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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

UNIVERSIDAD FERMÍN TORO

SAN FELIPE- ESTADO YARACUY

Derecho Civil y Familia.

ANALISIS

Sentencia N° 1682.
Caso; Carmela Mampieri Giuliani.

Alumno:

Enso Hernández

CI- V-12.286.522

4to Año Lapso A

Profesora: Maricarmen Mamposo

Independencia, Marzo de 2020.


Las constituciones modernas y las sociedades cada vez más pluralistas
demandan técnicas y métodos de interpretación que den respuesta a los conflictos
producidos en el Derecho Positivo. De tal manera, los formalismos, la neutralidad
axiológica, y el raciocinio del intérprete se comprometen a buscar mejoras
fundamentales que solucionen tales disyuntivas, el derecho contemporáneo,
inserta en niveles constitucionales manifestaciones de creciente participación
ciudadana que permita abordarlas, la importancia de interpretaciones como la que
se presenta continuación, indicadas con distinciones en la Sentencia N° 1682, de
la Sala Constitucional, del Tribunal Supremo de Justicia, con fecha 15 de Julio del
año 2.005. Pone de manifiesto desde el punto de vista Legal (Constitucional), la
claridad de los objetivos, a este propósito se equiparan los términos manifestados
en el Artículo 77 constitucional de la República Bolivariana de Venezuela,
(Matrimonio – Unión Estable de Hecho)., al respecto, conviene decir que contamos
en nuestro ordenamiento Jurídico, además de diversos tratados y pactos, la
legalidad desde aproximadamente el siglo XX, a la institución del matrimonio,
como origen asociativo que fomenta y germina al Derecho de Familia y sus
consecuencias, esto sin dudas, apelando a la condición dual entre los interesados,
así lo tipifica nuestro ordenamiento en la actualidad, para ello la heterosexualidad
fusionada (Hombre - Mujer) recibe así, ciertos Derechos y Deberes logrando
igualdad entre los semejantes. Para ello, la cohesión y vinculación de dos
personas, que pretendan unirse con propósito de convivencia y procreación, es el
norte ambicionado. En el entendido, que en la apropiación de las diversas
legislaciones positivas y las prácticas jurídicas se enlazan los actos legales, puedo
inferir, que estos permiten alcanzar las singularidades del contenido matrimonial,
para ambos contrayentes y frente a terceros. Con esto en mente, el artículo 77
constitucional, preceptuado en el año 1.999, afianza al matrimonio como
institución, resultando ser el cimiento necesario y punto de partida que establece
las regulaciones en materias particulares y equivalentes, a tales digresiones, la
sala constitucional, actuando como último interprete de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, acatando la demanda del accionante,
actuando como apoderado de su cliente, la señora Carmela Mampieri Giuliani,
interpone un colorario, justificando en sus efectos a la institución matrimonial, con
el fin de robustecer y así controvertir cualquier otra categoría que señala
análogamente en el artículo 77, el matrimonio ocasiona efectos Legales, partiendo
de la óptica que se motiva con naturaleza ética, por lo cual, legalmente ha de
cumplir imposiciones y facultades lícitas, además de disposiciones oficiales que
germinan al instituirse como núcleo de la condición marital, prometiendo deberes y
derechos típicos elementales y prescritos de forma notoria, eximentes del
reconocimiento de las partes interesadas, por otro lado, ha de existir intenciones
bilaterales, que incumben solo al consorte frente a su mujer y a ésta con respecto
a aquel, en las que se encierran coexistencia, lealtad, amparo, asistencia y
seguridad de manera precisa, por último, igual cabe señalar la utilización alterna
del apellido del esposo.

Ahora bien, En cuanto a los posibles efectos civiles del matrimonio, es necesario
para que surtan efecto, que una sentencia definitivamente firme la reconozca,
siendo esto, la relación excluyente de otras con iguales características. Así lo
expresa la Sala del TSJ., Estos efectos serán lógicos, admitiendo que, los
resultados jurídicos que establece el matrimonio, pueden dividirse en dos clases
primordiales: efectos personales entre cónyuges, que no son otros que, los
expuestos en deberes y derechos conyugales manifestadas en la promesa de
solidaridad; y respecto a los hijos la Patria Potestad y efectos patrimoniales que en
síntesis apuntan al régimen patrimonial, de forma lógica las obligaciones
repercuten con efectos legales, cimentadas en acuerdos y aptitudes legitimas
entre otras, con extractos indicados en los textos reglamentarios, un ejemplo claro,
lo fundamentado el artículo 767 del Código Civil, que manifiesta la presunción de
bienes comunes, de manera que, para que los efectos legales se materialicen han
de ser inventariados y divididos conforme al agrado ecuánime, siguiendo lo
preceptivo y adherido a la Ley, esta iniciativa nace del Derecho Positivo, por lo que
las partes son sometidas en su proceder al apego de las mismas.

