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COMPETENCIAS DE LOS DOCENTES PARA DESARROLLAR PROYECTOS DE

GESTIÓN ACADÉMICA

Los docentes debido a su reconocimiento y deber social, deben desarrollar una actitud
constructiva y creadora en su quehacer a la hora de desarrollar proyectos de gestión
académica, que incida en su manera de enseñar, encaminando la teoría y su práctica
educativa desde la reflexión crítica y el desarrollo de actitudes colaborativas.

Si tomamos como base el concepto de competencia de Perrenaud (1998) y el Modelo de


Gestión por Competencias propuesto por el MEN, implementado actualmente en nuestras
instituciones educativas, podemos examinar cuales son las competencias adicionales
necesarias para el docente actual y su gestión académica.

Dichas competencias deben incluir un conocimiento del entorno de la institución y de sus


estudiantes, la reflexión constante sobre la práctica desarrollada y por desarrollar, con una
marcada actitud autocrítica y evaluación profesional, así como la flexibilidad y adaptación
a los cambios. El docente debe poseer una gran capacidad de iniciativa y toma de
decisiones, ser capaz de trabajar en equipo, desde el compromiso ético. Así mismo, éste
docente debe capacitarse constantemente y afrontar las innovaciones con destreza, poseer
orden y planificación, que le blinden con una resistencia a la frustración y le doten de
resiliencia.

Por otro lado el docente debe estar abierto al debate y tener la capacidad para estimular a
sus estudiantes, poniendo en práctica estrategias y didácticas, siendo innovador, probando
cosas nuevas sin miedo de usar objetos virtuales de aprendizaje y otras herramientas
aplícales a la educación, es decir, el docente debe convertirse en un entusiasta de las TIC.
También el docente debe fortalecer su competencia social, superando el entorno físico
propio y llevándolo a los ambientes del estudiante y su institución, además convertirse en
un “influencer” con una imagen positiva de sí mismo y de lo que pretende enseñar.

Éste docente asumirá la integración conceptual, curricular y personal desde proyectos de


gestión y secuencias contextualizadas pero globalizadoras encaminadas hacia acciones de
cambio para la comunidad de su institución.
En esta enunciación de competencias para los docentes, no podemos olvidar sus
competencias básicas como la responsabilidad, ser organizado, la buena comunicación oral
y escrita, dominio de su área de conocimiento, habilidades interpersonales, resolución de
problemas y razonamiento lógico y crítico, entre otras. Sin embargo se requiere más que
eso, el docente con capacidad de gestión debe tener mentalidad de líder a la hora de
gestionar sus proyectos, replanteando la organización del centro educativo, deconstruyendo
el PEI, pasando por la organización y gestión de todos los recursos, hasta la práctica
docente para un correcto desarrollo, además la gestión pedagógica del docente va más allá
de la estructura organizativa de su clase , ya que sus acciones y decisiones toman un gran
peso en la éxito de los fines, metas y objetivos planteados.

El gestionar proyectos, implica tener conciencia sobre la importancia que tiene el trabajo
colaborativo en equipo, dejando de lado intereses propios y ayuda a afrontar los cambios.
Es por eso que la gestión del docente, también debe encaminarse a mudar hacia una
escuela más amable, para una mejor adaptabilidad a ella, es decir una gestión que lleve la
escuela con referencias a las posibilidades de éxito en el futuro.

Éste ejercicio de gestionar proyectos de gestión requiere, por un lado, el inducir en otros el
proceso continuo de mejoramiento y, por otro, estar en posición de influir para producir la
innovación. Su esencia se centra en los siguientes aspectos: la toma de decisiones, la
motivación y el empuje de los agentes educativos en la innovación educativa.

En resumen, la gestión del docente está en los proyectos de gestión para la escuela misma
y no en la persona y practica del docente por separado, los proyectos de gestión deben ser
un todo que ha de construir su propia capacidad pedagógica, buscando transformar
permanentemente la organización de la institución educativa, mejorando la educación
ofrecida, en un gestión centrada en el aprendizaje del estudiante, de la labor docente y de la
propia escuela como organización. Las consecuencias exitosas de los proyectos de gestión,
dependerán tanto de las prácticas desarrolladas, como del liderazgo compartido.

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