Año 4, martes 4 de setiembre de 2007 / Número 162

SUPLEMENTO DE ANÁLISIS LEGAL DEL DIARIO OFICIAL

ILUSTRACIÓN: FRANK LÓPEZ GUERRERO

ANTIJURÍDICAS PARA NO REPETIR

¿Operador del derecho

o de la justicia? • FRANCISCO JOSÉ DEL SOLAR
/4 y 5

• Manuel de la Puente y Lavalle, el maestro que partió / 2 CARLOS RAMOS NÚÑEZ

DIRECTOR: Carlos A. Manrique Negrón • Validez y oponibilidad de la matrícula de acciones / 3 ANDRÉS VARGAS
SUBDIRECTOR: Jorge Sandoval Córdova
EDITOR: Francisco José del Solar • Reforma procesal penal y capacitación / 6 y 7 RODOLFO SOCLA ALARCÓN
COEDITORA: María Ávalos Cisneros
DIAGRAMACIÓN: César Fernández Fernández • El Libro: Del ágora ateniense al ágora electrónica. El futuro de la democracia de
Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad de los autores.
Sugerencias y comentarios: fdelsolar@editoraperu.com.pe
Francisco Miró Quesada Rada / 8 HELDER DOMÍNGUEZ HARO

2 • Martes 4 de setiembre de 2007
Manuel de la Puente y Lavalle,
el maestro que partió
L
[1]
Manuel de la Puente y
Lavalle, Responsabilidad
civil en el Derecho
Aeronáutico. Daños
causados por aeronaves a
terceros en superficie,
Tesis para optar el grado
de bachiller en Derecho,
presentada en la Facultad
de Derecho de la PUCP,
Lima, 1946, p. 25.
[2]
Trabajo publicado por la
imprenta Empresa
Periodística S. A., en
Lima, el año 1945.
[3]
Conversaciones con
el doctor Manuel de la
Puente en enero de 1998.
[4]
Oficio circular de agosto
de 1996.
i n memoriam
Carlos Ramos Núñez
Profesor de Derecho en la PUCP.
Jurista
a dogmática peruana perdió el pasado viernes
10 de agosto a uno de sus mayores exponen-
tes, el profesor de la Pontificia Universidad
Católica del Perú (PUCP), Manuel de la
Puente y Lavalle, nacido en Barranco, Lima,
el 14-01-1922. Posiblemente, se trataba del
mentor vivo más importante de esta perspec-
tiva metodológica, que confiere fe a las cate-
gorías y a los conceptos jurídicos completa-
mente articulados.
Impactado de joven por el desarrollo tecno-
lógico preparó la tesis La responsabilidad civil
en el Derecho Aeronáutico, con la que se gra-
duó de bachiller en la PUCP, en 1946. Trabajo
sugerido, circunstancialmente, por Manuel
Augusto Olaechea y que no fue publicado, a
iniciativa del autor, a pesar que la calidad del
mismo lo distingue de otras tesis de la época, ya
sea por su mayor extensión –contaba la tesis
con 194 páginas, inusual en ese tiempo para
este género de trabajos–, o por el empleo de
bibliografía, legislación y doctrina extranjeras.
La tesis dedicada al filósofo del Derecho
Juan Bautista de Lavalle, “maestro en las nor-
mas de Derecho y ejemplo en las normas de la
vida”, analiza, en una primera parte, los carac-
teres del flamante Derecho Aeronáutico y la
necesidad de establecer un régimen internacio-
nal uniforme para la responsabilidad generada
de los accidentes aéreos. La segunda parte de la
tesis analiza los postulados fundamentales de la
teoría de la responsabilidad por riesgo creado,
adoptada, a juicio del autor, por el Código Civil
de 1936, y que es planteada como la solución
más adecuada para resolver los problemas de la
responsabilidad por los daños causados con
ocasión del ejercicio de actividades riesgosas.
Este tipo de responsabilidad objetiva es consi-
derado, recogiendo las ideas prevalecientes
“como expresión de las modernas tendencias
de socialización del Derecho” [1] que irían
superando a la concepción individualista,
“basada en un fuerte subjetivismo” que hacían
depender la responsabilidad en la culpa del
agente causante del daño.
En 1945, a los 23 años de edad, De la
Puente publicaría su primer libro, en torno a un
tema de teoría del Derecho Las lagunas del
Suplemento de Análisis Legal
Felipe Osterling (izquierda) junto con Manuel de la Puente y Lavalle.
Derecho y la interpretación [2]. Acto seguido,
en 1947, se titularía de abogado por medio de
un examen oral y escrito como se estilaba
entonces. En el libro que publicase entonces