Este punto investigativo, se puede destacar observando ahora la unión estable


de hecho, una categoría, que involucra especies, lo importante resulta cuando
esta distinción, presenta cualidades de espontaneidad, además de
particularidades fácticas o de hechos entre un hombre y una mujer, que le
conceden amparo, como se reza el artículo 77, de nuestra Ley fundamental. Por
ello trasciende, a tal punto de compenetrarse al Derecho de Familia, por el
potencial presunto de cognación, en vía constructiva, es lo que amerita el análisis,
para descifrar al alcance de sus efectos. El legislador, presentó este valioso
artilugio homologando su impacto igual que el matrimonio, sin embargo, hasta la
fecha no existe una Ley especial que regule dicha materia. Por ello existe
disparidad en sus efectos y presentan choques pertinentes con nuestras leyes
subsidiarias, es decir, no hay un compendio legal en nuestro andamiaje
reglamentario que permita robustecer y dar celeridad a la integridad del texto
estatuario, por lo que disyuntivas presentadas serán resueltas con jurisprudencias
y/o derecho comparado. Vale definir, para comprenderla: “La unión estable de
hecho, es la cohabitación o vida en común, elemento que puede ser sustituido por
la convivencia en visitas constantes, socorro mutuo, ayuda económica reiterada,
vida social conjunta, e hijos, entre un hombre y una mujer, sin impedimentos para
contraer matrimonio, tal unión será con carácter de permanencia (dos años
mínimo), y que la pareja sea soltera, formada por divorciados o viudos entre sí o
con solteros, sin que existan impedimentos dirimentes que impidan el matrimonio.
Ahora bien, contraviene el texto legal, ya que, en los objetivos de la unión estable
de hecho, no tiene establecidas obligatoriedades entre las parejas que se unen,
dado que, al hecho de establecer la formalidad necesaria, bastaría con entender y
consentir el nexo, por supuesto, mostrar apariencia afectuosa, corporal, y
dispositiva, condiciones que infieran, la obligación de auxilio reciproco y por otra
parte la negativa de beneficiarse del apellido de su amado, pues
independientemente de tomarlo como medida personal de identificación no varía
en ningún aspecto el estado civil, ya que la personalidad de la cónyuge en este
caso particular no se trastoca frente a terceros naturales y/o jurídicos. Claro que
esto no lo explica todo, hay que añadir, que jurídicamente no se producen
resultados favorables que supone la existencia de bigamia, sea otro caso los
problemas que pudiesen presentarse al momento del refrendo y/o solicitudes de
acta matrimonial, esta revisión distingue las consecuencias derivadas a las
inobservancias de reglas que ocasionan el divorcio, además de diligencias
concernientes a efectuar capitulaciones matrimoniales, entre otras.

El Matrimonio, como institución fomenta y vigoriza al Derecho de Familia, sin


embargo con la dinámica de los pueblos y el Derecho mismo, se produce
eventualidades que al ser repetitivas y permisibles se convierten en fuentes, la
misma se denominan costumbres y se presentan como principios extralegal, es un
mecanismo que al área de Derecho, le resulta vital escudarse, ya que como
sucede en diversos campos, lo dilemas aparecen de forma imprevisible, en lo que
respecta al Derecho Civil y Familia, la materia no evade esas contingencias. Por
ello se originan circunstancias, ejemplificadas como la unión estable de hecho, la
sentencia 1682, presenta contravenciones de normas y posturas que se necesitan
ajustar, para dar celeridad al requerimiento de partes interesadas y con ello
sufragar dudas, ya que, mientras no existan Leyes especiales en la materia en
disputa, esto siempre sucederá. El Derecho Civil y Familia representa un factor
social, puesto que las afecciones revisten significativa importancia al ser humano
en su conjunto, independientemente del lugar y espacio donde sea localizado. Al
incorporar la unión estable de hecho al texto constitucional, obviamente se
consolida el ánimo de mostrar una opción aislada de la institucional e histórica
representada en el matrimonio e impulsa la estructura del Derecho de Familia,
tonificándola con otro artilugio para su apéndice. Recapitulando al tema que
ocupa, la Sentencia, que en las pretensiones del apoderado de la señora
MAMPIERI GIULIANI, es un claro ejemplo de las consecuencias negativas y
procedimentales, que requieren la dimensión de interponer apelativos, sin estudios
minuciosos de su repercusión, ya que la complejidad de los problemas que se
puedan presentar en cuanto a efectos, se convierte en herramientas inadecuada
para su abordaje y pudieras trastocar la estructura ya constituida si se busca la
inmediatez positiva o por el contrario, se ejercería el Derecho apelando a
jurisprudencia y estudios comparados para adecuarlos en la actualidad, así
entonces, se debería luego de hacer modificación o creación de preceptos,
normar todas los estatutos adheridos a la brevedad posible y evaluar los
escenarios inimaginables que modelen abordaje de tales situaciones triviales.

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