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SEMESTRE : VI
2020
ASISTENCIA AL USUARIO ONCOLÓGICO
Cada uno de estos tumores malignos cursa de una forma distinta y diferente es también
su evolución y, por lo tanto, el pronóstico para el paciente. Aunque no se puede definir al
cáncer como una enfermedad exclusivamente de base genética, padecer esta
patología siempre implica que existe un problema en los genes, en concreto, en su
principal compuesto, el ADN. Y son las mutaciones en el ADN, errores que no deberían
de suceder, las que desencadenan siempre el cáncer. Lo curioso es que los mecanismos
de defensa del propio organismo –incluyendo el sistema inmunológico– están preparados
para ‘sofocar’ las rebeliones del ADN y la ‘intención’ de las células de multiplicarse
indefinidamente. Pero, desgraciadamente, no siempre lo consiguen y es entonces cuando
se produce la enfermedad.
Las mutaciones que experimenta una célula cancerosa distan de ser únicas. Por el
contrario, en una única célula tumoral pueden aparecer numerosas mutaciones, cada una
dedicada a funciones distintas: esconderse del sistema inmune, alimentarse a través de
los vasos sanguíneos (o incluso generar vasos propios), etc. Una de las características
más importantes del cáncer, también relacionada con las mutaciones es que, si no se
detecta a tiempo, puede adquirir una última propiedad: ser capaces de desplazarse del
tumor o la masa original y establecerse en otros lugares del organismo, en un proceso
conocido como metástasis.
En el Perú el número de casos de cáncer durante el 2020 alcanzará los 70, 640 50% más
que en el año 2015 (47 mil nuevos casos).
Hay un alto porcentaje de peruanos que lleva estilos de vida no saludables, como el
sedentarismo, escasa práctica de actividad física, el abuso del alcohol y tabaco, consumo
de azúcares procesados y frituras envasadas. Estos hábitos incrementan el riesgo de
padecer cáncer.
Los casos nuevos de cáncer afectarán a 32 663 hombres y 37 977 mujeres según
proyección de la OMS debido al aumento poblacional, el envejecimiento, tabaco,
alcohol, mala alimentación.
La incidencia de cáncer en el Perú se ha incrementado de forma alarmante desde
hace unos años esta enfermedad es la primera causa de muerte en nuestro país.
Esto sucede porque el 85% de los casos se descubren en fases avanzadas lo que
repercute tener menos probabilidades de curación, menor calidad de vida y costo
de tratamiento y una elevada mortalidad.
Cada año se diagnostica en 7,598 nuevos casos de cáncer a la próstata y 2721
muertes, 6, 985 casos nuevos de cáncer de mama y 1858 muertes, 5 731 casos
nuevos de cáncer de estómago y 4606 muertes, 4103 casos nuevos de cuello
uterino y 1836 muertos, 3357 casos nuevos de Linfoma de Hodgkin y 1335
muertes.
Para disminuir esta estadística, debe existir una participación activa del Estado
para detectar el cáncer tempranamente y no en los estadíos avanzados como
sucede actualmente. "El Perú debe ejecutar medidas para reducir la pobreza y
mejorar los niveles de educación ligado a prevención, mejorar el acceso a los
servicios de salud así como campaña de despistajes de cáncer alcanzando, sobre
todo, a poblaciones vulnerables".
Uno de los últimos avances a nivel mundial es la biopsia líquida, que se realiza en la
detección temprana y permite rastrear el ADN de las células tumorales que circulan en la
sangre, ayuda al especialista a actuar antes que se desarrolle el tumor y así mejorar los
índices de respuesta y supervivencia.
ACTIVIDAD
1. Definir los siguientes términos: Tasa de incidencia, Neoplasia, masa, tumor, quiste,
mutación, cromosoma, metástasis, benigno, biopsia, maligno, oncólogo
2. Realizar línea del tiempo de la Historia del cáncer
Por lo menos 7 millones de vidas podrían salvarse a lo largo del próximo decenio, si se
determina el enfoque científico más apropiado según la situación del país, se sustentan
las respuestas firmes ante el cáncer en la cobertura universal de salud y se moviliza a los
diversos interesados para que colaboren.
