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GATES, ROMÁN

EL MAPA SOCIOLINGÜÍSTICO

…En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una
sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con
el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos
levantaron un Mapa del Imperio que tenía el tamaño del Imperio y coincidía
puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones
Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron
a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran
despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el
País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.

BORGES, J. L (1960) “Del rigor en la ciencia” en El hacedor

Qué es el lenguaje sino el arte de la cartografía misma que en el


instante mismo de su expresión por parte de un sujeto (discursivo o
empírico) no hace más que intencionar fronteras lingüísticas: todo decir
es a la vez un no no-decir, y como tal es un instante en el que se instaura
el trazado de un mapa capaz de expandir y contraer territorios. Y si todo
acto es intención y toda intención es un recorte que siempre se pone en
evidencia en el acontecimiento mismo del acto de simbolizar a través del
lenguaje dado que de éste todo mana y todo habita (Heidegger), es posible
entender que es el sujeto quien habilitará cierta cartografía de su propia
sociedad y la trazará lo más auténticamente posible en tanto y en cuanto
la explore con la brújula de una hermenéutica del diálogo yo-tú (Buber)
para aceptar al Otro desde la diferencia, como portador de una variedad
sociolingüística y habitante de un territorio que no siempre tiene porqué
estar formado por las estructuras de la urbanización propias y esperadas,
sino por qué no entender que puede ser un campo dispuesto por llanos,
mesetas, zonas áridas y fértiles que lo hacen un sujeto, existencia de su
cartografía extensiva a otros sujetos. Conocerlo es conocer que el Otro-
es-sujeto.

Pero en especial hay algo en este territorio de lo Real que es


anhelado por éste y que le permite encontrarse con su sociedad, un
GATES, ROMÁN

habitáculo que es más que una cacofonía de sucesos sino es el suceso


que lo entrama a su mapa, a su conciencia de ser-en-el-mundo: la casa,
ese espacio onírico interior al punto tal de ser poéticamente “(...) nuestro
rincón del mundo (...) nuestro primer universo. Es realmente un cosmos”
(Bachelard) y como tal fenomenológicamente es una morada que
continuamente busca ser explorada en su esencia (epojé), dado que allí
alberga la vivencia del ensueño que protege al sujeto-soñador porque
adviene a su conciencia ser un locus de bien-estar que lo vincula con un
Tiempo total (pasado-presente-futuro), con el Ser de una vida protegida
que empezó bien y, por tanto, un espacio primero de un puro estar-bien.
En el instante de su recuerdo lo invade la noción del Ser que reina en
una especie de paraíso terrestre con los Otros que también son
integrantes de esa casa (¿o caserón?) Por lo que el sujeto es sujeto porque
habita el territorio del lenguaje con el Otro.

A razón de lo cual si hay algo que nos hace seres humanos es que
con-vivimos ya con el problema antropológico con el cual las
Humanidades, el estudio del hombre con su humanidad, se han visto
tropezando con la misma piedra: la vida entre lo onírico y la vigilia. ¿Por
qué pre-sentimos que la realidad en la que enunciamos siempre parece
estar suspendida en cierta fantasía? ¿Somos lo bastante lúcidos para
describir lo que está delante nuestro? ¿Eso que está-ahí, está? ¿Aquello
que percibimos como parte de un prisma dónde se encuentra sostenido?
¿Qué es lo que nos vincula a lo Real? El mayor acontecimiento que existe:
es que el sujeto siempre está con el Otro que está-ahí, la sociedad o las
sociedades (las colmenas, los hormigueros, los edificios). Allí habita el Ser
que nos hace ser-con-el-Otro, el mapa sociolingüístico es la cartografía
de lo Real sostenida por el vínculo mediante el lenguaje. Sin el lenguaje
no habría posibilidad de pensarnos como sujetos con otros y como tal
tampoco representaciones y mucho menos dar formas a las sensaciones
en esta relación: sólo un puro ruido ajeno, una des-corporeización del
sujeto en la pura bruma.
GATES, ROMÁN

Como sujetos tropezamos siempre con esa imagen arcaica de la


casa, caserón, barrios, ciudades… Todos ellos son sistemas abiertos,
poseen puertas de acceso a lo Real. Cada uno de estos espacios poseen
el Lenguaje en el que anida el Tiempo y habilitan la búsqueda del Ser. E
inmediatamente surge una forma, una cartografía de comportamientos a
los que podemos negarnos y caer en el horror vacui del solipsismo propio
del diálogo de Segismundo encerrado en su torre, o bien explorarlos. Y
con la exploración adviene el conocimiento del Otro.