Manuel, resulta interesante observar que el
autor reconoce la existencia de lagunas del
Derecho y que ciertas corrientes positivistas in
extremis no estaban dispuestas a admitir.
La actividad publicista del profesor De la
Puente estaría signada desde entonces por un
largo silencio. En parte, de un lado, derivado
por cierto malestar hacia sus críticos y, de otro
lado, por su propio empeño de mejorar la cali-
dad de su exposición y de su obra, hasta que
ofreciera a sus lectores un impecable Estudio
sobre el contrato privado (Lima, 1983), publi-
cado por Cultural Cuzco. Documento teórico
esencial para comprender el desarrollo de la
teoría contractual peruana en tránsito del
Código derogado de 1936 hacia las nuevas ins-
tituciones que incorporaría luego en el Código
de 1984. Este libro fue sustentado como tesis
de doctorado en la PUCP, en 1976.
A pesar que el profesor De la Puente no
hallaba incompatibles la dogmática con la exé-
gesis, su obra en conjunto debe inscribirse en el
primer rubro. En efecto, desde 1991, merced al
Fondo Editorial de la PUCP, a través de su serie
Para leer el Código Civil, publicó El contrato en
general, el mismo que consta de seis tomos.
Este trabajo procura situarse en un plano exegé-
tico, pues, analiza las normas positivas del códi-
go vigente en materia contractual, siguiendo,
Manuel
de la
Puente
impactado
por el
desarrollo
tecnológico
se preocupó
por el
derecho
civil.
dicho sea de paso, las pautas editoriales que el
mismo Fondo sugería. Sin embargo, la vasta
información que a cada paso se encuentra y el
esfuerzo reconstructivo de las instituciones,
sitúan al trabajo más en una línea instituciona-
lista o dogmática que en el terreno de la exége-
sis. Ocurre también que De la Puente asumió
que la necesidad de un esfuerzo conceptualista
iba de la mano con la necesidad de dotar al país
de una nueva legislación civil. En esas circuns-
tancias, se entiende, pues, que signase esa carac-
terística a su tesis y libro Estudio sobre el con-
trato privado, publicado, como se dijo, un año
antes de la dación del Código. Empero, dado a
luz ya el nuevo ordenamiento sustantivo, era
obligación del jurista, como una tarea pedagógi-
ca esencial, informar al gran público de aboga-
dos, jueces y estudiantes, los mejores alcances
de la flamante legislación [3]. Esta misma pers-
pectiva estuvo presente cuando recomendó, en
su condición de coordinador del Doctorado en
Derecho de la PUCP (1996-1997) que los cur-
santes del doctorado elaborasen sus tesis
siguiendo de cerca una línea exegética [4]. Cada
uno de ellos, entonces, colaboraría con la difu-
sión general o específica de un área del Derecho
positivo, no para satisfacer una aspiración per-
sonal, sino para cumplir una misión didáctica a
favor de jueces y abogados. El papel pedagógi-
co del jurista resultaba crucial para el gran cate-
drático que, por lo demás, publicó numerosos
artículos en revistas como Themis, El Derecho
y Ius et Veritas.
 Suplemento de Análisis Legal
Validez y oponibilidad
de la matrícula de acciones
a nálisis
Andrés Vargas
Abogado por la UNMSM.
Analista legal de CONASEV
E
l artículo 91° de la Ley General de Sociedades
(LGS) señala que la sociedad considera pro-
pietario de la acción a quien aparezca como tal
en la matrícula de acciones. Asimismo, el cita-
do artículo prescribe que cuando se litigue la
propiedad de las acciones se admitirá el ejer-
cicio de los derechos de accionista por quien
aparezca registrado en la sociedad como pro-
pietario de ellas, salvo mandato judicial en
contrario.
La mención que hace la ley a “propiedad”
de la acción antes que estar limitada a la pro-
piedad del certificado o documento, se
encuentra referida al concepto amplio de titu-
laridad. En ese sentido, el artículo 91° de la
LGS conlleva una presunción según la cual la
sociedad considera como accionista a aquella
persona cuyo nombre se encuentra debida-
mente inscrito en su matrícula de acciones, y,
[1]
URÍA, Rodrigo,
