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La Familia
2017
La Familia
Trabajadora Social
Ponce Ponce Javiera. Familia y Comunidad.
Cuaderno de Aprendizaje. [PDF].Santiago: IPVC, 2017. N° págs. 38
Tabla de contenido
La Familia. .......................................................................................................................... 5
I. Bienvenida.
La Familia.
Concepto de Familia.
Observamos aquí una definición más estática, no así el enfoque sistemático que es
más dinámico.
Enfoque sociológico
Familia: “Grupo social unido por vínculos de sangre, legales y religiosos, formado
por el padre, la madre y los hijos, en cuyo seno se satisfacen las necesidades de afecto,
amor, protección, techo, alimento y preparación para la vida social”. (Aylwin, 2002)
Esta definición deja afuera a aquellas parejas que no están unidas legal o
religiosamente; también incluye a aquellas familias monoparentales, es decir, que están
formadas sólo por el padre o la madre y los hijos, es por ello que se afirma que es un
concepto restringido; sin embargo, debemos destacar que tradicionalmente en nuestra
sociedad se plantea que la base de la familia la constituye el matrimonio civil legalmente
constituido.
Desde este punto de vista se afirma que la familia es el grupo primario por
excelencia, dado que es el más significativo en el desarrollo de los individuos. La familia
considera así siguientes características básicas:
Tipos de Familia.
La estructura familiar básica es la constituida por una pareja y sus hijos, sin
embargo, la estructura familiar varía según los estratos sociales, las regiones geográficas y
áreas de residencia urbano rural; también varía de acuerdo a la etapa de su ciclo de vida.
¿Cuál es su composición?
Nos damos cuenta entonces que las respuestas a estas interrogantes va a diferir
según el tipo de familia que pretendemos analizar. Es así como encontramos la siguiente
clasificación:
a) Hogar Unipersonal: Este hogar se constituye de una persona la cual puede estar
soltera o en pareja, pero que vive y realiza las actividades en casa de forma independiente.
Este tipo de hogar no implica necesariamente aislamiento, soledad o pérdida de relaciones
de parentesco, sólo tipifica la realidad de habitación de algunas personas, así como también
su ciclo vital.
b) Hogar Familiar: En este hogar vive una o más familia es decir, un matrimonio,
con o sin hijos y algunas veces algunos de los padres de los cónyuges u otros familiares que
conforman otro núcleo familiar. Aquí podemos encontrar a las familias constituidas sólo
por los padres y los hijos y también cuando hay una familia de "allegados", la que
conformaría el otro núcleo familiar que habita el mismo hogar; otro ejemplo, es cuando una
familia nuclear vive con los padres de alguno de los cónyuges.
c) Hogar No Familiar: Este hogar hoy en día se logra ver mucho, son hogares
conformados por una o más personas las cuales no tienen lazos consanguíneos ni
parentescos. Podemos mencionar, a modo de ejemplo, un grupo de estudiantes
universitarios que compartan un mismo hábitat, también los "hogares de menores". Cabe
hacer notar que esta variable no constituye una familia.
La Familia también se puede dividir según las relaciones de parentesco que existan
dentro ellas como lo son los lazos sanguíneos, el matrimonio entre otros. A continuación se
explican los cuatro grupos de Familia:
1.- Familia Nuclear: La familia nuclear se constituye por padre, madre e hijos en
caso de haberlos. Generalmente ambos padres trabajan o uno de ellos al menos, aquí los
lazos están dados por sangre o adopción. Este tipo de familia ser conoce también como
“Círculo Familiar”.
2.- Familia Extensa: La familia Extensa se compone por una o más familias
nucleares y por otros parientes como abuelos, tíos, primos, entre los cuales puede o no
haber lazos consanguíneos. Aquí el hombre más viejo es la autoridad. Este tipo de familia
se da más en las zonas rurales y en la antigüedad era más normal verlas.
