Rev Esp Med Legal.

2013;39(4):135---141

REVISTA ESPAÑOLA DE
MEDICINA LEGAL
www.elsevier.es/mlegal

ARTÍCULO ESPECIAL

Criterios medicolegales en la valoración de la responsabilidad

profesional médica
Amadeo Pujol-Robinat ∗ , Carles Martin-Fumadó, Dolors Giménez-Pérez
y Jordi Medallo-Muñiz

Institut de Medicina Legal de Catalunya, Barcelona, España

Recibido el 8 de julio de 2013; aceptado el 12 de julio de 2013

Disponible en Internet el 7 de septiembre de 2013

PALABRAS CLAVE Resumen Las denuncias contra médicos por presunta mala praxis son relativamente frecuen-
Responsabilidad tes en nuestro medio judicial, su abordaje jurídico y medicolegal es complejo, y los informes
profesional médica; periciales solicitados constituyen un reto para la medicina legal y forense. En este trabajo se
Mala praxis; revisan los principales estudios realizados sobre los denominados efectos adversos en el medio
Negligencia médica; hospitalario, se diferencian de los errores y de las imprudencias, y se comenta que las edades
Efectos adversos; extremas de la vida, la asistencia compleja o urgente y la estancia hospitalaria prolongada
Errores médicos; son algunas de las circunstancias que favorecen su presentación. Se explica la intervención
Seguridad del médico forense en estos casos y se describen los elementos necesarios para la valoración
del paciente; pericial. Finalmente, se ofrecen unos consejos prácticos para la elaboración del informe peri-
Derecho médico cial, haciendo énfasis en la crucial importancia de tener una sólida formación medicolegal
para realizar dichos informes, además de tener amplios conocimientos en la materia médica a
peritar.
© 2013 AsociaciÓn Nacional de Médicos Forenses. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los
derechos reservados.

KEYWORDS Medicolegal criteria in the assessment of medical professional liability

Medical professional
liability; Abstract Professional liability claims against physicians for supposed medical malpractice are
Malpractice; relatively common in our country, their legal and medicolegal approach is complex and the
Medical negligence; expert reports requested constitute a challenge for forensic medicine. In this paper we review
Adverse events; the main studies carried out about hospitalized patients adverse events, we distinguish bet-
Medical errors; ween adverse events, errors and negligence and we comment that extremes of age, complex
Patient safety; care, urgent care and a prolonged hospital stay are associated with them. We explain what
Medical law the forensic physician role in these cases is and we describe the necessary requirements for the
expert report. Finally we give practical advice for doing the medicolegal report. The expert or

∗ Autor para correspondencia.

Correo electrónico: amadeo.pujol@xij.gencat.cat (A. Pujol-Robinat).

