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Facultad de Medicina
Escuela de Salud Pública
1er Año Lic. Inspección en Salud Pública
Cátedra: Ciencias Sociales y Salud
Tema III:
La Percepción Humana y los procesos
en la Salud y/o Enfermedad
Integrantes:
Chacón Beatriz
D´Urso Pascual
Sánchez Yosnelvis
Grupo 5
Introducción 3
La Percepción 4
La Percepción y la Salud
y/o Enfermedad 4
Diferencias Individuales y de
grupo 8
Percepciones Individuales y de
grupo 11
Percepción Individual 11
Percepción de grupo 11
Conclusiones 12
Bibliografía 14
Anexos 15
Introducción
La percepción es es la manera en la que el cerebro de un organismo interpreta
los estímulos sensoriales que recibe a través de los sentidos para formar una
impresión consciente de la realidad física de su entorno. Además, también
podríamos decir que es el conjunto de procesos mentales mediante el cual una
persona selecciona, organiza e interpreta la información proveniente de
estímulos, pensamientos y sentimientos, a partir de su experiencia previa, de
manera lógica o significativa.
Las personas reciben estímulos del ambiente a través de los cinco sentidos: tacto,
olfato, gusto, vista y oído. En algún momento específico todos presentan atención
en forma selectiva a ciertos aspectos del medio y pasan por alto de la misma
manera otros.
La forma en que las personas interpretan lo que perciben también varía en forma
notable. La interpretación de una persona de los estímulos sensoriales que recibe,
conducirá una respuesta, sea manifiesta (acciones) o encubierta (motivación,
actitudes y sentimientos) o ambas. Cada quien selecciona y organiza los estímulos
sensoriales de manera diferente y, por lo tanto, llega a interpretaciones y
respuestas diversas. La diferencia de percepción ayuda a explicar por qué las
personas se comportan en forma distinta en la misma situación. Con frecuencia se
perciben las mismas cosas de manera divergente y las respuestas de
comportamiento dependen, en parte, de ésas.
Llovet JJ. (1984), nos señala: ¨ Las posibilidades de percibir un problema de salud
son diversas y están socioculturalmente condicionadas: factores como la
responsabilidad o el rol familiar que la persona desempeñe, así como las
prioridades cotidianas y las actividades que realice harán que lo perciba de modo
diferente en cada caso¨ (p.20)
¨La idea de enfermedad opera como símbolo que se relaciona con una variedad de
experiencias propias de una cultura. Esta significación simbólica no siempre
puede expresarse verbalmente, pero su registro es fundamental para comprender el
proceso salud-enfermedad. Aún en su expresión oral, requiere de la capacidad de
buscar sentido en las expresiones de los otros, elemento esencial de la
comunicación humana. La percepción de este complejo proceso es personal y
subjetiva y sólo puede comprenderse contextualizada en el universo de creencias,
valores y comportamientos del medio sociocultural de cada persona, atravesado
por las condiciones materiales de vida que reflejan de modo singular el espejo de
la realidad que cotidianamente vemos. Por lo tanto, es necesario considerar a la
salud o la enfermedad no solamente como hechos del mundo de la naturaleza sino
también como hechos del campo de las relaciones sociales que implican
valoraciones subjetivas y situaciones de poder¨ (7 p.34).
Así mismo, Menéndez E. (2004) , nos dice que: ¨ La cultura somática, es decir, la
capacidad de poder sentir, escuchar al cuerpo, es escasa, y la lucha por la
supervivencia "eclipsa" la propia percepción del proceso salud-enfermedad.¨
(p.124)
Este texto, nos hace una referencia a que la exigencia del día a día, impide a la
persona poder tener un poco de tiempo para sí misma, por lo que la atención de su
salud no la hace tan prioritaria, por ejemplo hoy en día el estrés de conseguir el
sustento diario hace que se retarde la concurrencia a la consulta médica, y a veces,
dificulta el darse cuenta de las molestias que se imponen cuando ya es imposible
no registrarlas.
El concepto de salud al que refieren, como nos indica Samaja J. (2004): ¨Es el de
un medio para la vida y no como fin en sí mismo. La construcción del concepto de
salud, está muy relacionada con el hecho de "poder hacer", lo que implica trabajar
para los adultos, jugar o ir a la escuela en los niños¨. (p.18)
Esta percepción de lo que es estar sano o enfermo tiene una directa relación con
los comportamientos que se despliegan ante un padecimiento. Una molestia pasa a
ser una enfermedad solo cuando inhabilita para el trabajo o las actividades
cotidianas (juegos o estudio para los niños y jóvenes) trabajo intra y extra
doméstico para los adultos:
Este modo de percibir el proceso salud enfermedad condiciona los tipos de ayuda
buscados y las prácticas desarrolladas para el cuidado, donde en un juego
dialéctico tanto la representación del estar sano o enfermo como las experiencias
previas, configuran los procesos de toma de decisiones evaluando las ventajas de
las distintas alternativas. Este recorrido no es sólo racional sino que está mediado
por sentimientos, recuerdos, sensaciones, valoraciones, que no son factores
cognitivos sino actitudinales y emocionales.