“Las muertes por cáncer han disminuido. Los países de ingresos altos han adoptado
programas de prevención, diagnóstico temprano y tamizaje que, unidos a los tratamientos
mejorados, contribuyeron a una reducción de 21% de las muertes prematuras entre el
2000 y el 2015. Sin embargo, en los países de ingresos bajos la reducción de esas
muertes fue de apenas 6%. Tenemos que lograr que todos se beneficien de la misma
manera”.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo; en 2015, ocasionó 8,8 millones de
defunciones. Casi una de cada seis defunciones en el mundo se debe a esta enfermedad.
Cerca del 70% de las muertes por cáncer se registran en países de ingresos
medios y bajos.
Alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se debe a los cinco principales
factores de riesgo conductuales y dietéticos: índice de masa corporal elevado,
ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco
y consumo de alcohol.
Las infecciones oncogénicas, entre ellas las causadas por virus de las hepatitis o
por papilomavirus humanos, ocasionan el 25% de los casos de cáncer en los
países de ingresos medios y bajos .
Sin embargo, todavía sigue habiendo muchas creencias equivocadas y mitos sobre esta
enfermedad.
Por ejemplo, no se trata de un solo trastorno. Hay más de 200 tipos cáncer y cada
uno tiene síntomas distintos y formas de diagnóstico y tratamiento únicas.
1. Nuevos casos
Según la organización británica Cancer Research UK, en los últimos 40 años ha habido
pocos cambios en los tipos de cáncer que se diagnostican con mayor frecuencia en el
mundo.
Los cuatro tipos más comunes -pulmón, mama, colon y próstata- son responsables
de 4 de cada 10 diagnósticos (42% de todos los casos de cáncer globales), según el
Proyecto Globocan, una base de datos de relevamiento de cáncer a cargo de la
Asociación Internacional de Registros del Cáncer (IACR, según siglas en inglés).
El cáncer de pulmón es el tipo más común entre hombres, mientras que la
recurrencia del de mama es la mayor entre mujeres.
3. Las pérdidas
VIVIR CON CÁNCER: 169,3 millones de años de vida activa se pierden globalmente
debido al cáncer.
32,6 millones de personas viven con cáncer en el mundo (pacientes diagnosticados en los
5 años previos y que aún estaban con vida a finales de 2012 - últimas estadísticas
disponibles).
4. Regiones
El último reporte de la Organización Mundial de la Salud muestra que más del 60% de
todos los nuevos casos de cáncer se registra en África, Asia y América Central y del
Sur.
5. Impacto global
En el Perú, el número de casos de cáncer durante el 2020, alcanzará los 70 640, 50%
más que en el año 2015 (47 mil nuevos casos), según el último informe realizado por
la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), Globocan 2018. Es
decir, los casos nuevos de cáncer afectarán a 32 663 hombres y 37 977mujeres, según
la proyección de la Organización Mundial de la Salud, a cargo de esta investigación.
Este incremento responde a factores como el aumento poblacional, el envejecimiento,
el tabaco, el alcohol, la mala alimentación, el uso excesivo y discriminado de
píldoras anticonceptivas, píldoras del día siguiente, la obesidad y el sedentarismo.
“La incidencia de cáncer en el Perú se ha incrementado de forma alarmante, desde hace
unos años esta enfermedad es la primera causa de muerte en nuestro país. Esto sucede
porque el 85% de los casos se descubren en fases avanzadas, lo que repercute en
tener menos probabilidades de curación, menor calidad de vida, mayor costo de
tratamientos y una elevada mortalidad. Por eso, es importante recordar que la mejor
forma de evitarlo es través de un chequeo a tiempo y practicando estilos de vida
saludable” señaló Adolfo Dammert, Presidente de la Liga Contra el Cáncer.
Sabemos que nuestro organismo está constituido por un gran número de células y que
cada una de éstas son la unidad anatómica fundamental funcional de todos los seres
vivos y que desde el punto de vista simplista tienen membrana, citoplasma y núcleo.
