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  LA POESIA AFROCUBANA EN LAS  


CANCIONES DE  RICARDO RAY  Y   BOBBY
CRUZ

Ricardo Ray en Cali, Colombia 1978


Fotógrafo Carlos(?)
 
Por: Alfonso Nieto G.
aroseni.alfonso@gmail.com
Colaborador de Herecia Latina
Bogotá-Colombia
 
 
 
 En memoria a la dulzura, la alegría, el entusiasmo,
la comprensión y el amor total:                          
PERLITA (14 febrero 2002- 20 julio 2013)
  
 
 Nota de presentación: recuento.
 

    En octubre de 1982 Alfonso Nieto G. escribe

el ensayo “La Poesía Afrocubana en las


Canciones de Richie Ray y Bobby Cruz”  como

un aporte  al estudio de la influencia de la 

diáspora africana en la consolidación las

músicas populares caribeñas y muy

especialmente  en este caso específico en el

vibrante boogaloo, que se podría definir como la

célula básica más autentica, original  y

generatriz de lo que vendría a llamarse

posteriormente salsa. “La Poesía Afrocubana en

las Canciones de Richie Ray y Bobby Cruz” fue

parcialmente publicado en Lecturas

Dominicales del Periódico El Tiempo[1] y del

mismo se dictó una conferencia en la Charla de

los Miércoles de Quiebracanto[2] que se


acompañó de un breve resumen editado en los

Cuadernos Rodantes[3]. En el año de 1985 se

publicó sin la bibliografía en la revista cultural

Nuestra América Mestiza con ilustraciones y

diseños de Socorrida y José Acevedo[4].

    La edición actual está revisada, ampliada y

se acompaña del análisis de dos temas más:

“Yare Changó” y “Lo Atará la Arache”, que para

1982 no se habían incluido a la vez que se

amplía la bibliografía, se presenta un glosario

de términos  e igualmente se referencia  la

discografía con autores, fecha de la edición

discográfica y en lo posible los músicos que


acompañaron a los REYES DE LA SALSA en

estas grabaciones.   

Introducción

    La música popular antillana y  la hoy

conocida como SALSA, día a día en nuestro

medio cobra múltiples adeptos y es de todos

sabido la alta influencia africana en esta

música, que no solo se da en el aporte rítmico-

musical, sino, que también involucra de forma

muy notoria y especialmente en sus letras,

aspectos cosmogónicos del negro en América.

De ahí surge la idea de buscar la mayor


información posible, acerca de la  manifestación

ritual afroamericana en las muchas canciones,

que en ritmo de salsa se expresan por doquier.

    La isla de Cuba desde comienzos del siglo

XX, ha ejercido una altísima influencia musical

en Latinoamérica y es precisamente en Cuba,

donde se han perpetuado con mayor

acentuación, en comparación a las otras

regiones hispanoparlantes en América, las ex-

presiones ya amulatadas, ya sincréticas, ya

transculturadas… de los aspectos étnico-

religiosos de los legados africanos introducidos

allí  como esclavos.


   El presente trabajo es una complementación

al estudio "Eleguá Quiere Tambó -Cosmovisión

religiosa afrocubana en las canciones

populares-" realizado por la cubana Isabel

Castellanos Córdoba[5]  y el interés

fundamental es el de permitirnos un

acercamiento más claro -hasta donde nos es

posible- y a forma de introducción,  a los

factores afrocaribes implicados en la letra de

algunas canciones de los popularísimos y

creativos Ricardo Ray y Bobby Cruz,  clásicos e

insuperables interpretes en el mundo musical

de la salsa.
 

Ada´gi gbongo yena: “El que hace fuego con

una ramita para calentarse”

                                                                              

             (‘Oriki’ yoruba a  Changó)

   La voz de Bobby Cruz transcurre

momentánea sobre los trajes multicolores de los

que bailan arrebatados o de los que se

embriagan lentamente mientras dejan columpiar

su mente en el fuego inmarcesible de la

trompeta y de la agresividad del piano de

Ricardo Ray, que mágico los traslada a todos

los tiempos…
   Richie Ray comienza la 'rumba'

desbordándose sobre el blanquinegro teclado

produciendo sonidos de encendidos colores

tropicales y el viento del tambor percute

incansable trayéndonos el sonido milenario de

las selvas africanas, los cuerpos ahí comienzan

a llamar su sangre con un ritmo que invade de

sabor, de azúcar, de ola caribeña el calor de

sus pieles.  Entonces el viejo Bobby se deja oír

y su canto pronuncia:

"Cabo Eee Cabo Eee ..."

 
y el 'combo' sigue bailando sin aproximarse

siquiera a intuir que

ese CABO E de Ricardo Ray reproduce en su

letra un Oru lucumí

de Eyá Aránla de los ritos santeros

afrocubanos .       