MENÉNDEZ, Aurelio y
GARCIA DE ENTERRÍA,
Javier. “La Sociedad
Anónima: La acción como
objeto de negocios
jurídicos”, en AA.VV.
Curso de Derecho
Mercantil, T. I, Civitas,
Madrid, 1999, p. 841.
por lo tanto, legitima a éste a ejercer todos los
derechos sociales que confieren la condición
de accionista, además de asumir las obligacio-
nes que establecen la propia LGS y los estatu-
tos de la sociedad.
De lo expuesto en el artículo materia de
comentario –en concordancia con lo señalado
en el artículo 92° de la LGS, norma que dis-
pone que en la matrícula de acciones se ins-
criben, entre otros actos, las transferencias de
las acciones–, se desprende que la legitima-
ción de la condición de accionista viene dada
por la inscripción del titular en la matrícula de
acciones, antes que por la posesión del certifi-
cado de acciones.
No obstante lo anterior, la inscripción en la
matrícula de acciones no conlleva efectos
oponibles para quien tiene inscrito su derecho,
pues, como se comenta, los libros de la socie-
dad no son registros públicos.
La anotación de las transferencias en la
matrícula de acciones no tiene efecto constitu-
tivo, sino únicamente legitimador respecto al
ejercicio de los derechos correspondientes a la
condición de socio, toda vez que de la inscrip-
ción no depende el efecto de transmitir la
acción, sino del contrato o acuerdo de volun-
tades entre las partes (1).
La
inscripción
en la
matrícula
de acciones
no conlleva
efectos
oponibles
para quien
tiene
inscrito su
derecho.
Martes 4 de setiembre de 2007 • 3
TRANSMISIÓN DE ACCIONES
Se produce como consecuencia de la existencia
de un negocio causal, acompañado de la tradi-
ción del título, anotándose en el mismo la trans-
ferencia operada y entregándose a la sociedad
el respectivo certificado.
De esta forma, la presunción contenida en
el artículo 91° de la LGS opera en favor de la
sociedad y con fundamento, además de legal,
en un contenido económico y empresarial que
busca facilitar la actuación de la sociedad en
estos casos.
Empero, el derecho reconocido a favor de
la sociedad es, además, una obligación que
sujeta a la sociedad a actuar en consecuencia
con lo que aparece inscrito en su matrícula de
acciones. Entonces, si bien la regla del artículo
91° de la LGS conlleva una presunción iuris
tantum, no es la sociedad la que se encuentra
legitimada a enervar los efectos de tal presun-
ción, desconociendo aquello que aparece ins-
crito en su propia matrícula de acciones.
En efecto, los problemas sobre legitimidad
y validez de la inscripción capaz de enfrentar a
dos o más personas sobre la titularidad de las
acciones debe, en todo caso, hacerse valer por
el tercero que considere tener un mejor derecho
y ante el órgano jurisdiccional.
LOS TERCEROS
Éstos también encuentran protección en la pre-
sunción de titularidad de las acciones que regula
el artículo 91° de la LGS, de suerte que si un ter-
cero celebra un contrato para la transferencia de
las acciones con la persona que figura inscrita en
la matrícula de acciones como titular de las
acciones, se tendrá por válido dicho acto, aun
cuando con posterioridad se pruebe que el ceden-
te no era el verdadero titular de las acciones.
En el caso de las sociedades anónimas
abiertas, el artículo 262°-F de la LGS atribuye
competencias a la Conasev para conocer los
reclamos interpuestos por los accionistas mino-
ritarios de dichas sociedades sobre denegatoria
de entrega de acciones y dividendos.
De la concordancia del artículo antes citado
con el segundo párrafo del artículo 91° de la
LGS que analizamos, podemos afirmar que la
Conasev es competente para conocer los casos
en los que un tercero cuestione la validez y legi-
timidad de la inscripción efectuada en la matrí-
cula de acciones de una sociedad anónima
abierta, en la medida que la pretensión final del
tercero que hace frente a una denegatoria de
entrega de acciones reside propiamente en
poder ser reconocido como accionista de la
sociedad.

