Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Autor(es):
Brice Calsapeu Losfeld
Fecha:
Diciembre de 2016
Texto íntegral:
1Cuando uno busca en una biblioteca o en una base de datos una edición
del Popol Vuh, la sistematización por autores la ubica generalmente bajo la
rúbrica Anónimo o bajo el nombre del traductor de la versión. Este estado de
las cosas refleja en gran parte el problema con el cual uno se encuentra al
momento de identificar la autoría de un texto, cuya versión más antigua en
nuestra posesión es el Ayer MS 1515, manuscrito que reside en la Newberry
Library de Chicago y que fue escrito con puño y letra por un personaje de
carne y hueso. Hasta la fecha no hay un acuerdo en cuanto a la pater-
maternidad del documento. Lo único seguro es que la persona que lo redactó
era un k’ich’e hablante.
2El interés por la autoría del Popol Vuh, sin duda interesante, va más allá de
cuestiones meramente filológicas, pero hay que constatar que se olvidan
muchas veces las condiciones concretas de producción del texto, que
permitieran pensarlo de y desde la episteme específica de sus productores. De
allí que el artículo propone, en un primer momento, efectuar un recuento
pormenorizado de las discusiones sobre la autoría del mismo y las
implicaciones interpretativas que estas opiniones sobre la autoría tienen.
Se buscará luego articular algunos elementos del pensamiento del filósofo
ecuatoriano Bolívar Echeverría (1941-2010) sobre el mestizaje en América
Latina y el ethos barroco al texto colonial k’iche’ que se conoce como Popol
Vuh. A partir de allí, se deducirán hipótesis sobre la intencionalidad real de
escritura del texto por parte de sus autores, que se inscribirán en dos
agendas, resiliencia y valor de uso, ambas con temporalidades diferentes.
38Aquí vale la pena recuperar las distinciones propuestas por Martín Lienhard
para clasificar los textos nacidos dentro de los colectivos indígenas, y que
permitiría inscribir el PV dentro de las prácticas textuales indígenas de y para
la comunidad, antes que todo, a raíz de la forma verbal, típica de la poética
indígena68. Los propios autores del PV sienten el texto como la “esencia” de
los k’iches69. Como tal, el texto como artefacto, contiene o posee el k’ux, el
corazón de los ancestros70. Volver a leerlo es volver a escuchar la palabra
concentrada de los antepasados. Los mayas entienden el corazón como el
centro primordial de la vida anímica. Sentimientos y ciertas facultades
cognitivas, como el entendimiento, están relacionadas con este centro anímico
simbólicamente relacionado con la semilla y el axis mundi, germen de la
vida72.
39Lo que prevale entonces para los mayas es su valor de uso sobre su valor
mercantil. En la teoría de Echeverría, el objeto vale por sus propiedades
cualitativas en el uso. “Producir es objetivar, inscribir en la forma del
producto una intención transformativa dirigida al sujeto mismo, en tanto que
consumidor, intención que se sujetiva o se hace efectiva en el momento que
éste usa (disfruta o utiliza) de manera adecuada ese producto en calidad de
bien, es decir, el momento en que, al aprovechar la cosa, absorbe la forma de
la cosa y se deja transformar por ella73”. De la existencia de la contradicción
entre valor de uso y valor mercantil surgen combinaciones que son la base
conceptual de los cuatro ethe en la teoría echeverriana, que se imponen con la
modernidad. Este ethos se caracteriza percibe “sin vacilación la tendencia
capitalista hacia la destrucción de los valores de uso” y tiene la convicción de
que sí se pueden salvar los valores de uso dentro de una sociedad reinante74”.
Esta forma de la modernidad acepta las leyes de la circulación mercantil pero
a la vez, inconforme con ellas, las somete a transgresiones que encuentran su
máxima potencial en el mestizaje y el arte barroco.