Que las bacterias, por ejemplo, están formadas por una célula procariota y que el hombre,
los animales y plantas están formados por una cantidad incontable de células eucariotas
(células verdaderas) organizadas en tejidos, que a su vez forman órganos y sistemas.
Que las células de nuestro organismo son entidades dinámicas con una multitud
de reacciones químicas en su interior, a las que en conjunto se denomina
metabolismo celular, lo que les permite mantener y perpetuar su composición
frente a los cambios ambientales y reproducirse. Contienen información hereditaria
codificada en el ADN (Acido Desoxirribonucleico) asegurando la reproducción y el
paso de esta información a la descendencia.
Que la composición química de las células es compleja, dominada y coordinada
por polímeros con propiedades únicas como el ADN y el ARN (ácido ribonucleico)
que están formados por bases púricas, pirimídicas y azúcares.
Que cada célula crece y se divide de manera coordinada y ordenada.
Sin embargo, algunas veces este proceso se descontrola. El material genético
contenido en el ADN de una célula se daña o se altera provocando cambios
(mutaciones) irreversibles que afectan el crecimiento y la división normal de las
células. Cuando esto ocurre, las células no mueren cuando deberían morir
(apoptosis) y células nuevas se forman cuando el cuerpo no las necesita; estas
“nuevas” células pueden o no parecerse a la célula de la que derivan. Las células
que se forman y multiplican de manera acelerada y sin patrón estructural, generan
una masa de tejido, que es lo que se llama tumor.
“La muerte celular” (apoptosis) en las células normales es un proceso natural,
programado y ordenado, confiriéndole ventajas al organismo durante su ciclo
normal de vida. Para que entendamos mejor, la diferenciación de los dedos
humanos durante el desarrollo embrionario requiere que las células de las
membranas intermedias inicien un proceso apoptótico para que los dedos puedan
separarse. La apoptosis es tema de atención en el estudio del desarrollo de los
organismos, así como en la investigación de enfermedades como el cáncer.
La manifestación clínica más frecuente de los tumores sólidos es la de una
“bolita” que el médico experimentado debe diferenciar de una lesión benigna
(adenoma) de una maligna (carcinoma o sarcoma). En este punto, es bueno
recordar que las leucemias no forman tumores (bolitas).
De lo anterior, entendamos que los tumores pueden ser malignos o benignos. Estos
últimos (los adenomas), son de crecimiento lento; no se propagan a otros tejidos y
rara vez se reproducen o recurren tras ser extirpados. Algunos de manera ocasional
pueden recurrir localmente; no suelen dar metástasis a distancia ni ser causa de
muerte del portador (con algunas excepciones).
• Las células normales, al entrar en contacto con las células vecinas de estos tumores,
inhiben su multiplicación (dejan de crecer).
• En resumen, la transformación maligna de las células normales ocurre de manera
progresiva y es la resultante de la acumulación progresiva de una serie de cambios
genéticos específicos que desobedecen a los mecanismos antitumorales que existen en
todas las células normales. Estos mecanismos incluyen:
La desregulación de la transducción de señales. La acumulación de mutaciones que
alteran estos sistemas, principalmente los que controlan los procesos de división y
multiplicación celular, tiene una gran importancia en la aparición del cáncer.
√ La apoptosis o “muerte celular programada” tiene una función muy importante en los
organismos, pues hace posible la destrucción de las células dañadas genéticamente (en
el ADN), evitando la aparición del cáncer.
√ La falla en la reparación del ADN.
Esto nos explica por qué los tumores malignos son de crecimiento rápido; no inhiben su
crecimiento por contacto, se propagan tempranamente aotros tejidos, recurren con
frecuencia tras ser extirpados y provocan la muerte en un periodo variable de tiempo, si
no se realiza tratamiento.
DEFINICIÓN
Los tumores cancerosos son malignos, lo que significa que se pueden extender a los
tejidos cercanos o los pueden invadir. Además, al crecer estos tumores, algunas células
cancerosas pueden desprenderse y moverse a lugares distantes del cuerpo por medio del
sistema circulatorio o del sistema linfático y formar nuevos tumores lejos del tumor
original.
