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Texto argumentativo y tipos de argumentos

Regla de oro de las argumentaciones orales

“Primero di de qué hablarás; luego, habla, y, para terminar, di de qué has hablado.”

La argumentación consiste en defender una opinión o idea (también llamada tesis). Para defender esa idea se
tienen que aportar razones que la justifiquen (argumentos) con la intención de convencer al destinatario de su
validez. 

Cualquier texto argumentativo, ya sea oral o escrito, suele presentar las siguientes partes:

 Tesis: es la idea u opinión que se defiende. Ha de ser breve y clara. No podemos confundir la tesis con el
tema: el tema de un texto puede ser, por ejemplo, “las drogas”; la tesis, en cambio, será la opinión
concreta que se tenga sobre ese tema, por ejemplo “el consumo de drogas solo podrá combatirse con
éxito si se legalizan.”1

 Argumentos: son las razones, motivos o datos que se dan para defender la tesis. Nos detendremos en
ellos más abajo.

 Conclusión: se usa para terminar el texto confirmando la tesis inicial (se suele recoger la tesis y resumir
los argumentos empleados).

Sin duda, para realizar una argumentación convincente debemos emplear argumentos adecuados y


razonados. Según para qué los usemos existen dos tipos: argumentos (se usan para apoyar la opinión defendida)
y contrargumentos (se emplean para rechazar las opiniones contrarias). 

Actividad 1. Fabricando argumentos

El profesor o profesora te indicará un tema para argumentar (por ejemplo, "fumar es una actividad perjudicial
para la salud").

De manera individual, escribimos un argumento de cada uno de los tipos de la tabla adjunta para apoyar esa
tesis.

Posteriormente, contrastamos con el compañero los argumentos que hemos elaborado y comentamos sus
posibilidades como defensores de la tesis.

Por último, en grupos de cuatro ponemos en común todos los argumentos que hemos escrito y escogemos el
mejor para cada uno de los tipos propuestos. Un miembro del grupo actuará de portavoz y leerá los
seleccionados al resto de la clase. 

Actividad 2. El globo

Actividad 2: EL GLOBO

Tipos de argumento según su contenido

Autoridad Se acude a un experto o persona reconocida para apoyar la opinión.

Calidad Valora lo bueno frente a lo abundante.

Cantidad Lo que la mayoría piensa o hace funciona en ocasiones como argumento. La mención
del sentido común se incluye en esta variante.

Científico La autoridad o el prestigio científico puede servir para apoyar un pensamiento.

Estético Lo bello se valora sobre lo feo.

Existencial Se prefiere lo real, verdadero y posible, frente a lo inexistente, falso o imposible.


Experiencia personal Lo visto y vivido personalmente funciona en ocasiones como argumento. Conviene
no abusar del mismo.

Hecho Basado en pruebas constatables.

Hedonista Identificable con el carpe diem latino: La idea se justifica en razón de la necesidad de
vivir la vida.

Justicia Lo justo debe prevalecer sobre lo injusto.

Moral Las creencias éticas socialmente aceptadas puede ayudar a justificar una opinión.

Progreso La novedad y lo original son claves del progreso y son valorados frente a la tradición.

Salud Se valora lo saludable y beneficioso frente a lo nocivo y perjudicial.

Semejanza Se defiende algo en razón de ser muy parecido a otro elemento que nos convence.

Social Hay ideas socialmente admitidas que funcionan de forma parecida a los argumentos
de autoridad.

Tradición El peso de la tradición puede servir para confirmar nuestras ideas. Es la antítesis del
argumento de progreso.

Utilidad Se valora lo útil, necesario y eficaz, frente a lo inútil, ineficaz o peligroso

Ad hominem Se admite o rechaza un razonamiento no por sí mismo, sino en función de la persona


que lo expresa.

Los 10 tipos de argumentos (y cómo usarlos con éxito)