3.- Familia Biparental: La familia biparental se constituye por uno de los dos
padres con hijos, generalmente se da este tipo de familia cuando hay separación y uno de
los padres se queda con el o los hijos. Dentro de esta familia se puede dar en algunas
ocasiones las Familia Reconstituidas que se conforma por dos biparentales es decir, dos
adultos con sus respectivos hijos.
Los tipos de familias mencionados anteriormente son los más utilizados, sin
embargo durante los últimos años se han ido creando más tipos de familias, los cuales no
son excluyentes y se mencionaran a continuación:
Familia Nuclear Biparental: Este tipo de familia está compuesta por ambos padres
más uno o más hijos
Familia Nuclear Numerosa: Este tipo de familia se conforma por ambos padres más
4 o más hijos.
Familia Extensa Monoparental: Esta familia está compuesta por uno de los padres
más uno o más hijos, más otros personas con los que tengan parentesco.
Familia de Madre Soltera: Esta familia está conformada por la madre y su hijo (a),
este tipo de familia se da cuando la mujer desde el comienzo cría sola a su hijo (a)
sin la ayuda o presencia de un hombre.
sobre todo en su forma de vivir y relacionarse. Cabe recordar que muchas de estas
familias sobre toda la nuclear está compuesta por una unión civil, más que de hecho.
Función de la Familia.
A continuación, daremos a conocer las distintas funciones que puede cumplir el núcleo
familiar.
Desafortunadamente, las exigencias de la vida urbana han hecho que ella sea
entregada a otros organismos que colaboran con la familia, porque ésta es incapaz de
cumplirla en toda su amplitud.
2.- Función solidaria o psicológica: Identifica el apoyo que dan los padres a los
hijos en el ámbito emocional-afectivo. Cuando la familia orienta a cada individuo a la
consecución de una identidad personal está realizando esta función. La conciencia de ser
individual, se gesta a partir de la relación primaria madre-hijo.
En ella en niño siente, en primera instancia, que sigue formando parte de su madre,
hasta que su normal desarrollo, paulatinamente, le haga comprender que no es así y que él
es, en verdad, un ser diferente con necesidades particulares y acciones propias. En la
medida que el sentimiento de diferenciación sea positivo, se constituirá en un estímulo para
el aprendizaje, determinando un camino eficaz hacia la identidad y aceptación de lo que
cada uno es. La familia debe brindar a cada uno de sus componentes la posibilidad de
definirse como ser individual, favoreciendo las condiciones para el desarrollo de los
talentos innatos de los miembros; todo ello, dentro del necesario marco de respeto y
tolerancia.
Para que la familia cumpla con su función económica es necesaria una dependencia
de ésta con respecto a la sociedad, ya que todo dependerá de las demandas que la sociedad
tenga y las capacidades que ofrezca a los miembros de la familia, de tal manera que ellos
tendrán que prepararse para poder entrar al campo laboral, y si no son aptos, esta función
no podrá ser realizada debido a la problemática que ello implica. La familia ya no puede ser
autosuficiente como lo era en el pasado, sino que uno o más miembros tienen que realizar
una labor remunerada que les permita satisfacer sus necesidades. Ante las exigencias de la
sociedad, la mujer ha tenido que ingresar al campo laboral, trayendo esto como
consecuencia una modificación en su rol de madre y esposa. Por la misma razón, se ha
alterado la estructura de poder en la pareja y se presenta mayor igualdad en la toma de
decisiones, hay participación del hombre en las tareas domésticas, la mujer tiene mayor
independencia económica y los patrones de satisfacción en la vida familiar también han
variado.
En relación a la función psicológica de la familia, hay que decir que ésta es la fuente
irremplazable de satisfacción emocional; ella entrega la comprensión, el afecto, la
solidaridad y la compañía; allí se reducen las tensiones y en su seno se resuelven los
problemas, algo que un grupo grande no puede hacer debido a su complejidad y normal
distanciamiento.
