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Tema 15 EL SIGNIFICADO LÉXICO

OBJETIVOS

Dotar al alumno de herramientas adecuadas y eficientes para llevar a cabo el análisis del plano
del contenido y la delimitación de los significados.
Conseguir que los alumnos conozcan y manejen con soltura las unidades del significado, para
poder trabajar con destreza en el ámbito del análisis semántico, y que el análisis se realice con precisión.
Estudiar la estructura interna del contenido de los lexemas, así como la incidencia del significado
léxico en el significado de construcciones sintácticas.

ESQUEMA

0. Introducción.

1. Unidades del significado léxico.


1.1. Los lexemas.
1.2. Los sememas.
1.3. Los semas.

2. Procedimientos de análisis.
2.1. El sistema de Pottier.
2.2. El análisis componencial.
2.3. Postulados de significado.
2.4. Teoría de prototipos.

3. El significado léxico y las construcciones sintácticas.


3.1. Selección.
3.2. Solidaridades léxicas.
3.3. Construcciones sintácticas lexicalizadas.

CONTENIDOS BÁSICOS

A la hora de abordar el estudio del plano del contenido; es decir, del significado, la lingüística
estructural facilitó la metodología necesaria para diferenciar las unidades del significado, tras asumir la
existencia de rasgos mínimos integrantes de los significados léxicos y la consiguiente diferenciación de
las unidades a tener en cuenta en este tipo de análisis, que de una manera provisional y genérica podemos
llamar componencial.

A partir de la intuición inicial de que en el significado léxico existen unidades compuestas por
rasgos, al igual que ocurre en el plano del significante, en donde los fonemas están compuestos por rasgos
fonológicos, relevantes o no, se aborda el análisis estructural del contenido léxico. Se trata de hacer
accesible el “continuum” ilimitado y difuso del significado, a la vez que se busca la delimitación de
invariantes. Para establecer las unidades discretas del significado léxico en el análisis lingüístico se repara
en las relaciones, dependencias y oposiciones que determinan el valor de cada una dentro del conjunto.
No obstante, lo que en el plano del significante es una tarea relativamente asumible, pues se trabaja con
una veintena, poco más, de fonemas, en el plano del significado es una tarea ingente, ya que existen
muchos miles de lexemas y en consecuencia infinitos rasgos, además de que el léxico se muestra abierto
tendenciosamente.

Para analizar, por tanto, el significado léxico hay que partir de la constitución atómica del
contenido de los lexemas y de la no correspondencia entre los constituyentes del significado, los rasgos, y
partes constituyentes del significante. Hay que aceptar que los rasgos que forman parte de una
combinación, que constituyen un significado léxico, pueden presentarse en otra combinación como
integrantes de otro significado.
Si suponemos que los rasgos de significado se corresponden, salvando distancias, con rasgos de
la realidad, podríamos entender la combinatoria de rasgos con el siguiente ejemplo gráfico:

1 2 3

4 [TAMAÑO PEQUEÑO] 5 [TAMAÑO GRANDE]

Cada dibujo del cuadro represente un rasgo y los no representables los reflejamos nombrándolos
dentro del corchete. Utilizando la numeración que les damos podemos realizar cómodamente
combinaciones sencillas:

1 + 2 + 4 = al significado léxico de taza


1 + 2 + 5 = al significado léxico de jarra
2+4 = al significado léxico de vaso
2 + 3 + 4 = al significado léxico de copa

Si dispusiéramos dentro del cuadro de algún rasgo más, las posibilidades combinatorias
aumentarían, dando como resultado otros significados léxicos, además de los arriba reflejados.

1. UNIDADES DEL SIGNIFICADO LÉXICO

Son las entidades que en el análisis del significado nos ayudan a dar cuenta de la estructura de
los significados léxicos y de las relaciones que entre ellos se establecen en diferentes ámbitos del
contenido, dentro de los lexemas y entre lexemas diferentes, en el paradigma o en los sintagmas.