Una guía práctica para conocer detalladamente cómo argumentar mejor mediante los
distintos tipos de argumentos que existen.
Seguro que muchas veces te has encontrado con situaciones donde, querías defender
unas determinadas ideas, pero no sabías exactamente cómo hacerlo. Para ello es
importante conocer bien los tipos de argumentos que existen y cómo utilizarlos de
manera eficaz.
En este artículo te presentamos los 10 tipos de argumentos que existen, y cómo
usarlos con éxito en el contexto de un debate o una tertulia. A través de la explicación
de cada uno de ellos, te ofrecemos ideas para que aprendas a reforzar tus opiniones o
hipótesis en un debate o en un texto argumentativo.
Los 10 tipos de argumentos (y cómo usarlos en un debate o
tertulia)
A la hora de debatir sobre ciertos temas, es importante contar con argumentos válidos
para defender nuestras ideas y, además, con suficiente capacidad de persuasión. La
persuasión es aquella habilidad para convencer a los demás de que piensen como
nosotros (o de que piensen de una determinada manera).
Así, los dos ingredientes clave para superar con éxito un debate, son: los tipos de
argumentos que utilicemos y nuestra capacidad de persuasión. En este artículo nos
centramos en los primeros elementos, y por ello te explicamos en qué se basa cada
uno de los 10 tipos de argumentos que existen. Además, te damos algunas pautas para
aprender a usarlos con éxito durante tu discurso.
Como verás, cada uno de estos argumentos se basa en algún elemento (por ejemplo: el
conocimiento, figuras de autoridad, experiencias vividas, ejemplos, descripciones…).
Para que nuestro discurso (o texto argumentativo) sea persuasivo, deberemos aprender
a detectar cuándo es el mejor momento para usar uno u otro y por qué.
Además, también podremos usar más de uno y de dos tipos de argumentos para
defender nuestras ideas, ya que la variedad potenciará nuestro discurso.
1. Basados en el conocimiento
Los argumentos basados en el conocimiento (o en la experiencia) se fundamentan en la
información, en los datos. De esta manera, usaremos argumentos basados en los datos
cuando seamos expertos en un tema o cuando dispongamos de la suficiente
experiencia o información acerca de dicho tema para reforzar nuestras ideas.
Si queremos usarlos con éxito, debemos basarnos en argumentos reales y realistas (es
decir, no inventar una experiencia), sino explicar la realidad tal como sucedió (en el caso
de la experiencia) o argumentar con información detallada de lo que conocemos.
2. Basados en los ejemplos
Este tipo de argumentos se basa en los ejemplos. Es decir, directamente nuestros
argumentos pasan a ser ejemplos de algo que demuestre nuestra idea o que la
refuerce. Para utilizarlos con éxito, lo ideal es enumerar dos o tres como máximo, pero
sin saturar al oyente (ya que además, podríamos perder credibilidad).
3. Basados en descripciones
Cuando utilizamos argumentos basados en descripciones (argumentos descriptivos)
utilizamos la descripción como herramienta fundamental en nuestro discurso. Es decir,
intentamos convencer al oyente de que debe pensar de una determinada manera a
través del uso de imágenes descriptivas, situaciones, etc., siempre descritas con detalle
(eso sí, tienen que guardar relación directa con el tema que tratamos).
Se pueden utilizar para acompañar los argumentos basados en los ejemplos, por
ejemplo.
4. Basados en la autoridad
Los siguientes tipos de argumentos se basan en la autoridad. ¿Qué quiere decir esto?
Que para defender nuestras ideas, utilizamos argumentos de profesionales en el
ámbito, o de testimonios directos que conocen bien la temática en cuestión.
Este tipo de argumentos también puede incluir el uso de frases célebres o citas (pero
no deben ser anónimas, sino que deben haberlas dicho personas referentes o expertas
en el tema). Para usar con éxito estos tipos de argumentos, estas frases tienen que
tener coherencia con el tema en cuestión, y además, ser frases que apoyen nuestras
opiniones o ideas.
5. Basados en las definiciones
Los argumentos basados en las definiciones se sustentan, lógicamente, en estas. Estos
incluyen: definiciones de conceptos, de ideas, explicaciones de para qué sirven ciertas
cosas, etc. Es importante que utilicemos definiciones actualizadas y que realmente
describan lo que estamos defendiendo (debemos ir con cuidado, ya que algunas
palabras tienen múltiples definiciones).
6. Basados en la mayoría
Estos tipos de argumentos se basan, fundamentalmente, en lo que opina la mayoría de
la gente (idealmente, gente que conoce la temática en cuestión o que está familiarizada
con ella). Se trata de una forma de aludir al sentido común, y a la probabilidad de que lo
que decimos es cierto “porque muchas personas piensan así”.
No siempre nos puede resultar útil, ya que lo que piensa la mayoría no tiene por qué
ser siempre cierto. Además, debemos acompañarlo de una argumentación, no podemos
basarnos simplemente en decir “todos lo piensan así”, sino que debemos añadir una
explicación (contestando a: “¿por qué todo el mundo lo piensa así?”).
Es por ello que este tipo de argumento debemos utilizarlo en combinación con otros
tipos de argumentos más “potentes”.
7. Argumentos a favor
Este tipo de argumentos refuerzan nuestras ideas, ya que están en la línea de lo que
decimos (por ejemplo: “hacer deporte es bueno para el estado de ánimo porque
aumenta nuestros niveles de endorfinas”). Es decir, son afirmaciones o negaciones que
confirman nuestra hipótesis.
8. Argumentos en contra
De forma contraria, los argumentos en contra refutan las ideas del “contricante” en el
debate (permiten “descartar” su hipótesis). También pueden ser argumentos que
refuercen nuestras ideas (por ejemplo: si defendemos los derechos de los animales y
decimos que estar encerrados no es bueno para su salud).
Así, tienen la finalidad de remarcar las desventajas (o los puntos débiles) de ciertas
acciones o ideas.
9. Basados en los valores
Estos tipos de argumentos, basados en los valores, se centran en la moral o la ética. Es
decir, en lo que es “correcto” o “incorrecto” desde el punto de vista ético. Por ejemplo,
sería decir que: “discriminar a las personas por su color de piel es injusto”.
Así, se fundamentan en valores como: la igualdad, la justicia, los derechos
fundamentales, la dignidad, la libertad (por ejemplo la libertad de expresión), etc.
10. Argumentos de causa-efecto
Finalmente, los argumentos de causa-efecto son del tipo: “si fumas mucho, tendrás más
posibilidades de padecer cáncer de pulmón”. Es decir, exponen una causa y una
consecuencia.
Para utilizarlos con éxito, debemos aludir a consecuencias reales y probables de dicha
causa. Además, si las consecuencias (efectos) son impactantes, causarán más efecto en
el oyente (o “contrincante”).

Los 10 tipos de argumentos para usar en


debates y discusiones
¿Cómo convencer a tus interlocutores de que tú llevas la
razón?
Arturo Torres

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Durante mucho tiempo, los científicos de la mente han creído que el ser humano es
un animal fundamentalmente racional, que piensa a través de la lógica. 

Sin embargo, esta idea puede ser puesta en duda , por ejemplo, cada vez que nos
ponemos a analizar los tipos de argumentos que utilizamos usualmente para defender
nuestros puntos de vista en debates y discusiones. Las falacias
argumentativas hacen apariciones constantes, y muchas veces ni nosotros ni el
interlocutor nos damos cuenta de ello.

Sin embargo, eso no significa que no existan tipos de argumentos válidos a través de
los cuales se podamos contribuir a debates de manera solvente. Esta es una
selección de los principales tipos de argumentos clasificados según varios
criterios.
Tipos de argumentos según su contenido
En primer lugar, veremos las clases de argumentos clasificados según el tipo de
contenido en el que se basan. Esta distinciones permiten comprender mejor su
naturaleza y el modo en el que se usan.

1. Argumentos basados en valores


Son argumentos que se fundamentan en resaltar los valores éticos que tiene
una opción, sean buenos o malos. Este tipo de argumento es útil si el tema del que
se está hablando es fundamentalmente filosófico y moral, es decir, si se habla acerca
de lo que debe hacerse y qué acciones deben ser priorizadas. 

Sin embargo, no sirven para describir la realidad objetiva, y en caso de ser utilizados
para esto se puede caer en un tipo de falacia lógica llamado argumento ad
consecuentiam.

2. Argumentos basados en descripciones


Una descripción general es una manera de reunir varios argumentos en uno
para defender una idea. Por ejemplo, para argumentar a favor de la posición de que
las aves son dinosaurios, se puede hablar sobre las plumas encontradas en muchos
fósiles de terópodos, acerca de las semejanzas anatómicas que muchos de ellos
tenían con los pájaros actuales, etc.

3. Argumentos basados en datos


Son una clase de argumentos basados en porciones de información muy
concretas y específicas, normalmente extraídas de investigaciones científicas o de
bases de datos. Sirven para reforzar argumentos, ofreciéndoles apoyo empírico.

4. Argumentos basados en la autoridad


En este tipo de argumento se señala la posición que defiende una autoridad en
el tema señalando que tiene más valor que otras. En muchos casos, puede derivar
en una falacia lógica: a fin de cuentas, el hecho de que una idea sea defendida por un
especialista no hace que sea verdadera. 
Sin embargo, resulta un argumento consistente cuando lo que se trata de
contrarrestar una falacia de autoridad. Por ejemplo, si alguien defiende la idea de que
la Tierra es plana porque lo ha dicho un vecino que lee mucho, se puede replicar que
los verdaderos especialistas sobre el tema defienden que es más bien esférica,
implicando esto que es necesario aportar muchas pruebas para refutar esta idea ya
que ambas posiciones no se encuentran en igualdad de condiciones.

