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¿ALGUNA vez le ha ocurrido algo que lo haya llenado de orgullo?

La mayoría de nosotros
hemos experimentado esa agradable sensación. Sentir cierto grado de orgullo no tiene nada
de malo. Por ejemplo, cuando los padres se enteran por el boletín de calificaciones de la
buena conducta y aplicación de su hijo en la escuela, sus rostros probablemente se iluminan
de satisfacción. El apóstol Pablo y sus compañeros se enorgullecieron de una congregación
que habían ayudado a fundar, pues sus miembros habían soportado fielmente la
persecución. Así pues, el corazón puede engañarnos para que nos enorgullezcamos de
cosas indebidas, como serían la raza, las riquezas, la educación, las cualidades o los logros
en el trabajo. El orgullo que nace de estas causas no solo no es bueno, sino que además
desagrada a Jehová un caso de esto fue la manera de actuar de el faraón pero si esto
desagrada a Jehová el ¿por que lo permitió ?

Éxodo 8:15 : Jehová Dios ha mantenido con la humanidad, ha permitido con paciencia que
determinadas personas y naciones continúen existiendo pese a merecer la muerte y ese fue
el caso del faraón Jehová no impide que algunas personas se hagan testarudas, se dice que
‘deja que se obstinen’ o ‘endurezcan sus corazones’. Cuando finalmente ejecuta venganza
sobre los tercos, demuestra su gran poder y hace que se reconozca su nombre y eso fue lo
que paso en este caso ¿por que lo decimos?

Éxodo 8:18,19 : Aunque los sacerdotes-magos reconocieron que no eran tan poderosos
como Jehová, el faraón siguió sin hacer caso a Moisés y Aarón.

Éxodo 9:15-17 : Jehová Dios se vale de las circunstancias de tal manera que, sin advertirlo,
los inicuos colaboren con su propósito el permitió que continuase vivo y también manejó las
circunstancias para que mostraran que era inicuo y merecedor de muerte y finalmente
hermanos la destrucción del faraón y sus fuerzas militares fueron una demostración
impresionante del poder de Jehová Si el hubiese ejecutado inmediatamente a Faraón,
no habría sido posible esta grandiosa demostración de su poder para su gloria y la liberación
de su pueblo.

No olvidemos, pues, el mal fruto que ha producido la altivez y el orgullo . Dado que “Dios se
opone a los altivos”, resolvámonos a rechazar el orgullo impropio. Si seguimos luchando por
ser cristianos humildes, podemos esperar con anhelo sobrevivir al gran día de Dios, en el
que se eliminará de la Tierra a los altivos y orgullosos

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