Al contrario de los tumores malignos, los tumores benignos no se extienden a los tejidos
cercanos y no los invaden. Sin embargo, a veces los tumores benignos pueden ser
bastante grandes. Al extirparse, generalmente no vuelven a crecer, mientras que los
tumores malignos sí vuelven a crecer algunas veces. Al contrario de la mayoría de los
tumores benignos en otras partes del cuerpo, los tumores benignos de cerebro pueden
poner la vida en peligro.
Sabemos que el cáncer es una enfermedad que se origina a partir de un grupo de células
epiteliales o mesenquimatosas “anormales” que han escapado a los controles de
replicación y diferenciación; se multiplican de manera autónoma, sin control y de manera
irregular. Invaden localmente y a distancia otros órganos y tejidos. En general, dejando a
su evolución natural (sin tratamiento) tienden a llevar a la muerte al corto plazo a la
persona afectada. Actualmente, se conocen más de 200 tipos diferentes de cáncer
dependiendo del tejido del que se deriven.
Los más frecuentes son los de piel, pulmón, mama y los de colon y recto.
El grado de malignidad del cáncer es variable, básicamente depende de la
agresividad de sus células y características biológicas. Son capaces de
diseminarse y provocar metástasis (anidarse) en órganos y tejidos distantes. Su
velocidad de crecimiento va más allá de los límites normales y, sus vías de
diseminación pueden ser a través del sistema linfático (diseminación linfática) o del
circulatorio (diseminación hemática) o, por extensión e invasión directa a los
tejidos vecinos.
Los tumores malignos (cáncer) pueden afectar a las personas de todas las edades,
incluyendo a fetos, pero el riesgo de sufrir los tumores malignos más comunes se
incrementa con la edad. El cáncer, de acuerdo a algunos datos, causa cerca del 13
% de todas las muertes.
l
El proceso por el cual se produce el cáncer (Carcinogénesis) es causado por
anormalidades en el material genético de las células. Estas anormalidades pueden
ser ocasionadas por: agentes carcinógenos, como las irradiaciones (ionizantes o
ultravioleta), por algunos productos químicos como el humo del tabaco y el humo
de leña, de la contaminación ambiental en general, por agentes infecciosos como el
virus del papiloma humano y el de la hepatitis B. Por anormalidades genéticas
adquiridas durante la replicación del ADN, (los errores de transcripción no se
corrigen durante dicho proceso). Estos defectos pueden ser heredados y, por
consiguiente, se presentan en todas las células desde el nacimiento y originan
mayor probabilidad de que se presente la enfermedad. Otros aspectos relacionados
con la etiología del cáncer como la metilación del ADN y los microARNs, están siendo
estudiados.
Otras anomalías genéticas encontradas en las células malignas incluyen: mutaciones,
traslocaciones, amplificaciones, deleciones, y ganancia o pérdida de un cromosoma
completo. Se sabe, además, que existen proto-oncogenes susceptibles de mutar a
oncogenes y, desencadenar un cáncer.
Estos genes codifican receptores de factores de crecimiento, de manera que su mutación
genética hace que los receptores producidos estén permanentemente activados, o bien
codifican los factores de crecimiento en sí. La mutación incluso puede hacer que se
produzcan factores de crecimiento en exceso y sin control.
Morfológicamente las células tumorales son anaplásicas (mal diferenciadas) en grado
variable y, varían desde los muy diferenciados hasta los indiferenciados. Un grado de
diferenciación bajo indica que las células tumorales son muy diferentes de la célula de la
que proceden y pueden llegar a una falta de especialización o de función celular. Cuanto
más indiferenciadas sean las células, mayor es su malignidad y más alta es su velocidad
de crecimiento.