5. Argumentos basados en definiciones


Estos tipos de argumentos no se basan en el funcionamiento del mundo, sino en el
uso que se hace de los conceptos y las definiciones. Sin embargo, en muchas
ocasiones estos argumentos no resultan eficaces, porque el significado de las
palabras puede cambiar dependiendo del momento y el contexto en el que hayan sido
utilizadas.

6. Argumentos basados en experimentos


En este caso, el argumento se apoya en una experiencia realizada en el mismo
lugar en el que se dialoga y que sirve para apoyar la idea defendida por uno mismo.
Además, es muy útil para convencer, ya que incluye una parte "espectacular" que
queda expresada más allá de las palabras, es decir, en hechos.

7. Argumentos basados en experimentos mentales


Este tipo de argumento es una mezcla entre los dos anteriores, ya que se apoya en
una experiencia en la que ha de participar el interlocutor pero no se realiza en el
mundo real. Se trata de imaginar una situación que va progresando hasta un punto
en el que la única conclusión razonable es que se cumpla la idea que defendemos.
Por ejemplo, si alguien dice que jamás podría ser amigo de un extranjero, es
relativamente fácil hacerle ver lo contrario a través de este tipo de argumentación.

Tipos de argumentos según el modo en el que se


usan
Si antes hemos clasificado los tipos de argumentos según su contenido, ahora
veremos de qué manera pueden ser utilizados para mostrar relaciones entre ideas
8. Indicación de la falacia
Son tipos de argumentos en los que se señala por qué el razonamiento que ha
usado alguien no es válido, al fundamentarse en una falacia. Es decir, se analiza
el discurso del otro y se resaltan las partes que en sí mismas resulten infundadas y
engañosas.

9. Argumentos de comparación
En esta clase de argumentos se comparan dos ideas entre sí, para mostrar de qué
manera una de ellas es mejor que la otra. Son eficaces para ofrecer valoraciones
globales sobra líneas argumentales.

10. Argumentos de interpelación


En estos argumentos se realizan una serie de preguntas al interlocutor para
demostrar en tiempo real hasta qué punto está equivocado en un tema. Es un
ejercicio que recuerda al diálogo socrático, ya que llevan al oponente a caer en una
trampa que está´dentro de su propio discurso, entrando en contradicciones.

Cómo usar con éxito los 10 tipos de argumentos


Vamos a ver los 10 tipos de argumentos que existen, aunque pueden haber algunos
más. Estos, en concreto, los clasificaremos sobre todo en función de en qué se basan
para defender ciertas ideas.
1. Argumento basado en la autoridad
El argumento basado en la autoridad consiste en un argumento donde se utilizan
testimonios de personas o profesionales importantes en su campo, que suelen ser
expertas en un tema.
También se pueden usar citas, frases célebres, ejemplos, etc., siempre y cuando tengan
relación con una figura importante o especialista en la temática que estamos
defendiendo (es decir, que esas ideas sean defendidas por esas personas).
Para usar con éxito un argumento de autoridad, lo ideal es que se trate de un
argumento sólido y representativo, que conecte con el tema central que estamos
tratando; no sirve únicamente que sea una explicación o idea de una figura relevante.
Este tipo de argumento puede servir para reforzar nuestras ideas o hipótesis a través
de una explicación realizada por un experto o una persona prestigiosa y/o que ha
conseguido éxitos en esa materia. Un ejemplo del mismo sería: “Según expertos en
psicología, las personas que hablan mucho…”
2. Argumento basado en la mayoría
El siguiente de los tipos de argumentos es el argumento basado en la mayoría. Quizás
menos eficaz que el anterior, consiste en recurrir a lo que opina o piensa la mayoría de
la gente en relación a un tema, para reforzar nuestras ideas.
Así, para utilizarlo con éxito, se debe hacer hincapié en que muchísimas personas
piensan de igual manera, lo que implícitamente conlleva que sea “lógico” o de sentido
común pensar así (aunque, evidentemente, no siempre lo que piense la mayoría es lo
correcto o lo verdadero).
Un ejemplo de argumento de la mayoría sería: “La mayoría de las personas piensan que
fumar es malo, así que…”
3. Argumento basado en el conocimiento
También llamado argumento basado en la experiencia, el argumento del conocimiento
se basa fundamentalmente en los datos. Esos datos nos ayudarán a defender y
representar mejor nuestras ideas. Así, este tipo de argumento se basa, por un lado, en
el conocimiento general, y por el otro, en las experiencias que vamos viviendo.
De esta manera, permite ilustrar ejemplos de cómo nos hemos sentido ante
determinadas situaciones, o qué hemos vivido en relación a un tema concreto (al tema
que estamos defendiendo), etc. También se extiende a terceras personas (por ejemplo
defender nuestra idea a través de vivencias de personas cercanas).
Para usarlo con éxito, este tipo de argumento debe ser real, es decir, es mejor que no
nos inventemos experiencias o que no las exageremos; así, debe ser creíble y
representar situaciones que además, les pueden ocurrir a otros. Un ejemplo del mismo
sería: “A mi pasó esta situación y la viví de esta manera…”