   Los lucumí (negros provenientes del antiguo

reino de Ulkamí –Reino reportado por O.Dapper

en el año de 1.668 [6]- habitantes de la zona

occidental de Nigeria), o Yoruba, marcaron

característicamente la amalgama musical

cubana. Negros pertenecientes a esta cultura

crearon en Cuba el sincretismo llamado


"REGLA DE OCHA”, en el cual asociaron el

nombre de los Santos católicos al de las

deidades Yoruba llamadas Orisha (asociación

hecha por la similitud de virtudes y poderes

encontrados por los lucumí en el santoral

católico), de ahí que en Cuba a este sincretismo

se le llame también Santería.

   Los legados Yoruba en Cuba mantuvieron

viva su tradición oral y ritual, a pesar de la gran

persecución dominante ejercida por los blancos

y es precisamente en la expresión musical reli-

giosa donde se perpetúa vivificándose,

constantemente, como si se bañara en un claro


y profundo manantial, la música popular

cubana. Estas hermosas manifestaciones

musicales 'santeras' van desde los llamados

súyere, que son cantos hechos por el babalao

o sacerdote en voz baja y que se dirigen a un

Oricha o específicamente a una letra del Ifá

(Tablero de Orúla - sistema adivinatorio

Yoruba-), hasta los toques sagrados de tambor

batá (Tambores parlantes, ambipercusivos,

bimenbranófonos y de forma clepsídrica)[7].

   Los ritos lucumí de carácter colectivo son una

serie de himnos y toques rituales a los dioses,

que reciben el nombre de Oru, que quiere decir


conversación (de la palabra oro, hablar en

yoruba), estos Oru son de tres clases y así lo

describe Fernando Ortíz [8]:

l. Oru de solo canto o a voces solas, sin

tambores y sin bailes, usado en la consagración

a los nuevos fieles o iniciados.

2. Oru de solo tambores (batá), sin canto y sin

baile, llamado "Oru de Igbodu". Se realiza para

conversar con los Orichás o santos y solo se

pueden interpretar en el sagrario del Ilé-ochá 

(casa de santo) o igbodún.

3. Oru de tambores, cantos y bailes, que se

pueden interpretar en el Eyá Aránla (sala en el


Ilé-ochá) o en el Iban Baló (patio en el Ilé-

Ochá). Estos Oru son empleados para hacer

'bajar' al santo, es decir para buscar la

“posesión” por parte del Orisha  del que es hijo

el consagrado o iniciado (el iyawo).

   Así ese delicioso y contoneante

desdoblamiento de las trompetas y la fuerza

compulsiva del piano de Richie Ray en “CABO

E” reproduce con su letra, un Oru de eyá aránla,

que en Cuba se popularizó con el nombre

errado de "Rumba de Changó" y que, an-

teriormente Celia Cruz acompañada por los

coros yoruba y percusión batá, interpretara con


el título de "CHANGÓ". En el oímos claramente:

                                   Cabo e, Cabo e, Cabo e

                                   Kabiosile O

                                   (se repite varias veces)

                                   Uré ure  kore iroko

                                   Iroko re ké ké

                                   alapa ile kori

abaña

                                   abaña mititi

                                   Olu kosa a la

malale
                                   a ina ugagá   

                                   kauo

                                   a ina ugagá

                                   kauo

                                   a ina ugagá

                                   kauo Changó

                                   a ina ugagá

                                 

(Changó - Celia Cruz)

     La letra de la mal llamada “Rumba de

Changó”, reportada por F. Ortíz:


                                   "Ure ure kore iroko

                                     iroko ro ke ke

                                     ara baiña ori

abaña

                                     abaña mi titi

                                     olu koso lola

kesa

                                     guo a ina ugagá

                                     mabu a ina

ugagá

                                     mabu a ina…” [9]


   Y en el arreglo musical, que hace Ricardo R.,

parte de la letra manifiesta:

                                     Cabo e, Cabo e, Cabo e 

                                     Kabiosile O

                                     (se  repite varias 

veces)

                                     la reina del

guaguancó

                                     y que ina me

llama ma' Changó

                                     a ina ugagá

                                     pum catapum


viva changó

                                     a ina ugagá

                                                          

                  ( de “Cabo E” )

y después de un viaje rítmico acompañado por

el piano, oímos al final la voz de Bobby en un

loco frenesí casi infinito :

                                     kabio que e mira

Changó

                                     a ina ugagá

                                     bao
                                     a ina ugagá

                                     bao

                                     a ina u gaga

                                    Changó

                                    a ina ugagá

                                    (se repiten estas dos

últimas frases cuatro veces más)

                  

( de “Cabo E” )

   El dios Changó de los yoruba, es

constantemente referido en las letras de la

música popular cubana y en la SALSA.