No obstante, hay que explorar sin intervenir, sin degradar más aún
esos territorios sociolingüísticos que tanto han sido usufructuados y
deteriorados desde el discurso publicitario y su práctica fagocitante de
los grandes temas humanos (Barthes) para petrificarlos en el eslogan
consumista de “El sueño de la casa propia”, ese que a su vez tiene sus
resonancias en “El sueño americano” que tan recalcitrantemente ha
impulsado la ideología del capitalismo salvaje y que no ha hecho otra
cosa que violentar el sentir de la poética de una imagen como lo es la
casa y hacer de ella un bien de consumo, y con ello ensordecer al sujeto
(Bordelois) que ya no busca el Ser y el Valer metafísico (estar-bien), sino
el Tener físico (vivir-bien) con la ilusión de que ese anhelo onírico puede
ser conquistado a través de la inversión del capital e incapaz de ser
concebido desde la vivencia del encuentro.

En estos términos, tomar a la imagen de la casa, de la vivienda, de


las instituciones como lenguajes es poder re-encontrarnos con una
mirada de los espacios como experiencias lingüísticas que no solo son
formas de hilvanar sentidos posibles en el territorio para entretejernos a
éste, sino también es poder fracturar los engranajes racionalistas de esta
desencantada jaula de hierro (Weber) para devolverle el encantamiento al
sentido de la vida con la búsqueda del anhelo de lo propio, de lo íntimo y
que solo podrá ser recuperado en tanto y en cuanto el sujeto pueda
alejarse de los bienes y de la conquista. Simbolizar al Otro sus
GATES, ROMÁN

experiencias con el lenguaje en este encuentro es lo que hace que el


terreno de la vida solo pueda ser accedido desde el valer, desde la
axiología de la conciencia del sujeto que percibe desde su intimidad el
mundo mediante la captación subjetiva valorativa (Bajtín), y a partir allí
la cartografía comienza a tomar Forma a través de los discursos,
eslabones vinculares que lo engarzan a ese mapa con el cual hacen al
con-vivir con el Otro, esa alteridad que se torna sujeto para-mi

En definitiva, la realidad tendrá una tonalidad mucho más sólida


y más “real” en tanto y en cuanto el sujeto haga de sus relaciones
vinculares un entramado tal cuyo mapa sociolingüístico sea el resultado
de una cartografía se trazada desde la responsabilidad de estar siendo
humano con los otros bajo una tríada desde el ser Lenguaje compartido
por habitar en la misma casa (comunidad, institución, aula…) y desde el
cual se debe hacer valer como Sujeto al Otro con la finalidad última de
generar el deber de integrar a la Sociedad esa sociedad lingüística que
está-ahí en el acontecimiento de la relación Yo-Tú, y no desde el Yo-Ello
que hace del Otro un ser analizable desde esquemas teóricos,
descomponible en partes conceptuales y etiquetable como hablante
“correcto” o “incorrecto” de mi mapa. Es nuestro mapa, el que todos
debemos acceder a la casa del poder-Ser a través de la llave de la
hermeneusis dada por el diá-logo con el territorio de “lo Real” Con la llave
accedemos la casa del otro que es la mía y la de nosotros. Esto podrá
hacer de la sociedad un gran mapa sociolingüístico en el cual con-vivir.

BIBLIOGRAFÍA
BACHELARD, G (2016) Cap. I y II en La poética del espacio, FCE.
BORDELOIS, I. (2005) “El verbo y las tinieblas” en La palabra
amenazada, Bs. As., Libros del Zorzal
BOTA, C.; BRONCKART, J.P. (2010) “Voloshinov y Bajtín, dos enfoques
radicalmente opuestos de los géneros de textos y de su carácter”, en
Saussure, Voloshinov y Bajtin revisitados, Buenos Aires, Miño y Dávila.
URE, M. (2001) El diálogo Yo-Tú como hermenéutica en Martín Buber,
Buenos Aires, Eudeba.

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