4 • Martes 4 de setiembre de 2007
ANTIJURÍDICAS PARA NO REPETIR
¿Operador
del derecho
o de la
justicia?
e
nfoque
Francisco José del Solar
Abogado por la PUCP y la UCV
Postgrados en Derecho e
Historia. Profesor universitario
de Derecho.
I
nfeliz denominación de hoy para designar a
un juez, jurista o, simplemente, abogado.
Cabe preguntar si un estudioso de la ley
que busca la justicia es un operario, cuyo
trabajo es más manual que intelectual, más
físico que espiritual. O, a tal efecto, un real
y verdadero “tinterillo” que opera extraor-
dinariamente con los códigos y las leyes,
empero, antípoda frente a los principios,
teorías y doctrinas jurídicas que le obligan
a pensar, analizar y compulsar.
Quienes aceptan y promueven incons-
cientemente esta terrible denominación
están de acuerdo en que el Derecho es una
gran máquina que basta un simple operario
para ponerla a funcionar. Creen que el ope-
rar o manejar códigos y leyes es una cues-
tión mecánica, por lo tanto, se consideran
operadores. Es decir, igual como los opera-
dores de la mafia, del delincuente
Vladimiro Montesinos, del narcotráfico o,
de repente, algo mejor como operadores de
una tejedora, de aduana, turismo o tráfico
aéreo, obviamente, sin desmerecer a estos
Suplemento de Análisis Legal
últimos que realizan una honesta y honora-
ble operación técnica y eminentemente
mecánica.
EDUARDO J. COUTURE
Sin duda, operar o seguir ciertos pasos no
demanda mayor esfuerzo intelectual, de
análisis, de pensamiento y de elaborar
estrategias de defensa como sí lo exige el
Derecho. De ahí que, en este contexto, nos
preguntamos dónde quedaría el segundo
mandamiento del abogado que escribió el
célebre jurista uruguayo Eduardo J.
Couture: “PIENSA: el Derecho se aprende
estudiando, pero se ejerce pensando”.
Nosotros tendríamos que agregar de acuer-
do con la realidad: “NO OPERANDO”.
Es más, específicamente para los jueces
que aceptan o les gusta que les llamen
“operadores de la justicia”, y, obviamente,
mucho peor para los que se titulan como
tales. El mismo Couture tiene una frase
genial y especial que estos intonsos deberí-
an recordar e imponer: “De la dignidad del
juez depende la dignidad del Derecho. El
Derecho valdrá en un país y en su momen-
to histórico lo que valgan los jueces como
hombres. La sentencia no es un pedazo de
lógica ni tampoco una norma pura. Es una
obra humana, criatura del espíritu del hom-
bre. Ella valdrá lo que valga el hombre que
la pronuncie”.
Mutatis mutandi, al Derecho no se le
opera, no se le maneja como a una máqui-
Martes 4 de setiembre de 2007 • 5
“PIENSA: el Derecho
se aprende estudiando,
pero se ejerce
pensando”. Nosotros
tendríamos que
agregar de acuerdo
con la realidad: “NO
OPERANDO”.
na, siguiendo pautas o pasos mecánicamen-
te. No, señores. Por el contrario, es recibi-
do y dado con el espíritu fortalecido por la
moral y la aplicación de valores.
OPINIÓN COMPARTIDA
Antes de escribir este artículo nos propusi-
mos hacer un sondeo de opinión para com-
pulsar nuestra preocupación.
Afortunadamente, salimos fortalecidos con
la adhesión recibida. De ahí que lo plante-
amos públicamente para ampliar el debate.
En este orden de ideas, conversando
con colegas tanto nacionales como del
exterior preferimos que nos sigan llaman-
do, simple y llanamente, abogados, jueces,
juristas, según sea el caso. Ergo, repudia-
mos la moderna denominación de “opera-
dores del derecho o de la justicia”, que nos
deprime y rebaja nuestra condición intelec-
tual, moral, ética y profundamente espiri-
tual, componentes fundamentales para
hacer justicia o coadyuvar a su realización
(Ver Jurídica N° 101 y 102, de 4 y 11 de
julio de 2006, respectivamente). Es más,
ningún diccionario jurídico contemporáneo
la ha introducido en sus nuevas entradas
lexicográficas. Menos aún, sin duda, ni
siquiera asoma en ningún diccionario clási-
co o tradicional, como los reconocidos
Omeba y el usual del maestro Cabanellas.
HOMBRE DE LEYES
Ser hombre de leyes significa muchísimo más
que ser un simple operador del Derecho. Hay
que interpretar, entender, sentir y aplicar las
leyes, la jurisprudencia y la doctrina para
impartir o hacer justicia, la cual debe estar
acorde con la realidad social y desterrar el
positivismo legalista que pretendió hacer del
Derecho una función meramente mecánica,
constreñida milimétricamente a la interpreta-
ción literal de la ley.
Ser abogado, juez o jurista es tener
siempre presente la vigencia del espíritu,
de la moral y los valores que hace a los
hombres ser diferentes de los animales y
las máquinas. De ahí que pensamos que
esta infeliz denominación sea un manotazo
de ahogado de esta corriente cuya supera-
ción se impone a pasos agigantados si no
queremos perder la fe en el Derecho y la
Justicia. 
 Suplemento de Análisis Legal
6 • Martes 4 de setiembre de 2007