   Y esta canción es un saludo reverencial al

dios del fuego, poderoso y grandísimo señor:

Changó.   

   Cabo e es contracción de Kabiosile que es un

saludo a Changó.

   Ina, ainá Lydia Cabrera[10] lo reporta como

“candela, fuego, sol”. 

   Gaga o gagá es “grandísimo”[11]

   Kawo –kauo, guo, bao -por criollización o

modismos del lenguaje bozal y también por la

interpretación personal del que canta- quiere

decir “grande y poderoso señor”[12].


   Changó es la deidad yoruba de la virilidad, la

fuerza, el rayo y el trueno. Es el dios de la

poesía y el baile, de la creatividad, la

inspiración; además es el dueño del fuego

libertario. Sus colores son el rojo y el blanco.

    Muchas de las creaciones y arreglos

musicales del "embajador del piano" nos

reportan, insistentemente el nombre y el poder

de Changó:

                        

…..................................................

                                    "… y más vale que me

dejes
                                    que a mí Changó

me protege.

                                    Changó con sus

siete tiros

                                    Changó  siempre

me protege.

                                   

…..................................................

                                    y más vale que

me dejes, mi vida me dejes

                                    que a mí Changó

me protege " [13]


   

( del “Guaguancó Raro” )

podemos ver claramente que Changó aquí, es

enunciado, como fuerza protectora del amor

masculino. L. Cabrera[14]  escribe un rezo de

una lyalochá (sacerdotisa)  a Changó... “Santa

Bárbara bendita, con fe te pedimos tus hijos,

salud y prosperidad. Evítanos todo lo malo,

evítanos accidentes, quítanos enemigos, si

algunos podemos tener, y danos tu bendición

en él nombre de Dios”.  Changó el orisha

protector del deseo y del amor masculino, tam-

bién es protector contra el “ataque” de


enemigos.

   En la santería Changó es identificado con

Santa Bárbara - la virgen de las tempestades, 

la protectora de los marineros y bucaneros -. Y

en el "Guaguancó Raro" exclama B. Cruz:

“Chango con sus siete tiros”, al parecer se

enuncia a Changó  como la deidad Siete Rayos

o Insancio, también identificada con Sta.

Bárbara por los mayombes o majumbes

(practicantes de los ritos congo en Cuba)[15]. 

   Miki Vimari –Migna Luz Rosas Medina-, una

de las muy esporádicas vocalistas en la orques-

ta de 'Richie', interpretaría al fuego templado de


los cobres y del bramido caluroso del

percutiente tambor, junto a Bobby Cruz:

                            

…..................................................

                                     “Ay que estoy

cantándole a

Kabiosile                                               

                                     Un tumbao de

guaguancó

                                    Eh, que Chacha

me huele y me huele
                                    Chacha me huele

a Changó         

                                  

…..................................................

                                    Chacha huele

Changó

                                    Chacha huele

Changó

                                    Ay Chacha

Bakosó 

                                    dime Chacha

Chacha Bakosó”
                                  

…..................................................

                                                                          

(de “Chacha Huele a Changó”)

   Aquí, se saluda a Changó ( Kabiosile, saludo

dirigido a Changó y que dice "aquí no ha

pasado nada"[16], también se puede exclamar

¡Kabiesile![17]  y se refiere fundamentalmente

a Chacha como una hija del oricha Changó, es

decir , como una consagrada al dios del trueno.

Lydia Cabrera en libro El Monte[18]  nos narra

las actitudes contradictorias en que entra

Changó cuando su hijo es de sexo femenino, ya


que Changó es eminentemente gallardo y

varonil…y le disgusta muchísimo vestir con

faldas.