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4. Argumento de causa-efecto
El siguiente de los tipos de argumentos es el de causa-efecto. Este hace alusión a una
manera concreta de plantear las cuestiones: por ejemplo “si bebes mucha agua,
retendrás menos líquidos”.
Es decir, como su propio nombre indica, lleva implícito una causa y un efecto derivado
de dicha causa. Para utilizarlo con éxito debemos emplear una causa verdadera, que
tenga sentido y que realmente provoque tal consecuencia o efecto.
Además, una buena idea es utilizar causas y efectos generales, es decir, no reducir
nuestra afirmación a un caso concreto y aislado.
5. Argumento basado en los ejemplos
Los ejemplos también son tipos de argumentos. Se pueden emplear ejemplos para
prácticamente cualquier argumento; una buena forma de utilizarlos es enumerar unos
cuantos pero sin “pasarse”, ya que el lector o el oyente puede saturarse o perder el hilo.
6. Argumento a favor
Los argumentos a favor son aquellos que van en concordancia con nuestra hipótesis,
es decir, que la validan, la confirman. Por ejemplo “dejar de fumar es bueno para la
salud porque reduce el riesgo de padecer un cáncer”. Para utilizarlos, lo ideal es que
aporten datos relevantes y contrastados.
7. Argumento en contra
Estos tipos de argumentos serían el contrario que los anteriores. Indican razones para
refutar una determinada hipótesis (o para confirmarla), dependiendo del caso. Se
centran en desvalorizar algo, en demostrar las desventajas de ciertas acciones,
situaciones, etc.
Pretenden convencer al oyente o al lector de que “X” cosa no es beneficiosa; por
ejemplo “fumar aumenta el riesgo de padecer cáncer, reseca la piel, oscurece los
dientes…”
8. Argumento basado en las descripciones
El octavo de los tipos de argumentos es el llamado argumento descriptivo o basado en
las descripciones. Como su propio nombre indica, se basa en el uso de las descripciones
para defender una idea.
Las descripciones implican el hecho de recoger diferentes detalles o aspectos de una
situación para explicar cómo es. Para utilizarlos con éxito, podemos optar por
descripciones detalladas pero no demasiado extensas; esos detalles, además, deben ser
significativos e ilustrativos y enriquecer el texto.
9. Argumento basado en las definiciones
El argumento basado en las definiciones se fundamenta en las explicaciones de lo que
son las cosas, del para qué se utilizan ciertos conceptos, etc.
Para que estos tipos de argumentos resulten efectivos, debemos vigilar cómo los
utilizamos, ya que las palabras o conceptos pueden tener significados diversos;
además, su uso varía en función del contexto, del momento, etc.
Un ejemplo del mismo sería: “las mesas son muebles que pueden ser de madera, pero
también de metal, o de otros tipos de materiales…”
10. Argumento basado en los valores
El siguiente tipo de argumento se fundamenta en los valores; es decir, estos tipos de
argumentos se centran en remarcar los valor éticos o morales propios de uno mismo
y/o de la idea que estamos intentando defender.
Para utilizarlos con éxito, podemos optar por emplearlos sobre todo cuando tratamos
temas filosóficos o morales. Permiten reforzar nuestras ideas por el camino de la
justicia y la moral. Por ejemplo: “mentir no es ético porque daña a las personas…”.

Argumentar: tipos de argumentos


28 JUNIO, 2019 ~ACADEMIAVIRTUALANTONIONEBRIJA

SECCIÓN ARGUMENTACIÓN. TIPOS DE ARGUMENTOS. CÓMO ARGUMENTAR

Índice de los contenidos [Ocultar]


 ARGUMENTAR: TIPOS DE ARGUMENTOS
o Analogía
o Autoridad
o Cantidad
o Cantidad
o Causa o argumento de causalidad
o Conocimiento o creencias generales
o Consecuencia o argumento de causa-efecto
o Creencias (religiosas, morales, ideológicas, filosóficas…)
o Emoción (o argumento afectivo-emotivo)
o Estético
o Ético o de valores
o Eslogan
o Estadístico o de datos
o Existencial
o Experiencia personal
o Fama
o Generalización
o Hechos históricos, científicos, artísticos…
o Hedonismo
o Prejuicios
o Progreso
o Racional
o Refranes, proverbios, máximas
o Salud
o Semejanza o analogía
o Social o ideas generales admitidas por la sociedad
o Tradición
o Utilidad o pragmático
o ARGUMENTOS FALACES O FALSOS
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ARGUMENTAR: TIPOS DE ARGUMENTOS
Para argumentar bien, es fundamental conocer la estructura de un texto argumentativo así como
sabe qué argumentos debo seleccionar y emplear para convencer a un auditorio, a un grupo de
personas o a una sola persona.
¿Que es un argumento? Un argumento es una expresión escrita u oral que manifiesta un
razonamiento para probar, apoyar, justificar o rechazar una idea u opinión (es decir, una  tesis).
En la lista siguiente figuran los argumentos más habituales:

Analogía
Se compara o establece una relación de semejanza entre dos situaciones, ideas, seres, cosas o
casos diferentes y se deduce que lo que es válido para un caso lo es también para el otro.

Autoridad
El autor del texto argumentativo cita o recurre, para apoyar su tesis, a un especialista, un
intelectual (filósofo, escritor, pensador…), un experto, una persona reconocida, un científico,
etc., o a un grupo de expertos, científicos, intelectuales… que han elaborado un estudio, un
ensayo, una investigación, etc.
Cantidad
Se antepone la calidad, lo mejor, lo exquisito frente a la cantidad o lo abundante.
Cantidad
Se menciona que la cantidad o lo que la mayoría cree, piensa, dice o hace para defender una
postura. Lo que la mayoría piensa o hace funciona en ocasiones como argumento. La mención
del sentido común se incluye en esta variante.
Causa o argumento de causalidad
Demostrar una relación causa-efecto entre dos hechos o ideas suele ser un razonamiento muy
eficaz para defender una tesis u opinión.

Conocimiento o creencias generales


Se fundamenta una tesis recurriendo al sentido común o ideas que todo el mundo ha escuchado
en relación al conocimiento que se tiene de la realidad.

Consecuencia o argumento de causa-efecto


Exponer o mostrar las consecuencias de determinada idea, acto, hecho… es muy eficaz para la
defensa de una tesis. Se relaciona estrechamente con el argumento de causalidad.

Creencias (religiosas, morales, ideológicas, filosóficas…)


Para apoyar o rechazar una tesis o idea se puede emplear las creencias de tipo religioso, moral,
ideológico, filosófico…

Emoción (o argumento afectivo-emotivo)


Provocar emociones, relacionadas sobre todo con los deseos, miedos o dudas, para conmover y
suscitar una reacción de simpatía, empatía o rechazo es otro de los recursos más típicos usados
en una argumentación.

Estético
Se da prioridad a la belleza (normalmente externa) por encima de otras cualidades o valores
para argumentar una opinión, idea o tesis.
Ético o de valores
Se defiende una causa por sus valores éticos (más allá de una religión o ideología): justicia,
generosidad, libertad, respeto, etc.
Eslogan
Repetir continuamente una frase puede influir en el receptor.

Estadístico o de datos
Consiste en argumentar basándose en pruebas fiables con datos, estudio o cifras.

Existencial
Lo que es real, auténtico, verdadero y posible se valora frente a lo que es falso, o inexistente o
imposible.
Experiencia personal
Suele esgrimirse como argumento la experiencia personal, es decir, lo experimentado,
observado, visto o, en general, vivido por uno por encima de otros criterios o argumentos. 
Fama
Las palabras o la imagen de una persona famosa puede usarse para influir en los destinatarios.

Generalización
A partir de un caso concreto o similar se usa para realizar una generalizar una idea o tesis
común, que se aplica a otro caso del mismo tipo.