0377-4732/$ – see front matter © 2013 AsociaciÓn Nacional de Médicos Forenses. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
http://dx.doi.org/10.1016/j.reml.2013.07.002
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consultant in a judicial setting needs a sound medicolegal training to do these reports, besides
to have an extensive knowledge in the specific medical specialty concerned.
© 2013 Asociación Nacional de Médicos Forenses. Published by Elsevier España, S.L. All rights
reserved.
Introducción
Las denuncias contra médicos por presunto error, impruden-
cia o negligencia profesional han experimentado un gran
aumento en España en las últimas 3 décadas, de forma
parecida a lo que ha ocurrido en otros países de Europa
y Norteamérica, así como de otras partes del mundo. Sin
embargo, en los últimos años ha habido una tendencia a
la estabilización en el número de reclamaciones judicia-
les en Cataluña en general1 y en la ciudad de Barcelona en
particular (fig. 1)2 .
En el período de 1984 a 2004 se realizaron diferen-
tes estudios en Estados Unidos, Australia, Reino Unido,
Dinamarca, Nueva Zelanda y Canadá, para determinar las
características epidemiológicas de los llamados efectos
adversos (EA) producidos en el ámbito hospitalario3---10 . El
Harvard Medical Practice Study, que valoró la incidencia
y naturaleza de los EA, así como posibles negligencias en
pacientes hospitalizados en el estado de Nueva York en el
año 1984, revisando 30.121 historias clínicas de 51 hospi-
tales, es el trabajo de referencia en el estudio de los EA
hospitalarios3,4 .
Los investigadores estadounidenses definen el EA como
una lesión o complicación que da lugar a incapacidad,
muerte o prolongación de la estancia hospitalaria, y que está
causada por el sistema sanitario, más que por la enferme-
dad del paciente11 . En los mencionados trabajos se encontró
una incidencia de EA entre el 3,7% y el 16,6% de todas las
historias clínicas revisadas en cada centro. La mayoría de
los estudios consideró evitables cerca del 40% de los EA
identificados. Asimismo, los investigadores estadounidenses
también valoraron la asociación entre los EA y la posible
negligencia, que se consideró en un 27,6% en el trabajo del
Harvard Study4,11 , en un 32,6% en el trabajo de Utah, y en
un 27,4% en el de Colorado5,11 . Es decir, que casi la tercera
parte de los EA valorados en dichos hospitales se considera-
ron originados por actuaciones médicas negligentes.
Debe diferenciarse un EA de un error médico y de lo
que se considera judicialmente como negligencia (término
jurídico). Una cosa es una complicación, otra que dicha com-
plicación sea debida a un error médico y, finalmente, existe
lo que jurídicamente se considera negligencia, que se define
como un fallo grave en la realización de un acto médico,
que no se ajusta a la lex artis para una especialidad determi-
nada. La negligencia ocurre cuando el grado del error excede
la normopraxis aceptada. Es decir, la presencia de un error es
una condición necesaria pero no suficiente para la existencia
de una negligencia4,12 .
En cuanto a la tipificación de los EA, el Harvard Study
encontró como más frecuente el asociado al uso de medica-
mentos (19%), seguido de la infección de la herida quirúrgica
(14%) y las complicaciones técnicas (13%). Un 48% de los EA
se asociaron a la cirugía3,4 . En dicho estudio los EA impli-
caron una incapacidad transitoria en un 70% de los casos,
A. Pujol-Robinat et al
discapacidad permanente en un 3% y la muerte del paciente
en un 14% de los casos3,4 .
En España destacan los estudios realizados por el grupo
de Aranaz et al.11---14 . Estos autores, en una investigación
realizada en 2005 con 5.908 pacientes de 24 hospitales
españoles de diferentes tamaños, hallaron EA en un 8,4%
de las historias revisadas. Se consideró que un 42,6% de
los EA eran prevenibles. La edad, el tiempo de hospitali-
zación, el tamaño del hospital y el número de factores de
riesgos intrínsecos y extrínsecos, favorecieron la presenta-
ción de EA14 . En otra publicación muestran que un 45% de
los EA son de intensidad menor, un 39% moderados y el 16%
restante graves12 . Asimismo los EA que se presentan en los
servicios de cirugía son con mayor frecuencia del tipo grave,
más que aquellos que aparecen en los servicios de medicina.