1.1. Los lexemas

Son las unidades de la primera articulación que contienen los significados léxicos. Constan,
como signos mínimos que son, de significante y significado. Si en el apartado del tema anterior, 3.1. el
significado común de la serie paz, pacífico, pacificar, parafraseado como /”ausencia de conflicto”/, lo
reconocemos como significado léxico, estará contenido en un lexema, paz- , común a las tres palabras de
la serie.

1.2. Los sememas

Al contenido semántico de los lexemas se le denomina con el término semema, que es el


resultado unitario de la combinación de rasgos semánticos. Del ejemplo gráfico que hemos utilizado en la
introducción hemos obtenido cuatro sememas, o cuatro combinaciones de rasgos unitarias: (1 + 2 + 4), (1
+ 2 + 5), (2 + 4) y (2 + 3 + 4), correspondientes a los lexemas de taza, jarra, vaso y copa,
respectivamente.

1.3. Los semas

Son los rasgos semánticos que, de modo simultáneo, no lineal, constituyen los sememas. En el
ejemplo gráfico de la introducción se corresponden con los elementos numerados. Son entidades
elementales a las que L. Hjelmslev llamó figuras de contenido. Sin embargo, todos los semas no son
iguales. Existen semas absolutos, que se integran en el significado aportando el valor semántico que por
ellos mismos tienen, como [+MACHO] rasgo que aporta este valor, independiente, en principio, de
cualquier relación, al semema de hijo; sin embargo, en el semema de hijo existen otros semas relativos a
dos argumentos, como el rasgo [+DESCENDIENTE EN PRIMER GRADO], que alude a la relación que el
semema de hijo mantiene con el semema de padre. Dicho de otro modo, hijo = descendiente en primer
grado (x, y), y padre = ascendiente en primer grado (x, y).

Los semas pueden ser también específicos y genéricos. Los primeros son los rasgos que
diferencian un significado de un lexema de otro próximo de un mismo dominio semántico; los segundos
constituyen los clasemas, por dar cuenta de la pertenencia del contenido semántico del lexema a clases
conceptuales. El semema correspondiente a perro contiene un sema específico como [CANINO], que lo
diferencia de hombre, el cual contiene el rasgo específico [HUMANO]; por otra parte, ambos contienen el
rasgo más genérico [ANIMADO]. Estos semas mantienen una relación jerárquica de más específico a más
genérico, por tal motivo, cuando un rasgo más específico, como [CANINO], implica el rasgo más genérico
[ANIMADO], basta con recoger sólo el más específico.

2. PROCEDIMIENTOS DE ANÁLISIS

A partir de la aceptación de la existencia de rasgos semánticos diferenciables en el contenido de


los lexemas, motivo por el cual nos hemos referido en el apartado anterior a ellos, hemos de hacernos las
preguntas: ¿Cómo se obtienen estos rasgos?, ¿Son intuidos o tienen existencia previa?. Las respuestas a
estas cuestiones no son rotundas, porque los métodos seguidos en la diferenciación de los semas son
bastante arbitrarios, lo que inevitablemente supone que diferentes lingüistas analicen en semas diferentes
las mismas palabras.

2.1. El análisis de B. Pottier

Para llevar a cabo el análisis se comprueba prácticamente que para designar un objeto O1 los
hablantes de una lengua lo designan con la unidad léxica l1. A continuación reparamos en los objetos
designados con la unidad léxica de que se trate. Sea una serie de objetos designados con la unidad léxica
silla, en los cuales descubrimos características diferentes, a las que reconocemos como (q) que
registramos, asignándoselas, o no, a los objetos respectivos (sill.) en los que las encontramos, indicando
esto con los signos (+, - ), según proceda. Plasmado ello en un cuadro, será como sigue:

sill1 sill2 sill3 silln

q1 = respaldo ............. + + + +
q2 = terciopelo .............. + _ _ (+) _
q3 = elevada del suelo ..... + + + +
q4 = de madera ............ _ + _ (+)_
q5 = para sentarse ............ + + + +
q6 = para una persona ..... + + + +
q7 = roja ........................... + _ _ _
... ...... ..................