Las principales características de los tumores malignos son las siguientes:
Capacidad de formar nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) por medio de la
secreción de ciertas sustancias, como el factor de crecimiento del endotelio vascular
(VEGF por sus siglas del inglés), responsables de la formación de extensas redes de
capilares y vasos sanguíneos nuevos. Los nuevos vasos son indispensables para la
nutrición de las células tumorales y de las metástasis. Esto, le permite al parénquima
tumoral tener un gran aporte de oxígeno y nutrientes, lo cual favorecerá su crecimiento y
proliferación a mayor velocidad y distancia.
Las células tumorales, para diseminarse, deben ser capaces de romper su unión con
la estructura del tejido del que se originan. La adhesión entre célula y célula se reduce por
pérdida de las moléculas (proteínas) de adhesión celular (MAC). Estas se localizan en la
superficie de la membrana celular y están implicadas en la unión con otras células o con
la matriz extracelular. De esta forma son capaces de establecerse como un tumor
secundario de las mismas características del tumor del que derivan en sitios distantes.
• Las células malignas producen proteasas (enzimas proteolíticas) que degradan la matriz
extracelular favoreciendo la expansión y diseminación tumoral. Es decir tienen la
capacidad de infiltrarse al torrente sanguíneo o linfático, mediante la ruptura de moléculas
de adhesión celular que sujetan a las células a la membrana basal. Esta característica la
adquieren luego de sucesivas alteraciones en el material genético. Los órganos en los
que se producen metástasis con mayor frecuencia son: huesos, pulmones, hígado y
cerebro. No obstante, distintos tipos de cáncer muestran preferencias individuales para
propagarse a determinados órganos.
Ya mencionamos que el cáncer es una enfermedad producida por la mutación en
determinados genes y que estos pueden ser de tres tipos:
• Oncogenes. Se han descrito más de 100 y son genes mutados que promueven la
división celular. Proceden de otros genes llamados proto-oncogenes, encargados de la
regulación del crecimiento celular. La herencia de estos oncogenes es autosómica
dominante. Suelen ser receptores de membrana (hormonas y otros factores).
• Genes supresores tumorales: encargados de detener la división celular y provocar la
apoptosis. Cuando se mutan estos genes la célula se divide sin control. Suelen ser
factores de control transcripcional y traduccional. Cuando pierden su función normal
(por deleción, translocación, mutación puntual) se originan los tumores.
• Genes de reparación del ADN: Cuando el sistema de reparación es defectuoso
resultado de una mutación adquirida o heredada, la tasa de acumulación de
mutaciones en el genoma se eleva a medida que se producen divisiones celulares.
Según el grado en que estas mutaciones afecten a oncogenes y genes supresores
tumorales, aumentará la probabilidad de padecer neoplasias malignas.
Algunas personas tienen un riesgo elevado de padecer cáncer a lo largo de su vida,
por presentar ciertos genes heredados que hacen
más probable la aparición de la enfermedad.
Familias con mutaciones en los genes BRCA1 y
BRCA2, tienen alta probabilidad de desarrollar
cáncer de mama.
Recientemente se reportó un artículo sobre el “El efecto
Angelina”, y es el ejemplo de la importancia de
presentar estos genes en una paciente de alto riesgo de
desarrollar cáncer de mama. Tras la decisión de Angelina Jolie de comunicar al mundo los
difíciles momentos de su vida, en los que se enfrentó a una mastectomía preventiva para
reducir las probabilidades de morir en manos de un cáncer de mama, la actriz no
solamente despertó la conciencia de muchas mujeres en procurar su salud, sino también
desató una serie de acciones y participaciones de la comunidad médica internacional.
La fotografía de la actriz Angelina Jolie, apareció en la portada de la revista Time (vol.
181, No. 20, 2013) como soporte a su decisión para realizarse una Mastectomía
Simple Bilateral seguida de implante
mamario. Esta famosa artista norteamericana tomó una
decisión valiente e inteligente. De acuerdo a lo que se sabe, Angelina acudió y analizó,
junto los expertos, el significado de que ella tuviese el BCRA 1 positivo, así que tomó esta
alternativa de manera razonada.