Hechos históricos, científicos, artísticos…


La persona que argumenta se puede basar en hechos reales, probados y objetivos de índole
histórica, científica, artística, etc.
Hedonismo
Se basa en lo que proporciona placer, agrado, diversión, bienestar…
Prejuicios
Se trata de argumentar apelando apelando directa o indirectamente a los prejuicios es otro
recurso usado para defender una tesis.

Progreso
El progreso, la novedad, lo original, lo nuevo… se antepone a lo que es valorado como antiguo.
Racional
Es un argumento racional el que se basa en un análisis objetivo y lógico que demuestra la
evidencia de lo que se afirma.

Refranes, proverbios, máximas


Se acude a ellos como garantía de verdad que no admite discusión. El refrán y el proverbio
tienen una raíz popular; las máximas, adagios o frases sentenciosas provienen de una fuente
culta.

Salud
Frente a lo que es nocivo, tóxico y perjudicial para la salud física y mental de una persona se
defiende lo que es sano, saludable, beneficioso. 
Semejanza o analogía
Alguien defiende alguna idea, comportamiento, hecho, acto… basándose en que es muy
parecido a otra idea, comportamiento o acto que es cabal y convincente.
Social o ideas generales admitidas por la sociedad
Las creencias, opiniones, valores, comportamientos, etc., que creemos que son admitidos
socialmente pueden ser empleados como un argumento para rebatir al contrario (sobre todo, si
este defiende una idea, acto, hecho o comportamiento poco común o visto raro o propio de una
minoría.
Tradición
Al contrario que el argumento basado en el progreso, encontramos a quienes usan los valores,
creencias o hechos que se manifiestan a lo largo de la tradición.
Utilidad o pragmático
En este caso lo que es útil, práctico, necesario o eficaz se enarbola como argumento frente a lo
que no es inútil, ineficaz, innecesario, peligroso, poco práctico.
EJEMPLO DE TEXTO ARGUMENTATIVO RESUELTO
ARGUMENTOS FALACES O FALSOS
Existen también argumentos falsos, llamados falacias. Le dedicaremos pronto un artículo. De
momento, te ponemos el más habitual y te dejamos este enlace que te puede servir para
identificarlos.
Ad hominem
Es aquel que se acepta o rechaza no por el argumento o razonamiento hecho, sino en función de
la persona que lo expresa. 

Textos argumentativos: ¿qué son y cuál es su estructura?

Por Redator Rock Content

um de nossos especialistas.

Publicado el 11 de febrero de 2019. | Actualizado el 8 de junio de 2020

Los textos argumentativos son aquellos que presentan recursos, justificaciones y alegaciones
con el objetivo principal de persuadir el lector sobre un determinado punto de vista

El texto argumentativo es uno de los tipos más abordados en la escuela, eso


porque despierta la capacidad de expresar ideas, opiniones y la posición sobre
determinado tema.

Este tipo de texto inncluye diferentes géneros como disertación, artículos de opinión,


carta argumentativa, editorial, entre otros.

El texto de caráter argumentativo busca convencer al lector sobre determinado asunto,


por eso, es indispensable tener fundamentos y tener una base, o sea, un punto de vista
central sobre un determinado asunto. Solamente así será posible convencer al
interlocutor sobre tu visión.

En los géneros argumentativos escritos, sobre todo, conviene que el punto de vista sea
presentado de forma clara, luego al inicio del texto.

De esta manera, a través de una argumentación objetiva y con diversidad lexical


sostenida o defendida, se puede convencer al lector de lo que el emisor
está defendiendo.

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¿Cuáles son las características de los textos argumentativos?


La estructura general de un texto argumentativo consiste en introducción, desarrollo y
conclusión. ¡Ojo que acá el orden debe ser respetado! Cada una de esas partes posee una
función diferente dentro de la composición textual.

En la introducción presentamos el asunto que será tratado a lo largo del texto así como la


posición que será desarrollada a respecto del asunto.

El desarrollo es el argumento y puede ser considerado como el corazón del texto, por eso,
normalmente, cuenta con más de un párrafo. De una forma general, cada argumento en
defensa del asunto debe corresponder a un párrafo.

La conclusión es la parte final del texto. Es el momento donde será retoma la tesis
central, ahora teniendo como base a con argumentos desarrollados durante el texto.

Conociendo la estructura queda más fácil entender por qué un texto argumentativo


precisa tener ciertas características.

Cuando un texto argumentativo es construido a partir de una disertación objetiva, el autor


no se identifica al lector, presentado así, argumentos de manera impersonal.

Esto confiere al texto la sensación de imparcialidad, aún cuando la opinión del autor está
siendo expresada. Sin dudas, es el tipo de texto argumentativo que más se ve en la web,
pero, hay aún una visión subjetiva.

En el caso de esa disertación, se usa la primera persona del singular, de manera que,


queda bastante evidente que la opinión es del autor del texto.

Es importante considerar que, al elegir una de las formas de construir el texto


argumentativo, es fundamental seguirla hasta el final.

Vamos por las partes: Introducción, Estructura o Desarrollo y Conclusión.


¿Cómo es la introducción de un texto argumentativo?
Diferente a la experiencia del estudiante, que con certeza leerá hasta el fin, este es un
momento crucial para el productor de contenidos web: ya que es cuando el lector decide
si sigue leyendo el texto o no. Y sin una introducción, como mínimo atractiva, el lector no
seguirá hasta el final.

Algunas sugerencias que te daremos pueden ayudarte a moldear el principio del texto de
una manera más atractiva.

Existe una característica infalible de los buenos textos argumentativos que puede ser
aplicada a todos tus publicaciones de blog. ¿Todos? Sí, todos. Y ¿cuál es? ¡Sé claro y
objetivo!

Dar claridad y objetividad al texto demuestra conocimiento, seguridad y autoridad sobre


el tema.

Por lo tanto, en ese primer momento, es importante usar menciones o citas impactantes,
preguntas retóricas o datos y ejemplos que refuercen lo que deseas hablar.

En el marketing de contenidos hay algunas especificidades: contar historias y hacer


preguntas que la persona se haría a sí misma, son buenos caminos para atraer a tu lector
desde el princípio de tu texto.

Se sugiere que siempre comprendas bien a la persona con la que tu texto va hablar.
Ahora, a continuación, presentaremos algunos ejemplos de introducción.

Introducción con Narración

“Johana tiene 18 años y tiene ganas de cursar periodismo en la universidad. Hoy, su vida
en la preparatoria, le pide elecciones y ella ya lo sabe: tendrá que estudiar, como mínimo
ocho horas todos los días para lograr su sueño. Como Johana, hay millones de jóvenes
que ocupan la mayor parte de sus días sobre los libros estudiando. ¿Será que el modelo
vigente de enseñanza está funcionando bien en el país?”