Reforma procesal penal

y capacitación
a nálisis
Rodolfo Socla Alarcón
Fiscal adjunto provincial
titular.

L
a aplicación del nuevo Código Procesal Penal en
el Distrito Judicial de Huaura planteó la
necesidad de capacitar a quienes se encontraban
inmersos en la aplicación de este modelo
procesal. No debe incomodar el afirmar que al
momento de entrar en vigencia, muchos
abogados y magistrados empezaron a aplicarlo
sin contar con la preparación debida. Las
reiteradas postergaciones para su entrada en
vigencia contribuyeron, en alguna medida, para
que muchos pensaran en un nuevo aplazamiento
y, por ende, no era necesario capacitarse para la
fecha señalada.

MINISTERIO PÚBLICO
El principal cuestionamiento efectuado a los
integrantes del Ministerio Público en el referido
distrito ha sido el relativo a la falta de
preparación. Los críticos con extremada rudeza
han señalado que tanto fiscales como asistentes
en función fiscal recientemente designados no
habían sido capacitados, culpando de ello a las
autoridades de la institución. ¿Pero que hay de
cierto en esta afirmación?
Si bien tenemos que admitir que el personal
no fue preparado de acuerdo con las
circunstancias, esto se debió a la asignación
tardía de recursos económicos para el Ministerio
Público (faltando algo de dos semanas), era
obvio que en estas condiciones muy poco podía
hacerse.
Sin embargo, a pesar de las limitaciones
presupuestales, debemos destacar que el
Ministerio Público fue la única institución estatal
del país que con sus propios recursos organizó
un curso de formador de formadores para la
enseñanza de las técnicas del proceso acusatorio,
evento que fue dictado por especialistas
extranjeros. En dicho certamen participaron
fiscales titulares de los distritos judiciales de
Huaura, La Libertad, Tacna y Moquegua, entre
otros. Se seguía así la tendencia de contar con su
propia red de capacitación.
Han transcurrido varios meses desde la
entrada en vigencia del NCPP y, como cualquier
persona interesada en el tema, nos preguntamos
¿cómo estamos en términos de capacitación? La
respuesta puede ser vista desde la perspectiva
gubernamental y desde la perspectiva de las
instituciones involucradas con la materia. Para
plantear un intento de respuesta usaremos
algunas impresiones que hemos recogido en la
ciudad de Barranca, a donde asistí por motivos
académicos y de lo que se ha visto en estos
últimos tiempos.
PERCEPCIÓN
La percepción que uno tiene, luego de dialogar
con personas involucradas en la justicia penal en
la ciudad de Barranca, es que la capacitación
sigue siendo uno de los puntos que merece
urgente atención. Debemos entender que ésta no
sólo incluye al Ministerio Público y al Poder
Judicial, sino también a aquellos que resultan
inmersos en aplicar el código. Desde el ámbito
gubernamental la responsabilidad recae en el
sector Justicia, nuestra impresión es que se ha
hecho muy poco al respecto. Las circunstancias
exigen mucha actividad y de calidad.
CAPACITACIÓN
Debe obedecer a un plan o malla curricular
previamente diseñado por especialistas en la
materia, ésta debe convertirse en su brújula.
Además, se debe estar pendiente para que no se
dupliquen esfuerzos entre las instituciones
encargadas de realizarla. Debemos entender que
no se pueden dictar charlas de una o dos horas y
en algunos casos, entre temas que no guardan
relación. Si vamos a impartir capacitación,