   Son múltiples las leyendas y episodios de

Changó, uno de ellos lo identifica como el Oba

(Rey) del viejo Oyó en Nigeria “Changó Oyó so”

donde era un brujo temidísimo y tirano que

cuando se disgustaba, lanzaba fuego por los

ojos, la nariz, la boca y su voz entonces era la

del trueno. Un día sus familiares y vasallos

cansados deciden conspirar contra él y éste al

darse cuenta opta por ahorcarse en una ceiba,

pero este es un episodio oculto, no tiene porque


saberse…”Oba Koso”, que se traduce como el

Rey o Señor de Koso, la tradición dice que

Changó al verse rechazado por su pueblo huye

desesperado de Oyó  a la selva  donde se

pierde y  al verse solo y abandonado se ahorca

en un árbol de ayán, su esclavo lo encuentra

muerto y avisa en Oyó de la muerte de Changó

y los sacerdotes y nobles al  oír la noticia van

en busca de su cuerpo pero encuentran bajo el

árbol un hueco y oyen que Changó les habla,

regresan y avisan al pueblo que el rey no está

muerto, no se ha ahorcado y que ahora es un

Dios y muchos se burlaron, ocurriendo una

serie de eventos como caídas de piedras de


fuego que incendian la ciudad  ocasionando 

muchos muertos, por lo que los sacerdotes

dicen: “Shango no se ahorcó. Shango se hizo

un Orisha. Vea lo que estos malos hombres han

traído sobre ustedes por su incredulidad. Él

está enojado porque ellos se rieron de él, y ha

quemado sus casas con sus ardientes piedras

porque ustedes no reivindicaron su honor”, así

sobre el hueco se hace un templo en su honor y

a su alrededor crece la ciudad de Kuso  por lo

cual, Changó se hace eterno y  es rey de Koso:

Oba Koso:  “El Rey no se ha colgado” [19]. Este

es uno de los diecisiete nombres de Changó

con el cual se identifica a Chacha, es decir


Chacha por el camino de ¡Changó  Oba Koso!.

También Oba Koso es un Oriki (es el nombre o

llamamiento musical. De Ori: cabeza y de Iki:

salutación[20]) a Changó[21].

   La música de Ricardo Ray no se estaciona

exclusivamente en el Orisha Changó, si no que

nos transporta mágica a otras situaciones a

otros santos:

                                    "Yo soy Babalú

                                     camino Arará

                                     y con mi trabajo

                                     la tierra temblá


                                 

…..................................................

                                    pero a tí no te

entra na´

                                    yo siempre te

estoy cuidando

              

                                          pa´ que no

te .pase na´

                                   

…..................................................

                                   Ay que soy con mi


perro

                                   cojo mi muleta

                                   me pongo mi capa

                                   y camino

pa'llá        .

                                   y en cuanto yo

llegue todo se te irá

                                   todo se te irá y pa'

quién lo tira´ "

                                   

…..................................................

                                                                       (de:
“Yo soy Babalú”)

    Esta deidad "Babalú Ayé", es la dadora de

las enfermedades y en Nigeria, recibe el

nombre de Chakpana, Chokpono, Sobona o

Sakpana. Nos dice al respecto Angelina

Pollak[22]: "Sakpana es una deidad terrestre y

los Yoruba piensan que causa la viruela. Du-

rante mucho tiempo se temió a los sacerdotes

de este culto, pues se les acusaba de causar

epidemias. Ellos exigían todos los bienes de las

personas muertas de viruela, porque sólo ellos

tenían el derecho de enterrar a los muertos de

una enfermedad contagiosa". Babalú Ayé es el


dios que da y quita las enfermedades, en el sin-

cretismo es representado por San Lázaro.

   En este canto, cuyos autores son los

populares "Celina y Reutilio", observamos la

clara referencia al "camino Arará ", que es una

de las “reglas” religiosas que formaron y

crearon los negros en Cuba. La regla "Arará" es

la expresión de culto de los negros provenientes

de la Costa de Oro, generalmente del grupo

Ewe-Tshi y específicamente de los Dahomes

(dahomeyanos) quienes recibirían el nombre de

ararás[23], claro está,  que al referirse en la

canción al camino Arará, se está hablando del


origen dahomeyano de Babalú-Ayé, ya que el

nombre Sakpana nunca se utiliza en la santería.