Unas características pueden aparecer, o no, en las diferentes sillas, mientras que otras aparecen
en todas las sillas a las que se refiere la unidad léxica silla. Estas características que necesariamente se
registran en todos los objetos, en todas las sillas, son los semas que constituyen el semema. Es decir, los
siguientes semas: s1 (con respaldo); s2 (elevada del suelo); s3 (para una persona); s4 (para sentarse). El
semema, pues, correspondiente a la palabra silla está formado por la suma de los semas: s1, s2, s3, s4.

Si hiciéramos la experiencia con otros objetos, como sillones, descubriríamos los mismos rasgos
y además el rasgo (con brazos). Si a los semas (s1, s2, s3, s4) le añadimos (con brazos), (s5), tendremos el
semema correspondiente a sillón. Existen sememas correspondientes a objetos muy próximos que están
compuestos, en parte, por semas idénticos. Esos semas comunes que se presentan en diferentes sememas
constituyen la zona semántica en que se neutraliza la oposición entre los términos, y la llamamos
archisemema. Si analizamos en rasgos los sememas correspondientes a silla, sillón, taburete, canapé,
posón, teniendo en cuenta un nuevo sema, s6= (de material rígido), como muestra el cuadro siguiente:
s1 s2 s3 s4 s5 s6

silla + + + + _ + = S1

sillón + + + + + + = S2

taburete _ + + + _ + = S3

canapé + + _ + + + = S4

posón _ + + + _ _ = S5

el archisemema de los sememas respectivos de este grupo está constituido por los semas : s2 y s4,
presentes en todos los sememas. Es la intersección de los conjuntos de semas S1, S2, S3, S4, S5. Puede
tener concreción léxica en la lengua de que se trate, o no tenerla. En este grupo de sememas se puede
concretar en el lexema asiento, por lo que a dicho lexema se le llama archilexema.

2.2. El análisis componencial

El análisis genuinamente componencial trata de diferenciar los constituyentes mínimos del


significado léxico, como hemos adelantado en apartados precedentes, pero con una concepción de los
rasgos y de la técnica de análisis determinada. Trata de homogeneizar la metodología de análisis
lingüístico, referida al significado léxico, con la que se sigue en otros niveles, para presentar formalizado
el significado léxico, e, incluso, las intuiciones sobre el mismo, de manera similar a como el álgebra da
cuenta de la descomposición de un número en sus factores primos. Mas la pretensión última de este
análisis es llegar a unos rasgos mínimos universales que sirvan como explicación de la composición del
contenido lexemático. Para ello se ponen en relación contenidos léxicos diferentes entre los que se
delimitan zonas de intersección semántica, que son rasgos menores comunes combinados con otros
diferentes, salvo que se acepte la existencia de elementos primitivos semánticos universales, finitos, de
cuya combinatoria resultarían todos los contenidos lexemáticos de una lengua y de todas las lenguas del
mundo. A lo largo de la historia han existido muchos intentos, para elaborar diccionarios semánticos
universales.

A pesar de que las experiencias que se han llevado a cabo sólo se refieren a conjuntos
restringidos de lexemas, y de que los rasgos aislados por unos autores difieren de los obtenidos por otros,
aun usando metodologías similares, como técnica de aprendizaje y aproximación al significado léxico es
rentable, al tiempo que da cuenta del funcionamiento económico del sistema, también en el plano del
contenido léxico, ya que con un número menor semas se pueden obtener un número mucho mayor de
sememas. Hay que llamar la atención, no obstante, sobre el hecho de que en las operaciones analíticas que
se efectúan con un número restringido de lexemas, si se quiere incluir un nuevo lexema, es muy difícil
que no haya que incluir algún rasgo nuevo.

