderado judicial de la parte actora; 2)

revocó el fallo apelado dictado por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo

Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la antedicha Circunscripción Judicial

en fecha 21 de octubre de 2010, 3) con lugar la demanda merodeclarativa de

concubinato, y 4) condenó en costas a la demandada conforme con el artículo 281

del Código de Procedimiento Civil.

Contra la precitada decisión, en fecha 18 de enero de 2017, la representación

judicial de la parte demandada anunció recurso extraordinario de casación, el cual

fue debidamente admitido y formalizado. No hubo impugnación.

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En fecha 16 de febrero de 2017, esta Sala recibe el presente expediente,

luego mediante acto público de asignación de ponencias, realizado el 24 de

febrero de 2017, le corresponde conocer del presente asunto al

Magistrado FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ .

En fecha 2 de marzo de 2017,  se reconstituyó la Sala de Casación Civil, por

la elección de nueva junta directiva,  quedando conformada de la siguiente

manera: Magistrado Presidente  Yván Darío Bastardo Flores,  Magistrado

Vicepresidente  Francisco Ramón Velázquez Estévez, Magistrado Guillermo

Blanco Vázquez,  Magistrada  Vilma María Fernández González

y Magistrada  Marisela Valentina Godoy Estaba.

Concluida la sustanciación el Magistrado ponente que suscribe el presente fallo,

pasa a decidir  en los términos que a continuación se expresan:


 
DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY
-I -
 

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil y en concordancia con lo previsto en el artículo 320  eiusdem ,

la recurrente denunció la infracción por parte del  ad quem  del artículo 341 del

Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación, con base en los siguientes

motivos:
“ …De conform i dad con el ordi nal 2° del art í cul o 313 del C ódi go de
P rocedi m i ent o C i vil , denunci ó l a vi ol aci ón del art í cul o 341, ej usdem ,
por  FALT A DE APL ICACIÓ N,  en concordan ci a con el art í cul o 320 del
m i sm o C ódi go (si c), que perm i t e a l a S al a descende r a l as act as procesal es y
al fondo de l o debat i do, ya que l a recur ri da i gnoro (si c) l a norm a del at ada
que prevé  qu e l a d eman d a es in ad mi sib l e p or ser con trari a al ord en
p úb l i co, a l as bu en as costu mb res o a al gu n a di sp osi ci ón exp resa d e la l ey .
Al t ener conoci m i ent o el ad quem , t al com o const a que l o t uvo, por const ar
en aut os, que el Juzgado Superi or Qui nt o en lo Ci vi l , Mercant i l y del
Tránsi t o de l a C i rcunscri pci ón Judi ci al del Área Met ropol i t ana de C arac as,
i nform ó al a quo que l a dem anda C i vi l / Exequát ur (si c) que habí a int erpuest o
B R UC E PES TANO TULLOC H para obt ener el PAS E en Venezuel a de su
sent enci a de di vorci o di ct ada en el est ado de F l ori da de los Est ados Uni dos
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de Am éri ca, habí a si do decl ar ada  PE RIMIDA  por fal t a de consi gnaci ón de
di cha sent enci a ext ranj era y de im pul so procesal , ha debi do de inm edi at o
decl ar ar l a  INADMIS IB ILIDAD S OB RE VE NIDA  de est a acci ón m ero
decl ar at i va de concubi nat o o en su defe ct o haber decl arado
l a IMPRO PO NIB IL IDAD DE LA DE MANDA, l o qu e h a d eb i d o hacer aú n
d e ofi ci o en resgu ard o d el ord en pú bl i co .
En efect o, desde el mom ent o m i sm o en que el  ad quem   t uvo conoci m i ent o
del est abl eci m i ent o de l a perenci ón decl arad a con ocasi ón de l a dem anda
de  E XE Q UÁT UR  (l a cual no prosperó según const a en aut os  al foli o 55 y
si gui en tes d el Cu ad ern o (si c) d e Med i d as )  (si c), por const it ui r ést e (si c)
úl t im o una  FO RMAL IDAD ES E NCIAL  para l a val i dez en Venezuel a de una
sent enci a ext ranj era, ha debi do im pedi r que est e procedi m i ent o de
decl ar at ori a de uni ón est abl e de hecho si gui era su curso, por ser vi ol at ori o
del  ord en p úb l i co , habi da cuent a de que m i represent ado era, es y si gue
si endo de est ado ci vi l  CAS ADO , l o que l egal m ent e i m pedí a l a proposi ci ón
de l a dem anda de concubi nat o en su cont ra, l o cual podí a  y puede
decl ar arse  AUN DE O FICIO , en cual qui er est ado y grado de l a causa,
i ncl usi ve en casaci ón.
La dem andant e MAYR A B AR R UETA VILOR IA, hábi l m ent e obvi ó en el
l i bel o hace r referen ci a a l a exi st enci a de l a sent enci a de P ER ENC IÓN ant es
señal ada y de l a cual t ení a pl eno y cabal conoci m i ent o; y di go hábi l m ent e,
porque a l os pocos dí as de haberse adm i t i do l a dem anda m ero decl arat i va de
concubi nat o, est o es, el 07 (si c)de di ci em bre de 2009, o sea, a l os 60 dí as de
adm i si ón, consi gno (si c) en el Cuaderno (si c) de Medi das (si c) escri t o
cont ent i vo de l a P rom oci ón (si c) de P ruebas (si c) en l a Inci denci a (si c) de
Oposi ci ón (si c) de l a Medi da (si c) de P rohi bi ci ón de Enaj enar (si c) y Gravar
(si c), m edi ant e el cual anexó copi a de l a ci t ada sent enci a di ct ada en l a
refe ri da sol i ci t ud de exequát ur que decl aró l a P ER ENC IÓN DE LA
INS TANC IA, así com o t am bi én sol i ci t ó al a quo ofi ci ara al ci t ado Juzgado
S uperi or Qui nt o C i vil de C aracas, a l os fi nes de que inform ada (si c) sobre l a
refe ri da sol i ci t ud de exequát ur; qui en en respuest a, envi ó al a quo copi a de
l a sent enci a de l a ci t ada P ER ENC IÓN DE LA INS TANC IA, con l o cual
quedó pl enam ent e dem ost rado,  con docu men to pú bl i co (sen ten ci a)  que l a
dem anda de uni ón est abl e de hecho o concubi nat o que encabez a est e
expedi ent e,  d eb í a ser i n ad mi ti d a p or razon es estri ctam en te d e ord en
p úb l i co y p or ser con trari a a las b u en as costu mb res .
(…Om i ssi s…)
Del t ext o parci al t ranscri t o, se evi denci a que l a recur ri da t ení a pl eno
conoci m i ent o de l a P ER ENC IÓN decret ada en l a dem anda C ivi l / Exequát ur
(si c), que habí a int ent ado el aquí dem andado, ant e el Juzgado (si c) S uperi or
(si c) C ivi l (si c) de C aracas y que l e habí a si do decl arada  PE RIMIDA  debi do
a l a fal t a de im pul so procesal y fal t a de i nt erés del sol i ci t ant e, l o que const a
de l a respuest a dada por el ci t ado Juzgado (si c) que corre i nsert a en el
C uaderno (si c) de Medi das (si c), por l o que l a ad quem  h a d eb i d o d e ofi ci o
d ecl arar l a i nad mi sib i l id ad SO B RE VE NIDA o l a i mp rop on i bi l id ad d e l a
d eman d a p or ser con trari a al ord en p úb li co p rocesal y a l as bu en as
costu mb res .
La norm a del at ada por fal t a de apl i caci ón es el art í cul o 341 del C ódi go de
P rocedi m i ent o C i vil .
Las razones de su apli cabi l i dad est ri ban en que si endo el est ado y capaci dad
de l as personas norm as en l as cual es se encuent ra int eresado el orden
públ i co, l as m i sm as no pueden ser rel aj adas por l as part es, ni por el Juez

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(si c); y en el caso de m arras, se est á venti l ando y deci di endo l a exi st enci a de
una uni ón est abl e de hecho o concubi nat o, que por su nat ural eza es de l as
m i sm as caract e rí st i cas m enci onadas.
La vi ol aci ón fue det erm i nant e, debi do a que l a Al zada (si c) al no percat a rse
y decl arar l a vi ol aci ón del orden públ i co est ri ct o, se infi ci ona de nul i dad
absol ut a por fal t a de apl i caci ón…”. (Mayúscul as, subrayado y negri l l as del
t ext o del escri t o).  

De la transcripción parcial del escrito de formalización se observa que la

recurrente denuncia que el  ad quem  incurrió en una falta de aplicación del

artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, pues al haberse percatado

durante el juicio, que el demandado es y sigue siendo de estado civil casado, pues

tuvo conocimiento de que en el procedimiento de exequátur de sentencia

extranjera de divorcio iniciado por el demandado ante el Juzgado Superior Quinto

en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área

Metropolitana de Caracas, se decretó la perención de la instancia; ha debido, de

oficio, por ser una cuestión de estricto orden público que no puede ser relajada ni

por las partes, ni por el juez, decretar la inadmisibilidad sobrevenida de la

presente demanda o en su defecto la improponibilidad de la acción

merodeclarativa de concubinato, por cuanto la misma, conforme con la situación

anterior, resulta contraria al orden público procesal y a las buenas costumbres, ya

que al no obtener la sentencia extranjera de divorcio el correspondiente pase o

fuerza ejecutoria por parte de un órgano jurisdiccional, la misma es carente de

toda validez y eficacia.

Con respecto al vicio de falta de aplicación de norma vigente, se ha señalado que

el mismo tiene lugar cuando el juzgador se niega a aplicar la norma a una

relación jurídica que está bajo su alcance.

En este sentido , a los fines de resolver la presente denuncia, esta Sala considera

necesario destacar lo dispuesto en el artículo 341 del Código de Procedimiento

Civil, el cual reza:

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“…P resent ada l a dem anda, el Tri bunal l a adm it i rá si no es cont rari a al orden
públ i co, a l as buenas cost um bres o a al guna di sposi ci ón expresa de l a Ley.
En caso cont rari o, negará su adm i si ón expresando l os m ot i vos de l a negat i va.
Del aut o del Tri bunal que ni egue l a admi si ón de l a dem anda, se oi rá
apel aci ón i nm edi at am ent e, en am bos efect os…”.  

De la norma transcrita, se desprende que el legislador con la misma estableció

tanto los supuestos de admisibilidad  in limine litis  de las acciones propuestas

ante los órganos jurisdiccionales; como la consecuencia jurídica inmediata que

pudiere generarse en el caso de que el juez negare la admisión de cualquier

acción sometida a su consideración.

Ahora bien, una vez analizadas tanto las actas del caso de marras como el fallo

recurrido, esta Sala concluye que en el presente asunto el  ad quem  lejos de

incurrir en la infracción de ley delatada por la formalizante, sustanció y decidió

este juicio, en plena armonía con la disposición invocada, ya que al ser el objeto

perseguido por la parte actora en la presente acción la simple declaración de

certeza por parte de un órgano jurisdiccional de la unión estable de hecho que

mantuvo con el demandado, mal podría considerarse, en algún sentido, que se ha

quebrantado con la presente demanda, el orden público, las buenas costumbres o

alguna disposición expresa de la ley.

En tal sentido, al no haber incurrido el  ad quem   en la infracción de ley delatada,

esta Sala debe declarar la improcedencia de la presente denuncia. Así se decide.  


-II -
 

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, en concordancia con lo previsto en el artículo 320  eiusdem ,

denuncian la infracción del artículo 767 del Código Civil, por falsa de aplicación;

y su vez, la infracción del artículo 50 del Código Civil, de los artículos 53 y 55

de la Ley de Derecho Internacional Privado y del artículo 850 del Código de

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Procedimiento Civil, todos por falta de aplicación, según los motivos que

transcriben a continuación:
“…De conform i dad con el ordi nal 2° del art í cul o 313 del C ódi go de
P rocedi m i ent o C i vil , denunci ó l a vi ol aci ón de l a  pri m era part e o
encabe zam i ent o del art í cul o 767 del Códi go Ci vi l , por  FAL S A
APL ICACIÓ N , en concordan ci a con el art í cul o 320 del mi sm o C ódi go (si c)
que perm i t e a l a S al a descender a l as act as procesal es y al fondo de lo
debat i do, ya que l a recurri da apl i có fal sam ent e l a pri m era part e de di cha
norm a, que est abl ece, que se presum e l a com uni dad, sal vo prueba en
cont rari o, en aquel l os casos de uni ón no m at ri m oni al , cuando l a m uj er o el
hom bre en su caso, dem uest re que ha vi vi do perm anent em ent e en t al est ado
aunque los bi enes cuya com uni dad se qui ere est abl ece r aparezc an a nom bre
de uno sol o de el l os.
(…Om i ssi s…)
La  fal sa ap l i caci ón  se produj o porque l a ad quem hi zo una i ncorrect a
el ecci ón de l a norm a jurí di ca apl i cabl e al caso para resol ver l a cont roversi a,
est o es, l a pri m era part e o encabez am i ent o del art í cul o 767 del at ado, que
est abl ece l a com uni dad concubi nari a, l a cual es fal sa, debi do a que l a últ i m a
part e del m i sm o art í cul o l a i m pi de, debi do a ya que uno (si c) de l as part es
(B R UC E P ES TANO) en confl i ct o es  CAS ADO .
Di ce l a recur ri da al fol i o 301, cuart o párra fo, que “ si gu i en do con l as
pru ebas qu e dem u est ran l a exi st en ci a de un a u ni ón con cu bi n ari a en tre l as
part es de est e proceso ”; o sea, que aunque no l o di ga expresam ent e, si n
em bargo si (si c) el i gi ó l a pri m era part e o encab ezam i ent o del art í cul o 767
del C ódi go Ci vi l ; y por haberl o hecho así  falsamente, dejó de aplicar la última
parte del mismo, que est abl ece “ Lo di spu est o en est e art í cul o n o se apl i ca si
u no de el l os est á casado ”; así com o t am poco apl i co (si c) l os art í cul os 50 del
C ódi go Ci vi l , 53 y 55 de l a Ley de Derecho Int ernaci onal Pri vado, en
concordan ci a con el art í cul o 850 del Códi go de P rocedi m i ent o Ci vi l .
(…Om i ssi s…)
Las razones de l a apl i cabi l i dad est ri ban en que el l os est abl ecen “ L os
sup u estos en este artí cu l o no se ap l i can si un o d e el l os está casad o ” (art .
767 encabez am i ent o); que “ no es vál i d o el matri mon i o con traí d o por u na
p erson a li gad a a un o an teri or ” (art . 50 C ódi go Ci vi l ; art í cul o 53 y 55 de l a
Ley de Dere cho Int ernaci onal P ri vado, en concordan ci a con el art í cul o 850
del C ódi go de P rocedi m i ent o C i vil , ést os (si c) úl ti m os que prevén los
requi si t os y procedi m i ent os para sol i ci t ar y obt ener el P AS E o EXEQUATUR
(si c) de l as sent enci as ext ranj eras, l o cual sí es y consti t uye
una  FO RMAL IDAD ES E NCIAL  para su val i dez en Venezuel a.
La vi ol aci ón fue det erm i nant e en l a Di sposi ti va (si c) de l a sent enci a
recur ri da debi do a que con fundam ent o en el encabe zam i ent o art í cul o 767 del
C ódi go Ci vi l , pudo fal sam ent e l a ad quem , decl arar l a exi st enci a de una
uni ón est abl e de hecho i nexi st ent e debi do a que uno de ell os
es  CAS ADO …”. (Mayúscul as, subrayado, cursi vas y negri l l as del t ext o del
escri t o).  