Una tercera parte de pacientes con EA requieren un mayor
tiempo de hospitalización, y casi una cuarta parte necesitan
un nuevo ingreso hospitalario. La incidencia de muerte en
los pacientes con un EA fue del 4,4%. El mayor porcentaje de
EA prevenibles fue relacionado con el diagnóstico (84,2%),
con las infecciones nosocomiales (56,6%), y con la atención
y cuidado médico de los pacientes (56%)12 .
Por lo tanto, puede afirmarse que los EA se producen por
la combinación entre las deficiencias del sistema y los erro-
res de los profesionales. Las deficiencias del sistema están
relacionadas con la organización y el diseño de actividades:
las condiciones de trabajo (fatiga, sobrecarga laboral)15 ,
la falta de liderazgo y de supervisión, la comunicación, el
equipamiento, el mantenimiento de las instalaciones, la for-
mación y las habilidades del personal16,17 .
La publicación del informe del Instituto de Medicina de
Estados Unidos en 1999, sobre una estimación del número
de muertes y afectados por errores médicos en dicho país,
marcó un punto de inflexión en la visión de la seguridad
del paciente y en la investigación sobre EA y negligencia
médica18 . En dicho informe, se estimaba que aproxima-
damente entre 44.000 y 98.000 pacientes podían morir al
año en los hospitales de Estados Unidos a consecuencia
de un error en la asistencia recibida, y que más de un
millón de pacientes al año podían tener daños18 . También
se enfatizaba que los índices más altos de errores con serias
consecuencias ocurren con mayor frecuencia en las unidades
de cuidados intensivos, en los quirófanos y en los servicios de
urgencias. El documento finalizaba con la recomendación
de unas estrategias para la mejora de la seguridad de los
pacientes18 .
A los 5 años se publicaron algunos trabajos que expli-
caban los avances de las estrategias aplicadas en el país,
pero se evidenció que todavía quedaba mucho camino por
recorrer19---21 . De la revisión de la bibliografía médica se des-
prende que muchos autores abogan más por un enfoque del
problema de la responsabilidad profesional médica (RPM)
basado fundamentalmente en la cultura del conocimiento,
registro, prevención e información, frente a una cultura
Criterios medicolegales en la valoración de la responsabilidad profesional médica
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Figura 1 Solicitudes de pruebas periciales sobre presunta mala praxis médica en el Servicio de Clínica Medico-Forense de Barcelona
(IMLC) en el período de 2003 a 2012.
basada en la culpa y el silencio12,22 . Hoy en día, la segu-
ridad del paciente es una preocupación y una prioridad muy
importante también en España23---25 . De hecho, Aranaz et al.
concluyen que el conocimiento de los tipos de EA que son
evitables y la identificación de los factores predictivos que
se asocian con ellos, nos permitirá desarrollar estrategias
que mejoren la seguridad de la asistencia sanitaria12 .
También queremos destacar que en los últimos años la
mayoría de autores son partidarios de que cuando existe un
EA debido o no a un error médico, lo más correcto es comuni-
carlo al paciente. De hecho la falta de una explicación, o de
una disculpa al paciente, si fuera apropiada, puede ser muy
mal valorada por el enfermo y en algunos casos puede con-
vertirse en un poderoso estímulo para presentar una queja
o incluso una denuncia judicial26,27 . Hay trabajos que revi-
san la comunicación de errores a los pacientes22,28 , y otros
que remarcan el hecho de que los pleitos por mala praxis
a menudo se producen cuando aparece un EA inesperado,
acompañado de una falta de empatía del médico, junto a
una sensación de ocultación de información esencial29 . Es
decir, es fundamental cuidar al máximo la relación del
médico con el paciente13,30,31 .
Por lo tanto, aunque muchos médicos creen que revelar
los errores a los pacientes o familiares puede estimular las
denuncias, los expertos en seguridad del paciente creen que
es importante comunicar los errores22,28,29,31,32 .
Deseamos resaltar que en España, como en otros países33 ,
también se ha abordado el problema de la seguridad de los
pacientes en Atención Primaria34 y que se están desarro-
llando unidades funcionales de seguridad de los pacientes
en dicho ámbito35 .
Este trabajo pretende abordar los criterios fundamenta-
