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Código de Policía del Departamento del Valle del Cauca, Segunda Edición, Cali, 1940, imprenta del

Departamento.

CAPITULO 3

Prostitución

ARTICULO 919. Para los efectos de este Código se clasifican las prostitutas en pablas y encubiertas.
Constituyen las primeras aquellas mujeres que ejercen la prostitución como un oficio, sin
disimulad su modo de ser y que reciben libremente a quienes las solicitan; y las < segundas son
aquellas mujeres que, además de ocuparse en los varios quehaceres de su sexo, comercian con su
cuerpo, sin estar especialmente establecidas con ese; objeto:

ARTICULO 920. Son del cargo de los Municipios los establecimientos destinados a la curación y
aislamiento de las prostitutas. Los Concejos Municipales reglamentarán la prostitución, de acuerdo
con las necesidades de cada, localidad, a fin de que haga efectiva la profilaxia de las enfermedades
venéreas.

ARTICULO 921. En los distritos donde no existan los establecimientos de que trata el artículo
anterior, los respectivos Concejos harán arreglas convenientes con algún hospital a fin de que se
atienda y cure en él a las prostitutas que necesiten son curadas, procurando que se destinen
apartamentos o salas exclusivamente para ellas.

Artículo 6o.; Ley 15 de 1925. — La Dirección Nacional de Higiene y la Asistencia Pública (hoy
Departamento Nacional de Higiene) dictará las medidas necesarias para combatir \ piovenn la
propagación de las enfermedades venéreas, y, en consecuencia, podrá imponer las siguientes
medidas:

a). La inspección médica de los enfermos, ya sea en los dispensarios en los respectivos domicilios;
pero esta inspección no se llevará a cabo sino en las personas que necesiten el servicio público o
que sean reconocidas como de la vida públicamente inmoral.

b). La inscripción de los enfermos para ser vigilados y tratados

c). El deber de hospitalización y tratamiento de los enfermos al que se refiere el ordinal a), por el
tiempo que la autoridad sanitaria ordene

Artículo 7o.; Ley 15 de 1925. — Habrá en la capital de cada Departamento y en las ciudades en
donde fuere posible, a juicio del Poder Ejecutivo, por lo menos un dispensario antivenéreo para los
hombres y otro para las mujeres. Los dispensarios que para este servicio se hayan fundado o se
funden en lo futuro, por cuenta de los Departamentos, de los Municipios o de particulares,
funcionarán siempre sujetos a los reglamentos que dicte la Dirección Nacional de Higiene y
Asistencia Pública.

Artículo 8o.; ibidem. — En los dispensarios en donde las necesidades lo indiquen, habrá
departamentos especiales para la hospitalización de los enfermos venéreos, con el personal que el
Gobierno determine.
Artículo 9o.; ibidem. — Queda prohibida la producción, anuncio y venta de específicos para
combatir las enfermedades venéreas sin la correspondiente autorización de la Comisión de
Especialidades Farmacéuticas, creada por la Ley 11 de 1920, y la cual no dará dicha autorización
sin que previamente haya oído el concepto de la Academia Nacional de Higiene.

Artículo 16; Ordenanza 9a. de 1934. — Erígese en infracción de policía el contagio de la infección
venérea que consiste en la trasmisión por contacto sexual de alguna de las enfermedades
conocidas como venéreas (blenorragia, sífilis y chancro blando). La persona que trasmita una
enfermedad de esta clase, pagará una multa a favor del tesoro municipal, de cincuenta a
doscientos pesos convertible en arresto que aplicará el Alcalde respectivo, de oficio, o por
denuncio de la persona infectada y previa comprobación del hecho con intervención del
respectivo médico. El resultado positivo del examen médico en la persona acusada y en la
ofendida, constituye presunción legal de responsabilidad para el castigo del responsable.— C. P.,
381.