Ese es un ejemplo de introducción  de un texto argumentativo que presenta la história de


un personaje para reforzar la opinión del escritor, en este caso, sobre el modelo
tradicional de educación.

Claramente, es posible percibir que hará cuestiones sobre el actual sistema educativo.


Eso es positivo porque el lector puede notar que el autor va directo a su punto.

Introducción conceptual

Otra posibilidad para atribuir valor desde el inicio de tu texto es conceptuando el tema
sobre el cual vas a escribir. Por ejemplo, en este post, un buen consejo sería empezar así:
“Los textos argumentativos son aquellos que presentan recursos, justificaciones y
alegaciones con el objetivo principal de persuadir al lector sobre un determinado punto
de vista. Pero, ¿es posible utilizar elementos de ese tipo textual también para escribir
blog posts?, ¿es posible recordar esos elementos para construir una buena disertación?”

Introducción con mención

“La imaginación es más importante que la ciencia, porque la ciencia es limitada, por otro
lado, la imaginación alcanza todo el mundo.”

La frase del científico Albert Einsten puede ser una invitación a la reflexión sobre el
número de horas que los jóvenes tienen que estudiar en las asignaturas para lograr su
ingreso en la educación superior. ¿Es posible decir que el sistema de educación está
formando personas?

Traer la idea de otras personas a tu texto puede dar más credibilidad a tu punto de vista.
Ese elemento puede convertirse en un valioso punto de conexión con el lector, una vez la
cita despierta la atención sobre el tema.

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¿Cuál es la estructura de un texto argumentativo?


Los textos argumentativos deben presentar 3 elementos:

1. La tesis, o sea, la opinión que será defendida;


2. Los argumentos, que sujetan esa opinión;
3. La conclusión, que condensa y refuerza lo que fue presentado.

Quizás estarás pensando que has visto esa división con los nombres de: introducción,
nudo y desenlace.

Pero, en el caso de los textos argumentativos, existen muchas estructuras que son
posibles. El texto puede comenzar con:

Tesis
Esa es la estructura tradicional. Este texto inicia con la presentación de la tesis en la
introducción, que se defiende a través de los argumentos desarrollados en los párrafos
siguientes y, finalmente, retomada en la conclusión.

Empezar por la tesis es una buena manera de construir una introducción sucinta y


honesta, que dice para el lector cual es el objetivo del texto.

Argumentos

En ese caso, los argumentos son presentados primero y su desarrollo lógico lleva a la
tesis. La idea es conducir el raciocinio del lector, de manera que él coincida con la
conclusión del texto a la medida que lo lee.

Esa es una buena estructura para despertar la curiosidad o para presentar opiniones
opuestas, que pueden hacer que el lector se cierre a la argumentación si no es
compartida desde el inicio.

Un buen ejemplo de formato de texto para la web que suele ser construido siguiendo esa
estructura, son aquellos que explican al lector el porqué investir en un CRM (o cualquier
otro producto), por ejemplo, que puede ser benéfico para la empresa.

¿Qué técnicas existen para elaborar textos argumentativos?


Antes de comenzar específicamente con las estrategias que pueden mejorar tus textos
argumentativos, una pregunta: ¿conoces la diferencia entre estratégia y argumento?

Explicando sucintamente, un argumento es toda la información que utilizas para defender


tu punto de vista. Y las estrategias son las maneras en que expones, articulas y presentas
esa información.

En eso nos acercamos mucho a los campos de la retórica y de la lógica, áreas de estudio


de la Filosofía.

Pero, no hace falta coger tu libro de la escuela, porque vamos explicarte sobre algunas
estrategias argumentativas que podrás utilizar en tus textos.

Analogía

La analogía es una figura del lenguaje que consiste en establecer paralelos y semejanzas
entre situaciones, inicialmente distintas.

Con esto, es posible acercar la situación en cuestión a las experiencias vividas por tu
lector (en marketing de contenidos, por tu persona), simplificando el entendimiento de
algo fuera de su realidad.

Cuando es bien aplicada, esta estrategia permite aumentar el apelo emocional del texto.
No obstante, para ello, es necesario garantizar que no sea muy simple.
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Apelo emocional

Esta estrategia está relacionada al pathos, palabra que, para los griegos, significaba la
pasión y el sentimiento. 

La idea es provocar la emoción en tu lector, con la finalidad de conquistar el lado


emocional de cualquier opinión, por más racional que parezca.

Para escribir un texto con mucho apelo emocional, es importante conocer las dolencias
de tu persona y elegir argumentos próximos a su realidad.

A pesar del nombre “apelo emocional”, lo ideal es no exagerar.

Prolepsis

Este es el nombre sofisticado de la estrategia de anticiparte los argumentos de tu


interlocutor.

Esta estrategia es facilmente observada en debates políticos, en que un candidato,


conociendo los temas de su adversario, deconstruye sus argumentos antes que pueda
presentarlos, exigiéndole más esfuerzo para argumentar.

La prolepsis puede ser utilizada, por ejemplo, para estructurar un texto sobre la
importancia de mantenerse  fisicamente activo.

Puedes empezar tu producción apuntando a las principales objeciones de las actividades


físicas y deconstruir cada una de ellas en un intertítulo.

¿Qué tipos de textos argumentativos existen?


Ahora que conociste algunas estrategias que pueden ayudarte en tu texto, veremos
algunos tipos de argumento que puedes utilizar para sostener tu tesis:
Argumento de autoridad

Ese argumento presenta la credibilidad de tu fuente, como un instituto de investigación,


un investigador o un testigo.

La fuerza de ese argumento viene justo de la fuente, por ello es fundamental incluir links
para las investigaciones mencionadas o decir el nombre de la institución donde la
información fue colectada. 

Decir “las investigaciones apuntan” es lo mismo a no decir nada, porque, cuando haces
esto, estás omitiendo la credibilidad del argumento.

Es necesario decir también que, cuando estás escribiendo como un ghost writer, tu
propia autoridad no significa nada, porque tu nombre no está relacionada al texto.

No importa si eres phD en el tema sobre el cual estás escribiendo: te será necesario
sostener tus argumentos con fuentes confiables.

Argumento de ilustración

Aquí se trata de utilizar ejemplos para confirmar que los puntos expuesto son, de hecho,
reales.

Es importante mencionar que los ejemplos no necesitan ser solo positivos: si la idea es


comprobar, por ejemplo, la necesidad de poner una placa de identificación en tu
perrito, puedes mencionar no solo casos en los cuales la presencia de la placa tuvo un
final feliz, sino también, situaciones en que, por no tener la identificación, el animal no fue
encontrado.

Argumento de causa y consecuencia

Para comprobar una tesis, puedes buscar las relaciones de causa (motivos, razones) y de
consecuencias (efectos, resultados).