Isaac Barreal especifica[24]: “El carácter

dahomeyano de Babalú-Ayé está presente en el

culto en diversos aspectos. Así, si una persona

que ha recibido la deidad dentro del ritual

santero quiere fortalecer su relación con la

misma, deberá recibirla también dentro del rito

arará, en una casa templo de este grupo”

   Y sigue el canto y el repique tintineante del

tambor:

                                    " y con mi trabajo la tierra

temblá "
éste "tierra tiembla" se puede tomar como un

simbolismo de alto poder, de manutención, de

fuerza infinita (es el poder mismo de dominar la

naturaleza hasta hacerla sacudir), aunque

también se le puede confundir con la deidad de

los mayomberos  “Tiembla Tierra”, que está

altamente identificada con el dios Obatalá

(deidad de la pureza , la esperanza, padre y

madre de muchos Orichás) de los lucumí en la

santería y que en el sincretismo se representa

tanto en un culto como en el otro, con la 'Virgen

de las Mercedes'. Sin embargo en los ritos 

congos,  llamados REGLA DE PALO, Babalú-

Ayé se equipara al “Viejo Luleno”  es decir el


'hombre de las muletas' y también es

representado por San Lázaro[25].

 “Yo siempre te estoy cuidando pa'que no te

entre ni pase na´” yo siempre te protejo, te

inmunizo contra cualquier mal, “Las en-

fermedades a ti no”  y por último el canto hace

referencias a los atributos de Babalú-Ayé: el

'hombre de las muletas', con el “perro” y “con la

capa”, que casi siempre es de color negro - su

color preferido -, aunque también se le

representa con atuendos de variados colores.

Su collar está formado por cuencas de color

blanco atravesadas longitudinalmente por rayas


de color azul. En otras representaciones se le

muestra con el ja  " que es una escobilla o

mazo de ' varetas ' de palma de corojo atadas

en su empuñadura con cordeles adornados de

caracoles”[26].

   Los cantos al poderoso Babalú Ayé del

conocido Ricardo “Richie” Ray, no se

manifiestan exclusivamente  en “Yo Soy

Babalú”, sino que también vemos parte de la

letra de eyá aránla a esta deidad en el “Baba

Coroco”, observemos:

                                    “ Babaé , Baba Coroco

                                     Babaé, Baba


Coroco

                                     Babalú Ayé

iyambo Koré       ,

                                    Baba , sile , sile

                                  

…..................................................

                                   yo we ta maru fiña

magüe"

                                                                        

(de “Baba Coroco” )

     Reporta don Fernando Ortíz (III-Toque y

canto de Eyá Aranla a Babalú Ayé)[27]: 


                                   “Babae agua soronso

                                    Babae

                                    Baba Orisa

soronso

                                    Baba chire –

chire…”

ahora, si transcribimos la letra del llamado

Babalú Ayé interpretado por Celia  Cruz, los

Coros Yoruba y Percusión Batá, encontramos:

                                    Babaé Baba soroso

                                    Babaé Baba

soroso 
                                    Babalú Ayé

Iyanfo moré

                                    Baba sire  sire

                   

……………………………….    

                                   Sirere sirere

mombá

                                   mamba  sire  sire

                                  

……………………………….       

                                   Toe su güe amarú

fiña magüe       
                                   Toe  su güe 

amarú fiña magüe

                                   amarú fiña magüe

- amarú fiña magüe

                                   Toe su güe amarú

fiña magüe

                                                

                                (de “Babalú Ayé interp.

Celia Cruz)

lo cual nos demuestra claramente que el “Baba

Coroco” de Ricardo Ray es un canto santero a


Babalú Ayé, disfrazado modernamente de

“salsa” y templado en el absoluto viento de los

cobres…y dice el canto:

                                    “Oré ore kore Iroko

                                    Iroko ro ké  ké

                                    Alapa ire kore

apaña 

                                    Apaña omi fefé”

                   

                                                             (de

“Baba Coroco”)

letra esta, de amplia semejanza con la letra


antes expuesta, para uno de los toques de Eyá

Aránla a Changó, la mal llamada “rumbita o

rumba de Changó”. Esta forma de hacer

´revueltos rituales´ es muy común en la salsa,

por eso más adelante oímos:

                                    “Que yo le canto a mi

santo

                                     Que es San

Miguel

                                     Oh ta maru fiña

magüe         

                                   
……………………………

                                     A Baba Coroco

le digo fiña Magüe

                                    yo we ta maru

fiña magüe

                                    que llamen pa los

antojos
                                    a San Miguel ”

                                                                  (de

“Baba Coroco”)

así, en "Baba Coroco" , se le canta inicialmente

a Babalú Ayé , se menciona un canto a Changó

y por último se nombra a San Miguel, que en el

sincretismo, representa a la deidad yoruba

Agayú, corno lo veremos más adelante .

    Y Bobby Cruz se levanta silencioso y erguido,

su garganta se inflama de alegría... Entonces

canta :

                                     Agayú Solá

                                     préstame tu
 
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Herencia Latina
Edición Marzo-Abril 2014
 

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