Artículo 17; ibidem. — Todo enfermo venéreo está en la obligación de someterse a un tratamiento
médico bajo la dirección de un facultativo, so pena de reclusión por el tiempo necesario para su
curación en la cárcel, sin pasar de un año. Si el enfermo fuere indigente la curación se hará por
cuenta del Municipio pero se le mantendrá recluido hasta su completo restablecimiento.

Artículo 18; ibidem. — Bastará el denuncio de cualquier persona, B puede ser secreto, para que el
Jefe de Policía ordene prudentemente | examen facultativo de los individuos que tengan conducta
sospechosa. 1 se trata de mujeres no se ordenará el examen sino cuando fueren conocidas como
rameras. El que resistiere a la orden del examen, que puede ser practicado por un médico
cualquiera en su consultorio, será castigado con una multa de diez a cien pesos ($ 10,00) a ($
100,00).

ARTICULO 922. — En cada Distrito el Jefe de Policía llevará un libro en el cual se anotarán los
nombres, apellidos y demás particularidades de las prostitutas públicas residentes en él.

ARTICULO 923. — Cuando una población estuviere dividida en barrios o secciones con
Inspecciones de Policía se llevará en cada inspección un libro con el objeto indicado en el artículo
anterior. En este caso, sólo se inscribirán las prostitutas residentes en el respectivo barrio la
sección.

ARTICULO 924. — Siempre que una prostituta pública cambie de habitación, dará aviso al Jefe de
Policía con indicación suficiente de su nueva residencia. Si así no lo hiciere, incurrirá en una multa
de uno a cinco pesos oro.

ARTICULO 925. —• Deben borrarse del registro de prostitutas, cancelándose el asiento


correspondiente:

1o. Las que lo soliciten, siempre que comprueben haberse dedicado a trabajos honrados, sin
perjuicio de que si volvieren a entregarse a la prostitución sean nuevamente inscritas; y

2o. Las que contrajeren matrimonio.


ARTICULO 926. —- Las prostitutas públicas no podrán habitar a menor distancia de tres cuadras de
los establecimientos de educación, iglesias, asilos, hospicios y casas de corrección. Tampoco
podrán habitar a menor distancia de dos cuadras del centro de las poblaciones y de las oficinas
públicas.— 929.

ARTICULO 927. — Las contravenciones al artículo anterior se castigarán con multas de dos a diez
pesos oro, sin perjuicio de obligar a las prostitutas a cambiar de habitación.

Artículo 14; Ordenanza 33 de 1925. Ningún, cabaret o establecimiento de esta clase podrá situarse
a una distancia menor de diez (10) cuadras de iglesias, casas de beneficencia, hospitales o
escuelas, ni en calles concurridas, ni podrán permanecer abiertos después de las doce (12) de la
noche.— 165.

ARTICULO 928. La persona que establezca casa de prostitución será condenada a reclusión por tres
meses a un año sin perjuicio de que el Jefe de Policía haga clausurar tal establecimiento.— 949.

ARTICULO 929. — Es prohibido arrendare sub-arrendar cualquier edificio o parte de él para .el
objeto indicado en el artículo para habitación de prostitutas en contravención a lo dispuesto en el
artículo 926.

CAPITULO 6o.

Otras faltas contra la moralidad y buenas costumbres

ARTICULO 949. — No permitirá la policía casas de prostitución ni reuniones entregadas a prácticas


de desenfreno y libertinaje. El individuo a cuyo cargo esté una casa en que se tengan reuniones
con alguno de los referidos objetos sufrirá la pena de reclusión por dos meses a un año; y los que
hagan parte de dichas reuniones, sufrirán la mitad de la p en a indicada.— '928.

ARTICULO 956. — El que usare traje ó vestido que no corresponda a su sexo, con el fin de engañar
a alguno, fuera de los casos de representación o diversión pública, sin que medie circunstancias
bastante a disculparle, incurrirá en una multa de dos a veinticinco pesos Oro.— 28.

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