Argumento de pruebas concretas o principio

Al utilizar argumentos sostenidos en pruebas concretas, buscamos evidenciar la tesis por


medio de informaciones concretas, pertenecientes a la realidad. Pueden ser usados
datos estadísticos o falsos o hechos importantes de domínio público.

Argumento por analogia

Es el argumento que parte de la hipótesis que se debe tratar algo de manera igual,
situaciones iguales.

Las citaciones de jurisprudencia son ejemplos más claros de argumentos por analogía,


que es bastante útil porque el juez será, de algun modo, influenciado para decidir de
acuerdo con lo resuelto en situaciones anteriores similares.
Argumento de sentido común

Es el argumento que contiene una afirmación que presenta consenso general,


incontestable. Son más usados cuando se quiere defender un punto de vista, una opinión,
un argumento que es masificado.

Así, nadie puede decir nada contra, pues es reconocido mundialmente.

Argumento de fuga

Este argumento tiene como base la intención de querer escaparse de una discusión
central, donde sus argumentos no serán válidos (por lo menos, no mantendrán ese
carácter). En términos generales, se utiliza la subjetividad.

A parte de estos de argumentos, existen varios otros tipos como por raciocinio lógico y


citación. Ahora que ya conoces los tipos de argumentos de esta clase textual, fíjate en
algunos ejemplos.

Argumento de lógica

Problabemente, has visto aquellos ejercícios simples de lógica, compuestos de 3


sentencias, como “Todo hombre es mortal. Sócrates es hombre. Luego, Sócrates es
mortal”. Esa es la estructura básica de cualquier argumento lógico.

Pero no te hace falta dividir todo tu texto en premisas y conclusiones e intentar


comprender el raciocinio lógico entre ellas.

Argumentar por lógica es más simple que eso – relaciones de causa, consecuencia y de
condición, son ejemplos de argumentos lógicos.

Aquí va una mención especial a las trampas lógicas.

Las trampas lógicas son intentos de convencer al lector mediante informaciones que no
siguen una lógica coherente.

En la practica, por ejemplo, significa utilizar argumentos desconectados para crear un


apelo emocional exagerado o deshacer el argumento de una persona para un
contraataque más impactante.

Es decir, en realidad, esa es una manera de debilitar tu argumento. Entonces, lo ideal es


evitar algunos caminos que nos inducen al uso de esas trampas.

Utilizando el ejemplo mencionado anteriormente, sería algo en ese sentido: “Todo


hombre es mortal. Sócrates es hombre. Joana no es hombre. Luego, Joana es imortal”.
¿Perdón?

Por lo tanto, no seas ese redactor que utiliza ese tipo de argumento por lógica utilizando
una secuencia non-sense para sostener un punto de vista.
Identifique las trampas lógicas en tu texto, ¡y sácalas!

¿Qué ejemplos de textos argumentativos existen?


En esta ocasión, vamos a mostrar cuatro ejemplos de argumentos:

1. Información sobre temas educativos

“El tabaco es el problema más grave de salud pública en el país. Así como no admitimos
que los comerciantes de marihuana, pasta base o heroína hagan campañas publicitarias
para nuestros hijos en la televisión, todas las formas de publicidad de cigarrillos deberían
ser prohibidas definitivamente. Para los desobedientes, cárcel”.(VARELLA, Dráuzio. In:
Folha de São Paulo, 20 de mayo 2000).

2. Frases impactantes y de carácter personal

“Considerando la afirmación de Bertrand Russel, lo que más seduce al hombre no es


tener bienes materiales, sino el prestigio que esos bienes le proporcionan.”.

3. Rescate de hechos históricos

“La casualidad puede originar grandes descubrimientos. Alexander Flemming, por


ejemplo, cultivaba bacterias. Un dia, al acaso, verificó que los hongos que surgen en el
frasco mataban a las bacterias presentes en el recipiente. Del estudio hecho con esos
hongos, surgió la penicilina”.

4. Ideas logicamente enlazadas

“Al admitirse que la vida humana es el bien más preciso del hombre, no se puede aceptar
la pena de muerte, una vez que existe siempre la posibilidad de error jurídico que, en este
caso, sería definitivo.”

Conclusión
Esta etapa del texto es ideal para recuperar tu punto de vista, reforzarlo y, si posible,
acercarlo de la realidad.

En el caso del marketing de contenidos, un buen camino es sugerir a la persona cómo


aquel blog post le puede ser útil en su vida.

En general, ese es el momento en que el autor del texto dice al lector: me importas
y deseo que aprenda; quiero ofrecerte aún más contenido.

Otro atributo importante de una buena conclusión es incluir el llamado a la acción, en


inglés: call to  action.
Este debe indicar el siguiente paso que deseas que el lector haga a partir de tu texto,
como compartir el contenido en las redes sociales, dejar un comentário o descargar e-
book.

Para los casos del texto argumentativo, ese es el momento que tienes para finalizar la
charla, presentando una solución y/o sugerencia para el problema en cuestión. 

Pero recuerda, que sea de manera  sucinta y directa. ¡Sin lío!

Bueno, hablando enserio, ¿te imaginabas que hubiera tantas cosas detrás de la redacción


cuando escribías preparándote para tus exámenes?

Es todo por ahora. Ya sabes como hacer tus textos argumentativos y producciones para
web coherentes y bien escritas.

No olvides compartir el artículo en las redes sociales, ¡así ayudarás a más personas a
crear buenos textos!

Tipos de ARGUMENTOS
Según el Diccionario de María Moliner (mi favorito) argumentar es aducir argumentos (presentar
pruebas) para sostener una opinión. Es decir, argüir (nuevo palabro fantástico para aprender y
colocarlo en los comentarios de texto siempre que podamos).

Argüir:
1. Deducir una cosa como consecuencia natural de otra.
2. Probar o hacer ver con claridad una cosa.
3. Exponer alguien ciertas razones para sostener su opinión contra la de otros. A favor de… o en contra
de…

1. VIDEO EXPLICATIVO
2. EXPLICACIÓN TEÓRICA – ESQUEMAS
TIPOS DE ARGUMENTOS
1. DE AUTORIDAD
Es un argumento o un razonamiento que en lugar de apoyarlo en un «porque lo digo yo», lo
apoyamos en que lo ha dicho una persona (o una institución) experta en esa materia o reconocida
por su superioridad intelectual.