Del escrito de formalización parcialmente transcrito, nota esta Sala que la

recurrente delata que el  ad quem  incurrió: 1) en falsa aplicación del


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encabezamiento del artículo 767 del Código Civil, al haber considerado el juez

superior de una forma equivocada la existencia de una unión estable de hecho

entre la accionante y el demandado como lo dispone el dispositivo

legal supra  indicado, sin notar que en el presente caso, el demandado es de

estado civil casado; 2) en falta de aplicación de la parte  in fine del artículo 767

del Código Civil, ya que al ser el demandado hoy en día de estado civil casado,

no debió operar la presunción contenida en el encabezamiento de la precitada

norma; 3) en falta de aplicación del artículo 50 del Código Civil; y 4) en falta de

aplicación de los artículos 53 y 55 de la Ley de Derecho Internacional Privado, y

a su vez, del artículo 850 del Código de Procedimiento Civil, normas que regulan

los presupuestos y requisitos para el exequátur de las sentencias dictadas por

autoridades extranjeras.

También se observa, que el recurrente señaló que de haber aplicado el juez de la

alzada el contenido de los dispositivos legales infringidos por falta de aplicación,

necesariamente hubiese tenido que declarar la inexistencia de la unión estable de

hecho, al ser el demandado, hoy recurrente en el territorio de la República, de

estado civil casado, pues la sentencia extranjera de divorcio del demandado

carece de validez y eficacia en el territorio de la República, por no contar con el

respectivo pase o exequátur por parte de el órgano jurisdiccional correspondiente,

formalidad esencial para su ejecutoriedad.

Dicho lo anterior, esta Sala debe destacar el contenido de las normas invocadas

como infringidas, las cuales rezan:


“…Art í cul o 767. CC . S e presum e l a com uni dad, sal vo prueba en cont rari o,
en aquel l os casos de uni ón no m at ri m oni al , cuando l a m uj er o el hom bre en
su caso, dem uest re que ha vi vi do perm anent em ent e en t al est ado aunque l os
bi enes cuya com uni dad se qui ere est abl ecer apare zcan a nom bre de uno sól o
de el l os. Tal presunci ón sól o surt e efect os l egal es ent re ell os y ent re sus
respect i vos herederos y t am bi én ent re uno de el l os y l os herederos del ot ro.
Lo di spuest o en est e art í cul o no se apl i ca si uno de el l os est á casado. (…)”

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“…Art í cul o 50. CC . No se perm i t e ni es vál i do el m at ri m oni o cont raí do por
una persona li gada por ot ro ant eri or, ni el de un mi ni st ro de cual qui er cul t o
o a qui en l e sea prohi bi do el m at ri m oni o por su respect i va rel i gi ón. (…)”
“…Art í cul o 53. LDIP . Las sent enci as ext ranj eras t endrán efect o en
Venezu el a si em pre que reúnan los si gui ent es requi si t os:
1.- Que hayan si do di ct adas en m at eri a ci vi l o m ercant i l o, en general , en
m at eri a de rel aci ones pri vadas;
2.- Que t engan fuerz a de cosa j uzgada de acuerdo con l a Ley del Est ado en el
cual han si do pronunci adas;
3.- Que no versen sobre derechos real es respect o a bi enes i nm uebl es sit uados
en l a R epúbli ca o que no se haya arrebat ado a Venezu el a l a juri sdi cci ón para
conocer del negoci o;
4.- Que l os t ri bunal es del Est ado sent enci ador t engan juri sdi cci ón para
conocer l a causa de acuerdo con los pri nci pi os general es de j uri sdi cci ón
consagrados en el C apí t ul o IX de est a Ley;
5.- Que el dem andado haya si do debi dam ent e ci t ado, con t i em po sufi ci ent e
para com parec er, y que se l e hayan ot orgado en general , l as garant í as
procesal es que aseguren una razonabl e posi bi l i dad de defensa;
6.- Que no sean i ncom pat i bl es con sent enci a ant eri or que t enga aut ori dad de
cosa juzgada; y  que no se encuentre pendiente, ante los tribunales  venezol anos,
un j ui ci o sobre el mi sm o obj et o y ent re l as mi sm as part es, i ni ci ado ant es que
se hubi ere di ct ado l a sent enci a ext ranj era. (…)”
“…Art í cul o 55. LDIP . P ara proceder a l a ej ecuci ón de una sent enci a
ext ranj er a deberá ser decl ar ada ej ecut ori a de acuerdo con l os procedi m i ent os
est abl eci dos por l a l ey y previ a com probaci ón de que en el l a concurren l os
requi si t os consagrados en el art í cul o 53 de est a Ley. (…)”
“…Art í cul o 850. CP C . C orresponde a l a Cort e Suprem a de Just i ci a decl arar
l a ej ecut ori a de l as sent enci as de aut ori dades ext ranj eras, si n lo cual no
t endrán ni ngún efect o, ni com o m edi o de prueba, ni para produci r cosa
j uzgada, ni para ser ej ecut adas…”.

De la anterior transcripción, se observa que el legislador con la primera de las

disposiciones, conceptualizó el régimen jurídico del concubinato, sus efectos y su

excepción; con la segunda, impuso una de las causales de invalidez para contraer

matrimonio; en la tercera, reguló las condiciones necesarias para que las

sentencias extranjeras surtan efectos en el territorio de la República; con la

cuarta, impuso el requisito necesario para que pueda ejecutarse en el territorio

nacional una sentencia extranjera; y con la última de las disposiciones, dispuso a

quien le corresponde la competencia de conocer y de declarar la ejecutoriedad de

las sentencias dictadas por autoridades extranjeras.

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Ahora bien,  a los fines de verificar la procedencia o no de las infracciones

delatadas, esta Sala considera pertinente transcribir del fallo impugnado, lo

siguiente:
“… Ahora bi en, debe est e Tri bunal (si c) de Al zada (si c) pasar a consi derar
l os razonam i ent os j urí di cos necesari os para det erm i nar l a proceden ci a o no
de l a acci ón i nt erpuest a.
En base al cri t eri o vi ncul ant e expresado por l a S al a C onsti t uci onal del
Tri bunal Suprem o de Justi ci a en l a sent enci a de fecha 15 de j uli o del 2.005,
expedi ent e 04- 3301, con ponenci a del Magi st rado Dr. JES ÚS EDUAR DO
C AB R ER A R OMER O, a t ravés de l a cual se decl ara resuel t a l a sol i ci t ud de
i nt erpret aci ón del art í cul o 77 de l a Const i t uci ón Naci onal de l a R epúbl i ca
B oli vari ana de Venezu el a, est e Tri bunal (si c) pasa a punt ual i zar l as
si gui ent es consi deraci on es sobre el concubi nat o:
El art í cul o 77 de l a C onst i t uci ón Naci onal de l a R epúbli ca B oli vari ana de
Venezu el a reza “Las uni ones est abl es ent re un hom bre y una m uj er que
cum pl an los requi si t os est abl eci dos en l a l ey produci rán l os mi sm os efect os
que el m at ri m oni o”.
En rel aci ón al concept o de concubi nat o, l a S al a est abl eci ó:
(…Om i ssi s…)
En rel aci ón a l os requi sit os que deben cum pli rse para recl am ar l os efect os
ci vi l es del m at ri m oni o, l a S al a est abl eci ó:
(…Om i ssi s…)
El art í cul o 16 del Códi go de Procedi m i ent o C i vi l Venezol ano (si c), est abl ece
que dos serí an l os obj et os de l a acci ón m ero-decl ar at i va a saber:
a)   La m era decl araci ón de l a exi st enci a o i nexi st enci a de un derecho; y
b)  La m era decl ara ci ón de l a exi st enci a o inexi st enci a de una rel aci ón
j urí di ca.
P or su part e Em il i o C al vo B aca señal a l o si gui ent e
(…Om i ssi s…)
C om o ha quedado punt ual i zado el concubi nat o requi er e l os mi sm os
requi si t os que exi ge el m at ri m oni o, en cuant o a capaci d ad de l as part es,
dest acando el hecho que l os concubi nos no t enga im pedi m ent o para cont raer
m at ri m oni o, es deci r, deben ser indi sti nt am ent e solt eros, vi udos o
di vorci ados.
La sent enci a recurri da anal i zó est a si t uaci ón concl uyendo que el dem andado
B R UC E ANDR EW PES TANO TULLOC H es, a l os efect os de l a l egi sl aci ón
venezol an a, de est ado ci vi l  casad o  y en consecuenci a no puede ser decl ar ado
concubi no de l a act ora; para l l egar a est a concl usi ón l a Jueza (si c) A (si c)
Quo (si c) val oró el act a de m at ri m oni o No. 61 em i t i da por l a Junt a (si c)
P arroqui al (si c) de El Hat i l l o, Est ado (si c) Mi randa que da cuent a del
m at ri m oni o ci vil cel ebr ado en fecha 30- 12-1986 ent re el ci t ado dem andado y
l a ci udadana NOR A ES THER GALLOS O,  negando todo efect o l egal a l a
sent enci a de fecha 17- 05-2006 di ct ada por l a C ort e de Di st rit o del 17
C i rcui t o Judi ci al en el Condado de B roward, Fl ori da, que disol vi ó el ví ncul o
m at ri m oni al ent re di cho ci udadano y Nora Est her Gal l oso, t al val oraci ón
9
negat i va de di cho fal l o ext ranj ero obedeci ó, según el cri t eri o de l a
sent enci ador a de inst anci a a l a fal t a de exequát ur que l a l egal i zara . P ero a
j ui ci o de est a sent enci adora el cont ext o probat ori o ti ene que ser anal i zado
desde l a suprem ací a consti t uci onal .
Al respect o, en l a C onst i t uci ón de l a R epúbli ca B oli vari ana de Venezuel a
hay un conj unt o de est i pul aci ones acerca del concept o de “Justi ci a”. Así
t enem os que en el art í cul o 1 se asum e l a “Just i ci a” com o un val or
fundam ent ado en l a doct ri na de S im ón B olí var. Es i ndudabl e que al lí se est á
en presenci a de un val or axi ol ógi co. En el art í cul o 2 se est abl ece que
Venezu el a se const it uye en  un E st ado dem ocrát i co y S oci al de derech o y de
Ju sti ci a, rati fi can do l a “Ju st i ci a” com o un val or su peri or del
orden am i ent o j u rí di co .
Int erpret ando l a form a de reda cci ón de l a norm a const i t uci onal se observa
que hay una separaci ón o di st i nci ón de Est ado de Derecho (si c) y Est ado de
Just i ci a (si c), l o que si gni fi ca que l a int enci ón del const it uyent e es que el
nuevo Est ado sea m ás que un Est ado som et i do al derecho o que en t oda su
act i vi dad se apl i que el pri nci pi o de l a l egal i dad,  sea un est ado don de l a
j u st i ci a sea un a real i dad, de su ert e qu e cada qu i en t en ga l o qu e l e
correspon de m ás al l á del form al i sm o de l a Ley (si c) o de la l egal i dad .
Al afi rm arse que l a just i ci a es un val or superi or del ordenam i ent o j urí di co,
si gni fi ca que en el mom ent o que est é en cont radi cci ón con l a l egal i dad debe
preval e cer el val or superi or. S urge l a pregunt a ¿qui én hace esa val oraci ón?
P or supuest o, el j uez en el caso concret o. Los val ores t i enen que gui ar l a
act uaci ón del Est ado y sus funci onari os.
P or ot ra part e, del art í cul o 257 se desprenden pri nci pi os procesal es que
t i enen rango superi or a l as norm as cont eni das en el Códi go de P rocedi m i ent o
C i vi l . S e part e por defi ni r que el proceso no es un fi n, si no que es un
i nst rum ent o fundam ent al para l a real i za ci ón de l a j ust i ci a. Es deci r, que l a
fi nal i dad que se debe buscar a t ravés de un proceso es l a just i ci a, l o que
si gni fi ca que el juez, com o repres ent ant e de l os ci udadanos y part e del
Est ado por ser órgano del P oder Judi ci al , ti ene l a obl i gaci ón de ori ent ar el
proceso para el logro de l a j ust i ci a. R at i fi cando l as garant í as del derecho a
acceso a l a j ust i ci a que se consagran en el art í cul o 26 de l a Const it uci ón de
l a R epúbl i ca B ol i vari ana de Venezuel a.
En sus i nform es l a part e act ora obj et ó desest im aci ón de l a sent enci a de
di vorci o ext ranj era hecha por l a recurri d a y en ese sent i do arguyó que se
t rat a de un docum ent o públ i co. P ara di l uci dar est e punt o de dere cho est a
sent enci ador a pasa a hacer l as si gui ent es consi deraci ones.
A fal t a de norm a del Dere cho Int ernaci onal Públ i co sobre l a m at eri a, l a
cuest i ón de l a efi caci a de l os fal l os ext ranj eros queda som et i da a l os
art í cul os 53 a 55 de l a Ley de Derecho Int erna ci onal P ri vado. Aunque aquí
no se t rat a el t em a de l a efi ca ci a de l as sent enci as ext ranj eras a l a l uz de los
t rat ados i nt ernaci on al es vi gent es para l a R epúbli ca B oli vari ana de
Venezu el a, ha de dest acarse que para nuest ro paí s no ri gen l as di sposi ci ones
de los art í cul os 423 y si gui ent es del Códi go de Bust am ant e por haber si do
el l as reservad as expresam ent e por nuest ra R epúbl i ca, si n em bargo, si son
apl i cabl es l as di sposi ci ones de l a C onvenci ón Int eram eri c ana S obre Efi caci a
Ext rat erri t ori al de l as S ent enci as y Laudos Arbi t ral es Ext ranj eros
(Mont evi deo 1979) y el Acuerdo Bol i vi ano S obre Ej ecuci ón de Act os
Ext ranj eros (C arac as 1911).
Expuest o el panoram a procesal i nt ernaci onal que ri ge para l a R epúbl i ca
B oli vari ana de Venezu el a, est e fal l o da paso al anál i si s de l as sent enci as
10
ext ranj er as desde dos ángul os j urí di cos di ferent es, pero i gualm ent e vál i dos,
est o es, com o act o procesal , y por t ant o, com o act o soberano em anado de una
aut ori dad ext ranj er a; y com o  d ocu men to extran jero , que com o i nst rum ent o
form al y soberano se prueba en sí mi sm a .
C on respect o a l a consi deraci ón de l a sent enci a ext ranj era com o act o
procesal em anado de ot ra j uri sdi cci ón, es cont est e l a doct ri na y l a
j uri sprudenci a que su ej ecuci ón no es posi bl e a m enos que m edi e su
exequát ur, es deci r, no podrá procederse a su cum pl i mi ent o vol unt ari o o
forzoso si n l os t rám it es para su l egal i zaci ón en nuest ra pat ri a.
S i n em bargo, es ot ra l a aproxi m aci ón j urí di ca que se hace de l a sent enci a
ext ranj er a  com o docum ent o , al cual l a doct ri na venezol an a ha expresado que
l a fuerz a probat ori a de l a sent enci a ext ranj era “ no se deri va del cont eni do
j uri sdi cci onal que enci erra, si no de su cont i nent e como hecho ci ert o
l egal i zado...”  (Eugeni o Hernánde z, Derecho P rocesal Ci vi l Int ernaci onal ,
Academ i a de C i enci as P ol ít i cas y Soci al es, UC V, pag.489).
La sent enci a ext ranj era  com o docum ent o  present a dos aspect os que son
propi os del régi m en de efect os de l as sent enci as ext ranj er as; est os son: a) l a
form a de l a sent enci a ext ranj era, aspect o que cae baj o el art í cul o 56 de l a
Ley de Dere cho Int ernaci onal P ri vado y, b)  l a fu erza p rob atori a d e l a
sen ten ci a forán ea como d ocu men to extran je ro , aspect o que corresponde
con el art í cul o 38 de l a ci t ada norm a. en (si c) est e úl t im o aspect o, a j ui ci o
de est a j uzgadora, l a fuerza docum ent al y probat ori a de l a sent enci a
ext ranj er a no queda som et i da al cum pl i mi ent o de l os presupuest os de
efi ca ci a com o l e es el exequát ur, en t odo caso, l a sent enci a, para adqui ri r
efect os ul t ram ari nos debe est ar aposti l l ada, com o es el caso de l a sent enci a
de aut os.
(…Om i ssi s…)
En el present e caso l a sent enci a ext ranj era, consti t ui do por fal l o de fecha 17-
05- 2006 di ct ada por l a C ort e de Di st ri t o del 17 C i rcui t o Judi ci al en el
C ondado de B roward, F l ori da, que di sol vi ó el ví ncul o m at ri m oni al ent re
B R UC E ANDR EW PES TANO TULLOC H y NOR A ES THER GALLOS O,
cursa en aut os en copi a cert i fi cada, debi dam ent e apost il l ada con el S el l o de
l a C onvenci ón de La Haya y t raduci da por i nt erpret e públi co, const i t uye una
prueba i rrefut abl e y efi ca z para dem ost rar su efect o m odi fi cat ori o del est ado
ci vi l del dem andado, qui en paso de ser casado a di vorci ado, cesando a part i r
de di cho fal l o sus derechos y obl i gaci ones con su ex esposa y vi ceversa.
No cabe duda que l a condi ci ón ci vi l uni versal del dem andado es de
di vorci ado pues su ví ncul o quedó di suel t o por un act o soberano de un est ado
ext ranj ero, que en ese sent i do surt e pl enos efect os m ul t i naci onal es.
S u di vorci o, en sede ext ranj er a, es un hecho ci ert o, i ncl uso reconoci do por l a
propi a part e dem andada, l a fuerz a docum ent al y probat ori a es pl ena, y su
ausenci a de l egal i zaci ón el Venezu el a no i nt erfi ere con l a apre ci aci ón y
resol uci ón del present e cont rovert i do, ya que no se pret ende en aut os l a
ej ecuci ón de di cha sent enci a, l a cual en el fuero i nt erno del dem andado no
requi ere ej ecuci ón, en vi rt ud de que el m i sm o se consi dera uni versal m ent e
di vorci ado. C abe fi nal i zar est a posi ci ón j urí di ca afi rm ando que en est e caso
preval e ce l a real i dad a l as form as.
Expresado l o ant eri or y det erm i nado que l as part es en est e proceso no t i enen
l i mi t aci ones ni im pedi m ent os para ser concubi nos, procede est a juzgadora a
anal i zar l as pruebas cursant es en aut os que dem uest ren o por el cont rari o
desvi rt úen l a exi st enci a de una rel aci ón concubi nari a.