Las organizaciones que colaboran con la socialización del individuo no pueden dar
el apoyo emocional ni el afecto que el hombre necesita para desarrollarse plenamente.
Esto sólo se logra a través de grupos primarios, y entre ellos el más importante y
primero en orden cronológico, es la familia.
Por estas razones, ella tiene un mayor peso cuando un niño se enfrenta a una
discrepancia entre lo que enseña la familia y lo que propone la institución educacional, pues
de alguna manera son los lazos afectivos los que crean las condiciones esenciales
necesarias de confianza, para un correcto proceso de aprendizaje.
Por último, es necesario decir que si bien los importantes factores sociales y
económicos pueden estar cubiertos dentro de un grupo familiar; es el pilar afectivo el que
aporta la decisiva base para que los individuos tengan una actitud positiva y constructiva
con respecto al mundo.
Es aquí donde se hace necesaria, la ayuda a éstos en la tarea de ser más eficaces en
la crianza de los hijos. Tal vez, conocer mejor el rol que le compete a la madre y al padre,
nos ayude a entender y a ejercer de mejor forma dicho rol.
La tarea de ser padres es una de las más difíciles y exigentes, por lo que es
imprescindible prepararse para ello, de allí la importancia que los educadores sean capaces
de entregar herramientas básicas para la formación de ellos, a través de talleres y "escuelas
para padres".
Cuando las personas se convierten en padres, muchas veces olvidan que son seres
humanos; tratan de cumplir un rol lo mejor posible y no reconocen que son personas con
errores, con limitaciones y con sentimientos; sienten que tienen que ser siempre firmes, que
deben amar a sus hijos, que siempre tienen que ser tolerantes y aceptarlo todo, que deben
sacrificarse por los hijos y ser justos en todas las oportunidades; sobre todo sienten que no
deben repetir los mismos errores que cometieron sus padres con ellos. Por lo tanto, el
primer error que comete el padre es olvidar que es una persona; un buen padre o madre se
permite ser el mismo, para ello es necesario que aprenda a conocer y aceptar sus propios
sentimientos, desde su singularidad, no será solo una careta que se pone a la hora de
convertirse en papá o mamá.
Si bien es cierto que los roles de padre y madre son diferentes, no podemos afirmar
que uno de ellos sea más importante que el otro, como muchas veces se cree cuando
escuchamos que la madre es más relevante en el desarrollo de los hijos. La actuación de
cada uno de ellos se hará más significativa según la edad de los hijos.
Es así que la figura materna es más necesaria para el recién nacido; es ella quien lo
alimenta y lo cuida, lo que no quita que el padre también lo pueda hacer.
Tradicionalmente el rol de la madre ha sido cuidar y criar a los hijos, y el del padre
proveer el sustento familiar; sin embargo, estos roles, antes tan marcados, hoy se han
flexibilizado, se reconoce la importancia de que el padre tenga una mayor cercanía
emocional y afectiva con los hijos; ya no es sólo el proveedor y quien ejerce la autoridad; a
su vez, la madre también ha pasado a ser un elemento importante en el sustento del hogar;
la autoridad ahora es ejercida por la pareja.
plena del hijo, lo que le permite substituir las relaciones infantiles con sus padres por las de
adulto a adulto.
Rol del Padre: Podemos resumir las funciones del padre en tres áreas básicas:
Ayudar al niño a enfrentarse con sus miedos y frustraciones, abriéndole siempre una
nueva oportunidad.
Un papá cercano, abierto al diálogo, afectuoso, va a dar una imagen positiva del
mundo, entregándole una sensación de protección que es muy importante para él.
El papá es una figura muy importante en cuanto a conectar al niño (hombre o mujer)
con el mundo del trabajo, estudio, política, deportes, etcétera.
El papá que participa en la crianza del bebé se asegura una buena relación futura
con el hijo.
El padre puede ayudar mucho al progreso del pensamiento y lenguaje del niño si
conversa y juego con él.