Tomemos algunos lexemas para mostrar como se trabaja en el ámbito del análisis componencial:
gato, gata, hombre, mujer, niño, niña. A poco que reparemos en la serie, descubriremos una
proporcionalidad semántica, que podemos expresar en términos aritméticos:

gato: gata = hombre: mujer = niño: niña

La diferencia entre los miembros de las parejas se deriva de que uno es “macho” y el otro
“hembra”, pero se igualan los miembros entre sí, en la primera, en que son “felinos”, y en la segunda y
tercera, en que son “humanos”; mas como la segunda y tercera se diferencian entre sí, los miembros de la
primera son “adultos”, frente a los de la tercera que no lo son.
Para la formalización explicativa se han adoptado una serie de convenciones, entre las que
destacamos la de expresar los rasgos encerrados entre corchetes o paréntesis en versalita, aunque sin
demasiado rigor, y afectados, con signo positivo o negativo los semas que lo permitan, para reducir el
número de elementos formales, por ejemplo, en lugar de poner [MACHO] y [HEMBRA], poner [+MACHO] o
[-MACHO], con lo que [HEMBRA] se reduce a [-MACHO], y para casos de indiferencia [+ - MACHO].
Igualmente y con similar razonamiento, podría ser [+HEMBRA] y [-HEMBRA].

En el siguiente cuadro podemos observar la distribución de rasgos por lexema; es decir, su


análisis:
Rasgos

Lexemas [HUMANO] [ADULTO] [MACHO] [FELINO]

hombre + + + -

mujer + + - -

niño + - + -

niña + - - -

gato - +- + +

gata - +- - +

Podría argumentarse que se podría incluir el rasgo [+ANIMAL], pero no lo hacemos porque está
implicado en los cuatro rasgos, por ser más específicos.

En consecuencia, un lexema como hombre, ofrece un análisis en rasgos = [+HUMANO]


[+ADULTO] [+MACHO], el conjunto de los cuales constituye su matriz semántica.

También los verbos son analizables componencialmente. Un verbo como matar, tiene una
composición monádica, representable como sigue: (x, (y ) MORIR) CAUSAR, que se puede entenderse como
“x causar que y devenir muerto”; un verbo como dar, presenta un análisis diádico tal que (x, (y, z )
TENER) CAUSAR, que puede tener el siguiente significado: ”x causar que y tener z”.

El análisis en rasgos no se diferencia mucho del significado que nos presentan los diccionarios,
pero al presentarlo formalizado resulta adecuado para establecer relaciones entre significados léxicos; sin
embargo, como procedimiento, que sirva para todo el léxico, no es adecuado, ya que se precisaría tal
volumen de rasgos que lo harían instrumentalmente antieconómico, aunque funcionalmente sí lo sea,
puesto que los rasgos se articulan en diferentes matrices. Además, hay palabras de significado abstracto
difícilmente analizables en rasgos.

2.3. Postulados del significado

A partir del hecho de que unos significados están implicados en otros significados lexemáticos,
como el significado de “hombre” está implicado en el significado de “sacerdote”, de manera similar a
como un rasgo como [ANIMAL] está implicado en [FELINO], algunos lingüistas han optado por una
solución alternativa a la del análisis componencial, la de los postulados de significado, para evitar la
utilización de elementos primitivos de significado; es decir, de componentes mínimos de significado
universales. Esta perspectiva presenta la ventaja de que pone en relación significados léxicos a través de
la relación de entrañamiento de uno en otro, sin tener que recurrir a otros elementos más o menos
supuestos, como son los rasgos. Por otro lado, como hemos dicho, no es posible hacer un análisis
exhaustivo de todos los lexemas de una lengua, al tiempo de que el significado de algunos lexemas no
está claramente definido, es más bien borroso, y por lo tanto no se puede llegar a un análisis
componencial preciso. El entrañamiento, que se indica como sigue: sacerdote ==> hombre, supone que
las oraciones en las que aparezca la palabra sacerdote implican una oración con la palabra hombre:
Aquella persona es sacerdote ==> aquella persona es hombre. Si negamos el elemento implicado, no
hombre ==>no sacerdote, por lo que una oración como aquella persona no es hombre ==> aquella
persona no es sacerdote.