11
(…Om i ssi s…)
A est os t est i m oni os arm óni cos y concordant es, que en form a cont undent e
revel an l a cohabi t aci ón y l a posesi ón de est ado -com o esposos- que exhi bí an
l os ci udadanos MAYR A B ARR UETA y B R UC E P ES TANO, hay que
adm i ni cul ar ot ras probanzas, que dem uest ran un auxi l i o m ut uo o m ej or
di cho, de part e del acci onado para con l a dem andant e, com o el hecho de
haber servi do com o fi ador de l a úl t im a para l a adqui si ci ón de un aut om óvi l
C ITR OEN, ci rcunst anci a est a que pone de m ani fi est o un i nt erés del
dem andado en proporci onar seguri dad fi nanci era a su ent onces parej a.
S i gui endo con l as pruebas que dem uest ran l a exi st enci a de una uni ón
concubi nari a ent re l as part es de est e proceso, t enem os l as resul t as de l a
prueba de i nform es requeri d a al S ervi ci o Adm i ni st rat i vo de Ident i fi caci ón,
Mi graci ón y Ext ranj erí a (S AIME), C aracas, en l a cual se puso de m ani fi est o
que l os ci udadanos MAYR A B AR R UETA y BR UC E P ES TANO, efect ua ron
j unt os vari os vi aj es con dest i nos i nt ernaci onal es, en un núm ero de veces que
supera l as probabi l i dades de ser pura coi nci denci a.
Las resul t as de l as pruebas de i nform es reci bi das del S IS TEMA
INTEGR ADO DE ADMINIS TR AC ION (si c) TR IB UTAR IA Y ADUANER A
(S ENIAT) y del P oder El ect oral C NE, se ext rae que los ci udadanos MAYR A
B AR R UETA y B R UC E P ES TANO, fij aron a los efect os fi scal es y el ect oral es
di recci ones di st i nt as, si n em bargo, ell o refl ej a l a escogenci a de una
di recci ón acorde con l as necesi dad es t ri but ari as y el ect oral es de cada qui en,
m as no que el l o pueda rebat i r el di cho de l os t est i gos que afi rm aron una
convi venci a ent re l os predi chos ci udadanos.
El hecho ai sl ado del cará ct er de arrend at ari o que se desprende del cont rat o
de arrend am i ent o que suscri bi era el ci udadano B R UC E ANDR EW P ES TANO
TULLOC H, sobre un i nm uebl e di st i nt o al apart am ent o de Espart a Sui t es o l a
casa en R esi denci as La Mari na Vi l l ages donde coi nci den l os t est i gos en fi j ar
l a resi denci a com ún de l os ant es m enci onados, no es sufi ci ent e para
desvi rt uar los ot ros el em ent os cursant es en aut os, que evi denci an una
cohabi t aci ón con una duraci ón que según los t esti gos, osci l a según el
conoci m i ent o que t uvi eron, ent re t res y nueve años, incl uso en resi denci as
di sti nt as, com o lo son Espart a S uit es y R esi denci as La Mari na Vil l ages.
No obst ant e que l a t est i go LIGIA MER C EDES S ARMIENTO y ot ros t est i gos
fi j an el ini ci o de l a rel aci ón concubi nari a desde ant es del año 2006, no puede
com put arse el i ni ci o de l a uni ón concubi nari a si no desde que fue decret ado
el di vorci o ent re BR UC E ANDR EW P ES TANO y NOR A ES THER
GALLOS O, l o cual ocurri ó por im peri o de l a sent enci a que di sol vi ó su
ví ncul o m at rim oni al di ct a el 17 de m ayo de 2006, por l a C ort e C ort e (si c) de
Di st ri t o del 17 Ci rcui t o Judi ci al en el C ondado de B roward, Fl ori da de l os
Est ados Uni dos de Nort eam éri ca, fi j ándose com o fecha de t erm i naci ón de l a
rel aci ón el m es de oct ubre de 2008, oport uni dad en que l a act ora m ani fi est a
haberse separado del dem andado. Y así se deci de…”. (S ubrayado,
m ayúscul as, negri l l as y cursi vas del fal l o recur ri do).

Ahora bien, luego de un análisis en conjunto de la formalización, de la normativa

invocada  supra  transcrita y del fallo impugnado, esta Sala debe realizar las

siguientes consideraciones:

12
En primer lugar, debe destacarse que  el formalizante en el presente acuse incurrió

en una evidente falta de técnica casacionista, pues pretende delatar mediante la

presente denuncia, la materialización de dos vicios de fondo por parte del juez

(falsa y falta de aplicación de norma legal) con respecto a un mismo dispositivo

legal -artículo 767 CC.-, vicios que por su naturaleza, se excluyen entre sí, pues

no puede entenderse, cómo el formalizante acusa que el juez superior aplicó al

controvertido una norma cuyo presupuesto de hecho no es subsumible al caso de

autos, y a su vez, endilgar que la misma norma que señaló en un primer término

como la no adecuada, es la pertinente, y por ende, la que debió aplicar para

resolver el controvertido sometido a su consideración.

Sin embargo, al margen de lo expuesto, esta Sala  logra entender de la

fundamentación, que la censura apunta principalmente hacia la falta de aplicación

del artículo 767 del Código Civil, ya que el argumento predominante se inclina en

sostener que el juez de alzada debió aplicar lo previsto en la parte  in fine  de la

norma invocada, pues el demandado sigue siendo en el territorio de la República,

de estado civil casado, situación que fue la que generó, la infracción por parte

del ad quem  de lo contenido en los artículos 53 y 55 de la Ley de Derecho

Internacional Privado y del artículo 850 del Código de Procedimiento Civil, por

falta de aplicación, ya que el juez de alzada no debió haberle conferido ningún

tipo de valor a la sentencia extranjera de divorcio del ciudadano Bruce Pestano,

por carecer la misma, del respectivo pase o exequátur por parte del órgano

jurisdiccional correspondiente.

En este sentido, con respecto a los efectos que podría derivarse de los fallos

dictados por autoridades extranjeras, nuestro legislador en el artículo 53 de la

Ley de Derecho Internacional Privado, ha dispuesto de una forma precisa, cuales

son los presupuestos necesarios para que puedan ser reconocidos en el territorio
13
nacional los efectos derivados de los fallos emanados por autoridades judiciales

extranjeras.

Sin embargo, cabe destacar, en la referida norma no se distingue entre los tipos

de efectos que pueden surgir de una sentencia extranjera, los cuales, según la

doctrina mayoritaria, se encuentran divididos en dos vertientes, los efectos de la

sentencia como documento extranjero y los efectos de la sentencia como acto

procesal extranjero.

Con respecto a los efectos de la sentencia como documento extranjero, debe

señalarse que por el simple hecho de ser la sentencia, un documento, la misma es

suficiente para probarse a sí misma, pues como un documento público emanado de

una autoridad, siempre y cuando cuente con la debida legalización o apostillado,

tiene la suficiente fuerza probatoria para demostrar los hechos y declaraciones

que se encuentran contenidos en la misma, pues su fuerza documental no puede

quedar sometida al cumplimiento de los presupuestos de eficacia contenidos en el

artículo 53 de la Ley de Derecho Internacional Privado.

En cuanto a los efectos de las sentencias extranjeras como acto jurisdiccional, los

mismos se encuentran divididos en dos grupos a saber: los materiales y los

procesales. Los materiales son aquellos que se refieren al contenido sustantivo de

la sentencia; y los procesales, que son los inherentes al carácter de acto

jurisdiccional de la sentencia, donde se encuentran comprendidos el efecto de

cosa juzgada y el efecto ejecutorio.

Ahora bien, dicho lo anterior, esta Sala luego de un estudio minucioso del fallo

impugnado, debe concluir que el juez  ad quem   al dictar su decisión no incurrió en

la falta de aplicación de los artículos 767 del Código Civil, 53 y 55 de la Ley de

Derecho Internacional Privado y el artículo 850 del Código de Procedimiento

14
Civil, pues en el presente caso, nota esta Sala que el juez superior no le concedió

la respectiva fuerza ejecutoria a la sentencia de fecha 17 de mayo del 2006,

dictada por la Corte de Distrito del 17 Circuito en el Condado de Broward del

estado de Florida, de los Estados Unidos de América, sin el respectivo

procedimiento establecido en nuestra legislación, como lo pretende hacer

entender la formalizante, sino más bien, lo que se nota de la sentencia recurrida,

es que el  ad quem   decidió, considerando y valorando, tanto el valor probatorio

contenido en la referida sentencia extranjera de divorcio como documento público

debidamente legalizado, los derechos que emanan del fallo extranjero y el propio

reconocimiento hecho por el demandado a lo largo del desarrollo del todo

presente juicio, con respecto a la existencia cierta de la sentencia de divorcio

extranjera  supra indicada, que obra en su contra.