Es válido ser un padre cercano, pero también es necesario que el padre exprese sus
valores personales, sus límites y posiciones.
El padre puede aportar mucho al éxito escolar del hijo, a través de la preocupación
por tareas y reuniones del colegio.
La idea es seguir de cerca, apoyar y estimular el rendimiento del niño, más que
controlar o castigar. Es igualmente importante la actitud que tenga hacia el
rendimiento del hijo(a).
Rol de la Madre:
Mantener una buena comunicación con los hijos, saber escuchar y apoyar con
empatía.
Generalmente ella es quien apoya a los hijos en su desarrollo escolar, dado que
permanece más tiempo con los niños.
Verificar, a través del rendimiento, el desarrollo social del niño en etapa escolar;
participando en las reuniones de apoderados y manteniendo una comunicación
permanente con los profesores.
Comunicación en la Familia.
Relación de Pareja:
Otro factor importante es el hecho de que, a partir de este momento, se deben apoyar uno al
otro, dejando de lado el antiguo rol protector de las respectivas familias, esto no debe
entenderse como un distanciamiento total, pero si no hay que olvidar que el matrimonio es
un proyecto no realizado por nadie antes, es decir, la pareja va haciendo su propia historia y
estructura, diferente a las de sus familias y al resto de las personas. Toda pareja se sustenta
En esta etapa se pone a prueba el proyecto de vida juntos, que se caracteriza por ser
un ciclo de conocimiento mayor que el anterior. En el trato diario se conoce a una persona,
no viéndola en situaciones preparadas, como son las características citas o salidas durante el
pololeo. Es en los detalles del orden o desorden, de la puntualidad o impuntualidad, donde
se somete a frecuente prueba el "cuánto" cada uno quiere aportar para que la pareja se
consolide. Por ello los recién casados, aparte de ver consolidadas muchas de sus metas
como pareja, también tienen que sufrir el rigor de ceder en muchas de las cosas que hacían
antes, en beneficio de un decisivo proceso de crecimiento.
No se puede dejar de lado el aspecto sexual, muy importante en los recién casados,
ahora se conoce el cuerpo del otro y el propio, sin los límites de las etapas anteriores, ya
que, en cierta medida, ambos se pertenecen frente a la sociedad y frente a sí mismos.
Esto también trae sus problemas cuando se enfrentan formas diferentes de ver la
sexualidad, pues los ritmos y formas de las relaciones sexuales muchas veces no coinciden,
lo cual trae tensión y, a veces, rechazo a la intimidad, hecho que obliga a unificar criterios
en algunos aspectos por el bien de la pareja.
Cuando la pareja se consolida como tal, en forma natural determina que la próxima
etapa es la de incorporar nuevos miembros a la estabilidad que han logrado; se inicia
entonces una anhelante espera del hijo que viene en camino. Desde luego esta condición
altera la convivencia de la pareja, pues es necesario hacer nuevos ajustes a la forma de vida
anterior, ahora el compartir entre dos se transformará, en el corto plazo, en una vida entre
tres.
El tiempo que ambos tenían para convivir deberá ser compartido con otro miembro,
que significará tener menos tiempo para las cosas que solos solían hacer. Este proceso en
cierta medida se va anunciando con el avance del estado de gravidez de la mujer, la que
paulatinamente tiene que ir abandonando sus actividades ya sea por dificultades físicas o
por cuidado del niño que lleva en su interior; hecho que se traduce en un menor tiempo para
dedicar a ciertas actividades con su pareja. Muchas veces esta situación, cuando no se tiene
la capacidad para asimilarla como parte del proceso de la vida, se traduce en un rechazo del
futuro padre frente a esta nueva condición, se puede canalizar hacia el niño hacia la madre,
pero el fondo común es el mismo: tener que compartir a la esposa. Esto puede desencadenar
un alejamiento del padre si éste no se siente involucrado en el periodo de embarazo, ya sea
no permaneciendo mucho en casa o buscando otra pareja que llene el espacio que considera
perdido.