3.4. Teoría de los prototipos

Es otra alternativa al análisis componencial, que entiende el significado de un lexema como


prototipo de los objetos a los que es asignable. Cuando utilizo la palabra pájaro, lo hago para referirme a
un ser del mundo extralingüístico que es un ejemplar que satisface de manera más o menos perfecta las
notas de un tipo de ser que se asocia a la palabra pájaro en los actos denotativos. Las notas constituyen
una imagen modelo, a la que llamamos prototipo, que nos sirve para reconocer como ejemplares que
satisfacen, más o menos sus notas, diferentes objetos o seres del mundo, el conjunto de los cuales son los
constituyentes de la clase representada por el prototipo. La realidad no tiene seres u objetos tan ajustados
en sus características como definidos están los conceptos o los significados sistemáticos, tal y como el
análisis componencial quiere dar cuenta de los mismos, por lo que los ejemplares de la clase tienen un
mayor o menor grado de tipicidad. Ningún ejemplar contiene todos los rasgos del prototipo, de ahí que, a
la hora de referirnos a algunos objetos, dudemos con qué palabra denotarlos, si no descubrimos
claramente las propiedades relevantes del prototipo. Dudaremos, por ejemplo, si llamarle a un tomate
fruta o no. El prototipo de “pájaro” coincide en nuestro entorno cultural con animales como los
“gorriones” que vemos en los parques y en los tejados, y con otros que vemos en las jaulas, de los cuales,
con frecuencia, no sabemos el nombre específico. Algunos de los miembros sólo presentan algunos
rasgos del prototipo, por lo que se sitúan en la periferia, como ocurre con “cigüeña” y todavía más con
“gallina”, y más aún con “pingüino”, según la escala de mayor o menor tipicidad a la que nos hemos
referido. Todos los rasgos, por lo tanto, no tienen igual importancia a la hora de determinar el significado
de los lexemas, sino que están jerarquizados y dotados de diferente poder identificativo. Todos los
miembros de la clase poseen los rasgos centrales del prototipo, mas los demás rasgos se pierden conforme
se alejan hacia la periferia. Un pájaro será reconocido como tal si es [+ANIMADO], [+CON ALAS], [+CON
PLUMAS] por todos los hablantes, mientras que otros rasgos como [+CANTOR], [+VOLADOR], [- GRANDE],
los presenta el prototipo, pero no son rasgos esenciales. Los significados, pues, no vienen determinados
por una lista fija de rasgos semánticos, todos los cuales son necesarios, sino por rasgos, unos más típicos
que otros. La estructura del significado se basa en la una gradualidad que permite reconocer como
ejemplares a objetos, aunque no tengan todos los rasgos del prototipo, pero no en una matriz fija de
rasgos que habrán de presentar de forma rigurosa los objetos a los que se les asigne. Si para ser “río” hay
que presentar en la matriz, entre otros, el rasgo [+ CON AGUA] el Guadalentín, no sería “río”, ni
“riachuelo”, “ni arroyo”.

3. EL SIGNIFICADO LÉXICO Y LAS CONSTRUCCIONES SINTÁCTICAS

Independientemente de las relaciones genuinamente sintácticas que se establezcan en los


sintagmas, existen otras relaciones que tienen que ver con el significado léxico de los integrantes de los
mismos. Desde un punto de vista, como ha sugerido algún lingüista (Mario Alinei), los lexemas pueden
cubrir una estructura semántica de índole oracional, con funciones gramaticales ocultas, pero actuantes.
Un verbo como podar contendrá, según esto, un sujeto y un objeto, aproximadamente “podador” y
“árbol”, respectivamente. Esto se hace con frecuencia explícito en lo que llamamos selección y
solidaridades léxicas. Desde otro, las llamadas “frases hechas” son equivalentes a un solo lexema, como
veremos más adelante.