Pues, como bien lo dictaminó el  ad quem,   no se puede escapar de la realidad

procesal, que el ciudadano Bruce Pestano, cuenta con un fallo cierto, bien que

haya sido emanado de una autoridad extranjera, que disolvió el matrimonio que

mantenía con la ciudadana Nora Esther Galloso, ahora, que si bien el mismo,

conforme con las actas, no cuenta con el respectivo pase por parte de algún

órgano jurisdiccional, esto no significa, que tanto su contenido como los derechos

que emanan del mismo, no puedan ser reconocidos a los efectos del presente

juicio por reconocimiento de unión concubinaria, pues como se dijo

anteriormente, su efecto probatorio como documento público legalizado y

reconocido por las partes en el presente juicio escapa de la necesidad de una

declaratoria judicial de ejecutoriedad; y así lo ha venido estableciendo este Alto

Tribunal de Justicia mediante sentencia  de la Sala Político Administrativa,  N°

1.603, de fecha 25 de noviembre de 1999, ratificada por la misma Sala, en

sentencia N° 1097 del 20 de diciembre de 2006, caso: Tuna Atlántica, C.A. c/

15
Fosapatun, C.A. y otra; y también por esta Sala de Casación Civil en decisión N°

EXEQ. 440, de fecha 27 de junio de 2005, caso: Comercial Turbine Services

LTD, contra Aserca Airlines, C.A., expediente N° 2005-000105, ratificada

reciente por esta Sala en sentencia N° EXEQ. 544, de fecha 11 de agosto de 2016,

caso: U.S. Mortgage Finance II, LLC, contra Antonio Caeiro Dapena.

Por lo tanto, al haber reconocido el juez  ad quem  en su decisión, el contenido que

emana de la sentencia de fecha 17 de mayo del 2006, dictada por la Corte de

Distrito del 17 Circuito en el Condado de Broward del estado de Florida, de los

Estados Unidos de América, no infringió las disposiciones invocadas por la

formalizante, pues en su sentencia, este no le confirió a la referida decisión el

respectivo pase o exequátur, sino que simplemente reconociendo su contenido

como documento público legalizado, le reconoció el importante cambio que en el

estatus civil había sufrido el ciudadano Bruce Pestano en el ámbito jurisdiccional

del estado extranjero, situación que a criterio de esta Sala no puede obviarse a los

efectos de este juicio de reconocimiento de unión concubinaria, pues de haberlo

hecho, el operador de justicia hubiese quebrantado principios fundamentales

contenidos en nuestra Carta Magna, lo cual no ocurrió en el caso de marras, pues

el ad  quem decidió el presente juicio teniendo como norte la verdad y la justicia,

al resolver el juicio conforme con lo que se desprende del contenido de las actas

procesales.

En cuanto a la denuncia por falta de aplicación del artículo 50 del Código Civil,

debe señalar esta Sala que luego del análisis de la disposición, debe indicarse que

el presupuesto de hecho contenido en la misma, no se ajusta en algún sentido a

los hechos controvertidos en el presente juicio, pues en la misma se establece uno

de los impedimentos para contraer matrimonio, sin embargo, en el presente juicio

lo discutido es la existencia de una unión estable de hecho y la comunidad


16
concubinaria subsecuente lo que evidencia la inaplicabilidad de la disposición

invocada al caso de autos.

Por las consideraciones antes expuestas, esta Sala de Casación Civil, debe

declarar la improcedencia de las denuncias estudiadas en el presente capítulo. Así

se decide.  
-III -
 

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, denuncio la infracción por falta de aplicación de los

artículos 53 y 55 de la Ley de Derecho Internacional Privado, y a su vez, de los

artículos 850, 851 y 852 del Código de Procedimiento Civil, según los motivos

que se transcriben a continuación:


“…P ues bi en, con l a det erm i naci ón de l a recurri da hecha l a fol i o 298 de
que  l a cu est i ón de l e   (si c)   efi caci a de l os fal l os ext ran j eros qu eda som eti da
a l os artí cu l os 53 y 55 de l a Ley de Derech o In t ern aci on al Pri vado  (parec e
que qui so apl i carl os pero que en defi ni ti vo no apl i có), e igual m ent e con l a
hecha al fol i o 299, de que B R UC E P ES TANO  pasó de ser casado a
di vorci ado , i nfri nge por fal t a de apl i caci ón de l os art í cul os 53 y 55 de l a Ley
de Dere cho Int ernaci onal P ri vado que est abl ecen l os requi si t os para que l as
sent enci as ext ranj er as t engan efect o en Venezu el a, así com o los parci al m ent e
derogados art í cul os 850, 851 y 852 del C ódi go de P rocedi m i ent o Ci vi l , que
est abl ecen que l as sent enci as ext ranj er as  n o ten d rán ni n gú n efec to ni val or
si n el exeq u átu r  decl arado por el Tri bunal S uprem o de Just i ci a o del
Tri bunal (si c) S uperi or (si c) correspondi ent e,  ni como med i o d e p ru eb a, n i
p ara p rodu ci r cosa ju zgad a, n i para ser ejecu tad a .
(…Om i ssi s…)
La fal t a de apl i caci ón de l as norm as del at adas conduj o a l a recurri da a
decl ar ar que BR UC E PES TANO  pasó de ser casado a di vorci ado  y decl arar
i nfundadam ent e con l ugar l a apel aci ón de l a part e act ora, así com o con l ugar
l a dem anda.
Las norm as que debi ó apl i car l a recurri da y que no apl i có son l as norm as
del at adas, est o es, l os art í cul os 53 y 55 de l a Ley de Dere cho Int ernaci onal
P ri vado, así com o los art í cul os 850, 851 y 852 del Códi go de P rocedi m i ent o
C i vi l .
Las razones que dem uest ran l a apl i caci ón de l as norm as del at adas est ri ban en
que no se puede consi derar y val orar posi ti vam ent e en Venezuel a a una
sent enci a ext ranj era que care zca del P AS E ot orgado por l as aut ori dades
j udi ci al es venezol an as, l o que const i t ui rí a un ant eced ent e no deseado.
Las vi ol aci ones de l as norm as del at adas fue det erm i nant e en el Di sposi t i vo
(si c) del fal l o recurri do, debi do a que si l a recur ri da l as hubi ese apl i cado,

17
est o es, que el exequát ur es un requi si t o que por su nat ural eza es esenci al a
l a val i dez de l as sent enci as ext ranj eras, no hubi ese decl arado con l ugar l a
dem anda debi do a que m i represent ado en Venezu el a cont i nua si endo
C AS ADO…”. (S ubrayado, negri l l as, m ayúscul as y cursi vas del t ext o del
escri t o).  

Luego de un análisis de la presente denuncia, nota esta Sala que el

quebrantamiento de los artículos 850, 851 y 852 del Código de Procedimiento

Civil delatados, se encuentran fundamentados en los mismos motivos indicados

por la recurrente en el anterior acuse por infracción de ley, esta situación faculta

a esta Sala a los fines de evitar repeticiones innecesarias, para da por

reproducidos los motivos expuestos en el capítulo anterior, para declarar la

improcedencia de la infracción delatada, todo en plena aplicación del principio de

económica procesal dispuesto en nuestra Constitución Nacional. Así se decide.


-IV - 

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, denuncio la infracción por falta de aplicación de los

artículos 50, 184 y 767 del Código Civil, según los dichos que se transcriben a

continuación:
“…Pues bien, con la determinación de la recurrida hecha al folio 299,
de que BRUCE PESTANO  pasó de ser casado a divorciado , infringe
por FALTA DE APLICACIÓN las normas delatadas, ya que el artículo
50 del Código Civil, establece, que  no se permite ni es valido (sic) el
matrimonio contraído por una persona ligada por otro anterior , con
lo que se establece  un impedimento  dirimente  capaz de no permitir la
existencia de nuevas nupcias, así como la existencia, en este caso, de
alguna unió estable de hecho o concubinato, al menos hasta que exista
el Pase (sic) de las autoridades Venezolanas (sic), lo cual no existe; así
mismo, el artículo 184 del Código Civil, establece que el matrimonio
solo se disuelve por muerte o por divorcio, éste (sic) último por
sentencia dictada por un Tribunal (sic) venezolano o por exequátur de
otro fallo dictado en el exterior, lo cual no ha ocurrido en el caso de
marras; y finalmente infringe el (sic) la última parte del artículo 767
del mismo Código (sic), ya que éste (sic) establece que la eliminada
presunción de comunidad en él contenida, hoy en día es un derecho
establecido, en virtud de la interpretación del artículo 77 de la
Constitución hecha por la Sala Constitucional,  no se aplica si alguna
de las personas en unión no matrimonial o en concubino
esta   (sic)   casado .

18
(…Omissis…)
Las normas que debió aplicar y que no aplicó la recurrida son las
normas delatadas, esto es, los artículos 50, 184 y 767 del Código Civil.
Las razones de su aplicabilidad están en que el demandado BRUCE
PESTANO no pudo pasar del estado civil del CASADO, tal como lo
establece la recurrida, al estado civil de DIVORCIADO, ya que no se
permite en Venezuela el matrimonio de una persona que ya se
encuentra casada, como es el caso de mi representado, lo que
constituye un impedimento dirimente y por ende de uniones estables de
hecho; y aún estando vivos mi representado BRUCE PESTANO como
su esposa NORA ESTHER GALLOSO, por no existir Exequátur (sic),
siguen siendo en Venezuela de estado civil de casados.
La violación de las normas delatadas fue determinantes en el
Dispositivo (sic) del fallo recurrido, debido a que si el ad quem
hubiese aplicado las normas delatadas, le hubiese ello impedido
declarar con lugar la apelación de la actora, así como con lugar la
demanda, debido a que mi representado continua aún hoy en día con el
estado civil de casado…”. (Subrayado, negrillas, cursivas y mayúsculas
del texto del escrito).

Luego de un análisis de la presente denuncia, observa esta Sala, que en relación

con las infracciones por falta de aplicación de los artículos 50 y 767 del Código

Civil, viene siendo fundamentadas en las mismas razones y motivos expuestos en

la segunda denuncia por infracción de ley, ya resuelta por esta Sala, por lo que,

en aras de evitar repeticiones innecesarias, se dan por reproducidos los motivos y

razones expuestas en el capítulo segundo del presente fallo, para declarar la

improcedencia de las mismas.

En cuanto a la denuncia referida a la falta de aplicación del artículo 184 del

Código Civil, debe destacar esta Sala que la disposición invocada reza lo

siguiente: “… Todo matrimonio válido se disuelve por la muerte de uno de los

cónyuges y por divorcio…” . De la misma se desprende las únicas formas

permitidas por nuestro ordenamiento jurídico para fin a cualquier unión

matrimonial existente entre un hombre y una mujer.

Ahora bien, luego de un análisis del fallo recurrido, el cual se encuentra

suficientemente transcrito en el capítulo segundo del presente fallo, se concluye


19
que el juez superior en su fallo no infringió el contenido de la misma como lo

aduce la recurrente, más bien actuó en plena sintonía con la misma, pues al

existir y estar reconocido por el propio demandado, la existencia de  la sentencia

de fecha 17 de mayo del 2006, dictada por la Corte de Distrito del 17 Circuito en

el Condado de Broward del estado de Florida, de los Estados Unidos de América,

que fue la que le disolvió el vínculo matrimonial que existía entre el ciudadano

Bruce Pestano y la ciudadana Nora Galloso, se demuestra que en el caso de autos,

se materializó una de las formas, dispuesta por nuestro legislador, para tener por

disuelto una unión matrimonial, razón suficiente para determinar la

improcedencia de esta delación.

En consecuencia, por los motivos  supra  indicados, se debe declarar la

improcedencia de las denuncias estudiadas en el presente capítulo. Así se decide.


-V - 

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, denuncio la infracción por error de interpretación del

artículo 38 de la Ley de Derecho Internacional Privado, según las razones que se

plasman a continuación:
“…La norm a apl i cabl e por (si c) recurri da, es el art í cul o 38 de l a Ley de
Dere cho Int ernaci onal P ri vado, l a cual fue el egi da correct am ent e, pero l e di o
una  in terp re taci ón errad a  en su al cance general y abst ract o, ya que al
decl ar ar que “ l a fuerza document al y probat ori a de l a sent enci a ext ranj era
no queda somet i da a l os presupuest os de ef i caci a del exequát ur” ,   vi ol ent a l o
previ st o en l a norm a del at ada l a cual prevé que su efi caci a se ri gen por el
Dere cho que regul a l a rel aci ón j urí di ca correspondi ent e, est o es, el
ordenam i ent o j urí di co venezol ano y con l o cual yerra en su i nt erpret aci ón.
El error de i nt erpret a ci ón, conduj o a l a recurri da a señal ar que l a sent enci a
ext ranj er a  “ no queda somet i da …al exequát ur…, en t odo caso, para al canzar
ef ect os ul t ramari nos,… debe est ar aposti l l ada, como es el caso de aut os” ,   l o
que perm i t i ó est abl ece r que “… En el present e caso la sent enci a ext ranj era,
… cursa en aut os en copi a cert i f i cada, debi dament e apost il l ada con el Sel l o
de la C onvenci ón de La Haya y t raduci da por i nt erpret e públ i co,   con st i t u ye
u na pru eba i rrefu t abl e y efi caz para dem ost rar su efect o m odi fi cat ori o del
est ado ci vi l del dem an dado, qu i en paso de ser casado a di vorci ado , cesando
a part i r de di cho f all o sus derechos y obli gaci ones con su ex esposa y
vi cev ersa.

20
El art í cul o 38 de l a Ley de Derecho Int ernaci onal P ri vado, apli cado por l a
recur ri da, ha podi do ser i nt erpret ado en el sent i do, de que por care ce r el
fal l o ext ranj ero del respect i vo exequát ur, no pudo adqui ri r ni ngún efect o, ni
procesal ni m at eri al , t al com o l o señal e y est abl eci ó el Dr. Eugeni o
Hernánd ez- B ret ón, ant eri orm ent e en l a ci t a t ranscri t a.
Las razones que dem uest ran l a apl i cabi l i dad de l a norm a del at ada est ri ban en
que debe evit arse que l a int erpret a ci ón errad a dada por l a recurri da si rva de
ant eced ent e para docum ent os o sent enci as ext ranj eras, si n el cum pl i mi ent o
i m pret erm i t i bl e que ha est abl eci do l a Ley de Dere cho Int ernaci onal P ri vado
de los requi si t os y procedi m i ent os para que t al es inst rum ent os puedan ser
val orados unos o ej ecut ados ot ras, en nuest ro paí s.
La vi ol aci ón de l a norm a del at ada fue det erm i nant e en el Di sposi t i vo (si c)
del fal l o recurri do, debi do a que el (si c) con l a errada i nt erpret aci ón se
pret endi ó dar caráct e r de inst rum ent o fehaci ent e en Venezuel a a un fal l o
ext ranj ero, cará ct er no al canzado debi do a l a fal t a de cum pl i m i ent o de l os
requi si t os est abl eci dos por Venezu el a para que él t enga val or de docum ent o
públ i co fehaci ent e…”. (S ubrayado, negri l l as y cursi vas del t ext o del
escri t o).