les para realizar un dictamen medicolegal en reclamaciones
judiciales por presunta mala praxis médica (MPM). En primer
lugar, debe conocerse lo que solicitan los jueces, el Ministe-
rio Fiscal y los tribunales en los casos de denuncias médicas,
se abordará cuáles son los elementos necesarios para llevar
a cabo correctamente el informe, se discutirá la propuesta
de una guía para la elaboración de la pericial y, finalmente,
se darán unos consejos prácticos para efectuar el informe.
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Cuestiones habitualmente planteadas por los
jueces, Ministerio Fiscal y tribunales en las
periciales sobre responsabilidad profesional
médica
Los asuntos de reclamaciones judiciales por presunta
RPM habitualmente se tramitan en los Juzgados de Ins-
trucción aunque en ocasiones se presentan ante un
Juzgado de Primera Instancia y en otras ante un Juzgado
Contencioso-Administrativo, solicitando una responsabili-
dad de la Administración Sanitaria.
En los Juzgados de Instrucción, una vez interpuesta la
denuncia o querella, el juez valora el caso concreto e inicia
la fase procesal de la instrucción del mismo. Siempre es muy
interesante que al inicio del proceso el juez instructor comu-
nique la denuncia al médico forense correspondiente, para
que una vez revisado el tema, informe al juez de la natura-
leza del problema denunciado, enfermedad del perjudicado
y los motivos de la denuncia. Así, el instructor podrá valorar
inicialmente el caso, entenderá la enfermedad o compli-
cación motivo de la denuncia, y podrá enfocar con buenos
argumentos la instrucción judicial del asunto36 .
En general en estos casos se solicita un informe global
de la intervención médica realizada, y si existen indicios de
MPM. Se precisará toda la información que se comenta en
el siguiente apartado. En otras ocasiones, se solicita por la
parte acusadora o la defensa una serie de cuestiones con-
cretas sobre la praxis médica realizada. A veces, tras ser
emitido el informe pericial se piden aclaraciones de dife-
rentes aspectos dudosos. Si el perjudicado tiene lesiones,
en la mayoría de ocasiones se solicitará un informe de valo-
ración del daño corporal, sobre las secuelas atribuibles a
una presunta mala praxis. En la situación de fallecimiento
del perjudicado es fundamental la práctica de una autopsia
judicial siguiendo la normativa europea para determinar el
tipo y causa de muerte, su mecanismo fisiopatológico y las
circunstancias del caso36---38 .
En ocasiones, una vez emitido el o los informes, el juez de
instrucción puede citar al médico forense en el juzgado para
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Tabla 1 Intervención del médico forense en los casos de
denuncias por presunta mala praxis médica
Asesorar al magistrado/juez en el caso en particular y
en el interrogatorio de los denunciados
Elaborar un informe medicolegal completo sobre la
praxis médica realizada
Emitir informes relativos a algunas cuestiones concretas
del caso
Realizar informes aclaratorios del dictamen ya realizado
Valorar el daño corporal del perjudicado
Practicar la autopsia judicial en los casos de muerte por
presunta mala praxis médica
Ratificar el informe emitido ante el juez y las partes
Intervenir en el acto del juicio oral
el acto de ratificación del informe al amparo del artículo
483 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal39 . Se trata de una
diligencia que habitualmente se practica en el juzgado o en
la sala de vistas del mismo y en la que el juez y las partes
(Ministerio Fiscal, acusación particular y defensa) preguntan
dudas sobre el informe ya realizado, aclaraciones o a veces
vuelven a realizar nuevas preguntas a los médicos-forenses.
Finalmente, deberemos intervenir en su caso en el acto del
juicio oral36 (tabla 1).
Elementos necesarios para la valoración
pericial
La pericial medicolegal no debe enfocarse únicamente en la
búsqueda de la RPM, sino que debe intentar esclarecer todos
los factores que pueden haber incidido en el desarrollo de
un EA o en la falta de seguridad del paciente.
El objetivo fundamental de la prueba pericial es la de
facilitar al juez, Ministerio Fiscal y a las partes, una infor-
mación amplia, objetiva, rigurosa y fiable sobre los hechos
acontecidos, y que permita llegar a una resolución judicial