Lo normal de este proceso es que ambos esposos se sientan parte del proceso y que
estén claros los roles que les corresponden. Si bien el padre no lleva la carga del embarazo
por nueve meses, con todas las alteraciones físicas que ello involucra para la madre, sí debe
asumir el decisivo apoyo que necesita la futura madre, entregando las condiciones para que
el embarazo sea lo más normal posible.
Otro factor importante es la planificación obligada que debe hacerse para esperar al
nuevo integrante del hogar, para tal efecto se deben preparar las condiciones que precisa
todo recién nacido para su bienestar.
Con la llegada del primer hijo se termina el proceso de espera y especulación acerca
de las características y condiciones en que éste llegará al mundo. Pero, al mismo tiempo se
inicia el natural aprendizaje de cómo proceder con los cuidados y educación del niño,
hecho que desencadena un nuevo ajuste entre la pareja, pues a las antiguas funciones se
suma una serie de actividades que los acerca en algunos aspectos, pero que los separa en
otros; el tercer menos tiempo para la relación de pareja, o que se vea resentida la vida
sexual debido al cansancio o al desinterés por parte de alguno de los integrantes de ella.
Un factor que puede ser preocupante en la mayoría de los hogares de nuestro país es
la situación económica, la que determina, muchas veces, la cantidad de hijos que es posible
tener sin mayores problemas en cuanto a asegurarles la debida satisfacción de sus
necesidades, es decir, cada vez se advierte una mayor programación en cuanto a la cantidad
de familia que se desea tener y parecen más lejanas aquellas grandes familias que
caracterizaban otras épocas. Pero, también es cierto que, muchos de los problemas que
sufren algunas familias de nuestro país, se den a que los padres no están en condiciones
económicas para dar a sus hijos lo que necesitan, hecho que claramente aparece demostrado
por la alta deserción escolar que se produce, debido a que los niños deben abandonar los
estudios para apoyar la mantención del hogar.
Esta etapa se caracteriza por una intensa preocupación de los padres, lo que en cierta
medida, puede influir positiva o negativamente en la relación.
Si bien los hijos comienzan a depender cada vez menos de los padres a medida que
aprenden a hacer las cosas por sí mismos, es en la etapa escolar donde más fuertemente se
aprecia el normal distanciamiento del niño, a medida que conoce y desarrolla ciertas
habilidades para relacionarse con la realidad fuera de casa y con la gente. Hasta el
momento, los padres han sido los encargados de educar al niño y enseñarle a desenvolverse
frente al mundo, pero su labor no puede ser eficiente todo el tiempo, en algún momento se
necesita del colegio para darle aquellas cosas que en el hogar, ya sea por motivos de tiempo
de capacidad, ya no se le pueden entregar.
Tal situación necesariamente crea la sensación de pérdida por parte de los padres,
pues sienten que el niño se aleja cuando parte del tiempo lo comparte con otros niños y
personas que se encargan de entregarle ciertos elementos necesarios para su desarrollo. Los
padres sienten que el niño ya no depende exclusivamente de ellos como antes, que ahora
tiene otros intereses, otros modelos con los cuales compararse (como es el caso de
profesores y compañeros), que hay cierta cantidad de horas del día en que no saben lo que
el niño está haciendo, que a los temas de conversación habituales se agrega el hablar acerca
del colegio, los profesores y los amigos, etcétera. Es decir, los padres sienten que a partir de
la entrada del niño al colegio, algo de la armonía lograda antes se ha perdido, pues ahora
actúan factores externos en el desarrollo del niño; a gran parte de los padres les cuesta
aceptar esto (recordemos, por ejemplo, las escenas de dolor de muchos padres cuando
llevan a sus hijos por primera vez al colegio y tienen que dejarlo con los profesores).