De lo transcrito nota esta Sala que la formalizante delata que el  ad quem  en su

fallo le dio una interpretación errada al contenido previsto en el artículo 38 de la

Ley de Derecho Internacional Privado, al declarar que la fuerza documental y

probatoria de la sentencia extranjera no queda sometida a los presupuestos de

eficacia del exequátur, pues lo que prevé la norma invocada, según la recurrente,

es que la eficacia se rige por el derecho que regula la relación jurídica

correspondiente, que en el caso de autos es el ordenamiento jurídico venezolano,

en donde se dispone que si un fallo extranjero carece del respectivo exequátur, no

puedo adquirir ningún tipo de efecto, ni procesal, ni material.

Asimismo, se observa que la recurrente aduce que la norma invocada debe ser

aplicada conforme con su interpretación, pues así se evitaría que la interpretación

errada dada por la recurrida sirva de antecedente para que los documentos o las

sentencias extranjeras puedan ser valorados unos o ejecutados otras, en nuestro

país, sin el cumplimiento impretermitible que ha establecido la Ley de Derecho

Internacional Privado.

21
En virtud de lo anterior, debe traerse a colación que lo dispuesto en la norma

invocada en lo siguiente:
“…Art í cul o 38. LDIP . Los m edi os de pruebas, su efi ca ci a y l a det erm i naci ón
de l a carga de l a prueba se ri gen por el Derecho que regul a l a rel aci ón
j urí di ca correspondi ent e, si n perj ui ci o de que su sust anci aci ón procesal se
aj ust e al derecho del Tri bunal o funci onari o ant e el cual se efe ct úa…”.

De la norma transcrita se desprende, que siempre las reglas de derecho que

resultan aplicables a la prueba de los actos, al medio, su eficacia y la distribución

de la carga de la prueba, cuando estén vinculadas con elementos foráneos, serán

las del derecho que rige la relación jurídica respectiva.

Ahora bien, luego de un análisis del fallo impugnado  supra transcrito, debe

concluir esta Sala que en el caso de autos, el juez superior no infringió el

contenido previsto en la norma delatada, pues el sentido que le dio el juzgador a

la norma en su decisión, se adecua perfectamente al verdadero alcance que se

desprende de la misma, pues con la precitada norma el operador de justicia se

encuentra plenamente facultado, para valorar el contenido que se desprende de

una sentencia extranjera de divorcio, pues por su naturaleza jurídica de

documento público legalizado, resulta suficiente para demostrar la veracidad de

las declaraciones y los hechos que se encuentran contenidos en la misma.

Por lo tanto, al no haber incurrido el  ad quem  en el vicio de fondo delatado, el

cual se materializa  cuando el juez no le da a la norma adecuada para solucionar el

conflicto surgido entre las partes, su verdadero sentido y alcance a la norma,

haciendo derivar de ella consecuencias que no concuerdan con su contenido, debe

esta Sala de Casación Civil, declarar la improcedencia de la presente denuncia.

Así se decide.
-VI - 

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, denuncio la infracción por error de interpretación del


22
artículo 1 de la Ley Aprobatoria del Convenio para suprimir la exigencia de

legalización de los documentos públicos extranjeros, según los motivos que se

transcriben a continuación:
“…De conform i dad con el ordi nal 2° del art í cul o 313 del C ódi go de
P rocedi m i ent o C i vil , denunci ó (si c) l a vi ol aci ón del art í cul o 1° li t eral a) de
l a LEY APR OB ATOR IA DEL CONVENIO P AR A SUP R IMIR LA
EXIGENC IA DE LEGALIZAC IÓ N DE LOS DOC UMENTOS P ÚB LIC OS
EXTR ANJER O, por  E RRO R DE INT E RPRE T ACIÓ N,  ya que l a recurri da
est abl eci ó que el fal l o decl arat i vo del di vorci o de B R UC E P ES TANO di ct ado
por un paí s ext ranj ero (F l ori da, EEUU) es un docum ent o i rrefut abl e y efi ca z
para dem ost rar su efect o modi fi cat ori o del est ado ci vi l del dem andado, qui en
pasó de ser casado a di vorci ado, l o cual no es ci ert o, al m enos para
Venezu el a.
(…Om i ssi s…)
Hay que di st i ngui r, por un part e, l os act os y docum ent os propi am ent e di chos
en l os cual es l as part es redact an con l a fi nal i dad de const i t ui r l as pruebas de
sus est i pul aci ones y convenci ones, t al es com o l os cont rat os y ot ros act os
si mi l ares, que com o docum ent os ext ranj eros, según l a norm a denunci ada,
para que surt an efect os en Venezu el a bast a que se supri m a l a exi genci a de
l egal i zaci ón di pl om át i ca o consul ar; y por l a ot ra, l os que const i t uyen l as
sent enci as ext ranj eras, que mi ent ras no gocen de los benefi ci os del
exequát ur, a pesar de est ar Apost i l l ado (si c), com o l o afi rm a l a recurri da, no
l a convi ert e en docum ent o fehaci ent e, al m enos para Venezuel a, si n que
m edi e el debi do exequát ur. Di ce l a ci t ada Ley, que el present e C onveni o
(si c) se apl i cará a l os  DOC UME NTOS PÚB LIC OS QUE HA YA N S IDO
A UTOR IZA DOS E N E L TE RR ITOR IO DE UN E S TA DO C ONTR A TA NTE  y
que deban ser present ados en el t erri t ori o del ot ro est ado cont rat ant e]; pero
l o que hace es sol o  S UPRIMIR  el proceso de l egal i zaci ón a esos cont rat os o
act os si mi l ares, pero que en el caso de sent enci as ext ranj er as, el docum ent o
cont i nent e no se convi ert e en fehaci ent e, i rrefut abl e y efi caz; y para
Venezu el a, no l o es! (si c)
(…Om i ssi s…)
La norm a que debi ó i nt erpret ar corre ct am ent e l a recurri da, es l a norm a
del at ada, est o es, el art í cul o 1°, l i t eral a) de l a LEY APR OB ATOR IA DEL
C ONVENIO P AR A S UPR IMIR LA EXIGENC IA DE LEGALIZAC IÓN DE
LOS DOC UMENTOS P ÚB LIC OS EXTR ANJER OS , pero int erpret ad a en el
sent i do de que por el hecho de que el docum ent o cont i nent e del fal l o de
di vorci o est é apost i ll ado no l o convi ert e per se en docum ent o efi ca z para
m odi fi car el est ado ci vi l de m i repres ent ado, al m enos para Venezuel a, por
fal t arl e el necesari o exequát ur.
Las razones que dem uest ran l a correct a i nt erpret aci ón de l a norm a del at ada
est ri ban en que con el l a sol o se est á supri mi endo el procedi m i ent o, al gunas
veces engorroso, de sol i ci t ar l a l egal i zaci ón de l as fi rm as de los funci onari os
ext ranj eros que en esos act os o docum ent os en l os cual es el l os hayan
i nt erveni do; pero para que una sent enci a ext ranj er a (no docum ent o
ext ranj ero ), t enga val i dez en Venezuel a, no es sufi ci ent e que el mi sm o est é
apost i l l ado, ya que para que el l o suceda es requi si t o im presci ndi bl e del
P AS E dado por nuest ras aut ori dades j udi ci al es com pet ent es (el T.S .J., o l os
Tri bunal es (si c) Superi ores) (si c).
23
El error de i nt erpret aci ón de l as norm as del at adas fue det erm i nant e en el
Di sposi ti vo (si c) del fal l o recurri do, debi do a que con él se pret endi ó dar a
un docum ent o em anado de aut ori dad ext ranj er a, carent e de val or en
Venezu el a, por no t ener del P ase (si c) o exequát ur, el val or de docum ent o
i rrefut abl e y efi caz a t enor de l o di spuest o en el ordenam i ent o j urí di co
venezol ano, el l o con l a fi nal i dad de fundam ent ar el di sposi ti vo de l a
recur ri da…”. (Mayúscul as, negri l l as y subrayado del t ext o del escri t o).

De la anterior transcripción nota esta Sala que la recurrente acusa que el juez

superior incurrió en una errada interpretación de la norma invocada cuando

estableció en el fallo impugnado, que la sentencia  declarativa del divorcio del

ciudadano Bruce Pestano dictada por un país extranjero, es un documento

irrefutable y eficaz para demostrar su efecto modificatorio del estado civil del

demandado, pues según la recurrente, el sentido que debió conferírsele a la

disposición invocada, es que por el hecho de que el documento continente del

fallo de divorcio esté apostillado, no se convierte  per se en documento eficaz

para modificar el estado civil de una persona, pues para que tenga tal efecto, falta

el necesario exequátur por parte de un órgano jurisdiccional.

Dicho lo anterior, esta Sala pasa a transcribir el contenido de la disposición

invocada, a tal efecto, la misma reza:


“…Art í cul o 1. El present e C onveni o se apl i cará a l os docum ent os públ i cos
que hayan si do aut ori zados en el t erri t ori o de un Est ado Cont rat ant e y que
deban ser present ados en el t erri t ori o del ot ro Est ado C ont rat ant e.
A los efect os del present e C onveni o se consi derar án com o docum ent os
públ i cos l os si gui ent es:
a) Los docum ent os que em anen de una aut ori dad o funci onari o vi ncul ado a
cort es o t ri bunal es del Est ado, i ncl uyendo l os proveni ent es del Mi ni st eri o
P úbli co, o de un secret a ri o, ofi ci al o agent e j udi ci al ;
b) Los docum ent os adm i nist rat i vos;
c) Los docum ent os not ari al es;
d) Las cert i fi ca ci ones ofi ci al es que hayan si do puest as sobre docum ent os
pri vados, t al es com o m enci ones de regi st ro, com probaci ones sobre l a cert e za
de una fecha y aut ent i caci ones ofi ci al es y not ari al es de fi rm as.
S i n em bargo, el present e C onveni o no se apl i cará:
a) A l os docum ent os expedi dos por agent es di pl om át i cos o consul ares;
b) A l os docum ent os adm i ni st rat i vos que se refi eran di rect am ent e a una
operaci ón m ercant i l o aduaner a…”.

24
Ahora bien, luego de un análisis tanto de la disposición invocada como del fallo

recurrido supra transcrito, concluye esta Sala que el juez superior en su decisión

no desvirtuó ni desnaturalizó el  verdadero sentido y alcance a la norma señalada

por la recurrente, pues en la norma  in  comento solo se estipulan cuales son los

documentos emanados de autoridades extranjeras que podrán ostentar en el

territorio de la República el carácter de documento público y cuales no, lo cual en

nada se aleja a la valoración conferida por el  ad quem a la sentencia  de fecha 17

de mayo del 2006, dictada por la Corte de Distrito del 17 Circuito en el Condado

de Broward del estado de Florida, de los Estados Unidos de América, pues el

valor que le dio el  ad quem al fallo de divorcio extranjero, no fue otro que el de

un documento público legalizado.

En tal sentido, al no materializarse el vicio endilgado en el fallo recurrido, esta

Sala de Casación Civil, debe declarar la improcedencia de la misma. Así se

decide.
-VII - 

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, denuncio la infracción por error de interpretación del

artículo 281 del Código de Procedimiento Civil, conforme con los argumentos que

se transcriben a continuación:
“…De conform i dad con el ordi nal 2° del art í cul o 313 del C ódi go de
P rocedi m i ent o Ci vi l , denunci o l a vi ol aci ón del art í cul o 281 del C ódi go de
P rocedi m i ent o C i vil , por  E RRO R DE INT E RPRE T ACIÓ N , por cuant o l a
recur ri da en el Di sposi t i vo (si c) C UAR TO, condena en cost as del recurso a
l a part e dem andada, mi repres ent ado B R UC E PES TANO, si n que ést e (si c)
haya apel ado de l a sent enci a del a quo. La part e que ej erci ó el recurso
ordi nari o de apel aci ón fue l a part e act ora, ya que l a dem anda l e fue
decl ar ada  si n l ugar  en todas sus part es, debi do a que el Tri bunal (si c) de l a
C ausa (si c) consi deró aj ust ado a dere cho, de que l a acci ón no podí a
prospera r debi do a que el dem andado era de est ado ci vi l C AS ADO, por no
const ar el requi si t o del exequát ur a l a sent enci a de di vorci o di ct ada en
est ado de F l ori da, de l os Est ados Uni dos de Am éri ca.
La norm a denunci ada com o i nfri ngi da requi ere para su correct a
i nt erpret aci ón que el condenado en cost as l o sea en pri m er l ugar el
AP ELANTE; que l o sea en l as cost as el recurso, no del proceso (cosa que no
25
est abl eci do (si c) l a recurri da); que l a sent enci a apel ada haya si do confi rm ada
en todas sus part es, y que exi st a venci m i ent o t ot al .
(…Om i ssi s…)
P ues bi en, B R UC E PES TANO no es AP ELANTE de l a sent enci a a quo.
Tam poco est abl ece l a sent enci a recurri da que l a sent enci a apel ada haya si do
confi rm ada en t odas sus part es, ya que l a de P ri m era (si c) Inst anci a (si c)
decl aró  IMPRO CE DE NT E l a acci ón  (fol i o 295), est o es,  S IN LUG AR  l a
dem anda, en el cual se sol i ci t o (si c) l a exi st enci a de l a uni ón est abl e de
hecho desde el jul i o de 2001 hast a oct ubre de 2008 y l a sent enci a del ad
quem , l a decl ara  CO N LUG AR , desde el 17 de m ayo de 2006 hast a el m es de
oct ubre de a (si c) 2008, t al com o l o est abl ece en el Di sposi t i vo (si c)
TER C ER O, al fol i o 302, de lo cual se evi denci a que no fue  CO NFIRMADA
E N T O DAS S US PART E S .
El error de i nt erpret a ci ón de l a norm a del at ada, conduj o a l a recurri da a
condenar en cost as a l a part e apel ada y no al apel ant e, com o en efect o el l a
est abl ece.
La norm a que debi ó apl i car l a recurri d a es l a mi sm a denunci ada, est o es el
art í cul o 281 del C ódi go de P rocedi m i ent o Ci vi l , pero int erpret ad a en el
sent i do de que no era procedent e l a condenaci ón en cost as al dem andado, ya
que est e no fue el que int erpuso el R ecurso (si c) ant e l a Al zada (si c).
El error de i nt erpret aci ón fue det erm i nant e en el Di sposi t i vo (si c), ya que de
no haber i ncurri do en él , l a consecuenci a l ógi ca era no condena rl o a sufragar
y cancel ar unos gast os, cost os y honorari os profesi onal es de abogados de l a
part e cont rari a a lo cual no habí a dado l ugar, por no haber i nt erpuest o
recurso ordi nari o al guno…”. (Mayúscul as, subrayado y negri l l as del t ext o
del escri t o).