justa fundamentada en una base científica40 .
Por todo ello, entendemos que los elementos necesarios
para poder realizar un informe pericial en materia de RPM
serían:
La historia clínica
Documento medicolegal de primer orden, es el elemento
esencial para la valoración de la praxis médica. Permite el
estudio de la relación entre los profesionales y los usuarios,
y es sin duda el reflejo de la relación médico-paciente41 .
El análisis medicolegal minucioso de toda la documenta-
ción médica que integra la historia clínica permite valorar
aspectos esenciales tales como: retrasos y errores diagnós-
ticos, la información facilitada al paciente, el seguimiento
médico y de enfermería realizado, la indicación y técnica
quirúrgica empleada, el seguimiento y control anestésico, el
tratamiento médico administrado, e incluso permite detec-
tar defectos de organización asistencial.
El informe de autopsia
En algunos fallecimientos derivados de una situación de posi-
ble MPM no se realiza autopsia. El estudio realizado por
A. Pujol-Robinat et al
Shojania et al.42 , basándose en una búsqueda bibliográfica,
concluye la importancia de la autopsia en la investigación.
Así mismo, la valora como un elemento de calidad de la
práctica asistencial. Los hallazgos autópsicos son fundamen-
tales para correlacionarlos con los diagnósticos clínicos que
previamente se han establecido y así poder valorar si se
han producido errores diagnósticos o bien enfermedades no
diagnosticadas previamente.
El autor, clasifica los errores en 2 grandes tipos: los gra-
ves, los cuales han condicionado la muerte del paciente y
los de tipo i que serían aquellos que de alguna manera han
influido en la evolución final del paciente. También refiere
que entre el 1 y 5% de los casos, a pesar de realizar una
autopsia técnicamente correcta, no puede llegarse a ningún
diagnóstico de causa de muerte42 .
Así pues, entendemos que el informe de autopsia cons-
tituye uno de los elementos fundamentales del informe
pericial medicolegal en materia de RPM, puesto que en
muchas ocasiones permitirá establecer la relación de cau-
salidad entre el fallecimiento y la presunta MPM43,44 .
Protocolos asistenciales
En algunas circunstancias, será necesario conocer los proto-
colos asistenciales y guías de práctica clínica aprobados por
las diferentes sociedades científicas, así como los protocolos
propios de la institución asistencial donde se ha producido
la posible mala praxis.
Declaraciones de los facultativos y testigos
Las declaraciones de los profesionales que han sido denun-
ciados o bien que son testigos del proceso, pueden ser
relevantes para esclarecer los hechos acontecidos.
Es habitual que cuando se solicita una valoración de pra-
xis médica al médico forense, los facultativos ya hayan sido
citados a declarar. No obstante, en otras ocasiones, los pro-
fesionales aún no han sido citados. En estos casos puede
ser especialmente interesante que el médico forense pueda
asistir a las declaraciones, y pueda plantear cuestiones que
puedan ser relevantes para la valoración pericial posterior.
En algunos casos también puede ser de interés la valo-
ración de las declaraciones de los testigos: personal de
enfermería, auxiliares de clínica y familiares.
Entrevista con el paciente y valoración del daño
corporal
En la circunstancia de que se trate de un paciente no falle-
cido, la entrevista con el paciente también puede aportar
datos interesantes. Igualmente en otras ocasiones será nece-
saria la exploración completa si se solicita la valoración del
daño corporal, siendo imprescindible para la valoración de
los períodos de sanidad, tipo de tratamiento y secuelas deri-
vadas de la actuación asistencial.
Interconsulta especializada
La superespecialización en medicina exige que los médicos-
forenses sean honestos en reconocer sus limitaciones40 .
Criterios medicolegales en la valoración de la responsabilidad profesional médica
Dicho de otra forma, un médico-perito capaz y perfecta-
mente preparado, con los medios adecuados y dedicado
plena y exclusivamente a la Medicina Legal y Forense,
muy difícilmente podrá conocer todas las subespecialidades
médicas45 . Es por este motivo, que los autores plantean que
en las periciales sobre responsabilidad médica, en algunos
