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Una breve mirada a las variaciones lingüísticas del español

Por Laura Cristina Castañeda Hoyos

En el capítulo 7 del libro Introducción a la Lingüística Hispana, una colaboración de José Ignacio

Hualde, Antxon Olarrea, Anna María Escobar y Catherine E. Travis, en su 2da edición de la

Universidad de Cambridge, se habla sobre las variaciones del español, y cuáles son los criterios

que influyen en la diversificación lingüística.

Si bien es cierto que el español es una de las cinco lenguas más habladas en el mundo, puede

decirse con total confianza que no todas las personas lo hablan de la misma forma. La lengua es

un producto de relaciones geográficas, sociales, políticas e históricas de sus hablantes y quienes

están en contacto entre sí tienden a compartir características lingüísticas. A este fenómeno se le

llama variación de la lengua y se presenta porque hay una cierta homogeneidad entre los

dialectos de una misma lengua, lo que permite que haya cierta flexibilidad en su uso, incluso

dentro del mismo grupo.

A este respecto, se puede mencionar que el habla exhibe las características lingüísticas propias

del grupo social al que pertenece el hablante en el espectro social de su comunidad, así, el idioma

que habla un individuo de una clase baja es bastante diferente del que habla alguien que

pertenece a una clase alta. Sin embargo, hay dos tipos de variaciones que son comunes a todos

los miembros del mismo grupo, la variedad estandarizada escrita y la variedad educada oral o

norma culta oral. Cabe resaltar que esta última corresponde con la variedad que se habla en la

clase alta, el acrolecto.

Dentro del español, se presentan grandes diferencias, sobre todo debido a la separación

geográfica y por razones políticas. No es lo mismo el español que se habla en España al que se
habla en Hispanoamérica, como tampoco es lo mismo el español que se habla en Buenos Aires al

de Bogotá.

De esta forma, podemos mencionar los principales dialectos del español de España como el

andaluz y el castellano, también conocido como centronorteño y considerada la más

conservadora de las variedades dialectales del español, además del canario, hablado

exclusivamente en las Islas Canarias. En Hispanoamérica debe hacerse una distinción entre el

español mexicano y centroamericano del andino y el del cono sur, que a su vez, se divide en

paraguayo, porteño y chileno.

Cabe resaltar también una variedad del español, el sefario o judeoespañol, que nace gracias a la

expulsión de los judíos españoles en los siglos XV y XVII y que se trasladaron de Portugal

(donde fueron nuevamente expulsados) al norte de África, a lo largo del Mediterráneo y a

territorios del Imperio Otomano, así estuvieron expuestos a diversas lenguas como el turco, el

búlgaro, el griego y otros, además del árabe y el hebreo.

También hay que considerar las variedades de la lengua que se dan del contacto con otras, por

ejemplo, en varios países de Hispanoamérica, el español está en contacto con lenguas amerindias

como el maya, el quechua o el guaraní, en España con el catalán, el vasco o el gallego, y no

podemos dejar de mencionar el español en contacto con el inglés, mayormente en Estados

Unidos.

Esto no se considera explícitamente bilingüismo, porque estar en contacto con otras lenguas no

significa que se dominan las dos del todo, pero gran parte de las personas que están contacto con

dos o más lenguas presentan características lingüísticas únicas, desde la capacidad de dominar
todas las lenguas con las que están en contacto, hasta de crear un nuevo código que sólo tiene

sentido para aquellos que son parte de éste.

El que una lengua esté en contacto con la otra puede traer, por desgracia, que una de ellas—

generalmente, la de menos prestigio—pueda caer en el olvido. Muchas veces las autoridades son

incapaces de promover programas para su conservación y los pocos que hay no dan abasto para

cubrir la gran variedad de lenguas que existen. Las personas que las hablan al entrar en contacto

con otra, por ejemplo el español, pueden tomar la decisión de no usarla más, quizás porque no es

conveniente o porque al relacionarse con monolingües sienten la presión de sólo usar español y

al pasar de generación, no sienten la necesidad de inculcarla con sus hijos. Esto es bastante

común y es una de las razones por las que muchas lenguas han desaparecido.

Las variaciones lingüísticas dan cuenta de la historia que permea a un grupo cultural en

específico y hasta pueden dar pistas de cuál será su futuro lingüístico. Son parte de la identidad

individual y colectiva y brindan un sentido de pertenecía, y por tal, deben ser debidamente

investigadas, analizadas y conservadas.

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