No todo cambio en los tejidos del cuerpo es canceroso. Sin embargo, algunos cambios
pueden hacerse cancerosos si no reciben tratamiento. Estos son algunos ejemplos de
cambios en los tejidos que no son cancerosos pero, en algunos casos, necesitan vigilarse.
Algunos tipos de displasia pueden necesitar que se vigilen o que se traten. Un ejemplo
de displasia es un lunar anormal (llamado nevo displásico) que se forma en la piel.
Un nevo displásico puede convertirse en melanoma, aunque la mayoría no lo hacen.
Un estado aún más grave es un carcinoma in situ. Aunque a veces se llama cáncer, el
carcinoma in situ no es cáncer porque las células anormales no se extienden más allá del
tejido original. Es decir, no invaden tejido del derredor como lo hacen las células
cancerosas. Pero, ya que algunos carcinomas in situ se convierten en cáncer, de ordinario
reciben tratamiento.
Las células normales se pueden convertir en cancerosas. Antes de que se formen las
células cancerosas en los tejidos del cuerpo, estas pasan por cambios anormales que se
llaman hiperplasia y displasia. En la hiperplasia, hay un aumento del número de células en
un órgano o un tejido, que parecen normales al microscopio. En la displasia, las células
tienen aspecto anormal al microscopio, pero no son cancerosas. Es posible que la
hiperplasia y la displasia se conviertan o no en cáncer.
El cáncer metastático tiene el mismo nombre y el mismo tipo de células cancerosas que el
cáncer original o primario. Por ejemplo, el cáncer de seno, o mama, que se disemina a
los pulmones y forma un tumor metastático se llama cáncer metastático de seno y
no cáncer de pulmón.
El tratamiento puede ayudar a prolongar las vidas de algunas personas con cáncer
metastático. Aunque, en general, el objetivo principal de los tratamientos para cáncer
metastático es controlar el crecimiento del cáncer o aliviar los síntomas que causa. Los
tumores metastáticos pueden causar un grave daño al funcionamiento del cuerpo, y la
mayoría de la gente que muere por cáncer muere por enfermedad metastática.
TIPOS DE CÁNCER
Hay más de 100 tipos de cáncer. Los tipos de cáncer reciben, en general, el nombre de
los órganos o tejidos en donde se forman los cánceres. Por ejemplo, el cáncer de pulmón
empieza en las células del pulmón, y el cáncer de cerebro empieza en las células del
cerebro. Los cánceres pueden también describirse según el tipo de célula que los forma,
como célula epitelial o célula escamosa.
Estas son algunas categorías de cánceres que empiezan en tipos específicos de células:
CARCINOMA
Los carcinomas son los tipos más comunes de cáncer. Se forman en las células
epiteliales, las cuales son las células que cubren las superficies internas y externas del
cuerpo. Hay muchos tipos de células epiteliales, las cuales tienen con frecuencia una
forma como de columna cuando se ven al microscopio.
Los carcinomas que empiezan en diferentes tipos de células epiteliales tienen nombres
específicos:
SARCOMA
LEUCEMIA
Los cánceres que empiezan en los tejidos que forman la sangre en la médula ósea se
llaman leucemias. Estos cánceres no forman tumores sólidos. En vez de eso, un gran
número de glóbulos blancos anormales (células leucémicas y blastocitos leucémicos)
se acumulan en la sangre y en la médula ósea y desplazan a los glóbulos normales de la
sangre. La concentración baja de células normales de la sangre puede hacer que el
cuerpo lleve con dificultad oxígeno a los tejidos, que no controle las hemorragias o que no
combata las infecciones.
Hay cuatro tipos comunes de leucemia, los cuales se agrupan de acuerdo a la rapidez con
la que empeora la enfermedad (aguda o crónica) y del tipo de glóbulo en donde empieza
el cáncer (linfoblástico o mieloide).
LINFOMA
El linfoma es un cáncer que empieza en los linfocitos (células T o células B). Estos son
glóbulos blancos que combaten las enfermedades y que forman parte del sistema
inmunitario. En el linfoma, los linfocitos anormales se acumulan en los ganglios linfáticos y
en los vasos linfáticos, así como en otros órganos del cuerpo.