casos complejos, sería conveniente que fueran emitidas de
forma conjunta por un médico forense junto a un profesional
con la especialidad clínica correspondiente, o bien solici-
tar el asesoramiento científico-técnico de las Academias de
Medicina o Sociedades Científicas40,45---47 .
Bibliografía
Es aconsejable realizar una consulta bibliográfica con la fina-
lidad de confirmar o bien recabar información actualizada
sobre el caso a peritar.
Guía y consejos prácticos para la elaboración
del informe pericial
Debe resaltarse la crucial importancia de los conocimien-
tos medicolegales para la realización de informes periciales
sobre una presunta MPM40,45 . No es suficiente tener un cono-
cimiento amplio y especializado del tema a peritar, sino que
un buen perito debe tener, además de algunas habilidades
naturales, una sólida formación básica médica, teórica y
práctica, así como conocimientos jurídicos que le permitan
captar exactamente el sentido de las misiones que le sean
confiadas y, sobre todo, el alcance de las conclusiones que
aporte en sus informes36,45,48,49 .
En estos casos es fundamental el estudio profundo y
minucioso en primer lugar de la denuncia o querella, revisar
a fondo con detalle la historia clínica, disponer y valorar de
todas las exploraciones complementarias practicadas (analí-
ticas, ECG, pruebas de imagen, registros tocográficos y otras
exploraciones complementarias), escuchar y explorar al per-
judicado, o en los casos de muerte, analizar a fondo los
hallazgos autópsicos, consulta de bibliografía en libros de
texto de referencia, artículos científicos publicados en revis-
tas médicas indexadas, y revisar las guías de práctica clínica
recientes sobre el tema pericial planteado. También debe
valorarse el caso teniendo en cuenta el año y la contextua-
lización de los hechos (conocimientos médicos en aquellas
fechas), condición de médico generalista o especialista del o
de los acusados e intentando «ponerse en la piel» del médico
en aquellos momentos, circunstancias, medios disponibles,
contexto del paciente y del caso36,45,50 .
En cuanto a la valoración de la praxis médica y emi-
sión del informe medicolegal, deben seguirse los criterios
de las guías de práctica clínica pudiendo ser de utilidad
el «Protocolo de informe médico-forense en periciales de
responsabilidad profesional sanitaria por presunta impru-
dencia médica»47 y la reciente Guía Europea de la «European
Academy of Legal Medicine Working Group on Medical
Malpractice»51 .
En el primero de los documentos citados, Hernández Gil
presenta un protocolo de informe médico forense dividido
en 7 apartados: preámbulo, objeto de la pericia, metodo-
logía pericial, estudio de la presunta imprudencia o falta
médica, estudio del daño o perjuicio ocasionado, valoración
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de la relación de causalidad y emisión de las conclusiones
medicolegales47 .
En la guía del grupo de trabajo de la European Academy
of Legal Medicine consta una aproximación práctica al pro-
blema de la evaluación de una presunta MPM, mediante
un sistema de 4 pasos: 1) Requisitos profesionales míni-
mos indispensables para realizar una pericial sobre RPM;
2) Métodos de comprobación en casos con una víctima
viva; 3) Métodos de comprobación en casos de falleci-
miento de la víctima, y 4) Criterios de evaluación. En el
último apartado, que consta a su vez de 13 secciones,
se valora paso a paso la identificación del cuadro patoló-
gico y del daño sufrido, valoración de la conducta ideal
en el caso concreto, y su comparación con la conducta
médica realizada en dicho asunto, posible identificación
del error/falta de cuidado, su clasificación, su justifica-
ción, valoración de la causalidad entre la posible falta
médica y el daño ocasionado, identificación del grado de
probabilidad o exclusión de la relación causal y, final-
mente, unas recomendaciones sobre la valoración del daño
corporal51 .
Debe tenerse en cuenta que los marcos reguladores y sis-
temas operativos nacionales son ciertamente diferentes de
un país a otro, pero el enfoque científico de la determinación
de los casos no deben diferir sustancialmente de las fronte-
ras y las presentes directrices favorecerán la armonización
deseada de la medicina legal europea52 .
Por lo tanto, es adecuado realizar el informe en los