De lo transcrito nota esta Sala que la formalizante delata que la recurrida infringe

por error de interpretación el contenido del artículo 281 del Código de

Procedimiento Civil, al haber condenado en costas del recurso ordinario de

apelación a la parte demandada, sin que esta última haya apelado de la sentencia

de primera instancia y sin que la sentencia del  a quo se haya confirmado en todas

sus partes, pues según la recurrente la correcta interpretación de la norma

invocada que debió conferirle el juez superior, es que la condenatoria en costas

del recurso debe hacerse contra la parte que apela de la decisión de primera

instancia que resultare vencido, más la condenatoria no puede ir dirigida contra la

parte que no interpuso el respectivo recurso de apelación.

En este sentido, debe destacarse que la norma invocada por la recurrente dispone:
“…Art í cul o 281. CP C . S e condenara en cost as del recurso a qui en haya
apel ado de l a sent enci a que sea confi rm ada en t odas sus part es…”.  
26
Asimismo, el fallo impugnado en su dispositivo efectivamente dispone:
“…C UAR TO: S e condena en cost as a l a part e dem andada de conform i dad con
el art í cul o 281 del C ódi go de P rocedi m i ent o C ivi l …”.  

Ahora bien, luego de un análisis tanto de la formalización como del fallo

recurrido, esta Sala concluye que el  ad quem  no incurrió en la infracción de ley

acusada, la  cual se materializa  cuando el juez no le da a la norma adecuada para

solucionar el conflicto surgido entre las partes, su verdadero sentido y alcance a

la norma, haciendo derivar de ella consecuencias que no concuerdan con su

contenido,  pues nota que el sentido conferido por el juez de la alzada a la

disposición invocada no es en nada distinto al que se desprende de la misma,

razón suficiente para desestimar la presente denuncia, por la no configuración del

vicio delatado.

Aunado a lo anterior, debe destacar esta Sala que en el fallo impugnado el juez

superior incurrió en un error cuando realizó la motivación de la condenatoria en

costas en el presente juicio, pues, efectivamente en el presente asunto, ni la parte

demandada fue la que interpuso el recurso de apelación, ni tampoco la sentencia

de instancia fue confirmada en todas sus partes, sin embargo, pese al error

acontecido por el  ad quem , esta Sala debe señalar que el mismo no resulta

determinante para modificar la suerte de lo decidido en el fallo impugnado, pues

bien se encuentra demostrado en las actas, que fue la demandada quien resultó

totalmente vencida en el presente juicio, situación necesaria para que opere la

consecuencia jurídica dispuesta en nuestro ordenamiento jurídico, que es la

expresa condenatoria en costas a la parte que resulte totalmente vencida, que fue

lo que ocurrió en el fallo impugnado.

En tal sentido, por las consideraciones expuestas, esta Sala de Casación Civil,

debe declarar la improcedencia de la presente denuncia. Así se decide.  


-VIII - 
27
De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, denuncio la infracción por error de interpretación del

artículo 431 del Código de Procedimiento Civil, conforme con los argumentos que

se transcriben a continuación:
“…De conform i dad con el ordi nal 2° del art í cul o 313 del C ódi go de
P rocedi m i ent o Ci vi l , denunci o l a vi ol aci ón del art í cul o 431 del C ódi go de
P rocedi m i ent o Ci vi l , que es norm a j urí di ca expresa que regul a
el  estab l eci mi en to de la p ru eb a testi mon i al  por E RRO R DE
INT E RPRE T ACIÓ N , en concordanci a con el art í cul o 320 del m ism o C ódi go
(si c) ci t ado, que perm i t e a l a S al a descender a l as act as y al fondo del asunt o
debat i do, ya que l as t est i m oni al es de  FAB RIZ IO SIL VA AL VES , JO RGE
ADO L FO RO JAS CARRE ÑO  y L UIS A FRANCIS CA SARMIE NT O DE
PE RE IRA , qui enes decl araron en rel aci ón a l os part i cul ares en el
JUS TIF IC ATIVO, fueron m al prom ovi das; bi en adm i t i das por el (si c) a quo;
pero m al evacuad as, en vi rt ud de que fueron  p romovi d as d e con formi d ad
con el artí cu l o 477  del mi sm o C ódi go (si c), no para R ATIF IC AR sus di chos
del JUS TIF IC ATIVO ex art í cul o 431 ibí dem , si no a “ para qu e previ o el
cu m pl im i en t o de l as form al i dades l egal es, ri n dan decl araci ón sobre l os
h ech os qu e oportu n am en t e in di carem os : …”
F ueron m al evacuadas, ya en esa oport uni dad procesal se i ncurri ó en l as
i l egal i dades que señal are m ás adel ant e y a pesar de el l o
fueron  val orad as  por el ad quem para fundam ent ar l a decl arat ori a con l ugar
de l a dem anda de concubi nat o, que será obj et o de l a próxi m a denunci a en
est e mi sm o escri t o del R ecurso (si c) de Fondo (si c)
(…Om i ssi s…)
En el escri t o de Prom oci ón (si c) de l a dem andant e señal a:
(…Om i ssi s…)
El aut o de adm i si ón de pruebas, l as adm i t e  NO PARA Q UE RAT IFICARA
S US DICH OS E N E L JUS T IFICAT IVO , n o, las ad mi te pu ra y
si mp l emen te d ejan d o a sal vo su ap reci aci ón en l a sen ten ci a d efi n i ti va .
La norm a denunci ada y m al int erpret ad a fue el art í cul o 431 del Códi go de
P rocedi m i ent o C i vil , que a l a vez es l a norm a que debi ó apl i car el ad quem .
Las razones de su apli cabi l i dad est ri ban en que
l a PRO MO CIÓ N , ADMIS IÓ N  y E VACUACIÓ N  de l a prueba de t est i gos
para que rat i fi quen l os di chos dados en el JUS TIF IC ATIVO ha debi do ser
hecha con fundam ent o en l a norm a del at ada y no en el art í cul o 477 ej usdem ,
t al com o l o hi zo.
La vi ol aci ón fue det erm i nant e en el Di sposi ti vo (si c), ya que al admi t i r el ad
quem l a prueba m al prom ovi da, l e di o pert i nenci a y conducenci a a l a
t est i m oni al de persona que decl ar aron en el JUS TIF IC ATIVO si n m enci onar
que era para que rat i fi car a sus di chos y por lo t ant o se incorpora ron a l as
act as decl ara ci ones i l egal es…”. (S ubrayado, negri l l as, m ayúscul as y cursi vas
del t ext o del escri t o).

28
De la transcripción parcial del escrito de formalización, observa esta Sala que la

intención de la recurrente va dirigida en delatar la infracción por error de

interpretación por parte del  ad quem   del artículo 431 del Código de

Procedimiento Civil, por cuanto las testimoniales de los ciudadanos Fabrizio

Silva Alves, Jorge Adolfo Rojas Carreño y Luisa Francisca Sarmiento de Pereira,

fueron promovidas por la parte actora según lo previsto en el artículo

477 eiusdem , pero a pesar de esto, el  ad quem   en su decisión, las valoró según lo

previsto en la norma invocada, considerando que el objeto de las mismas era la

ratificación del contenido de la documental “justificativo de testigos”, lo cual

resulta determinante para el dispositivo del fallo pues al admitir el  ad quem  una

prueba mal promovida, le dio pertinencia y conducencia a las testimoniales de las

personas que declararon en el justificativo, quienes según la recurrente,

incorporaron a las actas declaraciones ilegales.

Ahora bien, la norma invocada como infringida dispone:


“…Art í cul o 431. CP C . Los docum ent os pri vados em anados de t erceros que
no son part es en el j ui ci o ni causant es de l as mi sm as, deberán ser rat i fi cados
por el t ercero m edi ant e l a prueba t est i m oni al …”.  

Asimismo, el fallo impugnado dispone respecto a los puntos señalado en la

presente denuncia, lo siguiente:


“…1.- Just i fi cat i vo de t esti gos (f.15 al 24) evacu ado por ant e el Juzgado
Terce ro de los Muni ci pi os Mari ño, Garcí a, Tubores, Vi l l al ba y P ení nsul a de
Macanao de l a C i rcunscri pci ón Judi ci al del Est ado (si c) Nueva Espart a en
fecha 14.8.2009, de donde se desprende que l os ci udadanos FAB R IZIO
S ILVA ALVAEZ, JOR GE ADOLF O R OJAS C AR R EÑO y LUIS A
F R ANC ISC A S ARMIENTO DE PER EIR A, el prim ero, m ani fest ó que conocí a
a l a señora MAYR A B AR R UETA porque eran veci nos y com part í an; que l e
const aba que l a señora MAYR A B AR R UETA vi ví a en el C ondomi ni o (si c)
del C onj unt o R esi denci al La Mari na Vi l l ages, Urbani zaci ón (si c) C ost a Azul ,
sect or B el l a Vi st a P orl am ar porque él est aba al l ado de donde el l a vi ve; que
él vi ví a al l í desde hací a 15 años y l a señora MAYR A B AR R UETA y BR UC E
P ES TANO t ení an al lí m ás de 3 o 4 años; que el l os habí an com prado en l a
resi denci a de al l ado y est uvi eron vi vi endo j unt os hací a poco, t ení a ti em po
si n t ener cont act os con el l os; que el apart am ent o era de l os dos, pero vi ví an
con l a m am á y t am bi én así en l a casa adqui ri da por am bos; el segundo
t est i go, m ani fest ó que conocí a a l a señora MAYR A B AR R UETA; l a segunda
pregunt a t rat a que si por el conoci m i ent o que t i ene sabí a y l e const aba si el l a
29
resi dí a en el condom i ni o del Conj unt o R esi denci al La Mari na Vi ll ages,
Urbani za ci ón (si c) Cost a Azul , a l a cual respondi ó si yo t rabaj aba con el l os
al l í ; que desde que él l os conocí a sabí a que MAYR A B AR R UETA y B R UC E
P ES TANO t uvi eron una rel aci ón concubi nari a; que vi ví an en el apart am ent o
y l uego al l ado; que sabí a que habí an adqui ri do con aport e económ i co de
am bos bi enes i nm uebl es porque el l os se l a pasaban t rabaj ando junt os y el
t ercer t est i go, que conocí a a l a señora MAYR A B ARR UETA; que l a señora
MAYR A B ARR UETA vi ví a en el Condom i ni o (si c) del C onj unt o R esi denci al
La Mari na Vil l ages, Urbani za ci ón (si c) C ot a (si c) Azul , sect or B ell a Vi st a
P orl am ar; que MAYR A B AR R UETA y B R UC E PES TANO tuvi eron una
rel aci ón concubi nari a, l os conocí a desde hací a m uchos años y com part í an
m ucho con el l os; que l e const aba que est aban convi vi endo com o parej a en l a
R esi denci a Espart a S ui t es y l uego en el Conj unt o R esi denci al La Mari na
Vi l l ages; que l e const aba l o di cho por que el l os com part í an y vi aj aban
m ucho j unt os, hací an t odo junt os.
A l os efect os de dar cum pl i mi ent o al art í cul o 431 del Códi go de
P rocedi m i ent o Ci vi l se prom ovi ó en l a et apa probat ori a l as t esti m oni al es de
l os ci udadanos F AB R IZIO S ILVA ALVAEZ, JOR GE ADOLF O R OJAS
C AR R EÑO y LUIS A FR ANC IS C A S AR MIENTO DE PER EIR A, con el obj et o
de que rat i fi car an el cont eni do y fi rm a del docum ent o ant es descri t o, a saber:
El ci udadano F ABR IZIO S ILVA ALVAEZ (f.8 y 9)en fecha2.5.2010 fue
i nt errogado m ani fest ando que reconocí a y rat i fi caba el cont eni do y l a fi rm a
del j ust i fi cat i vo de t est i gos que cursa a l os foli os 15 al 24 del present e
expedi ent e y que no t ení a nada m ás que agregar.
Asi m i sm o, fue repregunt ado y m ani fest ó que conoci ó a los ci udadanos
MAYR A B ARR UETA y B R UC E P ES TANO en el t i em po que vi ví an en
Espart a Sui t es si endo sus veci nos a dos apart am ent os del suyo, m ás o m enos
durant e m ás de t res años; que en vari as oport uni dades l os encont raba en el
ascensor, en su casa, en l os pasi l l os del edi fi ci o, et c, pero fueron vari as l as
oport uni dades que l os vi o junt os; que l as veces que com part i ó con el l os en
su casa fue por vol unt ad propi a ya que eran veci nos y m ant ení a una rel aci ón
de am i st ad con l a m am á de Mayra pasaba a sal udar y est aban el l os; que no
sabí a cual (si c) era el domi ci l i o del ci udadano BR UC E PES TANO
ant eri orm ent e cuando vi ví an j unt os en el Espart a S uit es, pi so 12 a ci nco
apart am ent os del suyo no recordaba l a l et ra, el suyo era 12-V y después de
eso recordaba que se mudaron al C onj unt o R esi denci al que est á al l ado del
Espart a Sui t es no record aba el nom bre y sabí a que vi ví an en l a úl ti m a casa al
l ado de l a pi sci na, desconocí a el núm ero.
El ci udadano JOR GE ADOLF O R OJAS C ARR EÑO (f.10 y 11) en fecha
2.3.2010 fue i nt errogado m ani fest ando que reconocí a y rat i fi caba el
cont eni do y l a fi rm a del just i fi cat i vo de t est i gos que cursa a l os foli os 15 al
24 del present e expedi ent e y que no t ení a nada m ás que agregar.
Al m om ent o de ser repregunt ado m ani fest ó que habí a t rabaj ado con los
ci udadanos MAYR A BAR R UETA y B R UC E PES TANO; que l a cl ase de
t rabaj o que real i zó fueron rem odel aci ón e i nst al aci ón de t uberí as y
al bañi l erí a y l aboró casi por un m es; que habí a conoci do al señor BR UC E
P ES TANO cuando vi ví an en Mari na Vi ll age; que sabí a que l os ci udadanos
MAYR A B AR R UETA y BR UC E P ES TANO se l a pasaban t rabaj ando junt os
porque ell os l o habí an cont rat ado para t rabaj arl e, si em pre ll egaban j unt o
cuando él est aba t rabaj ando; que l os ci udadanos MAYR A B AR R UETA y
B R UC E P ES TANO deben est ar agrade ci dos ya que se l e hi zo ese t rabaj o t an
barat o.