3.1. Selección

Es una relación de naturaleza restrictiva que se establecen entre lexemas. En las selecciones la
presencia de un rasgo en un lexema condiciona la naturaleza de la composición semántica de los lexemas
que puedan ocupar un determinado hueco sintáctico. Así, un lexema como pensar exige en el hueco del
sujeto un lexema que incluya el rasgo [+HUMANO], rasgo que él incluye en su matriz. En el hueco del
sujeto podrán figurar hombre, niño, etc, pero no árbol o piedra. Un lexema como matar exige que los
lexemas que ocupen el hueco del complemento directo contengan el rasgo [+ANIMAL].

Estas relaciones de selección pueden llamarse, según D. A. Cruse: Tautonimias, si el elemento


seleccionado contiene como único rasgo el que motiva la selección, por ejemplo, vive su vida, en donde
el verbo “vivir” selecciona un lexema cuyo único rasgo es [SER VIDA]. Lo mismo sucede en es un tío
macho, en donde tío selecciona macho, que está constituido por un único rasgo incluido en tío.
Filonimias, cuando el seleccionado incluye uno o más rasgos compatibles con el seleccionador, como la
relación existente entre beber y agua. Xenonimia, si la relación entre los dos elementos léxicos presenta
una contradicción entre sus respectivos rasgos, como sucede en parece que he comido piedras, entre
comer y piedras.

3.2. Solidaridades léxicas

Dan cuenta de una interpretación de las relaciones léxicas entre los sintagmas que E. Coseriu
expone en diferentes trabajos. Están originadas por la constatación de que ciertos lexemas incluyen en su
significado el significado de otros signos, como rapar incluye pelo, maullar incluye a gato o rebuznar, a
burro. Son relaciones orientadas, por lo que pelo está incluido en rapar, pero no al revés. En estas
relaciones uno de los lexemas es determinante, el que está contenido en el otro lexema, que es
determinado: pelo es determinante y rapar, que es determinado.

Tres son las clases de solidaridades que diferencia: afinidad, selección e implicación. La afinidad
es la relación de solidaridad en la que el rasgo exigido es un clasema, como la que existe entre león
[+ANIMAL] y comer [+ANIMAL]. La selección es la relación que existe entre sillón y sentarse, en la cual el
archilexema asiento, de los lexemas determinantes, es el que funciona como condicionante de la
combinación, y está incluido como rasgo distintivo en el lexema determinado sillón. En la implicación,
todo el lexema determinante está incluido en el determinado como hombre en sacerdote.

3.3. Construcciones sintácticas lexicalizadas

Cuando nos hemos referido al significado léxico hemos afirmado que es el correlato de objetos
o entidades del mundo en la lengua, o dicho de otro modo, con las unidades léxicas nos referimos a
entidades o hechos externos. Una asociación, como la que se da entre un lexema y un contenido
específico, puede tener lugar también entre los objetos o sucesos y todo una construcción sintáctica
amplia, que funciona en conjunto, como si de un lexema se tratara. Si para denotar una acción
equivocada utilizamos errar, en igual sentido podemos utilizar meter la pata. Son las llamadas frases
hechas, que, como los lexemas, son resultado de una elección en bloque. A diferencia de éstos, pueden
descomponerse en elementos constituyentes con su particular contenido léxico. El significado total, sin
embargo, no resulta directamente de los significados de los elementos integrantes.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA COMENTADA

Para el reconocimiento de las unidades semánticas y, en general, para la semántica léxica el