Hay otras diferencias individuales, que si bien tienen poco que ver con la
inteligencia, sí influyen en el aprendizaje escolar. Se trata de los estilos cognitivos
y estilos de aprendizaje, términos que a menudo se usan indistintamente; en
general, los profesores prefieren hablar de estilos de aprendizaje y los psicólogos
de estilos cognitivos. De acuerdo a Fierro (1992), se entiende por “estilos
cognitivos” ciertos patrones, diferenciales e individuales, de reacción ante la
estimulación recibida, de procesamiento cognitivo de la información y, en
definitiva, de aprendizaje y de afrontamiento cognitivo de la realidad. Los estilos
se relacionan con la estructura del pensamiento, antes que con su contenido o con
su eficiencia; y refieren a cualidades o modos del conocimiento y no a algo así
como una “cantidad” de capacidad o aptitud, según, en cambio, parece referirse en
el concepto de inteligencia.
¿Por qué el profesor enseña en la forma que enseña? Seguramente hay muchas
razones por las que los profesores desarrollan las actividades de enseñanza, es
decir, actividades que tienen la intencionalidad de generar aprendizajes en los
alumnos, en determinadas formas o con determinados estilos. Una es que el
profesor reproduce inconscientemente prácticas de enseñanza a partir de la
práctica pedagógica a que estuvo sometido durante sus años de estudiante.
Otra es que genera esas actividades de enseñanza a partir de su forma
particular de ser y de aprender, lo que privilegia a aquellos estudiantes que
aprenden de la misma forma que él. Otros enseñan a partir de sus propias
concepciones de aprendizaje, educación y de lo que consideran valioso,
verdadero, importante o necesario. Otros profesores, más técnicos y con más
recursos didácticos, como resultado de su formación docente, usan actividades
más elaboradas y con mayor sentido pedagógico. Pero en la mayoría de los
casos, desarrollan actividades genéricas, sin atender ningún perfil específico
de estilo de aprendizaje, en donde el estudiante desde su propia forma de
aprender, aprende lo que puede.
Las diferencias individuales en términos de aprendizaje se plantean como un
reto docente. Las preguntas planteadas demandan respuestas con serios
análisis reflexivos sobre lo que significa aprender, qué hay que hacer para
aprender y sobre todo que hay qué hacer para ayudar a aprender. Desde esta
perspectiva el conocimiento de los estilos de aprendizaje adquiere un interés
legítimo ya que ayuda a comprender las diferentes formas de conocer,
conceptuar, sentir y actuar que individualizan el aprendizaje de los estudiantes
y que inciden en sus logros académicos.
Entre los aspectos internos del individuo que afectan a la selección de los
estímulos existen dos aspectos: las expectativas y los motivos que éstos tienen en
ese momento (necesidades, deseos, intereses, etc.)
Expectativas:
Las personas tienden a percibir de acuerdo con sus Expectativas. Por ello, cuando
el contenido coincide con los Intereses o expectativas, es posible un mayor
acercamiento Entre éste y el mensaje. Los centros de interés del individuo revelan
una implicación más duradera y más fácil de identificar que las motivaciones;
entonces es posible aumentar el nivel de atención de un mensaje concentrando su
difusión sobre un segmento de Individuos preseleccionados.
Por otra parte, los estímulos que se hallan en conflicto con las expectativas,
generalmente reciben más atención que los que están de conformidad con ellas. Es
decir, las expectativas pueden incrementar el valor real, pero si dicho valor no
existe, no tendrán la fuerza para cambiarlo a menos que estimule La diferencia de
lo prometido con lo encontrado.
Motivos:
Las personas tienden a percibir con mayor facilidad lo que necesitan y lo que
desean. Cuanto más fuerte sea la necesidad, más fuerte será la tendencia a ignorar
los estímulos no relacionados con el ambiente y a destacar aquellos que se
necesitan. Las necesidades y valores individuales, son factores que pueden
determinar la atención involuntaria, que recurren a ciertos elementos habituales
para llamar la atención
• Atención selectiva: Se notarán más los estímulos que satisfacen sus necesidades
e intereses y no se percatarán de los estímulos irrelevantes a sus necesidades.
• Defensa perceptual: Las personas niegan lo que no les conviene, es decir, evitan
subconscientemente tener estímulos dañinos, aunque la exposición a éstos ya se
haya dado. Incluso, las personas pueden distorsionar la información no congruente
con sus necesidades, valores, creencias, entre otros contenidos.
Conclusión
A su vez Las personas reciben estímulos del ambiente a través de los cinco
sentidos: tacto, olfato, gusto, vista y oído. En algún momento específico todos
presentan atención en forma selectiva a ciertos aspectos del medio y pasan por
alto de la misma manera otros. La forma en que las personas interpretan lo que
perciben también varía en forma notable. La interpretación de una persona de los
estímulos sensoriales que recibe, conducirá una respuesta, sea manifiesta
(acciones) o encubierta (motivación, actitudes y sentimientos) o ambas. Por lo que
la percepción en el proceso de salud-enfermedad, varía en cada una de las
personas.
Gómez López LI, Rabanque Hernández MJ. Concepto de salud. En: Colomer
Revuelta C, Alvarez Dardet C. Promoción de la salud y cambio social.
Barcelona: Masson; 2004.
Llovet JJ. Servicios de salud y sectores populares: los años del proceso.
Buenos Aires: CEDES; 1984