30
La ci udadana LUIS A FR ANC IS C A S AR MIENTO DE PER EIR A (f.42 al 44)
en fecha 23.3.2010 al ser i nt errogada y m ani fest ó que reconocí a y rat i fi caba
el cont eni do y l a fi rm a del just i fi cat i vo de t esti gos que cursa a l os fol i os 15
al 24 del present e expedi ent e y que no t ení a nada m ás que agrega r fuera de
l o expresado.
Asi m i sm o, fue repregunt ad a y m ani fest ó que no habí a si do despedi da de l a
em presa C AMMB P LUS C AMB IO, S .A, por part e de BR UC E P ES TANO ya
que en real i dad el l a nunca habí a t rabaj ado en esa em presa del ci udadano
B R UC E P ES TANO, lo conocí a por m edi o de l a señora Mayra cuando el l os
vi ví an en La Mari na, l os invi t aba a su casa y el l os l e i nvit aba a el l a, pasaban
l os 31 de di ci em bre, l os 1° de enero él iba para su casa y el l a para l a de él ,
es deci r que com part í an j unt os pero nunca t rabaj ó con él y ot ras veces l e
pregunt aba a su m am á y l e decí a que andaba vi aj ando con B ruce y así
sucesi vam ent e; que no veí a t odos l os dí as a MAYR A B AR R UETA y BR UC E
P ES TANO porque el l os vi ví an en su casa y el l a en l a suya, el l os t ení a sus
quehace res y el l a l os suyos , por l o que t ení a una casa y una fam i l i a que
at ender, se reuní an al m es porque él andaba vi aj ando con el l a o andaba para
C aracas, esa era una parej a muy boni t a; que el l a no t ení a ni ngún parent esco
con l a señora MAYR A B AR R UETA; que l a rel aci ón que t ení a con MAYR A
B AR R UETA y B R UC E PES TANO era de am i st ad, son am i gos, el l a l a conocí a
y por m edi o de el l a conoci ó al señor y com enzaron a com part i r, cl aro que su
m am á es am i ga t am bi én en real i dad no l e uní a nada sol o am i st ad, m ant ení an
una am i st ad muy bonit a; que l e const aba que l a señora MAYR A B ARR UETA
vi aj aba con el señor B R UC E PES TANO ya que él era su m ari do y el l a l e
pregunt aba para donde i ba y el l a l e respondí a que de vi aj e con B ruce, que se
i ba al ext ranj ero o a C arac as, com o el l os eran m ari do y m uj er, bueno era el
úni co m ari do que l e habí a conoci do.
Es así , que al haber si do debi dam ent e rat i fi cado el docum ent o em anado de
t erceros m edi ant e decl ar aci ón de los m enci onados t est i gos, los cual es se
val ora con fundam ent o en el art í cul o 508 del C ódi go de P rocedi m i ent o C i vil ,
t oda vez que l os m i sm os son coi nci dent es ent re sí en apl i caci ón del art í cul o
431 ej usdem se l e ot orga val or probat ori o a di cha prueba para dem ost rar
t al es ci rcunst anci as. Y así se deci de.-
(…Om i ssi s…)
6.- Test im oni al es:
(…Om i ssi s…)
En l o que respect a a l os ci udadanos F AB R IZIO S ILVIA ALVAEZ, JOR GE
ADOLF O R OJAS C AR R EÑO y LUIS A FR ANC IS C A S AR MIENTO DE
P ER EIR A, ya fueron obj et o de anál i si s al i ni ci o del present e especí fi cam ent e
al m om ent o de anal i zar el just i fi cat i vo de t esti gos, cursant e a l os foli os 15 al
24 de l a pri m era pi eza, en vi rt ud de haber si do prom ovi dos en l a et apa
probat ori a para que rat i fi caran el cont eni do y fi rm a del referi do docum ent o.
P or no est ar i ncursos en ni nguna causal de i nhabi l it aci ón y haber si do
cont est es se val oran t al es decl ar aci ones. Y así se deci de…”. (Mayúscul as del
fal l o recurri do).

Ahora bien, luego de un análisis en conjunto tanto de la formalización, de la

normativa invocada y del fallo recurrido, esta Sala de Casación Civil concluye

que en el presente caso el juez superior no incurrió en la infracción de fondo

31
acusada, pues lo que se denota de las actas es que el sentenciador de la alzada en

su decisión, confirió el respectivo y correcto sentido que se desprende de la

norma invocada, cuando hizo la apreciación y valoración tanto de la documental

“justificativo de testigos” como de las testimoniales de los ciudadanos Fabrizio

Silva Alves, Jorge Adolfo Rojas Carreño y Luisa Francisca Sarmiento de Pereira,

razón suficiente para que se declare la improcedencia de la presente delación. Así

se decide.
-IX -

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, denuncio la infracción del artículo 508 del Código de

Procedimiento Civil, norma que regula la valoración de la prueba testimonial, por

infracción de las normas reguladoras del examen de la prueba testimonial y las

relativas a las condiciones de modo, tiempo y lugar de su evacuación, conforme

con los motivos que a continuación se transcriben:


“…De conform i dad con el ordi nal 2° del art í cul o 313 del C ódi go de
P rocedi m i ent o C i vil , denunci ó (si c) l a vi ol aci ón del art í cul o 508 del Códi go
de P rocedi m i ent o Ci vi l , que es norm a j urí di ca expresa que regul a
l a val oraci ón d e l a p ru eb a testi mon i al , p or INFRACCIÓ N DE L AS
NO RMAS Regu l ad oras (si c) d el E xamen (si c) d e l a Pru eb a (si c)
T esti mon i al (si c) y l as Rel ati vas (si c) a l as Cond i ci on es (si c) d e Mod o
(si c), T i emp o (si c) y Lu gar (si c)   de su evacuaci ón , que es ot ra de l as
posi bil i dades, di ferent es al  F ALS O S UP UES TO  o a l a vi ol aci ón de
una  MAXIMA (si c) DE EXP ER IENC IA , para censura r en casaci ón a l os
j ueces de inst anci a, qui enes a pesar de ser soberanos en l a apreci a ci ón y
val oraci ón de l a prueba t est im oni al , si (si c) pueden serl o cuando i ncurran en
vi ol aci ón de l as ci t adas norm as rel at i vas al exam en de t est i gos o a l as
rel at i vas al m odo, ti em po y lugar de su evacu aci ón, t al com o l o t i ene
est abl eci do esa S al a de C asaci ón C ivi l en sent enci a de fecha 18 de febrero de
2011 que de segui das t ranscri bo parci al m ent e, t odo el l o en concord anci a con
el art í cul o 320 ej usdem , que perm i t e a l a S al a descende r a l as act as
procesal es y al fondo de l o debat i do.
(…Om i ssi s…)
P ues bi en, en el present e caso l a recurri da i nfri ngi ó l as norm as rel at i vas a
l as condi ci ones de m odo, t i em po y l ugar de l as deposi ci ones val oradas, ya
que:
= S e l e di o val or probat ori o a t est i m oni al es de personas que al mom ent o de
deponer no señal aron su edad, est ado ci vi l , profesi ón ni dom i ci l i o, el em ent os
est os que deben ser señal ados en el Act a (si c) (art . 486 C.P .C .) a l os fi nes de

32
que el Juez (si c) se pueda form ar cri t eri o sobre el l as y pueda conocerl as y
at ri bui rl es credi bi l i dad o no.
= S e l e di o val or probat ori o a t est im oni al es de personas que incurri eron en
C ONTR ADIC C IONES i nsal vabl es.
= S e l e di o val or probat ori o a t est i m oni al es de una persona que di j o t ení a
t i em po si n t ener cont act o con el l os.
= S e l e di o val or probat ori o a t est i m oni al es de personas que di j eron que
t ení an conoci m i ent o de que l as part es en est e proceso t ení an una rel aci ón
concubi nari a, o sea, un concept o jurí di co.
= S e l e di o val or probat ori o a t est im oni al es de una persona que di j o que
haci a t rabaj os de al bañi l erí a y que vi ví an j unt os porque l os conoci ó
AP R OXIMANDAMENTE  CAS I UN ME S .
= S e l es di o val or probat ori o a t est i m oni al es de una persona, que dij o que
sabí a que habí an adqui ri do esos i nm uebl es con aport e económ i co de am bos
porque el l os se l a pasaban t rabaj ando junt os y porque l os veí a j unt os.
= S e l es di o val or probat ori o a esas t esti m oni al es debi do a que al
adm i ni cul arl as a l as dem ás pruebas del j ui ci o, t al es com o l as i nst rum ent al es,
que no son i dóneas para dem ost rar l a cohabi t aci ón o l a perm anen ci a de l as
part es com o concubi nos; con l as pruebas de i nform es del S AIME, según el
cual di ce que l as part es de est e proceso efect uaron vari os vi aj es junt os con
dest i nos int ernaci onal es, en un núm ero de veces que supra l as probabi l i dades
de ser pura coi nci denci a; con l a P rueba (si c) de i nform es del S ENIAT, de l a
cual pret ende deri var que l as part es fi j aron di recci ones dist i nt as acorde con
sus necesi dades ) , así com o de haber servi ci o uno al ot ro com o fi ador para l a
com pra de un vehí cul o, y que según est abl ece en form a cont undent e  l a
coh ab i taci ón y posesi ón d e estad o como esp osos .
(…Om i ssi s…)
P ues bi en, l a  val oraci ón  que hace l a recurri da de l as ant eri ores t est i m oni al es
l a conduj eron a est abl ecer que ent re MAYR A B AR R UETA VILOR IA y
B R UC E P ES TANO TULLOC H exi sti ó un concubi nat o o C OHAB ITAC IÓN
P ER MANENTE y auxil i o m ut uo exi st ent e ent re el l os deri vado de t ener
di recci ones de habi t aci ón y movi m i ent os mi grat ori os que l e hi ci eron
presum i r una uni ón est abl e de hecho, y concl uyendo que en vi rt ud de que
B R UC E P ES TANO es de est ado ci vi l di vorci ado no exi st í a im pedi m ent o
di ri m ent e para cont raer m at ri m oni o y por t ant o para ser C ONC UB INO, l o
cual est abl eci ó con l as i l egal es, inconducent es e i m pert i nent es t est i m oni al es,
adm i ni cul adas a ot ras pruebas de aut os, com o l as inst rum ent al es produci das
que no son idóneas para dem ost rarl o; ot ras, cont radi ct ori as ent re el l as
m i sm as, com o fueron l as pruebas de inform es del S ENIAT y del SAIME, l as
cual es di eron com o resul t ado di spari dad, resul t ando de t al m odo
cont radi ct ori as que se anul an unas a ot ras, por sum i nist rar di recci ones
di ferent es; así com o con ot ras pruebas preconst i t ui das, com o fue l a
Inspecci ón (si c) Judi ci al (si c) ext ral i t em , cont rari ando con t odas el l as
l a expect at i va pl ausi bl e   de que mi ent ras una sent enci a ext ranj er a no goce del
necesa ri o e i m pret erm i t i bl e EXEQUATUR ot orgado por l as aut ori dades
j udi ci al es venezol anas, no puede t ener ni ngún efect o ni m at eri al ni procesal
en Venezuel a, por ser el l o una form al i dad esenci al para su val i dez.
La norm a apl i cabl e es el art í cul o 508 del C ódi go de P rocedi m i ent o C i vi l .
Las razones de su apli cabi l i dad se encuent r an en que el l a prevé l as
condi ci ones y requi si t os de evacua ci ón de l as t est i m oni al es para que puedan

33
ser apre ci adas por l as i nst anci as y para con el l as sust ent ar l a disposi t i va si n
que se vi ol en norm as rel at i vas al m odo, t i em po y lugar de evacuaci ón, que en
el caso de m arras, t odas el l as fueron i nfri ngi das, t al com o se señal o (si c)
ant eri orm ent e, ya que no se señal o en l as Act as (si c) correspondi ent es ni l a
edad, est ado ci vil , vi da, profesi ón, dom i ci l i o, et c…, de cada uno de los
t est i gos; así com o t am poco, se desechó l a t esti m oni al de F AB R IZIO S ILVA
Al ves por haberse cont radi cho respect o a l a ubi caci ón del apart am ent o en el
cual vi ví a; y t am poco a l os di chos de ot ro t est i go al deci r que los conocí a
desde hace C AS I UN MES y decl ara r que convi ví an com o parej a porque l os
veí a ll egar junt os.
La i nfracci ón fue det erm i nant e en l a Disposi t i va (si c), ya que con l a
val oraci ón de esas decl ar aci ones il egal es e inconducent es, l a recurri da
fundam ent ó l a decl arat ori a con lugar de l a dem anda de concubi nat o ent re l as
part es de est e jui ci o…”. (Mayúscul as, subrayado, negri l l as y cursi vas del
t ext o del escri t o).  

De la transcripción parcial del escrito de formalización, nota esta Sala que la

recurrente denuncia la infracción por parte del  ad quem  por falta de aplicación

del artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto de la valoración

que le otorgó a las testimoniales evacuadas, pudo establecer que entre la

ciudadana Mayra Barrueta Viloria y el ciudadano Bruce Pestano Tulloch existió

un concubinato, sin embargo, de haber considerado las reglas dispuestas en la

norma invocada como infringida, hubiese tenido que considerar que las

declaraciones de los testigos, además de ser ilegales, impertinentes y no idóneas

para demostrar lo señalado, también se contradicen entre sí y con las demás

pruebas que rielan en las actas.

De igual forma se observa que el recurrente señaló que la norma denunciada

debió ser aplicada por el  ad quem , pues en ellas se prevén las condiciones y

requisitos de evacuación de las testimoniales para que puedan ser apreciadas por

las instancias y para con ellas sustentar la dispositiva sin que se violen normas

relativas al modo, tiempo y lugar de la evacuación, lo cual resultó infringido en

el caso de autos, pues en las actas no se señaló ni la edad, estado civil, vida,

profesión o domicilio de cada uno de los testigos.

