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Como ya es bien conocido, para los que buscan estudiar y analizar el pasado,
es de gran importancia identificar y ubicar al objeto de estudio en un contexto
histórico determinado, dado que esto facilita el entendimiento de sus motivos y su
1
Carlos Aguirre, La “escuela” de los annales, p.5.
accionar, afirmación que hace Marc Bloch cuando escribe que “un fenómeno
histórico nunca se explica plenamente fuera del estudio de su momento” 2, y la
Escuela de los Annales no escapa a esta aseveración.
Partiendo de principios del siglo XX, bajo el seno de una Europa fragmentada
producto de una implacable “Gran Guerra”, la cual afectó a toda la sociedad en
general; académicos franceses reaccionaron a las consecuencias devastadoras
del conflicto bélico y a la fractura de la hegemonía historiográfica dominante hasta
el momento.
Esta nueva corriente de profunda torsión sale a la luz pública en enero del año
1929, con la primera publicación de la revista Annales d’historie économique et
Sociale*, bajo la dirección de sus dos más importantes representantes Marc Bloch
2
Marc Bloch, Apología para la historia o el oficio de historiador, p. 64.
3
Primitivo Sánchez, Repercusiones de la escuela de annales en la enseñanza de la historia en España, pp.
326-327.
y Lucien Febvre. Sería este un espacio para el campo de la investigación histórica,
la introducción del pensamiento annalista que buscó cuestionar y desdibujar los
límites de la reproducción acrítica.
Ante este escenario Lucien Febvre presentó una serie de postulados con el fin
de avanzar hacia la cientificidad de la historia, afirmando que el papel del
historiador no podía limitarse a recoger y comprobar los hechos; el manejo de las
fuentes requería de mayor flexibilidad, no planteando la historia como una ciencia,
sino de estudios científicamente elaborados. Febvre afirma:
4
Roger Chartier, El mundo como representación, p.17.
5
Marc Bloch, Ob. Cit., p.139.
"La formula implica dos operaciones, las mismas que se encuentran en la
base de todo trabajo científico moderno. Plantear problemas y formular
hipótesis. Dos operaciones que a los hombres de mi edad se nos
denunciaban como las más peligrosas. Porque plantear problemas o
formular hipótesis era simplemente traicionar. Hacer penetrar en la ciudad
de la objetividad el caballo de Troya de la subjetividad." 6
6
Lucien Febvre, Combates por la historia, p.43.
7
Marc Bloch, Ob. Cit., p.51.
8
Ídem, pp. 86-87.
que las que se consideran tradicionales, inclinando a la historia a una perspectiva
más humana. Febvre asegura que:
"Hay que utilizar lo textos, sin duda. Pero todos los textos. Y no
solamente los documentos de archivo en favor de los cuales se ha creado
un privilegio: el privilegio de extraer de ellos, como decía el otro, un
momento, un lugar, una fecha, un nombre, todo el saber positivo,
concluía, de un historiador despreocupado por lo real. También un
poema, un cuadro, un drama son para nosotros documentos, testimonios
de una historia viva y humana."9
9
Lucien Febvre, Ob. Cit., pp. 29-30.
10
Estando estrechamente relacionados con los avances en las ciencias puras, los avances en la
microbiología, la tecnología, la física moderna.
11
Febvre Lucien, Ob. Cit., p.46.
capaz de conseguir la unificación de las ciencias sociales en torno al
concepto de causalidad social. En su pretensión de someter a todas las
demás ciencias sociales, le asignan a la historia la función meramente
ideográfica de recoger y ordenar datos individuales e irrepetibles, cuyo
tratamiento nomotético correspondería a la sociología.”12
12
Primitivo Sánchez, Ob. Cit., p.334.
13
Febvre Lucien, Ob. Cit, p.47.
Pero desde el momento en que ya no nos resignamos más a regitrar pura
y llanamente las palabras de nuestros testigos, desde el momento en que
nos proponemos hacerlos hablar, aun contra su voluntad, mas que nunca
se impone un cuestionario."14
14
Marc Bloch, Ob. Cit., pp. 85-86.
15
Citado por Roger Chartier, Ob. Cit., p.19, perteneciente a la obra Rabelais, 1942.