Por ejemplo: Si yo quiero que mi hijo de 10 años apague el ordenador o el móvil le digo que los
médicos y los psicólogos dicen que ese tipo de luz altera el sueño, que es malo para la vista, etc.
Me apoyo en los argumentos de los médicos para demostrar que tengo razón.
2. DE EJEMPLIFICACIÓN
Demostrar mi teoría con ejemplos para que mi audiencia, mi receptor, lo entienda mejor.
Es acercar la idea que yo quiero transmitir (yo soy el Emisor de esa idea) a mi Receptor hablándole
de algo cercano, algo que él sí entienda porque lo conoce o lo haya vivido. Las ideas apoyadas
con ejemplos primero, se entienden mejor; y segundo, parece que tienen más peso.

Ejemplo: Decir «las oraciones coordinadas son como un feat entre Shakira y Beyonce y las
subordinadas como uno entra Rosalía y J Balvin» para explicar que en las oraciones coordinadas la
relación es entre elementos equivalentes o con el mismo peso; y que en las subordinadas uno es
una parte que hace su función pero la principal es otra.

O en el ejemplo de mi hijo, decirle que su amigo tal ya le han puesto gafas por las pantallas; o que
anoche tuvo pesadillas por estar hasta muy tarde con el móvil; que a mí misma me duele la cabeza
cuando estoy muchas horas…

A que ahora después de estos dos ejemplos que te he puesto, todo se entiende mejor… pues eso.

3. DE EXPERIENCIA
La experiencia es un conocimiento de la vida adquirido viviendo, habiendo hecho (o sufrido)
repetidamente algo. Son situaciones por las que ya se ha pasado y por eso podemos afirmar que
sabemos cosas sobre eso (más que otra persona que no lo haya vivido).

Los argumentos de experiencia son fáciles de reconocer en un texto argumentativo cuando un


autor empieza contando su historia para después hablarnos  de la postura que defiende.

PERO ¡CUIDADO! cuando los usamos nosotros en el apartado de opinión personal porque no vale
decir «a mi tía Concha le pasó esto y por eso es verdad». Los argumentos de experiencia tienen que
tener cierto nivel y ser un poco generalistas, desde mi experiencia pero evitando el «yo, a mí, me,
me ha pasado…».

Por ejemplo, en un texto que habla sobre el nacismo podríamos comentar nuestra visita al Museo
del Holocausto de Berlín.

Otro ejemplo: en un texto sobre el cambio climático se podría hablar de cómo ya casi no queda
playa en muchas zonas de costa de Valencia. No diría «yo veraneo en Cullera y mi padre se queja
porque ya no se puede poner la toalla…»; tendrías que decir, «los valencianos recordamos que las
playas eran enormes y ahora debido al aumento de la frecuencia de las DANAS, ya hay zonas donde
apenas se puede poner una toalla».

4. DE CANTIDAD, CALIDAD
 Cantidad: Se valora alguna cosa o una idea argumentando que muchas personas lo valoran igual que
yo. Ejemplo: vosotros siempre argumentáis sobre el valor de los influencers de Instagram o de
los youtubers por la cantidad de seguidores que tienen. El argumento de cantidad se puede desmontar
fácilmente: si la cantidad fuera una cualidad que da valor a algo, el mejor restaurante del mundo sería
Burger King (no, ¿verdad?).
 Calidad: Se valora algo por bueno, por su excelencia, frente a lo abundante (por eso he puesto este
tipo de argumentos juntos). Si es excelente, tiene algo de exclusivo, de singular, no puede haber muchos
pintores como Velázquez, ni muchas artistas como Beyonce.

5. DE GENERALIZACIÓN
También llamado de verdades evidentes, social… es una forma de decir que una cosa es verdad
porque es un sentir general, verdades comúnmente aceptadas, la mayoría de la gente cree que es
así.

En algunos sitios se distinguen entre argumentos de tradición, sociales, pero yo creo que al final
son todo generalizaciones, es el tipo de argumentos que se podrían argumentar como «eso ha sido
así de toda la vida». 

6. DE ANALOGÍA
«Análogo» significa «semejante». Se defiende una idea o un hecho basándose en que es parecida a
otras que están muy aceptadas.

Ejemplo: Si has llevado bien las clases online, el curso que viene no tendrías por qué tener tener
problemas con las clases presenciales nuevas. Como vemos, son situaciones comparables en las que
se deducen cosas entre semejantes.

El concepto de «falacia»: una falacia es una querer pasar por verdad una mentira.  Es una analogía
falsa, un argumento que se quiere hacer pasar por válido cuando no lo es.  Se da si hacemos una
analogía o semejanza entre términos que no tienen nada que ver.

Por ejemplo: Yo he elegido los muebles de mi casa y el color de las paredes, como eso lo hacen los
decoradores, yo soy decoradora.

Otro ejemplo: Te equivocas sobre la educación de los niños, claro, como no eres padre no tienes ni
idea (¿eso quiere decir que el ser padre te hace experto en educación o que no serlo te prohíbe
tener opinión y argumentos al respecto?).

7. DE CAUSA-EFECTO
 «Si no estudias, no aprobarás».  «Si escribes mal, ligarás menos». «Desconectarse de las tecnologías y
las pantallas dos o tres horas antes de acostarse hace que duermas mejor». El efecto, que es la
segunda parte de la frase, hace que la primera parte sea verdad (o sea aceptado como argumento
válido para tener razón).

3. PRÁCTICA
Textos para localizar los tipos de argumentos (durante los próximos días iré subiendo soluciones):
 Texto 1. Salió en las PAU (la Selectividad valenciana): ¿Por qué no hicisteis nada para evitarlo? de José
Luís Gallego Examen Lengua Castellana y Literatura de la Comunidad Valenciana (Ordinaria de 2018)
 Texto 2. Salió en las PAU (la Selectividad valenciana): Hansel y Gretel de Andrés Trapiello Examen
Lengua Castellana y Literatura de la Comunidad Valenciana (Ordinaria de 2019) –   Solución Texto 2

 Texto 3. Salió en las PAU (la Selectividad valenciana): Lo que la niña enseña de Elvira Lindo Examen
Lengua Castellana y Literatura de la Comunidad Valenciana (Extraordinaria de 2019)
Solución Texto 3

Las características de la argumentación


La argumentación aborda un tema controvertido y tiene por finalidad defender o validar una tesis
con argumentos. Por ello, se caracteriza por ser lógica, dialógica y persuasiva, e incluso
contrargumentativa.

 Es lógica porque se usa una serie de razonamientos coherentes, generalmente


presentados en forma secuencial. Además, siguen una estructura determinada.

 Es dialógica porque está destinada a enfrentar una serie de ideas, particularmente


cuando estas oponen al emisor contra el receptor.

 Es persuaviva porque se busca convencer a la audiencia de una postura tomada.

 Es contrargumentativa porque se elabora pensando en posiciones contrarias a la


asumida.
 

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