supuestos de RPM siguiendo cualquiera de los actuales pro-
tocolos o recomendaciones de actuación en vigor45,47,51 . En
este sentido cabe apuntar que establecer una guía o reco-
mendación para la realización del informe en el caso de
pericias por presunta MPM es complejo. Frecuentemente,
los sistemas utilizados para clasificar la calidad de la evi-
dencia y la fuerza de las recomendaciones varían de una a
otra organización siendo inevitable la existencia de cierta
subjetividad53,54 . Se requiere un sistema para guiar adecua-
damente estos juicios complejos equilibrando la necesidad
de sencillez con la necesidad de un examen completo y
transparente de todos los temas importantes. El grupo
de trabajo GRADE (http://www.gradeworkinggroup.org/),
creado en el año 2.000, ha establecido la manera de con-
feccionar dichas recomendaciones, por lo que estimamos
necesario hacer una apreciación con respecto a los 2 pro-
tocolos recomendados con anterioridad, en lo relativo al
sistema Grades of Recommendation Assessment, Develop-
ment and Evaluation (GRADE). Un perfil de evidencia GRADE
para recomendaciones se compone esencialmente de una
evaluación de la calidad. En ese sentido, a pesar de la
reconocida utilidad de los 2 protocolos propuestos, limi-
tados por la materia objeto de recomendación y debido
a que se trata de consejos expuestos por una comisión
de expertos y por un experto respectivamente, no alcan-
zan un nivel alto de calidad para la recomendación, lo
que, lejos de desprestigiarlas, las ensalza como base de
futuras investigaciones medicolegales en la materia52 . De
hecho, la propia Guía Europea establece en sus conclu-
siones que la guía es un primer paso hacia el complejo
y multifacético proceso de armonización de las medidas
legislativas, jurídicas, operativas y las prácticas institu-
cionales de los casos de RPM, en los diferentes países
europeos51 .
140
Así pues, debe tenerse en cuenta que el aspecto clave de
las periciales en los supuestos de presunta MPM es valorar si
ha existido o no una falta médica (error por acción u omisión
o falta del deber de cuidado, todos de características gra-
ves), comprobar y valorar el daño, y establecer la relación
de causalidad entre la posible falta médica y el perjuicio
ocasionado36,47,48,51,55 .
En cuanto a la valoración de un error, consideramos los
errores por acción y por omisión. Los errores por acción
indican un acto incorrecto, como la administración de un fár-
maco inadecuado, equivocando el paciente o en el momento
incorrecto56 . Un error por omisión es un fallo en la acción,
como un diagnóstico equivocado, una evaluación retrasada
o un fallo en la prescripción de un fármaco necesario56 .
De todas formas, debe recordarse que la existencia de un
error no implica necesariamente imprudencia o negligencia,
desde un punto de vista jurídico. Además, ha de probarse
que la acción u omisión incorrectas estén muy por debajo
del nivel exigido de la praxis médica habitual en casos y
circunstancias similares al valorado, es decir, que no se ajus-
ten a la Lex Artis4,30,31 . Por ejemplo, un caso relativamente
frecuente de valoración pericial es el de los errores diag-
nósticos. Según Ruiz Vadillo, un error diagnóstico nunca es
motivo de una imprudencia penal, a no ser que se demues-
tre que se ha cometido por una ignorancia médica grave
e inexcusable57,58 . Por lo tanto, debe realizarse un estudio
comparativo de la praxis médica realizada en el caso con-
creto, en relación a la praxis médica correcta en dicho caso,
o Lex Artis ad Hoc47,51 . Es decir, del diagnóstico, tratamiento
y seguimiento clínico aplicados en relación a los procedi-
mientos diagnósticos y terapéuticos habitual y comúnmente
aceptados en un caso como el que hemos de peritar4,47,51 .
Finalmente, en estas periciales a veces muy complejas,
no pueden darse más que normas generales y, poste-
riormente, debe individualizarse el caso concreto36,45,57---59 ,
solicitar y estudiar todos los elementos fundamentales para
llevar a cabo una buena pericial, valorando si el acto médico
se ajusta a la Lex Artis y realizar un informe medicolegal
completo que intente responder a las preguntas claves de la
pericial.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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