hagamos bien las cosas.
Merece especial énfasis el lanzamiento de
unos cursos e–learning. Consideramos que
pueden ser un complemento a la capacitación
presencial que se impartirá, pero no sustituir a la
segunda. En todo caso, hacer una mixtura. No
imaginamos que se pretenda enseñar oralidad
 Suplemento de Análisis Legal
mediante el computador. Hasta donde tenemos
La referencias, en América Latina ese método no ha
capacitación sustituido a la antes presencial. También se ha
pretendido impartir autocapacitación, mediante
debe la cual cada hombre de leyes realiza una lectura
obedecer a un al texto normativo con lo cual se iba
plan o malla compenetrando en el nuevo sistema. En El
Salvador se ha tenido experiencias de
curricular autocapacitación, pero obedeciendo a un diseño
previamente y con materiales de enseñanza preparados para
tal fin. No desperdiciemos esfuerzos en
diseñado por aventuras que no llevan a ningún puerto.
especialistas Aun cuando no resulta materia de este
artículo, otra idea central que queremos dejar
en la materia, sentada es que la forma de enseñar el nuevo
ésta debe sistema no es idéntica a la que estuvimos
acostumbrados. Se habla en términos generales
convertirse de la metodología activa. Otra cuestión que debe
en su brújula. considerarse es que sea impartida por profesores
que hayan recibido instrucción especializada en
el nuevo sistema, con riesgo de provocar
distorsiones en quienes deben aplicar el NCPP.
EXPERIENCIAS
Chile y Colombia, en Sudamérica, son claros
ejemplos de la forma como los gobiernos han
apoyado la implementación del nuevo sistema.
Debe entenderse que el derecho a la defensa no
es un concepto que está en los tratados
internacionales o en la Constitución, que no
basta normar que una persona tiene derecho a
un abogado desde que es citada o detenida,
sino que ese abogado preste un asesoramiento
de calidad.
Aunque en nuestro medio suene un poco
difícil y sin pretender ofender a los defensores de
oficio, en los países antes citados, los defensores
públicos tienen una óptima preparación que, en
muchos casos, supera a la de los abogados que
ejercen la profesión de manera independiente.
POLICÍAS Y MAGISTRADOS
Otra deuda pendiente del Gobierno es respecto a
la capacitación de los miembros de la Policía
Nacional. Hemos constatado, por ejemplo, que
en la Dirección Nacional de Investigación
Criminal –Dirincri– los efectivos no conocen el
nuevo ordenamiento procesal o, en todo caso,
muy poco, no obstante tener competencia a
escala nacional y en especial en los distritos
judiciales donde se aplica, hecho que desde ya
preocupa.
Sobre la Academia de la Magistratura,
considero acertada solicitar a los magistrados las
necesidades de capacitación y de reestructurar el
plan curricular. Esto concuerda con lo dicho por
la señora presidente del consejo directivo en su
discurso inaugural, que no se podía enseñar lo
mismo que en los estudios de maestría o de
doctorado.
Prosiguiendo con el análisis sobre el
Ministerio Público, la capacitación especializada
(con los parámetros antes descritos) no debe ser
sólo para los fiscales, sino debe comprender a los
asistentes en función fiscal e integrantes del
Instituto de Medicina Legal. Ensayo dos
razones. Para nadie es un secreto que buena parte
de los fiscales que han sido nombrados no sólo
en el DJ de Huaura, sino, en otros, han sido