Esta etapa se caracteriza por el hecho de que como ya se ha dicho más arriba, entran
factores externos a incidir en la formación del niño y, por lo tanto, también la familia se ve
afectada por esta nueva situación, pues se deben readecuar horarios y formas de
relacionarse.
El niño pasará gran parte del día fuera del hogar y eso provoca un vacío grande en
los padres que se quedan en casa. Este es el caso de las madres consagradas únicamente al
cuidado y mantención de la casa. En ella también se instala la dinámica escolar, pues los
padres deben ayudar a los niños en sus deberes y en el reforzamiento de los elementos
aprendidos en la escuela, ya que lo entregado en las aulas sólo puede ser efectivo si se ve
reforzado por la actitud de los padres.
Sin duda que el tema de las relaciones con sus hijos es uno de los que más interesan
a los padres, especialmente en determinados periodos del desarrollo, como es la
adolescencia, pero a su vez es algo complejo dado que posee diversos aspectos que van
variando de acuerdo a la edad de los hijos, a las características personales de cada uno, el
tipo de familia, el nivel sociocultural, etcétera.
Intentaremos abordar el tema desde los aspectos más básicos y comunes a casi todas
las familias, señalando ideas generales que se pueden aplicar a las distintas edades de los
hijos. Creemos que la comunicación es una de las variables fundamentales en la relación
padres e hijos; una buena comunicación traerá como consecuencia una buena relación.
Las tensiones o conflictos que surgen en toda familia también constituyen un pilar
básico de las relaciones familiares, pues dependiendo de cómo son resueltos y enfrentados,
podremos mejorar o no las relaciones paterno-filiales.
catalogarlo bajo esquemas universales, sino más bien, verlo como una persona singular y
única.
Ahora bien, un conflicto constituye una crisis que puede debilitar o fortalecer la
relación; un conflicto puede traer como consecuencia un resentimiento duradero, la
creación de hostilidad o heridas psicológicas; pero también puede ser fuente de una unión
más íntima y cálida. Es por ello que la forma de resolver los conflictos constituye el factor
más crítico de la relación padre-hijo.
“Entres las formas de resolución de conflictos, los padres suelen usar dos métodos:
ser estricto (el padre gana), o ser tolerante (el niño gana).”
Para ayudar a una mejor comprensión de lo hasta ahora expuesto daremos ejemplos de
estas tres formas de resolver los conflictos.
El siguiente caso, entre un padre y su hija de 12 años, fue resuelto mediante este
método:
Hilda: No lo necesito.
Padre: ¿Qué no lo necesitas? Te vas a empapar, vas a echar a perder tu ropa y te vas
a resfriar.
Padre: Pero cariño, sabes que estarás más caliente y seca si lo usas. Así que, ve a
ponértelo.
Padre: ¡En este mismo instante vas a tu pieza y te pones el impermeable. No voy a
permitir que vayas a la escuela sin impermeable.
Hilda: (enojada) Está bien, ¡tú ganas! Me pondré ese estúpido impermeable.
Hilda: No lo necesito.
Padre: ¿Qué no lo necesitas? Te vas a mojar, vas a echar a perder tu ropa o te vas a
resfriar.
Padre: ¡Me doy! Vete a la escuela sin impermeable... no voy a discutir contigo.... tú
ganas.
Hilda: No lo necesito.
Padre: Creo que está lloviendo mucho y me preocupa que te resfríes, eso nos
afectaría a todos.
Hilda: Claro
Padre: Bien, estoy seguro que te mantendrá seca. Por lo tanto, si te satisface esa
solución, también yo estoy de acuerdo.
V. Bibliografía
http://bibliotecadigital.uchile.cl/client/en_US/sisib/search/detailnonmodal/ent:$002f
$002fSD_ILS$002f0$002fSD_ILS:655610/ada?qu=Milicic%2C+Neva%2C+1943-
&ic=true&ps=1000.
Aylwin Nidia, Solar Maria Olga, “Trabajo Social Familiar”, Ediciones UC, Segunda
Edición, Santiago, Chile (2003)