libro de D.CRUSE, Lexical Semantics, Cambridge University Press, l986 es muy valioso. La bibliografía
DE B. POTTIER es didácticamente muy adecuada, para este cometido, tal es el caso de la primera parte de
Lingüística moderna y filología hispánica, Madrid, Gredos, 1970. En K. BALDINGER, Teoría semántica,
Madrid, Ed. Alcalá, 1977 se puede encontrar esta teoría de Pottier y otras referencias bibliográficas. Para
este mismo fin el libro de S. GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Introducción a la semántica funcional, Madrid, Ed.
Síntesis, 1989, es muy interesante, además de ampliar el panorama teórico. Los trabajos aludidos sobre
las unidades semánticas se mueven en el ámbito del análisis componencial. Para este mismo tema se
puede recurrir a G. LEECH, Semántica, Madrid, Alianza Universidad, 1985 y a G. BERRUTO, La
semántica, Méjico, Ed. Nueva Imagen, 1979, que junto a un resumen de la teoría de Leech, incluye las
opiniones al respecto de otros autores, para ofrecer un panorama bastante completo. La teoría de los
postulados de significado se puede consultar de modo accesible en J. LYONS, Semántica lingüística,
Barcelona, Paidós, 1997 y J.C. MORENO, Curso Universitario de Lingüística General, Tomo II, Madrid,
Síntesis, 1994, (capítulo 9). Un libro muy claro sobre los prototipos es el de G. KLEIBER, Madrid, Visor,
1995. Para las relaciones de selección y solidaridad se puede consultar, además de los citados, de S.
Gutiérrez y J.C. Moreno, los trabajos de E. COSERIU, en especial, Principios de semántica estructural,
Madrid, Gredos, 1977, el capítulo “Solidaridades léxicas”.
TEXTOS DE APOYO

Toda forma se halla situada en el cruce de dos movimientos semánticos. Uno la pone en relación
con sus componentes particulares (los semas específicos, cuyo conjunto constituye el semema); el otro,
con clases semánticas muy generales, reveladas por conductas distribucionales (los semas genéricos, cuyo
conjunto constituye el clasema).

Hemos mostrado cómo en numerosos contextos funcionaba una distinción del tipo que sigue

“persona”........................... C1
“animado”
“animal”............................ C2

“objeto material”................ C3
“inanimado”
“objeto inmaterial”............. C4
y que era valiosa para la comprensión. Los clasificadores nominales, presentes en varias lenguas
del mundo, constituyen una diferenciación formal. Un verbo será caracterizado por el clasema de sus
sujetos y de sus objetos. Así, el verbo capturer tiene siempre un sujeto de clase “animado”; apporter tiene
un objeto de clase “inanimado”, etc.

B. POTTIER: Lingüística moderna y Filología hispánica, págs. 118-119.

Hablando en términos generales, los lingüistas han considerado el uso de los postulados de
significado como una alternativa al análisis componencial. Considerado desde este punto de vista, la
ventaja de los postulados de significado sobre el análisis componencial consiste en que aquéllos no
presuponen la descomposición exhaustiva del sentido de un lexema en un número esencial de
componentes de sentido universales. Los postulados de significado se pueden definir, para los lexemas
como tales, sin hacer suposiciones de ningún tipo acerca de los conceptos atómicos o la universalidad, y
se pueden usar para dar una explicación deliberadamente incompleta del sentido de un lexema.

J. LYONS: Semántica lingüística, pág. 152.

La teoría del prototipo es una teoría de la categorización y, en cuanto tal, no es


fundamentalmente una teoría semántica de la palabra. El término semántica de la denominación
semántica de los prototipos o incluso de la expresión categoría semántica natural no supone entre los
psicólogos las mismas realidades que entre los lingüistas. Los psicólogos pueden utilizarlo para hablar de
conceptos y de representaciones mentales, sin relacionarlo particularmente ni a los universales
lingüisticos (los noemas o primitivos semánticos), ni a signos lingüísticos precisos. Puede hacerse la
misma observación a propósito de las redes semánticas (semantic networks) en inteligencia artificial, los
vínculos de estas grafías semánticas representan conceptos y no lexemas, a pesar de que la mayor parte
del tiempo lo que allí figuren sean palabras. Por el contrario, los lingüistas, cuando se apropian de la
noción de prototipo, ven ante todo una teoría que permite regular el problema del sentido léxico. La
semántica del prototipo se convierte en una teoría sobre el sentido “lingüístico”, y muy en particular
sobre el sentido de una palabra.

G. KLEIBER: La semántica de los prototipos, pág. 19.

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