asistentes. Esto permite sostener que el personal
administrativo se constituye en una reserva
disponible para futuros nombramientos de
fiscales provisionales. Es difícil hallar un
asistente que no aspire a tal designación. La
segunda razón es que no se concibe a personal
que elabore los proyectos de disposiciones,
requerimientos y providencias sin conocer las
nuevas categorías del NCPP.
La Escuela del Ministerio Público ha
publicado recién el Plan de Capacitación por
seguir en este año. Como impulsor de este
Martes 4 de setiembre de 2007 • 7
código, considero que hay que renovar
esfuerzos para enfatizar la capacitación relativa
al nuevo modelo, entendiendo que, además,
debe ser sostenida para quienes están
aplicándolo en la actualidad y los que
empezarán a hacerlo a corto plazo.
INSTITUTO DE MEDICINA LEGAL
Éste no debe permanecer ajeno a la
capacitación. Lo óptimo sería trabajar a partir de
talleres conjuntos con los fiscales. Debe
merituarse que los primeros como expertos
serán llamados a declarar a juicio por el fiscal
como testigos de cargo para que corroboren su
teoría del caso. El reciente anuncio de la apertura
del proceso denominado Chavín de Huántar en
el cual serán llamados a declarar los forenses
avala esta posición, esperamos que estas líneas
sirvan para que el jefe de dicho instituto plantee
y desarrolle programas de capacitación.
Por otro lado, también resultan involucrados
los colegios de abogados y las universidades.
Los primeros han tenido una desapercibida o
nula participación, causando la impresión de que
no existiera intención de capacitar a sus
integrantes, sólo así se explica el desgano con el
cual actúan.
Las universidades, desde nuestra óptica,
tampoco han contribuido con estos temas de
acuerdo con lo esperado, y en el mejor de los
casos sólo han generado el debate, será por falta
de interés o de experiencia para organizar este
tipo de eventos. En este contexto, preferimos
otorgarles el beneficio de la duda y pensamos lo
segundo, no sin antes advertir que en su mayoría
no ha cambiado el contenido temático de sus
planes de estudios adecuándolos al nuevo
sistema.
IMPORTANCIA DE LA CAPACITACIÓN
El lector puede preguntarse por qué debemos dar
tanta importancia a la capacitación. A esta
interrogante ensayamos dos respuestas. La
primera es que en el proceso penal están en juego
derechos fundamentales de la persona y no se
pueden confiar éstos a personas no debidamente
preparadas. La segunda es que no podemos
concebir el debido proceso e igualdad de armas,
si sólo una de las partes está debidamente
capacitada. No se puede pretender jugar ajedrez
con quien desconoce lo elemental y por ello
vanagloriarnos de un eventual triunfo.
Finalmente, esperamos que estas líneas
contribuyan a la reflexión de todos aquellos
en quienes recae la responsabilidad de decidir
temas de capacitación y, en todo caso,
efectuar unos ajustes a sus planes, con la
finalidad de contribuir al mejoramiento de la
justicia penal en nuestro país. En caso de no
proporcionarles a nuestros abogados y
magistrados los medios necesarios,
deberemos de asumir los costos traumáticos
que pudieran producirse con la aplicación del
NCPP o el descrédito de nuestro sistema de
enjuiciamiento, que, a la postre, termine con
movimientos de contrarreforma como
pareciera oírse en ciertos círculos. 
 Suplemento de Análisis Legal
8 • Martes 4 de setiembre de 2007