Linfoma de Hodgkin – Las personas que tienen esta enfermedad tienen linfocitos
anormales que se llaman células de Reed-Sternberg. Estas células se forman, en general,
de células B.
El mieloma múltiple es cáncer que empieza en las células plasmáticas, otro tipo de células
inmunitarias. Las células plasmáticas anormales, llamadas células de mieloma, se
acumulan en la médula ósea y forman tumores en los huesos de todo el cuerpo. El
mieloma múltiple se llama también mieloma de células plasmáticas y enfermedad de
Kahler.
MELANOMA
El melanoma es cáncer que empieza en las células que se convierten en melanocitos, los
cuales son células especializadas en producir melanina (el pigmento que da el color a la
piel). La mayoría de los melanomas se forman en la piel, pero pueden formarse también
en otros tejidos pigmentados, como en los ojos.
TUMORES NEUROENDOCRINOS
– TABACO. Los carcinógenos más comunes en nuestra sociedad son aquellos presentes
en el humo del cigarrillo. Se sabe que el humo del tabaco contiene al menos 60
carcinógenos y seis sustancias tóxicas para el desarrollo. Además de causar del 80-
90% de los cánceres de pulmón, el consumo de tabaco se asocia con cánceres de la
cavidad oral, faringe, laringe, esófago, páncreas, riñón o vejiga.
– RADIACIONES IONIZANTES. La mayor incidencia de tumores en personas sometidas
a la acción de las radiaciones ionizantes por motivos profesionales, con fines terapéuticos
o en grandes catástrofes (víctimas de explosiones nucleares) demuestra su carácter
cancerígeno. Es indudable que las radiaciones ultravioletas de la luz solar promueven el
desarrollo de cáncer de piel y melanoma, por su mayor frecuencia en individuos
expuestos a la luz.
– VIRUS. Además de las sustancias químicas y las radiaciones, unos cuantos virus
también pueden contribuir al desarrollo del cáncer. En general, los virus son agentes
infecciosos pequeños que no pueden reproducirse por sí solos, sino que tienen que
penetrar dentro de las células vivas y causar que la célula infectada produzca más copias
del virus. Al igual que las células, los virus almacenan sus instrucciones genéticas en
moléculas grandes llamadas ácidos nucleicos. En el caso de los virus relacionados con
algunos tumores, algo de la información genética viral transportada en estos ácidos
nucleicos se inserta dentro de los cromosomas de la célula humana infectada y esto le
confiere características de malignidad. En realidad, sólo unos cuantos virus que infectan a
nuestras células se relacionan con el desarrollo de tumores. Incluidos en esta categoría
están los implicados en el cáncer del cuello del útero.
–Virus del papiloma humano (VPH).
–Cáncer de hígado.
–Virus de la hepatitis B y C (VHB, VHC).
–Ciertos linfomas. –Virus de algunas leucemias.
–Herencia.
ES UNA ENFERMEDAD HEREDITARIA
El cáncer es una enfermedad predominantemente esporádica, es decir, no existen
patrones de herencia francos. Sin embargo, en un 5-10% de los casos sí asistimos a un
trastorno con un patrón de herencia claro y hasta en un 20% de los casos que atendemos
en una consulta de oncología presentan datos de agregación familiar.
La predisposición genética al cáncer puede manifestarse de diversas formas:
– Se puede heredar una mutación que es capaz de predisponer al portador al
desarrollo de un tumor.
– Se puede heredar una capacidad disminuida para reparar los daños que normalmente
se producen en el ADN, estando predispuesto el portador de este carácter al desarrollo de
neoplasias. Suelen ser enfermedades de transmisión no dominante o recesiva en la que
se hereda este carácter.
– Se puede heredar una susceptibilidad que exponga al portador a una mayor
cantidad de un agente crítico. Por ejemplo, ciertas personas metabolizan algunas
sustancias de forma que crean concentraciones anormalmente elevadas de mutágenos, lo
que supera la capacidad de reparación del ADN.
PREVENCIÓN