40Si los mayas actuales viven su relación al texto de esta manera es porque le
dan un valor de uso que es diferente del valor de uso diferente al que se le
puede dar como cuando se le declara libro nacional de Guatemala en 1972. Al
hacer eso, el gobierno guatemalteco lo integra dentro de los símbolos
nacionales para confortar la creación de una comunidad imaginada. La lectura
de textos mayas del siglo XVI como el PV en talleres de historia organizados
por activistas culturales entre los años 1980 y 1990 permitió a los mayas
poder encontrarse con un pasado común que les permitió articular un
proyecto político en el presente75. La difusión del texto original del PV y sus
traducciones en los diferentes idiomas mayas fue necesaria. Inclusive se
puede esbozar una historiografía de las traducciones del PV hechas por
indígenas mayas, que están vinculadas al movimiento maya de resistencia
político-cultural. Esta vinculación entre el PV y la comunidad maya permitió
evitar no solamente la pérdida de la memoria histórica, del idioma y de ciertas
tradiciones pero también sirvió de trasfondo a la organización política76.
41Según Carlos M. López, los indígenas mayas retoman valores ancestrales
como la harmonía, la solidaridad y el respecto a la naturaleza. Esto les
permite establecer conexiones entre las prácticas culturales sociales y
políticas del pasado y el resurgimiento de los mayas como pueblo organizado
dentro del pan-mayismo. El texto se vuelve un instrumento de referencia
filosófica para confrontar el capitalismo como agente depredador que rompe
con la harmonía establecida con la naturaleza. En este sentido como lo
subraya Carlos M. López , con el PV no se trata de una simple obra literaria
pero es parte integral de “un proceso dinámico sociocultural en pleno
desarrollo77”. Parafraseado a Echeverría, se puede decir que hay una plena
interacción a través del uso del objeto, goce de la forma, que está
interiorizada por el pan-mayismo, que de esta manera acepta la propuesta de
alteración de la forma social común propuesta por los autores del PV que
eligieron una cierta forma, pensada a través de su rezo en la larga duración,
para su producto útil78.
h4. Conclusión
42El lamento del Popol Vuh79 cobra de repente otro matiz, el de la resiliencia,
y más si entendemos el acto de escritura dentro de un marco de larga duración
que buscó preservar un núcleo cosmogónico portador de un mensaje de
esperanza y de inmortalidad, resumido en la vida de la semilla de maíz. Este
repliegue nuclear encontró un valor de uso, es decir de goce constitutivo de la
forma natural, a raíz del despliegue del movimiento pan-mayista que
seguramente corresponde a la visión/rezo/deseo de los ancestros que
escribieron el texto frente a la teología del reemplazo80 promovida por el
orden simbólico católico.
43La concepción de cultura que plantea Bolivar Echeverría permite entender
mejor el proceso en juego en la escritura del PV. Se trató de una resistencia,
es decir el único modo de revolución desde dentro que no se puede lograr. No
puede vencer pero tampoco ser vencido. Esta resistencia culmina en
el ethos barroco que cuestiona la ética capitalista porque rompe con la idea de
harmonía entre valor de uso y valor de cambio. La clave del barroco es el
mestizaje racial, cultural y religioso. La modalidad de este mestizaje es la
codigofagia donde el código de los dominadores se transforma a sí mismo en
el proceso de asimilación de las ruinas en las que pervive el código destruido.
En este sentido el PV es un texto prolegómeno a la codigofagia. Por lo tanto
se presenta como más puro que ciertas narraciones más contaminadas por el
código simbólico cristiano.
44No podemos hablar de un texto barroco en el caso del PV lo que de cierta
manera le da un carácter de hápax textual. Las posibles influencias del texto
cristiano son residuales, o en todo caso las podemos remontar a un fondo
universal. Es un texto de resistencia pero lo que lo diferencia de la producción
barroca ulterior es su carácter abierto de resiliencia que encuentra su plena
realización en la larga duración con el peso y la importancia que adquirió para
nuclear el surgimiento del movimiento pan-maya. En este sentido el PV como
artefacto es un texto que como forma “tiene siempre y en todo caso una
“historia” que incluye en sí misma un pasado: capas superpuestas de formas
anteriores rebasadas por ella pero sin las cuales ella no podría ser lo que es. Y
también, por supuesto, un futuro, puesto que determina de modo
indispensable, aunque sólo sea como substancia, cualquier nueva forma que
pretende aparecer81”.
Bibliografía