e l libro
Helder Domínguez Haro
Abogado. Profesor
universitario.

E
n la histórica casona de San Marcos, recien-
temente se presentó este singular e importan-
te libro del destacado politólogo y abogado
Francisco Miró Quesada Rada.
La particularidad de la obra radica en que
es una introducción al fenómeno democráti-
co desde sus orígenes, un repaso de su pro-
ceso histórico-crítico, analizando las impor-
tantes teorías democráticas hasta la actuali-
dad con la aplicación de medios electrónicos
desde la propia perspectiva del autor. Su
mérito radica en su carácter introductorio y
orientador para los ciudadanos ante una
cuestión latente: la multivocidad y dispersión
del término democracia.
Esta obra era esperada, habida cuenta la
dedicación completa de Miró Quesada a la
Del ágora A continuación, desarrolla las teorías
democráticas del siglo XX y la llamada
ágora electrónica. En efecto, se analizan las
ciencia política y al estudio de la institución de
la democracia, al par de la enseñanza de esta
disciplina en la UNMSM. Rica experiencia
ateniense teorías que para el autor son las más impor-
tantes como sucede con Weber, Schumpeter,
Dahl, Marx, Lipson, Macpherson, Toffler,
que refleja en sus anteriores publicaciones.
Si hacemos un recorrido a nivel planeta-
rio, antes de la publicación Del ágora ate-
al ágora Sartori, Duverger, Hayek, Nozick,
Fukuyama, Bobbio, Huntington, Touraine,
Held y Giddens, quienes tratan de explicar el
niense al ágora electrónica. El futuro de la
democracia han existido y existen varios
escritores que han abordado las disímiles
electrónica. fenómeno democrático incidiendo en cate-
gorías específicas como competencia, elite,
pluralismo, participación, reconocimiento,
definiciones sobre la democracia, sustentado
a su vez su propia postura, como da cuenta de
manera impecable Francisco Miró Quesada.
El futuro procedimiento, etcétera.
Ante la diversidad de teorías, el autor
ensaya una clasificación de las teorías
Un buen ejemplo –solo para citar a dos auto-
res– son el canadiense C.B. Macpherson (La
democracia liberal y su época) y el inglés
de la democráticas: a) conservadoras, elitistas y
meritocráticas, b) participativas, c) crítico-
analíticas de la democracia, d) empírica, y
David Help (Models of democracy).
En el Perú existen incontables trabajos de
corte divulgador, descriptivo o de análisis
democracia e) teorías futuristas; y subraya las diferen-
cias entre ellas, teniendo como base la
libertad y la igualdad, parafraseando a
sobre el fenómeno democrático, y básica- Leslie Lipson: “Lo que el espacio y el tiem-
mente bajo la perspectiva de un problema en Francisco José Miró po han sido para los físicos, la libertad y la
concreto o sobre un determinado aspecto igualdad lo fueron y siguen siendo para los
(derecho, educación, cultura, minorías, eco-
Quesada Rada teóricos demócratas”.
nomía, etcétera); sin embargo, existen conta- Serie Coediciones de la Sin duda, Miró Quesada recalca que la
dos libros que abordan una especie de teoría democracia es la mejor forma de conviven-
general de la democracia, como la que propo- UNMSM y de la UNI cia humana y de organizar el poder, y sobre
ne íntegramente el autor sanmarquino. Entre Lima, 2007, 221 p. ella es posible construir la democracia elec-
otras obras tenemos las de Francisco García trónica (o llamada digital, telemática, ciber-
Calderón Rey, César Landa Arroyo, Alberto democracia, teledemocracia, videodemocra-
Borea Odría, Carlos Franco y Eduardo cia o telépolis), la cual origina gobiernos
Hernando Nieto. Luego aborda la institucionalidad jurídica electrónicos que usa medios electrónicos
En la primera parte de la obra, Miró de la república acaecida en Roma, una expe- (internet, teléfono, radio, televisión, comuni-
Quesada nos grafica la secuencia y evolución riencia democrática de alcance restringida. cación satelital, etcétera), dando lugar a que
de la democracia desde la ciudad-Estado En la Edad Media da cuenta de la denomina- los mecanismos de participación ciudadana y
Atenas (uno de los “ojos” de Grecia antigua). da “democracia escondida”, pues como se el ejercicio del poder sean más directos. En
A través de la asamblea popular, los atenien- indica el clima político, económico y sobre la toma de decisiones se asegura la participa-
ses realizaban las labores de autogobierno sin todo cultural no fue propicio para el desarro- ción de las gentes (con voz y voto electróni-
intermediarios, en contraposición con la llo de la democracia. Cosa distinta ocurrió en co) ante sus autoridades –sin intermedia-
monarquía, aristocracia, oligarquía o tiranía tiempos de la Revolución Francesa, escenario rios–. He allí el nombre de ágora electrónica,
que se desarrollaron en otras ciudades-Estado para la prédica de la democracia moderna y situación que no es lejana para el caso perua-
(ciudades-comunidades). Es, pues, el ágora representativa, un rotundo avance con su no, como bien resalta a través de experien-
ateniense. defecto: su verticalidad. cias y programas pilotos.