34
Vista la anterior denuncia, esta Sala considera pertinente traer a colación lo

dispuesto respecto al control casacional de las deposiciones judiciales, en la

sentencia N° RC-808, de fecha 13 de diciembre de 2012, expediente N° 12-289,

reiterado recientemente en decisión N° 000068, de fecha 8 de marzo de 2017,

Exp. 16-803, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe el

presente fallo, donde se estableció lo siguiente:


“…P or úl t i m o t am bi én cabe señal ar, que el form al i zant e debi ó pl ant ear una
denunci a con el fi n de com bat i r el cont rol del pronunci am i ent o del juez
sobre l a prueba de t esti go, ya sea por l a com i si ón de al gún caso de
suposi ci ón fal sa, por l a vi ol aci ón de m áxi m as de experi en ci a, o por l a
vi ol aci ón de al guna norm a que regul e l a act i vi dad del sent enci ador en el
exam en de l a prueba en general , o bi en en part i cul ar de l a t est im oni al o
posi ci ones j uradas, dado que l o que se pl ant ea, com o desacuerdo del
form al i zant e con l a deci si ón, no es el est abl eci m i ent o de l a prueba a jui ci o,
si no su val oraci ón, y en consecuenci a di chos pronunci am i ent os sobre l as
deposi ci ones j udi ci al es puedan ser anal i zados conform e a l a doct ri na de est a
S al a que señal a l o si gui ent e:
[e]st a S al a dej ó sent ado el si gui ent e cri t eri o j uri sprudenci al :
“…Di cho con ot ras pal abras, cuando el sent enci ador en form a m ot i vada
expresó que el t est i go se cont radi j o o no l e m erecí a confi anza por t ener
i nt erés en favore cer a al guna part e, no i nfri ngi ó el art í cul o del C ódi go de
P rocedi m i ent o Ci vi l , pues con el l o no i nvent ó un m ot i vo aj eno o ext raño a l a
norm a para desechar al decl arant e, si no que basó su deci si ón en razon es de
derecho previ st as en el l a, cuando dij o que el conduct or Ví ct or R am ón
Torreal b a en l a evacua ci ón de l a prueba t esti m oni al se cont radi j o en su
decl ar aci ón ori gi nal rendi da ant e l as aut ori dades de t ránsi t o t errest re. Lo
m i sm o ocurri ó con el t esti go Adri án Garcí a Si l va qui en aseguró que l a
cam i onet a pi ckup vení a a una vel oci dad moderada, a sabi endas que el propi o
conduct or habí a afi rm ado que  “...en vez de f renar pi só el acel erador...” ,
m i ent ras que Héct or Ál varez Bl anco fue desechado por cont est ar de m anera
l acóni ca.
E n tod o caso, l a d etermi n aci ón d e si el testi go i n cu rri ó o n o en
con trad i cci on es escap a d el con trol d e l a S al a, ya qu e el ju ez d e i nstan ci a
es sob eran o en l a ap reci aci ón d e la testi fi cal y su d etermi n aci ón es un a
cu esti ón sub jeti va, tal como se men ci on ó an teri orm en te. Asi mi smo,
escap a d el con trol d e l a Sal a el an ál i si s d e l as d ecl araci on es ren d id as p or
l os ci u d ad an os Ad ri án Ramón G arcí a Si l va y H éctor Vi cen te Ál varez
B l an co, p u es el l o i mp l i carí a in mi scu i rse en fun ci on es p rop i as d e l os
ju eces d e i n stan ci a a qu i en es l es corresp on d e excl u si vamen te di ch a lab or,
como lo ha sosten id o l a S al a en su rei te rad a ju ri sp rud en ci a . (Vi d. S ent .
del 20 de di ci em bre de 2001, caso: F ranci sco Joao Vi ei ra De Abreu c/
B ari nas E. Ingeni erí a C .A. S eguros Ávi l a C.A.).
En efect o, est e Al t o Tri bunal en l a ci t ada deci si ón rei t eró que el
sent enci ador en el anál i si s de l a prueba de t est i gos debe tom ar en
consi deraci ón los si gui ent es supuest os:

35
“...1. Hace r l a concordan ci a de l a prueba t est im oni al ent re sí y con l as dem ás
pruebas, cuando esa concord anci a sea posi bl e,  pero el resul t ado de esa l abor
correspond e a l a soberaní a del Juez (si c), qui en no podrá ser censurado en
casaci ón si no sól o cuando haya incurri do en suposi ci ón fal sa y haya vi ol ado
una m áxim a de experi enci a .
2. El Juez (si c) deberá desechar l a decl araci ón del t esti go i nhábi l o del que
apare ci er e no haber di cho l a verdad. C on respect o a est e punt o, el Juez (si c)
t i ene el deber l egal de desechar el t esti go m endaz, o el que i ncurre en
cont radi cci ones,  y el resul t ado de est a l abor corresponde a su li bert ad de
apreci aci ón de l a prueba, por l o que ést a sól o podrí a ser censurad a en
C asaci ón (si c), cuando el Juzgador (si c) i ncurra en suposi ci ón fal sa o haya
vi ol ado una m áxim a de experi enci a .
3. En el proceso m ent al que si ga el Juez (si c) al anal i zar y apreci a r una
prueba de t esti gos deberá apl i car l as regl as de l a sana crí t i ca (art í cul o 507),
debi endo est i m ar cui dadosam ent e l os m oti vos de l as decl ar aci ones y l a
confi anz a que m erez can l os t est i gos por su edad, vi da y cost um bres, por l a
profesi ón que ej erz an y dem ás ci rcunst anci as...”. (S ubrayado por l a S al a).
De est a m anera, se evi denci a de l as act as del expedi ent e que l a al zada
concordó sat i sfact ori am ent e el resul t ado del anál i si s de l a prueba de t est i gos
con los docum ent os públ i cos adm i ni st rat i vos agregados por l a act ora, de
conform i dad con lo est abl eci do en el art í cul o 508 del C ódi go de
P rocedi m i ent o C i vil ; en consecuenci a, no infri ngi ó l a referi da norm a j urí di ca
ni i ncurri ó en el t ercer caso de suposi ci ón fal sa, ya que aj ust ó su deci si ón a
l a regl a de val oraci ón de l a prueba y desechó l a mi sm a sust ent ado en razones
de derecho.  
(...Om i ssi s…)
P or consi gui ent e, en el present e caso no se confi guró l a suposi ci ón fal sa
denunci ada, porque una cosa es que el juez afi rm e un hecho que resul t a
desvi rt uado con ot ras pruebas cursant es a l os aut os, y ot ra muy di st i nt a es
que en apl i caci ón de l o di spuest o en el art í cul o del C ódi go de P rocedi m i ent o
C i vi l , el sent enci ador haya apreci ado l as deposi ci ones de l os t est i gos en
concordan ci a con l as act uaci ones de t ránsi t o t errest re y evi denci ado que
ést os se cont radi j eron en sus di chos, t om ando en cuent a l a decl araci ón
rendi da por el conduct or del vehí cul o acci dent ado ant e l as aut ori dades de
t ránsi t o t errest re... ”. (Negri t as de l a S al a) (S ubrayado de l a sent enci a).
No obst ant e,  l a Sal a con si dera n ecesari o m odi fi car est e preceden t e
j u ri spru den ci al , por cu an t o su j et a a sól o dos hi pót esi s el con t rol del
pronu n ci am i ent o del ju ez sobre l a pru eba de t est i go, a pesar de qu e el j u ez
n o sól o est á su j et o por l o di spu est o en el art í cul o 320 del Códi go de
Procedi m i en t o C i vil y el ordin al 2° del art í cul o 313 ordi n al 2° ei u sdem ,
qu e proh í ben la com i si ón de al gú n caso de su posi ci ón fal sa y l a vi ol aci ón
de m áxim as de experi en ci a, sin o qu e debe acat ar cu al qu i er ot ra n orm a qu e
regu l e l a act i vi dad del sen t en ci ador en el exam en de l a pru eba en gen eral ,
o bi en en parti cu l ar de la t est i m on i al , ent re l as cu al es cabe m en ci on ar l os
art í cul os 477, 478, 479 y 480 i bí dem , qu e est abl ecen in capaci dades para
ren di r decl araci ón y, por en de, l a im posi bil i dad de fi j ar h ech os en el
proceso con base en el t est im on i o ren di do por al gu n a de esas person as
i nh ábi l es, y l os art í cul os 1.387, 1.388, 1.389 y 1.390 del Códi go C i vi l , qu e
decl aran i n adm i si bl e l a pru eba t esti m oni al para fi j ar det erm in ados h ech os,
así com o l as n orm as qu e regu l an l as con di ci on es de modo, ti em po y lu gar
qu e deben ser cu m pl i das para la form aci ón e in corporaci ón de la pru eba de

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t est i go, en t re el j uram en t o exi gi do en el artí cu l o 486 del C ódi go de
Procedi m i en t o C i vil .
Lo expu est o perm i t e det erm i n ar qu e exi st en otras razon es de derech o qu e
perm i t en el con t rol de l a act i vi dad del ju ez de l a recu rri da al exam i n ar el
est abl eci m i en t o o apreci aci ón de la pru eba t est i m on i al , di st in t as de la
su posi ci ón fal sa y l a vi ol aci ón de m áxi m as de experi en ci a, razón por la
cu al com pl em en t a y am pl í a el cri t eri o expresado en l a sen t en ci a de fech a
13 de di ci em bre de 1995, caso: José R odrí gu ez Gon zál ez c/ Rafael
S epú l veda V argas y ot ros .
(...Om i ssi s…)
De l a preced ent e t rascri pci ón parci al de l a sent enci a se desprende que el juez
superi or desechó el di cho de l os t est i gos R am ón Hum bert o Muñoz Agel vi s,
José Mi guel R ugel es, Kari na Manzul l i de Márquez y Cheyl a Yam ery
C aci que, porque eran cont radi ct ori os e im preci sos, por no t ener cert ez a en
cuant o al conoci m i ent o que decí an t ener sobre l a uni ón concubi nari a y
aport ar ci rcunst anci as refer enci al es.
P or consi gui ent e, el j uez superi or de conform i dad con el art í cul o 508 del
C ódi go de P rocedi m i ent o C i vi l y en concordanci a con l a j uri sprudenci a de
est a S al a, desechó los di chos de l os t est i gos R am ón Hum bert o Muñoz
Agel vi s, José Mi guel R ugel es, Kari na Manzul l i de Márquez y C heyl a Yam ery
C aci que, porque no l e m erecí an fe ni confi anza. En ot ras pal abras, el juez es
soberano y l i bre en l a apreci a ci ón de los t est i gos y, por esa razón, desechó
l as deposi ci ones por consi derar que fueron cont radi ct ori as y no l e m erecí an
fe, por cuant o no daban cert e za de t ener un conoci m i ent o di rect o sobre l a
uni ón concubi nari a si no refe renci al .
La S al a rei t era el cri t eri o j uri sprudenci al ci t ado y por t ant o consi dera que  l a
apreci aci ón del j uez de i nst anci a en cuant o a l a credi bi l i dad que l e m erece el
t est i go y a l a exi st enci a de razones para desecha r su t est i m oni o escapa del
cont rol de l a S al a, porque adem ás de ser una funci ón o l abor que l e es
propi a, es soberano sobre esa apreci a ci ón y su det erm i naci ón es
subj et i va …”. (Dest acados de l a sent enci a).

 Ahora bien conforme con el anterior criterio jurisprudencial, debe señalarse que

con respecto a este  tipo de delaciones, que no solo basta con que el formalizante

ataque la sola infracción del artículo 508  eiusdem,  para que pueda esta Sala

ejercer el respectivo control casacional sobre las deposiciones de los testigos,   ya

que además de atacar la norma señalada, necesariamente de invocar, con su

respectiva justificación, la infracción de cualquier otra norma que regule la

actividad del sentenciador en el examen de la prueba testimonial, como por

ejemplo, las contenidas en los artículos 477, 478, 479 y 480  ibídem, que

establecen incapacidades para rendir declaración, y por ende, la imposibilidad de

fijar hechos en el proceso con base en el testimonio rendido por alguna de esas

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personas inhábiles; las reglas contenidas en los artículos 1.387, 1.388, 1.389 y

1.390 del Código Civil, que declaran inadmisible la prueba testimonial para fijar

determinados hechos; o en su defecto alguna de las normas que regulan las

condiciones de modo, tiempo y lugar que deben ser cumplidas para la formación

e  incorporación de la prueba de testigo al prestar el juramento exigidos en el

artículo 486 del Código de Procedimiento Civil, lo cual no fue lo que ocurrió en

el presente caso.

En tal sentido, al no haber cumplido la formalizante con la debida técnica para

formular este tipo de denuncia, pues la misma no se adecua al

criterio jurisprudencial establecido anteriormente, esta Sala se encuentra

impedida de ejercer el respectivo control casacional sobre las testimoniales,

razón suficiente para desechar el presente acuse por inadecuada fundamentación.

Así se decide.
D E C I S I Ó N 

En mérito de las precedentes consideraciones, esta Sala de Casación Civil del

Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República

Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, declara:  SIN LUGAR  el

recurso extraordinario de casación anunciado  contra la sentencia, de fecha 9 de

diciembre de 2016, dictada por  el Juzgado Superior Accidental en lo Civil,

Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Nueva Esparta.

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 320 del Código de Procedimiento

Civil, se condena al recurrente al pago de las costas procesales.

Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al tribunal de la causa, es decir,

Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la

Circunscripción Judicial del estado Nueva Esparta. Particípese de esta decisión,

con copia del presente fallo, al juzgado superior de origen ya mencionado, de


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conformidad con lo establecido en el artículo 326 del Código de Procedimiento

Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del

Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los quince (15) días del mes de

noviembre de dos mil diecisiete . Años: 207º de la Independencia y 158º de la

Federación.
Presidente de la Sala,  
_____________________________
YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES
 
Vicepresidente-Ponente,  
______________________________________
FRANCISCO RAMÓN VELÁZQUEZ ESTÉVEZ
Magistrado,  
___________________________
GUILLERMO BLANCO VÁZQUEZ
Magistrada,  
_________________________________
VILMA MARÍA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
 
Magistrada,  
__________________________________
MARISELA VALENTINA GODOY ESTABA
 
 
La Secretaria Temporal,  
_________________________________
MARIAM JOSEFINA ALTUVE ARTEAGA  
 
Exp.: Nº AA20- C-2017-000166
 
Nota : Publicada en su fecha a las  
 
 
La Secretaria Temporal,

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